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EL ESPRITU EN EL MUNDO

I.- El Padre
Yo fui integrado a la Iglesia catlica por medio del bautismo, que me hizo formar parte del
pueblo de Dios, unirme al cuerpo de Cristo y ser templo del Espritu Santo, con esto inicie
mi peregrinacin por este mundo en comunin con los dems miembros de la Iglesia que
peregrina, en la cual subiste la Iglesia de Cristo.
En la Iglesia catlica me fue trasmitida la fe y las verdades reveladas por Dios a los
hombres; la primera de las verdades que me fue trasmitida es que creemos en un solo Dios
que creo todo de la nada, el cielo y la tierra, lo visible y lo invisible, adems que al sexto
da Dios creo al hombre a su imagen y semejanza, hombre y mujer los creo, para que se
complementara, se multiplicaran y dominaran la tierra.
Sin embargo, este hombre que fue creado en gracia y que viva en amistad con Dios, por el
diablo, la desobediencia y ambicin de querer ser como Dios al margen del proyecto
divino, entro el pecado al mundo y con el pecado la muerte, con esto la creacin entera
cay en el desorden.
Ha este primer pecado que fue cometido, al inicia de la historia lo llamamos pecado
original, por el cual el hombre pierde la gracia original y la amistan con Dios, y oscurece la
imagen de Dios en l, pero nunca la pierde. Este es uno de los motivos, por el que me
bautizaron nio para, librarme de ese pecado, pero no solamente eso, pues el bautismo, fui
hecho hijo de Dios y es la puerta a los dems sacramentos que son algunos los medios que
Dios dispuso para alcanzar la salvacin.
Salvacin que se va dando en la historia, que es progresiva y dinmica, que exige la
colaboracin del hombre, pues por medio de su libertad, Dios va llevando a los hombres a
la salvacin eligiendo a su pueblo que va educando y formando a travs de alianzas para
convertirlo en un pueblo santo, por medio de la ley y los profetas, gua y santifica a su
pueblo preparndolo para recibir la revelacin plena, en la que Dios grabara su ley en el
corazn de sus fieles.
II.- El Hijo
Llegada la plenitud de los tiempos ese Dios escondido que se revela al pueblo de Israel,
enva a su Hijo nico nuestro seor Jesucristo que es engendrado no creado de la misma
naturaleza del Padre, que por nosotros y por nuestra salvacin bajo del cielo y por obra del
Espritu Santo, se encarn de santa Mara la virgen la cual fue concebida sin culpa de
pecado original y dio a luz al Mesias sin concurso de varn que desde la encarnacin es
verdadero Dios y verdadero hombre, adems la santa virgen Mara una vez acaba su

peregrinacin por este mundo fue asunta al cielo en cuerpo y alma, sin conocer la
corrupcin y que es el arquetipo de la Iglesia peregrina y purgante.
Jess, el Seor durante su ministerio paso haciendo el bien, anunciando la buena nueva a
los pobres, el perdn de los pecados, proclamando la liberacin a los cautivos, de volviendo
la vista a los ciego, la liberacin de los oprimidos y proclamado el ao de gracias del Seor.
Concretamente anunciando el Reino Dios con hechos (milagros) y palabras y llamando la
salvacin a los hombres.
Adems en la noche en que iba ser entregado instituyo el sacramento de la eucarista, en el
cual permanece entre nosotros bajo las especial del pan y del vino, que despus de ser
consagradas se convierten en el cuerpo y sangre del Seor, adems con el colegio
apostlico instituyo el sacerdocio ministerial con el fin de ensear, santificar y regir en la
caridad al nuevo pueblo de Dios que es la Iglesia.
Este mismo Cristo para librarnos del pecado, de la muerte Eterna y hacernos hijos de Dios
fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeci una muerte de cruz y fue sepultado, y
resucit al tercer da, segn las Escrituras, y subi al cielo, y est sentado a la derecha del
Padre.
Cristo adems de darlos la gracia que nos salva, que su pone nuestra naturaleza y que la
perfecciona, infunde sobre nosotros un espritu de Hijos que nos mueve a proclamarlo a
Jess seor y que nos permite llamar a Dios Padre.
III. El Espritu Santo
Este mismo Espritu que Jess nos prometi antes de subir al cielo, desciende sobre sus
apstoles reunidos el da de pentecosts, los une en comunin y los fortalece para ir por
todo el mundo y predicar el evangelio, siendo testigos de Jess hasta los confines de la
tierra. Adems este mismo espritu se infunde por la oracin y la implosin de manos a
toda la Iglesia, vinculado a la efusin del espritu santo, esta sacramento de la confirmacin
que nos mueve a dar testimonio veras y valiente confirmndonos en la fe de la Iglesia. Del
cual el ministro originario es el obispo.
Sin embrago, el Espritu Santo se nos manifiesta no solo como un don, fuerza o la energa
que mueve la Iglesia, como algo impersonal, sino que aparece como Seor y dador de vida,
como persona, con voluntad e inteligencia que procede del Padre y del Hijo. esta revelacin
de Dios nos muestra que la Trinidad en su intimidad es comunin que salva, donde hay
igualdad de dignidad entre las tres personas, porque hay una igualdad de esencia en las tres
personas, pues en la trinidad el padre no adsorbe al Hijo y al Espritu, las relaciones divinas
se estable en comunin de amor, libertad y respeto en la que hay un orden, un solo
principio, porque el Padre est al origen de todo, pero no es un Dios que se repliega sobre s

mismo si no es un Dios en salida que se abre y se da al mundo mediante las misiones del
Hijo y del Espritu Santo.
IV Iglesia
De esta santa y augusta Trinidad emana la Iglesia que es en Cristo como un sacramento e
instrumento de la ntima unin con Dios y de la unidad de todo el gnero humano, por esto
esta Iglesia es humana y divina, visible e invisible, prefigurada y querida por el padre desde
los orgenes para que fuera germen de unidad reuniendo a todo el gnero humano en un
solo pueblo, para convertirlos en imagen de la trinidad donde todos tendremos una misma
dignidad sin perder nuestra identidad.
Por la accin del Espritu Santo y por el ministerio de la Iglesia el seor instituye directa e
indirectamente los siete sacramentos de la nueva alianza que puede a agruparse en los
sacramentos de iniciacin: Bautismo confirmacin y eucarista de los cuales ya hemos
hablado.
Tambin fueron instituidos los sacramentos al servicio de la comunidad como es el caso el
sacramento del orden, Mediante el cual algunos de entre los fieles quedan constituidos
ministros sagrados, al ser marcados con un carcter indeleble, y as son consagrados y
destinados a apacentar el pueblo de Dios segn el grado de cada uno, desempeando en la
persona de Cristo Cabeza las funciones de ensear, santificar y regir.
Junto orden sagrado, esta la alianza matrimonial, por la que el varn y la mujer constituyen
entre s un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma ndole natural al bien de los
cnyuges y a la generacin y educacin de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Seor a
la dignidad de sacramento entre bautizados cuyas propiedades esenciales del matrimonio
son la unidad y la indisolubilidad, que en el matrimonio cristiano alcanzan una particular
firmeza por razn del sacramento.
Adems de los sacramentos de iniciacin y de servici, fuero instituidos los sacramentos de
la salud que nos otorgan el perdn de los pecados, la paz y nos reconfortan a todos aquellos
que desean reconciliarse con Dios.
Esto son dos: el sacramento de la penitencia, mediante en cual los fieles que confiesan sus
pecados a un ministro legtimo, arrepentidos de ellos y con propsito de enmienda,
obtienen de Dios el perdn de los pecados cometidos despus del bautismo, mediante la
absolucin dada por el mismo ministro, y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a
la que hirieron al pecar. Y, en el sacramento de la uncin de los enfermos, con la que la
Iglesia encomienda los fieles gravemente enfermos al Seor doliente y glorificado, para que
los alivie y salve, se administra ungindolos con leo y diciendo las palabras prescritas en
los libros litrgicos.

La Iglesia sacramento universal de salvacin nos tramite ntegramente la fe y no dispone


los medios necesario para alczar la salvacin, ilumina nuestro pasado con la luz de Cristo
y nos anticipa el futuro guardndonos en la unidad mientras esperamos la aparicin
gloriosas de Jesucristo nuestra esperanza.
La Iglesia a la que todos somos llamados en Cristo y en la que conseguimos la santidad por
la gracia de Dios, solo llegara a su perfeccin en la gloria del cielo. Nosotros al terminar
nuestra peregrinacin en este mundo seremos llamados a un juicio particular en el cual el
Seor nos juzgara segn nuestras obras buenas o malas y recibiremos, una sentencia justa
ya se la muerte eterna o la vida eterna, pero antes de reinar gloriosos con Cristo los que
necesiten ser purificados para entrar en el reino de los cielos entraran a un estado temporal
de purificacin donde expiaran las faltas cometidas.
Los que este la patria celestial gozaran de la bienaventuranza eterna estn en unin con los
que se purifican y con los vivos que aun peregrinan en el mundo esperan que el seor venga
por segunda vez rodeado de gloria y majestad a juzgar a vivos y muertos, cuando el
trasformar nuestro cuerpo humilde en un cuerpo gloriosos, los que ya estn muertos
resucitaran con un cuerpo glorioso, para la muerte eterna o para la vida eterna y
contemplaran a Dios mismo uno y trino tal cual es.

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