Lucio Cabañas y La Guerra de Los Pobres
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
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As era Lucio Cabaas Barrientos, as era el Partido de los Pobres,
el PDLP. Lucio fue un hombre conocido por el partido que cre. No
puede hablarse de l sin referirse al PDLP; y as, este era un partido
del que no puede hablarse sin hacer referencia a Lucio Cabaas
Barrientos, mejor conocido como Lucio Cabaas, y todava mejor
conocido como Lucio, simplemente, porque quienes mejor lo cono-
cieron le decan as, nada ms. Lucio, debido a que los apellidos
estorban cuando se le habla a un hijo, a una hija o a una persona muy
cercana. Pero eso no es todo lo que hay que decir de Lucio. Si fue consi-
derado por el gobierno federal como un grave problema para la segu-
ridad nacional, si en Guerrero ningn poltico poda dejar de tomarlo
en cuenta, y si form parte de todos los conflictos econmicos, pol-
ticos y sociales habidos y por haber en tres municipios guerrerenses,
de 1964 a 1972, entonces hay mucho que puede decirse de l.
Y no solo se puede, sino que debe decirse. A pesar de que muchas
cosas se han dicho, otras ms se han dejado de mencionar, con
respecto a hechos desconocidos, pero, adems, hay mucho que decir
en torno a la interpretacin que existe de los hechos conocidos.
Por ejemplo, si se toma en cuenta que el PDLP era un partido que
luchaba contra el capitalismo, podra esperarse, por las caracters-
ticas tpicas de las organizaciones revolucionarias de su poca, que
fuera un partido leninista, es decir, un partido de cuadros formado
por profesionales de la revolucin, centralista en nombre del centra-
lismo democrtico, pero no era as, era radicalmente distinto, lo que
origina una serie de interrogantes: por qu no era como todos los
dems? Qu tipo de partido era entonces? Hay quienes decan
que no era un partido revolucionario porque sus dirigentes no se
nombraban como los de las organizaciones revolucionarias tpicas,
o por la atipicidad de las relaciones entre sus dirigentes. Cmo era,
entonces? Era revolucionario? Cmo se elegan sus dirigentes?
Cmo se relacionaban con su base?
Es de sobra conocida la existencia de la Brigada Campesina de
Ajusticiamiento (BCA), una estructura militar, pero, cul era la
relacin entre la BCA y el PDLP? Era el PDLP un grupo pequeo,
una lite, dentro de la BCA, a la manera de los partidos de la guerra
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
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lenguaje tpico del marxismo-leninismo1. Eso indica un cambio
notorio desde el punto de vista ideolgico y mueve a preguntar:
cmo y por qu ocurri el cambio? Cmo fue evolucionando el
pensamiento del PDLP? Era marxista Lucio, o cul era su posicin
ideolgica?
El PDLP mantuvo una parte de la sierra de Guerrero como su
rea de influencia, as que cabe preguntarse, cmo lo consigui? y
qu tipo de control ejerca en l?
Finalmente, cul era la estrategia del PDLP? Se le puede
definir como foquista? Cmo fue evolucionando? Qu papel
jugaba la autodefensa dentro de su estrategia general?
A travs de todas estas preguntas se esboza un Lucio heterodoxo,
un personaje que no encaja en la descripcin de un dirigente tpico
de un grupo armado de su poca; se dibuja tambin un Partido de los
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
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grabados. Su situacin es bastante parecida a la del Che: la prctica
fue la actividad prioritaria a la que dedic sus esfuerzos, lo que le hizo
descuidar, mucho ms en su caso que en el del Che, la elaboracin
terica. Si en el caso del Che eso no es obstculo para hablar de una
propuesta terica a la que se llama guevarismo2, a la de Lucio se le
puede llamar cabaismo.
Al mismo tiempo, se dibuja una estrategia general verdadera-
mente original, que tiene algunos puntos de contacto con estrategias
como la del foquismo con base de apoyo, utilizada en la Revolucin
cubana, pero mantiene diferencias fundamentales que la alejan
notoriamente del proceso caribeo y que emparentan con expe-
riencias como la Comuna de Pars, o el movimiento makhnovista de
Ucrania o la Repblica espaola. Cabe aclarar que tampoco es igual
a estas ltimas, pese a las notorias afinidades existentes, debidas no
necesariamente a un deseo consciente de asemejarse a ellas, pues es
probable que ni siquiera las conociera. En algunas ocasiones se llega
a las mismas soluciones cuando los problemas y la visin son seme-
jantes, como se observa en el caso del Partido de los Pobres.
La estrategia que se deja ver en Guerrero es la guerra de los
pobres, una guerra del pueblo, para el pueblo, por el pueblo, o ms
exactamente, de los pobres, para los pobres, por los pobres, muy
distinta a cualquiera de las estrategias vanguardistas de su tiempo,
las cuales se caracterizaban por impulsar una guerra del pueblo, en
nombre del pueblo y para la vanguardia porque, finalmente, esta era
la que tomaba el poder y lo ejerca despus del triunfo.
Destacan, tambin, una tctica y un mtodo propios, muy pecu-
liares, que dan cuenta de la gran originalidad y del apego a las deci-
siones desde abajo, tan caractersticos de Lucio.
En cuanto al punto de vista utilizado para el abordaje del anlisis
realizado en este ensayo, gran parte del contenido es un anlisis
de eventos y textos ya conocidos desde hace varios aos, algunos
desde hace casi cuatro dcadas, de manera que lo importante no son
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
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la experiencia personal, como las asambleas de la guerrilla con las
comunidades o el trabajo de construccin de la base social y de la
transformacin de esta en base de apoyo, pues tuve la fortuna de
conocer de estos asuntos directamente durante varios aos.
Algunos asuntos relacionados con la historia del PDLP, sobre
todo en los tiempos de Lucio, no los conoc directamente. Mi relacin
con esta organizacin parte de los primeros meses de 1977, poco ms
de dos aos despus de la muerte de Lucio, de manera que los conoc
indirectamente, por voces de algunos de los participantes de esos
tiempos, ya sea porque formaban parte de la estructura reorgani-
zada del PDLP o debido a que formaron parte de la base de apoyo de
aquella poca y se convirtieron en base de apoyo del nuevo esfuerzo
organizativo emprendido en 1979, cuando se reanud el trabajo en
esta ndole en la sierra de Atoyac.
Es as como conoc las dificultades de construccin de la base
social y de la base de apoyo en la zona donde los revolucionarios
haban combatido aos antes y que abandonaron por completo;
por eso puedo hablar del abandono de la base de apoyo y de lo que
sucede cuando eso ocurre, algo que difcilmente podra juzgarse
desde afuera.
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Captulo I
Lucio Cabaas
El contexto
Quienes fueron jvenes, no solo en nuestro pas sino en todo el
mundo en los ltimos aos de la dcada de los cincuenta y en toda la
dcada de los sesenta del siglo xx, vivieron una situacin muy parti-
cular, signada por la pobreza pero tambin por una lucha bastante
prometedora de carcter econmico, social y poltico.
Guerrero era uno de los estados ms pobres de Mxico, y se
caracterizaba por una gran violencia y por los abusos de los gober-
nantes, que llegaban al despojo de propiedades por medio del asesi-
nato, como era caracterstico del general Ral Caballero Aburto,
quien gobern el estado desde abril de 1957, hasta enero de 1961, y
acostumbraba, al igual que varios de sus familiares enquistados en
los cuerpos policacos, apoderarse de cualquier huerta de coco que
durante sus viajes por la costa estuviera a su paso y le agradara.4
En la entidad proliferaba el pistolerismo al servicio del gobierno.
Eran famosos y temidos el Zanatn, la Yegua, el Animal, la Pluma y la
Guitarra. Se dice que este ltimo, comandante de la polica judicial,
cre una empresa llamada Asesinatos S. A. para matar al servicio de
quien pagara.5
4 Ral Rojas Soriano y ngel Peralta Garca. Pablo Sandoval Cruz. Su lucha
social en Guerrero por un mundo mejor, Plaza y Valds, Mxico: 2010, pp. 45-48.
5 Arturo Gallegos Njera. La guerrilla en Guerrero, Taller Editorial La Casa
del Mago, Guadalajara: 2007, p. 18.
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velado el dominio7. Por eso mismo, haba tanta violencia entre los
mismos campesinos: al atacar a otro igual de pobre daban salida a la
clera contenida ante tantas agresiones caciquiles, un acto de clera
que de esa manera era menos peligrosa que si se dirigiera contra los
caciques y aplazaba la violencia contra su enemigo verdadero.8
Simultneamente se desarrollaban en Guerrero otras luchas,
como las universitarias, que siempre terminaban en alguna forma de
represin. En la Universidad Autnoma de Guerrero se expulsaba
a estudiantes que protestaban contra las autoridades, como ocurri
en 1965 con algunos que luego llegaran a ser muy conocidos en el
estado, como Carmelo Corts y Pedro Helguera Jimnez.9
En el resto del pas ocurran luchas muy significativas. A fines de
la dcada de los cincuenta estallaron una serie de conflictos sociales:
los maestros dieron una gran lucha en 1958 dirigidos por Othn
Salazar, un guerrerense que haba formado el Movimiento Revolu-
cionario del Magisterio (MRM), organizacin que perdur hasta los
sesenta; en 1958 y 1959 los ferrocarrileros realizaron una lucha por la
democratizacin de su sindicato y cimbraron la sociedad mexicana;
en 1964 y 1965 estall el movimiento mdico; en 1962, cuando prepa-
raba su quinto levantamiento militar, Rubn Jaramillo fue asesi-
nado despus de que en varias ocasiones, en 1946 y en 1952, intent
derrotar al partido oficial y al caciquismo en las urnas como candi-
dato a gobernador.
En 1964 se levant en armas el profesor Arturo Gmiz Garca,
creador del Grupo Popular Guerrillero (GPG), con el que form
un foco guerrillero en la sierra de Chihuahua, aniquilado el 23 de
septiembre de 1965, cuando, en una evidente emulacin simblica
del ataque al Cuartel Moncada realizado en 1953 por Fidel Castro,
intent tomar el Cuartel Madera.
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La confrontacin entre la Revolucin cubana y el gobierno esta-
dounidense era una ms de las batallas de la Guerra Fra, lo mismo
que la invasin mercenaria de Guatemala en 1954 para derrocar a
Jacobo Arbenz cuando se propona realizar una reforma agraria
que expropiara las tierras de la United Fruit Company. En Corea
se dio otra batalla de esta guerra, en la cual Estados Unidos perdi
al retirarse en 1953 y tuvo que conformarse con preservar para el
capitalismo la mitad surea del pas. En otra ms, en Argelia, los colo-
nialistas franceses perdieron en 1962, cuando una organizacin de
izquierda, el Frente de Liberacin Nacional, conquist mediante la
guerra de guerrillas la independencia nacional. En Vietnam se desa-
rroll otra batalla, la ms cruenta de todas: una lucha por la libera-
cin nacional y el socialismo que protagonizaron los vietnamitas
durante aos, sin que los yanquis pudieran derrotarlos.
En frica, los pases se independizaban, dirigidos a veces por
organizaciones nacionalistas inspiradas en la democracia liberal,
pero en algunos casos la lucha la dirigan organizaciones poltico-
militares guiadas por el marxismo-leninismo. Los imperialismos
parecan batirse en retirada ante el empuje aparentemente inconte-
nible de la lucha de liberacin de los pueblos en prcticamente todas
las regiones del mundo.
No se perciban as las cosas todava, pero vista la situacin de
forma retrospectiva se puede afirmar que la lucha de Jaramillo,
Gmiz, Genaro y Lucio form parte de esa confrontacin mundial
que, sin un frente militar bien definido, se desarroll en forma de
pequeas batallas en el suelo de distintas naciones, batallas que los
gobiernos de los pases capitalistas pelearon como tales pero sin
llamarlas por su nombre y en las que calificaron de bandidos a sus
adversarios aunque no los combatieron como tales sino como insur-
gentes, como soldados del pueblo, que es lo que eran.
Por otra parte, las fuerzas que luchaban por el cambio en el
mundo eran presas de una gran divisin. En el contexto global se
confrontaban las dos grandes potencias de la izquierda mundial: la
Unin Sovitica y China, cada una ofreciendo una estrategia distinta
para la realizacin de la revolucin en cada pas: la revolucin
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
El estudiante
No era su destino, o tal vez l lo cambi, pues las tas con las que
viva en El Cayaco desde los siete aos queran que fuera campesino
y as lo esperaban, pero l no lo acept.Tal vez soaba con otro futuro
o no poda aceptar que otros decidieran en su lugar.
Posiblemente no pensaba todava en los dems sino solamente
en s mismo, pero por la causa que fuera, l quiso labrar su destino y
la nica manera de lograrlo fue asumir la rebelda y los riesgos que
implica: huy de su casa para poder estudiar, igual que lo hizo Jurez
con sus propias razones a cuestas, y si el Benemrito lo hizo en busca
de su hermana, Lucio lo hizo en direccin de una escuela y en su
camino descubri una cardenista, la Normal Rural de Ayotzinapa, en
la que se encontr con su futuro o este lo encontr a l; de una u otra
manera, la historia hall un nuevo personaje.
Y como no podra estudiar sin tener que mantenerse a s mismo,
deba trabajar para poder estudiar, lo que no representaba ningn
problema para l: consigui trabajo de velador en un pequeo hotel
mientras estudiaba el cuarto grado de primaria en Tixtla, toda vez
que en El Cayaco haba cursado hasta tercer grado. La suerte y las
circunstancias ayudan a algunas personas. En Ayotzinapa haba
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un grupo de sexto ao de primaria anexo a la escuela para que los
normalistas hicieran sus prcticas y ah hubo un lugar para Lucio,
pese a que no haba cursado todava el quinto ao porque al ser auto-
didacta iba algo adelantado en sus estudios11. Era 1955 y no se trataba
de un nio pequeo. Haba nacido el 15 de diciembre de 1938 en El
Porvenir, municipio de Atoyac, Guerrero, de manera que le faltaban
cuatro meses para cumplir los diecisiete aos cuando ingres a esa
escuela para cursar sexto grado.
En cuanto termin la primaria ingres a la secundaria en la
misma Normal aprovechando que en ese tiempo en las normales
tambin se poda estudiar la secundaria. Tena suerte, sin duda
alguna, pero tambin nimo y valor. No cualquiera se fuga de su casa
para estudiar. Y a partir del momento en que ingres a esa escuela,
tena algo ms: no tardaron sus compaeros en bautizarlo como el
Chivo.12
Algo ms habra de adquirir en su nueva vida. Desde el primer
momento se interes por la lucha social, como lo dira aos despus,
en sus tiempos de guerrillero:
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
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los intereses soviticos16 con su obrerismo discursivo17, esta forma-
cin le fue til de cierto modo al sensibilizarle con respecto a las
injusticias. Si en su infancia las haba atestiguado, con su paso por la
Normal poda explicrselas en trminos clasistas. Adems, le sensi-
biliz con respecto a la pobreza que desde pequeo haba vivido y
le hizo comprender las razones de su existencia y la posibilidad
de eliminarla. Era una formacin no muy profunda, basada en los
manuales soviticos que, con justa razn, tan mala opinin le mere-
can al Che:
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
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la tierra cuyo recuerdo como parte de la memoria colectiva, se
encontraba en algunos de los miembros de la familia, listo para
salir cuando se requiriera y cuando hubiera la oportunidad, bajo
el influjo de la necesidad de defender sus derechos. Es muy posible
que esto sirviera como estmulo para realimentar su activismo,
cualidad que le define a partir de su fase estudiantil.
Consigui una amplia relacin con muchos sectores sociales
en lucha, dada la tradicin solidaria de las normales rurales con los
movimientos sociales que se desarrollaban en su entorno. En las
jornadas solidarias en la lucha que logr la cada de Caballero Aburto,
se relacion con muchos de los que participaron en ese movimiento
y se gan su confianza.
Cre una red de relaciones con estudiantes de todo el pas, que
le ayud, en el momento oportuno, tanto a ser tomado en cuenta
como posible participante en un movimiento armado por parte de
otros estudiantes o exestudiantes normalistas que formaron grupos
revolucionarios, como a proyectar su lucha a otros mbitos fuera del
estado de Guerrero una vez que l tom las armas. Hay que sealar
que estas relaciones se basaban, no solamente en el conocimiento
personal, sino en el hecho de compartir un marco de significacin
comn20, que capacitaba a los alumnos de las normales rurales para
interpretar de una forma semejante sus vivencias y haca posible que
obtuvieran las mismas conclusiones: por un lado, que era necesario
un cambio social profundo en Mxico; por otro, que ese cambio tena
que ser hacia el socialismo y que la va plausible en las condiciones
del pas era la lucha armada. Esto generaba la posibilidad de que a
futuro pudieran hacer algo en comn pese a provenir de escuelas
diferentes.
Adquiri un referente prctico: la Revolucin cubana, que se
convirti en el modelo de revolucin con el que estaba familiarizado
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
El maestro
En 1963 egres de la Normal y se dispuso a hacer las dos cosas
para las que se haba preparado en la escuela: a ensear y a orga-
nizar. Le asignaron la escuela de Mexcaltepec, una pequea pobla-
cin del municipio de Atoyac. Ya no era ms el Chivo; comenzaba a
ser el Profe / Maistro.
Cuando Lucio lleg a Atoyac haba, desde aos atrs, algunos
opositores al gobierno, y un pequeo grupo de ellos eran mili-
tantes del Partido Comunista Mexicano. No representaban ningn
problema para el gobierno ni para los caciques locales porque su
participacin poltica era ms simblica que activa, limitada a una
militancia intelectual, sin mayor arraigo en la poblacin, prctica-
mente aislados de ella. Junto al PCM, haba presencia de miembros
de la ACG, que jugaron un gran papel en 1960, pero para ese tiempo
estaban bastante disminuidos en su nmero y en su actividad.
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Con Lucio las cosas cambiaron. Al ingresar al PCM en 196421
comenz a introducir una dinmica distinta que acerc a los comu-
nistas al pueblo en cuyo nombre hablaban, pero con el que apenas
se relacionaban. Lucio poda agitar y organizar, tena la experiencia
suficiente y una formacin poltica que posibilitaban la construc-
cin de una base social en cualquier lugar en que se encontrara, un
profesor cuya fase de maestro no sera otra cosa que la continuacin
de su vida de estudiante: un activismo continuo que le haca ir de una
lucha a otra, de embestir una injusticia tras otra.
Dentro del magisterio, form parte del Movimiento Revolucio-
nario del Magisterio (MRM), organizacin de los maestros dirigida
por militantes del PCM. En su calidad de militante de este partido,
particip en la creacin de la estructura local de la Central Campesina
Independiente (CCI), dirigida tambin por el PCM. Su primera lucha
como maestro consisti en organizar a los habitantes de Mexcal-
tepec para que lucharan contra un aserradero que extraa la madera
de la comunidad sin cumplir el compromiso asumido de introducir
el agua potable, la luz elctrica y el telfono rural, as como abrir y
arreglar caminos. Despus de citar a los madereros para dialogar con
la comunidad, ante la inasistencia de aquellos, los campesinos, bajo
la direccin de Lucio, recurrieron a la accin directa: bloquearon el
paso de los transportes madereros. Tuvieron xito debido a que la
compaa negoci y comenz a brindar los beneficios. Sin embargo,
pidi a las autoridades que retiraran del pueblo al maestro alboro-
tador y lo consigui.
En 1964, ya en una escuela de Atoyac, la Modesto Alarcn, no
tard en realizar un movimiento opuesto a la directora del plantel
por su exigencia de que los alumnos llevaran uniforme y zapatos.
Echaron abajo la medida.
Para ese momento, Lucio era un personaje muy conocido en
Atoyac debido a que junto con otros maestros, padres de familia y
pobladores, cre la Unin de Campesinos, Pequeos Comerciantes
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
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pues muchos de sus alumnos provenan de comunidades serranas.
Pero no platicaba con las seoras y los seores solamente de sus hijos
sino que les invitaba a participar en la cci. Con el paso de los aos,
haba quienes afirmaban que Lucio, en esas plticas, les deca que
se fueran preparando para la guerra que algn da iba a comenzar
contra los ricos. Resulta muy significativo esto, pues indica que a
pesar de militar en el PCM, no comparta todos sus planteamientos,
y en lugar del marxismo-leninismo, su referente terico era bsica-
mente el guevarismo.
Con todo, Lucio tampoco comparta todos los planteamientos del
Che, como pudo verse en noviembre de 1966, cuando recibi la visita
de Guadalupe Jacott, una chihuahuense que en nombre de Pedro
Uranga y el Movimiento 23 de Septiembre (M-23-S), formado por
sobrevivientes del grupo de Arturo Gmiz, le invit a sumarse a la
preparacin del Frente 2 de su organizacin, el Frente de Guerrero,
que estaban organizando precisamente en la sierra de Atoyac.
Los herederos de Gmiz le ofrecan integrarse a una organi-
zacin revolucionaria para iniciar la guerra de guerrillas contra el
gobierno, la burguesa y el imperialismo y para construir el socia-
lismo. Solamente acept entrevistarse con los que estaban ya en la
zona reconociendo el terreno. De ellos dira aos despus Lucio:
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
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zona, de la gente que se saba pobre y no estaba enterada de que otros
les llamaban pequeoburgueses y que eso les destinaba a no poder
encabezar la revolucin, sino a seguir y obedecer a otros llamados
proletarios que seran sus dirigentes por determinarlo as la teora.
Lucio pensaba en una revolucin realizada en gran parte como la
cubana, hecha en nombre de la democracia y contra las injusticias,
pero que llevara a que los ricos dejaran de ser los que decidieran y
mandaran en el pas.
Quera una revolucin de los pobres, por los pobres, para los
pobres. Una transformacin que convirtiera la lucha revolucionaria
en una confrontacin entre dos fuerzas claramente identificables,
con el fin de simplificarla, y que propiciara la participacin en ella
haciendo ver que inevitablemente se formaba parte de uno de los
bandos.
Cmo tena que ser la guerra de Lucio para cumplir con esos
objetivos?
Y por qu no una guerra de los pobres? Una guerra contra
los ricos sera fcilmente entendida por los pobres, y en ella los
trabajadores, los campesinos, las amas de casa, los pequeos
comerciantes, los profesores y profesionistas pobres sentiran que
era una guerra de los suyos contra sus enemigos tradicionales. Una
guerra de los pobres sera vista como una confrontacin entre los de
arriba y los de abajo, propiciara que los explotados, los oprimidos y
los marginados se sintieran parte del conflicto, dado el generalizado
deseo de los de abajo de voltear el mundo al revs, como lo sealara
Ranajit Guha diecisiete aos despus, en 1983, por las expresiones
en alemn, en francs e ingls referentes al mismo objetivo.27
Conforme a dicha visin, Lucio plante una guerra de los pobres,
pensando en una lucha que el pueblo entendiera para que el mismo
pueblo pudiera decidir. La de los norteos del M-23-S, por el contrario,
se pareca ms a una guerra en nombre del pueblo, donde lo que
importaba era que el pueblo apoyara a la vanguardia en la guerra que
enfrentara con la burguesa.
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
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decidieran. De ah que su lenguaje desde un principio fuera el de los
pobres contra los ricos y que no titubeara en participar en cualquier
conflicto de los subalternos contra los dominadores ni en incentivar
esta confrontacin y esta comprensin.
Ya estaba encaminado en esa ruta y no vacil cuando maestros y
padres de familia de la otra escuela de Atoyac, la Juan lvarez, sabe-
dores de ese vete con el Maistro, l sabr qu hacer acudieron a
l para que les ayudara en su lucha contra la directora que cobraba
cuotas excesivas. l saba qu hacer e inici un movimiento que
comenz en abril de 1967, con la creacin del Frente de Defensa de
los Intereses de la Escuela Juan lvarez, con elementos provenientes
de varias organizaciones, como la ACG, la cci y de la propia UCPCPF.
A mediados del mes de mayo de 1967, la situacin estaba muy
tensa. Para el gobierno no se trataba ya solamente del problema de
la escuela, era algo mucho ms grave: Lucio asesoraba tambin a
campesinos que se proponan luchar contra los acaparadores del caf,
los ricos de Atoyac. Era previsible, por lo tanto, que el prximo frente
de lucha del pueblo atoyaquense tuviera muchas mayores reper-
cusiones econmicas y polticas. Ya no se trataba de problemas que
involucraban solo a autoridades escolares que podran ser cambiadas
sin un impacto mayor en la sociedad y en la economa local.
Los acaparadores eran los ms grandes enemigos de los campe-
sinos de la sierra, toda vez que al haber repartido Lzaro Crdenas
los latifundios en Guerrero, los caciques no acaparaban la tierra sino
los principales productos de la regin, en este caso el caf, negn-
dose a pagar un precio justo al productor y endeudndolo mediante
una prctica llamada venta al tiempo, que consista en pagarle su
producto por adelantado pero a mitad de precio. Era un caciquismo
en extremo violento, que recurra con facilidad al asesinato para
eliminar a sus opositores, como ocurri, precisamente, con el padre
de Lucio.
La lucha de Lucio representaba una gran amenaza para el caci-
quismo por la inminencia de la movilizacin de la poblacin contra
esos que sangraban a los campesinos, lo que elevara la lucha a otro
nivel, como se anunciaba ya con la incorporacin de demandas
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
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comisin gubernamental de alto nivel a tratar de arreglar las cosas.
Un indicio del inters que el gobierno puso en el asunto era que la
comisin estaba integrada por el procurador de Justicia y el director
de Educacin del Estado. Haba inters, pero tambin grandes
compromisos y el deseo de poner un alto al movimiento popular: los
comisionados aceptaron la destitucin de la directora, pero se empe-
aron en sostener a los maestros que la haban apoyado durante
tantos aos29, lo que significaba que las cosas iban a seguir prctica-
mente igual.
Ante esto, el movimiento continu con un plan de movilizaciones.
El 18 de mayo de 1967 se realiz una concentracin en el zcalo
de Atoyac, frente a la Escuela Juan lvarez, para apoyar a los maes-
tros y padres de familia de esa escuela, da sealado por el gobierno
y los caciques para terminar definitivamente con el movimiento
popular.
Queran matar a Lucio en plena movilizacin cuando se encon-
traba hablando por micrfono? Queran solamente apresarlo y las
cosas se salieron de control? Y por qu hacerlo en medio de la concen-
tracin, cuando podan haberlo hecho en otro momento, cuando estu-
viera solo? O queran disolver la concentracin nada ms?
Puede parecer desproporcionada la primera posibilidad, pero
testigos de la poca aseguran que algunos de los ricos que vivan
alrededor del zcalo dispararon contra la gente al igual que la
polica judicial lo hizo desde abajo; lo que indica premeditacin, pero
tambin ineficacia: no lograron matar a Lucio pese a que hubo cinco
campesinos y dos policas muertos, uno de estos por la esposa de un
campesino al que acababan de asesinar.
De los hechos se puede inferir que queran matar a Lucio, con
el pretexto de que haba agredido a los policas, de igual modo que
en 1962, con Genaro, cuando tampoco les salieron bien las cosas:
Genaro y algunos de sus compaeros iban armados y repelieron la
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
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Compaeros, dicen que nos van a matar, pero si matan a uno de
nosotros, lo que vamos a hacer es irnos a la sierra, y no les vamos a
jugar otra vez pacficamente que maten uno aunque sea, o que nos
dejen herido aunque sea uno, y vamos a acabar con todos los ricos.
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
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Esta identidad tan sencilla y tan sentida para la cultura predomi-
nante en la zona se expresaba en una terminologa perfectamente
comprensible para la gente de la regin, derivada naturalmente de
las condiciones locales, no en un lxico artificial para un rea campe-
sina, como habra ocurrido si se hubieran introducido conceptos
marxistas, cada uno de los cuales requerira de una explicacin
adicional y, sobre todo, de la aceptacin de sus alcances, lo cual no
es nada fcil en un medio predominantemente campesino o de
pequeos comerciantes, debido al papel subordinado que se les
asigna y a la subestimacin de ellos que esto implica, sobre todo si se
quiere que estos conceptos sirvan de fundamento para una guerra.
Una cosa es aceptarlos en el contexto de un aprendizaje en una situa-
cin comn y corriente o como fundamento para una lucha social
pacfica, y otra como base para una lucha en la que se arriesga la vida.
Al utilizar esa identidad se evit la tarea de construir una nueva,
que habra implicado una lucha previa en el mbito de los conceptos
contra la poblacin, lucha que, aunque no lo parezca, podra ser
mucho ms difcil que la que haba que librar contra el gobierno.
Logr sortear dicha dificultad al compartir en lo esencial la visin
campesina, lo que dio lugar a una concordancia casi perfecta entre el
marco de significacin manejado por Lucio y el de la poblacin. En
trminos de William Gamson puede decirse que haba una cultura
poltica compartida entre Lucio y los campesinos de la zona por la
posesin de un mismo:
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
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creativa de la revolucin y del marxismo, dado que Lucio se asuma
como marxista.
Cre una tctica poltica flexible, basada en las decisiones de
la gente y en la evolucin de los conflictos a su propio ritmo, tctica
mostrada en todos los aspectos de su actividad: en el hecho de que
parti de problemas de un alcance muy limitado, como son los esco-
lares, para ampliarlos e involucrar a otros sectores y a otras demandas
ms abarcadoras y con un mayor impacto social; en el desarrollo de
una lucha por demandas sociales a otras por demandas econmicas
y polticas; en la transformacin de la lucha legal en lucha armada. Y
no se trat de un proceso forzado por el dirigente sino de una progre-
sin natural, al ritmo de las necesidades de la poblacin, por sus
propios planteamientos y conforme a sus propias decisiones. Cabe
decir, era una tctica no vanguardista sino una influida notoriamente
por la opinin de los de abajo.
La flexibilidad se puede ver en la poltica de alianzas caracteri-
zada por una gran tolerancia, mostrada en toda su magnitud en su
relacin con el PCM. En vez de combatirlo acremente como lo hacan
otros grupos armados de su tiempo, midiendo con un mismo rasero,
tanto a los dirigentes, como a los militantes de base de ese partido,
Lucio mantena una relacin cercana con muchos de los militantes
comunistas que haba conocido y los incorpor a algunas tareas, de
manera que para l era permisible, tanto la participacin de comu-
nistas en la lucha del PDLP, como una doble militancia, es decir, la
militancia simultnea tanto en el PCM como en el PDLP.
Elabor un mtodo para el trabajo poltico: siempre ensear y
hacerlo con la accin y en la accin, mtodo derivado de su profesin
y aplicado constantemente. Efectivamente, todo lo que haca puede
entenderse como una continua labor educativa, un repetido proceso
de convencimiento: lo haca en las plticas con la gente en la escuela,
con las visitas a los padres de familia, con las marchas, con los mtines,
con los discursos, con la subida a la sierra y lo hara tambin ya en la
sierra en cada encuentro con algn campesino, en cada asamblea y
en cada accin militar. En todo se nota su papel de maestro y no lo
poda evitar ni tena para qu hacerlo. Por el contrario, siempre le fue
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
muy til. Por eso siempre escuchaba, por eso siempre decida lo que
la gente aceptaba, a menos que fuera demasiado peligroso e intil,
en cuyo caso se esforzaba por convencer mediante el ejemplo, nunca
por medio de la imposicin.
Obtuvo una gran legitimidad para la utilizacin de la violencia
revolucionaria. Con la masacre se justificaba no solamente la lucha
popular abierta, legal, sino cualquier forma de lucha utilizada por
el pueblo, por la evidente clausura de las posibilidades de dar solu-
cin por medio de la lucha pacfica a las demandas de la poblacin.
Se atrevera alguien a organizar una manifestacin despus de ese
momento? Si Lucio tomaba las armas su lucha sera la continuacin
de la que desarrollaba en la legalidad y sera tan legtima como ella.
Esta legitimidad fue producto precisamente de la tctica cabaista
toda vez que la lucha armada surgi como un desenlace natural de
los acontecimientos polticos.
La violencia que se justificaba ante los ojos de la poblacin
agredida no era solamente la violencia de respuesta hacia quienes
haban realizado la agresin, sino una violencia ms amplia, de
contenido revolucionario: los asesinatos haban dado lugar a que la
furia popular no estuviera dirigida solamente contra los causantes
directos de la masacre, los agentes judiciales y los caciques. Se diriga
tambin al ejrcito, al gobierno estatal y federal, as como contra los
ricos de todo el pas. Ocurri el fenmeno que Ranajit Guha deno-
mina Atidea, por el cual se realiza la transferencia de un atri-
buto a otro35 y que en este caso coloc a otros actores en el campo
del enemigo, incluido al ejrcito, que segn algunos testigos, haba
evitado que la Polica Judicial matara ms gente36 y por eso no nece-
sariamente tena que ser considerado enemigo.
Por eso se puede hablar de la legitimidad de la violencia de la
poblacin atoyaquense.
44
El guerrillero
Se fue al monte como lo haba prometido, a hacerse revolucio-
nario y a recuperar su nombre. A partir de ese momento ya no sera
ms el Maistro sino Lucio, a secas, o el Gallo (era un verdadero
gallazo) para los conocidos, para los otros sera Miguel, uno de los
tres miembros de la UCPCPF que se subieron a hacer la revolucin
el 19 de mayo de 1967.
A hacer la revolucin, pero, cmo?
Tena a su alcance varias opciones:
Dado que el modelo cubano era su referente como lo fue de otros
normalistas rurales que quisieron hacer una guerrilla rural, poda
esperarse que creara un foco guerrillero en la sierra de Atoyac, como
lo hicieron Arturo Gmiz, scar Gonzlez Eguiarte y Pedro Uranga
en la sierra de Chihuahua.37
O que se limitara a ejercer la autodefensa, como lo hizo
Rubn Jaramillo despus del fracaso de los levantamientos de
1943, 1944 y 1946.
O que siguiera la tradicin en la zona: un levantamiento campe-
sino insurreccional para formar una fuerza armada con caracters-
ticas de ejrcito regular capaz de atacar al ejrcito federal en combates
de posiciones como lo haban hecho Baldomero y Amadeo Vidales
entre 1926 y 1929, cuando luchaban en la zona contra el cacicazgo de
los espaoles y por la reparticin de la tierra antes del cardenismo.
En esa ocasin los rebeldes tomaron militarmente Atoyac, como se
lo propusieron muchos campesinos. Era posible lograrlo luego de la
matanza del 18 de mayo, sobre todo si se toma en cuenta que contaban
con el apoyo de una fuerza armada legal de la zona:
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
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La guerra de guerrillas era su alternativa, pero no a la manera
del foco chihuahuense, con una unidad guerrillera que inicia muy
pronto los ataques al ejrcito porque el resultado hubiera sido su
aniquilamiento en muy poco tiempo.
Su manera fue la utilizacin de un tiempo en la preparacin de
las condiciones para desarrollar la guerra de guerrillas: el suyo sera
un grupo que atacara al ejrcito durante aos. Los primeros aos los
ocupara en una labor paciente de convencimiento de la poblacin
acerca de la conveniencia, de la necesidad y de la posibilidad de la
utilizacin de la guerra de guerrillas para realizar una revolucin.40
En ese momento comenz un peregrinar por distintos pueblos de
la sierra para visitar a todos los pueblos y comunidades, para hacerles
comprender la nueva manera de hacer las cosas y para involucrarlos
poco a poco en el esfuerzo armado. Tal vez ocupara mucho tiempo
esa labor, pero no le importaba: tomara el tiempo que fuera nece-
sario para hacer las cosas con su tctica y con su mtodo, al ritmo de
la gente, con sus decisiones y siempre enseando; eso permitira que
la gente estuviera completamente convencida de que ese era el mejor
camino y as pudiera entrarle con todo, sin reservas.
Si se toma en cuenta que la lucha armada estaba encabezada por
el dirigente de una organizacin social con arraigo en la zona, era
de esperar que su grupo armado no carecera de apoyo, de manera
que el tiempo ocupado antes de iniciar los hostigamientos militares
no puede entenderse como un perodo de implantacin como el que
ocupara un grupo que no tiene base alguna en la zona; ms bien,
sera tiempo ocupado en transformar la base social de la organiza-
cin social en la base de apoyo del grupo armado.
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
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pasaba de dos personas, Lucio y otro, que prometan que algn da
atacaran a la polica y al ejrcito? Qu podan hacer con un grupo
tan pequeo? Atacaran en verdad, o solamente estaban perdiendo
el tiempo?
Afortunadamente Lucio no era un desconocido de cuya palabra se
pudiera desconfiar. Podra dudarse de su aptitud para hacerlo, pero no
de que lo intentara. Podra pensarse que sera muy fcil que lo aniqui-
laran en los primeros combates, pero no que se negara a combatir
llegado el momento. De ah que result necesario ocupar varios aos
en una lenta labor, no para ganarse la confianza de la gente, como
tendra que hacerlo algn desconocido o cualquier persona o grupo
que llegara a una zona sin tener ningn nexo con ella.
Tampoco se trataba de convencer a la poblacin de que haca
falta un cambio social, como tendra que hacerse con gente que no
hubiera participado en ninguna lucha social.
De lo que se tena que convencer a la gente de la sierra de Atoyac
era de otra cosa: de que la guerra de guerrillas era mejor alterna-
tiva que la insurreccin, porque esta sera derrotada fcilmente. La
postura de Lucio iba contra el sentido comn predominante en la
regin y haba que remontarlo, lo que requera de un esfuerzo arduo
que podra llevar varios aos. En la memoria colectiva se encon-
traban presentes las experiencias de cuarenta aos atrs, narradas
todava por algunos sobrevivientes.Y haba que convencerlos de que
ese no era el mejor camino.
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
otro estilo al cual no le tenan fe las gentes. Por eso es que no encon-
trbamos gente de repente para formar el grupo [...] Entonces, qu
haba que hacer? No decir tanto cmo es el movimiento guerrillero,
sino demostrarlo con los hechos, permanecer el grupo en el monte
para crear fe, para demostrar que as se poda escapar del ejrcito,
burlar al ejrcito y que no nos poda hacer nada, y que hasta nos
dbamos el lujo de ponerle una emboscada a un cacique y que no nos
podan hacer nada.42
No fue fcil. En este punto diferan el marco de significacin de
Lucio y el de los campesinos atoyaquenses, al tener l como referente
la Revolucin cubana y ellos la lucha de Amadeo y Baldomero Vidales,
lo que significaba que tena que realizar una gran tarea de convenci-
miento para modificar el marco de significacin de la poblacin.
Cinco elementos seran importantes en esta fase: la columna, la
asamblea, la autodefensa, la propaganda armada y los secuestros. Sin
ellos sera incompleta la transicin de la base social a base de apoyo.
La columna
En fila india caminan en medio de la espesa vegetacin varias
personas; en sus manos llevan sendos fusiles empuados como si
en cualquier momento fuera a aparecer el enemigo y tuvieran que
dispararlos. Cada uno lleva una mochila a la espalda y miran al frente
y a los lados; van en silencio y el nico ruido que se escucha es el del
roce de sus cuerpos con las hojas del follaje y de los machetazos que
da el gua a algunas ramas para abrirse camino en el monte. Cuntos
son? Su nmero es indeterminado, puede variar entre dos y cerca
de cien elementos, no hay un nmero fijo, y cuando se les ve pasar
es difcil contarlos porque caminan, si el monte es cerrado, a una
distancia de cinco metros uno del otro, y si es descampado, pueden ir
a diez metros. Tal vez vayan a poner una emboscada, o podran venir
de una que recientemente hicieron; lo ms probable es que se dirijan
a un pueblo para reunirse con algunos de sus habitantes.
50
Eso es una columna guerrillera y as andaban Lucio y sus compa-
eros en el monte. Como lo dejaba ver la experiencia cubana, con
ella se poda hostigar al enemigo con pequeas emboscadas despus
de las cuales se replegaran a sus campamentos ubicados en zonas
recnditas. Al crecer se dividira en dos para abarcar zonas distintas;
despus, ambas creceran a su vez para dividirse llegado el momento,
para luego repetir el proceso hasta abarcar prcticamente todo el
pas. Finalmente, uniendo sus columnas en frentes guerrilleros
podran enfrentar grandes batallas para tomar cuarteles y pobla-
ciones hasta tomar la capital.
Un proceso como este quera desarrollar Lucio en la sierra de
Atoyac, pero, poda lograrlo a partir de los tres elementos que se
subieron a la sierra el primer da?
Sera demasiado temerario que tres personas combatieran
contra una unidad militar, y mucho ms si no tenan la menor prepa-
racin militar, aunque no dudaran en disparar contra el enemigo si
no haba manera de eludirlo.
Cmo conseguir ms elementos para formar una columna con
un nmero suficiente para combatir?
Tena entendido que doce elementos integraron la primera
columna guerrillera de la Sierra Maestra, as que ese podra ser un
buen nmero, o tal vez diez. Si se tratara de levantar elementos para
una accin que durara dos o tres das no sera un gran problema,
pero, para una guerra larga?, eso s era difcil, sobre todo para
quienes tenan familia que sostener.
Afortunadamente siempre haba jvenes, o personas de cual-
quier edad, que no tenan una familia que mantener, as que con
algunos de ellos se podra formar el ncleo fundamental de la
columna y se les conocera como los fijos. Los dems se podan
completar con otros que estuvieran dispuestos a incorporarse por
poco tiempo y se les llamara los transitorios, quienes tendran el
compromiso de permanecer en la columna durante tres meses como
mnimo, pero haba gran flexibilidad al respecto. Durante muchos
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
43 Ibidem, p. 60.
44 Alberto Lpez Limn. Historia de las organizaciones op. cit., p. 699.
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momento si se necesitaba contar con ms gente en alguna situacin
particular, y al regresar a sus comunidades promovan al grupo entre
los dems habitantes; esto permita extender la influencia del grupo
hacia otras zonas, como ocurri con Acapulco.
Algo muy importante fue ocurriendo en el mbito cultural: con
la presencia de Lucio en la sierra encabezando la columna y en la
medida en que fue eludiendo la persecucin policaca y militar,
pero sobre todo cuando comenz a actuar militarmente, Lucio y la
columna se fueron convirtiendo en el mito guerrero reivindicador
que sustituy en el imaginario social al de Amadeo y Baldomero
Vidales, orgullo de la regin; para hablar del grupo ante los dems
no se deca va a venir Lucio, sino va a venir el Gallo; los guerri-
lleros eran el smbolo que encarnaba el valor y la dignidad del
pueblo; en ellos, pero sobre todo en l se materializaba la esperanza
de un cambio social. Y no solamente eso, en el imaginario social
Lucio fue adquiriendo el valor smbolo representativo de la zona:
era uno como ellos, pensaba como ellos, hablaba como ellos, decida
junto con ellos y era el ms valiente de todos y al que el enemigo le
tema.Tena todo para ser el dirigente que siempre haban esperado
y que siempre haban sabido que algn da llegara. As como un
poco antes en Atoyac se deca; vete a ver al Maistro, en la sierra
haba existido siempre una frase inacabada, inmovilizadora pero
llena de fe, que haca referencia a alguien como Lucio: el da que
haya alguien que cruce por delante, pinches guachitos. Desde
el psicoanlisis se dira que representaba la figura paterna para los
sierreos, pero de un padre en el que se puede confiar y al que se
poda acompaar en sus venturas y desventuras en ese momento
en que ya haba cruzado por delante para dirigir a esos que espe-
raban. Parece mitologa pero as pensaba el pueblo y conforme con
esa idea actu y sigui a ese que al fin haba llegado.
Por otra parte, el lenguaje se fue llenando del trmino los zancas,
expresin local de compas, con el que se conoca a los guerrilleros;
las ideas del cambio se hicieron predominantes entre la poblacin y
la palabra revolucin flotaba en el ambiente; la participacin en la
lucha se fue convirtiendo en un valor muy importante y en smbolo
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
54
relativamente grandes, aunque aqu no se invitaba a todos debido a
que era posible que hubiera informantes del gobierno; en esos casos
la invitacin era selectiva, pero de cualquier manera se realizaba una
asamblea del mismo tipo.
Analizadas desde distintos puntos de vista, las asambleas de las
comunidades pequeas dejan ver varios fenmenos sumamente
importantes:
Vista con una mirada militar, la primera asamblea era una
formalidad en la que dos sujetos colectivos se reunan a travs de
un intermediario de confianza de ambos interlocutores y por eso
haba seguridad para ambos. La existencia de esos intermediarios
era vital para el crecimiento, y existan debido a las redes familiares
y sociales que se extendan de una comunidad a otra; cada persona
tena parientes y amigos en otros pueblos y servan de contacto con
ellos. Con ese mtodo la columna creca al mismo tiempo que su rea
de influencia: cada nueva poblacin representaba la oportunidad de
crecer a las aledaas. Esa era la gran ventaja de contar con una base
social previa.
En las asambleas posteriores ya haba confianza, el trato se
iba haciendo ms estrecho y en ocasiones se incorporaban nuevos
elementos o se comprometan a incorporarse ms adelante, cuando
terminaran algn trabajo que tenan pendiente.
Con una visin eminentemente poltica, la asamblea implicaba
la extensin del rea de influencia de la columna guerrillera, arreba-
tarle ms territorio y ms poblacin al Estado mexicano, lo que signi-
ficaba nada menos que un avance en la construccin de un nuevo
Estado revolucionario, lo que se lograba a partir del involucramiento
de la columna en las problemticas locales.
Los problemas que ms preocupaban en ese tiempo a las comu-
nidades eran los que tenan que ver con la pobreza, con el abuso de
los caciques, con la falta de servicios como caminos, salud, educacin.
Desde el primer momento, los guerrilleros explicaban que precisa-
mente eso era lo que les haba motivado a levantarse en armas, de
manera que era natural la mutua empata, habida cuenta de que era
notorio que el gobierno y los caciques eran el enemigo comn, no
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
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mutua fortalecida con el cumplimiento de las tareas que resultaban
de los compromisos asumidos en las asambleas. Lucio arreglaba
cualquier problema porque siempre buscaba contar con recursos
para apoyar a la gente necesitada y nunca le faltaban contactos para
casi cualquier cosa: especialistas mdicos para curar a la gente de
forma solidaria, abogados para llevar pleitos jurdicos.45
Por otra parte, las asambleas eran el medio que haca que la
democracia normara la toma de decisiones, pues no era una cpula
la que en nombre de la columna se reuna con la comunidad, ni era
una cpula de la comunidad la que se reuna con la columna, sino
que se formaba una especie de pleno por ambas partes y en l poda
opinar cualquier miembro de la poblacin y cualquier miembro de
la columna. Y cuando la comunidad tena que tomar una decisin la
columna no intervena en ella, solamente los miembros de la comu-
nidad tenan derecho a decidir.
Adems, en la asamblea se iba conformando la causa comn, la
causa de los pobres, los porqus de la lucha, y eso ayudaba a la cons-
truccin del nosotros unificador de los pobres y que abarcaba, no
solamente a la columna, sino tambin a la comunidad en un proceso
simbitico fusionador por el que dos sujetos, que al principio pare-
can distintos por andar uno el monte, agitando y levantando los
nimos guerreros, en tanto que el otro viva en sus comunidades,
trabajando, lamentando sus desgracias y rumiando su sorda incon-
formidad, poco a poco se fueron fusionando en uno solo con una
especie de divisin del trabajo que no era muy estricta dado que los
transitorios hacan la vez del engrane que conectaba ambas formas
de vida y las asambleas eran esas grandes ocasiones en que se dejaba
ver la unidad de ambos componentes de la lucha popular.
La visin localista, tan propia de los movimientos campesinos iba
dejando su lugar a una visin con alcances mayores cada vez: de la
consideracin de las necesidades de la comunidad como si fueran
las nicas, se comenz a tomar en cuenta la zona de la sierra y poco
a poco se fue avanzando hacia una visin ms amplia que se fue
45 Ibidem.
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
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Con una visin psicolgica, la asamblea era un fenmeno tera-
putico individual y colectivo: al expresarse en pblico los agravios
sufridos, al enunciarse los deseos de terminar con esa situacin de
sometimiento, al formularse ante los dems miembros de la comu-
nidad las aspiraciones y sueos, los participantes podan desahogar
esa amargura y rencor acumulados tras aos y a veces toda una vida
de vejaciones, lo que otorgaba una funcin catrtica. La esperanza se
abra paso en medio de esas reuniones desplazando al estrs provo-
cado por la ira contenida.
Al hacerse compromisos individuales y colectivos en pblico,
compromisos que podan acarrear represalias a todos los miem-
bros de la comunidad, incluidos los hijos y familiares no presentes,
la asamblea generaba una complicidad reafirmadora de los lazos de
la comunidad y de la confianza, tanto respecto de los otros miembros
de la comunidad como de la columna, lo que le conceda una funcin
constructora y reconstructora del tejido social, con lo que se modifi-
caba favorablemente la personalidad colectiva; con la explicacin de
la situacin y de los conflictos entre las personas y las comunidades
como pugnas beneficiosas para los ricos y el gobierno y muchas veces
causadas por ellos, se disipaba el dolor de los agravios pasados entre
los miembros de la comunidad, y entre las comunidades cuando se
trataba de asambleas en las que participaban miembros de dos o ms
poblaciones, de manera que hasta un proceso de cura resultaba de
esas reuniones.
El nimo de luchar y el compromiso adquirido ayudaban a la recu-
peracin de la dignidad maltratada o perdida por tantas agresiones
soportadas sin defenderse y contribua a la afirmacin de personali-
dades que haban sido inferiorizadas a fuerza de maltrato y burla. En
esas reuniones, una y otra vez repetidas, se forjaba la construccin de
una nueva personalidad colectiva, porque si durante mucho tiempo
haban resistido en silencio, eso se haba acabado: con Lucio podan
responder ahora de t a t a los opresores; ya no ms esconderse, ya no
ms soportar sin responder ms que con la rabia que deba ocultarse.
Era hora de hacer salir al otro sierreo, el bravo, el que combata con
la guerra de guerrillas a esos que provocaban sus desgracias. Con una
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
La autodefensa
Uno de los rasgos definitorios del movimiento armado era su
carcter defensivo: si recurri a las armas fue solamente por la nece-
sidad que Lucio tena de resguardarse del riesgo de ser asesinado
y de responder a quien asesina al pueblo. Y no era Lucio el nico
60
agraviado, por supuesto; cada uno de los integrantes de la columna
tena sus propios agravios, sus causas personales por las cuales se
senta en la necesidad de pelear47, por eso era hasta natural su incor-
poracin a una columna que tuviera como propsito vengar esas
afrentas. No se trataba solamente de una conviccin poltica o ideo-
lgica, sino de una necesidad vital. De ah su fuerza y su posibilidad
de subsistencia pese a la represin.
Por eso es que la actividad de la columna no se poda limitar a
ocultarse de las fuerzas armadas y de los caciques para preparar
una lucha en algn momento futuro. Tambin tena que hacer algo
en contra del enemigo. De otra manera las palabras de Lucio seran
indignas de la confianza depositada en l; seran simple charla-
tanera al igual que la de otros profesores que antes de l expre-
saban su nimo de luchar contra los explotadores y opresores, pero
hablaban de ellos como algo abstracto, etreo, conceptual, sin hacer
nada contra los enemigos concretos que les robaban y asesinaban.
Esa necesidad flotaba en el ambiente, sobre todo por las caracte-
rsticas de la zona y por los ofrecimientos que hizo al decir: cuando
nos maten compaeros, hay que matar enemigos48, promesas que le
comprometieron a no dejar impune ninguna agresin. Qu poda
hacer para que no quedara sin respuesta el agravio del 18 de mayo?
Tena que actuar militarmente para mostrar que su lucha era
verdadera, pero no contra el ejrcito porque se precipitaran las
cosas, sino contra un contendiente ms dbil pero suficientemente
odiado por la poblacin. La polica judicial era ese enemigo, as que la
primera accin militar de la incipiente guerrilla fue una emboscada
contra esa corporacin en el Rincn de las Parotas, la primera pobla-
cin que se encontraba en la brecha de Atoyac a El Paraso.
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
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profundamente esa inaceptable clera, reprobada por su moral y
por la nuestra y que no es, sin embargo, sino el ltimo reducto de su
humanidad. Lean a Fanon: comprendern que, en el momento de
impotencia, la locura homicida es el inconsciente colectivo de los
colonizados () Esa furia contenida, al no estallar, gira en redondo
y daa a los propios oprimidos. Para liberarse de ella, acaban por
matarse entre s ().49
49 Luis Surez, Lucio Cabaas. El guerrillero sin... op. cit., pp. 55-56.
50 Jean Paul Sartre. Prlogo a Los condenados de la tierra, por Frantz Fanon,
Fondo de Cultura Econmica, Mxico: 2009, p. 17.
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Los secuestros
En ese entonces, en Uruguay destacaban los Tupamaros, un
grupo guerrillero urbano audaz que realizaba secuestros polticos
con el fin de financiar la lucha armada revolucionaria, as como para
revelar ante la poblacin algunos inquietantes secretos guberna-
mentales, como la intervencin norteamericana en la represin y en
la preparacin del ejrcito y la polica para la tortura y los asesinatos
de opositores. En ese entorno, era natural que se le viera como un
medio lcito para conseguir fondos para sostener al grupo revolucio-
nario. En otros pases otros grupos recurran a los asaltos bancarios
con ese mismo objetivo, al fin que era dinero de los oligarcas, dinero
que haban obtenido despojando a los trabajadores y por eso los
asaltos y secuestros eran entendidos como acciones justicieras para
recuperar parte de lo robado para utilizarlo para acabar definitiva-
mente con el robo.
Por eso los guerrilleros guerrerenses pensaron que era adecuado
realizar secuestros y asaltos a empresas de la burguesa y por ello el
grupo realiz varios secuestros con el propsito de obtener dinero
para comprar armas. Efectuaron su primer secuestro en julio de 1970,
en la persona de un rico llamado Juan Gallardo, y con los recursos
obtenidos, Lucio apoy a la red de colaboradores. Incluso, hubo un
secuestro en el que se consigui que las deudas que la poblacin
tena con un cacique fueran condonadas. Qu contentos se pusieron
los campesinos cuando supieron que sus huertas de caf ya no
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quedaran en manos del cacique al terminar el plazo de la deuda
contrada en condiciones tan desventajosas! Saban que les benefi-
ciaba y que lo haban hecho los guerrilleros, esos a los que ellos le
llevaban de comer, de manera que vala la pena seguir apoyndolos.
Esas acciones eran vistas por la poblacin como un medio para
la obtencin de recursos, pero tambin como una accin vindica-
tiva: los secuestrados no eran unas personas neutrales o que pare-
cieran serlo, sino individuos reconocidos por sus abusos contra la
poblacin, de manera que eran el equivalente del saqueo de propie-
dades tan caracterstico de las rebeliones campesinas de todos los
tiempos y pases, solamente que aqu lo haca un grupo y no la masa
de pobladores.
Vistas as las cosas, por qu habran de condenarlos los propios
campesinos? De nada serva la propaganda radiofnica que despo-
tricaba contra los guerrilleros llamndolos delincuentes. Despus de
todo, hasta los delincuentes comunes y corrientes, simples bandidos,
son aplaudidos por la gente cuando atacan a los opresores; de alguna
manera se sienten vengados.
Desgraciadamente, el dinero se acababa pronto; destinado solo
a la compra de armas habra durado ms, pero al servir para apoyar
a los que necesitaban pagar algn gasto mdico de emergencia o
para un imprevisto, no duraba gran cosa, de manera que se creaba
un crculo vicioso de accin tras accin, adems de que daba lugar a
la condena cuando se les juzgaba desde lejos, de sitios donde no se
conoca a los secuestrados.
Qu podra importarles a Lucio y a sus compaeros que otros
consideraran populistas esas acciones? No les importaba en abso-
luto. Esos que les criticaban, seguramente no conocan las necesi-
dades de la poblacin y, por una u otra cosa, dichas acciones les
parecan inadecuadas.
Su lucha no era solamente para el futuro, sino tambin para el
presente inmediato, cuando menos para que solucionaran sus nece-
sidades ms inmediatas.
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
La propaganda armada
Alguien que camina por el campo se encuentra a los guerrilleros
caminando en fila india, los mira poderosos, desafiantes; son los que
atacaron a la polica judicial. Un nio los mira cuando acompaa a
su pap a dejarles la comida al monte y se espera para verlos comer;
sabe que son amigos de su pap y que pelean contra los guachos,
contra el gobierno, que para l son esos uniformados de verde que
llegan e insultan a sus paps y les gritan para preguntarles: dnde
estn los guerrilleros! Esos uniformados son malos, no como estos
que ni uniformados van y tan amistosos se ven. Algn da ser como
ellos, cuando sea un poco mayor y pueda llevar un rifle tan bonito
como el que ellos llevan.
Antes eran pocos, ahora son ms, de manera que se nota que va
aumentando su fuerza. Y los guachos que los buscan y buscan y no
los pueden encontrar! Es que son muy listos y hbiles para eludir la
persecucin.
La guerrilla no era un espectculo, desde luego, pero cada ocasin
en que la poblacin los miraba, se animaba y adquira conciencia de
su propio poder: el poder de la guerrilla es el suyo. Su confianza en
el triunfo aumentaba cuando vea que seguan en el monte y que
ya haba otra poblacin ms que les apoyaba. Por supuesto que as
daban ganas de llevarlos con los familiares de otra poblacin. Si esto
segua as, qu les iban a durar los guachos! O tal vez s les duraran
mucho, pero finalmente ganara la guerrilla.
Adems, en cada acto que realizaban los guerrilleros era notorio
el respeto por la poblacin: no la agredan nunca, jams la daaban,
ni aunque tuvieran hambre y se encontraran con un chivo o una vaca
o un becerro que fcilmente podran matar para saciar su hambre
de das. No lo hacan porque Lucio dio rdenes de nunca tomar algo
sin que se los hubieran dado, por ms que lo necesitaran. Y cuando
un guerrillero se enamoraba de una muchacha de una comunidad,
la peda para casarse con ella, no se la llevaba para luego llegar con
su familia a conciliar, como en la zona lo hara algn otro. General-
mente, era Lucio el que hablaba con los padres de la muchacha en
funcin de pedidor.
66
Eso era la propaganda armada, no eran acciones especiales
para impresionar sino las cotidianas, una propaganda armada en la
accin, sin mostrar ms que lo necesario, congruente con el mtodo
cabaista. No se trataba de impresionar a nadie, aunque finalmente
ese fuera el resultado. Por supuesto que haba plticas con la pobla-
cin en las que se explicaba la lucha, pero cada accin tena un efecto
propagandstico aunque no se lo propusieran as los guerrilleros.
El apoyo econmico tampoco era una accin pensada para la
propaganda, pues no se le daba a cualquiera ni era equitativa ni se
trataba de un salario. Se otorgaba de acuerdo a la necesidad espe-
cfica y conforme con la disposicin de recursos: si no haba, no se
poda dar, y la gente lo comprenda, tena que hacerlo. Y sin embargo,
funcionaba como propaganda.
Para el 18 de mayo de 1972 haban pasado ya cinco aos de la
masacre de Atoyac, cinco largos aos de andar en el monte ejerciendo
la autodefensa. Hasta cundo iban seguir as? Era posible pasar a
otra etapa? A partir de qu momento se podra dejar la defensa para
comenzar a atacar?
Es difcil saber lo que Lucio pensaba en ese tiempo, pero un
anlisis de ese perodo permite ver que con la columna autodefen-
siva haba logrado varias cosas en esos cinco aos:
67
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
68
Copreros, asesinato de decenas de personas cultivadoras de palma
de coco. Por qu en ninguna de esas ocasiones haba dado alguna
respuesta militar el grupo de Lucio?
Acaso eran insensibles al dolor de los sectores en lucha y no se
indignaban con esos acontecimientos que estremecieron a grandes
porciones de la poblacin? Y no haban considerado la posibilidad
de aprovechar la situacin para mostrarse como la vanguardia de la
lucha popular?
No haban realizado ninguna accin militar, no por falta de
deseos o por falta de sensibilidad. Es que no era el momento. Si
hubieran atacado militarmente al ejrcito habra sido contraprodu-
cente al no encontrarse listos para ello. Habran sido aniquilados por
el ejrcito si lo hubieran hecho y todo el esfuerzo se habra malo-
grado. Era ms importante fortalecerse para atacar en el momento
en que estuvieran en condiciones de hacerlo.
Por qu atacar, si mostrar su presencia poda echar a perder el
trabajo realizado? Ni para eso ni para conmemorar fechas impor-
tantes. Lo conveniente era acumular fuerzas en tanto no se tuvieran
las suficientes para iniciar una serie de acciones militares que
pudieran tener continuidad.
Por eso hubo que esperar, pero despus de cinco aos era posible
actuar militarmente. La gente de la sierra lo peda. A muchos les
pareca que era demasiado tiempo el que haban ocupado en la auto-
defensa. El ejrcito ya andaba en la sierra buscando guerrilleros,
sobre todo a partir de que Genaro Vzquez se fue al monte en 1968,
inmediatamente despus de fugarse de la crcel de Iguala, el 22 de
abril, y despus de tres aos de andar en distintas zonas del estado
realiz una entrevista en julio de 1971 a la revista Por Qu? Adems,
en marzo de 1972 se public en un diario de Acapulco un comunicado
del PDLP en el que daba a conocer sus planteamientos polticos.
Era el momento de las armas, as que el 25 de junio de 1972, en
el Arroyo de las Pias, cerca de San Andrs, poblacin situada en la
misma carretera del ataque contra los policas judiciales en 1967, se
realiz la primera emboscada contra una unidad militar, con un saldo
de diez soldados muertos.
69
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
70
del pas, voltearan a ver a Guerrero llenos de esperanzas, y algunos
buscaban un contacto para sumarse a la guerrilla. Ya no era sola-
mente Cuba el ejemplo, sino que lo era tambin Guerrero.
Cre un foco guerrillero con base de apoyo y, por lo tanto, con posi-
bilidades de sobrevivencia, que eludi la persecucin militar y en
medio de ella creci hasta contar con decenas de combatientes.
71
Captulo ii
El partidismo de los pobres
Para los primeros meses de 1968, lo que fue una columna de tres
elementos era ya una fuerza de 13 elementos, entre fijos y transito-
rios, que tena colaboradores y simpatizantes en varias comunidades.
Creca continuamente y a mediados de ese mismo ao dispona de 17
elementos y una direccin colectiva.52
Cuando solamente eran tres los integrantes, la pequea columna
era un grupo de autodefensa que no necesitaba ninguna estruc-
tura dado que la nica era informal: el grupo se divida en dos: por
un lado Lucio, como jefe indiscutible, y, por otro, los dems inte-
grantes. Sin embargo, con el tiempo y con el crecimiento del grupo,
se fue haciendo cada vez ms necesaria una estructura formal que
permitiera dividir el trabajo y que diera forma al grupo para que no
todo dependiera de una sola persona, porque si llegara a faltar, todo
terminara. Cul podra ser la mejor forma? Haba varias posibili-
dades cercanas a Lucio:
La experiencia que vivi directamente, como militante comu-
nista, le indicaba que haba ya un partido revolucionario, el PCM, que
podra dirigir la lucha. No tendra que formar nada, sino tan solo decir
a los dirigentes nacionales de ese partido que ah estaba ese pequeo
grupo dispuesto a pelear a sus rdenes, como un brazo armado; si
73
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
74
El PCM, de acuerdo con su poltica en ese tiempo53, no quiso
tener la responsabilidad de conducir formalmente un grupo armado,
dado que segua la estrategia impulsada desde la Unin Sovitica:
la bsqueda de la apertura de espacios electorales para impulsar
una revolucin democrtica de liberacin nacional, as que qued
descartada la primera opcin. No sera un ejrcito del PCM.
En Guerrero no haba obreros, as que tendra que descartarse un
partido obrero, aunque eso no era ningn obstculo para formar un
partido integrado principalmente por campesinos, como en China,
que se considerara proletario por la ideologa marxista-leninista de
su dirigente. Sin embargo, no le parecieron convenientes a Lucio las
otras caractersticas de un partido leninista porque daran lugar a
una organizacin en la que decidiran los intelectuales apegados a
los libros, no todos los integrantes de la organizacin; adems, a la
gente de la regin se le dificultara la participacin en una revolucin
de cuyos trminos poco conoca y cuyos objetivos le eran ajenos. No
sera un partido leninista.
Una organizacin amplia, a la manera del Movimiento 26 de
Julio, sera una mejor opcin, pero con una gran diferencia, derivada
de la tctica y del mtodo utilizados por Lucio en la lucha social: las
decisiones se tomaran por los integrantes de la organizacin y no
solamente por los dirigentes, pese a que sera una organizacin clan-
destina.Con esas consideraciones, la organizacin que se propona
crear no sera ni obrera, ni de vanguardia, ni de cuadros, ni formada
por profesionales de la revolucin, ni centralista, ni se basara en la
homogeneidad de sus integrantes. Por lo tanto, no podra ser una
organizacin leninista.
No, porque, cmo poda conseguirse la participacin de la
mayora de la poblacin de la sierra en la revolucin sino conforme a
su paso y a sus decisiones?, y de qu otra manera poda ensearse
la democracia sino en la accin misma? De otra forma participaran
75
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
76
fueron los nombres que asumieron los primeros dirigentes del PDLP
y cuando fueron nombrados otros se decidi que, como una medida
de seguridad, se conservaran los mismos nombres para firmar los
comunicados, aunque los dirigentes fueran otras personas.
De mayo de 1969 a mayo de 1971 la directiva del PDLP recae en
Lucio, Csar, Eduardo, Eugenio y El Doc. Cuenta con 13 elementos
fijos.54
77
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
La estructura poltica
Todos los que participaban en la lucha formaban el Partido de
los Pobres, sin que importara el tipo de labor que realizaran: tanto
los combatientes de la columna, ya fuera fijos o transitorios, como los
integrantes de la base de apoyo, es decir, los habitantes de las comu-
nidades que estaban comprometidos en apoyar a la columna y los
elementos que en otras regiones apoyaba la guerrilla guerrerense,
ya sea consiguiendo recursos o iniciando esfuerzos por crear otros
frentes guerrilleros.
Era una organizacin amplia pero no amorfa; tena una estruc-
tura con formas organizativas especficas para el cumplimiento de
las tareas de la lucha clandestina con la mayor seguridad y eficacia
78
posible, combinando ambas necesidades que muchas veces se
encuentran reidas.
Efectivamente, si priorizaba la seguridad al grado de absoluti-
zarla, estara muy seguro pero no crecera, e incluso, disminuira su
fuerza hasta ser no ms que un esfuerzo meramente simblico, sin
ninguna posibilidad de triunfo, lo cual hubiera significado el fracaso.
Y si hubiera predominado el afn de crecimiento, habran aumen-
tado tanto los riesgos que hubiera sido fcil para el Estado aniqui-
larlo militarmente.
Qu tena que hacer Lucio ante esas posibilidades nada halaga-
doras? Cmo tendra que organizarse a tanta gente combinando la
seguridad y el crecimiento?
79
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
La Direccin Nacional
Formalmente, el organismo superior del partido era la Direc-
cin Nacional, organismo compuesto por cinco elementos elegidos
en la Asamblea del PDLP, a propuesta directa de cualquiera de los
participantes en esta y mediante votacin de todos ellos. De entre
los cinco se nombraba uno como principal dirigente, nombramiento
que era hecho tambin por todos los participantes de la asamblea.
En todos los casos Lucio fue propuesto y elegido como miembro de la
direccin y como dirigente principal. Por eso, desde 1969, ao en que
se nombr a la primera direccin del PDLP, l la encabez.
La Direccin Nacional era una especie de poder ejecutivo: tena
el mando de toda la organizacin durante un tiempo determinado
y en ese tiempo poda tomar decisiones ejecutivas, es decir, poda
decidir qu hacer, pero no poda emitir normas nuevas por encima o
en lugar de las aprobadas por la Asamblea del Partido.
80
La manera de elegir a la Direccin Nacional, as como las limita-
ciones que tena en su actuar, era una de las caractersticas ms noto-
rias que alejaban al PDLP del modelo leninista: sujetaba la direccin
de la organizacin a la decisin de la base y con ello se rompa el
centralismo y el nombramiento de los dirigentes por promocin
desde arriba, lo que es tpico de los partidos clandestinos y conduce
a la formacin de equipos inamovibles, de dirigentes que se eter-
nizan en sus posiciones de mando al depender de ellos la decisin
acerca de quin o quines son ascendidos en la jerarqua. Se evitaba
la omnipotencia de los dirigentes, tpica de la mayora de las orga-
nizaciones revolucionarias armadas tradicionales, causada por la
libertad de accin que les garantiza y que les otorga la posibilidad
de tomar prcticamente cualquier decisin, sin lmite alguno y sin
tomar en cuenta la opinin de los militantes.
En el PDLP, por el contrario, el que en un momento era dirigente,
terminando el perodo para el cual fue electo, poda convertirse en un
simple militante ms. Eso s, los que formaban parte de la direccin
conocan y tomaban parte de las decisiones estratgicas, las cuales se
reservaba la direccin cuando era demasiado riesgoso que las cono-
cieran todos, tal como ocurri con la creacin de otros frentes guerri-
lleros en otros estados o la discusin acerca el secuestro de Rubn
Figueroa y posteriormente los preparativos de esta accin.
81
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
82
Ms adelante se comenzaran a realizar las asambleas y en la
primera participaron hasta los que no eran miembros del PDLP pero
se encontraban en la columna como parte de acuerdos con otras
organizaciones:
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
84
del gobierno; en el mbito de las ideas, era otro su imaginario acerca
del futuro; en cuanto al qu hacer, su estrategia de vida ya no se enca-
minaba al corto plazo, a conseguir una situacin llevadera para ellos
y su familia, sino a cambiar la situacin en su conjunto por medio de
una revolucin.
85
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
La estructura militar
Durante 1967 y 1968 no se haba requerido una estructura militar
definida con toda formalidad y exactitud. La envergadura del trabajo
no la haca necesaria y crearla habra sido contrario a la personalidad
de Lucio, enemigo de los desplantes verbales y organizativos vanos,
sin base real en el trabajo, de los planes en el aire y de las concep-
ciones tericas que pretenden preverlo todo pero no tienen sustento
en las necesidades y las posibilidades reales:
Por eso no se cre la estructura militar sino hasta que fue posible
y necesario crearla, dos aos despus de la subida de Lucio a la sierra.
61 Ibidem.
86
Cmo tendra que ser una estructura militar para que pudiera
cumplir con sus tareas sin que el partido descuidara sus tareas
polticas?
En la misma ocasin en que se nombr la primera direccin del
PDLP se dispuso la creacin de su estructura militar y se decidi
llamarle Brigada Campesina de Ajusticiamiento.
87
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
62 Luis Surez, Lucio Cabaas. El guerrillero sin... op. cit., pp. 116-117.
88
Y cul era la estructura de la brigada? Es notorio que no haba
una estructura detalladamente jerarquizada, a la manera de un ejr-
cito tradicional, toda vez que no haba grados. Por qu?
Eso contrasta enormemente con otras fuerzas guerrilleras en
las que desde un principio se planteaba la existencia de una serie
de unidades jerarquizadas y mandadas por oficiales de distintos
grados. En la BCA ni siquiera exista el grado de comandante, que
en cualquier organizacin armada latinoamericana se ha asignado
al dirigente principal o los miembros de la comandancia general. Eso
no ocurri con Lucio Cabaas, que en todo el tiempo que existieron
el PDLP y la BCA no fue conocido con el grado de comandante, y
muchos menos lo hicieron los otros miembros de la direccin.
Por qu? No se sabe cules eran los criterios de Lucio al
respecto, pero es un hecho que eso se corresponde perfectamente
con una de sus caractersticas personales: partir primero de la
existencia de algo antes de nombrarlo. Efectivamente, el PDLP fue
nombrado cuando ya haba una gran cantidad de gente en la sierra
que participaba dentro de la guerrilla, de manera que el nombre se
le dio cuando la gente estaba en la lucha, no antes, para que no fuera
ms que un membrete; igual ocurri con la BCA: se le dio el nombre
cuando ya haba un grupo de combatientes ms o menos fogueados
en el monte, no antes, cuando apenas se subieron.
Para 1974 todava era bastante informal la estructura de la BCA,
posiblemente a causa de que la mayora de sus integrantes eran
combatientes transitorios, y en esas condiciones no era posible
asignar grados, a menos que se considerara que los grados podan
ser provisionales, lo que es poco probable. Por eso es posible que
ms adelante, poco a poco, conforme fuera creciendo el nmero de
los fijos, se ira haciendo necesaria una estructura ms perma-
nente, entonces llegara el momento de crear unidades permanentes
y solamente entonces se hara necesario asignar grados. Hasta ese
entonces, conforme a la costumbre de Lucio, se podra otorgar grados.
89
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
Otras brigadas
La BCA se convirti en el modelo a reproducir en los otros
lugares en donde el PDLP decida crear alguna columna. As surgi
la Brigada 18 de Mayo, creada a partir de la BCA, con la cual se dividi
la sierra de Atoyac en dos reas, una para cada brigada; o como
ocurri con la Brigada 10 de Julio, en Sonora, o con la Brigada Obrera
de Lucha Armada (bola) en Chihuahua.63
Eso ocurra cuando las unidades guerrilleras formaban parte
del PDLP, pero cuando el esfuerzo principal era de otra organiza-
cin, entonces el nombre cambiaba, como sucedi con las fap de
Hidalgo64 o con el Frente Revolucionario de Accin Socialista (fras)
de Aguascalientes, el cual actu como una brigada, la Brigada 77.65
Y si en Cuba las unidades bsicas del Ejrcito Rebelde fueron las
Columnas Guerrilleras, con las cuales se formaron ms adelante los
Frentes Guerrilleros, siempre formados por columnas, en Guerrero
las unidades bsicas eran las brigadas que, en conjunto, formaban el
ejrcito popular, un ejrcito que no tena todava un nombre. Algn
da, cuando estuvieran consolidadas otras brigadas, podra recibir
un nombre propio, como lo recibiran los frentes guerrilleros que a
partir de las brigadas se pudieran formar. Habra, as, seguramente,
un Frente Sur, un Frente Norte, uno Oriental, etc., pero eso sera a
su debido tiempo, cuando fuera necesario. Y el nombre sera el que
decidiera la gente, no forzosamente el que denota los puntos cardi-
nales. Lo importante, como siempre, era conseguir la gente y hacer
funcionar la estructura, el nombre vendra luego.
Eso es precisamente lo que ocurri en el caso de la Brigada 18
de Mayo, que no surgi por un plan concebido por Lucio desde el
principio sino en gran parte como producto de las circunstancias:
como no poda visitarse con frecuencia una zona, un compaero, Jos
Juan, que quera y crea poder dirigir una brigada, por la gran red
90
de familiares que tena en las cercanas de su comunidad de origen,
conform la Brigada 18 de Mayo.
La base de apoyo
La sierra de Atoyac, rea en la que actuaba el PDLP, era una
zona mestiza en la que haca mucho tiempo haban quedado atrs
las costumbres comunitarias, por lo que la participacin de la pobla-
cin en la guerrilla tenda a hacerse de forma individual, no colec-
tiva, con la participacin de todos los miembros de la comunidad,
como podra haber ocurrido en alguna zona indgena, a la manera
en que mucho tiempo antes haba sucedido en Morelos durante la
lucha de Emiliano Zapata en la Revolucin Mexicana o en diversas
partes del pas durante la Guerra de Independencia, o como ocurra
en las regiones indgenas de Guatemala a principios de la dcada de
los setenta del siglo xx.
Esto determinaba que, sobre todo en los pueblos grandes, sola-
mente parte de la poblacin participara en la lucha y que hubiera
algunos sectores ajenos a ella. Sin embargo, como se trataba de una
zona campesina en la que los nexos familiares eran muy fuertes, la
participacin en la lucha tenda a ser familiar, lo cual permita que en
los pueblos pequeos, de unas cuantas decenas de familias, donde
todos eran familiares, el pueblo completo participara con el PDLP.
Por lo tanto, la base de apoyo estaba formada por poblaciones
pequeas completas y por grupos familiares extensos en los pueblos
grandes. En el primer caso, la brigada poda moverse libremente en
el rea que abarcaba la comunidad, tanto en la poblacin meramente
dicha, como en sus terrenos de cultivo y en sus montes, debido a que
todos los habitantes estaban de acuerdo con la lucha y guardaban el
secreto de la presencia guerrillera; en cambio, deba ser cuidadosa
en la cercana de las poblaciones grandes como El Paraso, Tepe-
tixtla o El Quemado por el riesgo de toparse con personas que podan
denunciar la presencia de la guerrilla al ejrcito, riesgo que aument
con la tortura a que someti el ejrcito a la poblacin.
Esa base de apoyo se extenda a lo largo poblaciones pertene-
cientes a tres municipios y es lo que permita al PDLP disponer de
91
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
92
Esta territorialidad significaba que el PDLP no desarrollaba su
lucha en un escenario o en un teatro de operaciones ajeno sino en
uno que le era propio gracias al paciente trabajo de construccin
de la base de apoyo, de manera que era el ejrcito federal quien se
encontraba en un terreno adverso.
93
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
El Primer Ideario
El 20 de marzo de 1972 se public en un diario guerrerense y
en uno de circulacin nacional el Ideario del Partido de los Pobres,
documento en el que se deca que sus objetivos eran, entre otros, los
siguientes:
94
dieron su identidad al partido: por l fue considerado una organiza-
cin pobrista, con un sentido peyorativo de este trmino, que daba a
entender su alejamiento de la ortodoxia marxista, ya que de acuerdo
con ella, la organizacin revolucionaria deba ser proletaria en su
lenguaje y sus concepciones, aunque los obreros no jugaran ningn
papel en ella.
Al consignar el PDLP desde 1969, en la Primera Reunin de la
Sierra, que su objetivo era el socialismo, podra pensarse que el plan-
teamiento pobrista hecho pblico tres aos despus signific un
retroceso poltico, sobre todo si se considera que los marxistas orto-
doxos planteaban que el nico objetivo legtimamente revolucio-
nario era el socialismo y que cualquier otro no lo era.
Sin embargo, la revolucin no es cuestin de discurso exclusiva-
mente, sino que implica tambin una prctica consecuente y el aglu-
tinamiento del pueblo para la lucha. De nada sirve la radicalidad en
los alegatos si no se acompaa de congruencia y del apoyo del pueblo,
como puede verse en tantos grupos que intentan compensar con un
discurso radical su falta de capacidad para agrupar a la poblacin en
torno suyo o de su programa.
A cambio de una proclama ortodoxa, Lucio tena un discurso
pobrista, sencillo, fcilmente entendible y que poda ser compartido
por cualquier explotado, oprimido o dominado. Fue precisamente
ese discurso lo que le permiti conseguir el aglutinamiento del
pueblo en las condiciones de Guerrero, a lo que le agreg una prc-
tica congruente como pocas.
Cules eran los planteamientos fundamentales consignados en
este Ideario?
Cuatro elementos destacan en l:
En primer lugar, la definicin de un sujeto revolucionario radi-
calmente distinto al del marxismo ortodoxo. Para el PDLP eran
los pobres quienes haran la revolucin, lo que habla de un sujeto
extenso y heterogneo en muchos aspectos pero unido por una
condicin: la pobreza, rasgo comn a los explotados, los marginados
y los excluidos.
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
96
luego del triunfo: si en este ltimo caso se parta de la entrega de los
medios de produccin a los trabajadores en propiedad directa, sin
intermediarios, en la lucha se parta de la entrega del partido a los
integrantes para que ellos mismo decidieran acerca de los asuntos
de la organizacin. En ambos casos se trataba de una concepcin no
sustitucionista, como s lo es la leninista, que en ambos casos impulsa
la sustitucin de los directamente interesados por otros que final-
mente deciden en su nombre.
De esto se infiere que lo que se dio en llamar pobrismo o caba-
ismo, pese a la forma tan negativa en que algunos le calificaron
en su momento, lejos de ser un retroceso poltico, era una concep-
cin terica y una propuesta poltica que propona una ruptura con
el capitalismo mucho ms profunda que la del socialismo burocr-
tico predominante en los aos sesenta y setenta del siglo xx y que se
caracterizaba por su obrerismo. As pues, el pobrismo era una alter-
nativa al obrerismo y sobre todo al obrerismo discursivo.
Ahora bien, cabe una pregunta: es marxista este plantea-
miento?
Por supuesto que antes habra que determinar qu es ser
marxista y qu no lo es, lo cual dificulta al infinito la cuestin, dado
que cada versin del marxismo se contrapone a las otras y las excluye
debido a que todas se consideran a s mismas la nica interpretacin
certera de los planteamientos de Marx, la verdadera, la cientfica, lo
que coloca a todas las dems en la categora de incorrectas y anti-
cientficas.
Esta mutua exclusin resta valor a la calificacin de una
propuesta como marxista, porque, cul es el criterio adecuado para
considerar que una propuesta se apega al marxismo?, y quin tiene
la autoridad para determinar quin es marxista y quin no lo es?
Hay tantos criterios como versiones, y su misma variedad, as
como la contraposicin entre ellas, son evidencias de que la atri-
bucin del carcter marxista a algunas ideas y la negacin de esta
propiedad a otras es ms un asunto de creencia, de fe, que de razo-
namiento, conviccin que se fortalece si se toma en cuenta que Marx
mismo lleg a decir que l no se consideraba marxista.
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
98
de gobierno distinta a la dictadura del proletariado y que implicaba
la toma de decisiones no por la vanguardia sino por la poblacin.
Las coincidencias se deban, indudablemente, a la formacin
poltica de Lucio en la Normal rural y a su militancia en el Partido
Comunista Mexicano, pero el Ideario deja ver grandes divergencias
con respecto de lo aprendido en una y en otra instituciones, lo que
habla de un pensamiento distinto y original.
Pensamiento que, visto con los parmetros existentes en las
dcadas de los sesenta y setenta del siglo xx era atrasado, pero que
visto con los parmetros actuales resulta adelantado a su tiempo y
por eso se le puede considerar como intermedio entre el vanguar-
dismo del siglo xx y la autonoma de inicios del siglo xxi.
En ambos casos se le considerara una concepcin anacrnica,
algo no correspondiente a su tiempo.
Por supuesto que Lucio era consciente de que su concepcin era
atacada como atrasada, y, sin embargo, la mantuvo. Por qu?
Era consciente de que al hacerlo estaba yendo ms all de su
tiempo, hacia el futuro?
Se trataba de un planteamiento provisional, emitido tan solo
en un afn de hacer comprensible la lucha al pueblo en el momento
en que se desarrollaba, pero que en el futuro, al triunfar la revolu-
cin se propusiera seguir el modelo leninista o las tesis clsicas de
Marx respecto a la manera en que consideraban que el socialismo se
tendra que construir?
Era consecuencia solamente de un afn de originalidad en el
que lo nico que le importaba era el reconocimiento?
O no le importaba ni el pasado ni el futuro y solamente consi-
deraba que lo que planteaba era lo adecuado para las condiciones
especficas en que tena que actuar y, por lo tanto, lo que se propona
construir era exactamente lo que bosquejaba, sin ninguna otra
consideracin ajena a su tiempo?
La ausencia de una crtica terica al modelo leninista elimina
la primera posibilidad, dado que dicha crtica sera indispensable
si hubiera considerado rebasado ese paradigma en lo general y
hubiese propuesto una alternativa generalizable para su poca.
99
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
100
local y compartir con ella el mismo marco de significacin,
el cual, paradjicamente, no era compartido por las dems
organizaciones, incluso por las que le consideraban el ejemplo a
seguir y se proponan apoyarla, ya sea con recursos o sumndose
a sus esfuerzos desde sus propias trincheras en las ciudades o en
otros estados de la repblica.
Concibi una ruptura anticapitalista profunda, no burocrtica y, por
lo tanto, muy peculiar, distinta a la predominante en el imaginario
de los revolucionarios de la poca.
Cre una concepcin terica propia, original, el cabaismo o
pobrismo, concepcin alternativa al marxismo-leninismo predo-
minante en la poca, que le dotaba de singularidad y que al no ser
estrictamente clasista ni obrerista en sus planteamientos funda-
mentales, ni tender hacia el estatismo, ni al vanguardismo, ni al
hegemonismo, expresaba la manera en que la base de apoyo de la
guerrilla vea las cosas y representaba el modo en que se imaginaba
una nueva sociedad. Por eso se convirti en el referente terico para
la poblacin.
El Segundo Ideario
Una postura distinta a la de 1972 se dio a conocer en marzo de
1973, cuando se hizo pblico por medio de un comunicado un Ideario
que contiene, entre otros, los siguientes puntos:
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
102
Estar al mando de la columna le daba a Carmelo la oportunidad
de modificar los planteamientos que le parecan muy limitados y
prcticamente primitivos y, apoyado por los miembros de otras orga-
nizaciones armadas que estaban en la columna, adems, fortalecido
con la visita de algunos de los responsables del grupo que entonces se
conoca como Los Procesos, como Ignacio Salas Obregn, Wenceslao
Jos Garca, Julio y Leopoldo Angulo Luken (unos y otros formaban
parte para ese entonces de la Organizacin Partidaria [OP], que ms
adelante dara lugar a la Liga Comunista 23 de Septiembre), decidi
modificar el Ideario del partido.69
El resultado fue la formulacin de un Ideario distinto al original,
el citado en el presente punto y al cual se puede considerar el Segundo
Ideario o el Ideario de Carmelo, que por su ortodoxia no representa
en absoluto las ideas originales y que caracterizaban al Partido de
los Pobres. Al mismo tiempo trataron de destituir de la direccin a
Lucio, con lo que el PDLP se habra convertido en una organizacin
completamente ortodoxa. No lo consiguieron debido a la oposicin
de la mayora de los miembros de la BCA.
Este Segundo Ideario se dio a conocer pblicamente en
ausencia de Lucio, a la manera de un madruguete, de tal forma que
cuando Lucio retorn se encontr con hechos consumados y no los
quiso revertir. Para l era ms importante dar solucin a los otros
problemas que haban surgido durante ese tiempo y que implicaban
intentos de quitarle el mando del PDLP.
Por eso dej en segundo lugar la cuestin del Ideario y se aboc
a solucionar los problemas que consider ms importantes: la
propuesta de Carmelo y la OP de bajar a la gente de la sierra para
atacar el cuartel de Atoyac; la labor que haban realizado tanto
Carmelo como los militantes de la OP para destituirlo aprovechando
su ausencia; y las relaciones amorosas que Carmelo haba entablado
con una guerrillera militante de la OP que estaba casada con un
guerrillero de esa agrupacin.
69 Arturo Miranda Ramrez y Carlos G. Villarino Ruiz, El otro rostro de... op.
cit., pp. 155-156.
103
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
70 Alberto Lpez Limn, Lucio Cabaas Barrientos y... op. cit.. Ver tambin
Lucio Rangel Hernndez. El virus rojo de la revolucin. La guerrilla
en Mxico. El caso de la Liga Comunista 23 de Septiembre, 1973-1981.
Colegio Primitivo y Nacional de San Nicols de Hidalgo-Sindicato de
Profesores de la Universidad Michoacana, Mxico: 2013, p. 63.
104
socialismo sustentado formalmente. Despus de todo, el socialismo
del PDLP era un socialismo pobrista, no obrerista.
Por eso se puede decir que formalmente el Segundo Ideario era el
documento oficial del PDLP, pero el que se aplicaba en la prctica era
el Primer Ideario.
105
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
106
diferencias polticas quedaran en segundo trmino hasta cierto
punto. Se poda cuestionar sus planteamientos pero no su hones-
tidad ni su carcter revolucionario (aunque se le regateara, desde un
punto de vista dogmtico, si era socialista o no).
La influencia que cada una de las organizaciones buscaba tener
con el PDLP fue distinta para cada organizacin. En algunos casos
pretendan conducir a la subordinacin total del PDLP a su agrupa-
cin en tanto que en otros casos la actitud era ms abierta y llev a la
colaboracin y en algunos casos a la integracin.
Dada la composicin del PDLP, la actitud de sus militantes hacia
los militantes de otras organizaciones que se acercaban para parti-
cipar en el esfuerzo guerrillero estaba marcada por la tradicional
desconfianza del sierreo hacia la gente que no era de la regin, lo
que no era gratuito. Para ello se conjuntaban diversas razones: la
desconfianza hacia el que viene de afuera, de donde casi siempre
venan la agresin, el dominio, la opresin y el engao; el escepti-
cismo hacia los intelectuales, derivado del temor de que lo que dijera
fuera palabrera pura sin respaldo en la accin, simples promesas
vacas; y el recelo hacia el que no est ah, en el lugar donde se corren
los riesgos, causado por el temor de que llegaran a agitar para soli-
viantarlos, pero en cuanto la situacin fuera difcil, se regresaran a
la vida cmoda y segura de la ciudad dejndolos embarcados en una
aventura muy desventurosa. Esa actitud no se deba solamente a la
experiencia de vida, sino a la de varias generaciones, de manera que
formaba parte del marco referencial de los sierreos. No poda ser de
otra forma.
Lucio comparta esta actitud en gran parte, pese a lo cual mantuvo
una constante relacin con varias organizaciones, a lo que le ayud
su experiencia normalista, que le permiti mantener una actitud
ms abierta al respecto. La mirada desde afuera le ayud a ver mejor
las cosas y percibir los lmites del marco referencial en el cual haba
vivido su infancia. Aprovech la segunda oportunidad que, segn
algunos psicoanalistas, proporciona la adolescencia para modificar
las huellas que la infancia deja en las personas.
107
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
El PCM
A diferencia de otros guerrilleros que militaron en el PCM y
tomaron las armas en medio de una aguda confrontacin ideolgica
con este partido, confrontacin que continu mucho tiempo despus
de su salida y llev a ambas partes a una descalificacin permanente,
la opcin armada no signific para Lucio ninguna pugna con este
partido, lo que se debe a que no fue la discusin terica lo que le llev
a la sierra sino las circunstancias, de manera que para ambas partes
era comprensible la situacin.
Haba una contraposicin abierta entre las posiciones de Lucio
como dirigente de un grupo armado y las del partido, que aspiraba a
contar con un registro electoral para intentar conquistar el gobierno
conforme a los planteamientos predominantes en el marxismo-leni-
nismo oficial impulsado desde la Unin Sovitica y que en el XIII
Congreso se plante la creacin de un frente para impulsar una revo-
lucin democrtica de liberacin nacional72. Como parte de ese plan-
teamiento haba participado entre 1961 y 1965 en el Movimiento de
Liberacin Nacional.
Lucio dej de militar en el PCM, pero no qued como enemigo
del partido; mantuvo relaciones fluidas con l, al grado de que en
septiembre de 1968 se realiz una reunin muy importante:
108
En esta reunin se acord que ambos eran proyectos aut-
nomos y que habra respeto mutuo; de parte del PCM se convino en
que enviara elementos para educar ideolgicamente a los campe-
sinos, lo cual nunca hizo, aunque muchos de los militantes del PCM
siempre apoyaron la guerrilla.
Algunos de esos militantes participaron en el envo de armas
para la guerrilla:
109
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
110
previsiones, en tanto que otras eran producto, segn su concepcin,
de llamamientos irresponsables a la accin inmediata y al margen
de las masas, por lo que entendan que tenan que combatirlas
inflexiblemente.
Por eso mantuvo relaciones de amistad y hasta de cierto apoyo
con Lucio, representaba una de las opciones que consideraba
viables, por lo que busc estar en buenos trminos con el PDLP:
podra necesitarlo si se incrementaba la represin; al mismo tiempo
haca esfuerzos por desarrollar la lucha para evitar una dictadura,
lo que implicaba la realizacin de alianzas tambin con sectores del
rgimen a los que consideraba democrticos, como el cardenismo,
con el fin de impulsar la lucha para fortalecer la va electoral y el
antiimperialismo.
Adems, segn Manuel Terrazas Guerrero, miembro en ese
entonces de la direccin del PCM, el apoyo de ese partido se otorgaba
en el entendido de que:
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
112
haba terminado, el PCM se qued con parte del dinero que haba
pagado la familia de Rubn Figueroa y lo invirti en su infraestructura.78
El mar
La relacin con el Movimiento de Accin Revolucionaria (mar),
grupo que recibi entrenamiento en Corea del Norte, est marcada
por dos vertientes del MAR y dos momentos distintos: en 1971, con el
Movimiento de Accin Revolucionaria 23 de Septiembre (mar-23); y
en 1973, con integrantes del MAR que no participaban en el esfuerzo
unificador que dio origen al mar-23.
El MAR recibi un duro golpe el 16 de febrero de 1971, cuando
fueron detenidos 19 militantes, la tercera parte de los entrenados fuera
del pas. En ese momento avanzaban en la coordinacin con los sobre-
vivientes del Movimiento 23 de septiembre (M-23-S), lo que dio como
78 Ibidem, p. 256.
79 Ibidem, pp. 252-254.
80 Fritz Glockner. Memoria roja, historia de una guerrilla en Mxico 1943-
1968, Ediciones B, Mxico: 2007, pp. 244-247.
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
114
colaboracin basada en las mismas bases de respeto, apoyo mutuo
y la aplicacin de una estrategia foquista con base de apoyo. Cuando
fueron descubiertos llevaban varios meses trabajando en la zona, en
un perodo que se puede denominar de implantacin de la guerrilla,
perodo en el cual estaban creando una base de apoyo para el foco
que se declarara ms adelante.85
La Organizacin Partidaria
Surgida de la fusin de los Procesos y el mar-23, la Organiza-
cin Partidaria lanz un programa unificador para tratar de crear
una sola organizacin que diera lugar a un partido del proletariado
capaz de dirigir la revolucin socialista en Mxico. Con ese fin busc
relacionarse con otras organizaciones para convencerlas de la nece-
sidad de la unin de todos los grupos armados.
Este esfuerzo se inici con Ral Ramos Zavala en 1971, quien
aplic una poltica flexible en relacin con los grupos armados, pero
muy severa y hasta intolerante con el PCM, de cuyas filas provena
y con el cual tuvo una lucha ideolgica muy acre. Fue dirigente de
la Juventud Comunista de Mxico en Monterrey. Los esfuerzos
continuaron cuando muri Ral y prosiguieron bajo la direccin de
Ignacio Salas Obregn, Oseas, con quien la flexibilidad disminuy en
todos los aspectos.
La Organizacin Partidaria era otro proyecto unificador pero,
a diferencia de los otros intentos en el mismo sentido, como el del
PCM o el del PDLP, la OP no se conceba como el eje de un proyecto
creador de un frente unido formado por un amplio espectro de
fuerzas legales y clandestinas, sino como el eje de la unificacin de
las organizaciones armadas de izquierda nicamente.
En relacin con el PDLP, los objetivos que persegua la OP eran,
en primer lugar, ayudar a politizarlo y organizarlo, en el entendido de
que tena que pasar de ser una guerrilla campesina a una guerrilla
revolucionaria socialista; en segundo lugar, trataban de fortale-
cerlo, porque aunque consideraban que no era todava una guerrilla
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
116
que eran diez los elementos de esta organizacin que estaban ya en
la Brigada.
En qu consista su propuesta? La propuesta de la OP se basaba
en su original concepcin de la Universidad-Fbrica, tesis de
acuerdo con la cual los profesores y los estudiantes universitarios
eran obreros por ser las universidades fbricas de reproduccin
cultural y econmica. Esta tesis le permita eludir la contradiccin
que implicaba la consideracin del proletariado como vanguardia
de la revolucin y el hecho de que, en vez de los obreros, el sector
ms combativo de la poca fueran los estudiantes.
117
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
118
incluido Lucio; critic que Lucio leyera la Biblia, que hablara de ella
a los campesinos y consideraban que mantena una relacin caudi-
llista con los miembros del PDLP.
La relacin de la OP con el PDLP mejor cuando Lucio tuvo que
salir de la sierra para atenderse mdicamente y qued al mando de la
columna Carmelo Corts. Este tena afinidad con varios de los plan-
teamientos de la OP, en particular con las crticas que se hacan al
pobrismo. Al mismo tiempo, el conflicto con Lucio se hizo mayor. Los
adversarios del pobrismo aprovecharon su ausencia para intentar
destituirlo del mando y para impulsar sus propuestas, como su pol-
tica antirreligiosa, puesta de manifiesto cuando el padre de una
muchacha campesina pidi que su hija se casara por la iglesia con
el guerrillero que se haba unido con ella, a lo que se opusieron los
miembros de la OP y Carmelo.91
En cuanto Lucio regres se realiz una reunin de toda la
brigada para discutir y solucionar la serie de problemas que se
haban generada durante su ausencia. La reunin se centr en los
dos principales planteamientos que la OP haca a la base de apoyo
del PDLP: que la gente se armara para bajar a saquear los comercios
y atacar al cuartel del ejrcito en Atoyac; y que se separara a Lucio del
mando por caudillista.
Luego de la discusin, que se dio sobre todo entre Lucio y Renato,
el primero tom la palabra para concluir:
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
92 Ibidem, p. 179.
120
mayora apoyara sus puntos de vista los pondramos en prctica. En
los primeros das se mostraron como los mejores compaeros, pero
despus comenzaron a hacer labor de a escondidas para cambiar
la Direccin de la Brigada y del Partido para poner uno de ellos;
por lo cual se les hizo la primera expulsin. Despus continuaron
haciendo grilla, llamando a escondidas a los compaeros del grupo
para decirles que la orientacin del Partido y de la Brigada era una
orientacin pequeoburguesa y no discutan en plena asamblea
de Brigada porque nunca ganaban una discusin. Comenzaron a
lanzar por aparte volantes en contra del Partido de los Pobres y a
sostener opiniones que hasta un campesino muy ignorante poda
rechazar, como cuando nos dijeron que la lucha no es contra el
gobierno, la lucha es contra el Estado burgus. Les contestamos que
el gobierno es parte del Estado burgus y que toda la revolucin ha
comenzado luchando contra el gobierno. Invitaron a los trabajadores
de las carreteras a entrar armados en Atoyac y asaltar las tiendas,
cuando que Atoyac siempre ha estado bajo estado de sitio. Claro,
ningn trabajador les hizo caso; pero ellos nunca aceptaron ninguna
crtica ni se autocriticaron, siempre se consideraron los nicos
revolucionarios de Mxico y han visto con desprecio a las dems
organizaciones. Al Partido de los Pobres le niegan toda importancia,
dicen que en l se practica el caudillismo, que hay una orientacin
pequeoburguesa y que al estar en la sierra sosteniendo la guerra
de guerrillas se ha cado en el militarismo. Por estas opiniones no
les corrimos, los corrimos de la Brigada porque se formaron dentro
de la Brigada, en otro grupo y en otra Direccin, se hizo labor de
propaganda a escondidas de los que dirigimos y se trat de dividir al
grupo armado hasta cuando de polica acusaban a quien no les caa
bien para sembrar la desconfianza entre nosotros mismos. Hay un
sinfn de errores que sostienen en su orientacin y los admitimos en
nuestro grupo armado para ver si al contacto con el pueblo aprendan
de l y correga sus pasos. Todos los grupos que han venido de otras
organizaciones revolucionarias han coincidido en gran parte con
nosotros y muchas cosas nos han enseado y han aprendido de
nosotros. Pero los ultraizquierdistas aqu no demostraron ninguna
121
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
La acnr
Con la Asociacin Cvica Nacional Revolucionaria (acnr), diri-
gida por Genaro Vzquez, el PDLP comparti, no solamente parte del
rea geogrfica en que se movieron, sino tambin parte de su base de
apoyo, dado que en algunas comunidades los dos tenan colabora-
dores y estos apoyaban a ambos grupos en una curiosa simbiosis.
Por eso siempre intrig a muchas personas el hecho de que
pese a eso y a que ambos queran una revolucin que terminara
con la explotacin del ser humano y pese tambin a que, vistos a la
distancia, sus planteamientos tenan muchos puntos en comn, no
se unieran, como muchos hubieran esperado o deseado. Y esa es una
pregunta que es necesario responder ahora que puede hacerse con
los datos recabados por la historia reciente del pas.
Haba desconfianza mutua. Lucio tena la impresin de que la de
Genaro no era guerrilla verdadera dado que, pese a que su columna
fue atacada varias veces por el ejrcito en 1971, incluso lanzndole
bombas desde un avin94, nunca puso una emboscada a alguna
unidad militar; crea que era posible que Genaro aceptara negociar
con el gobierno, de lo cual hasta se publicaron versiones de que haba
aceptado una invitacin a dialogar con el comandante de la 27 Zona
Militar95. Adems, Lucio conoca los planteamientos que haba hecho
Genaro en el Programa de los 7 puntos de la ACG y en el Programa
de los 4 puntos de la acnr y tena la impresin de que la ideologa
de Genaro era solamente un nacionalismo como el cardenista y le
93 Ibidem, p. 180.
94 Lucio Cabaas. A los estudiantes, en: (http://mictlantecuhtli.tripod.
com/lucioicestud.html), Fecha de consulta: 10 de julio de 2014.
95 Arturo Miranda Ramrez y Carlos G. Villarino Ruiz. El otro rostro de la
guerrilla, (publicacin de los autores), Mxico: 2011, pp. 181- 182.
122
asaltaba la duda respecto de si se atrevera a luchar por la revolucin
socialista.96
Genaro, por su parte, desconfiaba de Lucio porque pareca ser
el brazo armado del PCM y no quera tener ninguna relacin con
los dirigentes de este partido por su burocratismo y su reformismo,
adems, por el antecedente del abandono del Partido Comunista
de Bolivia al Che, despus de haberse comprometido a ayudar a su
guerrilla. Dudaba que pudiera sacudirse lo que l crea que era una
tutela del PCM.
Sin embargo, hubo intentos por coordinarse, evidenciados en
los recados que ambos dejaron con las bases de apoyo buscando
una pltica. De cualquier manera, las bases apoyaban indistinta-
mente a ambos.
Fue solamente hasta la muerte de Genaro cuando Lucio confi
en que el esfuerzo de la acnr era genuinamente revolucionario
y emiti una carta titulada: A los revolucionarios y a la familia de
Genaro Vzquez Rojas, en la que encomia su labor. Algunos de los
sobrevivientes de la acnr se incorporaron al PDLP en donde se les
respet su militancia y no se les exigi que renunciaran a su organi-
zacin97; a su vez, ellos fueron respetuosos de los asuntos internos y
no incurrieron en actitudes como las de los militantes de la Organi-
zacin Partidaria.
Concepciones divergentes
Vale la pena analizar tericamente lo que ocurri en las rela-
ciones que mantuvo el PDLP con otras organizaciones porque en
ellas se ponan de manifiesto algunas cuestiones de gran impor-
tancia y que evidenciaban que haba tres vertientes claramente
diferenciadas y con grandes discrepancias tericas, estratgicas y
tcticas: el PCM, el PDLP, la OP y entre ellas se realizaba una enco-
nada lucha en varios mbitos:
96 Ibidem, p. 80.
97 Ibidem, p. 26.
123
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
124
completamente distintos de revolucin. En el caso del PCM no era
una contienda abierta. Su poltica al respecto se limitaba a tratar de
influir en Lucio, porque nunca enviaron a alguien para que perma-
neciera en la columna con el objetivo de ganar la organizacin, como
podra haberlo hecho si hubieran contemplado la lucha armada
como una opcin viable para el PCM; el apoyo a la guerrilla era una
especie de seguro, por si las dudas, por si llegaban a necesitar irse a
la clandestinidad en caso de que en Mxico se instaurara una dicta-
dura. En el caso de la op, la lucha era abierta y buscaba imponer una
propuesta burocrtica, estatista, representada por el Segundo Ideario
(que no era propuesta suya sino de Carmelo, pero representaba en
gran parte su opinin y con la que estaban ms de acuerdo que con la
de Lucio). La del PDLP era una propuesta mucho ms democrtica,
representada por el Primer Ideario.
En cuarto lugar, haba una disputa por la base de apoyo. En el
caso del PCM, se conformaba con compartirla con el PDLP, de
manera que no era excluyente y dada la poltica de Lucio, que en los
primeros momentos trataba de que la poblacin se incorporara a la
lucha econmica y social abierta en la cci (a la manera de un frente
de masas de la gpp pero sin dirigirla forzosamente), saldra ganando
de cualquier manera con el aumento de la influencia de Lucio: esta le
ayudara a penetrar donde no haba podido hacerlo antes. Por parte
del PDLP haba un esfuerzo constructor de su base de apoyo propia,
pretenda conservarla y acrecentarla. En cuanto a la op, dada su inca-
pacidad para construirse una base de apoyo propia en el campo,
quera hacerse de la construida por otro; criticaba las caractersticas
de la base de apoyo del PDLP y la relacin que ste mantena con
ella, sin comprender que precisamente las caractersticas que ellos
consideraban negativas del PDLP eran lo que le proporcionaba el
respaldo de la poblacin. Otro tipo de relacin habra fracasado en
ese medio. No se daba cuenta la OP que aplicar una poltica como la
que ella propona en esa zona habra supuesto matar a la gallina de
los huevos de oro.
En quinto lugar, haba una diferencia en cuanto al tipo de rela-
cin con otras organizaciones: en tanto que el PCM poda trabajar
125
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
126
Pero ms all de las diferencias originadas por la formacin pol-
tica distinta de los cuadros dirigentes o por su origen social, que en
el caso del PCM y de la OP eran del medio urbano y en el del PDLP
del medio rural, o por el mbito en que se desarrollaban, los dos
primeros en el intelectual y los ltimos en el campesino, haba dife-
rencias mucho ms significativas debidas a otras causas.
Del PCM se puede decir que era una organizacin que haca
mucho que haba pasado por sus mejores tiempos, se encontraba en
la fase de senilidad, con un pensamiento ya demasiado calmo, anqui-
losado, sin energa. Y es que se trataba de una organizacin que ni
siquiera tuvo infancia; jams fue activa, nunca tuvo creatividad; sus
posibilidades fueron ahogadas desde su nacimiento, toda vez que
fue artificial, bajo la influencia directa de una Tercera Internacional
ya madura, que en cada pas no haca sino reproducirse a s misma,
como reproduccin de un producto maduro, proclive al conservadu-
rismo escondido bajo el pretexto de la sensatez y al aferramiento a
principios considerados los nicos posibles.
Del lado de la OP se puede hablar de inmadurez. Se encontraba
en una fase en que, enamorada de la audacia que tuvo al optar por
una estrategia satanizada en el medio de que provena, el PCM, y de
la creatividad mostrada en la elaboracin de una concepcin original,
la Universidad-Fbrica, se senta capaz de todo, en una especie de
omnipotencia infantil. Qu otra cosa sino una posicin infantil
muestra su simplificacin de la discriminacin de su enemigo,
evidenciada en que lleg a considerar como tal a todo aquel grupo o
persona que se encontrara en desacuerdo con sus opiniones? Qu
otra cosa sino inmadurez era la consideracin de la inexistencia de
otros revolucionarios aparte de ellos? Qu otra cosa sino infanti-
lismo manifiesta su actitud de querer hegemonizar a todas las orga-
nizaciones revolucionarias? La idealizacin de los obreros es otro
sntoma de su inmadurez, como lo es que al copiar un modelo como
el cubano, comenzaron por copiarlo en su fase final, la fase de radica-
lismo terico y prctico, sin comprender y prcticamente sin ver, que
para llegar a esa fase tuvo que pasar por otras en las que haba una
ausencia total de radicalismo terico.
127
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
La estrategia
Cualquier lucha revolucionaria plasma una estrategia, un
conjunto de acciones para conseguir el objetivo que se ha planteado,
aunque no la plantee en un documento en el que diga nuestra
estrategia es (), porque siempre lucha por algn objetivo y siempre
se propone una serie de acciones para conseguirlo. En la estrategia
se contienen las caractersticas fundamentales, no solamente de la
lucha desarrollada, sino de la organizacin y de sus militantes, de
manera que es de gran importancia elucidar la del PDLP. As se le
puede conocer mejor.
Cul era la estrategia del PDLP? En un primer momento actu
como un grupo de autodefensa en tanto preparaba las condiciones
para desarrollar la guerra de guerrillas; despus cre un foco guerri-
llero, as que puede afirmarse que pas de una estrategia autodefen-
siva a una foquista con base de apoyo, la cual puede considerarse, en
una primera aproximacin, la estrategia general que caracteriz al
PDLP en esa segunda etapa. En una primera aproximacin, porque
si se quedara ah implicara igualarla completamente con la estra-
tegia utilizada en la Revolucin cubana, lo cual resulta inexacto si se
hace un anlisis ms preciso de dos distintos tipos de estrategias: la
poltica y la militar.
Estrategia poltica
La estrategia poltica contiene las acciones eminentemente pol-
ticas encaminadas al logro del objetivo. Al respecto hay que sealar,
para empezar, que el objetivo de los otros focos guerrilleros latinoa-
mericanos era construir un socialismo como el sovitico, de manera
que la suya era una revolucin proletaria, en tanto que el objetivo
del PDLP planteado en el Primer Ideario era formar un gobierno de
campesinos y obreros, tcnicos y profesionales y otros trabajadores
revolucionarios98, lo que quiere decir que se propona realizar una
revolucin de los pobres.
98 Ibidem, p. 113.
128
As pues, se trata de dos revoluciones distintas.
Qu se entiende por una revolucin de los pobres?
Si se considera que en el punto 4 del Primer Ideario se plantea
dar en propiedad los medios de produccin a los trabajadores, que
en el punto 3 se propone que los trabajadores formen sus jurados
o tribunales, nombren sus jueces y se den armas para defenderse99,
y a esto se agrega que en la Primera Reunin de la Sierra, en 1969,
se define que el objetivo de la lucha debe ser el establecimiento del
socialismo en el pas100, se puede afirmar que la revolucin de los
pobres que se propona realizar el PDLP tena como objetivo cons-
truir un socialismo cooperativo y regido desde abajo, es decir, distinto
completamente del socialismo real, caracterizado por su estatismo y
su burocratismo.
Esto indica que la cabaista era una estrategia completamente
distinta a la foquista, tanto con base de apoyo, como sin esta.
Cmo se lograra esta revolucin? Lucio lo dijo en frases muy
contundentes como lo consigna en una carta a los estudiantes de la
Universidad Autnoma de Guerrero:
129
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
130
Y qu se planteaba respecto de la lucha de masas, de la lucha
social legal? Se llamaba a la poblacin a realizar la lucha social legal
por medio de manifestaciones, de mtines, de plantones:
131
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
Estrategia militar
En la estrategia poltica se contemplan cuestiones meramente
polticas de carcter general, pero ms all de eso es necesario
132
ahondar en la estrategia militar porque, dado que no era un grupo
de autodefensa que se planteara solamente vengar agravios locales,
algunos planes militares debi tener: en algunos lugares concen-
trara su accin militar inicialmente, de algn o algunos lados preten-
dera avanzar hacia otro, de alguna manera pensara copar la capital
llegado el momento.
A semejanza de otras experiencias foquistas, la del PDLP se
inici en un rea muy pequea que fue creciendo poco a poco: en
un primer momento se centr en un municipio: Atoyac de lvarez,
en la Costa Grande del estado de Guerrero, de donde se expandi a
dos municipios colindantes: Coyuca de Bentez y Tecpan de Galeana.
La columna inicial haba dado lugar a tres, aunque una de ellas era
provisional, ya que tena como objetivo atraer al ejrcito hacia una
regin distinta de aquella en la que actuaba la principal.
Eso trascendi en su momento y pareca como si la estrategia
militar cabaista se hubiera ajustado a la del foquismo y pretendiera
crecer mediante la reproduccin de la columna inicial por biparti-
cin para abarcar una nueva rea y para que cada una repitiera el
proceso. Sin embargo, no se conoci pblicamente en ese tiempo que
se hubiera extendido hacia otros estados el foco guerrillero, o que lo
hubiera intentado. Las acciones que se conocieron en otros estados
o en la capital de la repblica parecan tener como objetivo la obten-
cin de recursos econmicos, no la creacin de nuevos focos guerri-
lleros encaminados al enfrentamiento militar.
Esto puede hacer pensar en un esfuerzo foquista muy limitado,
sin una estrategia militar de carcter nacional.
Sin embargo, con el tiempo fue emergiendo informacin que
permite desentraar una estrategia militar que iba ms all de
los tres municipios que abarcaron las tres columnas del PDLP en
Guerrero. Surgi as una imagen ms completa de esta organizacin,
una que implicaba esfuerzos en cuando menos siete estados ms, lo
que, si se analiza la ubicacin de cada uno de ellos, permite ver que
incursionaron prcticamente en todas las regiones del pas: en el sur,
en el sureste, en el oriente, en el centro, en el occidente y el noroeste
del pas, lo que habla de un plan bastante completo, influido tal vez
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
por los miembros del MAR que tenan el propsito de abarcar varias
de esas regiones y sobre todo la Sierra Madre Oriental y la Sierra
Madre Occidental, consideradas por ellos como las dos grandes
carreteras del movimiento revolucionario mexicano.103
En efecto, una vez asentado firmemente en la parte de la sierra
correspondiente a El Paraso, envi combatientes para que iniciaran
frentes guerrilleros en Aguascalientes, en Jalisco, en Veracruz y en
Chiapas, aunque el ms importante de estos esfuerzos fue el reali-
zado en la Huasteca Hidalguense, entre 1973 y 1974. Al mismo
tiempo, dispona de elementos en Sonora y en Chihuahua.
Mientras esto ocurra, dentro del mismo estado de Guerrero se
dividi la zona que abarcaba la BCA en dos, para que una columna,
la de Jos Juan, denominada Brigada 18 de Mayo, abarcara la zona
ubicada al margen derecho del ro Atoyac y la otra, la de Lucio, con
el nombre de BCA, se encargara del rea situada en el margen
izquierdo. Adems envi elementos para que iniciaran la construc-
cin de un foco guerrillero en otra regin del estado de Guerrero, en
Ometepec, en la Costa Chica.104
Considerando que los principales sistemas montaosos del pas
son, adems de las dos sierras mencionadas, la Cordillera Neovol-
cnica, la Sierra Madre del Sur y la Sierra Madre de Chiapas y que
en cada uno de esas sierras el PDLP hizo intentos por instalar focos
guerrilleros (la Huasteca en la Sierra Madre Oriental; Chihuahua,
Sonora y Jalisco, en la Sierra Madre Occidental; Chiapas en la Sierra
Madre de Chiapas; Guerrero en la Sierra Madre del Sur), queda
claro que la estrategia militar del PDLP consista en partir de un foco
guerrillero inicial, realizar divisiones sucesivas para abarcar nuevos
territorios, tanto del estado de Guerrero, como del pas, y crear varios
frentes guerrilleros en los principales sistemas montaosos del pas
con el fin de adquirir control territorial en cada uno de ellos derro-
tando gradualmente al ejrcito federal hasta hacerlo retroceder y
134
avanzar hasta la capital para derrocar al gobierno. Esta era su estra-
tegia militar.
Vale la pena sealar que la creacin de otros frentes guerrilleros
tena como fundamento, tanto la visin estratgica, como la urgente
necesidad de aliviar la presin del ejrcito sobre la guerrilla
guerrerense.105
Coincidentemente, eran las regiones con ms alta marginacin
social, lo que haca altamente probable la receptividad de la pobla-
cin al esfuerzo insurgente.
Adems, otro rasgo que caracterizaba a las zonas en las que se
intentaba crear focos guerrilleros rurales es que al ser zonas relati-
vamente remotas geogrficamente, poco comunicadas y, por lo tanto,
zonas de escaso control directo por parte del Estado, proclives a la
formacin de un poder paralelo al de este.
La existencia de este poder se manifestaba en la conformacin
del PDLP como una verdadera autoridad ante la poblacin de las
comunidades, autoridad que tomaba decisiones que se acataban en
la regin como si se tratara de un autntico gobierno que dispona
de su fuerza armada propia, la BCA. Adems, emita normas que
eran respetadas como leyes por los habitantes y eso significaba que
funcionaba como un poder legislativo en la zona.
135
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
106 Luis Len Mendiola. Testimonio, citado en: Daniel Carlos Garca,
Fulgor rebelde. La guerrilla en Aguascalientes, en: (http://
ggdanielcarlos.wordpress.com/2012/04/24/fulgor-rebelde-la-guerrilla-
en aguascalientes/), Fecha de la consulta: 15 de julio de 2014.
107 Ibidem.
108 Daniel Carlos Garca. Fulgor rebelde..., op. cit.
136
en el estado de Veracruz. Elementos de la Direccin Federal de
Seguridad detienen a la mayor parte de los participantes.109
109 Ibidem.
110 Alberto Lpez Limn. Lucio Cabaas Barrientos y, op. cit.
111 Ibidem.
112 Daniel Carlos Garca. Fulgor rebelde..., op. cit.
137
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
138
era utilizado en Guatemala en el proceso de cambio del foquismo a la
guerra popular prolongada y que se utilizara ms amplia y fundada-
mente en el paso de esta ltima estrategia a la guerra popular revo-
lucionaria, a la que otorga una de sus caractersticas fundamentales.
Sin embargo, el proyecto del frente guerrillero huasteco fracas
al ser descubierto a partir de la obtencin por la polica judicial de
una foto del Gero Medrano acompaado de un militante del MAR
que tena un hermano gemelo, quien fue detenido, dio un domicilio
en el que fueron capturados otros hasta dar con Jos Antonio Castillo
Viloria, Marcos, uno de los dirigentes del MAR que conoca del foco:
139
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
140
otros logros de Lucio, que se pueden considerar elementos propios
del cabaismo:
La confrontacin militar
Cmo ocurri la confrontacin militar? Mediante una serie de
pasos que hicieron evolucionar el conflicto conforme a las previ-
siones de Clausewitz:
141
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
142
Independientemente del resultado, a partir de ese momento se
iniciaron un conjunto de acciones que dieron lugar a varios pasos
a travs de los cuales fueron evolucionando los acontecimientos,
pasos que no fueron sucesivos sino que, a la manera de aspectos de
un mismo fenmeno, se superponan y se apoyaban mutuamente.
144
Lucio no se amedrent como podra haberlo hecho otro, retirndose
de la lucha o huyendo del lugar (como le propondra el PCM por
medio de una salida a la Unin Sovitica para estudiar, a la manera
que lo hizo otro de los maestros dirigentes, Serafn Nez Ramos),
sino que dio una respuesta inmediata y combativa, que aunque no
coincida con las expectativas insurreccionales de la gente, s se
orientaba en el mismo sentido de las aspiraciones y de la ira de la
poblacin: en el nimo vindicativo y combativo propio de los habi-
tantes de la zona.
Esto fue posible porque Lucio tena desde sus tiempos de estu-
diante un referente como la Revolucin cubana y por ello entenda
que la lucha finalmente sera armada y estaba dispuesto desde ese
entonces a tomar las armas cuando llegara el momento, y el momento
haba llegado.
Esta conversin de adversarios en enemigos fue un primer paso
en la evolucin del conflicto e implic un proceso de construccin del
enemigo por ambos lados, tanto por el grupo revolucionario, como
por el gobierno.
El contenido de este proceso era la atribucin de la represen-
tacin del pueblo y tena como fin que la poblacin se enfrentara a
una distincin entre un nosotros y un ellos, en una lgica binaria122
que colocara al contendiente en una categora de ajenidad exclu-
yente por medio de la atribucin de caractersticas negativas, de
cualidades francamente repulsivas, que permitieran una exclusin
inmediata por el temor o el prejuicio, de tal manera que el espectador
le considerara como enemigo propio y se dispusiera a exterminarlo
o, cuando menos, a no obstaculizar su aniquilamiento. Esta nueva
lgica vino a sustituir a la anterior que tambin era binaria pero no
implicaba el aniquilamiento del contrario.
El grupo revolucionario recurri, con este fin, a intentar escla-
recer por medio de la propaganda la explotacin en que incurran
los ricos o la burguesa, la ilegitimidad del gobierno, su carcter
clasista, el aclarar que muchas de las medidas que tomaba con el fin
145
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
146
que hallan en ellos instrumentos irresponsables para estas acciones
de provocacin en contra de nuestras instituciones.123
123 Luis Echeverra. Cuarto Informe de Gobierno citado por Camilo Vicente
Ovalle en: La conspiracin de las ratas. La construccin del enemigo
poltico en Mxico, 1970-1980. Naveg@mrica, Revista electrnica de la
Asociacin Espaola de Americanistas, 2012, N 9. Disponible en: (http://
revistas.um.es/navegamerica), Fecha de consulta: 28 de agosto de 2014.
124 Ibidem.
147
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
148
Lucio sobreviviera y menos que a partir de ese momento se iniciara
una guerra de los pobres contra los ricos.
Su pretendida guerra, de un solo golpe se convirti en una guerra
de guerrillas, con lo que las cosas salieron al revs: provocaron lo que
hubieran deseado evitar: el golpe que pretenda ser mortal sirvi
como desencadenante de la guerra que queran evitar. En el corto
plazo les result perjudicial, aunque en el largo plazo les haya sido de
utilidad porque finalmente se deshicieron del enemigo que amena-
zaba su poder.
Y en cuanto a Lucio, ocurri el paso de la guerra poltica a la
guerra militar como lo habra deseado? No, la iniciativa la llevaron en
ese primer momento los ricos, de manera que aunque esa transicin
estaba dentro de los escenarios previsto por Lucio habida cuenta
de que haba lanzado la consigna de que si mataban aunque sea a
uno se iniciara la guerra contra los ricos, el paso no ocurri como
lo hubiera deseado; en las condiciones en que se dio se encontraba
en una situacin parecida a la de los magonistas al inicio de la insu-
rreccin maderista el 20 de noviembre de 1910: sin armas adecuadas
para el combate, sin recursos econmicos, sin una estructura militar,
sin gente ms o menos preparada militarmente, sin una base de
apoyo alistada para sostener un esfuerzo militar prolongado.
Esto influira determinantemente en la forma que adopt la
guerra impulsada por Lucio, debido a que se vio precisado a ocupar
un tiempo relativamente prolongado en generar las condiciones
para poder enfrentar exitosamente a las fuerzas principales del
enemigo: el ejrcito. Por eso se vio precisado a actuar durante un
tiempo como un grupo de autodefensa armada, intervalo que le
permitira subsanar cada una de las carencias de que adoleca.
Por otra parte, una vez iniciada la confrontacin militar, las
fuerzas enfrentadas se encontraron sometidas a un condiciona-
miento recproco. No se trataba de una lucha entre un enemigo
activo y otro pasivo en la cual uno es el que lleva siempre la iniciativa
y el otro solamente reacciona a los estmulos, sino un conflicto entre
dos actores plenamente activos y conscientes de lo que estaba en
juego, de manera que la accin de uno influira determinantemente
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
150
En cualquier caso, siempre era posible mantener el conflicto
dentro de los marcos del sistema, pero al no suceder ni una ni otra
cosa en el momento oportuno, la poblacin tom conciencia de que
su lucha tendra que trascender esos lmites, so pena de ver trun-
cadas siempre sus esperanzas. Eso significaba que la lgica del movi-
miento popular haba cambiado.
La masacre fue el evento clave que dej ver que la lgica de los
cambios dentro del sistema conduca a un crculo vicioso que haca
volver una y otra vez a la situacin de inferioridad y de subordinacin
de los pobres frente a los ricos y a un estado defensivo permanente
que en los momentos decisivos se podra definir prcticamente como
de indefensin por la falta de respeto por parte de los ricos del campo
normativo formalmente aceptado por los contendientes: las leyes de
la repblica, y en cualquier momento pasaban por encima de ellas
para asesinar a los pobres.
Cmo remontar esa situacin? El recuerdo de ese momento
de mxima indefensin sirvi como acicate para dar lugar a una
lgica distinta que parta de una pregunta clave: para qu luchar
por cambios menores si siempre se volva al estado inicial de inferio-
ridad y a la posibilidad de una masacre como la ya vivida?
Era necesario hacer algo que permitiera trascender esa situacin,
algo que permitiera que no se volviera al mismo punto de partida, y
eso daba lugar a una lgica nueva: la de la revolucin. Solamente con
una revolucin se evitara volver al punto de inicio. Con ella dejara
de haber ricos, y no habindolos no podran subordinar a los pobres
con sus precios altos, con su abuso cotidiano, con la explotacin y el
despojo a que sometan a los pobres.
Nada sera igual a partir de ese momento, y no haba marcha
atrs. La lucha autodefensiva se haba transformado en una lucha
por la revolucin, en una guerra revolucionaria, y por eso los ricos no
eran ya los hambreadores a los que haba que arrancarles parte de lo
que haban robado, o a los que haba que obligar a dar marcha atrs
en sus medidas antipopulares. Eran los enemigos a los que haba que
destruir por ser los causantes de la pobreza misma y a los que haba
que despojar de todas sus propiedades para distribuirlas entre los
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
pobres, ya que todo lo que tenan era producto del robo. No haba
que luchar para ser menos explotados sino para dejar de serlo; ya no
haba que cambiar un poco el mundo sino volverlo al revs para que
los pobres vivieran ya sin los ricos. Ya no haba que obligarlos a que
retrocedieran un poco en su dominio, sino que haba que destruirlos
por completo, entendiendo por tal despojarles de lo que les haca ser
ricos, sus bienes, para devolverlos a quienes se sentan sus legtimos
propietarios, los pobres. El gobierno no era concebido ya solamente
como el que ayudaba a los ricos, sino como su representante, era el
gobierno de los ricos y por eso haba que derrocarlo. Los pobres ya no
se conformaran con que otros gobernaran, sino que queran gober-
narse ellos mismos.
El contenido del discurso y el discurso mismo eran distintos: la
palabra revolucin se hizo ms comn entre los pobres; el trmino
gobierno de los ricos se hizo cotidiano. Y los participantes en la lucha
ya no se llamaban a s mismos compaeros en el sentido de personas
solidarias y coincidentes en un mismo objetivo concreto y de corto
plazo al que se acompaa en una marcha o un mitin, sino zancas,
en el sentido de compaeros hermanados en una guerra en la que
uno arriesga la vida por el otro en una reciprocidad que va mucho
ms all de la que hay entre los asistentes a una movilizacin dentro
de la legalidad. Detrs del zanca se encontraba tambin el cmplice
dentro de la ilegalidad. Por algo, hasta la palabra zanca resultaba
sospechosa para los ricos y sus agentes policacos y militares.
Adems, cuando se hablaba de los ricos no se haca referencia
solamente a los poderosos de Atoyac sino tambin a los de otras
regiones del pas, porque una revolucin no se puede limitar al
mbito local, as que inclua a los grandes empresarios nacionales, a
los dueos de las grandes industrias, de las grandes cadenas comer-
ciales, de los bancos, de los medios de comunicacin.
Eso es de parte de los pobres, pero, qu haba por parte de los
ricos y de la autoridad?
Ideologizaron la lucha: para ellos los enemigos no eran ya los
padres de familia y el maestro alborotador, como lo haban sido
cuando hacan marchas y mtines, sino los comunistas, entendiendo
152
por tales no a los miembros del Partido Comunista, sino a aquellas
personas que se alzaron en armas y quienes les apoyaban.
En el discurso de los ricos nunca se les llam revolucionarios,
sino delincuentes, gavilleros, esto con un doble objetivo. En primer
lugar, para deslegitimarlos ante la poblacin, porque saban perfec-
tamente que eran revolucionarios pero insistan en llamarlos
ladrones y secuestradores y en afirmar que se haban armado para
secuestrar, robar y matar a la gente que ellos llamaban de bien, a los
que haban hecho su riqueza trabajando, segn ellos, honestamente.
Por supuesto que la usura para ellos era honesta, como lo eran los
asesinatos de los pobres que se atrevan a oponerse al despojo. Ante
sus ojos, hasta la masacre del 18 de mayo se encontraba justificada
por la necesidad de poner un alto a la agitacin entre una poblacin
que gracias a ella, pero sobre todo a la opresin, se converta poco a
poco en rebelde. En segundo, para justificar su lucha contra ellos y
para justificar su propia existencia y su forma de vida, porque si los
enemigos eran delincuentes, ellos, los ricos, eran los buenos, los que
siempre haban trabajado.
En cuanto al gobierno, en su discurso hacia la gente comn y
corriente, despolitizada, llam tambin delincuentes a los guerri-
lleros con el mismo objetivo, pero cuando fue inocultable que queran
una revolucin y que sus motivaciones eran fundamentalmente pol-
ticas, actu ante el PDLP igual que como lo haba hecho ante los ferro-
carrileros que en 1958 y 1959 lucharon por sus derechos o ante los
miembros del Movimiento de Liberacin Nacional (mln)125 o ante
la Central Campesina Independiente (CCI)126 o ante el Frente Elec-
toral del Pueblo (fep)127 y a los estudiantes de 1968: les llam anti-
sociales y traidores a la patria al acusarles de participar en conjuras
internacionales contra Mxico, conjuras que existan solamente en
la mente de los gobernantes y a veces ni siquiera eso porque tenan
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
154
satisfaccin del deseo de venganza con el ajusticiamiento de los
asesinos y a la desaparicin posterior del grupo.
No ocurri as. Al proponerse la realizacin de una revolucin
para derrocar a la burguesa, el incipiente grupo guerrillero estaba
trascendiendo los marcos de la lucha dentro de un municipio o
dentro del estado de Guerrero para tener por escenario todo el pas,
y en ese tenor se empez a pensar como una organizacin con un
proyecto nacional, aunque ni por la composicin de sus fuerzas ni
por la presencia de sus integrantes en otros estados tuviera un
alcance nacional en un primer momento.
No tena ese alcance pero se propona lograrlo; conseguirlo
era parte de su proyecto y requera de un cuarto salto: pasar de
una guerra local a una guerra nacional. Por eso, pese a las caren-
cias del grupo armado, desde el primer momento se confrontaron
dos fuerzas que no se limitaban al mbito puramente local sino que
tenan planes, programas y visin nacionales: de un lado una fuerza
que pretenda convertirse en una organizacin nacional, de otra el
gobierno federal que tena el control en todo el pas.
Y la prueba de que se trataba de una guerra nacional y no sola-
mente local o regional estriba en que a partir de ese momento el
gobierno mexicano comenz a ver a Lucio como un problema de
seguridad nacional, lo que no habra ocurrido si el problema se
hubiera considerado meramente local.
Al darse este paso, el caciquismo sera un problema menor
para Lucio y el PDLP. El enemigo a vencer era el gobierno federal
y los ricos de todo el pas, de manera que una tarea primordial sera
iniciar los preparativos para combatir en ese entorno, debido a que
restringir la lucha al espacio en el que haba venido peleando un
municipio, implicara estar derrotado de antemano dado el gran
abismo existente entre ambos contendientes en cuanto a la fuerza de
la cual podran echar mano.
Qu podra hacer Lucio en este momento sino retardar el inicio
de la confrontacin militar contra las fuerzas federales hasta que
pudiera disponer de la capacidad de desarrollar acciones militares
ms all del territorio de Atoyac?
155
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
156
Adems, el gobierno conoca ya de su presencia, de manera que
la mejor opcin result la que tom: la propaganda basada en la
presencia fsica directa del grupo armado, es decir, la propaganda
armada.
El paso de una guerra local a una guerra nacional se dio en condi-
ciones muy desventajosas porque coloc al grupo de Lucio en la
situacin de un grupo armado con pretensiones nacionales y, por lo
tanto, atacado por fuerzas federales, pero muy localizado geogrfi-
camente, lo que poda ser fatal si se abocaba a combatir contra esas
fuerzas apabullantemente superiores.
Por eso precisamente es que la estrategia no poda ser insurrec-
cional, al menos en un plazo corto, como lo propona la gente agra-
viada con la masacre del 18 de mayo. Por eso opt por la guerra de
guerrillas y por una lucha de un plazo prolongado; por algo tambin
ocup cinco aos antes de pasar al hostigamiento contra el ejrcito
federal. Y lo hizo sin conocer qu consideraciones parecidas, haba
hecho Mao en China haca cuarenta aos, con lo que creara una
estrategia: la guerra prolongada.
Lucio tambin estaba creando una estrategia, pero la suya no
sera igual que la de Mao, sino una distinta, apta para las condiciones
de Mxico, aunque en lo general, y sin saberlo y sin compartir los
planteamientos tericos y estratgicos del maosmo, se caracteriz,
como la Revolucin china, por una amplia vinculacin con la
poblacin:
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
158
al pas entero, a menos que este sea tan pequeo que la primera
accin blica lo afecte totalmente. Adems, la cooperacin de los
aliados no es algo que depende de la voluntad de los beligerantes,
y con frecuencia resulta, por la misma naturaleza de las relaciones
polticas, que no se hace efectiva sino con posterioridad, cuando de
lo que se trata es de restablecer el equilibrio de fuerzas alterado.131
131 Ibidem.
132 Karl von Clausewitz. De la guerra, Libro I, Terramas Ediciones, Argentina:
2008, p. 35.
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acumulara el PDLP y ms oportunidades tendra de unirse con otras
organizaciones, lo que acrecentara su fuerza.
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162
actores diversos que desbordaban, incluso, el mbito nacional: el
ejrcito mexicano, agentes de la CIA, asesores militares estadou-
nidenses y brasileos134, por un lado, y por otro distintas organiza-
ciones armadas que actuaban en otras regiones del pas e incluso
entrenados en otro pas.
Cmo sucedi esto?
Los acontecimientos sucedieron en el contexto de la Guerra Fra,
y eso determinaba que para Estados Unidos ningn conflicto local en
ningn pas del mundo, si implicaba una confrontacin entre domi-
nantes y dominados, poda considerarse como algo aislado o casual,
sino que necesariamente formaba parte de la guerra que a nivel
mundial se desarrollaba entre el socialismo y el capitalismo.
En este entorno haba una interpretacin paranoica de todos los
eventos de rebelda contra la injusticia o de resistencia a la presencia
norteamericana. Se les consideraba como complots dirigidos desde
la Unin Sovitica, como ocurra en el caso de cualquier pas que
llevara a cabo una poltica nacionalista en contra de propiedades
norteamericanas.135
La poltica de Estados Unidos en Amrica Latina se endureci
y se hizo ms injerencista y se caracteriz, en la primera etapa de
la Guerra Fra en esta regin del mundo (1946-1959)136, por un gran
esfuerzo por disminuir la influencia de la izquierda en los movi-
mientos sindicales, como ocurri con la Central de Trabajadores
de Amrica Latina (CTAL), o con la CTM en Mxico; por el apoyo a
dictaduras, como en el caso de Fulgencio Batista; por la interven-
cin directa de Estados Unidos en el derrocamiento de gobiernos
de izquierda, como ocurri con el gobierno de Jacobo Arbenz; por
la falta de ayuda econmica para Amrica Latina; y por la presin
a los pases latinoamericanos para que favorecieran la inversin
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
164
Echeverra haba sido informante de la cia desde haca mucho
tiempo.
Eso dio lugar a un sptimo paso en la evolucin de la confronta-
cin propia de la guerra de los pobres: la intervencin de los aliados
de cada una de las fuerzas en pugna.
Si mientras la confrontacin fue poltica, los adversarios eran
el pueblo, por un lado, y por otro los ricos atoyaquenses y la polica
guerrerense, y cuando la lucha se hizo nacional intervino el gobierno
federal del lado de los ricos, as como personas y otras organizaciones
de otros estados del pas del lado popular, en un tercer momento se
sumaron a ambos bandos otros aliados que llevaron la lucha hacia
una nueva fase.
Del lado del gobierno entr en accin la asesora militar extran-
jera, en particular estadounidense, basada en la doctrina de segu-
ridad nacional, caracterizada fundamentalmente por la:
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
166
Algunas de esas posiciones las tena en Mxico a partir del temor
del gobierno mexicano de que se repitiera un movimiento estu-
diantil como el de 1968. El 5 de enero de 1971, dirigi su primera peti-
cin al gobierno estadounidense para pedirle entrenamiento para
los Halcones, un grupo paramilitar que hace tiempo exista, lo cual
se hizo de enero a mayo de ese ao146. As, elementos entrenados en
Estados Unidos dirigan el ms importante grupo paramilitar mexi-
cano, el cual actu matando cerca de 40 estudiantes el 10 de junio de
1971 y reprimiendo grupos opositores radicalizados. Este grupo era
el heredero del Batalln Olimpia, que en la Plaza de las Tres Culturas
haba asesinado cerca de 400 estudiantes el 2 de octubre de 1968.
Ya haba intervencin extranjera desde antes de que parti-
ciparan en la lucha contra el PDLP pero fue hasta el secuestro de
Figueroa que se generaliz con la llegada, pocas semanas despus
de este suceso, de militares brasileos para asesorar al ejrcito mexi-
cano contra la guerrilla guerrerense.
Del lado del pueblo, intervinieron otras organizaciones, como el
mar, la op, la acnr, cada una aportando elementos para la guerrilla
y conocimientos especializados. Entre ellas destaca el MAR por su
aporte en combatientes entrenados en Corea, lo que increment
la capacidad militar del PDLP. Adems, algunos grupos aportaron
recursos econmicos para sostener el esfuerzo guerrerense.
En distintos momentos el gobierno acus a los guerrilleros mexi-
canos de ser agentes de gobiernos extranjeros, pero eso no fue cierto
en el caso del PDLP: los nicos grupos entrenados en el extranjero
fueron el mar, el mmlm y el prpm.147
Y en estos tres casos el apoyo que recibieron fue solamente
en el inicio y consisti exclusivamente en entrenamiento. En
ningn momento recibieron armas ni dinero ni combatientes, y
en cuanto fueron descubiertos los vnculos, fueron rotos definiti-
vamente. Y ocurri as por la hbil labor diplomtica que realiz el
gobierno mexicano, en la que utiliz el contexto internacional y las
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Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
168
una derrota del sistema social y una muestra de la superioridad de
su adversario.
No poda ser de otra forma. Si la guerra contra Lucio no era ms
que una parte de la confrontacin global que el capitalismo libraba
contra el socialismo entonces la lucha entre el gobierno y el PDLP
se tendra que desarrollar de la misma manera en que se desarro-
llaba el conjunto de la Guerra Fra. Hay que destacar que la accin
militar no era solamente contra el PDLP sino contra muchos grupos
guerrilleros como el Frente Urbano Zapatista (fuz), los Comandos
Armados del Pueblo (cap), los Lacandones, la Liga de los Comu-
nistas Armados, el Movimiento de Accin Revolucionaria (mar),
las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (frap), la Liga
Comunista 23 de Septiembre y otros.
Si Estados Unidos y la Unin Sovitica combatan indirecta-
mente por medio de otros ejrcitos en los territorios de otros pases
al asesorar militarmente a las tropas locales, aqu tambin vinieron
asesores extranjeros para hacerse cargo de la estrategia general,
aunque tcticamente las operaciones las dirigieron los oficiales
entrenados en la Escuela de las Amricas, centro de entrenamiento
y formacin de oficiales encargados de la represin contra las orga-
nizaciones populares. Ah, oficiales como Mario Arturo Acosta
Chaparro, Francisco Quiroz Hermosillo y Miguel Nazar Haro, entre
otros, aprendieron a torturar, a asesinar y realizar acciones terro-
ristas y luego ocuparon papeles destacados en la lucha contra el
PDLP y otros grupos armados. La militar fue la principal forma de
lucha utilizada contra la guerrilla guerrerense, pero siempre fortale-
cida por otras.
Si Estados Unidos impulsaba una Alianza para el Progreso con
medidas de apoyo econmico a los pases de Amrica Latina para
disminuir las contradicciones sociales, aqu habra programas
sociales destinados a paliar los efectos de la pobreza. Se constru-
yeron carreteras, pero no solamente para mejorar la comunica-
cin de las comunidades, sino tambin para facilitar el acceso de
las unidades militares que combatan a los guerrilleros; en la sierra
cafetalera se impuls la penetracin del Instituto Mexicano del
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170
Si Estados Unidos realizaba en los pases en conflicto una
guerra psicolgica destinada a manipular a la poblacin y a ganar
las mentes y los corazones de la poblacin que apoyaba a los revo-
lucionarios, en Mxico, y sobre todo en Guerrero, hubo multitud de
campaas de labor social como la de pintar las escuelas y las casas
de los campesinos, la de cortar el pelo, la de dar consultas mdicas
a la poblacin, la de dar despensas. Estas operaciones, realizadas
desde 1964, eran descritas como una nueva modalidad cvico-
militar que aprovechaba la atencin mdica y plticas a campesinos
para conminarlos a no recurrir a la violencia. Adems, realizaba
campaas propagandsticas destinadas a que la poblacin mirara
como enemigos a los guerrilleros, llamndolos delincuentes y hasta
narcotraficantes150. Y en cuanto a sus propias fuerzas, haca creer a
los soldados que seran violados o torturados por los guerrilleros si
se rendan.
Si Estados Unidos realizaba en todo el mundo una enconada
lucha ideolgica, ac los medios de comunicacin intentaban
desprestigiar por cualquier medio a los proyectos revoluciona-
rios, descalificando sus propuestas, atribuyndolas a problemas
psicolgicos o a desadaptacin social. Adems utiliz a los medios
de comunicacin para que difundieran versiones mentirosas de
los acontecimientos con el fin de que la poblacin identificara a los
guerrilleros como enemigos de la patria y de la religin. Cont con la
complicidad de muchos jerarcas religiosos en su labor de manipula-
cin. Adems, mediante la penetracin de grupos religiosos extran-
jeros favoreci el proceso de aculturacin con el objetivo de romper
el tejido social.
Si Estados Unidos intentaba alcanzar la superioridad en el
mbito de la ciencia y la tecnologa con el fin de poder tener mejores
armas, aqu se trataba de armar mejor al ejrcito y de utilizar las
tecnologas ms modernas para ubicar a los guerrilleros.
Si Estados Unidos buscaba que los pases capitalistas mostraran
una mayor capacidad en las competencias deportivas, aqu se
150 Ibidem.
171
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
172
Despus de buscar otras maneras de secuestrarlo y concluyendo
que sera muy difcil hacerlo en la ciudad de Mxico, decidi aprove-
char el deseo del senador de entrevistarse con l.
Por medio de un profesor, Inocencio Castro, Figueroa le haba
enviado unas cartas pidiendo entrevistarse con l, a lo que despus
de discutirlo con los otros elementos de la direccin accedi y en una
respuesta hecha llegar al senador por medio del mismo profesor se
lo hizo saber. A esta comunicacin le sucedieron otras para acordar
los mecanismos para que el senador llegara a la sierra.
Figueroa acudi a la cita y algunos guerrilleros lo condujeron
hasta donde estaba Lucio con quien se encontr el 30 de mayo. En las
primeras conversaciones le propuso que dejara las armas a cambio
de recursos econmicos y tierras para su gente y ante la negativa
de Lucio le propuso que se quedara en el monte pero a su servicio a
cambio de dinero, como un grupo de sicarios. Lucio le comunic que
estaba secuestrado y comenz las negociaciones.
Este secuestro fue la gota que derram el vaso y determin el
paso a una nueva forma de relacin entre el gobierno y el PDLP: a
partir de ese momento, de enemigo, Lucio pas a ser considerado un
enemigo total, entendiendo por tal alguien al que no solamente se le
debe vencer sino alguien al que se le debe eliminar fsicamente:
151 Ibidem.
173
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174
del estado, tena compromisos amarrados con polticos del centro
del pas, de manera que muchos perderan si algo le pasara, y si bien
es cierto que algunos presionaran al gobierno para que cediera, al
mismo tiempo, otros exigiran aprovechar la ocasin para atacar
a Lucio porque una solucin favorable a la guerrilla servira como
estmulo para la realizacin de acciones del mismo tipo, lo cual les
haca sentirse vulnerables. Igual presin ejercieron los empresa-
rios despus de la muerte de Eugenio Garza Sada a manos de la Liga
Comunista 23 de Septiembre, cuando intentaban secuestrarlo el 17
de septiembre de 1973.
A raz de ese secuestro la Liga enfrent una campaa que ya no
era solamente para vencerla, sino para destruirla; igual ocurri con
el PDLP a raz del secuestro de Figueroa.
Y eso implicaba que el gobierno se sujetaba a una nueva lgica,
la misma que utiliz contra los grandes movimientos sociales que
amenazaban con trastocar el orden social o cuando menos alterarlo,
como el movimiento ferrocarrilero de 1958-1959152, el movimiento
magisterial del MRM de 1958, o el movimiento estudiantil de 1968:
mantener el orden poltico an a costa de romper el orden legal.
Con esto, no haba ningn lmite en la labor de exterminio del
PDLP: la vida no era un valor que tuviera que respetar y los asesi-
natos se hicieron comunes; la dignidad humana no tena por qu
respetarse y por eso recurran constantemente a la tortura; los dere-
chos humanos no existan si se trataba de los guerrilleros, de tal
forma que eran tratados como cosas. No haba tica alguna que limi-
tara lo que podra hacer los militares y policas contra el pueblo, ni
haba mentira que no pudieran decir.
Para muestra de lo que pas en la sierra y de lo que signific que
el gobierno considerara enemigo total al PDLP, basta con la decla-
racin de uno de los asesinos del Estado, miembro del grupo Los
Tarines, Gustavo Tarn Chvez, quien afirm en 1999 que en la base
area militar de Pie de la Cuesta se haba asesinado cuando menos
152 Ivn Felipe Galndez Ortegn, Deconstruccin de..., op. cit., pp. 132-133.
175
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
La muerte de Lucio
Una vez detenido por la guerrilla Rubn Figueroa, Lucio pidi
50 millones de pesos a cambio de su libertad; pidi, adems, el retiro
de las tropas federales de la sierra de Guerrero mientras se haca la
negociacin, la libertad de presos polticos y armas. Con esta accin
el PDLP se coloc en una situacin de gran vulnerabilidad por varias
176
razones: En primer lugar, el secuestro fue una prueba muy grande
en un contexto sumamente desfavorable para la guerrilla toda vez
que en el resto del pas se haban realizado secuestros polticos como
el del cnsul estadounidense en Guadalajara, en mayo de 1973; el
del vicecnsul estadounidense en Hermosillo, Sonora, en marzo de
1974. En agosto de 1974 sera secuestrado por la Fuerzas Revolu-
cionarias Armadas del Pueblo el exgobernador de Jalisco y suegro
del presidente de la repblica, Luis Echeverra. En Estados Unidos
haba sido secuestrada en febrero Patricia Hearst, nieta de uno de los
principales dueos de medios de comunicacin, Randolph Hearst,
lo que motivaba que el gobierno estadounidense endureciera su
poltica ante los secuestros e impusiera a los dems pases una pol-
tica similar, lo que se facilitaba por ser Echeverra subordinado de la
CIA en su papel de informante, igual que otros jefes policacos como
Miguel Nazar Haro.
En segundo lugar, las comunicaciones que precedieron a la
subida de Figueroa a la sierra permitieron que algunos de los miem-
bros del PDLP fueran ubicados sin lugar a dudas por el Estado, de
manera que quedaron expuestos y con ello el ejrcito tuvo indicios
seguros que podan conducir a la captura de ms colaboradores.
El profesor Inocencio Castro fue uno de los primeros detenidos y
torturados a consecuencia del secuestro del ser que llev la carta de
Figueroa a Lucio, y por medio de l conoci Figueroa la respuesta del
jefe guerrillero154. De esta manera el profesor qued ubicado como
un colaborador de la guerrilla y conocedor de otros colaboradores
que en cadena llevaron y trajeron las cartas, que fueron varias. Esto
expona una parte de su estructura, la cual a partir de ese momento
representaba su flanco dbil.
En tercer lugar, el secuestro oblig al PDLP a negociar, lo que
implicaba entablar frecuentes comunicaciones con el Estado o la
familia, lo que haca necesaria la subida y la bajada de correos que
podan ser interceptados, sobre todo por las detenciones y tortura
indiscriminados, que hacan que en los retenes hubiera personas
177
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
178
redistribuyeron los elementos, quedando Lucio con 10 y Heriberto
Valle con 30 a cargo del senador.155
Adems, el ejrcito realiz bombardeos en lugares donde crey
que haba campamentos guerrilleros, como ocurri en una ocasin
en que las bombas cayeron donde haba 30 soldados que ya haban
llegado por tierra al lugar.156
Cuando cundi el hambre en la sierra por el cerco militar a los
pueblos, el ejrcito llev despensas para hacer dependiente a la
poblacin respecto del ejrcito y para que los sospechosos pudieran
ser detenidos al ir a recogerlas. Muchos de los detenidos, despus de
ser torturados fueron arrojados al MAR desde helicpteros en los
vuelos de la muerte y forman parte de la lista de ms de quinientos
desaparecidos reclamados del estado de Guerrero.
En la ltima asamblea de la BCA, entre el 26 y el 28 de julio, se
decidi la divisin en dos columnas, una con 42 combatientes para
custodiar a Figueroa y que permanecera en la sierra de Atoyac; la
otra con 15 elementos para realizar acciones militares que alejaran
al ejrcito y que marchara rumbo a Tecpan con el objetivo de ir a la
sierra de San Luis y acercarse a los lmites con Michoacn.157
El 8 de septiembre el ejrcito atac a la columna que conduca
a Figueroa y lo rescat, despus de lo cual se lanz a perseguir a los
sobrevivientes y en varios combates los fue diezmando. Mientras
tanto, la columna de Lucio realiz una emboscada el 8 de agosto
entre La Cebada y Los Molinos158 ; otra emboscada la realiz el entre
El Ticu y Caa de Agua el 21 de agosto.159
179
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
180
Captulo 3
Despus de Lucio
181
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
182
labor, lo que contribuy a que ni siquiera concibiera que tena que
invertirse tiempo y esfuerzo en ella.
Eso que llev al Che a irse al monte confiando que la base de
apoyo se construira con la sola presencia de la unidad armada y su
accin, condujo a los guerrerenses a no comprender que, dado el gran
golpe recibido con la muerte de Lucio y la represin a la poblacin,
era necesaria una ingente labor encaminada a conservar esa base
de apoyo que haban heredado sin haberla construido ellos. De otra
manera se les dificultara enormemente rehacer la guerrilla como
era su propsito porque tendra que desarrollarse una labor de aos
para construir nuevamente la base que terminara por perderse.
Cmo podran dirigir el partido a la manera como lo haca Lucio
si nunca haban sido dirigentes junto a l? La experiencia y los cono-
cimientos obtenidos por los iniciadores de la lucha del PDLP en
muchos de esos aos en la guerrilla rural se perdieron y eso determi-
nara que los sobrevivientes del Partido de los Pobres y de la Brigada
Campesina de Ajusticiamiento estuvieran imposibilitados para
reimplantar la guerrilla en la sierra.
Cmo podran preservar la base de apoyo si no conocan lo
difcil que era crearla, no saban hacerlo y no comprendan en toda
su magnitud la importancia de conservarla?
Eran conscientes de algo:
164 Reyes Galindo, Los papeles de la sedicin, citado en Marco Bellingeri. Del
agrarismo armado a la guerra de los pobres. Ensayos de guerrilla rural en
el Mxico contemporneo, Ediciones Casa Juan Pablos, Mxico: 2003, 246.
183
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
184
desdoblamiento, la separacin de sus dos partes integrantes, como
prembulo para la destruccin de cada una.
Solamente separados se les podra golpear, por separado, porque
juntos eran indestructibles, como Anten, el personaje mitolgico
que tomaba su fuerza de la tierra y que por eso pudo ser destruido
solamente cuando se le separ de ella y se le ahorc en el aire.
Y el Estado mexicano lo consigui, logr la separacin de la BCA
y el pueblo, lo que dio lugar, por las condiciones en que ocurri, no
a la formacin de los dos sujetos como lo eran en un principio, sino
que se crearon dos completamente distintos a los primeros, cada uno
cargado de las secuelas de la represin:
Un sujeto, los sobrevivientes de la BCA, se rehusaban tenaz-
mente a considerarse derrotados porque eso implicaba reconocerse
sometidos al poder de los vencedores y prcticamente dejar de ser
sujetos para convertirse en simples objetos, entes sin capacidad de
cambiar las cosas como lo haban hecho con Lucio. Su autoestima se
encontraba gravemente lesionada por las derrotas sufridas y, como
un mecanismo defensivo para contrarrestar ese fenmeno y seguir
existiendo tal como lo haba hecho, hicieron de la lucha su razn de
vivir: asumieron el compromiso de continuar la lucha, juraron que
volveran a la sierra e intentaron tomar la bandera del dirigente
muerto.
Desgraciadamente, sin el respaldo de la poblacin eran inca-
paces de ejercer la violencia fsica contra el enemigo vencedor y salir
indemnes; por eso dejaron de atacar al ejrcito. Al mismo tiempo,
ideologizaron al mximo sus conductas y planteamientos e interpre-
taron todo en trminos de la guerra en la que haban participado, de
tal manera que solamente perciban amigos y enemigos, pero unos
y otros en los extremos de lo que para Lucio sera un espectro muy
amplio de matices, que ameritaba actitudes distintas ante cada uno;
adems, se limitaron al ejercicio de la violencia verbal, manifestada
en un discurso radical.
Todo esto puede entenderse como un mecanismo defensivo,
como una compensacin encaminada a fortalecer su calidad de
sujetos tan lastimada luego de la derrota. Se puede decir que, en
185
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
186
la BCA dej de existir. De eso fueron plenamente conscientes los
sobrevivientes, porque aunque hablaban a nombre del PDLP, jams
lo hicieron como Brigada Campesina de Ajusticiamiento.
En segundo lugar, la estructura poltica cambi radicalmente
en varios sentidos: por un lado, el partido dej de estar en la sierra,
porque al bajarse los sobrevivientes a la ciudad, nadie atendi a
las comisiones de lucha y estas dejaron de existir por falta de aten-
cin, adems de que muchos de sus integrantes haban sido desa-
parecidos; por otro lado, el partido se hizo urbano: en poco tiempo
los combatientes dejaron de ser campesinos y de pensar como ellos
al hacerse citadinos; asimismo, el partido dej de ser de masas para
hacerse de cuadros, porque sin las comisiones de lucha el partido
formado por los sobrevivientes se compona bsicamente por
elementos dedicados a tiempo completo a la revolucin, excepto
unos profesores universitarios que haban sido colaboradores de la
guerrilla y cuya importancia se acrecent por la falta de liderazgo as
como por las grandes carencias tericas de los sobrevivientes. Desde
sus aulas estos catedrticos comenzaron a dirigir la organizacin
junto a unos sobrevivientes y a un personaje sui generis, Francisco
Fierro Loza.
Por todo esto, la estructura partidaria se hizo altamente selec-
tiva, de manera que el PDLP, ahora una organizacin sin base de
apoyo, partido de cuadros formado fundamentalmente por profe-
sionales de la revolucin, centralista y homogneo, se convirti en
un partido vanguardista. En suma, lo que sobrevivi no era ms
que un partido leninista tradicional, a lo que siempre rehus Lucio,
de manera que el PDLP haba dejado de existir como estructura
cabaista para dejar su lugar a una organizacin completamente
distinta.
En tercer lugar, el cabaismo, planteamiento terico del PDLP, no
tuvo continuidad debido a que algunos de los que asumieron el papel
principal en la direccin luego de la debacle los maestros univer-
sitarios y Francisco Fierro Loza, al no haber ocupado ninguna
posicin de responsabilidad en el partido y al no haber formado
parte en la sierra de la BCA, desconocan la historia partidaria, las
187
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
188
el Ideario del partido, esa ideologa se fue convirtiendo en la concep-
cin terica de los sobrevivientes.
Adems, las necesidades de la supervivencia en un medio
ajeno les llev a estrechar sus relaciones con otras organizaciones
armadas, dirigidas por profesionistas con una formacin marxista-
leninista, y de ellos provino tambin una influencia que oper en ese
mismo sentido.
Por ltimo, la hipersujetizacin de los continuadores de la lucha,
concordaba con la fuerte ideologizacin marxista-leninista del
Segundo Ideario, el cual adquiri una preponderancia que jams
haba tenido.
Es cierto que a partir de 1973, con la publicacin del Segundo
Ideario, este se haba convertido en el documento formalmente
representativo de las posiciones del PDLP, no obstante, la prctica del
PDLP en la sierra nunca cambi, de manera que los planteamientos
del partido seguan siendo en realidad los mismos de siempre: los
del Primer Ideario, que fue el que gui la prctica de Lucio hasta el
ltimo momento de su vida.
La prctica de Lucio, pero no de los nuevos dirigentes.
En qu consistan los cambios ocurridos despus de su muerte?
Con el predominio completo del Segundo Ideario, ya no se habl de
ricos y pobres sino de burguesa y proletariado, lo que era altamente
significativo porque supona que la organizacin ya no se conside-
raba representante de los pobres sino de los obreros, que el enemigo
ya no eran los ricos sino la burguesa, que ya no se luchara por un
gobierno de los pobres sino por la dictadura del proletariado y que ya
no se entregaran las fbricas directamente a los trabajadores, sino al
Estado.Todo esto implicaba una contraposicin total con los plantea-
mientos de Lucio.
El modelo de sociedad de sus sucesores fue el socialismo sovi-
tico, es decir, el socialismo burocrtico, modelo totalmente opuesto al
lema representativo de la teora cabaista: ser pueblo, hacer pueblo,
estar con el pueblo, ya que parecan regirse por el lema de ser
partido, hacer partido y estar con el partido, pero entendiendo por
189
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
190
por los pobres si ya no decidan ellos sino un pequeo grupo en su
nombre y en particular en el del proletariado?
Los instrumentos a construir ya no seran los mismos: el partido
no era de masas como el cabaista; tampoco el ejrcito era demo-
crtico como el que Lucio form; ya no existira el frente amplio de
izquierda porque ni siquiera se pensaba en convocarlo y hacerlo
funcionar como lo haba hecho Lucio, ni exista ya quien tuviera la
autoridad moral para congregar a tantas expresiones de la izquierda
como las que Lucio poda convocar.
Hasta el lugar mismo que la estrategia cabaista consideraba
vital para el trabajo organizativo cambi en los hechos: aunque
siguieran sosteniendo que el trabajo en las zonas campesinas era
el ms importante y que todo iba encaminado a la creacin de la
guerrilla rural, en la prctica lo que hacan era sobre todo trabajo en
la ciudad, con lo que, aunque fuera provisionalmente, el campo dej
de ser el lugar principal para el trabajo.
Los pobres ya no seran el sujeto social de la revolucin porque
con la ideologizacin de los dirigentes la estrategia se hizo obrerista
aunque no tuviera obreros en sus filas o tuviera muy pocos.
Sin asambleas del partido, sin asambleas con las comunidades,
sin visitas individuales a los compaeros para consultar acerca de
lo que el partido hara, ya no eran los pobres de la sierra los que
decidan sino unos cuantos en su nombre: en un primer momento,
algunos militantes de tiempo completo y los intelectuales que desde
la legalidad dirigan la organizacin; en un segundo momento, sola-
mente los dirigentes, que, por definicin, tenan que dedicarse de
tiempo completo a la lucha.
Ya no haba una poltica prefigurativa, ya no primaran los prin-
cipios sobre la eficacia, ya no se construa el poder de los pobres sino
el del partido.
Por eso la guerra de los sobrevivientes ya no era la guerra de los
pobres, era una guerra en nombre del proletariado, una guerra total-
mente diferente a la de Lucio, sin que los que aspiraban a dirigirla lo
quisieran e incluso sin que lo supieran.
191
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
192
desde la ciudad. Con esto estaban dando al traste tambin con otra de
las caractersticas del cabaismo.
Y la sierra de Atoyac? Algn da alguien llegara a la sierra de
Guerrero para iniciar un frente guerrillero en un esfuerzo dirigido
por ellos, como era previsible, desde la ciudad.
En sexto lugar, la tctica se modific. Ya no se haran las cosas
conforme a las necesidades de la poblacin y con base en sus deter-
minaciones, sino que en adelante lo que contara seran las necesi-
dades de los dirigentes y nadie ms que ellos decidira acerca del por
qu, del cmo y del cundo de las acciones a realizar, en una tctica
eminentemente vanguardista.
Esto porque cuando unos sobrevivientes intentaron organizar a
la poblacin en una regin campesina con vistas a crear algn da
un frente guerrillero, la polica los descubri y asesin a un diri-
gente campesino cercano a ellos. A partir de ese momento decidieron
no exponerse, como lo haba hecho Lucio, porque obtuvieron dos
lecciones de suma importancia, principios fundamentales que nunca
olvidaron: una es que tenan que proteger a la direccin a toda costa,
de manera que las tareas ms peligrosas las haran otros; y la otra
es que la participacin no se dara por comunidades sino de manera
individual, sumamente compartimentada para la seguridad de todos.
Conforme a la primera norma, ningn dirigente nacional
particip ya en una columna en formacin y ni siquiera intervino
directamente en la organizacin de una base de apoyo visitando
comunidades campesinas en la sierra, en el trabajo lento de cons-
truccin que implica el reclutamiento en las poblaciones serranas, la
organizacin de grupos de estudio con los campesinos y el cumpli-
miento de tareas de organizacin y de exploracin del rea geogr-
fica. Esas tareas fueron realizadas por otros bajo la orientacin de los
dirigentes, quienes condujeron todo ese proceso desde la ciudad por
ser el lugar ms seguro.
De acuerdo con la segunda, se extremaron las medidas de segu-
ridad de forma que la participacin se hizo en forma de grupos
pequeos para que en un pueblo no todos los compaeros se
193
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
194
Mucho hubiera ayudado que, ya fuera como poblacin civil o
con espordicas visitas, sin importar que fuera al ao siguiente,
al segundo, al tercero o al cuarto, alguno o algunos guerrilleros
hubieran hecho presencia en la sierra visitando a la base de apoyo,
para que supieran que la lucha continuaba de algn modo, pero no
lo hicieron, ni lo haran, ya sea porque no existieron esas considera-
ciones o porque pesaron muy poco en el nimo de los sobrevivientes,
comparadas con la necesidad de su seguridad.
En cualquier caso, la actitud tomada era un sntoma de subesti-
macin de las necesidades de la poblacin, lo cual era impropio del
cabaismo.
En sptimo lugar, el mtodo cambi. Con la ausencia de las asam-
bleas con las comunidades y de asambleas de los combatientes, ya
no haba el maestro que escuchaba y que intentaba convencer. Si el
interlocutor era parte de la poblacin, para qu se le tendra que
convencer si las decisiones no estaban en sus manos? Y si era mili-
tante, ninguna necesidad tena de estar convencido; lo que le corres-
ponda era obedecer, como era propio de un ejrcito formado con
base en los planteamientos leninistas.
El no involucramiento directo de los dirigentes en la cons-
truccin de la base de apoyo y del frente guerrillero haca prc-
ticamente imposible el aprendizaje con la accin y en la accin en
esos asuntos, de manera que los militantes tenan que aprender a
hacer las cosas por s mismos. Y como la razn de ser de un grupo
guerrillero es precisamente la organizacin de una base social y
de frentes guerrilleros, se puede afirmar que en las tareas ms
importantes no haba el aprendizaje tpico del cabaismo, aunque
en otros casos los dirigentes asumieran riesgos mayores, como en
las acciones para la obtencin de fondos, donde s haba el aprendi-
zaje a la manera de Lucio.
Al disminuir la importancia de la comprensin, del conven-
cimiento y de la enseanza, era natural que otros valores como
la eficiencia y la seguridad ocuparan su lugar. Acorde con ellos, se
consider ms importante que las cosas se hicieran conforme al plan
195
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
196
similar a la que Naomi Klein describe en personas y poblaciones
sujetas intencionalmente a un estado de shock con el objetivo de
hacerles aceptar lo que de otra manera no habran admitido168,
de manera que es posible entender los cambios del PDLP como
resultado de un estado de shock provocado por la muerte de Lucio
y por la represin, situacin que coloc a los supervivientes en
condiciones de tan alta vulnerabilidad que hicieron posibles
cambios extremos en quienes se definan como cabaistas.
O a qu se debe que no aprovecharan su experiencia y la desper-
diciaran haciendo cosas distintas, con un beneficio menor para la
revolucin y de una importancia relativamente menor comparadas
con el hecho de crear bases de apoyo o columnas guerrilleras?
O cmo se explica que dejaran atrs una prctica que vivieron
en la que participaban comunidades completas? O que, con la
compartimentacin excesiva se impidiera que la poblacin deci-
diera? A qu se debe su extrema ideologizacin? Y su vanguar-
dismo, tan antagnico respecto de lo que antes hacan? O que el
modelo al que ajustaban su conducta en la vida real fuera tan distinto
del que decan seguir?
Cmo se justifica que no volvieran a la regin pese al compro-
miso que implcitamente tenan con la gente? Por qu no apro-
vecharon el liderazgo que les habra otorgado su carcter de
sobrevivientes, aunque lo hubieran hecho uno, dos o tres aos
despus?
Es innegable que un gran temor, perfectamente explicable dadas
las circunstancias, les haca rehuir la posibilidad de pasar otra vez
por la misma experiencia y que ese temor era la huella de un trauma,
entendiendo por tal:
197
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
169 Naomi Klein. La doctrina del shock, Paids Ibrica, Mxico: 2007.
198
previa a la existencia del PDLP, es decir, hacia una autoimagen infe-
riorizada.
Adems, sus carencias no eran tericas solamente, sino de lide-
razgo tambin. Nunca haban sido dirigentes y no se sentan con la
capacidad suficiente para asumir la direccin partidaria.
La conjuncin de esas carencias tericas y de esa capacidad de
direccin o, cuando menos, de la confianza en s mismos, les colo-
caba en una situacin de vulnerabilidad absoluta que facilitaba la
influencia de personas que en otras condiciones solamente podran
haber sido colaboradores, cuando mucho, y de otras concepciones
que haba en esa poca, que iban desde la ausencia total de princi-
pios y de tica hasta el trotskismo y el estalinismo en sus versiones
ms dogmticas, pese a que las concepciones de Lucio diferan enor-
memente de cualquiera de ellas.
Efectivamente, no estaba ya ninguno de los dirigentes que poda
dar continuidad al trabajo en la sierra. Los sobrevivientes tenan que
moverse en la ciudad, en un medio completamente ajeno para ellos,
completamente distinto y en un contexto de represin que les obli-
gaba a moverse con suma cautela.
Conscientes de su ignorancia, necesitados de nimo y de apoyo
para moverse en el medio urbano, qu mejor oportunidad para que
adquirieran preponderancia los intelectuales que aparentaban una
gran formacin terica? Qu mejor ocasin para que adquirieran
importancia quienes podan moverse en la ciudad o quienes mane-
jaban un discurso terico que pareca convincente por su radica-
lismo verbal?
Ese era su momento y lo aprovecharon unos y otros: algunos
profesores universitarios que haban desempeado la funcin de
colaboradores y un elemento que prcticamente no haba combatido
en la sierra Francisco Fierro Loza, se convirtieron en dirigentes del
PDLP junto con unos sobrevivientes de la sierra.
Los primeros tenan la ventaja de tener una formacin profe-
sional. El segundo, aunque era un individuo completamente ajeno a
la tica revolucionaria, adquiri preponderancia debido a que saba
moverse en la ciudad y manejar automvil, a diferencia de los recin
199
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
200
Les haca falta tambin, sin que fuera responsabilidad suya,
una historia escrita de su organizacin para que conocieran lo
que pas en el grupo, la manera en que se haba desarrollado,
para que contaran con un referente histrico.
Nada de eso tenan, y si a ello se agrega el estado de shock, su
falta de experiencia, su poca capacidad de anlisis de lo que haban
vivido, pero sobre todo el riesgo que tendran que enfrentar quienes
se propusieran dar continuidad al esfuerzo revolucionario en la
misma tesitura de la labor de Lucio, es comprensible que se les difi-
cultara dar continuidad al cabaismo.
Lo que s dependi de ellos fue dejar sin atencin a la gente de la
sierra y la falta de participacin directa en la construccin de bases
de apoyo o de frentes guerrilleros en otros lugares.
Por eso se puede decir que la terminacin del cabaismo
obedeci tanto a causas que dependieron de ellos como a otras que
se encontraban fuera de su alcance.
201
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
202
zonas en las que casi haban sido exterminados los guerrilleros y eso
se hizo al poco tiempo, porque no se alejaron tanto tiempo de la base
de apoyo.
Lo cierto es que la ausencia de los sobrevivientes aument las
dificultades de los habitantes que se quedaron en la sierra e incre-
ment los peligros que tuvieron que enfrentar y, sobre todo, poten-
cializ los efectos de la represin.
Es cierto tambin que, a fin de cuentas, las necesidades de la
poblacin quedaron en segundo trmino comparadas con las de la
organizacin revolucionaria, y eso no era provocado nicamente por
las circunstancias.
Qu signific lo que ocurri para la base de apoyo?
En primer lugar, la muerte de Lucio fue vivida por la base de
apoyo como una prdida de la mxima significacin. Si era el refe-
rente unificador y la encarnacin de su identidad y de sus esperanzas,
era un smbolo de un valor total, de manera que su desaparicin tena
que generar un fuerte estremecimiento en la poblacin de la sierra.Y
si a eso se agrega que haba prdidas cercanas como de hermanos, de
esposos, de hijos y de sobrinos, y que miles fueron torturados, puede
concluirse que el dao se multiplic al no haber nadie que resul-
tara indemne y al producirse un duelo colectivo que, en un primer
momento paraliz por completo a la base de apoyo, a la manera de un
estado de shock colectivo.
En segundo lugar, la base de apoyo se vio sometida a un fen-
meno que se puede considerar de abandono por parte de los sobre-
vivientes similar en muchos aspectos al maltrato por abandono en el
caso de los nios. Este abandono se agrav porque ocurri despus
de una gran prdida (aunque tal vez algunos no lo hayan resentido
al considerar que el PDLP haba dejado de existir completamente).
Cabe aclarar que no se trat de un desamparo provocado por
un desinters total en el pueblo sino, antes que nada, por el riesgo
que implicaba permanecer en la sierra. Se deba tambin a que, con
el predominio de otros paradigmas tericos distintos del pobrismo,
el pueblo por el que se interesaban se hizo ms general y ms
abstracto y dej de ser identificado con uno especfico: la poblacin
203
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
204
situacin a un nivel mucho ms atrasado del existente cuando Lucio
comenz a organizar en 1963.
Esto porque la represin militar signific una invasin de su
territorio y provoc un desarraigo que hizo que ya no fueran suyos
ni siquiera sus espacios habituales de trabajo y de vida, sobre todo
cuando se convirtieron en desplazados y tuvieron que abandonar sus
pueblos para concentrarse en otras poblaciones, o cuando tuvieron
que huir de la represin. Se hallaron en una situacin de desempo-
deramiento total que los coloc en la mxima vulnerabilidad posible,
habida cuenta de la indefensin total desde el punto de vista fsico y
corporal. El biopoder fue ejercido por el Estado en su mxima expre-
sin con la tortura, los asesinatos y las desapariciones. Con un poder
ejercido con tanto abuso y con una impunidad tan evidente, era
inevitable una acelerada prdida de la autoestima y la formacin de
una personalidad inferiorizada a fuerza de maltrato y de anulacin
de cualquier expresin de su propio poder. Con la muerte de Lucio
y la salida del PDLP y la BCA de la sierra, la poblacin perdi los
referentes construidos a lo largo de varios aos, lo que equivali a la
prdida de la figura paterna.
En cuarto lugar, la base de apoyo dej de existir completamente:
vivan muchas de las personas que haban formado parte de ella
pero al no haber guerrilla no tenan a nadie a quien apoyar, as que ya
no se le poda considerar base de apoyo.
En quinto lugar, las expectativas de la poblacin se vinieron
abajo completamente: la muerte de Lucio provoc la prdida de toda
esperanza en un cambio social.
En sexto lugar, el tejido social que Lucio contribuy a construir
y reconstruir con la confianza y el apoyo mutuo se volvi a romper
porque la captura y desaparicin de muchos habitantes que fueron
entregados al ejrcito por paisanos e incluso familiares cercanos,
dejando una secuela de temor y desconfianza mutua generalizada.
Adems, el ejrcito impidi trabajar a los campesinos y les prohibi
que subieran a la sierra con alimentos, con lo que les someti a la
dependencia absoluta hasta en la alimentacin, al obligarlos a
recibir las despensas entregadas por el gobierno. Todo esto rompi la
205
Lucio Cabaas y la guerra de los pobres Jacobo Silva Nogales
173 Nilda Vainstein y Vernica Rualer. Por qu, cundo y cmo intervenir
desde la escuela ante el maltrato a la infancia y la adolescencia, Unicef,
Argentina: 2011, pp. 31-32.
174 Ibidem.
206
les marc para toda la vida, no solamente como individuos, sino como
colectivo.
En octavo lugar, al agregarse a la tortura colectiva la muerte de
Lucio y el abandono del partido durante varios aos, la poblacin
no tuvo la oportunidad de recuperarse pronto, como hubiera sido lo
deseable, de los perjuicios causados por las agresiones estatales, de
tal forma que el dao psicolgico aument considerablemente y sus
secuelas seran mucho ms profundas que si hubieran quedado en
la sierra elementos de la BCA o cuando menos hubieran regresado
algunos a organizar clandestinamente en uno o dos aos.
Esto porque uno de los efectos del abandono fue la falta de reso-
lucin del proceso del duelo por la muerte de Lucio, o por la repre-
sin debido a que no pudo realizarse ninguna manifestacin social
en forma de velorio o funeral o conmemoracin de esa muerte, o de
reuniones para procesar las prdidas personales y polticas ocasio-
nadas por la represin, lo cual llev a un dolor irresuelto que qued
ah, dentro de cada uno y del conjunto de la poblacin de la sierra,
como queda en los familiares de los desaparecidos, pues el
proceso social de duelo es requisito para su proceso subjetivo, que
toma cuerpo a travs del rito.175
Esto ocasionara en la generacin de la guerrilla un quebranto
psicolgico tan grande que sera sumamente difcil incorporarla
nuevamente a un esfuerzo revolucionario. Cualquier intento orga-
nizativo realizado aos despus no tendra que comenzar donde se
supondra que se qued, con un pueblo con experiencia y deseo de
lucha, o cuando menos desde cero, como cuando lo inici Lucio, sino
mucho ms abajo todava, debido a que tendra que remontar todo
ese caudal de situaciones irresueltas.
Cinco aos despus de la muerte de Lucio, una pregunta era
inevitable ante la invitacin a participar en la continuacin de la
lucha a quienes haban vivido la experiencia de la BCA: y van a
pelear de verdad?, cuestionamiento revelador de la desconfianza en
la lucha y en particular en el grupo armado.
175 Mnica Muiz Mexicano. Cuerpo, sexualidad y... op. cit., p 18.
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Eplogo
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creacin de focos guerrilleros que parta de la necesidad de un perodo
de implantacin en el que el trabajo se hara en silencio.
Con sus planteamientos tericos y organizativos fundament
la necesidad de una organizacin no vanguardista ni hegemonista,
distinta a las de la poca, todas vanguardistas; elabor una propuesta
de ruptura anticapitalista profunda y antiburocrtica; aport una
concepcin terica propia, el pobrismo o cabaismo; cre una estra-
tegia poltica viable; y origin una estrategia militar aplicable a las
condiciones del pas.
La estrategia cabaista, la guerra de los pobres, implica una
guerra que no es en nombre de los pobres sino una guerra que
es de los pobres, ya que no solamente son ellos quienes la hacen,
sino tambin quienes deciden y usufructan sus beneficios en el
transcurso mismo de la lucha.
La cabaista es una guerra en la que participaban prcticamente
todos los pobres de la sierra porque era su guerra, y el teatro de opera-
ciones era su propio territorio. No era, como la del foco guerrillero sin
base de apoyo, o como una guerra con una base de apoyo precaria,
donde la guerra la hace un grupo pequeo en territorio ajeno.
Adems, y por ltimo, habra que sealar que con todo lo que hizo
y an con su muerte, Lucio realiz dos ltimos aportes a la lucha del
pueblo mexicano por su emancipacin:
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Bibliografa
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NDICE
Introduccin 7
Eplogo 209
Bibliografa 213
Edicin digital
Febrero, 2017
Caracas, Venezuela