GUZMÁN. Algo de Filosofia en Torno Al Turismo.
GUZMÁN. Algo de Filosofia en Torno Al Turismo.
GUZMÁN. Algo de Filosofia en Torno Al Turismo.
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INTRODUCCION
Este ensayo considera las cuatro siguientes partes: un modelo bsico para el turismo; la
situacin turstica; el inters del turista, y exigencias y tareas para el anfitrin.
Este modelo es interesante porque con los pocos elementos sealados permite calibrar la
complejidad que encierra el tema. Sin ms, desde ya se puede preguntar por los caracteres de los
referentes a polos y por la especificidad de la relacin que entre ellos se establece. En gran medida
este ensayo se atiene a esto: a esclarecer los elementos y relaciones involucradas.
Pero incluso, este esquema permite avizorar las formas tipo de anomalas "a priori" que se
pueden producir cuando se establece una situacin turstica. En efecto, si se considera el
esquema, se puede constatar de inmediato que se presentan tres formas de romper el desarrollo
de una relacin adecuada; las siguientes:
En los casos 1 y 2, ya por exceso, ya por defecto, se produce una falta de consideracin del
polo restante.
Se puede sospechar que en trminos generales que el primer defecto puede ocurrir con mayor
probabilidad cuando el sujeto turista pertenece al mundo subdesarrollado y el anfitrin al mundo
desarrollado y el segundo, a la inversa, cuando el sujeto turista pertenece al mundo desarrollado y
el anfitrin al mundo subdesarrollado.
Pues bien, esta triple situacin, que naturalmente debe evitarse, patentiza la nica tesis
adecuada al interior de este esquema y que se puede formular en trminos de que el turismo es
necesariamente un encuentro, un dilogo, porque las personas que en l se involucran son sujetos
que viven desde particulares mundos interiores.
Ciertamente, insistir en este aspecto puede resultar algo obvio. Sin embargo, no se debe
olvidar que esto es relevante, constituye el elemento que determina el aspecto genrico del
turismo. Los turistas son personas o grupos humanos que estn de vacaciones.
Con todo, hay que precisar que la forma en que se da el vacacionar turstico es especial y
diferente al de otras formas de vacacionar. En efecto, el vacacionar turstico se especifica a partir
de las siguientes tres notas que determinan su carcter especfico; son las siguientes:
Este anlisis es particularmente relevante porque muestra una importante rea que tener
presente y que normalmente es olvidada.
a) Intereses Genricos.
Ahora bien, los intereses son numerosos y variados, sin embargo, todos ellos se pueden
ordenar en dos grandes clases o tipos de naturaleza antitticas, los siguientes: el turismo de
seleccin folclrica o de la densidad social y el turismo de placer o de accin.
El segundo tipo de esta dupla se caracteriza porque en l el turista busca algn tipo de
experiencia de vida relacionada con los recursos y usos que estn a la moda, que en cierta medida
poseen un timbre de selectividad, los que, a su vez, se relacionan con centros o actividades de
mayor dinamismo social, y en donde se desarrollan estilos de vida de carcter prximo a las
formas internacionales.
El tema recin expuesto sugiere la importancia que tiene el estudio de los intereses del
turista en la determinacin de la poltica y la organizacin turstica. Pero, en realidad a niveles de
mayor profundidad los intereses estn determinados por las concepciones que poseen los turistas.
En este entendido es de inters mostrar la incidencia de las visiones de mundo en la materia. Se
expone a manera de ilustracin en lo que sigue, la relacin visin de mundo y paisaje.
Al respecto es decisivo constatar que la naturaleza no llega al hombre como simple y muda
naturaleza. Incluso, es factible afirmar que la naturaleza sin ms, la pura naturaleza, no existe para
el hombre. Siempre se encuentra ste con una naturaleza histricamente interpretada y trabajada.
En consecuencia, las resonancias que el paisaje provoca en el sujeto humano y las formas como
ste se relaciona con l tambin se encuentran culturalmente determinadas.
De consiguiente, se debe insistir en que la relacin del sujeto con la naturaleza al interior
del turismo est tambin culturalmente determinada.
De esta forma, el turista busca la naturaleza para complacerse o deleitarse con ella, ya sea
por medio de la contemplacin o por medio de su estar con o por medio de su uso o por medio de
su accin. Pero, naturalmente, en ambos casos se encuentra determinado por la concepcin de las
cosas que el medio cultural o que la cultura del mismo turista tiene del mundo.
As, se puede desprender que una de las claves para la accin turstica descansa siempre,
incluso si se toma como referente el paisaje, en las perspectivas culturales del anfitrin y del sujeto,
individual o social, que hace turismo.
Las visiones de mundo que se exponen se han elegido segn un criterio tal que la hace
calzar con las grandes etapas histricas de la humanidad y, en consecuencia, con ciertas
dimensiones inherentes al hombre de hoy. Ellas explican sumariamente algunas de las principales
formas tipo que debe tener presente el turismo.
Tambin, se relaciona con toda instancia humana en que se asignan valoraciones y en que se
depositan confianzas superiores al valor y la significacin que la propia vida puede poseer.
La Perspectiva Realista.
La visin de mundo que asume esta perspectiva otorga una particular significacin y valoracin
a la naturaleza o al mundo o a las cosas que lo componen. Incluso, concibe a todo esto como un
"cosmos", esto es como un orden, una norma y una necesidad. Bajo esta perspectiva, la teora de
la realidad, de la bondad y de la belleza, es decir, el conocimiento, la tica y la esttica, toman
como criterios y norma a la propia naturaleza. Teoras legales como la del "ius naturales tienen,
precisamente, aqu su fundamento.
Esta mentalidad con el propsito de garantizar que obra en armona y en correspondencia con
el orden natural de las cosas, asume un criterio adicional: "obrar siempre como se ha obrado
desde siempre". En consecuencia, esta concepcin siente un fuerte aprecio por las tradiciones y
sus formas cristalizadas y que en algn modo se han hecho clsicas y representan el orden natural
de la vida.
De consiguiente, el hombre que vive bajo esta comprensin se relaciona con la naturaleza y
las formas tradicionales de manera bsicamente contemplativa, acompasada y subordinada.
La Perspectiva Racionalista.
Esta visin de mundo ve la vida y el entorno desde la perspectiva de la razn. Sospecha de la
perspectiva mtica y de la perspectiva realista. En definitiva, lo sagrado y lo natural resultan ser
realidades de las que no tenemos suficiente garanta y certeza. En consecuencia, para esta
mentalidad la razn es la realidad ejemplar y normativa, y vivir la vida significa vivirla
racionalmente, esto es, comprometida en la construccin de modelos racionales. Lo sagrado y lo
natural forma parte de la vida en la medida en que verifican o en que interpretan algn
ordenamiento racional. En esta misma medida se puede apreciar, en consecuencia, que el espacio
y que el tiempo que cuenta para esta perspectiva es el espacio y el tiempo racional, es decir,
especificado cientfica y tcnicamente o todo aquello que es resultado o fruto de un proyecto
racional.
De consiguiente, esta mentalidad se siente atrada por las grandes obras de ciencia y de
ingeniera, por los espacios industriales y por los productos sofisticados y todo aquello que indique
desarrollo y progreso.
La Perspectiva Existencial.
Esta visin de mundo asume algo de realismo y algo del racionalismo. Del primero toma la
creencia en la existencia del mundo y del sujeto la creencia en el papel decisivo que cumple el
sujeto humano. Sin embargo, se diferencia de ellos. Critica al primero la idea de que el mundo es
un orden o un cosmos y cuestiona al segundo la reduccin que hace del sujeto a slo la parte
racional. Plantea como realidad bsica la relacin hombre-mundo, conciencia-realidad, sujeto-
objeto, etc. Se aprecia que esta mentalidad tambin configura particulares formas de espacio y
tiempo, por las cuales experimenta, naturalmente, inters y atraccin. Especial predileccin siente
esta mentalidad por el arte y su entorno, por lo autctono, por los espacios y tiempos que significan
singulares e individuales proyectos de vida y por toda situacin o espacio que se plasma en ntima
complicidad con las vivencias humanas.
Pues bien, de todo lo examinado en esta parte se puede concluir que el mundo, la naturaleza o
el paisaje, es en relacin a las vivencias humanas y en definitiva, a la visin de mundo de cada
cual. En efecto, se pudo observar como cada visin de mundo expuesta determina la seleccin de
un paisaje. Es obvio de consiguiente la importancia que tiene para una adecuada articulacin del
turismo tener presente estos importantes aspectos, normalmente olvidados.
Se puede apreciar que el inters del turista, en lo que toca al pas receptor, exige de un
serio esfuerzo de respuesta. A continuacin se considera esta exigencia en relacin con uno de los
intereses previamente sealados, el turismo de densidad social o de seleccin folclrica. En efecto,
a partir de los intereses bsicos que motivan al turista se plantea para todo pas o regin la
siguiente situacin.
El turismo enfrenta a cada pas con la tarea de disponer y abrir espacios tursticos acordes
con las exigencias o las necesidades planteadas. De esta manera, cada pas debe poner en
operacin, si se considera el turismo de densidad social, el conjunto de medidas que posibilitan un
estilo de vida internacional. Naturalmente, esto puede chocar con la idiosincrasia bsica de cada
pas y lo normal es que choque con ella. En consecuencia, para estos pases se trata de un
servicio y de una empresa que requiere no slo de enorme inversin, sino, tambin de enorme
tensin: pues exige abrir espacios a formas de vida distintas con las cuales el pas,
necesariamente, deber relacionarse, enfrentar y, en definitiva, asimilar.
En este sentido, el turismo determinado por las formas de primer tipo lleva a cada pas a
disponer de parte de su propio espacio en servicio de otros y de otras formas culturales, de manera
artificial, abstracta y contrapuesta por relacin a la propia cultura.
Con todo, estos emplazamientos junto a otros determinantes sociales cumplen una
compleja y significativa funcin. En general, cooperan en la tarea de renovacin cultural y de
incorporacin de la propia cultura a espacios culturales de mayor universalidad.
Por su parte, el turismo de folclor que adentra en el espritu y en la obra cultural de una
regin enfrenta al pas, tambin, a tareas y esfuerzos que conllevan no pequea tensin. En efecto,
bajo esta forma turstica el pas, si se quiere, no alienta una parte de su espacio en funcin de otros
y de otra cultura, sino, al contrario, ofrece su propia forma vernacular y su propia vida cotidiana
como objeto de visita, como espacio de experiencias y como lugar de encuentro para otras
culturas.
De tal manera, que bajo esta forma el turismo ayuda a representar y a fortalecer, no slo la
idiosincracia del pas, sino tambin, las reas peculiares, criollas y folclricas que lo identifican.
Como se aprecia, esta modalidad turstica exige de cada pas que detente cierta identidad
o peculiaridad cultural. En consecuencia, tiene el efecto inverso a la forma turstica previamente
sealada.
La gran tensin que de esta forma turstica produce se relaciona con el hecho que genera
exigencias culturales a los pases, como la de tener cierta identidad, que no todos pueden
satisfacer adecuadamente o con la sofisticacin deseables. Exige madurez y auto-respeto social.
Pues bien, las formas tursticas sealadas generan una enorme tarea, no exenta de
tensiones para el pas receptor. Cumplen, por una parte, la funcin de abrir el desarrollo cultural de
un pas a formas ms universales y, por otra parte, plantean la exigencia de desarrollar una
identidad propia. Asimismo, los diversos intereses y visiones de mundo de los turistas imponen
tareas y retos a cada pas anfitrin.
En lo que sigue de esta exposicin se trata los siguientes temas: El Turismo como Servicio;
El Turismo como Recurso Econmico y El Turismo como Empresa.
Este principio social tambin determina que todas las personas constituyentes de una sociedad
se encuentren unos con otros en relacin de servicio y de dependencia. Cada uno produce lo que
uno mismo y los otros necesitan. Cada uno sirve a uno mismo y a los otros. Por esta razn en el
lenguaje social se condensan expresiones como "servicio mdico", "servicio social, "servicio
militar", servicio elctrico", "prestacin de servicios", etc. En definitiva, la vida social vive de los
servicios recprocos que unos a otros se prestan.
Naturalmente, la relacin que se establece entre las distintas sociedades lleva el mismo sello.
En todos estos casos se juegan servicios.
Pues bien, es indispensable rescatar y valorar al interior de la actividad social las relaciones de
servicialidad que la constituyen. Y, obviamente, el conjunto de percepciones, de disposiciones y de
actitudes que encierra.
A travs de la organizacin del turismo se puede y debe esperar que trabajen aquellos que
estn ms interesados en esa rea de la vida social y aquellos que tienen mejor capacidad para
desarrollarlo. De esta manera, se debe esperar que el servicio que se presta sea el ms eficiente,
el ms calificado y el que se desarrolla con ms satisfaccin por tales agentes.
No hay que olvidar que la situacin de subdesarrollo en que se vive afecta al concepto de vida
social que se tiene, al orden social que se concibe y a la prctica social que se gesta.
El dilema, con todo, es que si se aspira a una mejor vida social y personal y a un mayor nivel
de desarrollo, es este el camino que hay que seguir, que cada uno sea un servidor pblico.
Pues bien, hay que perspectivar la accin turstica en trmino de servicio y, en definitiva, es un
servicio.
En consecuencia, el servicio social que cada uno presta se orienta por la competencia, la
asignacin de recursos que el mercado seala y el dividendo econmico que se obtiene.
An, durante estos ltimos aos las polticas econmicas han especificado las formas ms
adecuadas para permitir una razonable y conducente insercin en el mercado y el desarrollo del
mismo. As, se tiene que hace 50 aos se busc insertarse y desarrollar el mercado siguiendo el
criterio de la "sustitucin de importaciones"; en los ltimos 20 aos se aplic el criterio de
desarrollar las reas en que se cuenta con "ventajas comparativas", y hoy, se intenta, el criterio del
"valor agregado", acompaado de las polticas de "reconversin tecnolgica".
Naturalmente, estas polticas varan porque la situacin del mercado tambin vara. En
particular, hoy en da se enfrenta un alto grado de comunicacin, de desarrollo cientfico tcnico y
de abertura de los mercados acompaado de la creacin de grandes reas comerciales, todo lo
cual hace necesario ceirse al criterio del valor agregado.
Pues bien, una tarea del todo indispensable, es incorporar el turismo nacional, regional y los
esfuerzos de las agencias tursticas bajo patrones y prcticas actualizados e imaginativos.
servicio en juego, el incremento de mayores espacios de trabajo para los habitantes de dicho
medio y el incremento de la riqueza regional.
Una tarea que compromete tanta complejidad y de la cual derivan tantas consecuencias
beneficiosas, no puede dejarse a la deriva o abierta a soluciones informales. Con ello pierden el
pas o la regin. Pero, requiere, a su turno, ser enfrentada con espritu emprendedor, de manera
objetiva, tcnica y responsable. En este sentido, el turismo requiere ser incorporado en cualquier
medio como una empresa de significativo alcance y servicio social.
En la actualidad no se puede sentir temor ante el espritu emprendedor, que incorpora todos
los elementos tcnicos y culturales y financieros que permiten la oferta de un buen servicio.
Lo que, ciertamente, debe preocupar son las soluciones informales, el oportunismo, los
negocios mezquinos y las ganancias lcitas. Porque todo esto genera frustracin, pobreza y
envilecimiento; destruye el servicio que se ofrece; desprestigia a la regin y al pas y no abre
mejores espacios para el futuro.
El espritu emprendedor y la empresa son realidades serias. En ella, se han distinguido con
precisin y de manera tcnica los diversos pasos que hay que dar y los diversos aspectos que
deben ser considerados para el desarrollo satisfactorio de cualquier servicio.
En este sentido, el desarrollo del turismo como empresa es la mejor garanta para el anfitrin.
4. CONCLUSIONES.
Desde la perspectiva recin abierta, el hacer que compromete al turismo debe verse como
un arte, una articulacin de criterios y de situaciones, que posibiliten y que conciten el
encuentro y el dilogo entre diversas sensibilidades, espiritualidades o culturas, las de la
regin que se dispone a acoger y la de las personas o grupos sociales que se disponen
visitar.
Bajo este acometido, naturalmente, la tarea del turismo slo se cumple en un esfuerzo
mancomunado e interdisciplinario junto a otras esferas con responsabilidad social. La tarea
de hacer surgir personalidades y una vida social enriquecida y caracterizada por una
particular sensibilidad, mundo interior y mundo cultural es tarea de muchos y de buen
tiempo.