Cultivos Phyzalisalmendrocapulin

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UNIVERSIDAD VERACRUZANA

CAMPUS XALAPA
FACULTAD DE CIENCIAS AGRICOLAS

E.E. Fertilidad y Nutrición

NRC: 42151
Académico: Dra. María Ariadna Escalante
Rebolledo

Phyzalis, Almendro y Capulín

Presenta:
Calzada Lozano Anaí

XALAPA VER., A 9 DE NOVIEMBRE 2016


PHYZALIS

Nombre científico: Physalis ixocarpa


Familia: Solanaceae
Género: Physalis
DISTRIBUCIÓN RADICAL.
De acuerdo a lo que señala Alvarado (1995), el tomate de cascara es una planta
herbácea, anual, de 40 a 120 cm de altura o más dependiendo de los hábitos de
crecimiento. Con las siguientes características

Raíz: Típica o columnar, presenta ramificaciones secundarias profundas que


pueden alcanzar hasta 60 cm. o más. En sistema de plantación sufre una
modificación transformándose en fibrosas y de poca penetración al suelo, es por
eso que se recomienda hacer trasplantes directos de charola, no de almácigo y
procurar que la raíz. (Ibidem, 1995)

Tallo: El tallo es estirado, herbáceo o ligeramente leñoso en la base; ramas


primarias de 0.08 a 2.3 cm. de diámetro; en los primeros días de vida se presentan
pelos esparcidos en el tallo, hojas y ramas las cuales se pierden a medida que van
creciendo (Alvarado, 1995)

Hojas: Las hojas son simples, erectas, alternas de forma ovalada de 5 a 10 cm de


largo por 4 a 6 cm de ancho, base atenuada, ápice agudo con márgenes irregulares
dentados, por lo general presentan 6 dientes por cada lado. Presentan peciolo, el
cual es de 4 a 6 cm de largo (Ibidem, 1995)

Flores: las flores son bisexuales, perfectas o hermafroditas, solitarias y salen de la


dicotomía de las ramas pequeñas, pentámeras, con bordes de color amarillo
brillantes, anteras azules o azules-verdes. La corola mide de 1 a 2,7 cm de diámetro,
color amarillo, aunque algunas veces es purpura y descolorida en el centro,
acampanulada o circular, presentan lóbulos plegados y estambres insertados en la
base de la corola, el estigma presenta dos hendiduras, casi bilobulado, (Ibidem,
1995)
El fruto. Alvarado (1995) señala que, el fruto es una baya amarilla verduzca
carnosa y globosa de tamaño variable de 1 a 6 cm de diámetro ecuatorial de sabor
acido dulce, 1.8 a 4.3 cm de largo por 2.5, con 10 costillas (nervaduras), que en
algunos casos son de color morado, se encuentra envuelto por el cáliz que es
amplio, con dimensiones de 4 a 6 cm de ancho con margen irregularmente dentado
con 10 costillas que en algunos casos es de color morado y con la característica de
persistencia aun después de la maduración del fruto. Los peciolos miden de 0.6 cm
a 1.o de largo. La baya contiene gran cantidad de semilla, teniendo un diámetro de
1 a 6 cm. La semilla es pequeña, lisa, de color amarillo, la cual puede guardar su
poder germinativo hasta 7 u 8 año.

FENOLOGÍA DEL CULTIVO.


Nacencia.- Esta se da una semana después de la siembra.
Prolongación del eje principal.- Se presenta de la cero a la cuarta semana
después de la emergencia.
Crecimiento vegetativo.- Comienza desde la semana cero a la semana catorce.
Producción de botones florales.- Se manifiesta de la semana tres a la semana
catorce.
Floración.- Inicia de la semana cuatro a la semana catorce.
Fructificación.- comienza de la semana cinco a la semana catorce.
Senescencia.- Se inicia de la semana doce a la semana catorce (Ibidem, 1992).
La expresión fenotípica de las poblaciones de tomate de cascara se modifica
significativamente como resultado del cambio de hábitat o tipo de siembra
(Santiaguillo y López, 1997).
Otro aspecto estudiado sobre esta planta es el relacionado a los entrenudos de las
ramas laterales los cuales crecen mucho más lento que ramas principales. Los
frutos cosechables (3 a 4 cm de diámetro) se encuentran en su mayoría en las
ramas principales, siendo relativamente poco productivas las laterales y
completamente infértiles las sublaterales. La mayoría de los frutos totales
corresponden a diámetro menor de 2 cm, de diámetro y se localizan principalmente
en las ramas laterales y sublaterales y por lo tanto es necesario buscar métodos
para controlar el crecimiento durante la última fase de desarrollo para evitar la
floración innecesaria, por medio de labores culturales (uso de reguladores de
crecimiento, etc.) y eventualmente buscar un habito de crecimiento determinado
(Ibidem, 1997).
Crecimiento. Las plantas de tomate de cáscara tienen un ciclo de vida de 70 a 110
días desde la siembra hasta la senescencia dependiendo la variedad, una vez que
emerge la plántula inicia un crecimiento lento, aproximadamente 1 cm. por día;
posteriormente a los 25 días, el crecimiento se acelera y se estabiliza alrededor de
los 55 que es cuando alcanza una altura de 90 cm. (en las plantas rastreras
aproximadamente 60 cm.), la planta sigue creciendo lentamente y puede llegar
alcanzar poco más de 1m. (erectas), esto sucede como a los 70 días,
posteriormente la planta empieza a envejecer y cae por el peso de los frutos hasta
su muerte. (Alfaro, 1998)
Floración.- la diferenciación de las yemas florales se inicia entre los 17 o 20 días
después de la siembra, la aparición de las primeras flores ocurre a los 28 o 30 días
y continua floreciendo hasta que la planta muere. Las anteras no abren de manera
uniforme sino que normalmente pasan de 2 a 4 días entre la dehiscencia de la
primera a la quinta antera., las flores abren antes que ocurra esta fase entre las 8 y
12 hr. Del día poco antes de la dehiscencia de las anteras, los filamentos se elongan
hasta llegar cerca del estigma (Ibidem, 1998).
Polinización.- en esta planta no es posible la autofecundación debido a la
autoincompatibilidad gametofitica que presenta. La polinización solamente puede
llevarse a cabo de manera cruzada, generalmente por insectos (Ibidem, 1998).
Fructificación.- El cuajado de los frutos se inicia a los 35 días después del
trasplante, a los 45 se inicia una etapa llamada de cascabel que no es otra cosa que
un fruto pequeño bien definido en proceso de desarrollo. Del cuajado de los frutos
a la maduración transcurren de 20 a 22 días. Inmediatamente después de que la
corola cae, el ovario y el cáliz comienzan a elongarse, posteriormente este último
comienza a envolver al fruto que es una baya que crece lentamente y adquiere su
forma característica; algunos frutos pueden llenar la bolsa que los cubre y otros no
la llenan pero en su mayoría la rompen. Del total de flores producidas por una
planta solo del 30 al 40% llegan a cuajar, pero de estos valores solo el 28” al 30%
se cosechan en su madurez, lo anterior significa que de 50 frutos cuajados solo 14
o 15 son cosechados. La producción comercial de una planta se tiene entre los 14
y 7 primeros entre nudos, pero con un buen desarrollo algunas plantas presentan
frutos comerciales hasta el décimo entrenudo (Ibidem, 1998).
REQUERIMIENTOS EDÁFICOS.
El suelo. El suelo que requiere este cultivo es del tipo arcillo-arenoso, con
disponibilidad de riego en regiones donde la humedad suficiente para el desarrollo
del cultivo (Castillo, 1990).
REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS.
Temperatura. El nivel adecuado de temperaturas para la germinación del tomate
de cascara es de 20 a 30 °C (Ayala, 1992). Las temperaturas óptimas para su
desarrollo son de 20 a 25°C, con temperaturas de 30°C el crecimiento disminuye y
puede cesar a los 40. En la floración se requiere temperaturas de 30 a 32 °C,
mayores de 32 pueden provocar deshidratación del tubo polínico, provocando una
polinización incompleta y frutos mal formados (Castillo, 1990).
Humedad. La humedad es más requerida en las etapas de germinación y
emergencia. En la etapa de trasplante es exigente con respecto a la siembra. El
resto del ciclo, incluyendo la floración, necesita de un 60% de la capacidad de
campo. En condición de sequía del suelo, el tomate tiende a emitir rápidamente
flores, se acelera la maduración de los frutos pequeños, en bajo número y algunos
se deforman tomando sabor acido (Ibidem, 1990).

REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES.
Para hacer una eficiente aplicación de fertilizantes es necesario realizar un análisis
del suelo debido a que cada terreno tiene diferentes necesidades de nutrientes, Los
nutrientes que preferentemente son usados para el tomate de cáscara son la urea,
11-12-0, 18-46-0, sulfato de potasio y 17-17-17.

El fertilizante se puede aplicar entre 6 y 8 pulgadas de profundidad al centro del


surco y completar la fertilización al cierre de cultivo

PROGRAMAS DE FERTILIZACIÓN RECOMENDADOS POR CENTROS DE


INVESTIGACIÓN O UNIVERSIDADES.
ESTÁNDARES DE CALIDAD, TANTO NACIONAL COMO
INTERNACIONALMENTE.

ALMENDRO

Nombre científico: Prunus dulcis


Familia: Rosaceae
Subfamilia: Amygdaloideae
Género: Prunus
DISTRIBUCIÓN RADICAL.
Tiene un sistema radicular potente, poco ramificado y profundamente anclado en
el suelo.
En las especies silvestres, las radículas pueden llegar a medir más de 20 cm cuando
la plántula solamente tiene 2 cm.
La raíz del almendro de color amarillo-grisáceo cuando joven. Es poco fasciculada,
soporta mal el trasplante y es sensible a la asfixia radical (Grasselly, 1984).
FENOLOGÍA DEL CULTIVO.
Estado fenológico A
Yemas de invierno.

Estado fenológico B:
Yemas hinchadas.

Estado fenológico C:
Cáliz visible

Estado fenológico D:
Corola visible.

Estado fenológico E:
Estambres visibles.

Estado fenológico F:
Flor abierta.

Estado fenológico G:
Caída de pétalos.

Estado fenológico H:
Fruto cuajado.

Estado fenológico I:
Fruto joven.

Estado fenológico J:
Fruto en evolución hacia
la madurez.

REQUERIMIENTOS EDÁFICOS.

El suelo es un componente fundamental para el crecimiento del almendro, por esto


es que existen requerimientos mínimos que el cultivo exige para crecer en buenas
condiciones, a continuación un cuadro en donde se pueden observar las
condiciones óptimas de crecimiento y rendimientos:
Textura Francas a gruesas
Drenaje Sin nivel freático a nivel a 110 cm.
Pedregosidad Entre 0 y 35 % piedras
Pendiente Desde sin pendiente hasta un 18 % inclinación
Salinidad (conductividad Tolera 21.6 mmhos/cm.
eléctrica)
Acidez (pH) Entre 5.5 y 9.0
Profundidad Entre 65 y 90 cm. (según compactación)
Cuadro 2: Condiciones óptimas de suelo

REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS.
Temperatura, precipitaciones y viento
El almendro posee una sensibilidad media a heladas, siendo su fruto en estado
pequeño (fase 1) el órgano más sensible a este tipo de daño, junto con la floración.
Las temperaturas y requerimientos climáticos del almendro son:
T º critica de daño por heladas -1 º C
T º mínima de crecimiento 7 – 10 º C
T º optima de crecimiento 20 – 25 º C
T º máxima de crecimiento 40 º C
Suma térmica entre yema hinchada y cosecha 1.000 – 1.200 GD
Horas frío (menores a 7 º C) 200 – 550 HF
Cuadro 1: Requerimientos climáticos del almendro

Es importante destacar que las temperaturas elevadas, la ausencia de lluvias,


heladas y vientos son muy importante en la polinización, ya que las abejas en el
cultivo del almendro juegan un papel fundamental al tratarse de una especie auto
incompatible, y que requiere de buenas temperaturas y de una baja velocidad de
viento, para poder expandir su polen.

REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES.
El almendro es una de las especies frutales que responde mejor a las aplicaciones
de nitrógeno. Un huerto en plena producción (más de 8 años) puede fertilizarse con
más de 2 kg de urea por árbol, para obtener una respuesta positiva en crecimiento
y producción. Sin embargo, aún existe gran cantidad de huertos comerciales donde
la fertilización nitrogenada es bastante reducida. Un elemento que se presenta
deficitario con cierta frecuencia en esta especie es el zinc. La sintomatología de su
deficiencia se manifiesta en una marcada disminución del tamaño de las hojas, las
que se presentan amarillentas, cloróticas y formando un crecimiento en roseta.
Tanto la brotación como la floración se presentan retrasadas en relación a los
árboles normales, llegando finalmente a una cosecha menor y con fruta de tamaño
reducido. Su corrección se puede lograr con aspersiones de sulfato de zinc en
invierno y de óxido de zinc en primavera después decaída de pétalos.
ANALISIS FOLIAR
El análisis foliar permite conocer el contenido de nutrientes que poseen las hojas en
un momento determinado. La toma de muestras de hojas para efectuar este análisis
debe efectuarse entre el 15 de enero y 28 de febrero. Las hojas deben provenir de
dardos o centros frutales con o sin frutas. A través de este análisis se podrá ajustar
el programa de fertilización, puesto que se pueden determinar los elementos que
están deficientes o en exceso.
Fósforo y Potasio en Almendro
Fase de pre-plantación. En suelos con niveles de fósforo y potasio bajos, se
deberán aportar como máximo, en la preparación del suelo y antes de plantar, las
siguientes cantidades: - 50 kg de fósforo P2O5/ha. y 350 kg Potasio K2O/ha.
Fase de árboles en formación. Las aportaciones máximas que se deben aplicar
en esta fase son:
Año 1º 10 kg P2O5/ha 20 kg K2O/ha
Año 2º 15 kg P2O5/ha 40 kg K2O/ha

En caso de que se prolongue la fase de formación de los árboles, las dosis del año
segundo no deben ser superadas.
Fase de árboles en producción. El abonado de los árboles en esta fase debe ser
definido sobre la base de los valores indicados a continuación:
Cantidades de fósforo y potasio exportadas por los árboles de la plantación
Cultivo Exportaciones totales de Exportaciones totales de
Fósforo (kg/tm de fruto) Potasio (kg/tm de fruto)
Almendro 12,0 47,0

En cualquier caso, las cantidades anuales aportadas al cultivo de estos nutrientes


no deben sobrepasar los límites que se indican en la tabla siguiente.
Cantidades máximas anuales que deben aportarse de fósforo y potasio
Nivel de fósforo Aporte de fósforo y potasio en el abonado
y potasio en suelo
Bajo Las exportaciones totales de los árboles x 1,5

Medio Solo las exportaciones totales de los árboles


Alto El 50% de las exportaciones totales de los árboles

Muy Alto Ninguna aportación


Nitrógeno en Almendro
El cálculo de la cantidad de nitrógeno N que se debe aportar al suelo se obtiene de
la realización de un balance entre las cantidades exportadas por el cultivo, más la
hierba de cobertura del suelo y las aportadas por el suelo y el agua de riego.
Exportaciones o salidas de nitrógeno
Necesidades de árboles jóvenes. En árboles en periodo de formación las
exportaciones son las que figuran a continuación:
Estimación de la evolución de extracciones de nitrógeno en el proceso de
formación del árbol (kg N/ha)
Especie Año 1 Año 2 Año 3 y sucesivos hasta alcanzar plena producción
Almendro 20 35 50 + 34 kg N/t de fruto

PROGRAMAS DE FERTILIZACIÓN RECOMENDADOS POR CENTROS DE


INVESTIGACIÓN O UNIVERSIDADES.
ESTÁNDARES DE CALIDAD, TANTO NACIONAL COMO
INTERNACIONALMENTE.

CAPULÍN
Nombre común: Prunus virginia
Género: Prunus
Familia: Rosaceae
Especie: P. virginiana; L.
Orden: Rosales
DISTRIBUCIÓN RADICAL.
Es un árbol que mide de 6-8 m, su palo es como del grueso del palo de encino pero
no esta tan arrugado. Su hoja es alargadita y termina en punta, alrededor es un
poco picudita y correosa, también brillan un poco. Sus flores se dan varias al final
de las varas, formadas en unos tallitos, empiezan como botones de color verde y
cuando abren, dan unas florecitas blancas que cuando se secan forman los
capulines de color negro.
FENOLOGÍA DEL CULTIVO.
Follaje: Caducifolio. Los árboles pierden sus hojas en la época de floración y al
principio de la fructificación.
Floración: Florece de marzo a septiembre. En Chamela, Jalisco, de mayo a agosto.
Fructificación: Los frutos maduran de julio a marzo.
Polinización: Autopolinización.
REQUERIMIENTOS EDÁFICOS.
El árbol crece a menudo en los suelos húmedos cerca de los arroyos en colinas y
cañones de las montañas a una altura entre 4.900 a 10.200 pies (1493 a 3108 m).
REQUERIMIENTOS CLIMÁTICOS.
El capulín prefiere situaciones soleadas, aunque es más tolerante a la sombra que
muchos otros árboles de cerezo.
REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES.
Nitrógeno: Influencia el desarrollo de los brotes, raíces, inducción floral, fertilización
del óvulo, cuaja, desarrollo del fruto y calidad de las cerezas. Este elemento también
es un constituyente de la clorofila y por tanto ejerce una acción indirecta en la
elaboración de carbohidratos. El principal síntoma de deficiencia de nitrógeno es
una reducción del desarrollo vegetativo y rápida senescencia o envejecimiento de
las hojas. Esta se acentúa por la movilización del elemento hacia el ápice del brote.
Adicionalmente, ocurre clorosis foliar. La disponibilidad de nitrógeno en el suelo
incide sobre la relación huésped/patógeno y relación huésped/plaga.
Fósforo: El fósforo es extraído anualmente en bajas cantidades por los árboles, por
ello es recomendable suministrar una cantidad importante de fósforo como
“fertilización de base” previo a la plantación considerando la baja movilidad de este
elemento. Cabe destacar, que este nutriente bajo la forma de fosfato forma parte de
diferentes compuestos en la célula tales como azúcares, fosfatos de gran
importancia para los procesos de respiración y la fotosíntesis y los fosfolípidos que
forman parte de las membranas. Es importante que este elemento se encuentre
disponible al inicio de la actividad vegetativa, ya que en este momento favorece el
crecimiento de raicillas nuevas de la planta.
Potasio: Este elemento se caracteriza por presentar una elevada movilidad al
interior de las células y de los tejidos del árbol, encontrándose tanto a nivel del
xilema como del floema. Se encuentra mayoritariamente en el citoplasma donde
controla el potencial osmótico de las células y de los tejidos. Este elemento, después
del nitrógeno, es el más requerido por la planta y es importante durante la fase
productiva para lograr fruta de calidad. También es de importancia en diversas
funciones fisiológicas tales como fotosíntesis, biosíntesis de proteínas y
carbohidratos, expansión celular, movimiento de las células estomáticas y
regulación de actividades enzimáticas.
Calcio: Este nutriente participa en diferentes actividades enzimáticas, como en la
formación de las pectinas y mantiene en niveles no tóxicos los ácidos orgánicos
elaborados por los árboles. Además, favorece la lignificación de los brotes
aumentando así la resistencia de estos órganos a las bajas temperaturas,
particularmente en invierno, regula el desarrollo de las raíces y permite una mayor
firmeza de las cerezas. Preserva la integridad y estabilidad de la membrana
citoplasmática y previene parcialmente la fruta partida por lluvia, dado que confiere
resistencia a la pared celular a través de puentes con pectinas de la lamela media.
Magnesio: Es un elemento esencial de la clorofila, interviniendo en numerosos
procesos fisiológicos vitales tales como en la absorción del nitrógeno, fotosíntesis,
respiración, síntesis de ADN y RNA, formación de las pectinas y pigmentos como
xantofilas y carotenoides. La carencia de este nutriente puede ser también
ocasionada por un exceso de potasio o de calcio.
Azufre: Este nutriente interviene en diferentes procesos del ciclo del nitrógeno y en
la síntesis de carbohidratos. Se encuentra en diversas proteínas (particularmente a
nivel de las hojas). Este elemento, generalmente se encuentra en una cantidad
suficiente en los suelos para satisfacer los requerimientos de los árboles; y es
aplicado en forma indirecta a vía algunos agroquímicos (utilizados para prevención
de enfermedades y plagas) y otros fertilizantes que portan más de un nutriente y
que son normalmente aplicados en los huertos.
Hierro. Está presente en los tejidos foliares y tiene gran relevancia en la actividad
respiratoria del árbol; su carencia afecta la elaboración de clorofila ocasionándose
una clorosis a nivel foliar
Boro: Este micronutriente interviene en la inducción floral, germinación del polen,
elongación del tubo polínico y en la cuaja. Además, participa en la síntesis,
transporte y acumulación de azúcares, principalmente “en su paso” a través de las
membranas celulares. La carencia de este elemento normalmente se asocia a una
reacción anómala en el suelo o a desequilibrios hídricos que conlleva a la aparición
de síntomas no específicos y por tanto difíciles de diagnosticar. Cabe destacar, la
importancia de contar con análisis químicos tanto foliares como de suelo a objeto
de evitar aplicaciones incorrectas que pueden afectar negativamente a los árboles
de cerezo. Por ello, se recomienda la interpretación de los resultados de los análisis
por parte de un especialista y el asesoramiento para establecer un correcto plan de
nutrición del huerto. Si el análisis foliar arroja carencias, se deben realizar
tratamientos foliares en otoño y primavera.
PROGRAMAS DE FERTILIZACIÓN RECOMENDADOS POR CENTROS DE
INVESTIGACIÓN O UNIVERSIDADES.
Conocer la demanda del capulín y cuánto aporta el suelo.
Reponer los nutrientes que se extraen del sistema frutícola (fruta, hojas, material
de poda).
Sostener el crecimiento del árbol y la producción de fruta.

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