Leucemia

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ANTECEDENTES DE LA LEUCEMIA:

La primera descripción de casos de leucemia fue presentada por Velpeau en 1827. Once años
después, Donné describió a un paciente con exceso de células blancas y, en 1845, un paciente con
crecimiento del bazo que murió con material purulento en la sangre fue informado por J.H.
Bennett. El término de leucemia fue acuñado por Virchow en 1856. Posteriormente, avances en el
entendimiento de la leucemia ocurrieron rápidamente por científicos como Ehrlich que desarrolló
técnicas para teñir células; Neumann, que describió que las células de la sangre se originan de la
médula ósea y Bowel y Hungerford, quienes describieron el cromosoma Filadelfia en pacientes con
leucemia mieloide crónica. En 1947, el patólogo Sidney Farber adquirió antagonistas del ácido
fólico, provenientes del bioquímico Subbarow, y los administró a niños con leucemia observando
remisión temporal. Hoy día el progreso científico, como la aplicación de imatinib en ciertas formas
de leu- cemia, ha dado pruebas de la llamada terapia blanco en pacientes con diversos cánceres.

La palabra leucemia (Leukämie) significa “sangre blanca”, (del griego leuco, λευκός: “blanca” y
emia, αἷμα: “sangre”) o Weisses Blut, término que fue propuesto por Rudolf Virchow (1821- 1902)
en 1846.1,2 La descripción de esta enfermedad requirió del uso del microscopio y es por esto que
no hay informes previos a 1800 de leucemias, puesto que este se comenzó a utilizar con fines
diagnósticos ya avanzados los 1800.1,3 Anton van Leewenhoek (1632-1725) y Jan Swam- merdam
(1637–1680) independientemente describieron los eritrocitos por 1674, y la descripción de los
corpúsculos blancos (leucocitos) o globuli albicantes se le atribuye tanto a Jean-Baptiste de Senac
(1693-1770) (médico de Luis XV) como a Joseph Lieutaud (1703-1780) (a quien también se le
acredita la descripción del eje hipotálamo hipofisario y la primera descripción del mesotelioma) y
20 años después, el anatomista Inglés William Hewson (1739-1774), quien describió los vasos
linfáticos, le dio el nombre de leucocitos a estos corpúsculos blancos.4 La historia de la leucemia
es un compendio de pequeñas historias dentro de una misma, que con el paso del tiempo se
entrelazan elegantemente y da la historia actual de este padecimiento. ¿Quién fue el primer
médico en descubrir la leucemia? Hay cuatro personajes que se disputan la primicia, sin embargo,
se ha dicho que tanto en la ciencia como en algunos aspectos de la vida, se le da la prioridad a la
persona que primero convence al mundo, y no siempre es el mismo a quien se le ocurrió
primordialmente la idea.

Patología Revista latinoamericana Volumen 51, núm. 1, enero-marzo, 2013

El término leucemia fue propuesto por Rudolf Virchow en 1846. La descripción de


esta enfermedad requirió el uso del microscopio y es por esto que no hay informes
previos al año 1800 de leucemias, porque el microscopio se descubrió en 1590 y
en los años previos a 1800 se comenzaron apenas los inicios del estudio de la
sangre.
Leucemia

La leucemia es un tipo de cáncer de la sangre que comienza en la médula ósea, el


tejido blando que se encuentra en el centro de los huesos, donde se forman las
células sanguíneas.

El término leucemia significa sangre blanca. Los glóbulos blancos (leucocitos) son
producidos en la médula ósea y el cuerpo los utiliza para combatir infecciones y
otras sustancias extrañas.

La leucemia lleva a un aumento incontrolable de la cantidad de glóbulos blancos.

Las células cancerosas impiden que se produzcan glóbulos rojos, plaquetas y


glóbulos blancos maduros (leucocitos) saludables. Entonces, se pueden presentar
síntomas potencialmente mortales a medida que disminuyen las células sanguíneas
normales.

Las células cancerosas se pueden propagar al torrente sanguíneo y a los


ganglios linfáticos. También pueden viajar al cerebro y a la médula espinal (el
sistema nervioso central) y otras partes del cuerpo.

La leucemia puede afectar a niños y adultos.

Las leucemias se dividen en 2 tipos principales:

 Aguda (que progresa rápidamente).


 Crónica (que progresa más lentamente).
Los tipos principales de leucemia son:

 Leucemia linfocítica aguda (LLA)


 Leucemia mielógena aguda (LMA)
 Leucemia linfocítica crónica (LLC)
 Leucemia mielógena crónica (LMC)
 Leucemia de células pilosas

Leucemia en niños
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Introducción
La leucemia es un cáncer de los glóbulos blancos (un tipo de células de la sangre).
Es el tipo más común de cáncer en niños. Las células sanguíneas se forman en la
médula ósea. Los glóbulos blancos ayudan a su organismo a combatir infecciones.
Sin embargo, en personas con leucemia, la médula ósea produce glóbulos blancos
anormales. Estas células reemplazan a las células sanguíneas sanas y dificultan que
la sangre cumpla su función.
La leucemia puede desarrollarse lenta o rápidamente. La leucemia aguda es un tipo
de crecimiento rápido y la leucemia crónica crece lentamente. Los niños con
leucemia suelen tener uno de los tipos agudos.

Los síntomas incluyen:

 Infecciones
 Fiebre
 Pérdida del apetito
 Cansancio
 Sangrar o amoratarse con facilidad
 Inflamación de los ganglios linfáticos
 Sudores nocturnos
 Dificultad para respirar
 Dolor en los huesos o en las articulaciones
Los factores de riesgo para la leucemia en niños incluyen: tener un hermano o
hermana con leucemia, tener ciertos trastornos genéticos o recibir tratamiento con
radiación o quimioterapia. Generalmente, la leucemia infantil se cura con el
tratamiento. Las opciones de tratamiento incluyen: quimioterapia, tratamiento con
otros medicamentos y radiación. En algunos casos, un trasplante de médula ósea y
de células madre puede ayudar.

El término “leucemia” se utiliza para denominar los tipos de cáncer que


afectan a los glóbulos blancos (también llamados leucocitos). Cuando un
niño padece leucemia, la médula ósea produce grandes cantidades de
glóbulos blancos anormales. Estos glóbulos blancos se acumulan en la
médula e inundan el flujo sanguíneo, pero no pueden cumplir
adecuadamente la función de proteger al cuerpo contra enfermedades
puesto que son defectuosas.

A medida que la leucemia avanza, el cáncer interfiere en la producción de


otros tipos de células sanguíneas, incluidos los glóbulos rojos y las
plaquetas. Como resultado de esto, aparece la anemia (bajo recuento de
glóbulos rojos) y los problemas con hemorragias, además de un mayor
riesgo de contraer infecciones debido a las anomalías de los glóbulos
blancos.

En conjunto, los distintos tipos de leucemia son responsables de,


aproximadamente, el 25% de los cánceres infantiles y afectan a alrededor
de 2.200 jóvenes norteamericanos anualmente. Afortunadamente, las
probabilidades de cura de la leucemia son muy buenas. Si reciben
tratamiento, la mayoría de los niños que sufren de leucemia se liberan de la
enfermedad y ésta nunca reaparece.
Tipos de leucemia infantil
En general, las leucemias se clasifican en agudas (se desarrollan
rápidamente) y crónicas (se desarrollan lentamente). En los niños,
aproximadamente el 98% de las leucemias son agudas.
Las leucemias infantiles agudas se subdividen en leucemia linfocítica
aguda (LLA) y leucemia mieloide aguda (LMA). Esta clasificación depende
de si se ven afectados ciertos glóbulos blancos ligados a la defensa
inmunológica, que reciben el nombre de linfocitos.
Aproximadamente el 60% de los niños que padecen leucemia sufren de
leucemia linfocítica aguda y alrededor del 38%, de leucemia mieloide aguda.
Si bien también se han detectado casos de leucemia mieloide crónica (de
crecimiento lento) en niños, se trata de una enfermedad muy poco común,
responsable de menos de 50 casos de leucemia infantil al año en los
Estados Unidos.

Riesgo de leucemia infantil

La forma linfocítica de la enfermedad se da con mayor frecuencia en niños


pequeños, de 2 a 8 años, con una incidencia más marcada a la edad de 4
años. Sin embargo, esta enfermedad afecta a personas de cualquier edad.

Si un niño tiene un gemelo a quien se le diagnosticó la enfermedad antes de


los 6 años, tiene una probabilidad de desarrollar LLA o LMA del 20% al
25%. En general, los mellizos y otros hermanos de niños que padecen
leucemia tienen un riesgo de desarrollar la enfermedad dos o cuatro veces
mayor que el promedio.

Los niños que heredan ciertos problemas genéticos (como el síndrome de


Li-Fraumeni, el síndrome de Down, el síndrome de Kleinfelter, la
neurofibromatosis, el síndrome de Louis-Bar o la anemia de Fanconi) tienen
mayores riesgos de desarrollar leucemia. Lo mismo ocurre con los niños
que reciben medicamentos para suprimir su sistema inmune después de un
trasplante de órganos.

Los niños que ya han recibido un tratamiento de radiación o quimioterapia


para el tratamiento de otros tipos de cáncer también tienen un mayor riesgo
de padecer leucemia, en general, dentro de los primeros 8 años posteriores
al tratamiento.
En la mayoría de los casos, ni los padres ni los hijos pueden controlar los
factores que desencadenan la leucemia. No obstante, se están realizando
estudios para investigar la posibilidad de que algunos factores ambientales
predispongan a los niños a desarrollar la enfermedad. La mayoría de las
leucemias surgen debido a mutaciones (cambios) no hereditarios en los
genes de las células sanguíneas. Puesto que estos errores ocurren al azar y
de manera impredecible, no existe, actualmente, una manera eficaz de
prevenir la mayoría de los tipos de leucemia.

Para evitar la exposición prenatal a la radiación, que puede ser un factor


desencadenante de la leucemia (en particular del tipo LLA), las mujeres
embarazadas, o que creen estarlo, siempre deben hacérselo saber a los
médicos antes de realizarse exámenes o procedimientos médicos que
involucren el uso de radiación (como los rayos X).

En los casos muy poco comunes en los que se desarrolla cáncer debido a
un problema genético hereditario, a un tratamiento anterior contra el cáncer
o al uso de drogas inmunosupresoras para los trasplantes de órganos, los
controles regulares permiten detectar síntomas tempranos de la leucemia.

Los síntomas de la leucemia


Dado que en los niños que padecen leucemia, los glóbulos blancos, que son
los encargados de luchar contra las infecciones, presentan defectos, estos
niños pueden experimentar mayores episodios de fiebre e infecciones.

También pueden sufrir de anemia porque la leucemia afecta la producción


de glóbulos rojos (que transportan oxígeno) por parte de la médula espinal.
Estos factores hacen que los niños luzcan pálidos y es posible que se
cansen demasiado y se queden sin aire al jugar.

Los niños que tienen leucemia también pueden sangrar y hacerse


moretones con mucha facilidad, experimentan sangrado frecuente en la
nariz o sangran por un tiempo demasiado prolongado después de una
herida leve. Esto se debe a que la leucemia destruye la capacidad de la
médula de producir plaquetas, que son las encargadas de la coagulación.

La leucemia también puede presentarse con los siguientes síntomas:


 dolor en los huesos o las articulaciones, en ocasiones, con cojera,
 inflamación de los ganglios linfáticos en el cuello, la ingle o en
otras partes del cuerpo,
 una sensación anormal de cansancio y
 falta de apetito.
En aproximadamente el 12% de los niños con LMA y el 6% de los niños con
LLA, la propagación de la leucemia al cerebro provoca dolores de cabeza,
convulsiones, problemas de equilibrio y visiónanormal. Si la LLA se extiende
a los ganglios linfáticos ubicados en el tórax, el agrandamiento de éstos
puede ejercer presión en la traquea y algunos vasos sanguíneos
importantes, lo cual provoca problemas para respirar y dificulta el flujo
sanguíneo hacia el corazón y desde éste.

Diagnóstico de la leucemia

El médico de su hijo realizará un examen físico en busca de señales de


infección, anemia, sangrado anormal y ganglios linfáticos inflamados. El
médico también palpará el abdomen de su hijo para ver si el hígado o el
bazo están agrandados ya que esto puede ocurrir como consecuencia de
algunos cánceres en niños. Además de realizar un examen físico, el médico
le preguntará si tiene alguna preocupación o si ha detectado algún síntoma.
También estará interesado en el historial de salud del niño y en el de su
familia, en los medicamentos que está tomando, si tiene alergias y otros
detalles de importancia. Esto es lo que se denomina “historia clínica”.

Después del examen, el médico solicitará un recuento sanguíneo completo


para medir la cantidad de glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas
presentes en la sangre de su hijo. También se examinará una muestra de
sangre en el microscopio en busca de algunos tipos específicos de células
sanguíneas anormales que suelen estar presentes en pacientes que sufren
de leucemia. Además, se verificarán las características químicas de la
sangre.

Después, según los resultados del examen físico y de los análisis de sangre
preliminares de su hijo, es posible que se solicite lo siguiente:

 una aspiración y biopsia de la médula espinal, para lo cual se


toman muestras de la médula ósea (en general, de la parte
posterior de la cadera) para su análisis;

 una biopsia de los ganglios linfáticos, para lo cual se extraen


algunos ganglios y se los examina bajo el microscopio en busca de
células anormales;

 una punción lumbar, para lo cual se extrae una muestra del líquido
raquídeo de la parte inferior de la espalda y se la examina en
busca de células anormales. Esta punción demostrará si la
leucemia ha alcanzado el sistema nerviosocentral (cerebro y
médula espinal).

Se examinan las muestras de médula ósea y ganglios linfáticos, y se


realizan pruebas adicionales a fin de determinar el tipo específico de
leucemia. Además de estas pruebas de laboratorio básicas, también suelen
realizarse evaluaciones de las células, que incluyen estudios genéticos que
permiten distinguir tipos específicos de leucemia, además de ciertas
características de las células afectadas por la leucemia. Cuando los
procedimientos a los que deben someterse son dolorosos, los niños reciben
anestesia o sedantes.

Tratamiento de la leucemia

Algunas características de los niños que padecen leucemia, como la edad y


el recuento inicial de glóbulos blancos, permiten determinar la intensidad
necesaria del tratamiento para lograr mayores probabilidades de cura. Si
bien todos los niños con LLA reciben un tratamiento de quimioterapia, las
dosis y las combinaciones de drogas pueden ser diferentes.

A fin de reducir las probabilidades de que la leucemia ataque el sistema


nervioso central del niño, los pacientes reciben quimioterapia intratecal, que
es la administración de medicamentos contra el cáncer a través del líquido
cefalorraquídeo que rodea al cerebro y la médula espinal. En algunos
pacientes de alto riesgo, es posible combinar la quimioterapia intratecal con
tratamientos de radiación, en los que se utilizan rayos de alta intensidad
para reducir el tamaño de los tumores y evitar el crecimiento de las células
cancerígenas. Después, los niños deben ser controlados de cerca por un
oncólogo infantil, que es un especialista en cáncer en niños.
Una vez iniciado el tratamiento, el objetivo es lograr la remisión de la
leucemia (ausencia de evidencia de células de cáncer en el cuerpo). Una
vez lograda la remisión, suele utilizarse una quimioterapia de mantenimiento
para asegurar la remisión en el niño. La quimioterapia de mantenimiento se
administra en ciclos durante un período de 2 a 3 años con el fin de evitar la
reaparición del cáncer. Si no se administra esta quimioterapia adicional, la
leucemia casi siempre vuelve a aparecer. A veces, el cáncer reaparece aun
cuando se ha administrado la quimioterapia de mantenimiento. En esos
casos, es necesario utilizar otras formas de quimioterapia.

En ocasiones, es posible que sea necesario realizar un transplante de


médula además de (o en lugar de) la quimioterapia. Todo depende del tipo
de leucemia. Durante un trasplante de médula ósea, se coloca médula ósea
sana en el cuerpo del niño.

La quimioterapia intensiva para la leucemia tiene ciertos efectos adversos


que incluyen caída del cabello, nauseas y vómitos y riesgo aumentado de
infecciones o sangrado a corto plazo, como otros ptenciales problemas de
salud a largo plazo. Si su hijo recibe tratamiento contra la leucemia, el
equipo encargado del tratamiento contra el cáncer controlará atentamente a
su hijo para detectar la presencia de estos efectos secundarios.

Pero si se realiza el tratamiento adecuado, el pronóstico de los niños que


padecen leucemia es muy bueno. En algunas formas de leucemia infantil, el
porcentaje de remisión alcanza el 90%. Todos los niños necesitan, después,
quimioterapia de mantenimiento regular y otros tratamientos a fin de
continuar sin cáncer. El porcentaje de cura general varía según las
características específicas de la enfermedad del niño. La mayoría de las
leucemias infantiles tienen un porcentaje de remisión muy elevado. Y la
mayoría de los niños se pueden curar, es decir lograr una remisión
permanente, de la enfermedad.

Revisado por: Robin E. Miller, MD

Fecha de revisión: septiembre de 2010


¿Qué es la leucemia en
niños?
El cáncer se origina cuando las células comienzan a crecer sin control. Las
células en casi cualquier parte del cuerpo pueden convertirse en cáncer. Para
aprender más acerca de cómo los cánceres comienzan y se propagan, lea ¿Qué es
cáncer? Para información sobre las diferencias entre los tipos de cáncer que
ocurren en los adultos y los que ocurren en los niños, lea el documento
disponible en inglés Cancer in Children.

La leucemia es un cáncer que se origina en las células primitivas productoras de


sangre de la médula ósea, la parte suave del interior de ciertos huesos. Con mayor
frecuencia, la leucemia es un cáncer de los glóbulos blancos, pero algunas
leucemias comienzan en otros tipos de células sanguíneas.

Cualquiera de las células formadoras de sangre de la médula ósea puede


convertirse en una célula leucémica. Una vez que ocurre este cambio, las células
leucémicas ya no maduran de una forma normal. Las células leucémicas se
pueden reproducir rápidamente, y puede que no mueran cuando deberían hacerlo,
sino que se acumulan en la médula ósea, desplazando a las células normales. En
la mayoría de los casos, las células leucémicas pasan al torrente sanguíneo con
bastante rapidez. De ahí puede extenderse a otras partes del cuerpo, como a los
ganglios linfáticos, el bazo, el hígado, el sistema nervioso central (el cerebro y la
médula espinal), los testículos u otros órganos, donde pueden evitar que otras
células en el cuerpo realicen sus funciones.

Algunos otros tipos de cáncer infantil, tales como el neuroblastoma o el tumor de


Wilms, comienzan en otros órganos y se pueden propagar a la médula ósea, pero
estos cánceres no son leucemia.
Médula ósea, sangre y tejido
linfático normal
Para entender los diferentes tipos de leucemia, ayuda saber sobre los sistemas
sanguíneo y linfático.

Médula ósea
La médula ósea es la parte blanda en el interior de los huesos. Las nuevas células
sanguíneas (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas) se producen allí. En los
niños, la médula ósea activa se encuentra en casi todos los huesos del cuerpo,
pero durante la adolescencia, se encuentra fundamentalmente en los huesos
planos (el cráneo, los omóplatos, las costillas y los huesos de la cadera) y en las
vértebras (los huesos que forman la columna vertebral).

La médula ósea consiste en un pequeño número de células madre sanguíneas,


células más maduras productoras de sangre, células adiposas y tejidos de apoyo
que ayudan al crecimiento celular. Las células madre sanguíneas experimentan
una serie de cambios para producir nuevas células sanguíneas. Durante este
proceso, las células se desarrollan en uno de los tres principales tipos de células
sanguíneas:

Tipos de células sanguíneas


Los glóbulos rojos transportan oxígeno desde los pulmones a todos los demás
tejidos del cuerpo, y llevan el dióxido de carbono hasta los pulmones para su
eliminación. Una cantidad insuficiente de glóbulos rojos en el cuerpo (anemia)
puede causar cansancio, debilidad y dificultad para respirar debido a que los
tejidos del cuerpo no reciben suficiente oxígeno.
Las plaquetas en realidad son fragmentos celulares producidos por un tipo de
célula de la médula ósea que se llama megacariocito. Las plaquetas son
importantes para detener el sangrado al sellar pequeños orificios en los vasos
sanguíneos. Tener muy pocas plaquetas (trombocitopenia) puede hacer que usted
sangre o presente moretones con facilidad.

Los glóbulos blancos ayudan al cuerpo a combatir las infecciones. Tener muy
pocos glóbulos blancos debilita su sistema inmunológico y puede que usted sea
más propenso a contraer una infección.

Tipos de glóbulos blancos


Los linfocitos son células maduras que combaten infecciones que se desarrollan
de los linfoblastos, un tipo de célula madre de la sangre en la médula ósea. Los
linfocitos son las principales células que forman el tejido linfático, que es una
parte importante del sistema inmunológico. El tejido linfático se encuentra en los
ganglios linfáticos, el timo (un órgano pequeño detrás del esternón), el bazo, las
amígdalas y las glándulas adenoides, y la médula ósea. También se encuentra
disperso en todo el sistema digestivo y el sistema respiratorio. Hay dos tipos
principales de linfocitos:

 Los linfocitos B (células B) ayudan a proteger el cuerpo contra gérmenes,


tal como las bacterias y los virus. Producen proteínas
llamadas anticuerpos que se adhieren al germen, y lo marcan para que
otros miembros del sistema inmunológico lo destruyan.
 Los linfocitos T (células T) también ayudan a proteger el cuerpo contra los
gérmenes. Algunos tipos de células T destruyen directamente a
gérmenes, mientras otras desempeñan una función al reforzar o
desacelerar las actividades de otras células del sistema inmunológico.

La leucemia linfocítica (linfoblástica) aguda, el tipo más común de leucemia en


niños, se origina en los linfocitos en sus etapas más tempranas. Se puede originar
en células B o T tempranas en diferentes etapas de madurez. Aunque tanto las
células B como las células T se pueden convertir en leucemia, las leucemias de
las células B son mucho más comunes que las leucemias de las células T. Para
más información lea la sección “ ¿Cómo se clasifica la leucemia en niños?”.

Los granulocitos son células maduras que combaten infecciones que se


desarrollan de los mieloblastos, un tipo de célula productora de sangre en la
médula ósea. Los granulocitos tienen gránulos que aparecen como manchas al
observarlos con un microscopio. Estos gránulos contienen enzimas y otras
sustancias que pueden destruir gérmenes como las bacterias. Los tres tipos de
granulocitos, neutrófilos, basófilos y eosinófilos, se distinguen bajo el
microscopio por el tamaño y el color de los gránulos.

Los monocitos se desarrollan a partir de monoblastos productores de sangre en la


médula ósea y están relacionados con los granulocitos. Después de circular en el
torrente sanguíneo por aproximadamente un día, los monocitos ingresan en los
tejidos corporales para convertirse en macrófagos, los cuales pueden destruir
algunos gérmenes rodeándolos y digiriéndolos. Los macrófagos también ayudan
a los linfocitos a reconocer gérmenes y a comenzar a producir anticuerpos para
combatirlos.

Tipos de leucemia en niños


Con frecuencia la leucemia se describe como aguda (que crece rápidamente) o
crónica (que crece lentamente). Casi todas las leucemias en niños son agudas.

Leucemias agudas
Los dos tipos principales de leucemia aguda son:

 Leucemia linfocítica aguda (linfoblástica) (acute lymphocytic leukemia,


ALL):Alrededor de tres de cuatro leucemias en niños son ALL. Esta
leucemia se origina de formas tempranas de linfocitos en la médula ósea.
 Leucemia mieloide aguda (acute myelogenous leukemia, AML): este tipo
de leucemia, también llamada leucemia mieloide aguda, leucemia
mielocítica aguda o leucemia no linfocítica aguda representa la mayoría
de los casos remanentes. La AML se inicia a partir de las células mieloides
que forman los glóbulos blancos (que no son linfocitos), los glóbulos rojos
o las plaquetas.
 Leucemia de linaje híbrido o mixto: en estas leucemias poco comunes,
las células tienen características de la ALL y de la AML. En niños, son
generalmente tratadas como la ALL y usualmente responden a este
tratamiento como la ALL.

Tanto la ALL como la AML se pueden dividir más en subtipos diferentes. Para
más información sobre estos subtipos, consulte la sección “ ¿Cómo se clasifica la
leucemia en niños?”.

Leucemias crónicas
Las leucemias crónicas son mucho más comunes en los adultos que en los niños.
Suelen crecer más lentamente que las leucemias agudas, aunque también son más
difíciles de curar. Las leucemias crónicas se pueden dividir en dos tipos.

 Leucemia mieloide crónica (chronic myelogenous leukemia, CML): esta


leucemia ocurre rara vez en niños. El tratamiento es similar al empleado
en adultos (lea “ Tratamiento de niños con leucemia mieloide crónica”). Si
desea más información sobre la CML, consulte nuestro
documento Leucemia mieloide crónica.
 Leucemia linfocítica crónica (chronic lymphocytic leukemia, CLL): Esta
leucemia se presenta muy pocas veces en los niños. Si desea más
información sobre la CLL, consulte nuestro documento Leucemia
linfocítica crónica.

Leucemia mielomonocítica juvenil


La leucemia mielomonocítica juvenil (juvenile myelomonocytic leukemia,
JMML) es un tipo poco común de leucemia que no es crónica ni aguda. Se inicia
a partir de las células mieloides, pero usualmente no crece tan rápidamente como
la AML ni tan lentamente como la CML. Ocurre con más frecuencia en los niños
de poca edad (menores de 4 años). Los síntomas pueden incluir piel pálida,
fiebre, tos, moretones o sangrado que ocurre fácilmente, dificultad para respirar
(debido a la presencia de demasiados glóbulos blancos en los pulmones), y
agrandamiento del bazo y de los ganglios linfáticos.

 Escrito por
 Referencias

Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la Sociedad Americana Contra El


Cáncer

Nuestro equipo está compuesto de médicos y enfermeras con postgrados y amplios


conocimientos sobre el cáncer, al igual que de periodistas, editores y traductores con amplia
experiencia en contenidos médicos.
Last Medical Review: May 12, 2015 Last Revised: February 5, 2016
La información médica de la La Sociedad Americana Contra El Cáncer está
protegida bajo la ley Copyright sobre derechos de autor. Para solicitudes de
reproducción, por favor escriba a permissionrequest@cancer.org.

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Signos y síntomas de
leucemia en niños
Además, muchos de los síntomas de la leucemia en niños
pueden tener otras causas, y la mayoría de las veces estos
síntomas no son causados por leucemia. No obstante, si su
hijo presenta cualquiera de ellos, es importante que un
médico le examine para que se pueda determinar la causa
y recibir tratamiento de ser necesario.

Los síntomas de la leucemia a menudo son causados por


problemas en la médula ósea del niño, que es donde
comienza la leucemia. A medida que las células leucémicas
se acumulan en la médula, pueden desplazar a las células
productoras de células sanguíneas normales. Como
resultado, un niño puede que no tenga suficientes glóbulos
rojos, glóbulos blancos ni plaquetas normales. Estas
carencias se manifiestan en las pruebas de sangre, pero
también pueden causar síntomas. Las células leucémicas
también podrían invadir otras áreas del cuerpo, lo cual
también puede causar síntomas.

Síntomas causados por bajos recuentos de glóbulos


rojos (anemia): los glóbulos rojos llevan oxígeno a todas
las células del cuerpo. Una disminución de glóbulos rojos
puede causar:

 Cansancio (fatiga)
 Debilidad
 Sensación de frío
 Mareo o aturdimiento
 Dolores de cabeza
 Dificultad para respirar
 Piel pálida
Síntomas causados por bajos recuentos de glóbulos
blancos:

 Las infecciones pueden ocurrir debido a una escasez de


glóbulos blancos normales. Los niños con leucemia
pueden contraer infecciones que no parecen
desaparecer o pueden contraer una infección después
de otra. Aunque las personas con leucemia a menudo
pueden tener un recuento alto de glóbulos blancos
debido a que tienen muchas células leucémicas, estas
células no protegen contra las infecciones de la manera
en que lo hacen los glóbulos blancos normales.
 La fiebre es a menudo el principal signo de infección. Sin
embargo, algunos niños pueden presentar fiebre sin
tener una infección.
Síntomas causados por bajos recuentos de
plaquetas: las plaquetas en la sangre normalmente ayudan
a detener el sangrado. Un número disminuido de plaquetas
puede causar:

 Tendencia a presentar fácilmente moretones y


sangrados
 Sangrado nasal frecuente o severo
 Sangrado de las encías
Dolor de huesos o de articulaciones: este dolor es
causado por la acumulación de células leucémicas cerca de
la superficie del hueso o dentro de la articulación.

Inflamación del abdomen: las células leucémicas se


pueden acumular en el hígado y el bazo y causar que estos
órganos aumenten de tamaño. Esto podría notarse como
llenura o inflamación del abdomen. Generalmente las
costillas inferiores cubren estos órganos, pero cuando están
agrandados a menudo el médico los puede palpar.

Pérdida de apetito y de peso: si el bazo y/o el hígado se


agrandan demasiado, pueden presionar otros órganos,
como el estómago. Esto puede ocasionar que el niño se
sienta lleno después de comer solo una pequeña cantidad
de alimentos, produciendo pérdida de apetito y pérdida de
peso con el tiempo.

Ganglios linfáticos inflamados: algunas leucemias se


propagan a los ganglios linfáticos. Se pueden observar o
sentir ganglios agrandados como masas debajo de la piel
en ciertas áreas del cuerpo (tal como a los lados del cuello,
en las áreas de las axilas, sobre la clavícula o en la ingle).
También puede ocurrir inflamación de los ganglios linfáticos
que se encuentran en el interior del pecho o del abdomen,
pero ésta sólo puede observarse mediante estudios por
imágenes, como CT o MRI.

En los infantes y los niños, los ganglios linfáticos a menudo


se agrandan cuando combaten una infección. Un ganglio
linfático agrandado en un niño con mucha más frecuencia
es un signo de infección que de leucemia, pero un médico
lo debe revisar y hacerle un seguimiento minucioso.

Tos o dificultad para respirar: algunos tipos de leucemia


pueden afectar a las estructuras en el centro del pecho,
tales como los ganglios linfáticos o el timo (un órgano
pequeño ubicado frente a la tráquea, el conducto de
respiración que conduce a los riñones). El agrandamiento
del timo o de los ganglios linfáticos en el pecho puede
presionar la tráquea, causando tos o dificultad para respirar.
En algunos casos en que el recuento de glóbulos blancos
es muy alto, las células de la leucemia pueden acumularse
en los pequeños vasos sanguíneos de los pulmones, lo que
también puede causar dificultad para respirar.

Hinchazón en la cara y los brazos: la vena cava superior


(superior vena cava, SVC), una vena grande que transporta
sangre desde la cabeza y los brazos de regreso al corazón,
pasa cerca del timo. Un timo agrandado puede presionar la
SVC causando que la sangre “retroceda” en las venas. A
esto se le llama síndrome de la SVC, y puede causar
inflamación en el rostro, cuello, brazos y la parte superior
del tórax (algunas veces con una coloración roja azulada de
la piel). También puede causar dolores de cabeza, mareos
y, si afecta el cerebro, un cambio en el conocimiento. Este
síndrome puede ser potencialmente mortal y requiere
tratamiento inmediato.

Dolores de cabeza, convulsiones y vómito: unos pocos


niños tienen leucemia que ya se ha propagado al cerebro y
la médula espinal cuando reciben el diagnóstico. Esto
puede dar lugar a síntomas tales como dolor de cabeza,
dificultad para concentrarse, debilidad, convulsiones,
vómitos, problemas de equilibrio y visión borrosa.

Erupciones en la piel, problemas en las encías: en los


niños con leucemia mieloide aguda (AML), las células
leucémicas se pueden propagar a las encías, causando
inflamación, dolor y sangrado. Si se propagan a la piel,
puede dar origen a pequeños puntos de color oscuro que
pueden parecer una erupción común. Una acumulación de
las células de la AML debajo de la piel o en otras partes del
cuerpo se llama cloroma o sarcoma granulocítico.

Cansancio extremo y debilidad: una consecuencia poco


común, pero muy grave de la AML es el cansancio extremo,
la debilidad y dificultad en el habla. Esto puede ocurrir
cuando un gran número de células leucémicas causa que la
sangre se vuelva demasiado espesa y se haga más lenta la
circulación a través de los pequeños vasos sanguíneos del
cerebro.

De nuevo, es probable que la mayoría de los síntomas


presentados anteriormente se deban a una dolencia distinta
a leucemia. Aun así, resulta importante que un médico le
examine para determinar y tratar la causa de los síntomas,
de ser necesario.

 Escrito por
 Referencias

Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la Sociedad


Americana Contra El Cáncer
Nuestro equipo está compuesto de médicos y enfermeras con
postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de
periodistas, editores y traductores con amplia experiencia en
contenidos médicos.
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La información médica de la La Sociedad Americana Contra
El Cáncer está protegida bajo la ley Copyright sobre
derechos de autor. Para solicitudes de reproducción, por
favor escriba a permissionrequest@cancer.org.

Análisis de sangre
Otros nombres: Examen de sangre, Hemograma completo, Pruebas de conteo
sanguíneo, Pruebas de sangre, Recuento sanguíneo

Introducción
Su sangre contiene glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. El análisis o
examen de sangre mide el número y tipos de células en la sangre. Esto ayuda a los
médicos a verificar su estado general de salud. Las pruebas también pueden ayudar a
diagnosticar enfermedades y afecciones como anemia, infecciones, problemas de
coagulación, cáncer de la sangre y enfermedades del sistema inmunitario.
Los tipos específicos incluyen pruebas para:

 Glóbulos rojos: Número, tamaño y tipos de glóbulos rojos en la sangre


 Glóbulos blancos: Número y tipos de glóbulos blancos en la sangre
 Plaquetas: Número y tamaño de las plaquetas
 Hemoglobina: Proteína rica en hierro en los glóbulos rojos que transporta el oxígeno
 Hematocrito: La cantidad de espacio que toman los glóbulos rojos en su sangre
 Conteo de reticulocitos: El número de glóbulos rojos jóvenes en su sangre
 La media del volumen corpuscular medio: El tamaño promedio de los glóbulos rojos
El recuento sanguíneo completo o hemograma incluye la mayor parte o la totalidad
de estas pruebas. Es una de las pruebas de sangre más comunes.

NIH: Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre


Biopsia de médula ósea

Una biopsia de médula ósea es la extracción de la médula del interior de un hueso.


La médula ósea es el tejido blando dentro de los huesos que ayuda a formar las
células sanguíneas. Se encuentra en la parte hueca de la mayoría de los huesos.
Biopsia de médula ósea no es lo mismo que aspiración de médula ósea. Una
aspiración remueve una pequeña cantidad de médula en forma líquida para ser
analizada.
Forma en que se realiza el examen
Una biopsia de médula ósea se puede realizar en el consultorio del proveedor de
atención médica o en un hospital. La muestra puede ser tomada de la pelvis o del
esternón. Algunas veces, se utiliza otra área.

La médula se extrae en los siguientes pasos:

 De ser necesario, se le suministra un medicamento para ayudarlo a que se relaje.


 El proveedor limpia la piel e inyecta un anestésico dentro del área y la superficie del
hueso.
 Se introduce una aguja para biopsia en el hueso. El centro de la aguja se retira y la
aguja hueca se introduce más profundamente dentro del hueso. Esto captura una
pequeña muestra, o núcleo, de médula ósea dentro de la aguja.
 Se retiran la aguja y la muestra.
 Se aplica presión y luego un vendaje a la piel.
También se puede hacer una aspiración de médula ósea, usualmente antes de tomar
la biopsia. Después de anestesiar la piel, se introduce la aguja dentro del hueso, y se
utiliza una jeringa para extraer la médula ósea líquida. Si esto se hace, se retira la
aguja y se reposiciona. O se puede utilizar otra aguja para la biopsia.
Preparación para el examen
Coméntele a su proveedor:

 Si usted es alérgico a algún medicamento


 Qué medicamentos está tomando
 Si tiene problemas de sangrado
 Si está embarazada

Lo que se siente durante el examen


Usted sentirá una punzada aguda cuando le inyecten la anestesia. La aguja de la
biopsia puede también ocasionar un breve, usualmente leve, dolor. Debido a que el
interior del hueso no se puede anestesiar, este examen puede causar incomodidad.
Si también se realiza una aspiración de médula ósea, usted puede sentir un breve,
dolor agudo a medida que se extrae la médula ósea líquida.

Razones por las que se realiza el examen


Su proveedor puede ordenar este examen si usted tiene tipos o cantidades anormales
de glóbulos rojos, glóbulos blancos o plaquetas en un conteo sanguíneo
completo (CSC).
Este examen se utiliza para diagnosticar leucemia, infecciones, algunos tipos de
anemia y otros trastornos sanguíneos. También puede usarse para ayudar a
determinar si un cáncer se ha propagado o ha respondido al tratamiento.

Resultados normales
Un resultado normal significa que la médula ósea contiene los tipos y números
apropiados de células productoras de sangre (hematopoyéticas), adipocitos y tejidos
conectivos.

Significado de los resultados anormales


Los resultados anormales pueden deberse a cánceres de la médula ósea (leucemia,
linfoma, mieloma múltiple u otros cánceres).

Los resultados pueden detectar la causa de anemia (muy pocos glóbulos rojos),
glóbulos blancos anormales o trombocitopenia (muy pocas plaquetas).
Afecciones específicas para las cuales se puede realizar el examen:

 Una infección por hongos en el cuerpo entero (coccidioidomicosis diseminada)


 Cáncer de los glóbulos blancos llamado (leucemia de células pilosas)
 Cáncer del tejido linfático (Linfoma Hodgkin o linfoma no Hodgkin)
 La médula ósea no produce suficientes células sanguíneas (anemia aplásica)
 Cáncer de la sangre llamado mieloma múltiple
 Grupo de trastornos en los cuales no se producen suficientes células sanguíneas
sanas (síndrome mielodisplásico; SMD)
 Tumor del tejido nervioso llamado neuroblastoma
 Enfermedad de la médula ósea que lleva a el incremento anormal de células
sanguíneas (policitemia vera)
 Acumulación anormal de proteínas en los tejidos y órganos (amiloidosis)
 Trastorno de la médula ósea en el cual la médula es reemplazada por tejido cicatrizal
fibroso (mielofibrosis)
 La médula ósea produce muchas plaquetas (trombocitemia)
 Cáncer de los glóbulos blancos llamado macroglobulinemia de Waldenström
Riesgos
Puede haber algo de sangrado en el sitio de punción. Los riesgos más serios, como
sangrado o infección graves, son poco frecuentes.

Nombres alternativos
Biopsia - médula ósea

Imágenes

 Aspiración de médula ósea

 Biopsia de hueso

Referencias
Chernecky CC, Berger BJ. Bone marrow aspiration analysis-specimen (biopsy, bone
marrow iron stain, iron stain, bone marrow). In: Chernecky CC, Berger BJ,
eds. Laboratory Tests and Diagnostic Procedures. 6th ed. Philadelphia, PA:
Elsevier Saunders; 2013:241-244.
Vajpayee N, Graham SS, Bem S. Basic examination of blood and bone marrow. In:
McPherson RA, Pincus MR, eds. Henry's Clinical Diagnosis and Management by
Laboratory Methods. 23rd ed. St Louis, MO: Elsevier; 2017:chap 30.
Ultima revisión 5/20/2016
Versión en inglés revisada por: Todd Gersten, MD, Hematology/Oncology, Florida
Cancer Specialists & Research Institute, Wellington, FL. Review provided by
VeriMed Healthcare Network. Also reviewed by David Zieve, MD, MHA, Isla
Ogilvie, PhD, and the A.D.A.M. Editorial team.

Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.

¿Cómo se clasifica la
leucemia en niños?
El tipo de leucemia que un niño tiene desempeña un papel
importante en ambas opciones de tratamiento y el
pronóstico del niño. La determinación del tipo (linfocítica
aguda, mieloide aguda, etc.) y el subtipo de la leucemia se
hace analizando muestras de sangre, médula ósea y
algunas veces ganglios linfáticos o líquido cerebroespinal
(como se describe en la sección “¿Cómo se diagnostica la
leucemia en niños?”).

Para la mayoría de tipos de cáncer, la determinación de la


etapa (extensión) del cáncer es muy importante. La etapa o
estadio se basa en el tamaño del tumor y cuán lejos se ha
propagado el cáncer. Sin embargo, la leucemia no se
clasifica por etapas como la mayoría de los otros tipos de
cáncer. La leucemia comienza en la médula ósea y
rápidamente se propaga a la sangre. Por lo tanto, desde el
principio las células leucémicas ya están dispersas por todo
el cuerpo.

Aun así, es importante saber si las células leucémicas ya


comenzaron a acumularse en otros órganos como el
hígado, el bazo, los ganglios linfáticos, los testículos o el
sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal).
Por ejemplo, si un gran número de células leucémicas se ha
propagado al sistema nervioso central, se detectarán en las
muestras de líquido cerebroespinal. El tratamiento debe ser
más intenso para destruir estas células leucémicas. Por
esta razón, una punción lumbar es parte de las pruebas
diagnósticas tempranas.
Leucemia linfocítica aguda
(linfoblástica)
La leucemia linfocítica aguda (ALL) es un cáncer de rápido
crecimiento de las células productoras de linfocitos, que se
llaman linfoblastos.

Clasificación basada en la
apariencia (morfología) de las
células leucémicas
En el pasado, los médicos usaban la clasificación francesa-
americana-británica (FAB) para dividir la ALL en tres grupos
importantes (L1, L2 o L3) con base en cómo se ven las
células en el microscopio. Puede que algunos médicos aún
se refieran a estas categorías. Sin embargo, las pruebas de
laboratorio más nuevas ahora permiten a los médicos
clasificar la ALL con base en más que sólo cómo lucen las
células en el microscopio.

Clasificación basada en el
inmunofenotipo
Nuevos tipos de pruebas de laboratorio pueden ayudar a
determinar el subtipo de ALL y el pronóstico del paciente.
Estas pruebas ayudan a dividir la ALL en grupos con base
en el inmunofenotipo de la leucemia:

 El tipo de linfocito (células B o células T) de donde las


células leucémicas provienen.
 Cuán maduras son estas células leucémicas.
ALL de células B: En alrededor de 80% a 85% de los
niños con ALL, la leucemia comienza en las células B.
Existen varios subtipos de ALL de células B:

 ALL de células precursoras B tempranas (también


llamada ALL pro-B)
 ALL común
 ALL pre-B
 ALL de células B maduras (también
llamada leucemia de Burkitt) Este tipo es poco
frecuente, ya que representa sólo alrededor del 2% al
3 % de la ALL infantil. Es esencialmente la misma que
el linfoma de Burkitt y se trata diferente a la mayoría de
las leucemias. Se aborda detalladamente en nuestro
documento Linfoma no Hodgkin en niños.
ALL de células T: aproximadamente de 15 a 20% de los
niños con ALL tienen una ALL de células T. Este tipo de
leucemia afecta a los niños más que a las niñas, y
generalmente afecta a niños de más edad que la ALL de
células B. Este tipo de leucemia causa con frecuencia un
agrandamiento del timo (un pequeño órgano ubicado frente
a la tráquea), lo que algunas veces puede causar
problemas respiratorios. También se puede propagar al
líquido cefalorraquídeo (el fluido que rodea el cerebro y la
médula espinal) en las etapas tempranas de la enfermedad.

Además del subtipo de la ALL, otros factores son


importantes para la determinación del pronóstico
(perspectiva). Estos factores se describen en la sección
“ Factores de pronóstico de la leucemia infantil”.

Leucemia mieloide aguda


(AML)
La leucemia mieloide aguda (AML) es usualmente un
cáncer de rápido crecimiento de uno de los siguientes tipos
de células tempranas (inmaduras) de la médula ósea:

 Mieloblastos: estas células normalmente forman los


glóbulos blancos llamados granulocitos (neutrófilos,
eosinófilos y basófilos).
 Monoblastos: estas células normalmente se
convierten en los glóbulos blancos
llamados monocitos y macrófagos.
 Eritroblastos: estas células se convierten en glóbulos
rojos cuando maduran.
 Megacarioblastos: estas células normalmente se
convierten en megacariocitos, las células que
producen plaquetas.
Se han estado usando dos sistemas para clasificar la AML
en subtipos: la clasificación francesa-americana-británica
(FAB) y la clasificación más reciente de la Organización
Mundial de la Salud.

Clasificación Francesa-Americana-
Británica (FAB) de la leucemia
mieloide aguda (AML)
El sistema antiguo FAB divide a la AML en subtipos, según
el tipo de célula de la que se originó la leucemia y la
madurez de las células. En este sistema, los subtipos de la
AML se clasifican principalmente por su morfología (cómo
lucen al microscopio). Hay ocho subtipos de AML: de M0 a
M7 (la M se refiere a mieloide).

 M0: Leucemia mieloblástica aguda indiferenciada


 M1: Leucemia mieloblástica aguda con maduración
mínima
 M2: Leucemia mieloblástica aguda con maduración (el
subtipo más común de AML en niños)
 M3: Leucemia promielocítica aguda (APL)
 M4: Leucemia mielomonocítica aguda (más común en
niños menores de dos años de edad)
 M5: Leucemia monocítica aguda (más común en niños
menores de dos años de edad)
 M6: Leucemia eritroide aguda
 M7: Leucemia megacarioblástica aguda
Los subtipos M0 al M5 comienzan todos en formas
inmaduras de glóbulos blancos. La AML M6 comienza en
formas inmaduras de glóbulos rojos, mientras que la AML
M7 se inicia en formas inmaduras de células que producen
plaquetas.

Clasificación de la AML de la
Organización Mundial de la Salud
(WHO)
El sistema de clasificación FAB se sigue usando
comúnmente para agrupar la AML en subtipos. Sin
embargo, no toma en cuenta muchos otros factores que
actualmente se sabe afectan el pronóstico, tal como
cambios cromosómicos en las células leucémicas. El
sistema más reciente de la Organización Mundial de la
Salud (WHO) incluye algunos de estos factores para ayudar
a clasificar mejor la AML basándose en el pronóstico de una
persona.

El sistema de WHO divide la AML en varios grupos:

AML con ciertas anomalías genéticas

 AML con una translocación entre los cromosomas 8 y


21
 AML con una translocación o inversión en el
cromosoma 16
 AML con una translocación entre los cromosomas 9 y
11
 APL (M3) con una translocación entre los cromosomas
15 y 17
 AML con una translocación entre los cromosomas 6 y
9
 AML con una translocación o inversión en el
cromosoma 3
 AML (megacarioblástica ) con una translocación entre
los cromosomas 1 y 22
AML con cambios relacionados con mielodisplasia

AML relacionado con administración previa de


quimioterapia o radiación

AML no especificada de otra manera (Esto incluye casos


de AML que no corresponde a uno de los grupos anteriores,
y es similar a la clasificación FAB.)

 AML con maduración mínima (M1)


 AML con maduración (M2)
 AML con maduración (M2)
 Leucemia mielomonocítica aguda (M4)
 Leucemia monocítica aguda (M5)
 Leucemia eritroide aguda (M6)
 Leucemia megacarioblástica aguda (M7)
 Leucemia basófila aguda
 Panmielosis con fribrosis aguda
Sarcoma mieloide (también conocido como cloroma o
sarcoma granulocítico)

Proliferaciones mieloides relacionadas con el síndrome


de Down

Leucemias agudas indiferenciadas y


bifenotípicas (leucemias que tienen características
linfocíticas y mieloides). A estas también se les conoce
como leucemia fenotípica mixta o leucemia de linaje mixto.
En niños, estas leucemias son generalmente tratadas como
la ALL y usualmente responden a este tratamiento como la
ALL.

Leucemia mieloide crónica


(CML)
La leucemia mieloide crónica (CML) es usualmente un
cáncer de crecimiento más lento de las células mieloides
tempranas (inmaduras) de la médula ósea. La CML no es
común en niños, aunque se puede presentar en ellos.

El curso de la CML se divide en tres fases, basándose


principalmente en el número de glóbulos blancos inmaduros
(mieloblastos [“blastos”]), que se observan en la sangre o
en la médula ósea. Diferentes grupos de expertos han
sugerido límites ligeramente diferentes para definir las
fases, pero a continuación se describe un sistema común
(definido por la Organización Mundial de la Salud).

Si la leucemia no se cura con tratamiento, puede progresar


a fases más avanzadas con el paso del tiempo.

Fase crónica
Esta fase es la más temprana, en la cual los pacientes
usualmente tienen menos del 10% de blastos en las
muestras de sangre o médula ósea. Estos niños
generalmente presentan síntomas bastante leves (si es que
los presentan), y la leucemia usualmente responde bien a
los tratamientos convencionales. La mayoría de los
pacientes están en la fase crónica cuando son
diagnosticados.

Fase acelerada
Se considera que los pacientes están en una fase
acelerada si las muestras de sangre o de médula ósea
tienen más del 10% pero menos del 20% de blastos, o si los
niveles de ciertas células sanguíneas están muy elevados o
muy bajos.

Los niños cuya CML está en una fase acelerada pueden


presentar síntomas, como fiebre, sudoración nocturna, falta
de apetito y pérdida de peso. La CML en la fase acelerada
podría no responder tan bien a los tratamientos como la
CML en la fase crónica.
Fase blástica (también denominada
fase aguda o crisis blástica)
En esta fase, las muestras de sangre y/o de médula ósea
tienen más del 20% de blastos. Con frecuencia las células
blásticas se propagan de la médula ósea a otros tejidos y
órganos. Estos niños frecuentemente tienen fiebre, poco
apetito y pérdida de peso. En este punto la CML se
comporta como una leucemia aguda agresiva (AML o, con
menos frecuencia, ALL).

No todos los médicos están de acuerdo o siguen estos


límites de las diferentes fases. Si tiene preguntas sobre la
fase de la CML de su hijo, asegúrese de pedirle a su
médico que se la explique.

 Escrito por
 Referencias

Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la Sociedad


Americana Contra El Cáncer
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postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de
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¿Cómo se diagnostica
la leucemia en niños?
Con más probabilidad, la mayoría de los signos y los
síntomas de la leucemia en niños se debe a otras causas,
tal como infecciones. Aun así, es importante que informe
inmediatamente al médico de su hijo sobre tales síntomas
de manera que se encuentre y se trate la causa, si es
necesario.

Se realizarán exámenes y pruebas para determinar la


causa de los síntomas. Si se descubre la leucemia, se
necesitarán pruebas adicionales para determinar el tipo y
decidir cómo debe tratarse.

Resulta importante diagnosticar la leucemia en niños tan


pronto como sea posible y determinar el tipo de leucemia,
para que el tratamiento se pueda adaptar al niño a fin de
que se obtengan las mejores probabilidades de éxito.
Antecedentes médicos y
examen físico
Si su hijo presenta signos y síntomas que sugieren
leucemia, el médico realizará un historial clínico exhaustivo
para indagar sobre los síntomas y saber por cuanto tiempo
los ha tenido. Puede que el médico también pregunte sobre
la exposición a posibles factores de riesgo. También
pueden ser importantes los antecedentes familiares de
cáncer, especialmente de leucemia.

Durante el examen físico, el médico se concentrará en


cualquier ganglio linfático agrandado, áreas de sangrado o
hematomas o posibles signos de infección. Se examinarán
detenidamente los ojos, la boca y la piel, y se pudiera hacer
un examen del sistema nervioso. Se palpará el abdomen
(vientre) para tratar de detectar signos de inflamación del
bazo o del hígado.

Pruebas usadas para


detectar leucemia en niños
Si el médico cree que su hijo pudiera tener leucemia, se
necesitará analizar muestras de la sangre y de la médula
ósea de su hijo para asegurarse del diagnóstico. Para
realizar algunas de estas pruebas, puede que el médico de
su hijo le refiera a un oncólogo pediátrico, un médico
especializado en tratar cánceres en niños (incluyendo
leucemia). Si se detecta leucemia, también se pueden
tomar otros tejidos corporales y muestras de células para
ayudar a guiar el tratamiento.

Análisis de sangre
Los análisis de sangre son las primeras pruebas que se
realizan para detectar una leucemia. Por lo general, las
muestras de sangre se toman de una vena en el brazo,
aunque en infantes y niños de corta edad, se pueden tomar
de otras venas (como de los pies o del cuero cabelludo) o
de una punción en el dedo.

Las pruebas que se hacen con estas muestras


generalmente son cuentas sanguíneas y frotis de sangre.
Se hace un hemograma completo o recuento sanguíneo
total (complete blood count, CBC) para determinar el
número de células sanguíneas de cada tipo presente en
sangre. Un frotis sanguíneo consiste en el esparcimiento de
una pequeña muestra de sangre en un portaobjetos de
vidrio y la observación de ésta con un microscopio. Los
números anormales de células sanguíneas y los cambios
en la manera en que estas células lucen pueden hacer que
el médico sospeche la presencia de una leucemia.

La mayoría de los niños con leucemia tendrán demasiados


glóbulos blancos y no suficientes glóbulos rojos ni
suficientes plaquetas. Muchos de los glóbulos blancos de la
sangre serán blastos, un tipo de células primitivas que
normalmente se encuentra sólo en la médula ósea. Aunque
estos hallazgos pueden hacer que un médico sospeche que
un niño tiene leucemia, la presencia de la enfermedad,
generalmente no se puede diagnosticar con certeza sin
observar una muestra de células de la médula ósea.

Aspiración y biopsia de la médula


ósea
Las muestras de médula ósea se obtienen por aspiración y
biopsia de la médula ósea, dos pruebas que generalmente
se hacen al mismo tiempo. Generalmente las muestras se
toman de la parte posterior de los huesos de la pelvis
(cadera), aunque a veces se pueden tomar de la parte
delantera de los huesos de la pelvis o de otros huesos.

En la aspiración de la médula ósea, la piel que recubre la


cadera se limpia y se adormece inyectando un anestésico
local o aplicando una crema anestésica. En la mayoría de
los casos, el niño también recibe otras medicinas para que
esté somnoliento o hasta dormido durante el procedimiento.
Luego se inserta una aguja delgada y hueca en el hueso, y
se usa una jeringa para aspirar una pequeña cantidad de
médula ósea líquida.

Generalmente se realiza una biopsia de médula ósea


inmediatamente después de la aspiración. Se extrae un
pequeño trozo de hueso y de médula con una aguja
ligeramente más grande con la que se perfora el hueso.
Una vez que se hace la biopsia, se aplica presión en el sitio
para ayudar a prevenir cualquier sangrado.
Estas pruebas de la médula ósea se usan para diagnosticar
la leucemia, aunque también se podrían repetir más tarde
para saber si la leucemia está respondiendo al tratamiento.

Punción lumbar
Esta prueba se usa para detectar células leucémicas en el
líquido cefalorraquídeo (cerebrospinal fluid, CSF), que es el
líquido que baña el cerebro y la médula espinal.

Para esta prueba, el médico primero aplica una crema


anestésica en un área en la parte baja de la espalda sobre
la columna vertebral. Por lo general, el médico también le
administra medicinas al niño para que duerma durante el
procedimiento. Entonces se introduce una pequeña aguja
hueca entre los huesos de la médula espinal para extraer
algo de líquido.

Es muy importante que un experto realice esta prueba. Los


médicos han descubierto que si la punción lumbar no se
realiza por un experto y algo de sangre pasa al líquido
cefalorraquídeo (CSF), en algunos casos las células
leucémicas pueden entrar y crecer en este líquido.

En niños que han sido diagnosticados con leucemia, la


primera punción lumbar también se puede usar para
administrar medicamentos de quimioterapia en el CSF a fin
de evitar o tratar la propagación de la leucemia a la médula
espinal y al cerebro.
Biopsia de los ganglios linfáticos
Este tipo de biopsia es importante para diagnosticar
linfomas, pero raramente se necesita en niños con
leucemia.

Para realizar esta biopsia, un cirujano corta la piel para


extirpar un ganglio linfático completo (biopsia por escisión).
Si el ganglio está localizado cerca de la superficie de la piel,
ésta es una operación simple. Sin embargo, resulta más
compleja si el ganglio está dentro del tórax o del abdomen.
Con más frecuencia, el niño necesitará anestesia general
(el niño está dormido).

Pruebas de laboratorio
para diagnosticar y
clasificar la leucemia
Exámenes microscópicos
Como se mencionó anteriormente, las cuentas y los frotis
sanguíneos usualmente son las primeras pruebas que se
hacen cuando se sospecha una leucemia. Además se
examina cualquier otra muestra tomada (de médula ósea,
tejido de los ganglios linfáticos o líquido cefalorraquídeo)
con un microscopio. Las muestras se exponen a tinciones
(colorantes) químicas que pueden causar cambios en los
colores de algunos tipos de células leucémicas.

Los médicos observarán el tamaño, la forma y los patrones


de tinción de las células sanguíneas de las muestras para
clasificarlas en tipos específicos (Consulte la sección
“¿Cómo se clasifica la leucemia en niños?” para ver más
información sobre los tipos de leucemia.)

Un factor elemental es si las células se ven maduras (como


las células sanguíneas normales) o inmaduras (carentes de
las características de estas células normales). Las células
más inmaduras se llaman blastos. La presencia de
demasiados blastos en la muestra, especialmente en la
sangre, es un signo típico de leucemia.

Una característica importante de una muestra de médula


ósea es su celularidad. La médula ósea normal contiene
cierto número de células productoras de sangre y de células
adiposas. Se dice que una médula que tiene demasiadas
células productoras de sangre es hipercelular.Si se
encuentran muy pocas células formadoras de sangre, se
considera que la médula es hipocelular.

Citometría de flujo e
inmunohistoquímica
Estas pruebas se usan para determinar
el inmunofenotipo de las células leucémicas basándose en
ciertas proteínas presentes en o sobre las células. Este tipo
de prueba es muy útil para determinar el tipo exacto de
leucemia. Se realiza con mayor frecuencia en las células de
la médula ósea, pero también se puede hacer en las células
de la sangre, los ganglios linfáticos, y otros fluidos
corporales.

Para la citometría de flujo o la inmunohistoquímica, las


muestras de células se tratan con anticuerpos que se
adhieren a ciertas proteínas. En la inmunohistoquímica, las
células entonces se examinan al microscopio para ver si los
anticuerpos se adhieren a ellas (lo que significa que
contienen esas proteínas), mientras que para la citometría
de flujo se emplea una máquina especial.

La citometría de flujo también se puede usar para calcular


la cantidad de ADN en las células leucémicas. Es
importante saber esto, especialmente en la ALL, ya que las
células con más ADN de lo normal (un índice de ADN de
1.16 o más) con frecuencia son más sensibles a la
quimioterapia, y estas leucemias tienen un mejor pronóstico
(perspectiva).

También se puede emplear la citometría de flujo para medir


la respuesta del tratamiento y la existencia de enfermedad
residual mínima (MRD, lea “ Factores de pronóstico en la
leucemia infantil”) en algunos tipos de leucemia.

Pruebas de los cromosomas


Las células humanas normales tienen 23 pares de
cromosomas (cadenas de ADN), cada una de las cuales
tienen un tamaño específico y una apariencia también
específica bajo el microscopio. Pero en algunos tipos de
leucemia, las células tienen cambios en sus cromosomas.

Por ejemplo, algunas veces dos cromosomas intercambien


algo de su ADN, de manera que parte de un cromosoma se
adhiere a parte de un cromosoma diferente. Este cambio,
llamado translocación, se puede observar usualmente con
un microscopio. También son posibles otros cambios en los
cromosomas. El reconocimiento de estos cambios puede
ayudar a identificar ciertos tipos de leucemias agudas y
puede ayudar a determinar el pronóstico (perspectiva).

Algunos tipos de leucemia tienen células con un número


anormal de cromosomas (en lugar de los 46 normales); les
pueden faltar algunos cromosomas o tener copias
adicionales de otros. Esto también puede afectar el
pronóstico de un paciente. Por ejemplo, en la ALL, es más
probable que la quimioterapia sea eficaz si las células
tienen más de 50 cromosomas y es menos probable que
sea eficaz si las células tienen menos de 46 cromosomas.

El descubrimiento de estos tipos de cambios cromosómicos


con pruebas de laboratorio puede ser muy útil para predecir
el pronóstico y respuesta al tratamiento de una persona.

Citogenética: Para esta prueba, las células leucémicas se


cultivan en un plato de laboratorio y los cromosomas se
observan al microscopio para detectar cualquier cambio,
incluyendo cromosomas ausentes o adicionales. (El
recuento del número de cromosomas por citogenética
proporciona información similar a la obtenida midiendo el
índice de ADN por citometría de flujo, como se describió
anteriormente).

Las pruebas citogenéticas normalmente tardan de dos a


tres semanas porque las células leucémicas deben crecer
en cajas de Petri durante un par de semanas antes de que
sus cromosomas se puedan observar con un microscopio.

No todos los cambios cromosómicos se pueden ver en un


microscopio. A menudo, otras pruebas de laboratorio
pueden ayudar a detectar estos cambios.

Hibridación in situ con fluorescencia (FISH): esta prueba


constituye otra forma de examinar los cromosomas y los
genes. Utiliza fragmentos de ADN que sólo se adhieren a
ciertas partes de cromosomas particulares. El ADN es
enlazado a tintes fluorescentes que se pueden ver con un
microscopio especial. La prueba FISH puede encontrar la
mayoría de los cambios cromosómicos (como
translocaciones) que son visibles en un microscopio en las
pruebas citogenéticas convencionales, así como algunos
cambios que son demasiado pequeños para verlos con la
prueba citogenética usual.

La prueba FISH se puede usar para detectar cambios


específicos en los cromosomas. Se puede usar en
muestras de sangre o médula ósea. Esta prueba es muy
precisa y puede usualmente proveer resultados dentro de
varios días.

Reacción en cadena de la polimerasa (PCR): ésta es una


prueba de alta sensibilidad que también puede encontrar
algunos cambios cromosómicos tan pequeños que no se
pueden ver con el microscopio, aun cuando hay muy pocas
células leucémicas en una muestra. Esta prueba puede ser
muy útil para detectar la presencia de cantidades muy
pequeñas de células leucémicas (enfermedad residual
mínima, o MRD) durante y después del tratamiento que tal
vez no fueron detectados con otras pruebas.

Otros análisis de sangre


Los niños con leucemia se someterán a pruebas para medir
ciertas sustancias químicas en las sangre a fin de evaluar el
funcionamiento de sus sistemas corporales.

Estas pruebas no se utilizan para diagnosticar leucemia,


pero en los niños que ya se sabe que la tienen, pueden
ayudar a detectar daño en el hígado, los riñones y otros
órganos causados por la propagación de las células
leucémicas o por los efectos secundarios de ciertos
medicamentos de quimioterapia. Con frecuencia se hacen
pruebas para medir los niveles de ciertos minerales
importantes en sangre, así como para asegurarse de que el
proceso de coagulación de la sangre sea normal.

También se pueden hacer análisis para detectar infecciones


en la sangre de los niños. Es importante diagnosticar y
tratar rápidamente las infecciones en los niños con
leucemia, ya que sus sistemas inmunológicos debilitados
pueden permitir que estas infecciones se propaguen.
Estudios por imágenes
Los estudios por imágenes utilizan rayos X, ondas sonoras,
campos magnéticos o partículas radioactivas para obtener
imágenes del interior del cuerpo. La leucemia por lo general
no forma tumores. Por lo tanto, los estudios por imágenes
no son tan útiles como lo son para otros tipos de cáncer. No
obstante, si se sospecha la presencia de leucemia, o ya se
ha diagnosticado, el médico de su hijo puede pedir que se
hagan algunos de estos estudios para tener una mejor idea
del grado de la enfermedad o para identificar otros
problemas, como infecciones. (Para más información sobre
estudios por imágenes, lea nuestro documentoEstudios por
imágenes (Radiología).

Radiografías de tórax
Los rayos X torácicos pueden ayudar a detectar un timo o
ganglios linfáticos del pecho agrandados. Si los resultados
de esta prueba son anormales, se puede hacer una
tomografía computarizada del tórax para obtener una
imagen más detallada.

Los rayos X torácicos también pueden ayudar a detectar


neumonía si es que su hijo tiene una infección pulmonar.
Tomografía computarizada
La tomografía computarizada (CT scan) usa rayos X para
producir imágenes transversales detalladas del cuerpo. A
diferencia de una radiografía regular, las CT pueden
mostrar el detalle en tejidos blandos tal como órganos
internos.

Generalmente este estudio no se necesita para diagnosticar


leucemia, pero puede hacerse si el médico sospecha que la
leucemia se está desarrollando en los ganglios linfáticos del
pecho o en órganos como el bazo o el hígado. Algunas
veces también se usa para ver el cerebro y la médula
espinal, aunque una MRI también se puede usar para esto.

Antes del estudio, puede que le pidan a su hijo que tome


una solución de contraste y/o reciba una inyección
intravenosa (IV) de un tinte de contraste que ayuda a
delinear mejor las áreas anormales en el cuerpo. Él o ella
pudiera necesitar una línea intravenosa (IV) para inyectarle
el material de contraste.

La inyección IV del tinte de contraste puede causar una


sensación de sonrojo o calor en el rostro o en otras áreas
del cuerpo. Algunas personas son alérgicas al tinte y les da
urticaria, o en raras ocasiones, unas reacciones más serias
como dificultad respiratoria y presión arterial baja.
Asegúrese de informar al médico si su hijo es alérgico a
algo (especialmente a yodo o mariscos) o si ha tenido
alguna vez una reacción a cualquier material de contraste
utilizado para rayos X.
Las tomografías requieren más tiempo que los rayos X
convencionales. El tomógrafo que se utiliza para este
estudio consiste en un anillo grande similar a una rosca
(dona) grande, con una camilla estrecha que se desliza
hacia adentro y afuera de la abertura central. Su hijo
necesitará acostarse inmóvil sobre la camilla mientras se
realiza el examen. Puede que algunos niños necesiten ser
sedados antes del estudio para que permanezcan inmóviles
de modo que se puedan obtener buenas imágenes.

Estudio PET/CT: algunas máquinas combinan una CT con


una tomografía por emisión de positrones (PET). Para la
tomografía por emisión de positrones (positron emission
tomography, PET) se inyecta una forma de azúcar
radiactiva (conocida como fluordesoxiglucosa o FDG) en la
sangre. (La cantidad de radiactividad que se emplea es muy
poca y el cuerpo la eliminará en aproximadamente un día).
Debido a que las células cancerosas crecen rápidamente,
éstas absorben altas cantidades de azúcar. Una cámara
especial puede entonces crear una imagen de las áreas de
radiactividad en el cuerpo. La imagen de la PET no es tan
detallada como la imagen de una CT, pero proporciona
información útil sobre todo el cuerpo. La PET/CT permite al
médico comparar las áreas de mayor radioactividad en la
PET con la apariencia más detallada de esa área en la CT.

Imágenes por resonancia


magnética
Las imágenes por resonancia magnética (magnetic
resonance imaging, MRI), como una CT, proveen imágenes
detalladas de los tejidos blandos del cuerpo. Este estudio
es más útil para examinar el cerebro y la médula espinal.
Por lo tanto, es más probable que se haga si el médico cree
que la leucemia se pudo haber propagado a estos sitios
(por ejemplo, si el niño presenta síntomas como dolores de
cabeza, convulsiones o vómitos).

La MRI utiliza ondas de radio e imanes potentes en lugar de


rayos X. Por lo tanto, no conllevan el uso de radiación.

A menudo se inyecta un material de contraste,


llamado gadolinio, en una vena antes del estudio para
mostrar mejor los detalles. Este material de contraste
usualmente no causa reacciones alérgicas.

Las imágenes por resonancia magnética toman más tiempo


que las tomografías computarizadas, a menudo hasta una
hora. Es posible que su hijo necesite acostarse en el interior
de un tubo estrecho, que es confinante y puede ser
angustioso, por lo cual algunas veces es necesario sedar al
niño. Las nuevas máquinas de MRI más abiertas pueden
ser otra opción, aunque aún requieren que su hijo
permanezca acostado. Todas las máquinas de MRI emiten
zumbidos de alto volumen y ruidos de chasquido que
podrían causar molestias para su hijo. En algunos lugares
se ofrecen audífonos o tapones para los oídos con el fin de
ayudar a bloquear estos ruidos.
Ecografía (ultrasonido)
En la ecografía, o ultrasonido, se utilizan ondas sonoras y el
eco que estas producen para producir imágenes de los
órganos o masas internas.

Este estudio se puede usar para observar los ganglios


linfáticos cercanos a la superficie del cuerpo o para
observar órganos inflamados dentro de su abdomen, como
los riñones, el hígado y el bazo. (No se puede usar para
observar órganos o ganglios linfáticos en el tórax debido a
que las costillas bloquean las ondas sonoras).

Para esta prueba, se coloca sobre la piel un pequeño


instrumento que parece un micrófono y que se
llama transductor (que primero se lubrica con gel). La
ecografía emite ondas de sonido y recoge el eco que rebota
desde los órganos. Una computadora convierte el eco en
una imagen en la pantalla.

Esta prueba es bastante fácil de realizar y en ella no se


utiliza radiación. Simplemente su hijo se acuesta sobre una
camilla, y el técnico pasa el transductor sobre el área del
cuerpo que se está examinando.

Gammagrafía ósea
Este estudio no se utiliza con frecuencia para las leucemias
infantiles, pero puede ser útil si su hijo tiene dolor de
huesos que puede deberse ya sea a una infección o a
cáncer en los huesos. Si su hijo ya ha sido diagnosticado
con leucemia o si ya se realizó una PET (descrita
anteriormente), por lo general no hay necesidad de realizar
una gammagrafía ósea.

Para este estudio, el médico o enfermera inyecta una


pequeña cantidad de un químico ligeramente radiactivo en
el torrente sanguíneo. (La cantidad de radiactividad que se
emplea es muy poca y el cuerpo la eliminará en
aproximadamente un día). La sustancia se asienta en las
áreas dañadas de los huesos del esqueleto en el transcurso
de un par de horas. Luego su hijo se acuesta sobre una
mesa durante aproximadamente 30 minutos mientras una
cámara especial detecta la radiactividad y crea una imagen
del esqueleto. Puede que a los niños más pequeños se les
administre un medicamento que ayude a mantenerlos
calmados o que los ponga a dormir durante el examen.

Las áreas de cambio óseo aparecen como “puntos


calientes” en el esqueleto porque atraen la radiactividad,
aunque la imagen no es muy detallada. Si un área se
ilumina en el estudio, se pueden hacer otros estudios por
imágenes, tal como rayos X, CT o MRI para obtener una
imagen más detallada. Si existe la posibilidad de que haya
leucemia, es posible que sea necesario confirmarlo
mediante una biopsia del área.

Conteo de células T

Es un análisis que mide la cantidad de células T en la sangre. El médico puede


ordenar este examen si usted tiene signos de un sistema inmunitario débil, como por
ejemplo debido al hecho de tener VIH/SIDA.
Forma en que se realiza el examen
Se necesita una muestra de sangre.
Preparación para el examen
No es necesaria ninguna preparación especial para este examen.

Lo que se siente durante el examen


Cuando se introduce la aguja para extraer la sangre, algunas personas sienten un
dolor moderado. Otras sólo sienten un pinchazo o sensación de picadura.
Posteriormente, puede haber una sensación pulsátil o un hematoma leve. Esto
desaparece pronto.

Razones por las que se realiza el examen


Las células T son un tipo de linfocito. Los linfocitos son glóbulos blancos, los cuales
forman parte del sistema inmunitario. Las células T le ayudan al cuerpo a combatir
enfermedades o sustancias dañinas, como bacterias o virus.

El proveedor de atención médica puede ordenar este examen si usted tiene signos de
un sistema inmunitario débil (trastorno de inmunodeficiencia). También lo puede
ordenar si usted tiene una enfermedad de los ganglios linfáticos. Los ganglios
linfáticos son pequeñas glándulas que producen glóbulos blancos. El examen
también se utiliza para vigilar cómo está funcionando el tratamiento para estos tipos
de enfermedades.
Un tipo de célula T es la célula CD4 o linfocito T cooperador. Las personas
con VIH/SIDA se realizan análisis regulares de células T para verificar sus conteos
de células CD4. Los resultados le ayudan al proveedor a vigilar la enfermedad y su
tratamiento.
Resultados normales
Los resultados normales varían dependiendo del tipo de célula T que se analice.

En adultos, un conteo normal de células CD4 va de 500 a 1,200 células/mm3 (de


0.64 a 1.18 x 109/L).
Los rangos de los valores normales pueden variar ligeramente entre diferentes
laboratorios. Algunos utilizan diferentes mediciones o analizan muestras distintas.
Hable con su proveedor acerca del significado de los resultados específicos de su
examen.

Significado de los resultados anormales


Los niveles de células T superiores a los normales pueden deberse a:

 Cáncer, como la leucemia linfocítica aguda o el mieloma múltiple


 Infecciones, como hepatitis o mononucleosis
Los niveles de células T inferiores a los normales pueden deberse a:

 Infecciones virales agudas


 Envejecimiento
 Cáncer
 Enfermedades del sistema inmunitario como VIH/SIDA
 Radioterapia
 Tratamiento con esteroides

Riesgos
Los riesgos asociados con la toma de una muestra de sangre son leves:

 Sangrado excesivo
 Desmayo o sensación de mareo
 Hematoma (acumulación de sangre bajo la piel)
 Infección (un ligero riesgo en cualquier momento que se presente ruptura de la piel)
 Punciones múltiples para localizar las venas
Este examen a menudo se lleva a cabo en personas con un sistema inmunitario
debilitado. Por lo tanto, el riesgo de infección puede ser mayor que cuando se le
extrae sangre a una persona con un sistema inmunitario saludable.

Nombres alternativos
Conteo de linfocitos derivados del timo; Conteo de linfocitos T; Conteo de células T

Imágenes

 Examen de sangre
Referencias
Berliner N. Leukocytosis and leukopenia. In: Goldman L, Schafer AI,
eds. Goldman-Cecil Medicine. 25th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Saunders;
2016:chap 167.
Chernecky CC, Berger BJ. T-lymphocytes - blood. In: Chernecky CC, Berger BJ,
eds. Laboratory Tests and Diagnostic Procedures. 6th ed. St Louis, MO: Elsevier
Saunders; 2013:1094-1095.
Holland SM, Gallin JI. Evaluation of the patient with suspected immunodeficiency.
In: Bennett JE, Dolin R, Blaser MJ, eds. Mandell, Douglas, and Bennett's Principles
and Practice of Infectious Diseases, Updated Edition. 8th ed. Philadelphia, PA:
Elsevier Saunders; 2015:chap 12.
McPherson RA, Massey HD. Overview of the immune system and immunologic
disorders. In: McPherson RA, Pincus MR, eds. Henry's Clinical Diagnosis and
Management by Laboratory Methods. 23rd ed. St Louis, MO: Elsevier; 2017:chap
43.
Ultima revisión 7/15/2017
Versión en inglés revisada por: Laura J. Martin, MD, MPH, ABIM Board Certified
in Internal Medicine and Hospice and Palliative Medicine, Atlanta, GA. Also
reviewed by David Zieve, MD, MHA, Medical Director, Brenda Conaway, Editorial
Director, and the A.D.A.M. Editorial team.

Leucemia
Leucemia

Frote sanguíneo de precursores linfocíticos en unaLeucemia


linfoide aguda (LLA).

Clasificación y recursos externos


Especialidad Hematología

CIE-10 C95

CIE-9 V10.6

CIAP-2 B73

DiseasesDB 7431

MedlinePlus 001299

PubMed Buscar en Medline mediante PubMed (en


inglés)

Aviso médico

[editar datos en Wikidata]

La leucemia es un grupo de enfermedades malignas de la médula


ósea (cáncer hematológico1) que provoca un aumento descontrolado de leucocitos en la
misma. Sin embargo, en algunos tipos de leucemias también pueden afectarse cualquiera de
los precursores de las diferentes líneas celulares de la médula ósea, como los precursores
mieloides, monocíticos, eritroides o megacariocíticos.2 Las células cancerígenas impiden que
se produzcan glóbulos rojos, plaquetas y glóbulos blancos maduros (leucocitos) saludables.
Entonces, se pueden presentar síntomas potencialmente mortales a medida que disminuyen
las células sanguíneas normales. Las células cancerosas se pueden propagar al torrente
sanguíneo y a los ganglios linfáticos. También pueden viajar al cerebro y a la médula espinal
(el sistema nervioso central) y otras partes del cuerpo.3

Índice
[ocultar]

 1Epidemiología
 2Clasificación
o 2.1Según la población celular afectada
o 2.2Según la gravedad de la patología
 3Cuadro clínico
 4Etiología
 5Diagnóstico
 6Tratamiento
 7Posible cura
 8Véase también
 9Referencias
 10Enlaces externos

Epidemiología[editar]
La leucemia puede desarrollarse rápida o lentamente. La leucemia crónica crece lentamente.
En la leucemia aguda las células son muy anormales y su número aumenta rápidamente. Los
adultos pueden tener cualquiera de estos tipos; los niños con leucemia, generalmente, sufren
del tipo agudo. Algunas leucemias, con frecuencia, puede curarse. Otras, son difíciles de tratar
pero pueden controlarse. Los tratamientos pueden incluir quimioterapia, radioterapia y
trasplante de células madre. Aún si los síntomas desaparecen, se podría necesitar tratamiento
para prevenir una recaída.4
Los síntomas incluyen:

 Infecciones
 Fiebre
 Pérdida del apetito
 Cansancio
 Sangrar o amoratarse con facilidad
 Inflamación de los ganglios linfáticos
 Sudores nocturnos
 Dificultad para respirar
 Dolor en los huesos o en las articulaciones
Los factores de riesgo para la leucemia en niños incluyen: tener un hermano o hermana con
leucemia, tener ciertos trastornos genéticos o recibir tratamiento con radiación o quimioterapia.
Generalmente, la leucemia infantil se cura con el tratamiento. Las opciones de tratamiento
incluyen: quimioterapia, tratamiento con otros medicamentos y radiación. En algunos casos,
un trasplante de médula ósea y de células madre puede ayudar.

Clasificación[editar]
Existen distintos tipos de clasificación, en función del criterio que se utilice para ello.
Según la población celular afectada[editar]

 Leucemia mielógena (LM).


 Leucemia mieloide crónica (LMC) incluida dentro de los síndromes mieloproliferativos
crónicos.
 Leucemia mieloide aguda (LMA) o leucemia mieloblástica.
 Leucemia linfoide crónica (LLC) incluida dentro de los síndromes linfoproliferativos y
equiparable al linfoma linfocítico.
 Leucemia linfoide aguda o leucemia linfoblástica aguda (LLA).5
 Linfomas no hodgkinianos leucemizados, es decir, con la presencia
de células linfomatosas en la sangre periférica, como sucede en la tricoleucemia.
Según la gravedad de la patología[editar]

 Aguda: en este caso, se da un aumento muy rápido de las células sanguíneas inmaduras.
Estas células no realizan las funciones sanguíneas necesarias, y ocupan un espacio que
permitiría el desarrollo de las células maduras. Es muy importante que el tratamiento sea
precoz ya que la progresión celular y la dispersión de las células malignas puede conducir
a que la leucemia llegue a otros órganos corporales. Esta forma de leucemia es la más
común en niños.
 Crónica: en esta afectación, se producen demasiados glóbulos blancos maduros pero
anormales. Progresa durante meses o años, por lo que no siempre se administra el
tratamiento inmediatamente, sino que a veces se monitoriza la situación para ver cual es
el momento más efectivo para la terapia. Aunque pueden ocurrir en cualquier grupo de
edad, la leucemia crónica ocurre más a menudo en personas mayores.
La principal característica de las leucemias agudas es la presencia de un "cese madurativo"
de las células de línea mieloide (LMA) o Linfoide (LLA) con blastosis en médula ósea (superior
de 20% de celularidad no eritroide según la OMS). Dado que todavía
queda hematopoyesis normal residual, puede verse en sangre periférica la existencia de un
"hiato leucémico", es decir, presencia de formas inmaduras en sangre periférica y formas
maduras pero con ausencia de elementos intermedios.
En las leucemias crónicas, la principal característica morfológica es la no existencia de dicho
hiato leucémico, ya que no existe detenimiento madurativo, permitiendo secretar a la sangre
células maduras, y su curso clínico suele ser indolente.

Cuadro clínico[editar]
Se producen daños en la médula ósea, a modo de desplazamientos de las células normales
de la médula ósea con un mayor número de glóbulos blancos inmaduros. Todo esto se
traduce en una falta de plaquetas en la sangre, fundamentales en el proceso
de coagulación sanguínea, por lo que las personas con leucemia pueden desarrollar
fácilmente hematomas y un sangrado excesivo o hemorragias punteadas (petequias).
Los glóbulos blancos, implicados en la defensa del organismo, pueden ser deficientes o
disfuncionales. Esto puede causar que el sistema inmune del paciente sea incapaz de luchar
contra una infección simple. Debido a que la leucemia impide que el sistema inmunitario
funcione con normalidad, algunos pacientes experimentan infecciones frecuentes, que van
desde las amígdalas infectadas, llagas en la boca, diarrea, neumonía o infecciones
oportunistas.
Por último, la deficiencia de glóbulos rojos produce anemia, que puede causar disnea y
palidez.
De manera resumida, algunas de sus manifestaciones clínicas más importantes son:

 Decaimiento, falta de fuerzas, mareos, náuseas, vómitos, inapetencia, disminución de


peso importante.
 Fiebre que dura varios días sin una causa aparente, sudoración nocturna, escalofríos.
 Dolor o sensibilidad ósea, dolores articulares y de extremidades.
 Hemorragias frecuentes sin motivo aparente, por ejemplo, sangrado anormal de
las encías o de la nariz.
 Petequias o hematomas sin haber tenido algún golpe.
 Palidez de piel, interior de la cavidad oral o de los párpados.
 Aumento de tamaño de los ganglios linfáticos.
 Aparición de masas o crecimientos anormales de órganos abdominales como el bazo y
el hígado, o aparición de masas que crecen en otras partes del cuerpo.
 Alteraciones de los exámenes sanguíneos (hemograma, VIH, etc.).
 Irregularidad en los ciclos menstruales.
 Dolor en articulaciones.
 Insomnio, se presenta por diversos factores, entre ellos, por la afectación a nivel cognitivo
de saberse con la enfermedad.
 Fatiga.
Uno de los síntomas frecuentes en este padecimiento es “La fatiga”, relacionada con el
cáncer, misma que tiene efectos nocivos en diferentes dimensiones del ser humano, dado que
somos seres biopsicosociales, afectando entonces, la parte física, social y cognitiva, así como
el funcionamiento profesional del sujeto. El National Comprehensive Cancer Network en 2014,
definió la fatiga relacionada con el cáncer como una inusual sensación persistente y subjetiva
de cansancio que no va de acuerdo a la actividad que realiza el paciente de manera cotidiana,
interfiriendo en su funcionamiento habitual.6
La palabra leucemia, que significa "sangre blanca", se deriva de la alta cantidad de glóbulos
blancos que la mayoría de los pacientes de leucemia tienen antes del tratamiento. El elevado
número de células blancas en la sangre es evidente cuando se observa una muestra de
sangre afectada bajo el microscopio. Con frecuencia, estas células blancas extra son
inmaduras o disfuncionales. El excesivo número de células también puede interferir con el
nivel de otras células, causando un desequilibrio perjudicial en la proporción de la sangre.
Algunos pacientes con leucemia no tienen una alta cantidad de glóbulos blancos visibles
durante un recuento sanguíneo normal. Esta enfermedad menos común se
denomina aleucemia. La médula ósea contiene las células cancerosas aún blancas de la
sangre que perturban la producción normal de células sanguíneas. Sin embargo, las células
leucémicas se alojan en la médula en lugar de entrar en el torrente sanguíneo, donde serían
visibles en un análisis de sangre. Para un paciente aleucémico, el recuento de glóbulos
blancos en la sangre puede ser normal o baja. La aleucemia puede ocurrir en cualquiera de
los cuatro tipos principales de leucemia, y es particularmente común en la leucemia de células
pilosas.

Etiología[editar]
No hay una única causa conocida para todos los distintos tipos de leucemia que existen. Las
causas conocidas, que no son factores intrínsecos de la persona, representan relativamente
pocos casos.7 Cada leucemia distinta puede tener varias causas diferentes.
La leucemia, al igual que otros tipos de neoplasias, son el resultado de mutaciones del ADN.
Ciertas mutaciones producen la activación de oncogenes o la desactivación de los genes
supresores de tumores, y con ello alteran la regulación de la muerte celular, la diferenciación o
la mitosis. Estas mutaciones ocurren espontáneamente o como resultado de la exposición a
la radiación o a sustancias cancerígenas, además de la probable influencia de factores
genéticos.8
Entre los adultos, podemos diferenciar entre los factores biológicos (virus como el virus
linfotrópico T humano) y los artificiales (radiación ionizante, benceno, agentes alquilantes
y quimioterapia para otras enfermedades).91011 El consumo de tabaco se asocia con un
pequeño aumento en el riesgo de desarrollar leucemia mieloide aguda en adultos.9 El uso y la
exposición a algunos productos petroquímicos y tintes para el cabello se ha relacionado con el
desarrollo de algunas formas de leucemia. También se han descrito casos de transmisión
materno-fetal.9
Algunas formas de leucemia están vinculadas a infecciones víricas. Experimentos en ratones y
otros mamíferos han demostrado la relación entre los retrovirus y la leucemia y también han
sido identificados retrovirus humanos. El primer retrovirus humano identificado fue el virus
linfotrópico T humano o HTLV-1, el cual causa la leucemia de células T.12
Algunas personas tienen una predisposición genética hacia el desarrollo de leucemias. Esta
predisposición se demuestra por los antecedentes familiares y los estudios en gemelos.9 Los
afectados pueden tener un solo gen o genes múltiples en común. En algunos casos, las
familias tienden a desarrollar el mismo tipo de leucemia que los demás miembros; en otras
familias, las personas afectadas pueden desarrollar formas diferentes de leucemia o
neoplasias relacionados con la sangre.9
Además de estas cuestiones, las personas con anomalías cromosómicas o ciertas
enfermedades genéticas tienen un mayor riesgo de padecer leucemia.10 Por ejemplo, las
personas con síndrome de Down tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar
formas de leucemia aguda y la anemia de fanconi es un factor de riesgo de
desarrollar leucemia mieloide aguda.
La radiación no ionizante como causa de la leucemia ha sido estudiada durante varias
décadas. Los expertos del grupo de trabajo de la Agencia Internacional de Investigaciones
sobre el Cáncer realizaron una revisión detallada de todos los datos estadísticos acerca de
frecuencias extremadamente bajas de energía electromagnética, que se produce de forma
natural y en asociación con la generación, transmisión y uso de la energía eléctrica.13 Llegaron
a la conclusión de que hay muy pocas pruebas de que altos niveles de campos magnéticos
de ELF (frecuencia extremadamente baja) ―pero que no sean eléctricos― podrían causar
leucemia infantil. La exposición a campos magnéticos de ELF significativa podría dar lugar a
un doble riesgo excesivo para la leucemia de los niños expuestos a estos altos niveles de
campos magnéticos. Sin embargo, el informe también dice que las deficiencias metodológicas
y sesgos en estos estudios probablemente hayan hecho que el riesgo sea exagerado.13 No se
ha demostrado evidencia de una relación con la leucemia u otro tipo de tumor maligno en los
adultos.13 Dado que la exposición a tales niveles de ELF es relativamente poco común,
la Organización Mundial de la Salud concluye que la exposición de ELF, que cada año
representa solo entre 100 y 2400 casos en todo el mundo, lo que representa 0,20 a 4,95 % de
la incidencia total para ese año.14

Diagnóstico[editar]
El diagnóstico se basa generalmente en repetidos conteos sanguíneos completos y un
examen de médula ósea tras los síntomas observados. La biopsia de un ganglio
linfático puede realizarse también para diagnosticar ciertos tipos de leucemia en algunas
situaciones. Una vez diagnosticada la enfermedad, una analítica sanguínea puede utilizarse
para determinar el grado de daño al hígado y a los riñones o los efectos de la quimioterapia en
el paciente. Para observar los posibles daños visibles debidos a la leucemia, se pueden utilizar
radiografías (en huesos), resonancia magnética (cerebro) o ultrasonidos (riñón, bazo e
hígado). Las tomografías computarizadas rara vez se utilizan para revisar los nódulos
linfáticos en el pecho.
Si bien algunas leucemias tienen carácter fulminante, otras pueden ser enfermedades
indolentes, de presentación insidiosa. Ya que no existe ningún síntoma que por sí solo y de
manera específica permita diagnosticar esta enfermedad, siempre debe descartarse la
presencia de leucemia en presencia de manifestaciones clínicas sugerentes, tales como
un hemograma alterado. El método más seguro para confirmar o descartar el diagnóstico es
mediante la realización de un mielograma y, solo en casos seleccionados, puede ser
necesario realizar una biopsia de la médula ósea.
Tratamiento[editar]
El tratamiento de la leucemia puede incluir:15

 Medicamentos o quimioterapia por vía intravenosa u oral o quimioterapia por vía intratecal
(medicamentos introducidos en la médula espinal con una aguja, en el área
denominada espacio subaracnoideo)16
 Radioterapia
 Trasplante de médula ósea o de sangre de cordón umbilical
 Terapia biológica
 Medicamentos para prevenir y tratar náuseas y otros efectos secundarios del tratamiento,
transfusiones sanguíneas (de glóbulos rojos o plaquetas), y antibióticospara prevenir y
tratar infecciones.
En un estudio realizado en el cual los pacientes fueron sometidos a un régimen de ejercicio
aeróbico, el cual fue realizado en una bicicleta reclinada con una duración de 10 a 20 minutos
de 3 a 4 veces por semana durante 4 a 5 semanas y un entrenamiento de resistencia como
parte de un protocolo de ejercicio para atenuar la pérdida de masa muscular observada en
pacientes con una estancia larga en cama, la cual es frecuente en pacientes que reciben
tratamiento para leucemia, los resultados obtenidos mostraron una reducción significativa en
cuanto a la fatiga y depresión, manteniendo la masa muscular de los pacientes, y dejando
evidencia de que una combinación de entrenamiento aeróbico y de resistencia, crea un efecto
positivo tanto físico como psicológico en pacientes que se encuentran en tratamiento.17

Posible cura[editar]
En 2014, investigadores de Minnesota (Estados Unidos) han conseguido acabar con la
leucemia de una mujer de 50 años inyectándole una dosis masiva de una cepa genéticamente
modificada del virus del sarampión de tipo MV-NIS.18

Véase también[editar]
 Médula ósea
 Cáncer infantil

Referencias[editar]
1. Volver arriba↑ «Leucemia», artículo en español en el sitio web OncoLink.
2. Volver arriba↑ Pizzo, A. Philip; Poplack, David G. (2002): Principles and
practice of Pediatric Oncology. Filadelfia (Estados Unidos): Lippincott Williams
& Wilkins. Pág. 545.
3. Volver arriba↑ La leucemia en el cerebro y la médula espinal.
4. Volver arriba↑ NIH: Instituto Nacional del Cáncer, recuperado
de https://medlineplus.gov/spanish/leukemia.html
5. Volver arriba↑ LLA, en Fundación Josep Carreras, España
6. Volver arriba↑ Hill, C. (2015). «Physiologic and Psychological Symptoms
Experienced by Adults With Acute Leukemia: An Integrative Literature
Review». HHS Public Access.
7. Volver arriba↑ Ross JA, Kasum CM, Davies SM, Jacobs DR, Folsom AR,
Potter JD (agosto de 2002). «Diet and risk of leukemia in the Iowa Women's
Health Study». Cancer Epidemiol. Biomarkers Prev. 11 (8): 777-
781. PMID 12163333.
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Leukemia. American Cancer Society. 2010. Archivado desde el original el 23
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10. ↑ Saltar a:a b Robinette, Martin S.; Cotter, Susan; Van de Water (2001). Quick
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11. Volver arriba↑ Stass, Sanford A.; Schumacher, Harold R.; Rock, William R.
(2000). Handbook of hematologic pathology. Nueva York: Marcel Dekker.
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12. Volver arriba↑ Leonard, Barry (1998). Leukemia: A Research Report. DIANE
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Frequency (ELF) Electric and Magnetic Fields (IARC Monographs on the
Evaluation of the Carcinogenic Risks).. Génova: World Health Organisation.
2002. pp. 332-333, 338. ISBN 92-832-1280-0.
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el 18 de febrero de 2009.
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Ángeles: «Oncogenes y cáncer», en Revista Cubana de Oncología, 15 (2):
págs. 131-139; 1999
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 Archivado el 16 de mayo de 2013 en la Wayback Machine. Protocolos de
vigilancia sanitaria específica. Comisión de Salud Pública de Consejo
Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, España, 2003
17. Volver arriba↑ Battaglini, C. (2009). «The effects of an exercise program in
leukemia patients». Integrative Cancer Therapies.
18. Volver arriba↑ «Logran curar el cáncer de sangre a una mujer en EE. UU.»,
artículo en el diario ABC (Madrid) del 16 de mayo de 2014.

Leucemia
Volver a Cáncer (patología)

 Información
 Especialistas
 Asociaciones
 Preguntas y Respuestas
 Qué es
 Causas
 Síntomas
 Prevención
 Tipos
 Diagnóstico
 Tratamientos
 Otros datos

Qué es
La leucemia es una enfermedad de la sangre por la cual la médula ósea produce glóbulos
blancos anormales, denominadas células blásticas leucémicas o células de leucemia. Estas
células se dividen reproduciéndose a sí mismas, lo que genera una proliferación
neoplásica de células alteradas que no mueren cuando envejecen o se dañan, por lo que se
acumulan y van desplazando a las células normales. Esta disminución de células sanas
puede ocasionar dificultades en el transporte del oxígeno a los tejidos, en la curación de las
infecciones o en el control de las hemorragias.
Por tratarse de una proliferación de células inmaduras y anormales en la sangre, la leucemia
se considera un "cáncer de la sangre".

Incidencia
Según los datos del último dossier presentado por la Sociedad Española de Oncología
Médica (SEOM) en 2014, la leucemia es una patología que afecta a 5.190 en España. Esta
cifra representa un 2,4 por ciento de la población; es más común en hombres que en
mujeres.

Causas
En la mayor parte de los casos de leucemia, no se puede establecer una causa identificable.
Sin embargo, está demostrado que no es un padecimiento hereditario o contagioso.
Existen, sin embargo, una serie de factores de riesgo:
 Historia previa de tratamiento para otras enfermedades cancerosas: Haber recibido quimioterapia
o radioterapia puede provocar una alteración o daño celular que derive en lo que se conoce como
una leucemia secundaria.

 Padecer un trastorno genético: Enfermedades como el síndrome de Downincrementan la


posibilidad de una persona de padecer leucemia.

 Exposisión a agentes tóxicos: El contacto con determinados agentes tóxicos, ya que sean
ambientales, profesionales o asociados a hábitos como el tabaquismo, aumentan el riesgo de
leucemia.
 Historia familiar: En casos minoritarios, tener antecedentes familiares de leucemia puede ser un
factor de riesgo.

Evalúa tus síntomas

Síntomas
Los síntomas varían en función del tipo de leucemia ante el que nos encontremos. Estos son
los más comunes:
 Leucemia mieloide aguda: Cansancio, pérdida de apetito y de peso, fiebre y sudores nocturnos.

 Leucemia mieloide crónica: Debilidad, sudoración profusa sin razón aparente y, al igual que en el
caso anterior, fiebre y pérdida de apetito y de peso.

 Leucemia linfocítica aguda: Sensación de mareo o aturdimiento, debilidad y cansancio,


dificultades respiratorias, infecciones recurrentes, formación de moratones fácilmente, fiebre y
sangrado frecuente o grave en nariz y encías.

 Leucemia linfocítica aguda: Además de algunas de las manifestaciones ya descritas, como la


debilidad, el cansancio, la pérdida de peso, la fiebre o los sudores nocturnos, este tipo de leucemia
provoca el agrandamiento de los ganglios linfáticos y dolor o sensación de hinchazón estomacal.
Otros síntomas generales son dolor en los huesos, como resultado de la multiplicación de
las células leucémicas en el sistema óseo, o la aparición de anemia, cuyas características
son palidez, cansancio y poca tolerancia al ejercicio, fruto de la disminución de glóbulos
rojos. A consecuencia de la enfermedad también se produce una bajada en el número de
glóbulos blancos (leucocitos), situación que repercute en las defensas del enfermo frente a
las infecciones.
La reducción del número de plaquetas que conlleva la leucemia provoca asimismo la
aparición de manchas en la piel (petequias) y hemorragias esporádicas. Las más
comunes son a través de nariz, boca o recto y las más graves son las que pueden producirse
en el cerebro, a raíz de una caída severa del número de plaquetas.

Prevención
Hasta la fecha no se conoce ninguna forma de prevenir la leucemia. Los expertos
aconsejan llevar una vida saludable y sin hábitos tóxicos, recomendaciones válidas también
para la prevención de otras enfermedades oncológicas y que ayudarían, además, a
afrontar en mejores condiciones el tratamiento que requiere este tipo de cáncer, en el caso
de que llegue a desarrollarse.
Tipos
En función de la velocidad de progresión de la enfermedad, se puede distinguir
entre leucemias agudas (tienen un proceso muy rápido; las células anormales aumentan su
número de forma considerable en poco tiempo y no hacen las funciones de los glóbulos
rojos normales) y leucemias crónicas (su procedimiento es lento; las células alteradas
trabajan perfectamente como glóbulos blancos normales.
Otra clasificación existente atiende a la estirpe celular en la que se origina la leucemia.
Las leucemias mieloides (o mieloblásticas) dan comienzo en los mielocitos, mientras que
las leucemias linfoides (o linfoblásticas) aparecen en las células linfoides y pueden
acumularse en los ganglios linfáticos, como explica el Instituto Nacional del Cáncer en Lo
que usted necesita saber sobre la leucemia.
Así, teniendo en cuenta ambos criterios, se establecen en total cuatro tipos de leucemia:
 Leucemia Mieloide Aguda (LMA).
 Leucemia Mieloide Crónica (LMC).
 Leucemia Linfocítica Aguda (LLA).
 Leucemia Linfocítica Crónica (LLC).

Imagen histológica de una leucemia linfoblástica aguda.


Diagnóstico
Existen una serie de pruebas médicas que son comunes a todos los tipos de leucemia, si
bien para el diagnóstico de la leucemia linfocítica aguda se llevan a cabo otros estudios
específicos. Las pruebas comunes son las siguientes:

Analítica
Consiste en la realización de un análisis de sangre.

Extracción
Para diagnosticar leucemia, el médico puede llevar a cabo una biopsia de la médula ósea o
la extracción de líquido cefalorraquídeo, que rodea el cerebro y la médula ósea. Su
extracción se utiliza para estudiar la propagación de la enfermedad.

Pruebas de laboratorio
Las principales son el recuento y examen de células sanguíneas, las pruebas de coagulación
y química sanguínea y, por último, el examen microscópico rutinario.

Pruebas cromosómicas
Estas pruebas abarcan la citoquímica, la citogenética, la hidratación in situ con
fluorescencia y la reacción en cadena de la polimerasa.

Estudios por imagen


Los estudios por imagen más frecuentes determinados por el especialista son: rayos X,
tomografía computerizada, resonancia magnética y ecografía.
Para el diagnóstico de la leucemia linfocítica aguda, es necesaria la realización de una
biopsia del ganglio linfático, para ayudar a diagnosticar los linfomas, y una gammagrafía
con galio y gammagrafía ósea, solo en el caso de que el paciente presente dolor en los
huesos.
Cabe destacar que, cuando la leucemia aparece en la infancia, su diagnóstico precoz se
complica, ya que sus primeros síntomas son parecidos a los de otras enfermedades típicas
de la niñez. Estos síntomas son: cansancio, falta de apetito o fiebre intermitente. Debido a
esta situación, los padres suelen culparse por la demora en el diagnóstico, cuando incluso
para el médico resulta complicado reconocer esta situación en su primera etapa.

Tratamientos
El tratamiento recomendado en este tipo de padecimiento es la quimioterapia. En ésta se
emplean diversos medicamentos especiales destinados a destruir las células leucémicas.
Dicho tratamiento tiene tres fases: la de inducción a la remisión, la de consolidación y la
de mantenimiento. En la fase de inducción a la remisión, cuya duración es de cuatro a
cinco semanas, se intenta destruir la mayor cantidad de células malignas. Cuando ocurre la
remisión, es decir el control temporal de la afección, el niño suele lucir normal, ya que los
síntomas de la leucemia desaparecen. En ciertas ocasiones la remisión es apenas parcial,
por esta razón algunos síntomas no desaparecen del todo. Sólo un pequeño porcentaje de
los parientes no logra entrar en remisión. La fase de consolidación dura de dos a tres
semanas, mientras que la de mantenimiento debe llevarse a cabo hasta completar tres años
de tratamiento.

Otros datos
Pronóstico
Según la Sociedad Española de Oncología Médica, la leucemia presenta una supervivencia
del 3,1 por ciento de los pacientes.

Recomendaciones para pacientes:


 Nutrición: tanto los síntomas como el tratamiento de la leucemia pueden provocar vómitos,
náuseas o malestar, lo que puede causar pérdida de apetito. Cuando esto ocurre, es importante
acudir al médico para que le sugiera una serie de pautas para cubrir las necesidades nutricionales.

 Seguimiento: una vez concluido el tratamiento, el paciente debe mantener rigurosos exámenes de
control. Estos exámenes ayudan a controlar cualquier cambio que surja en la salud del paciente,
posibles recaídas en la patología o daños ocasionados por el propio tratamiento.

 Apoyo: el impacto que supone para el paciente ser diagnosticado de leucemia puede repercutir en
su ánimo y en sus relaciones con los demás. Los expertos aconsejan buscar apoyo tanto en el
equipo médico que acompaña al paciente en su enfermedad como en grupos o profesionales que
puedan prestar ayuda psicológica o emocional.
¿Qué es la leucemia en
niños?
El cáncer se origina cuando las células comienzan a crecer
sin control. Las células en casi cualquier parte del cuerpo
pueden convertirse en cáncer. Para aprender más acerca
de cómo los cánceres comienzan y se propagan, lea ¿Qué
es cáncer? Para información sobre las diferencias entre los
tipos de cáncer que ocurren en los adultos y los que
ocurren en los niños, lea el documento disponible en
inglés Cancer in Children.

La leucemia es un cáncer que se origina en las células


primitivas productoras de sangre de la médula ósea, la
parte suave del interior de ciertos huesos. Con mayor
frecuencia, la leucemia es un cáncer de los glóbulos
blancos, pero algunas leucemias comienzan en otros tipos
de células sanguíneas.

Cualquiera de las células formadoras de sangre de la


médula ósea puede convertirse en una célula leucémica.
Una vez que ocurre este cambio, las células leucémicas ya
no maduran de una forma normal. Las células leucémicas
se pueden reproducir rápidamente, y puede que no mueran
cuando deberían hacerlo, sino que se acumulan en la
médula ósea, desplazando a las células normales. En la
mayoría de los casos, las células leucémicas pasan al
torrente sanguíneo con bastante rapidez. De ahí puede
extenderse a otras partes del cuerpo, como a los ganglios
linfáticos, el bazo, el hígado, el sistema nervioso central (el
cerebro y la médula espinal), los testículos u otros órganos,
donde pueden evitar que otras células en el cuerpo realicen
sus funciones.

Algunos otros tipos de cáncer infantil, tales como el


neuroblastoma o el tumor de Wilms, comienzan en otros
órganos y se pueden propagar a la médula ósea, pero estos
cánceres no son leucemia.

Médula ósea, sangre y


tejido linfático normal
Para entender los diferentes tipos de leucemia, ayuda saber
sobre los sistemas sanguíneo y linfático.

Médula ósea
La médula ósea es la parte blanda en el interior de los
huesos. Las nuevas células sanguíneas (glóbulos rojos,
glóbulos blancos y plaquetas) se producen allí. En los
niños, la médula ósea activa se encuentra en casi todos los
huesos del cuerpo, pero durante la adolescencia, se
encuentra fundamentalmente en los huesos planos (el
cráneo, los omóplatos, las costillas y los huesos de la
cadera) y en las vértebras (los huesos que forman la
columna vertebral).
La médula ósea consiste en un pequeño número de células
madre sanguíneas, células más maduras productoras de
sangre, células adiposas y tejidos de apoyo que ayudan al
crecimiento celular. Las células madre sanguíneas
experimentan una serie de cambios para producir nuevas
células sanguíneas. Durante este proceso, las células se
desarrollan en uno de los tres principales tipos de células
sanguíneas:

Tipos de células sanguíneas


Los glóbulos rojos transportan oxígeno desde los
pulmones a todos los demás tejidos del cuerpo, y llevan el
dióxido de carbono hasta los pulmones para su eliminación.
Una cantidad insuficiente de glóbulos rojos en el cuerpo
(anemia) puede causar cansancio, debilidad y dificultad
para respirar debido a que los tejidos del cuerpo no reciben
suficiente oxígeno.

Las plaquetas en realidad son fragmentos celulares


producidos por un tipo de célula de la médula ósea que se
llama megacariocito. Las plaquetas son importantes para
detener el sangrado al sellar pequeños orificios en los
vasos sanguíneos. Tener muy pocas plaquetas
(trombocitopenia) puede hacer que usted sangre o presente
moretones con facilidad.

Los glóbulos blancos ayudan al cuerpo a combatir las


infecciones. Tener muy pocos glóbulos blancos debilita su
sistema inmunológico y puede que usted sea más propenso
a contraer una infección.
Tipos de glóbulos blancos
Los linfocitos son células maduras que combaten
infecciones que se desarrollan de los linfoblastos, un tipo de
célula madre de la sangre en la médula ósea. Los linfocitos
son las principales células que forman el tejido linfático, que
es una parte importante del sistema inmunológico. El tejido
linfático se encuentra en los ganglios linfáticos, el timo (un
órgano pequeño detrás del esternón), el bazo, las
amígdalas y las glándulas adenoides, y la médula ósea.
También se encuentra disperso en todo el sistema digestivo
y el sistema respiratorio. Hay dos tipos principales de
linfocitos:

 Los linfocitos B (células B) ayudan a proteger el


cuerpo contra gérmenes, tal como las bacterias y los
virus. Producen proteínas llamadas anticuerpos que se
adhieren al germen, y lo marcan para que otros
miembros del sistema inmunológico lo destruyan.
 Los linfocitos T (células T) también ayudan a proteger
el cuerpo contra los gérmenes. Algunos tipos de
células T destruyen directamente a gérmenes,
mientras otras desempeñan una función al reforzar o
desacelerar las actividades de otras células del
sistema inmunológico.
La leucemia linfocítica (linfoblástica) aguda, el tipo más
común de leucemia en niños, se origina en los linfocitos en
sus etapas más tempranas. Se puede originar en células B
o T tempranas en diferentes etapas de madurez. Aunque
tanto las células B como las células T se pueden convertir
en leucemia, las leucemias de las células B son mucho más
comunes que las leucemias de las células T. Para más
información lea la sección “ ¿Cómo se clasifica la leucemia
en niños?”.

Los granulocitos son células maduras que combaten


infecciones que se desarrollan de los mieloblastos, un tipo
de célula productora de sangre en la médula ósea. Los
granulocitos tienen gránulos que aparecen como manchas
al observarlos con un microscopio. Estos gránulos
contienen enzimas y otras sustancias que pueden destruir
gérmenes como las bacterias. Los tres tipos de
granulocitos, neutrófilos, basófilos y eosinófilos, se
distinguen bajo el microscopio por el tamaño y el color de
los gránulos.

Los monocitos se desarrollan a partir


de monoblastos productores de sangre en la médula ósea y
están relacionados con los granulocitos. Después de
circular en el torrente sanguíneo por aproximadamente un
día, los monocitos ingresan en los tejidos corporales para
convertirse en macrófagos, los cuales pueden destruir
algunos gérmenes rodeándolos y digiriéndolos. Los
macrófagos también ayudan a los linfocitos a reconocer
gérmenes y a comenzar a producir anticuerpos para
combatirlos.

Tipos de leucemia en niños


Con frecuencia la leucemia se describe como aguda (que
crece rápidamente) o crónica (que crece lentamente). Casi
todas las leucemias en niños son agudas.
Leucemias agudas
Los dos tipos principales de leucemia aguda son:

 Leucemia linfocítica aguda (linfoblástica) (acute


lymphocytic leukemia, ALL):Alrededor de tres de
cuatro leucemias en niños son ALL. Esta leucemia se
origina de formas tempranas de linfocitos en la médula
ósea.
 Leucemia mieloide aguda (acute myelogenous
leukemia, AML): este tipo de leucemia, también
llamada leucemia mieloide aguda, leucemia mielocítica
aguda o leucemia no linfocítica aguda representa la
mayoría de los casos remanentes. La AML se inicia a
partir de las células mieloides que forman los glóbulos
blancos (que no son linfocitos), los glóbulos rojos o las
plaquetas.
 Leucemia de linaje híbrido o mixto: en estas
leucemias poco comunes, las células tienen
características de la ALL y de la AML. En niños, son
generalmente tratadas como la ALL y usualmente
responden a este tratamiento como la ALL.
Tanto la ALL como la AML se pueden dividir más en
subtipos diferentes. Para más información sobre estos
subtipos, consulte la sección “ ¿Cómo se clasifica la
leucemia en niños?”.
Leucemias crónicas
Las leucemias crónicas son mucho más comunes en los
adultos que en los niños. Suelen crecer más lentamente
que las leucemias agudas, aunque también son más
difíciles de curar. Las leucemias crónicas se pueden dividir
en dos tipos.

 Leucemia mieloide crónica (chronic myelogenous


leukemia, CML): esta leucemia ocurre rara vez en
niños. El tratamiento es similar al empleado en adultos
(lea “ Tratamiento de niños con leucemia mieloide
crónica”). Si desea más información sobre la CML,
consulte nuestro documento Leucemia mieloide
crónica.
 Leucemia linfocítica crónica (chronic lymphocytic
leukemia, CLL): Esta leucemia se presenta muy
pocas veces en los niños. Si desea más información
sobre la CLL, consulte nuestro documento Leucemia
linfocítica crónica.

Leucemia mielomonocítica juvenil


La leucemia mielomonocítica juvenil (juvenile
myelomonocytic leukemia, JMML) es un tipo poco común
de leucemia que no es crónica ni aguda. Se inicia a partir
de las células mieloides, pero usualmente no crece tan
rápidamente como la AML ni tan lentamente como la CML.
Ocurre con más frecuencia en los niños de poca edad
(menores de 4 años). Los síntomas pueden incluir piel
pálida, fiebre, tos, moretones o sangrado que ocurre
fácilmente, dificultad para respirar (debido a la presencia de
demasiados glóbulos blancos en los pulmones), y
agrandamiento del bazo y de los ganglios linfáticos.

 Escrito por
 Referencias

Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la Sociedad


Americana Contra El Cáncer
Nuestro equipo está compuesto de médicos y enfermeras con
postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de
periodistas, editores y traductores con amplia experiencia en
contenidos médicos.
Last Medical Review: May 12, 2015 Last Revised: February 5, 2016
La información médica de la La Sociedad Americana Contra
El Cáncer está protegida bajo la ley Copyright sobre
derechos de autor. Para solicitudes de reproducción, por
favor escriba a permissionrequest@cancer.org.

Descripción general

La leucemia es el cáncer de los tejidos que forman la sangre en el


organismo, incluso la médula ósea y el sistema linfático.

Existen muchos tipos de leucemia. Algunas formas de leucemia son


más frecuentes en niños. Otras tienen lugar, principalmente, en
adultos.

La leucemia, por lo general, involucra a los glóbulos blancos. Los


glóbulos blancos son poderosos combatientes de infecciones; por lo
general, crecen y se dividen de manera organizada, a medida que el
cuerpo los necesita. Pero en las personas que tienen leucemia, la
médula ósea produce glóbulos blancos anormales que no funcionan
correctamente.

El tratamiento para la leucemia puede ser complejo, según el tipo de


leucemia y según otros factores. Pero existen estrategias y recursos
que pueden ayudar a hacer que el tratamiento sea exitoso.

Atención de la leucemia en Mayo Clinic

Síntomas

Los síntomas de la leucemia varían según el tipo de leucemia. Los


signos y síntomas frecuentes de la leucemia son los siguientes:

 Fiebre o escalofríos
 Fatiga persistente, debilidad
 Infecciones frecuentes o graves
 Adelgazamiento sin proponértelo
 Ganglios linfáticos inflamados, agrandamientos del hígado o
del bazo
 Sangrado con facilidad y formación de hematomas
 Sangrados nasales recurrentes
 Pequeñas manchas rojas en la piel (petequias)
 Sudoración excesiva, sobre todo por la noche
 Dolor o sensibilidad en los huesos
Cuándo consultar al médico

Pide una consulta con el médico si tienes síntomas o signos


persistentes que te preocupen.

Los síntomas de la leucemia suelen ser vagos y poco específicos.


Es posible que pases por alto los síntomas tempranos de la
leucemia porque se parecen a los de la influenza y de otras
enfermedades frecuentes.

En raras ocasiones, la leucemia se puede descubrir en los análisis


de sangre que se piden para otra enfermedad.

Cuándo consultar al médico

Pide una consulta con el médico si tienes síntomas o signos


persistentes que te preocupen.

Los síntomas de la leucemia suelen ser vagos y poco específicos.


Es posible que pases por alto los síntomas tempranos de la
leucemia porque se parecen a los de la influenza y de otras
enfermedades frecuentes.

En raras ocasiones, la leucemia se puede descubrir en los análisis


de sangre que se piden para otra enfermedad.

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Causas

Partes del sistema inmunitario


Los científicos no comprenden con exactitud cuáles son las causas
de la leucemia. Al parecer, se genera a partir de una combinación
de factores genéticos y ambientales.

Cómo se forma la leucemia

En general, se cree que la leucemia aparece cuando algunas


células sanguíneas adquieren mutaciones en el ADN (la información
que se encuentra dentro de cada célula y que dirige su función).
Puede haber otros cambios en las células que todavía no se
comprenden cabalmente y que podrían contribuir a provocar la
leucemia.
Algunas anomalías hacen que la célula crezca y se divida con
mayor rapidez, y que siga viviendo cuando las células normales ya
murieron. Con el tiempo, esas células anormales pueden desplazar
a las células sanguíneas sanas de la médula ósea, lo que disminuye
la cantidad de plaquetas, glóbulos blancos y glóbulos rojos sanos, y
causa los signos y síntomas de la leucemia.

Cómo se clasifica la leucemia

Los médicos clasifican la leucemia en función de la velocidad de


evolución y de los tipos de células involucrados.

El primer tipo de clasificación se centra en la velocidad de evolución


de la leucemia:

 Leucemia aguda. En la leucemia aguda, las células


sanguíneas anormales son células sanguíneas inmaduras
(blastos). No pueden cumplir sus funciones normales y se
multiplican rápido; por lo tanto, la enfermedad empeora con
rapidez. La leucemia aguda exige un tratamiento oportuno y
agresivo.
 Leucemia crónica. Existen muchos tipos de leucemias
crónicas. Algunas producen demasiadas células y otras, muy
pocas. La leucemia crónica comprende células sanguíneas
más maduras. Esas células sanguíneas se replican y acumulan
muy lentamente, y pueden funcionar con normalidad durante
un tiempo. Algunas formas de leucemia crónica, al principio, no
producen síntomas tempranos, por lo que pueden pasar
desapercibidas o no diagnosticarse durante años.
El segundo tipo de clasificación tiene en cuenta el tipo de glóbulo
blanco afectado:

 Leucemia linfocítica. Este tipo de leucemia afecta las células


linfoides (linfocitos) que forman el tejido linfoide o linfático. El
tejido linfático forma el sistema inmunitario.
 Leucemia mielógena. Este tipo de leucemia afecta las células
mieloides. Estas originan los glóbulos rojos, los glóbulos
blancos y las células que producen plaquetas.
Tipos de leucemia

Estos son los principales tipos de leucemia:

 Leucemia linfocítica aguda. Este es el tipo más frecuente de


leucemia en niños jóvenes. La leucemia linfocítica aguda
también puede afectar a los adultos.
 Leucemia mielógena aguda. La leucemia mielógena aguda
es un tipo de leucemia frecuente. Afecta a niños y a adultos. La
leucemia mielógena aguda es el tipo más frecuente de
leucemia aguda en adultos.
 Leucemia linfocítica crónica. Si tienes leucemia linfocítica
crónica, la leucemia crónica más frecuente en adultos, es
posible que te sientas bien durante años sin necesitar
tratamiento.
 Leucemia mielógena crónica. Este tipo de leucemia afecta
principalmente a los adultos. Una persona que padece
leucemia mielógena crónica tiene pocos síntomas o ninguno
durante meses o años antes de ingresar a una fase en la que
las células de la leucemia crecen más rápido.
 Otros tipos de leucemia. Existen otros tipos de leucemia poco
frecuentes, como la leucemia de células pilosas, los síndromes
mielodisplásicos y los trastornos mieloproliferativos.
Cómo se forma la leucemia

En general, se cree que la leucemia aparece cuando algunas


células sanguíneas adquieren mutaciones en el ADN (la información
que se encuentra dentro de cada célula y que dirige su función).
Puede haber otros cambios en las células que todavía no se
comprenden cabalmente y que podrían contribuir a provocar la
leucemia.

Algunas anomalías hacen que la célula crezca y se divida con


mayor rapidez, y que siga viviendo cuando las células normales ya
murieron. Con el tiempo, esas células anormales pueden desplazar
a las células sanguíneas sanas de la médula ósea, lo que disminuye
la cantidad de plaquetas, glóbulos blancos y glóbulos rojos sanos, y
causa los signos y síntomas de la leucemia.

Cómo se clasifica la leucemia

Los médicos clasifican la leucemia en función de la velocidad de


evolución y de los tipos de células involucrados.

El primer tipo de clasificación se centra en la velocidad de evolución


de la leucemia:

 Leucemia aguda. En la leucemia aguda, las células


sanguíneas anormales son células sanguíneas inmaduras
(blastos). No pueden cumplir sus funciones normales y se
multiplican rápido; por lo tanto, la enfermedad empeora con
rapidez. La leucemia aguda exige un tratamiento oportuno y
agresivo.
 Leucemia crónica. Existen muchos tipos de leucemias
crónicas. Algunas producen demasiadas células y otras, muy
pocas. La leucemia crónica comprende células sanguíneas
más maduras. Esas células sanguíneas se replican y acumulan
muy lentamente, y pueden funcionar con normalidad durante
un tiempo. Algunas formas de leucemia crónica, al principio, no
producen síntomas tempranos, por lo que pueden pasar
desapercibidas o no diagnosticarse durante años.
El segundo tipo de clasificación tiene en cuenta el tipo de glóbulo
blanco afectado:
 Leucemia linfocítica. Este tipo de leucemia afecta las células
linfoides (linfocitos) que forman el tejido linfoide o linfático. El
tejido linfático forma el sistema inmunitario.
 Leucemia mielógena. Este tipo de leucemia afecta las células
mieloides. Estas originan los glóbulos rojos, los glóbulos
blancos y las células que producen plaquetas.
Tipos de leucemia

Estos son los principales tipos de leucemia:

 Leucemia linfocítica aguda. Este es el tipo más frecuente de


leucemia en niños jóvenes. La leucemia linfocítica aguda
también puede afectar a los adultos.
 Leucemia mielógena aguda. La leucemia mielógena aguda
es un tipo de leucemia frecuente. Afecta a niños y a adultos. La
leucemia mielógena aguda es el tipo más frecuente de
leucemia aguda en adultos.
 Leucemia linfocítica crónica. Si tienes leucemia linfocítica
crónica, la leucemia crónica más frecuente en adultos, es
posible que te sientas bien durante años sin necesitar
tratamiento.
 Leucemia mielógena crónica. Este tipo de leucemia afecta
principalmente a los adultos. Una persona que padece
leucemia mielógena crónica tiene pocos síntomas o ninguno
durante meses o años antes de ingresar a una fase en la que
las células de la leucemia crecen más rápido.
 Otros tipos de leucemia. Existen otros tipos de leucemia poco
frecuentes, como la leucemia de células pilosas, los síndromes
mielodisplásicos y los trastornos mieloproliferativos.
Factores de riesgo

Los factores que pueden aumentar los riesgos de manifestar


algunos tipos de leucemia son:
 Tratamientos oncológicos previos. Las personas que se
sometieron a determinados tipos de quimioterapia y
radioterapia por otros tipos de cáncer corren un mayor riesgo
de manifestar ciertos tipos de leucemia.
 Trastornos genéticos. Las anomalías genéticas parecen
desempeñar un papel en el desarrollo de la leucemia. Ciertos
trastornos genéticos, como el síndrome de Down, están
asociados con un mayor riesgo de padecer leucemia.
 Exposición a ciertas sustancias químicas. La exposición a
ciertas sustancias químicas, como el benceno (el cual se
encuentra en la gasolina y se utiliza en la industria química),
también está relacionada con un mayor riesgo de padecer
algunos tipos de leucemia.
 Fumar. Fumar cigarrillos aumenta el riesgo de padecer
leucemia mielógena aguda.
 Antecedentes familiares de leucemia. Si a algún miembro de
tu familia se le ha diagnosticado leucemia, tu riesgo de padecer
la enfermedad puede aumentar.

Sin embargo, la mayoría de las personas que presentan factores de


riesgo conocidos no padecen leucemia. Y muchas personas con
leucemia no presentan ninguno de estos factores de riesgo.

Leucemia
La leucemia se produce cuando ciertas células se vuelven
cancerosas y se infiltran en la médula ósea. Conoce qué
factores de riesgo predisponen a desarrollar este cáncer de la
sangre y las opciones para combatirla.
Escrito por Esther Martín, Estudiante de medicina de la Universidad de Alcalá de Henares

Qué es la leucemia
 Qué es la leucemia
 Causas de la leucemia
 Tipos de leucemia
 Síntomas de leucemia
 Diagnóstico de la leucemia
 Tratamiento de leucemia
 Pronóstico de la leucemia
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Las leucemias agudas son un tipo de cáncer, de origen
desconocido en la mayoría de los casos, que afecta a las
células sanguíneas, generalmente a los glóbulos blancos. La
enfermedad se produce a consecuencia de un error en el
proceso de maduración de una célula madre a glóbulo
blanco, que supone una alteración cromosómica que provoca
que las células afectadas se vuelvan cancerosas y se
multipliquen sin cesar, infiltrándose en la médula ósea, donde
sustituyen a las células que producen las células sanguíneas
normales.
Estas células cancerosas se diseminan por la sangre, y
además pueden invadir otros órganos, como el hígado, los
riñones, los ganglios linfáticos, el bazo y el cerebro.
A medida que la enfermedad progresa, las células malignas
interfieren en la producción de otro tipo de células
sanguíneas, como los glóbulos rojos y las plaquetas, lo que
tiene como consecuencia el desarrollo de anemia y el
incremento del riesgo de contraer infecciones.
Las leucemias tienen una incidencia aproximada de dos o
tres casos por cada 100.000 habitantes y año. Son las
neoplasias más frecuentes en la infancia (alrededor del 25%
de los cánceres infantiles son leucemias), y afectan con más
frecuencia a los varones.
No parece haber diferencias sustanciales en la prevalencia de
leucemia entre las distintas razas o áreas geográficas, el
entorno rural o urbano, ni entre las distintas clases sociales.
Sin embargo, dependiendo del tipo de leucemia, es más
frecuente su aparición a determinadas edades. Por ejemplo,
en el caso de la leucemia linfocítica aguda (linfoblástica),
suele presentarse en niños de entre tres y cinco años, y
aunque también afecta a adolescentes, es poco común en
adultos.

Causas de la leucemia
 Qué es la leucemia
 Causas de la leucemia
 Tipos de leucemia
 Síntomas de leucemia
 Diagnóstico de la leucemia
 Tratamiento de leucemia
 Pronóstico de la leucemia
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Aunque la causa de las leucemias no se conoce
exactamente, se sabe que hay diversos factores que pueden
provocar la aparición de esta enfermedad.
 Genéticos.
 Inmunodeficiencias.
 Factores ambientales.
En cuanto a la relación de los factores genéticos con el
desarrollo de leucemia, se sabe que la enfermedad es más
frecuente en gemelos que en el resto de la población, y
padecer trastornos genéticos como el síndrome de Down y el
síndrome de Fanconi supone un factor de riesgo asociado a
la aparición de leucemia.
Las personas con el sistema inmunitario debilitado por la
administración de quimioterapia o fármacos
inmunosupresores (que se suministran a pacientes que han
sufrido un trasplante de órganos), también son más
susceptibles de desarrollar leucemia.
Uno de los factores más estudiados son los factores
ambientales, sobre todo la exposición a radiaciones
ionizantes, sustancias químicas como el benceno y
ciertos fármacos, y los virus.
La relación entre las radiaciones ionizantes y la leucemia se
descubrió a partir de accidentes nucleares (explosiones o
incidentes en centrales nucleares).
Diversos productos químicos también están relacionados con
la aparición de la enfermedad, sobre todo algunos pesticidas,
y otras sustancias como los gases mostaza utilizados en la I
Guerra Mundial.
También ciertos virus están asociados con el desarrollo de las
leucemias, en especial el virus de Epstein-Barr, relacionado
con el linfoma de Burkitt africano o los linfomas en pacientes
inmunodeprimidos

Leucemia
La leucemia se produce cuando ciertas células se vuelven
cancerosas y se infiltran en la médula ósea. Conoce qué
factores de riesgo predisponen a desarrollar este cáncer de la
sangre y las opciones para combatirla.
Escrito por Esther Martín, Estudiante de medicina de la Universidad de Alcalá de Henares

Tipos de leucemia

 Qué es la leucemia
 Causas de la leucemia
 Tipos de leucemia
 Síntomas de leucemia
 Diagnóstico de la leucemia
 Tratamiento de leucemia
 Pronóstico de la leucemia
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Existen varios criterios para clasificar las leucemias. Una
forma de clasificación se basa en su historia natural:
 De novo: cuando ocurren sin que exista un proceso previo
que desencadene la enfermedad.
 Secundarias: cuando existe un proceso previo que
desemboca en leucemia, como por ejemplo una enfermedad
sanguínea.
Otra forma de clasificarlas se basa en el tipo de célula
sanguínea en la que empieza la transformación maligna, y en
la velocidad de progresión de la enfermedad. En el caso de
las leucemias agudas, su desarrollo es muy rápido, mientras
que las leucemias crónicas progresan lentamente. Además,
las leucemias pueden ser:
 Linfoblásticas: cuando afectan a los linfocitos (variedad de
leucocitos de la médula ósea).
 Mieloblásticas o mielocíticas: que afectan a la célula
precursora de la serie mieloide o serie roja (de los glóbulos
rojos y plaquetas).

Leucemia linfática aguda


En la leucemia linfática aguda las células que deberían
transformarse en linfocitos se vuelven cancerosas y
sustituyen a las células normales de la médula ósea, y se
diseminan hacia otros órganos (hígado, bazo, riñones,
cerebro, ganglios linfáticos...) donde siguen proliferando, y
provocan enfermedades
como meningitis, anemia, insuficiencia renal y hepática, etc.
Se trata del cáncer más frecuente en niños.

Leucemia linfática crónica


La leucemia linfática crónica afecta especialmente a personas
mayores de 60 años, y más a los varones que a las mujeres.
Los linfocitos cancerosos aumentan en los ganglios linfáticos,
para extenderse después al hígado y al bazo, e invadir
posteriormente la médula ósea. Esta enfermedad progresa
lentamente, y el pronóstico depende de factores como la
cantidad de linfocitos en la sangre y la médula ósea, la
gravedad de la anemia, y la capacidad del sistema inmune
del paciente para luchar contra las infecciones que pueda
contraer.

Leucemia mieloide aguda


La leucemia mieloide aguda se caracteriza porque son los
mielocitos (las células que deberían convertirse en
granulocitos) los que se vuelven cancerosos y sustituyen a
las células normales de la médula ósea. Como en el caso
anterior, las células leucémicas viajan por el torrente
sanguíneo y se instalan en otros órganos, donde siguen
creciendo y dividiéndose, causando diversas afecciones
(tumores, anemia, meningitis...) y dañando otros órganos.
Este tipo de leucemia afecta a personas de cualquier edad,
pero sobre todo a los adultos, y se relaciona con la exposición
a grandes dosis de radiación y con el empleo
de quimioterapia para tratar otras afecciones.

Leucemia mieloide crónica


La leucemia mieloide crónica, que afecta a personas de todas
las edades y sexos (aunque no es frecuente en niños
pequeños), cursa con anemia y trombocitopenia (escasez de
plaquetas en sangre). Las células leucémicas se originan
sobre todo en la médula ósea, pero también en el bazo y el
hígado. Con el avance de la enfermedad, los pacientes
suelen presentar fiebre, fatiga, debilidad, pérdida de apetito y
peso, aumento del tamaño de los ganglios linfáticos y
hemorragia.

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