Historia de La Psicologia - Tarea II - Johanna Dominguez
Historia de La Psicologia - Tarea II - Johanna Dominguez
Historia de La Psicologia - Tarea II - Johanna Dominguez
Johanna Domínguez
Nombre
16-11980
Matricula
Unidad II
Tarea
Un largo pasado
A lo largo de la historia se han ido configurando dos posiciones filosóficas ante la ciencia,
cuyo enfrentamiento ha tenido y para algunos tiene todavía, un carácter paradigmático.
Por otra parte, en el campo de las ciencias humanas y sociales se ha extendido el uso de los
términos paradigma cuantitativo-cualitativo. Esto ha sucedido, quizá por la identificación
con los procedimientos e instrumentos utilizados.
Descartes es considerado como fundador de la filosofía moderna, quien tuvo una gran
influencia después de su muerte (1650). Este, considero que, en sentido estricto, solo existe
una ciencia, la sabiduría humana. La razón es una y la misma aunque se aplique a objetos
diferentes. Es cierto que hablamos de distintas ciencias, pero ello solo por la diferencia de
sus objetos, diferencia que ni siquiera debe implicar el uso de métodos de investigación
distintos.
La filosofía moderna busca la verdad trascendente, busca relación entre el ser y el
pensamiento, y sus demostraciones no son por medio de la ciencia. Esta abarca los
comienzos del Renacimiento y la reforma protestante hasta los últimos años del siglo XX.
Se considera filosofía moderna a lo que comienza con descartes.
Descartes (1596-1650), rompe radicalmente con el mundo antiguo y crea un nuevo método
para llegar al conocimiento; la duda metódica. Sin embargo, no pudo desvincularse del todo
de la influencia de los pensadores de su época, porque es inevitable que cada momento
histórico condicione todo pensamiento posterior.
Esta apreciación de la realidad se asemeja al principio hermético, que sostiene que todo está
contenido en el Todo y que el hombre es idéntico al cosmos. Sin embargo, este concepto
nos lleva a cuestionarnos por qué existe la ignorancia si toda la verdad está en la mente.
Estoy expuesto al error como cualquier otro: “hay hombres que yerran al razonar, aun
acerca de los más simple asuntos de geometría, y cometen paralogismo (razonamiento
incorrectos), entonces juzgue que yo estaba expuesto al error como otro cualquiera y
rechace como falsas todas las razones que anteriormente había tenido por demostrativas”.
Sin ir más lejos, en la matemática, la más racional de las ciencias, existe la posibilidad de
equivocarse, aun en una operación sencilla cabe la posibilidad del error. Cabe también la
posibilidad de que todos los argumentos racionales sean falaces, de que todo conocimiento
racional sea falso.
El sistema cartesiano: racionalismo, innatismo e interaccionismo mecanicista.
Los razonamientos o procesos discursivos se apoyan en “principios”, por ejemplo “el todo
es mayor que la parte”. Estos principios del conocimiento racional no son conocidos de
forma discursiva sino inútilmente, es decir, sin que nuestro pensamiento fluya, sino de
modo inmediato, por simple inspección del espíritu.
Para Descartes, hay dos sustancias creadas diferentes, el cuerpo y el alma (a la que también
denominan “mente”). La esencia del cuerpo es la extensión. El cuerpo es un mecanismo
que puede ejecutar muchas acciones sobre si mismo sin la intervención del alma: el alma es
pura sustancia pensante que puede, pero no siempre, regular el cuerpo. Descartes elige la
glándula pineal porque le parece que es el único órgano en el cerebro que no está duplicado
bilateralmente y porque cree, erróneamente, que era exclusivo de los seres humanos.
John Locke había dudado sobre el conocimiento de los cuerpos, Berkeley va más allá. En
su juventud Berkeley propuso que no se puede saber si un objeto es, solo puede saberse un
objeto siendo percibido por una mente. Declaro que los seres humanos no pueden conocer
los objetos reales o la materia que causa sus percepciones, sino que incluso las propiedades
matemáticas las ideas semejantes a las cualidades sensoriales. Por tanto concluyo que todo
lo que puede conocerse de un objeto es su percepción del mismo, y resulta gratuito suponer
la existencia de una sustancia real que sustente las propiedades de los cuerpos.