Diagnóstico Situacional
Diagnóstico Situacional
Diagnóstico Situacional
Gustavo Porcel
a) Una caracterización de la naturaleza y magnitud de los problemas que requieran atención; sin
perder de vista su inserción en el contexto global en que aparecen las relaciones y
determinaciones que dan origen y explican la existencia de tales problemas.
Sin embargo, la experiencia práctica muestra que en la mayoría de los casos, los diagnósticos para la
toma de decisiones incluyen información bibliográfica, indicadores del nivel y calidad de vida,
inventarios de equipamientos, etc; pero no captan el significado e importancia de los problemas con
que se enfrenta la población. De ahí, que sus resultados no puedan convertirse en un insumo útil para
orientar la toma de decisiones y mucho menos, para hacer operativa a esta mediante la formulación de
programas y proyectos de intervención.
Lo anterior lleva a plantear la necesidad de que el diagnóstico, entendido como el punto de partida
para el proceso de Programación, se centre en identificar las posibles determinaciones y relaciones
causales que inciden en la producción de los fenómenos sociales y en delimitar las posibilidades de
acción. Para referirse a ese tipo de diagnóstico es que se utiliza el término diagnóstico situacional.
a) Una visión orgánica y dinámica de los procesos sociales y las determinaciones de éstos, para
esclarecer la naturaleza y magnitud de los problemas que se pretenden atender Es decir, el diagnóstico
debe identificar la situación inicial de la que se parte. Ello requiere incluir una caracterización de los
grupos sociales que están involucrados en la situación a diagnosticar, así como elementos que
permitan realizar el análisis de la probable evolución desde la situación inicial hasta la situación
futura.
b) Una ubicación de los espacios estratégicos para la acción. Para lo cual, el diagnóstico no puede
limitarse a destacar la existencia de estructuras y procesos sociales; se debe estudiar el
comportamiento de los grupos sociales afectados e involucrados en la problemática para proporcionar
los elementos necesarios que permitan analizar la viabilidad de las posibles opciones de intervención
capaces de conducir desde la situación inicial a la situación deseada.
En rigor, las cuestiones anteriormente señaladas no se constituyen en dos aspectos separados, mas
bien están íntimamente imbricados y si se presentan de ese modo, es para facilitar su comprensión. Su
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importancia radica en que él interés del diagnóstico para la toma de decisiones, no es conocer por
conocer, sino:
CONOCER
para
y contribuir
ACTUAR TRANSFORMAR
a
En tal sentido, es oportuno destacar que algunos investigadores sociales establecen diferencias entre
problemas para investigar y problemas para intervenir. Al respecto, vale la pena señalar que las
diferencias atribuidas a unos en relación con otros, no son intrínsecas a los problemas mismos. Tales
diferencias están dadas por la opción de quien investiga, de acuerdo con su concepción del mundo y
con el contenido práctico de sus decisiones. Ambos elementos configuran una cierta "comodidad
intelectual”, que lleva a realizar investigaciones sobre temas que permiten recrearse en un "ver pasar
alrededor" sin tomar posición y sin asumir responsabilidad ante el futuro.
Con este planteamiento, no se trata de exacerbar una tendencia al pragmatismo que tire por la borda la
cuestión teórico-metodológica. De lo que se trata, es de plantear la discusión sobre la necesidad de
ubicar espacios para el desarrollo de acciones constructivas que rescaten -en la mayor medida
posible- los intereses de los grupos sociales más vulnerables. Para ello, hay que adentrarse en la
búsqueda de una combinación adecuada del conocimiento teórico y del manejo técnico.
Para que el diagnóstico sirva de base al proceso de selección y exploración en la toma de decisiones,
debe cumplir con los requisitos siguientes:
a) PRECISION: se refiere a incluir los aspectos necesarios y suficientes para la comprensión del o
de los problemas en estudio.
ii) La capacidad e interés del dignosticador para desentrañar los elementos que debe estudiar, sin
remontarse a aspectos de escasa o nula utilidad. Esto, por supuesto, no se trata de un simple problema
práctico, sino de un intrincado problema teórico-metodológico.
a) la periodización
b) La delimitación de lo que es relevante para la acción de los actores.
c) La identificación de las múltiples determinaciones que explican los fenómenos estudiados.
Este aspecto relativo a la temporalidad es sumamente importante, sobre todo si se toma en cuenta que
la tendencia en la mayoría de los estudios socioeconómicos es establecer anticipadamente los períodos
en que se - analizarán los sucesos. En muchas, ocasiones esto lleva al examen de fenómenos que no
necesariamente están vinculados con el problema en estudio, y que por tanto, no aportan nada
significativo a su entendimiento.
En lo anterior, hay que tener en cuenta que una misma realidad dependo de la valoración que de los
hechos posean los actores, puede constituirse en situaciones diferentes. Así, por ejemplo, para una
ecóloga o un ecólogo naturalista, la contaminación ambiental puede parecer un simple resultado de la
acción indiscriminada de un conjunto de seres humanos sobre la naturaleza; para una educadora o
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educador, este puede ser un problema de falta de instrucción en cuanto a la forma de deshacerse de los
residuos contaminantes; en cambio, para una Planificadora o un Planificador con una visión amplia e
integral de la realidad social, este problema puede ser enfocado a partir de la relación entre los
procesos naturales y los procesos socio -económicos vinculados con la prevalencia de un determinado
modelo de desarrollo que, a su vez, incide en determinados patrones o estilo de vida.
Asimismo, es necesario considerar que a partir de la concepción del problema y los objetivos que los
actores persiguen, éstos podrán plantearse imágenes-objetivo con propósitos cualitativamente
distintos. Probablemente, a la ecóloga naturalista le interesará -exclusivamente- la promulgación de
medidas restrictivas, mientras que la educadora abogará por la elevación dé los niveles educativos de
la población. A diferencia de los anteriores, la Planificación puede centrar su atención en reformular la
estrategia de desarrollo vigente, para incorporar la dimensión ambiental como una de las variables
esenciales del desarrollo y considerar la promulgación de medidas restrictivas y la elevación de los
niveles educativos, como algunas de las acciones específicas que deben llevarse a la práctica.
Es obvio, que cada una de las posiciones mencionadas llevará al enfrentamiento de una gama de
fuerzas sociales constituidas de manera diferente.
En otras palabras, la viabilidad de cada una de las intenciones anteriores, estará condicionada por la
remoción de obstáculos distintos que implican niveles de dificultad para llevar a cabo acciones,
también distintos.
Lo anterior lleva a plantear que el diagnóstico no sólo debe incluir la explicación "autoreferencial" que
cada actor realiza de la situación, sino también la de sus oponentes y potenciales aliados.
En cuanto a las determinaciones que explican un fenómeno, en la actualidad los científicos sociales
aceptan sin mayores discusiones, las múltiples causas de los fenómenos sociales y rechazan el estudio
de dichos fenómenos desde una perspectiva simplista como la que postula que "A produce B", al estilo
del examen "ceteris paribus" de los economistas convencionales
Sin embargo, a efectos de realizar un diagnóstico para la toma de decisiones, la fuente de- discusión
sigue siendo cómo estudiar los problemas dentro de la dinámica de la organización social en que estén
inmersos, teniendo en cuenta su especificidad y su particular inserción en un momento y ubicación
históricamente condicionado. En tal sentido, un punto de partida interesante puede ser el
reconocimiento y aceptación de 2 premisas básicas: