Concepto de Arras
Concepto de Arras
Concepto de Arras
I. Concepto de arras
Al celebrarse un contrato, las partes pueden acordar la entrega de una señal, que
puede ser un bien o dinero, para evidenciar la voluntad de haberse concluido un
contrato. A esta señal se le conoce como arras.
Para Luis Diez-Picazo, las arras son la entrega de una suma de dinero o de
cualquier otra cosa que un contratante hace a otro con el fin de asegurar una
promesa o un contrato, confirmarlo, garantizar su cumplimiento o facultar al
otorgante para poder rescindirlo libremente, consintiendo en perder la cantidad
entregada.
De las definiciones propuestas se aprecia que los diversos autores ponen énfasis
ya sea en la naturaleza o en el aspecto material que distingue a las arras de otras
figuras afines, como por ejemplo, el de ser un mecanismo de garantía o de
protección del crédito, una cláusula o pacto, incorporado o no en el contrato
principal; el objeto u objetos sobre los que recae, o el acto mismo de la entrega. Lo
1
ALBALADEJO, Manuel. Derecho Civil. Tomo 11
2
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel. El contrato en general. Tomo 111. Palestra Editores. Lima, 2003
cierto es que todas ellas consideran elementos esenciales que caracterizan la
institución jurídica bajo análisis, en esa medida, y atendiendo al esquema
normativo consagrado en nuestro Código Civil, podemos definir las arras como el
acuerdo en virtud del cual una persona entrega a otra un bien, por lo general
dinero, con la finalidad de confirmar la celebración de un contrato definitivo,
resarcir su incumplimiento u otorgar el derecho de retractarse de un contrato
preparatorio, bajo sanción de pérdida de las arras o la devolución del duplo.
La primera oración de la redacción del artículo 1477 estipula un primer efecto a las
arras confirmatorias: establece de modo incontestable la conclusión del contrato
principal. Al respecto, debe tenerse presente que nuestro Código Civil, a diferencia
de otras legislaciones, no vincula las arras a un contrato específico (por ejemplo,
la compraventa) sino que deja abierta la posibilidad para que las partes en el
ejercicio de su autonomía privada puedan pactar válidamente este tipo de acuerdo
en cualquier clase de relación jurídica contractual (típica o atípica), pues no se
hace distinción al respecto.
El segundo párrafo del artículo 1477 del Código Civil establece los efectos en caso
de cumplimiento del contrato principal. Así tenemos que quien recibió las arras
tiene la obligación de devolverlas a la parte que las entregó; o imputarlas sobre su
crédito, según la naturaleza de la prestación. En efecto, en cuanto a la imputación
de las arras sobre el crédito de quien las recibió, habrá que tomar en
consideración la naturaleza de la misma, ya que no siempre podrá aplicarse lo que
fue entregado en arras como pago a cuenta o anticipo; sobre todo, cuando la
prestación debida recae sobre un objeto distinto al que es materia de arras, por
ejemplo un servicio o una abstención. De lo expuesto se colige que las arras
pueden estar constituidas por bienes de distinta índole, así como las prestaciones
pueden ser de distinta naturaleza, ya sea de hacer, no hacer o de dar. Por lo
mismo, en caso de cumplimiento, no siempre se puede imputar el valor de las
arras sobre el crédito. Con relación a los bienes que pueden ser objeto de arras
cabe precisar que el Código no hace referencia y menos aún restringe el tipo de
bien que puede ser entregado.
Recordemos que nuestro Código Civil reconoce dos clases de bienes: muebles e
inmuebles. Ante el silencio legal sobre el tema damos por entendido que cualquier
tipo de bien, sea mueble o inmueble, puede ser entregado en arras, aunque lo
más común sea la entrega de sumas de dinero.
Sin embargo, esta libertad crea una serie de problemas para el cumplimiento de
los efectos de las arras. ¿Acaso es posible entregar una concesión minera en
calidad de arras?, ¿letras de cambio?, ¿derechos de autor? Esto teniendo en
cuenta lo discutible que es definir la condición jurídica de los bienes entregados, el
destino de los frutos, la asunción de los riesgos, el régimen para la restitución en
caso de cumplimiento, etc. Por otro lado, al no haber una referencia clara sobre la
posibilidad de entregar bienes ajenos en arras, nos remitimos al artículo 1409 del
Código Civil que permite la contratación sobre bienes ajenos, embargados, en
garantía o sujetos a litigio.
Obviamente, en este tipo de contratos, la otra parte debe conocer el carácter ajeno
del bien, pues de lo contrario se estaría cometiendo un ilícito penal (artículo 197
del Código Penal), deviniendo en lo civil en la nulidad del acto jurídico (artículo 219
inciso 8). Por ello creemos posibles las arras sobre bienes ajenos, gravados o
litigiosos, siempre y cuando la parte que recibe las arras sepa de la ajenidad del
bien, y se pueda realizar de manera efectiva la entrega del mismo.
En cuanto a la falta de calificación de las arras por las partes, el Código Civil no se
pronuncia al respecto, como sí lo hacía el Código de 1936, al reputar como arras
confirmatorias, a las que eran entregadas sin indicación de su condición
(confirmatorias o de retractación). Al respecto, coincidiendo con la posición
adoptada por la jurisprudencia española, la simple entrega de una cosa a título de
arras sin precisar su condición, en el marco de la celebración de un contrato, no
determina de manera automática la aplicación del artículo 1477, pues es necesario
que conste de manera indubitable que la entrega se hace por concepto de arras
confirmatorias o de retractación; en su defecto, como expresa De la Puente y
Lavalle, coincidiendo con la jurisprudencia y doctrina españolas, si por su
naturaleza es susceptible de aplicación a la ejecución del contrato, constituye una
entrega a cuenta de la prestación debida. Si ello no es posible, las llamadas
"arras" no cumplen función alguna y deben ser devueltas a quien las entregó
2. Arras penales
Las arras penales son consecuencia del incumplimiento del contrato principal
constituido con arras confirmatorias. Por ello, no podemos decir que tengan una
naturaleza jurídica distinta a la de las arras confirmatorias. Ello no significa que no
reconozcamos como característica propia el hecho de que las arras penales
cumplen un rol de determinar convencional y anticipadamente los daños
reclamables en caso de incumplimiento del contrato principal.
En ambos casos la parte que cumplió el contrato puede "dejar sin efecto el
contrato", no aclarando si la falta de efecto se realiza por resolución o rescisión de
contrato, pues ambas figuras dejan sin efecto un contrato. Por ser el
incumplimiento una causal sobreviniente a la celebración del contrato principal,
creemos que el artículo versa sobre la resolución. Por causa imputable debemos
entender la inejecución dolosa o culposa de la obligación. De modo que si el
incumplimiento se produce por causa extraña a la voluntad de los contratantes
(caso fortuito o fuerza mayor), tan solo procede la restitución de las arras a quien
las entregó, a fin de evitar el enriquecimiento indebido de la contraparte. Igual
criterio se sigue si el contrato no puede ejecutarse por imposibilidad sobreviniente
de la prestación no imputable a las partes. También opera la restitución en caso
de nulidad del contrato o su resolución por excesiva onerosidad de la prestación.
El segundo efecto de las arras penales es el derecho de la parte fiel del contrato
de conservar las arras, si es que las ha recibido, o exigir el doble de las arras, si
las ha entregado. De esta manera se estarían terminando definitivamente las
relaciones entre las partes, no procediendo la demanda por daños y perjuicios
que por el artículo 1479 es posible en las arras. Por su naturaleza, las arras
penales son propias de contratos bilaterales. Y es que la razón importante de la
existencia de las arras es la posibilidad de incumplimiento de ambas partes del
cual buscan protegerse, no siendo posible en los contratos de prestación
unilateral, por cuanto solo una de las partes puede incumplir su obligación, no
existiendo la posibilidad de que las arras cumplan su finalidad contra la parte no
obligada, característica principal de esta institución jurídica.
3. Arras de retractación
Pero, si es por ejemplo el vendedor a quien se han entregado las arras, el que
decide ya no celebrar el contrato de compraventa definitivo, deberá entregar el
doble del monto de las arras al comprador perjudicado. Si todo procede sin
inconvenientes, es decir, si finalmente se celebra el contrato definitivo, el monto
entregado en calidad de arras será devuelto o, en todo caso, imputado al pago del
precio pactado. Es posible establecer que quien recibe las arras renuncia a su
derecho de retractarse, en cuyo caso, quedará obligado a celebrar el contrato
definitivo y no podrá ampararse en la posibilidad de negarse a celebrarlo a través
de la entrega del doble del monto de las arras.
Las arras de retractación, son aquellas arras que generan (para quien las entrega,
como para quien las recibe) el derecho de retractarse de una relación contractual
existente y por cumplirse. Es un instituto contractual por el cual se diluye
válidamente el vínculo obligacional. No es en estricto la facultad con que cuentan
las partes de desistirse de cumplir con el contrato, sino es el bien, representativo
de un valor económico, entregado a la celebración del negocio contractual con la
expresa intención de conceder la facultad de arrepentimiento a una o a todas las
partes.
Todas las clases de arras se caracterizan por ser expresas. No toda dación de
dinero o especie en el momento de la estipulación del contrato constituyen arras,
desde que pueden haber sido entregadas a cuenta de la contraprestación y así
debe entenderse el acuerdo, cuando quiera que no aparezca de modo explícito y
seguro que las partes han entendido estipular arras de retractación.
Por ello las arras penitenciales deben ser señaladas expresamente en el contrato
preparatorio. Pero qué solución debemos dar, en el caso que se señale
expresamente que determinado bien o cosa es entregado a título de arras, sin
mencionar la clase de estas. Raymundo Salvat es de opinión, que ante el silencio
de las partes contratantes para calificar el tipo de arras entregadas, debe
presumirse que han querido establecer arras penitenciales. En realidad existe
mucha controversia respecto de este tema, pues León Barandiarán, indicaba que:
"las causas rescisorias de los contratos no deben presumirse, sin entenderse
restrictiva mente", dando a entender que ante el silencio debiera presumirse que
las partes han querido establecer un pacto arral confirmatorio 3 (LEÓN
BARANDIARÁN, p. 163). Luego de explicar que esta disyuntiva no existía en el
derogado Código de 1936, pues su artículo 1348 prescribía que las arras se
reputarán dadas en señal de conclusión del contrato, situación que no ha sido
debidamente resuelta por el vigente Código nacional.
Nuestro ordenamiento jurídico civil no entra a tallar en las clases o tipos de bienes
sobre los que puede recaer un pacto arral, sin embargo, las normas dispensadas a
las arras de retractación nos advierten importantes características que estos
bienes deben tener, así nos señala que estos deben ser objeto de "entrega", que
las arras entregadas son pasibles de "pérdida" en provecho del otro contratante,
que pueden ser "devueltas dobladas" o "imputables al crédito", según su
naturaleza.
a) Dinero y títulos valores.- El dinero suele ser el bien más común para ser
entregado en calidad de arras de retractación (e incluso confirmatorias). Su
entrega no solo puede ser en efectivo, sino también mediante un título que
lo represente (cheque, por ejemplo).
3
LEÓN BARANDIARÁN, José. Tratado de Derecho Civil peruano. Tomo IV. WG Editor. Lima, 1992
norma sanciona con la devolución del doble, es donde empieza a
cuestionarse su validez, dado que si se entrega un vehículo en arras de
retractación, ¿deberá devolver dos vehículos quien los recibió y quien se
desiste de firmar el contrato definitivo? Cómo poder cuantificar el doble de
un bien mueble, pues como sabemos las valorizaciones de bienes suelen
ser fuente de innumerables controversias. En realidad no existe
impedimento legal para que las partes se obliguen a entregar bienes
muebles como arras de retractación, por ello la doctrina predominante
apunta a indicar que en caso de tener que devolver el duplo de las cosas
muebles, el obligado deberá restituir el bien más un monto en dinero igual a
su valor.