M12 U3 S6 Feac PDF
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Actividad 1
En el nuevo proceso penal, se desahogan los medios de solución de conflictos, los cuales
proporcionan:
Actividad 2
Sí, los cambios al sistema penal, resuelven las deficiencias detectadas por la OEA en el
sistema anterior, porque se ha comprendido que el sistema anterior era muy deficiente en
materia de Derecho Penal y Procesal, ya que era cerrado, y el Ministerio Público ejercía la
autoridad completa y monopólica de dicho proceso. Por tal motivo, la adopción del nuevo
sistema penal acusatorio y oral, pone al Estado Mexicano al nivel de las sociedades
sobresalientes en el Continente Americano con la protección de los Derechos Humanos de
las personas imputadas al delito.
I. Trato humano. Toda persona privada de libertad que esté sujeta a la jurisdicción de
cualquiera de los Estados Miembros de la Organización de los Estados Americanos
será tratada humanamente.
II. Igualdad y no-discriminación. Toda persona privada de libertad será igual ante la ley,
y tendrá derecho a igual protección de la ley y de los tribunales de justicia.
III. Libertad personal.
1. Principio básico: Toda persona tendrá derecho a la libertad personal y a ser
protegida contra todo tipo de privación de libertad ilegal o arbitraria.
2. Excepcionalidad de la privación preventiva de la libertad: Se deberá
asegurar por la ley que en los procedimientos judiciales o administrativos se
garantice la libertad personal como regla general, y se aplique como
excepción la privación preventiva de la libertad, conforme se establece en
los instrumentos internacionales sobre derechos humanos.
3. Medidas especiales para las personas con discapacidades mentales: Los
sistemas de salud de los Estados Miembros de la Organización de los
Estados Americanos deberán incorporar, por disposición de la ley, una serie
de medidas en favor de las personas con discapacidades mentales, a fin de
garantizar la gradual desinstitucionalización de dichas personas y la
organización de servicios alternativos, que permitan alcanzar objetivos
compatibles con un sistema de salud y una atención psiquiátrica integral,
continua, preventiva, participativa y comunitaria, y evitar así, la privación
innecesaria de la libertad en los establecimientos hospitalarios o de otra
índole.
4. Medidas alternativas o sustitutivas a la privación de libertad: Los Estados
Miembros de la Organización de los Estados Americanos deberán
incorporar, por disposición de la ley, una serie de medidas alternativas o
sustitutivas a la privación de libertad, en cuya aplicación se deberán tomar
en cuenta los estándares internacionales sobre derechos humanos en esta
materia.
IV Principio de legalidad. Nadie podrá ser privado de su libertad física, salvo por las
causas y en las condiciones establecidas con anterioridad por el derecho interno,
toda vez que sean compatibles con las normas del derecho internacional de los
derechos humanos.
V Debido proceso legal. Toda persona privada de libertad tendrá derecho, en todo
momento y circunstancia, a la protección de y al acceso regular a jueces y tribunales
competentes, independientes e imparciales, establecidos con anterioridad por la ley.
VI Control judicial y ejecución de la pena. El control de legalidad de los actos de la
administración pública que afecten o pudieren afectar derechos, garantías o
beneficios reconocidos en favor de las personas privadas de libertad, así como el
control judicial de las condiciones de privación de libertad y la supervisión de la
ejecución o cumplimiento de las penas, deberá ser periódico y estar a cargo de
jueces y tribunales competentes, independientes e imparciales.
VII Petición y respuesta. Las personas privadas de libertad tendrán el derecho de
petición individual o colectiva, y a obtener respuesta ante las autoridades judiciales,
administrativas y de otra índole. Este derecho podrá ser ejercido por terceras
personas u organizaciones, de conformidad con la ley.
VIII Derechos y restricciones. Las personas privadas de libertad gozarán de los mismos
derechos reconocidos a toda persona en los instrumentos nacionales e
internacionales sobre derechos humanos, a excepción de aquéllos cuyo ejercicio
esté limitado o restringido temporalmente, por disposición de la ley y por razones
inherentes a su condición de personas privadas de libertad.
IX Ingreso, registro, examen médico y traslados.
1. Ingreso: Las autoridades responsables de los establecimientos de
privación de libertad no permitirán el ingreso de ninguna persona para
efectos de reclusión o internamiento, salvo si está autorizada por una
orden de remisión o de privación de libertad, emitida por autoridad
judicial, administrativa, médica u otra autoridad competente, conforme a
los requisitos establecidos por la ley.
2. Registro: Los datos de las personas ingresadas a los lugares de
privación de libertad deberán ser consignados en un registro oficial, el
cual será accesible a la persona privada de libertad, a su representante
y a las autoridades competentes.
3. Examen médico: Toda persona privada de libertad tendrá derecho a que
se le practique un examen médico o psicológico, imparcial y confidencial,
practicado por personal de salud idóneo inmediatamente después de su
ingreso al establecimiento de reclusión o de internamiento, con el fin de
constatar su estado de salud físico o mental, y la existencia de cualquier
herida, daño corporal o mental; asegurar la identificación y tratamiento
de cualquier problema significativo de salud; o para verificar quejas
sobre posibles malos tratos o torturas o determinar la necesidad de
atención y tratamiento.
4. Traslados: Los traslados de las personas privadas de libertad deberán
ser autorizados y supervisados por autoridades competentes, quienes
respetarán, en toda circunstancia, la dignidad y los derechos
fundamentales, y tomarán en cuenta la necesidad de las personas de
estar privadas de libertad en lugares próximos o cercanos a su familia,
a su comunidad, al defensor o representante legal, y al tribunal de
justicia u otro órgano del Estado que conozca su caso.
X Salud. Las personas privadas de libertad tendrán derecho a la salud, entendida como
el disfrute del más alto nivel posible de bienestar físico, mental y social, que incluye,
entre otros, la atención médica, psiquiátrica y odontológica adecuada; la
disponibilidad permanente de personal médico idóneo e imparcial; el acceso a
tratamiento y medicamentos apropiados y gratuitos; la implementación de programas
de educación y promoción en salud, inmunización, prevención y tratamiento de
enfermedades infecciosas, endémicas y de otra índole; y las medidas especiales
para satisfacer las necesidades particulares de salud de las personas privadas de
libertad pertenecientes a grupos vulnerables o de alto riesgo, tales como: las
personas adultas mayores, las mujeres, los niños y las niñas, las personas con
discapacidad, las personas portadoras del VIH-SIDA, tuberculosis, y las personas
con enfermedades en fase terminal. El tratamiento deberá basarse en principios
científicos y aplicar las mejores prácticas.
XI Alimentación y agua potable.
1. Alimentación: Las personas privadas de libertad tendrán derecho a
recibir una alimentación que responda, en cantidad, calidad y
condiciones de higiene, a una nutrición adecuada y suficiente, y tome en
consideración las cuestiones culturales y religiosas de dichas personas,
así como las necesidades o dietas especiales determinadas por criterios
médicos. Dicha alimentación será brindada en horarios regulares, y su
suspensión o limitación, como medida disciplinaria, deberá ser prohibida
por la ley.
2. Agua potable: Toda persona privada de libertad tendrá acceso en todo
momento a agua potable suficiente y adecuada para su consumo. Su
suspensión o limitación, como medida disciplinaria, deberá ser prohibida
por la ley.
XII Albergue, condiciones de higiene y vestido.
1. Albergue: Las personas privadas de libertad deberán disponer de
espacio suficiente, exposición diaria a la luz natural, ventilación y
calefacción apropiadas, según las condiciones climáticas del lugar de
privación de libertad.
2. Condiciones de higiene: Las personas privadas de libertad tendrán
acceso a instalaciones sanitarias higiénicas y suficientes, que aseguren
su privacidad y dignidad. Asimismo, tendrán acceso a productos básicos
de higiene personal, y a agua para su aseo personal, conforme a las
condiciones climáticas.
3. Vestido: El vestido que deben utilizar las personas privadas de libertad
será suficiente y adecuado a las condiciones climáticas, y tendrá en
cuenta la identidad cultural y religiosa de las personas privadas de
libertad. En ningún caso las prendas de vestir podrán ser degradantes
ni humillantes.
XIII Educación y actividades culturales. Las personas privadas de libertad tendrán
derecho a la educación, la cual será accesible para todas las personas, sin
discriminación alguna, y tomará en cuenta la diversidad cultural y sus necesidades
especiales.
XIV Trabajo. Toda persona privada de libertad tendrá derecho a trabajar, a tener
oportunidades efectivas de trabajo, y a recibir una remuneración adecuada y
equitativa por ello, de acuerdo con sus capacidades físicas y mentales, a fin de
promover la reforma, rehabilitación y readaptación social de los condenados,
estimular e incentivar la cultura del trabajo, y combatir el ocio en los lugares de
privación de libertad. En ningún caso el trabajo tendrá carácter aflictivo.
XV Libertad de conciencia y religión. Las personas privadas de libertad tendrán derecho
a la libertad de conciencia y religión, que incluye el derecho de profesar, manifestar,
practicar, conservar y cambiar su religión, según sus creencias; el derecho de
participar en actividades religiosas y espirituales, y ejercer sus prácticas
tradicionales; así como el derecho de recibir visitas de sus representantes religiosos
o espirituales.
XVI Libertad de expresión, asociación y reunión. Las personas privadas de libertad
tendrán derecho a la libertad de expresión en su propio idioma, asociación y reunión
pacíficas, tomando en cuenta los límites estrictamente necesarios en una sociedad
democrática, para respetar los derechos de los demás o para proteger la salud o la
moral públicas, y para preservar el orden público, la seguridad y la disciplina interna
en los lugares de privación de libertad, así como los demás límites permitidos en las
leyes y en el derecho internacional de los derechos humanos.
XVII Medidas contra el hacinamiento. La autoridad competente definirá la cantidad de
plazas disponibles de cada lugar de privación de libertad conforme a los estándares
vigentes en materia habitacional. Dicha información, así como la tasa de ocupación
real de cada establecimiento o centro deberá ser pública, accesible y regularmente
actualizada. La ley establecerá los procedimientos a través de los cuales las
personas privadas de libertad, sus abogados, o las organizaciones no
gubernamentales podrán impugnar los datos acerca del número de plazas de un
establecimiento, o su tasa de ocupación, individual o colectivamente. En los
procedimientos de impugnación deberá permitirse el trabajo de expertos
independientes.
XVIII Contacto con el mundo exterior. Las personas privadas de libertad tendrán derecho
a recibir y enviar correspondencia, sujeto a aquellas limitaciones compatibles con el
derecho internacional; y a mantener contacto personal y directo, mediante visitas
periódicas, con sus familiares, representantes legales, y con otras personas,
especialmente con sus padres, hijos e hijas, y con sus respectivas parejas.
Tendrán derecho a estar informadas sobre los acontecimientos del mundo exterior
por los medios de comunicación social, y por cualquier otra forma de comunicación
con el exterior, de conformidad con la ley.
XIX Separación de categorías. Las personas privadas de libertad pertenecientes a
diversas categorías deberán ser alojadas en diferentes lugares de privación de
libertad o en distintas secciones dentro de dichos establecimientos, según su sexo,
edad, la razón de su privación de libertad, la necesidad de protección de la vida e
integridad de las personas privadas de libertad o del personal, las necesidades
especiales de atención, u otras circunstancias relacionadas con cuestiones de
seguridad interna.
XX Personal de los lugares de privación de libertad. El personal que tenga bajo su
responsabilidad la dirección, custodia, tratamiento, traslado, disciplina y vigilancia de
personas privadas de libertad, deberá ajustarse, en todo momento y circunstancia,
al respeto a los derechos humanos de las personas privadas de libertad y de sus
familiares.
XXI Registros corporales, inspección de instalaciones y otras medidas. Los registros
corporales, la inspección de instalaciones y las medidas de organización de los
lugares de privación de libertad, cuando sean procedentes de conformidad con la
ley, deberán obedecer a los criterios de necesidad, razonabilidad y proporcionalidad.
XXII Régimen disciplinario.
1. Sanciones disciplinarias: Las sanciones disciplinarias que se adopten en
los lugares de privación de libertad, así como los procedimientos
disciplinarios, deberán estar sujetas a control judicial y estar
previamente establecidas en las leyes, y no podrán contravenir las
normas del derecho internacional de los derechos humanos.
2. Debido proceso legal: La determinación de las sanciones o medidas
disciplinarias y el control de su ejecución estarán a cargo de autoridades
competentes, quienes actuarán en toda circunstancia conforme a los
principios del debido proceso legal, respetando los derechos humanos y
las garantías básicas de las personas privadas de libertad, reconocidas
por el derecho internacional de los derechos humanos.
3. Medidas de aislamiento: Se prohibirá, por disposición de la ley, las
medidas o sanciones de aislamiento en celdas de castigo.
4. Prohibición de sanciones colectivas: Se prohibirá por disposición de la
ley la aplicación de sanciones colectivas.
5. Competencia disciplinaria: No se permitirá que las personas privadas de
libertad tengan bajo su responsabilidad la ejecución de medidas
disciplinarias, o la realización de actividades de custodia y vigilancia, sin
perjuicio de que puedan participar en actividades educativas, religiosas,
deportivas u otras similares, con participación de la comunidad, de
organizaciones no gubernamentales y de otras instituciones privadas.
XXIII Medidas para combatir la violencia y las situaciones de emergencia.
1. Medidas de prevención: De acuerdo con el derecho internacional de los
derechos humanos, se adoptarán medidas apropiadas y eficaces para
prevenir todo tipo de violencia entre las personas privadas de libertad, y
entre éstas y el personal de los establecimientos.
2. Criterios para el uso de la fuerza y de armas: El personal de los lugares
de privación de libertad no empleará la fuerza y otros medios coercitivos,
salvo excepcionalmente, de manera proporcionada, en casos de
gravedad, urgencia y necesidad, como último recurso después de haber
agotado previamente las demás vías disponibles, y por el tiempo y en la
medida indispensables para garantizar la seguridad, el orden interno, la
protección de los derechos fundamentales de la población privada de
libertad, del personal o de las visitas.
3. Investigación y sanción: Los Estados Miembros de la Organización de
los Estados Americanos realizarán investigaciones serias, exhaustivas,
imparciales y ágiles sobre todo tipo de actos de violencia o situaciones
de emergencia ocurridas al interior de los lugares de privación de
libertad, con el fin de esclarecer sus causas, individualizar a los
responsables e imponer las sanciones legales correspondientes.
XXIV Inspecciones institucionales. De conformidad con la legislación nacional y el derecho
internacional se podrán practicar visitas e inspecciones periódicas en los lugares de
privación de libertad, por parte de instituciones y organizaciones nacionales e
internacionales, a fin de verificar, en todo momento y circunstancia, las condiciones
de privación de libertad y el respeto de los derechos humanos.
XXV Interpretación. Con el fin de respetar y garantizar plenamente los derechos y las
libertades fundamentales reconocidas por el sistema interamericano, los Estados
Miembros de la Organización de los Estados Americanos deberán interpretar
extensivamente las normas de derechos humanos, de tal forma que se aplique en
toda circunstancia las cláusulas más favorables a las personas privadas de libertad.
(OEA, 2015)
Con estos principios, la OEA y el Estado Mexicano como miembro, han de corregir las
deficiencias del sistema penal inquisitivo-mixto, con el nuevo sistema penal acusatorio y
oral, basados en los Derechos Humanos.
Pero, antes, están los medios de solución de conflictos, que dan la oportunidad a las partes
de llegar a un acuerdo para solucionar las diferencias, claro está, que en algunos casos no
será posible por las graves consecuencias del delito y la parte activa tenga que ser detenida
por la peligrosidad del acto delictivo cometido, porque la sociedad actual vive con
desafuero, es decir, en contra de la ley, de la justica y de la razón. Por tanto, la OEA,
propone un cambio que frenará la corrupción del antiguo sistema penal por otro que
garantiza una nueva forma de proceder de los individuos y de las autoridades ante el
Derecho Procesal y Penal, en un Estado Pleno de Derecho.
Fuentes de consulta
OEA. (2015). www.oas.org. Obtenido de www.oas.org:
http://www.oas.org/es/cidh/mandato/Basicos/PrincipiosPPL.asp