Astrologia Lunar y Astral
Astrologia Lunar y Astral
Astrologia Lunar y Astral
Etimología[editar]
La palabra astrología proviene del latín astrologĭa /astrologuía/ y esta del
griego ἀστρολογία /astrologuía/.10 Está compuesta por las palabras άστρον /ástron/
‘estrellas’, que a su vez viene de ἀστῆρ /astḗr/ ‘estrella’, ‘constelación’, y λόγος /lógos/
‘compendio’, ‘tratado’, ‘discurso’; en este caso su significado se relaciona más con
«discurso», pues λογία /loguía/ es un sufijo que denota, en general, disciplina o material de
enseñanza.10
El lexema ἀστῆρ /astḗr/ está vinculado con las raíces protoindoeuropeas *ster~/*~stel
(sust.) ‘estrella’ presente en la palabra castiza «estrella» que llega desde la latina «stella».
También puede vérsele en: astronomía, asteroide, asterisco, desastre, desastroso y
muchas otras.11
El lexema ~λογία /logíā/ viene de λόγος /lógos/ ‘palabra’, ‘expresión’ y está vinculado a la
raíz indoeuropea *leg~ ‘coger’, ‘escoger’, más el lexema ~ία /~íā/ ‘acción’, ‘cualidad’. Este
vocablo pasó a significar «discurso» y después «tratado» y «ciencia». Puede vérsela en:
biología, cardiología, dermatología, enología, meteorología, metodología y muchas más.12
Etimológicamente hablando la astrología es «el discurso sobre las estrellas», que se
centra en mayor medida en el sol, la luna y los planetas del sistema solar y, en menor
medida, en las estrellas; como por ejemplo: Espiga, Antares y Regulus, y
en galaxias como Andrómeda.
Historia[editar]
Artículo principal: Historia de la astrología
El observatorio Caracol en la antigua ciudad de Chichén Itzá en México. Una escalera de caracol
situada en el interior, y que semeja una especie de caparazón, conduce a distintas ventanas que se
encuentran orientadas hacia la posición que ocupan los distintos planetas del firmamento en
diferentes épocas del año.
Muchas culturas, como la hindú,b la china, la maya y otras más, le han atribuido
importancia a los eventos astronómicos por lo que desarrollaron elaborados sistemas para
predecir los eventos terrestres basándose en las observaciones de la bóveda celeste. En
Occidente, la astrología muy a menudo consiste en un sistema de horóscopos —diagrama
que representa al cielo al momento de algún evento—, y en la interpretación o lectura de
la carta astral —gráfico que representa al firmamento al momento del nacimiento de una
persona—, lo que les permite a la mayoría de astrólogos de oficio comprender el pasado,
conocer el presente y predecir el futuro,13 buscando así explicar las características de
la personalidad de un individuo basándose en las posiciones del sol, la luna y otros
cuerpos celestes.
Se estima que la astrología existe desde por lo menos el segundo milenio antes de nuestra
era y sus raíces parecen ser los calendarios agrícolas que se utilizaban para predecir los
cambios estacionales y para interpretar los ciclos celestes como señales de comunicación
divina.14 Una forma de astrología se practicaba durante la primera
dinastía mesopotámica (1950-1651 a. C). La astrología china se desarrolló durante
la dinastía Zhou (1046-256 a. C). Después del 332 a. C. la astrología helenística se mezcló
con la astrología decánica de origen egipcio, concretamente de Alejandría, creando lo que
se conoce como el horóscopo astrológico. La conquista de Asia Menor por Alejandro
Magno permitió la propagación de la astrología a las antiguas Grecia y Roma. En esta
última, la astrología fue asociada con la «sabiduría caldea». Después de la conquista
de Alejandría por parte de los musulmanes, en el siglo VII d. C., la astrología fue estudiada
por los eruditos islámicos quienes tradujeron los textos helenísticos al árabe preclásico y
al persa medio. Durante el siglo XII d. C. los textos árabes fueron importados
a Europa y traducidos al latín, lo que ayudó a iniciar el Renacimiento europeo cuando los
principales astrónomos como Galileo Galilei (1564-1642), Tycho Brahe (1546-1601)
y Johannes Kepler (1571-1630); fungían como astrólogos de las respectivas cortes reales
de sus países. En la literatura renacentista aparecen referencias astrológicas en las obras
de poetas como Dante Alighieri (1265-1321) y Geoffrey Chaucer (1343-1400) y de
dramaturgos como Lope de Vega (1562-1635), Christopher Marlowe (1564-1593), William
Shakespeare (1564-1616) y Pedro Calderón de la Barca (1600-1681).
A lo largo de su historia, la astrología fue aceptada en los contextos políticos y académicos
como una tradición erudita y era parte integral de otros estudios como la astronomía,
la alquimia, la meteorología y la medicina.15 Hacia el final del siglo XVII d. C., nuevos
conceptos como el heliocentrismo de la astronomía y la mecánica newtoniana de la física,
pusieron en duda los fundamentos de la astrología, logrando con ello que la misma
perdiese su posición académica y teórica, y por esto la creencia común en ella se ha ido
reduciendo en gran medida.16
Antigüedad[editar]
Véanse también: Historia antigua y Astrología babilónica.
Parte superior de una tablilla de arcilla, faltan el principio del anverso y el final del reverso. Contiene
pronósticos astrológicos. Es copia de la llamada Tablilla de Venus de Ammisaduqa, del
periodo neoasirio. Museo británico.
El zodiaco de Dendera, eclipse solar del 7 de marzo del 51 a. C. Museo del Louvre; París, Francia.
Augusto emperador de la antigua Roma. El césar Augusto era capricorniano. Tanto confiaba en la
astrología que publicó su horóscopo e hizo acuñar monedas de plata y oro con la representación de
su signo zodiacal.
La conquista de Asia Menor por Alejandro Magno, expuso a los griegos a las ideas
provenientes de Siria, Babilonia, Persia y Asia Central.30 Alrededor del 280 a. C., Beroso el
Caldeo, sacerdote de Bel en Babilonia, se trasladó a la isla griega de Cos para enseñar la
astrología de la cultura babilónica.31 Para el siglo I a. C., existían dos variedades de
astrología; la que usaba horóscopos para describir el pasado, presente y futuro; y la
astrología teúrgica que hacía hincapié en la ascensión del alma hacia las estrellas.32 La
influencia griega cumplió una función crucial en la transmisión de la teoría astrológica
a Roma.33
La primera referencia clara sobre la astrología en Roma, viene del orador Catón el
Viejo (234-149 a. C.), quien en el 160 a. C. advirtió a los capataces agrícolas de no
consultar a los caldeos34 a quienes describió como los «observadores de estrellas».35
Babilonia —conocida también como Caldea— fue tan identificada con la astrología que
entre los griegos y los romanos la expresión «sabiduría caldea» se convirtió
en sinónimo de adivinación mediante la observación de los planetas y las estrellas.36
El poeta y satírico romano Décimo Junio Juvenal del siglo II d. C., se quejó de la
permanente influencia de los caldeos, diciendo «[...] Pero en los caldeos será mayor la
confianza: todo cuanto diga un astrólogo creerán que ha sido traído de la fuente de
Ammón, [...]».37
Uno de los primeros astrólogos que llevó la astrología hermética a Roma fue el gramático
de la lengua griega, de la lengua egipcia y comentarista literario egipcio Trasilo de
Mendes (c. Segunda mitad del siglo I a. C.-Primera mitad del siglo I d. C.), astrólogo del
emperador Tiberio33 (42 a. C.-37 d. C.), quien fue el primero en tener un astrólogo en su
corte,38 aunque su predecesor el césar Augusto (63 a. C.-14 d. C.) se apoyó en la
astrología para legitimar sus derechos imperiales.39
Objeciones en la antigüedad[editar]
El jurista, político, filósofo, escritor y orador Cicerón (106-43 a. C.) postuló la objeción de
los gemelos, los cuales nacen con poca diferencia de tiempo pero sus personalidades
pueden ser muy diferentes. Este postulado fue desarrollado más tarde por San Agustín.40
Cicerón sostuvo que, la influencia de los planetas que están más allá de la Luna podrían
tener solo una pequeñísima influencia en la Tierra en comparación con su satélite.41
También argumentó que si la astrología explica todo sobre el destino de una persona,
entonces se omite, erróneamente, el visible efecto de las capacidades heredadas y la
crianza de los hijos sobre el destino de los individuos; los cambios en la salud gracias a las
medicinas o los efectos del clima en las personas.42
El filósofo griego sofista Favorino (80-160) argumentó que era absurdo imaginar que las
estrellas y los planetas afectan a los cuerpos humanos de la misma forma en que afectan
a las mareas,43 y es igualmente absurdo que pequeños movimientos en los cielos
ocasionen grandes cambios en el destino de las personas. El médico y filósofo griego
del escepticismo pirroniano Sexto Empírico (c.160-c.210) arguyó que era absurdo vincular
atributos humanos con los mitos sobre los signos del zodiaco.44 El filósofo y orador
griego Carnéades (c. 214-c. 129 a. C.) alegó que la creencia en el destino niega el libre
albedrío y la moral; que las personas nacidas en diferentes momentos pueden morir todas
en el mismo accidente o batalla; y que, contrariamente a las uniformes influencias de las
estrellas, tribus y culturas son todas diferentes.45
El filósfo griego neoplátonico Plotino (205-270) planteó que, ya que las estrellas fijas son
mucho más distantes que los planetas, es risible imaginar que el efecto de los planetas
sobre la humanidad deba depender de su posición con respecto al zodiaco. También
sostuvo que es falsa la interpretación que afirma que las conjunciones de la Luna con los
planetas, sean tan benéficas como llena esté la Luna, y maléficas como menguante esté;
según Plotino esto es evidentemente falso, pues desde el punto de vista de la Luna, la
mitad de su superficie siempre estará iluminada por la luz solar. Debido a la perspectiva
desde la Tierra, menguante debería ser mejor, pues la Tierra recibe algo de luz de Luna,
pero cuando desde nuestra perspectiva ella está llena, la faz que mira a la Tierra está
oscura, por lo tanto debería ser malo.46
Medioevo[editar]
India[editar]
Véase también: Yiotisha
Los principales textos sobre los que se basa la astrología clásica de la India son las
primeras recopilaciones medievales, especialmente la Brihat Parashara Hora
Sastra (AITS: Bṛhat Parāśara Horā Śāstra) y la Saravali (AITS: Sārāvalī), esta última fue
escrita por Kalyanavarman (AITS: Kalyāṇavarman). La Hora Sastra es una obra
compuesta de 71 capítulos, de los cuales la primera parte, capítulos 1 a 51, data entre el
siglo VI d. C. hasta principios del VII d. C.; y la segunda parte, capítulos 52 a 71, data del
siglo VIII d. C. en adelante. Igualmente la Saravali puede fecharse alrededor del año
800 d. C.47 Las traducciones al inglés de estos textos fueron publicadas por N. N. Krishna
Rau y V. B. Choudhari en 1963 y 1961, respectivamente.
Mundo musulmán[editar]
Artículo principal: Astrología en el mundo musulmán medieval
Este manuscrito de estilo compuesto, fue copiado en un modelo yalayerí por un pintor de origen
persa, Qanbar 'Ali Naqqash Shirazi, probablemente bajo los mamelucos. Las treinta y seis secciones
que contiene corresponden a los decanatos de los signos del zodíaco.
Tras la conquista de Alejandría por los árabes en el siglo VII d. C. y la fundación del califato
abasí en siglo VIII d. C., la astrología fue estudiada por los eruditos árabes. El
segundo califa abasí Al-Mansur (712-775), fundó la ciudad de Bagdad para que fuese un
centro de aprendizaje, incluyendo en su diseño una biblioteca de traducciones que fue
conocida como la «Casa de la sabiduría» (en árabe en árabe, بيت الحكمة/Bayt al-Hikmah/),
que fue la encargada de seguir desarrollando la herencia cultural y promovió ampliamente
la traducción de los textos astrológicos helenísticos al árabe preclásico y al persa medio.
Los primeros traductores incluyen a Mashallah ibn Athari, que ayudó a elegir el momento
propicio para la fundación de Bagdad,48 y a Sahl ibn Bishr, también conocido como «Zael»,
cuyos textos tuvieron directa influencia sobre los astrólogos europeos posteriores
como Guido Bonatti del siglo XIII d. C. y William Lilly del siglo XVII d. C..49 Los
conocimientos habidos en los textos árabes, llegaron a Europa gracias a las traducciones
al latín en el siglo XII d. C.. Estos saberes fueron uno de los impulsores
del Renacimiento europeo.
Europa[editar]
El primer libro astrológico publicado en Europa fue el Liber Mundi Planetis et
Climatibus (Libro de los planetas y regiones del mundo), que apareció entre el 1010 y el
1027, y que pudo haber sido escrito por Gerberto de Aurillac (c. 945-1003), papa
Silvestre II.50 El Tetrabiblos de Claudio Ptolomeo fue traducido al latín por Platón de
Tívoli en 1138.50 El teólogo dominico Tomás de Aquino (1224 o 1225-1274) siguió la
propuesta aristotélica de que las estrellas gobiernan el imperfecto cuerpo «sublunar», en
un intento por conciliar la astrología con el cristianismo que afirmaba que Dios gobierna el
alma.51 Se dice que el matemático, astrónomo, astrólogo y médico italiano del
siglo XIII d. C., Campano de Novara (1220-1296), fue quien ideó el sistema de las casas
astrológicas que divide la prima vertical en «casas», todas ellas en arcos iguales de 30°,52
aunque este sistema ya estaba siendo utilizado en el Oriente.53 El astrónomo del
siglo XIII d. C. Guido Bonatti escribió el Liber Astronomicus (Libro astronómico), del
cual Enrique VII de Inglaterra era propietario de una copia hacia finales del siglo XV d. C..52
En la cántica del Paraíso, que es la parte final del poema medieval la Divina Comedia, el
poeta italiano Dante Alighieri hace referencia a los planetas astrológicos con lujo de
detalles,54 aunque adaptando la astrología tradicional a su punto de vista del cristianismo.
Por ejemplo: usa el pensamiento astrológico en sus profecías sobre la reforma a la
cristiandad.55
Objeciones medievales[editar]
Rodolphi Goclenii Iun D. Aula Isenburgic de medicina ordinaria (1603). Horóscopo; xilografía sobre
papel; fototeca alemana, Dresde, Sajonia, Alemania.
Renacimiento[editar]
Véase también: Renacimiento