Diabetes
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DIABETES
Qué es
La diabetes es una enfermedad crónica que se origina porque el páncreas no sintetiza la
cantidad de insulina que el cuerpo humano necesita, la elabora de una calidad inferior o no
es capaz de utilizarla con eficacia.
La insulina es una hormona producida por el páncreas. Su principal función es el
mantenimiento de los valores adecuados de glucosa en sangre. Permite que la glucosa entre
en el organismo y sea transportada al interior de las células, en donde se transforma en
energía para que funcionen los músculos y los tejidos. Además, ayuda a que las células
almacenen la glucosa hasta que su utilización sea necesaria.
En las personas con diabetes hay un exceso de glucosa en sangre (hiperglucemia), ya que
no se distribuye de la forma adecuada. Noemí González, secretaria de la Sociedad Española
de Diabetes (SED) y especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital La Paz, de
Madrid, explica que la glucosa elevada puede ser perjudicial "para todo el organismo, pero
principalmente para el corazón, el riñón y las arterias, por lo que las personas que tienen
diabetes y no lo saben o no la tratan tienen más riesgo de problemas renales, infartos,
pérdida de visión y amputaciones de miembros inferiores".
Causas
Luis Ávila, vocal de la Junta Directiva de la SED, apunta que "no se conoce la causa exacta
de la diabetes, entre otras cosas porque hay muchos tipos diferentes". De hecho, el
momento de aparición de la enfermedad, las causas y los síntomas que presentan los
pacientes dependen del tipo de diabetes:
Diabetes tipo 1
Aparece generalmente en niños, aunque también puede iniciarse en adolescentse y
adultos. Suele presentarse de forma brusca y muchas veces independientemente de que
existan antecedentes familiares.
Se produce una destrucción de las células que producen la insulina en el páncreas (las
células beta) por autoanticuerpos. "Es decir, el organismo ataca a sus propias células como
si fueran extrañas (como ocurre en la enfermedad celíaca, y en otras enfermedades
autoinmunes)", aclara González. El mecanismo inicial que induce la aparición de estos
anticuerpos no está totalmente identificado y es muy complejo. Se investiga si el origen
está, según Ávila, en "una predisposición genética que, debido a diferentes factores
ambiantales, produce esa respuesta autoinmune que destruye esas células".
Diabetes gestacional
Durante el embarazo la insulina aumenta para incrementar las reservas de energía. A veces,
este incremento no se produce, lo que puede originar una diabetes gestacional. Suele
desaparecer tras el parto, pero estas mujeres tienen un alto riesgo de desarrollar diabetes
tipo 2 a lo largo de su vida.
Síntomas
Entre los posibles síntomas de una elevación de la glucosa se encuentran los siguientes:
Mucha sed (polidipsia).
Sensación de mucha hambre (polifagia).
Necesidad de orinar continuamente, incluso de noche (poliuria).
Pérdida de peso, a pesar de comer mucho.
Cansancio.
Visión borrosa.
Hormigueo o entumecimiento de manos y pies.
Infecciones fúngicas en la piel recurrentes.
Si la glucosa sube despacio, de forma progresiva (en general, en la diabetes tipo 2), pueden
pasar años hasta que comiencen los síntomas, y por ello la enfermedad puede pasar
inadvertida. "Que no duela no quiere decir que no haga daño, y de ahí la importancia del
diagnóstico precoz para prevenir la aparición de complicaciones", recalca González.
Tipos
Diabetes Mellitus tipo 1
Está causada por la destrucción de las células productoras de insulina. Suele aparecer en la
infancia.
Diabetes gestacional
Aparece en entre un 2 y un 5 por ciento de los embarazos. Se asocia a complicaciones
maternofetales si no se trata adecuadamente.
Tratamientos
El tratamiento de la diabetes se basa en tres pilares: dieta, ejercicio físico y medicación.
Tiene como objetivo mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de la normalidad
para minimizar el riesgo de complicaciones asociadas a la enfermedad.
La insulina es el único tratamiento para la diabetes tipo 1. hoy en día solo puede
administrarse inyectada, ya sea con plumas de insulina o con sistemas de infusión continua
(bombas de insulina). "Es preciso ajustar la administración de insulina a lo que la persona
come, la actividad que realiza y sus cifras de glucosa, por lo que el paciente debe medirse
la glucosa de forma frecuente, mediante el uso de glucómetros (pinchándose los dedos) o
con sensores de glucosa interticial (alguno ya está financiado en varias comunidades
autónomas), de forma más sencilla y menos dolorosa", comenta González.
La diabetes tipo 2 tiene un abanico terapéutico más amplio. En este caso, a diferencia de
los pacientes con diabetes tipo 1, no siempre va a ser precisa la administración insulina.
Adoptando un estilo de vida saludable y perdiendo peso, los niveles de glucosa pueden
normalizarse.
Junto a ello, añade la endocrinóloga, "el uso de uno o más fármacos que ayuden a que la
insulina funcione mejor van a ser la mejor opción de tratamiento". Según Ávila, el fármaco
que se prescriba "dependerá fundamentalmente de las características clínicas del
paciente". Los grupos terapéuticos disponibles son los siguientes:
Complicaciones
Existe una relación directa entre el cumplimiento del tratamiento y un adecuado control
glucémico, que a su vez se relaciona con el riesgo de desarrollar complicaciones crónicas
asociadas a la diabetes.
Según el miembro de la junta directiva de la SED, "actualmente la diabetes es la primera
causa de diálisis y de amputaciones no traumáticas, además de ser una causa muy
importante de ceguera". Asimismo, "tiene una gran influencia en el desrrollo de problemas
circulatorios, como angina de pecho e infarto".
En esta misma línea, González resalta que "la diabetes puede pasar desapercibida durante
años, en los que ya produce complicaciones. Por lo tanto, es importante acudir al médico
de atención primaria en caso de historia familiar de diabetes o factores de riesgo (obesidad,
hipertensión, diabetes gestacional) para realizarse un análisis de glucosa".