Hombro Doloroso

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HOMBRO DOLOROSO

Hace referencia al dolor de partes blandas que no afectan a los huesos, sino
más bien a los músculos, tendones, cápsulas articulares, bolsas sinoviales y
líquido sinovial.

FISIOPATOLOGIA

El hombro doloroso puede tener causas muy diversas, el hombro es la


articulación con mayor movilidad del cuerpo humano, en el no hay un cotilo
profundo que reciba la cabeza del hueso (cabeza del húmero) y la estabilice,
sino que son los músculos, tendones y ligamentos de la cabeza los que la
mantienen en su posición correcta.

Las más frecuentes causas del dolor de hombro son las siguientes:
Síndrome de pinzamiento del hombro: Aparece al adoptar determinadas
posiciones, sobre todo al elevar lateralmente el brazo (abducción) o al soportar
una carga. El movimiento estrecha el espacio en la zona de la articulación, este
no basta para albergar todas las estructuras que concurren en él y el tejido
choca contra el acromion o queda aprisionado en él.

Lesión o desgarro del llamado manguito de los rotadores: Este es


fundamental para proporcionar estabilidad a la articulación glenohumeral, para
lo cual los músculos que lo componen han de trabajar de manera coordinada
sin fricciones y tener fuerza suficiente. Si se produce un desgarro de uno de los
tendones aparecen dolores y la movilidad del brazo queda limitada

Hombro rígido doloroso (hombro congelado) o periartritis


escapulohumeral: El hombro rígido doloroso o inflamación de la articulación
del hombro es una patología dolorosa de los tendones, cápsulas articulares y
bolsas sinoviales en la región del manguito de los rotadores de la articulación
del hombro, provocando una reducida o nula movilidad de la articulación.

Artrosis: Desgaste del cartílago producido por sobre esfuerzos (practicar


entrenamiento con pesas durante años), estrechamiento de la interlínea
articular en personas de edad avanzada, enfermedades reumáticas (como
la artritis reumatoide) o trastornos circulatorios.

Fracturas y lesiones: la fractura de clavícula provocada por sobre esfuerzos


prolongados a lo largo de años, conllevan dolores intensos y limitaciones de
movilidad.

Dislocación de la articulación glenohumeral (luxación de hombro): Cabe


diferenciar tres tipos:

Dislocación provocada por accidentes (luxación traumática): es


consecuencia directa de un accidente.

Dislocación recurrente (luxación recidivante postraumática): con posterioridad


a una luxación traumática, pueden aparecer nuevas luxaciones.
Dislocación habitual (luxación habitual): el húmero sale de la cavidad
glenoidea a consecuencia de la extensión excesiva o la flacidez de los
ligamentos, lo que puede deberse a causas congénitas.

Tendinitis: Los signos de desgaste determinados músculos del hombro


(supraespinoso, infraespinoso y músculo redondo menor) desencadena un
dolor en la parte superior lateral del hombro y en la eminencia mayor del
húmero donde se insertan los músculos (tubérculo mayor).

Bursitis: La inflamación de la bolsa sinovial del hombro puede aparecer a


causa de lesiones por sobrecarga mecánica prolongada, infecciones,
enfermedades reumáticas o hiperuricemia (gota).

Agarrotamiento o contractura muscular: Una contractura acompañada de


rigidez muscular pueden deberse a una postura corporal incorrecta o al estrés.
Estar sentado durante muchas horas puede provocar un agarrotamiento severo
en la cintura escapular, también aquellas personas que cargan demasiado
peso o lo hacen sobre un solo lado someten el hombro, la espalda y la nuca a
un sobreesfuerzo.

Enfermedades en otras partes del cuerpo, tumores, patologías


neurológicas, angiopatías: Las enfermedades psicosomáticas son estados,
problemas o patologías mentales que se manifiestan por medio de molestias
físicas; además, cabe la posibilidad de que patologías de otros órganos o
estructuras provoquen dolores que se propagan hasta los hombros, tales como
Dolores procedentes de la columna vertebral, síndrome del nervio
supraescapular, síndrome del opérculo torácico entre otras.

También una postura incorrecta constituye un riesgo para sufrir dolor


de hombro.
SIGNOS Y SINTOMAS

Dado que los síntomas aparecen, por lo general, al separar lateralmente el


brazo (abducción) y en determinadas áreas de movimiento, los médicos hablan
también del llamado arco doloroso (el dolor de hombro adquiere la máxima
intensidad en un ángulo de entre 60º y 120º). Los dolores provocados por el
síndrome de pinzamiento pueden irradiarse a gran distancia en dirección al
hombro.

El dolor nocturno, que se manifiesta cuando el paciente yace sobre el lado


afectado o se gira hacia él de manera inconsciente durante el sueño.

Los procesos patológicos de las vértebras cervicales de origen mecánico se


muestran a modo de trastornos de la movilidad y disfunciones de los hombros y
a los brazos.

Una patología de la articulación del lateral de la clavícula produce molestias


localizadas en la parte superior del hombro.

DIAGNOSTICO
Cuando un paciente presenta dolor de hombro, el diagnóstico puede englobar
diferentes fases, dado que el hombro doloroso es una de las consultas
ortopédicas más comunes, la exploración constituye un procedimiento rutinario.

Por lo general, en primer lugar, el facultativo interroga al afectado sobre su


historial clínico (anamnesis):

 ¿Existe una lesión conocida del hombro, por ejemplo, tras una caída o
colisión?

 ¿Desde cuándo persiste el dolor de hombro?

 ¿En qué momentos aparece el dolor? ¿De manera constante o solo al


ejecutar determinados movimientos?

 ¿De qué tipo de dolor se trata? ¿Es agudo, con sensación de ardor o sordo?

 ¿Está limitada la movilidad?

 ¿Se manifiesta el dolor también por las noches?

 ¿Existes factores de riesgo para sufrir lesiones o desgaste en el


hombro (por ejemplo, deportivos o laborales)?

Las respuestas del paciente proporcionan al médico los primeros indicios sobre
el posible origen del dolor de hombro.

A continuación se lleva a cabo un reconocimiento físico. La mera observación


de la postura corporal y los movimientos del afectado aporta información
valiosa para el diagnóstico. Al quitarse la camisa se muestran, en ocasiones,
secuencias de movimientos alteradas y se detecta una conducta de evitación:
el afectado protege el brazo para eludir el dolor. El especialista presta atención
a la forma y estado de los hombros, escápulas y clavículas, y examina la
posición de los brazos y posibles signos inusuales en la musculatura.

Es importante un reconocimiento por medio de maniobras y métodos


de exploración específicos; que permiten evaluar el funcionamiento de los
músculos del hombro, acotar las causas del dolor y poder establecer
un diagnóstico.
Algunas pruebas clínicas funcionales que se aplican en caso de dolor de
hombro u hombro doloroso son las siguientes:

Prueba de Job: el paciente, de pie o sentado, coloca los brazos en horizontal


(90º), los inclina en este plano 30º y rota las manos de modo que los pulgares
apuntan al suelo (como si se vertiera el contenido de una lata). El examinador
aplica una fuerza descendente sobre ambos brazos, que ejercen resistencia
contra este movimiento. Si el afectado no es capaz de oponerse a la fuerza en
suficiente medida con uno de los brazos o siente dolor es señal de rotura o
irritación del tendón del supraespinoso.

Prueba de abducción y rotación externa, el médico pide al paciente que


coloque ambas manos en la nuca (con los pulgares hacia abajo).

Además de las pruebas funcionales, el médico palpa las inserciones de los


tendones, las articulaciones y los puntos gatillo pueden provocar dolor al ser
tocados, no solo allí donde se ejerce la presión, sino en ocasiones también en
otras regiones corporales.

Se explora la zona del hombro en busca de acortamientos musculares y se


analiza la movilidad articular. Son de interés los movimientos de los brazos
contra una resistencia y la comprobación de la movilidad activa y pasiva.

Los procedimientos de imagen permiten examinar la articulación del hombro:

 Ecografía

 Examen radiológico

 Resonancia magnética nuclear (RMN)

 Tomografía axial computarizada (TAC)


INTERVENCION A REALIZAR ENFOCADO A LA ESTETICA

Existen medidas que contribuyen a suprimir la contractura muscular y


a prevenir su reaparición tales como la Quiroterapia, la terapia manual, la
fisioterapia.
El calor también suele ser útil para los dolores leves o los dolores derivados de
contracturas. En este sentido son recomendables:

Baños con hierbas medicinales: los baños no deben durar más de 15


minutos y, dado el caso, se ha de realizar un reposo posterior. Ponga el agua a
una temperatura similar a la del cuerpo (aproximadamente 37º C), una vez
calentada la musculatura es aconsejable practicar leves ejercicios de
estiramiento en la bañera. También la natación frecuente ha de llevarse a cabo
en piscinas de agua caliente.

Sauna: los pacientes con trastornos cardiovasculares, hipertiroidismo o


infecciones agudas deben abstenerse de utilizarla o consultar a su médico de
cabecera.

Chorros calientes: dirija un chorro de agua potente a los principales focos de


dolor durante 10-15 minutos.
Parches térmicos: los parches térmicos, disponibles en farmacia, se calientan
por sí solos a través de procesos químicos hasta alcanzar 40º C y mantienen
esta temperatura durante varias horas. El calor aplaca el dolor y puede
contribuir de manera natural al tratamiento.

Bolsas calientes (fango, parafina, lodo) o compresas de calor húmedo,


almohadillas eléctricas y calefactores.

Compresas térmicas: las compresas térmicas contienen, por ejemplo,


capsaicina, una sustancia que excita la piel, estimula la circulación sanguínea y
coadyuva por tanto al tratamiento.

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