Etnia Leco Bolivia
Etnia Leco Bolivia
Etnia Leco Bolivia
MUNICIPIO DE GUANAY
Población
La población del municipio hasta 1992 era de 27.319 habitantes (incluía a los habitantes de los actuales municipios
de Mapiri y Teoponte); que se incremento en el Censo Nacional de Población y Vivienda del 2001 (CNPV – 2001) a
28.833 habitantes; pero producto de la formación de los nuevos municipios Teoponte y Mapiri la población
disminuyo a 11.718 habitantes.
Ubicación
El municipio de Guanay está localizado al este de la provincia Larecaja del departamento de La Paz
(constituyéndose en su Segunda sección). Queda a 256 km. de la ciudad de La Paz a través de la carretera La Paz –
Caranavi y luego tomando la ruta Caranavi – Guanay.
Latitud y longitud
El Municipio Guanay se localiza en las siguientes coordenadas:
Latitud sur: entre los paralelos 15° 00’ y 16° 15’
Longitud Oeste: entre los paralelos 67° 15’ y 68° 30
Extensión
La Segunda Sección Municipal Guanay fue creada con una superficie de 6.705,91 Km2 de superficie, pero producto
de la creación de las nuevas secciones municipales: Teoponte y Mapiri quedo reducida a una superficie aproximada
de 2.681,1 km2 (dato estimado).
Creación
Guanay fue fundado el 24 de junio de 1805 por el Padre Miguel Dieguez con el nombre de San Antonio de Guanay.
El Municipio Guanay fue creado mediante Decreto Supremo N° 09398 del 17 de septiembre de 1.970 en el
Gobierno de Antonio Ovando Candia, elevándose luego a rango de Ley N° 654 el 18 de octubre de 1984.
Origen étnico
La población del municipio tiene una diversidad étnica muy variada, en la antigüedad habitaban la región los Lecos
y Muchanes, luego con la invasión de las culturas del altiplano (aymaras) se produjo un proceso de mezcla cultural
que transformó la región.
Con el proceso de colonización se asientan en la región familias provenientes principalmente del altiplano
(provincias Ingavi, Pacajes, Omasuyos, Aroma, etc., norte Potosí, etc.) que genera un municipio de características
pluriculturales peculiares.
En la actualidad un 40.2% de la población se autoidentifica como de origen aymara, el 26.5% de origen leco, 20.3%
de origen quechua y un 12.5% se identifica con otras culturas.
Pisos ecológicos
El ecosistema del municipio Guanay tiene una conformación variada, distinguiéndose los siguientes pisos
ecológicos: cordillera, valles interandinos y yungas, predominando en la mayor parte del territorio el piso ecológico
yungueño.
Altitud
El Municipio se encuentra a una altitud promedio de a 613 msnm, pero con un espectro que varían entre los 470
msnm a los 6.300 m.s.n.m. (nevado Pata Patani).
Temperatura
La mayor parte del municipio presenta un clima calido, sin embargo existen una marca diferencia entre las
temperaturas del sector andino en comparación al sector trópico. Se estima que la temperatura promedio del
municipio es de 23.8 ºC.:
Sector andino
Temperatura mínima: -10 ºC (en la cordillera)
Temperatura máxima: 17ºC (en los valles interandinos)
Sector trópico
Temperatura mínima: 8 ºC
Temperatura máxima: 35ºC
Precipitaciones pluviales
La precipitación pluvial promedio de los últimos diez años es de 1964 mm de agua. Las lluvias se presentan con
mayor intensidad en enero alcanzando los 364 mm. Julio es el mes con menor intensidad de lluvias con una
acumulación de 44 mm.
Recursos minerales
El municipio de Guanay se ha caracterizado desde mucho tiempo atrás por su gran producción de oro aluvial. El
territorio de la sección está localizado en la cuenca aurífera Tipuani – Mapiri cuya explotación se remonta a los
tiempos del incario, y que se profundizó con la explotación española, continuando durante la república hasta la
actualidad.
Recursos hídricos
El municipio pertenece a la cuenca del río Beni que a su vez forma parte de un sistema más grande: la Cuenca del
Amazonas.
El sistema hidrográfico municipal nace en la cordillera oriental descendiendo por el cantón San Juan de Challana,
el Municipio Tipuani, etc. atravesando el territorio de los cantones Santa Rosa de Challana y Guanay para
desembocar en el parque Madidi.
Recursos forestales
El municipio está localizado en una región donde la diversidad de especies forestales es muy importante.
Las principales especies de madera comercial son el cedro, gabú, mara, nogal y el roble; por otro lado las maderas
de uso doméstico más comunes son la ajipa, almendrillo, cedrillo, copal, etc.
Fauna
La riqueza en fauna de la región se encuentra representada por la presencia de mamíferos de talla mediana,
carnívoros, felinos y una variedad de primates; hay una gran variedad de aves, peces y reptiles.
Flora
La vegetación nativa del sector es abundante entre arbustivas y herbáceas; estas especies vegetales son
empleadas para diferentes usos: construcción, medicinales, para consumo humano, leña, etc.
Entre las variedades nativas del sector se tiene: chama chama, ambaybo, achachiri, ajipa (arbórea y mora), leche
leche, bitaca, ajo ajo, chima, gabu, granadilla, motacu, helecho, sabila, palma, pacaya, palmito, simayo, cresta de
gallo, hierva luisa, uña de gato, etc.
Atractivos turísticos
El sector andino tiene un enorme potencial turístico pero la falta de caminos hacen imposible su explotación
comercial. El paisaje de la región es el mayor potencial existente dado que es posible apreciar en un solo viaje los
nevados, el altiplano, descender a los valles interandinos e ingresar al monte virgen de los yungas observando en
el camino vertientes, cascadas ríos en los cuales existe abundante trucha criolla y sembradíos con una diversidad
de productos.
En el sector tropical existen ríos donde es posible practicar la pesca y el canotaje por el caudal de los ríos.
También existen vestigios de los caminos del inca, se puede explorar el cañón de Guasuli, las lagunas de Uyapi e
ingresar al parque Nacional Madidi donde es posible observar una diversidad de fauna y flora única en el mundo.
Flujo turístico
En el sector tropical el flujo turístico se presenta con mayor intensidad en el periodo de abril a septiembre,
debido a que en este lapso se tienen las fiestas del municipio y otras actividades.
La mayor parte de los visitantes proceden de la ciudad de La Paz y algunos de países como España, Israel, Canadá,
Norteamérica y Argentina.
En el sector andino el flujo turístico es prácticamente nulo debido al reducido tráfico vehicular.
ETNIA LECO
“Su incorporación a poblaciones económicamente activas como Guanay, ha hecho que esta etnia se asimile por
completo a la civilización occidental. Tan sólo conserva algunas costumbres de tipo material”, dice el antropólogo
Milton Eyzaguirre.
Asentados en las provincias Larecaja y Franz Tamayo, en el norte del departamento de La Paz, los lecos mantienen
muy poco de sus aspectos culturales, en especial los vinculados a temas espirituales, pues desde la época
precolombina han tenido una fuerte influencia aymara, inicialmente; luego, con la llegada de los españoles,
fueron uno de los pueblos más violentamente evangelizados. El investigador Wigberto Rivera estudió la economía
de este pueblo que “se basa fundamentalmente en la actividad agrícola, aunque también se dedican al
aprovechamiento forestal maderero. Ocasionalmente, además, cazan y pescan, pero cada vez la presión de la
población ahuyenta más la fauna silvestre”.
En cuanto a su organización social y política, se establecen varias etapas históricas de esta nación que
actualmente tiene su mayor asentamiento físico colectivo en la localidad de Apolo: organización anterior a las
misiones, organización en las misiones franciscanas, etapa de las parcialidades y la actual época del sindicato,
evidentemente con la influencia del sistema.
“Antes —apunta el antropólogo beniano—, el cacique de cada pueblo era la única autoridad reconocida y muy
respetada... su cargo era hereditario y vitalicio, pero para recibirlo y sostenerlo debía demostrar mejores
aptitudes que cualquier otro para la guerra y la conducción de las relaciones sociales internas, así como ser un
experto balsero, pescador y cazador”.
Antes de la llegada de las misiones de evangelización, en los numerosos grupos étnicos repartidos por la región,
entre los que estaban el pueblo leco, los aguachiles, pamainos y otros, era común el liderazgo basado en el
prestigio, vale decir que para mantenerse al frente de un clan, el líder debía demostrar con regularidad las
aptitudes que le hacían superior al resto.
El área o hábitat donde se asientan en la actualidad las comunidades y pueblos lecos es caracterizada
ecológicamente como ceja de selva, pues está ubicada exactamente en la transición de los andes a la amazonia.
DATOS
Habitantes: Censo: INE (2001): 132. Censo Conniob (Confederación Nacional de Nacionalidades Indígenas
Originarias de Bolivia) (2004): 2.700.
Ecorregión: Amazónica.
Departamento: La Paz.
Comunidades: Pucasucho, Inca, Trinidad, Mulihuara, Chíhmayo, Muiri, llipana Yuyo, Munaypata, Irimo, Correo,
Santo Domingo y otras.
LECO
DATOS GENERALES
1. HÁBITAT
El hábitat actual del pueblo leko comprende en parte el espacio subandino y en parte las
llanuras de la Amazonia. Partes del territorio leko se ubican en el Parque Nacional Madidi y en el
Área Natural de Manejo Integrado del mismo nombre. Dentro del territorio leko existen
reservas de oro, lo que ha atraído desde siglos a aventureros y empresas.
Prácticamente toda la región de Apolo está totalmente depredada por ganaderos que
desboscaron el monte hasta los altos de los cerros. Recién a distancias alejadas comienza la
nueva vegetación original de la región.
2. HISTORIA
El hábitat tradicional de los leko comprende los valles andinos bajos de los ríos Kaka y de sus
tributarios, los ríos Tipuani, Mapiri, Turiapo y Yuyo. Eran conocidos como excelentes balseros
que transitaban por estos ríos caudalosos. Las primeras descripciones sobre ellos datan de
1594, del padre Miguel Cabello de Balboa. Ya desde comienzos del siglo XVII entraron en
contacto con los españoles, ya sea para intercambiar productos o en acciones guerreras. En
1617, Pedro de Legui Urquiza encabezó una campaña contra los leko, pero fue vencido y
muerto por ellos. Varios intentos de misioneros agustinos y dominicos por establecer contacto
fallaron debido a la resistencia de los leko, que la ejercieron con igual ímpetu contra la
ocupación colonial.
Las fuentes refieren una importante sublevación dé lekos en la repartición de Zongo, liderado
por el cacique Guanaiquile. La Misión de Atén, fundada en 1699 por los franciscanos, logró
recién su consolidación en 1737. A esta fundación siguieron otras como Concepción de
Apolobamba y Santa Cruz de Valle Ameno. De la Misión Atén surgió el Cacique Santos Pariamo,
quien luchó, formando una guerrilla, contra los españoles. Llegó a ser nombrado Capitán del
ejército patriota. En 1815 fue derrocado y optó por el suicidio antes de caer en manos de los
españoles.
A fines del siglo XIX, durante el primer auge de la goma, los terratenientes comenzaron a
avasallar gran parte de las mejores tierras de los leko. Los gamonales lograron suprimir la
resistencia de los leko y a convertirlos en semiesclavos. Fue durante este tiempo que los leko
estuvieron a punto de desaparecer como pueblo indígena, y solamente pocos lograron
sobrevivir en zonas alejadas y aisladas.
Con el tiempo, los leko se mezclaron con indígenas del altiplano, pero manteniendo los modos
de ser y pensar de los pueblos de las tierras bajas. Durante la Colonia y la República temprana
fueron utilizados por misioneros y comerciantes, y posteriormente por colonizadores y
buscadores de oro, como hábiles balseros y barranquilleros por las empresas mineras, lo que
aceleró su aculturación y empobrecimiento.
3. ORGANIZACIÓN POLÍTICA Y SOCIAL
Tradicionalmente, los leko estaban organizados en grupos de familias extensas unidas por
parentesco, que formaron un asentamiento comunal. Los matrimonios eran endogámicos,
dentro del mismo grupo. Cada asentamiento era dirigido por una autoridad reconocida. El líder
tenía que mostrar un comportamiento ejemplar. Una vez puesto en su cargo, éste era vitalicio y
hereditario.
Actualmente, los leko han adoptado elementos de la estructura oficial de la zona o la del
sistema sindical, como el cargo de 'Secretario General'. Los leko vivieron largos periodos de
tiempo como colonos y campesinos, pero con el auge de la fundación de organizaciones
indígenas participaron en estos movimientos, ganando autoestima y difiniéndose de nuevo
como indígenas. En 1995 los leko de Apolobamba se organizaron en la Central Indígena de
Pueblos Originarios de Apolobamba (CIDEPOA) y los de Apolo en la Central Indígena del Pueblo
Leco de Apolo(CIPLA).
4. ECONOMÍA
Los leko actuales han abandonado casi enteramente su tradicional economía itinerante, bajando
y subiendo los ríos de su territorio. En la actualidad, la actividad que les provee mayor ingreso
económico es la agricultura. Los productos para el autoconsumo más importantes son la yuca,
camote, plátano, maíz y arroz. La siembra se realiza en septiembre y octubre, cuando se
presentan las primeras lluvias. Los productos principales para la venta son la coca y el café,
pero también el camote. De las familias leko de Apolo, el 71% se dedican al cultivo de la coca,
actividad que es tradicional en la zona y data de antes de la llegada de los españoles a América.
En todas las comunidades se crían chanchos, ovejas y gallinas, principalmente, que por las
pocas posibilidades de caza o pesca son consumidos por las familias. Solamente las vacas se
destinan a la venta para generar ingresos monetarios. En las comunidades más alejadas de
Apolo, que cuentan todavía con bosques, se recolecta frutos como chima y majo; de este último
en algunas comunidades obtienen leche de majo destinado a la venta, al igual que la miel de
abeja, el copal, los inciensos y el urucú, que son aquiridos por intermediarios, quienes lo
comercializan a empresas.
Algunas comunidades que poseen minerales en sus tierras se dedican también a la minería. A
su vez, los comunarios venden su fuerza de trabajo a empresas fuera de las comunidades,
mientras otros son contratados por otros comunarios, hábito que comprueba la tendencia de los
leko a transformarse en campesinos, dejando atrás su modo de ser indígena.
5. COSMOVISIÓN
Poco se sabe de la cosmovisión de los leko. Tradicionalmente se enterraba a los muertos con todos
sus enseres, incluidas bebidas y comidas. Se cuenta que cerca de la comunidad Irimo, en pleno monte,
se encuentra un santuario donde se consulta a una deidad-oráculo llamada K'ak'a, pero solamente
personas que hablan la lengua materna pueden esperar respuesta. Los leko mantienen todavía
grandes conocimientos de la medicina tradicional.
6. SITUACIÓN ACTUAL
Los leco tienen problemas con las organizaciones campesinas, que ven afectado su acceso a tierras por
la creación de las TCO leko. Con mínimas excepciones, los pueblos indígenas no fueron asesorados y
atendidos en la instalación de las autonomías indígenas, pese a que tienen territorios con recursos
que deben ser defendidos contra saqueadores de recursos e invasiones de terceros. En lo educativo,
las comunidades leko reclaman escuelas con todos sus grados y niveles para impedir que los niños
pequeños tengan que caminar hasta dos horas para poder asistir a clases en los centros rurales.
Igualmente se pide introducir en las clases la educación trilingüe, en castellano, rik'a y quechua, que
son las lenguas habladas en las comunidades de toda la región.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Fischermann, Bernd . Pueblos Indígenas y Nacionales Originarios en Bolivia Tierras Bajas: Pueblo
Leko. En: Atlas Territorios Indígenas y Originarios en Bolivia. La Paz: MDRyT-Viceministerio de
Tierra; 2010, p 51-52
Los Lecos
LECOS
Asentados en las provincias Franz Tamayo y Larecaja en el norte de La Paz: Esta etnia mantiene muy
pocos sus usos y costumbres; otros aspectos culturales, en especial los temas vinculados a los
espirituales.
Inicialmente, desde la época precolombina han tenido influencia aymara; con la llegada de los
españoles fueron uno de los pueblos evangelizados violentamente.
Su incorporación a poblaciones económicamente activas como; Apolo y Guanay han hecho que esta
etnia se asimile al la occidental, tan solo conserva algunas costumbres de tipo material.
En cuanto a su organización social política, se establecen varias etapas históricas de esta nación que
tiene su mayor asentamiento en la localidad de Apolo; organización anterior a las misiones,
organización; en las misiones franciscanas, etapa de parcialidades y la actual época del sindicato,
todos evidentemente con influencia del sistema.
Según la investigación; antes la autoridad máxima era el cacique de cada pueblo, reconocido y
respetado, su cargo era hereditario y vitalicio: Pero para su cargo debía demostrar mejores aptitudes
que cualquier otro para las guerras y la conducción de su pueblo; con las mejores relaciones sociales,
además de ser mejor explorador, balsero, pescador y cazador.
Antes de la llegada de las misiones de evangelización, los numerosos grupos étnicos de la región, en
las que estaban: los aguachiles, pamainos, lecos y otros, era común el liderazgo basado en el prestigio;
vale decir que para mantenerse al frente de un clan el líder debía demostrar todas las aptitudes que lo
hacían superior al resto de los indígenas.
El área o habitad donde están asentados en la actualidad; las comunidades o pueblos lecos esta
caracterizada ecológicamente hablando como ceja de selva, por que estas se encuentran ubicados
exactamente entre los andes y la amazonia: Otras comunidades están asentadas en las riberas de los
ríos Coroico y Mapiri.
DATOS
REGIÓN: Amazónica
DEPARTAMENTO: La Paz
COMUNIDADES:
Mulihuara, Chirimayu, Pucasucho, Inca, Trinidad, Muiri, Yuyo, llipana, Munaypata, Irimo, Correo y
Santo Domingo
Simbolismo:
La vida religiosa de los Leco ha sido intensamente influenciada, además, por las distintas sectas que se
han asentado en la región y, claro está, por el complejo contexto cultural en el que hoy se encuentran
inmersos. Se dice, no obstante, que aún poseen un santuario propio y auténtico, donde se consulta a
una deidad-oráculo llamada K'ak'a o Q'aq'a, el mismo que estaría ubicado en pleno monte, en las
cercanías de la población de Irimo.
Entre árboles de cacao y platanales, en viviendas sencillas, dedicados a la pesca en el río y a la minería
viven los lecos de San Juan de Kelequelera, una comunidad ubicada en Zongo Trópico, donde existe
una lengua que se guarda casi como un secreto condenado a desaparecer.
Sentado en una silla e iluminado por la luz de su pequeña tienda de abarrotes -una de las pocas de la
comunidad- Teodoro Chono, de 60 años, uno de los habitantes más antiguos y único médico naturista
y partero de Kelequelera, habla en su lengua materna mientras cuenta que hablarla se ha convertido
en algo íntimo y solitario.
No hay con quién sostener una conversación. Pero él tiene un plan de rescate para la lengua de sus
antepasados que ya ha puesto en práctica.
“Y una noche como ésta, así de estrellada, ¿cómo se dice en leco?”. Él responde “chikalas chejra
poleara” y sonríe, seguro de que nadie puede superarlo en la pronunciación.
Así empieza a decir algunas de las palabras más utilizadas en la cotidianidad de Kelequelera, como
kisich, que significa cazar; lejle, río; esa, lluvia, y era, que quiere decir yo.
O frases afectivas como chikalas adano choswai, que en español significa “Bien (mucho) te quiero
mujer”,
En Kelequelera, con alrededor de 420 habitantes, sólo tres o cuatro personas hablan leco en forma
parcial. Es una lengua considerada prácticamente extinta por los lingüistas e investigadores como
Samuel A. Lafone Quevedo o Simon Van de Kerke, este último la nombra como el dialécto buruwa.
Ambos autores señalaron que esta lengua no sólo corresponde a Kelequelera, sino que se habla, o
hablaba, en Apolo y varios pueblos alrededor de Guanay, en la provincia Larecaja del departamento
de La Paz.
Las uniones sentimentales con personas que no nacieron en su comunidad han ayudado a que su
población no desaparezca, pero -de alguna manera- también ha echado al olvido ciertas costumbres,
como el uso de su lengua nativa.
A ello se le unió la vergüenza de los jóvenes a seguirla usando, según cuentan sus habitantes.
Las mujeres de la comunidad reunidas cuentan que la vergüenza fue un factor determinante. “Nuestro
idioma que llamamos leco o leca era usado en otras comunidades, pero cuando nosotros fuimos
creciendo nos daba vergüenza que nuestros padres no hablen bien el español y mezclen ambos”, dice
Lidia Salazar.
El único punto de acceso o salida a Kelequelera es un puente colgante peatonal, salvo que se cruce el
río en balsa o nadando.
En este pueblo, rodeado por el río Coroico y donde los automóviles no ingresan, pues no existe una
carretera, las palabras en leco usadas por los niños se limitan a lo básico.
Ache (papá), yo-yo (mamá) y choa (hermana) son las palabras que los pequeños utilizan de vez en
cuando, según cuenta el médico naturista.
La cotidianidad y el leco
Es que hablar en leco con el conductor del cisterna parece ilusorio. Ese hombre logra movilizar una
verdadera caravana de personas cada vez que cruzan el puente colgante con recipientes de todo tipo
para abastecerse de algún carburante, no siempre con el resultado esperado.
Qué decir de cuando tienen que visitar al médico en Caranavi, la población más cercana que no habla
leco; o sostener reuniones con los trabajadores de la cooperativa minera, que llegaron a Kelequelera
como empleados de su socio en el emprendimiento.
Sin embargo, los habitantes de este pueblo consideran que no se trata de dejar de hablar español,
sino de recuperar el orgullo de la lengua de sus antepasados. Así podrían transmitir su identidad, más
allá del mestizaje.
Dicen que doña Paulina Sinari habla leco, pero no se anima a hacerlo cuando un forastero le consulta.
Ha llegado la noche, es la hora del descanso y Sinari pasa esas horas finales del día sentada sobre una
estera pijchando coca, fumando cigarros Astoria y mirando televisión. La imagen es toda una postal.
Cuenta que en su juventud no fumaba como ahora. “Ya estaría muerta”, dice en tono de broma.
Mientras el audio de un programa de Chespirito se escucha de fondo, rememora cómo sus padres
hablaban leco fluidamente y “eran orgullosos de cada una de sus palabras”.
Un diccionario
En la escuela de la comunidad Chono se enseña a los más pequeños las danzas propias de su pueblo,
pero sobre todo se ha empezado a transmitir su lengua para preservarla.
Paulina ha dedicado años a la escritura de cuadernos sobre su lengua y ahora, con la ayuda de su hijo
Mirko Chono, planea transformarlos en un diccionario y libros de texto para que los pequeños de la
comunidad, y otros, puedan aprender leco.
“Los más antiguos están volviendo a hablar. Se han animado porque los que sabían ya han muerto. Lo
que quiero es que mis hijos hablen como mis padres. Ahora nos damos cuenta de todas las cosas
importantes que teníamos. Debemos olvidar la vergüenza y pasar orgullo”, dice Irma Medina.