Marco Teorico
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Marco Teorico
El llamado bullying, consiste en cualquier forma de maltrato ya sea físico, verbal o psicológico que
pueda afectar a un individuo, considerando que el acoso está penalizado por la ley, todo tipo de
persecución será penada bajo la ley correspondiente de cada país. Este tipo de casos destruye la
seguridad y la autoestima de una persona al sentir que sus derechos son vulnerados.
Colombia es uno de los países con mayor número de casos de bullying, donde al menos el 20% de
los niños de todo el país sufren algún tipo de acoso según la Fundación Universitaria de Ciencias de
la Salud, donde 1 de cada 5 niños son víctima de persecución por parte de sus compañeros.
La Revista CEPAL de la Comisión Económica para América Latina indica que el 51,1% de los
estudiantes que cursa sexto grado de primaria recibe insultos, amenazas, golpes y robos, sin existir
alguna medida de sanción pertinente para sus compañeros, es por eso que ciento de asociaciones
se han reunido en busca en pro de la lucha contra el acoso.
1. Acoso Físico: Refiere a toda clase de empujones y golpes que pueda recibir una persona,
estos casos son tomados con mayor severidad en la etapa de primaria y secundaria
aplicando sanciones más severas.
2. Acoso verbal: Se basa en lo concerniente a llamadas o mensajes telefónicos ofensivos que
incluyan un lenguaje indecente que afecten la integridad del individuo y ocasiones daños
psicológicos.
3. Acoso Escolar: Grupos escolares que bloquean toda clase de atención a la víctima,
consiguiendo así un aislamiento social que repercuten en daños psicológicos y físicos
severos. Es el tipo de bullying o acoso que mayor atención ha requerido por parte de los
gobiernos federales a fin de conseguir una solución duradera y efectiva
4. Acoso Cibernético: Con el desarrollo de las redes sociales y las tecnologías, muchos
usuarios encontraron la forma de realizar bullying a través de la web sin ser penalizados,
es por eso que los gobiernos del mundo se vieron en la necesidad de realizar estudios e
implementar sanciones rigurosas y severas para los implicados en este tipo de casos.
La violencia sigue aumentando en los ambientes educativos. Según un estudio realizado por la
Fundación Plan en seis departamentos del país donde hay población afrodescendiente, el 77,5 %
de los alumnos se han visto afectados por el acoso escolar (78 % de los niños y 77 % de las
niñas).El análisis se adelantó con 28.967 estudiantes de colegios públicos (primaria y bachillerato)
de Cauca (en los municipios de Padilla, Suárez, Puerto Tejada y Buenos Aires), Valle del Cauca (en
Jamundí), Nariño (Tumaco), Chocó (Quibdó, Tadó, Istmina, Bahía Solano, Río Quito y Condoto),
Sucre (Sampués) y Bolívar (Cartagena, Malagana, Arjona, Turbaco, Villanueva y Santa Rosa).En los
departamentos del Cauca y Valle del Cauca, participaron del proceso investigativo 20 sedes
escolares. Estos municipios son habitados mayoritariamente por población afrodescendiente,
cuyas familias se dedican a labores agropecuarias, mineras y de comercio. En el país se estudiaron
84 escuelas. La Fundación Plan es una organización que trabaja en Colombia desde 1962 con
menores que viven en situación de extrema vulnerabilidad. Víctimas y victimarios Según el análisis
del estudio, 22,5 % de los menores han ejercido algún tipo de violencia. Entre tanto, 56,8 % se
reconocen como víctimas de ‘ bullying’ , siendo mayor la proporción de las niñas que en niños. El
acoso escolar o ‘ bullying’ puede ser entendido como cualquier forma de maltrato sicológico,
verbal o físico producido de manera constante entre compañeros, que busca intimidar, ridiculizar,
bajar la autoestima o causar daño a la víctima. Sobre los tipos de violencia escolar, se encuentra
que en el caso de las mujeres, es muy común las amenazas (29,5 %), mientras que en los niños se
da la violencia física (40 %).Otras formas de ‘ bullying’ que reportaron los niños en sus respuestas
son las amenazas. En las niñas, el que les quiten sus pertenencias y la burla. El estudio dice que el
acoso escolar está asociado con una serie de representaciones sociales relacionadas con la
definición de ser “avión”, entendiendo por tal ser “avispado”, no dejarse de los demás, ver cómo
sacar provecho del otro. En busca de una solución James Martínez, gerente de la Fundación Plan
en el Valle del Cauca, dice que frente a este diagnóstico, la entidad que dirige realiza en varias
escuelas una propuesta pedagógica orientada a la generación de cultura de paz y convivencia en
los entornos escolares, denominada ‘ El camino del amor Ha servido para que en las instituciones
se estructuren los comités locales de convivencia y los manuales de convivencia que pide el
Ministerio de Educación, dijo Martínez. Liliana Sandoval, rectora de la institución educativa
General Santander, en Villa Colombia (Jamundí), donde estudian 480 menores, dijo que el
programa ha permitido bajar los niveles de agresividad. “Hoy tenemos 18 jóvenes que hacen parte
del grupo Juventud Pacífica, explicó.Mirella Salas, de la institución Rosalía Mafla, sede Jorge
Eliécer Gaitán, (con 180 niños) dijo que los problemas del barrio se trasladaban a la escuela. “Eso
ha cambiado, incluso los padres están asistiendo a las actividades que propone la escuela para
mejorar la convivencia, agregó. Las razones Para los niños, los compañeros que realizan prácticas
de acoso escolar lo hacen para sentirse fuertes (46,6 %).En el caso de las niñas, la tendencia
principalmente identificada está asociada a lograr el reconocimiento social (43,2 %), es decir, ser
más populares.Cuando un niño es acosado, 40,9 % quiere desquitarse, mientras que en las niñas
este sentimiento es menor, evidenciándose en 33,8 % de las consultadas en el estudio.
Una iniciativa legislativa pretende modificar los vacíos que hay en la ley actual que castiga el acoso
en las instituciones educativas. Las cifras van en aumento.
Según datos del Ministerio de Educación, a pesar de que desde el 2012 se ha reportado una
reducción de este tipo de agresiones en los colegios públicos del país, la cifra de los menores que
reportan ser víctimas de matoneo sigue siendo superior al 20 por ciento.
La OMS Organización Mundial de la Salud, con estadísticas tomadas de 35 países, señala que el
24% de los niños con edades comprendidas entre los 11 y 15 años han sufrido de bullying o
matoneo.
En nuestro país, se realizó un estudio con 50.000 jóvenes reseñados por RedPapaz, donde se
demostró que los más afectados por esta situación son los de quinto y noveno grado con
porcentajes de 29% y 15% respectivamente. Solo en la capital de la nación se registraron al menos
571 casos de matoneo en 2013 que, comparados con los 149 casos de 2012, demuestran la
intensificación de estas prácticas.
Según la Secretaría de Educación y el DANE, uno de cada cinco estudiantes colombianos son
víctimas de la violencia e intimidación escolar.
Ahora bien, las cifras emitidas por parte de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud, se
tornan un poco más alarmantes, puesto que según la misma los estudiantes victimas del matoneo
ascienden al 20% de la matricula nacional.
A propósito del sistema nacional de convivencia escolar, creado a través de la Ley 1620 y cuyo fin
es educar generaciones que están inmersas en el rol de ciudadanos activos, es decir, seres
democráticos, con capacidades para construir su proyecto de vida, se hace necesario crear una
instancia cuyo fin sea fomentar la armonía y la convivencia dentro de la institución educativa. Es
ahí cuando nace el comité de convivencia escolar.
Muchas familias piensan que entre más fuerte sea su hijo ante sus amigos mucho mejor va a ser
en la vida. Por ello permiten conductas negativas, en las cuales oprimir, acosar y ofender a sus
amigos es algo positivo para sus padres.
Sin embargo, esta actitud solo demuestra la poca cultura que ellos tienen. Para evitar estas
situaciones, se ha creado la Ley 1620 que castiga a los acosadores y protege a los jóvenes del
bullying y del ciberbullying.
Esta conducta negativa ha estado presente en el sistema educativo. Sin embargo, con el avance en
la tecnología informática, ahora, ya no es necesario atacar a otra persona de manera directa sino
por medio de las redes sociales.
El artículo 1 estipula que su objetivo es: contribuir a la formación de ciudadanos activos que
aporten a la construcción de una sociedad democrática, participativa, pluralista e intercultural,
mediante la creación del sistema nacional de convivencia escolar y formación para los derechos
humanos, la educación para la sexualidad y la prevención y mitigación de la violencia escolar, que
promueva y fortalezca la formación ciudadana y el ejercicio de los derechos humanos, sexuales y
reproductivos de los estudiantes de preescolar, básica y media y prevenga y mitigue la violencia
escolar y el embarazo en la adolescencia.
La Ley 1620, además de poner el tema sobre la mesa, aporta un contexto para que las
instituciones educativas actúen. Adicionalmente, le da un espaldarazo al Programa de
competencias ciudadanas y educación para la sexualidad del Ministerio de Educación, dice José
Fernando Mejía, director del programa Aulas en Paz, enfocado en la prevención de violencia y
promoción de la convivencia pacífica en la escuela.
Según Olga Lucía Hoyos, directora del Departamento de Psicología de la Universidad del Norte en
Barranquilla, esta ley es una oportunidad para tratar el bullying de manera formal y generar
acciones más efectivas.
Llegó la hora
Además de la Ley 1620, el Congreso también promulgó el Decreto 1965 de septiembre de 2013,
mediante el cual se reglamenta dicha ley. “La idea es llegar con mayor detenimiento a los
establecimientos educativos para que puedan generar rutas de promoción, prevención, atención y
seguimiento sobre lo que la ley contempla”, agrega Francisco Jiménez.
Con la llegada de estas normas, que estipulan sanciones para las instituciones que no las cumplan,
buena parte de directivas escolares se vieron obligadas a tomar medidas de prevención y manejo
del bullying. Pero ¿qué tan útiles son leyes como estas en la práctica o en la vida cotidiana de los
colegios? O ¿qué tan eficaces resultan a la hora de enfrentar la intimidación por homofobia?
Para Andrés Felipe Castelar, integrante del Grupo de Estudios en Género de la Universidad ICESI
de Cali, es mejor que exista una ley sobre el tema a que no haya ninguna. Con la 1620, el Estado
cumple con su tarea de elevar la importancia y atención que debe otorgársele a la intimidación
escolar y a la educación sexual y reconoce a los estudiantes como sujetos de derechos humanos,
sexuales y reproductivos.
Fuentes de consulta
https://colombialegalcorp.com
www.elpais.com
www.semana.com
www.eltiempo.com
www.mineeducacion.gov.co
https://sentido.com
blog.gente.com.co