Apunte 1 Historia
Apunte 1 Historia
Apunte 1 Historia
Matemática
La Aritmética y la Teoría de Números en la historia
Apunte 1
Las matemáticas o matemática (del lat. mathematĭca, y este del gr. μαθηματικά,
derivado de μάθημα, conocimiento) es una ciencia formal que, partiendo de axiomas y
siguiendo el razonamiento lógico, estudia las propiedades y relaciones entre entes abstractos
(números, figuras geométricas, símbolos).
La palabra "matemática" (del griego μαθηματικά, «lo que se aprende») viene del
griego antiguo μάθημα (máthēma), que quiere decir «campo de estudio o instrucción». El
significado se contrapone a μουσική (musiké) «lo que se puede entender sin haber sido
instruido», que refiere a poesía, retórica y campos similares, mientras que μαθηματική se refiere
a las áreas del conocimiento que sólo pueden entenderse tras haber sido instruido en las
mismas (astronomía, aritmética).
Aunque el término ya era usado por los pitagóricos en el siglo VI a. C., alcanzó su
significado más técnico y reducido de "estudio matemático" en los tiempos de Aristóteles (siglo
IV a. C.).
La forma plural matemáticas viene de la forma latina mathematica (Cicerón), basada
en el plural en griego τα μαθηματικά (ta mathēmatiká), usada por Aristóteles y que significa, a
grandes rasgos, "todas las cosas matemáticas".
Lo que cuenta como conocimiento en matemática no se determina mediante
experimentación, sino mediante demostraciones. No es la matemática, por lo tanto, una rama
de la física (la ciencia con la que históricamente se encuentra más emparentada), puesto que
la física es una ciencia empírica (fáctica). Por otro lado, la experimentación desempeña un
papel importante en la formulación de conjeturas razonables, por lo que no se excluye a ésta
de la investigación en matemáticas.
La matemática no es un sistema intelectualmente cerrado, donde todo ya esté hecho.
Aún existen gran cantidad de problemas esperando solución, así como una infinidad
esperando su formulación.
Matemática no significa numerología. La numerología es una pseudociencia que
utiliza la aritmética modular para pasar de nombres y fechas a números a los que se les
atribuye emociones o significados esotéricos, basados en la intuición.
El lenguaje formal no es una simple extensión de los lenguajes naturales humanos que
utiliza una gramática y un vocabulario definidos con extrema precisión, cuyo propósito es la
descripción y exploración de relaciones conceptuales y físicas.
Recientemente, los avances en el estudio del lenguaje humano apuntan en una
dirección diferente: los lenguajes naturales (como el español o el francés, por ejemplo) y los
lenguajes formales (como el matemático o los lenguajes de programación) son estructuras de
naturaleza básicamente diferente.
Campos de estudio de la matemática:
Aritmética. Estudio de los números, sus propiedades y las operaciones que
pueden hacerse con ellos.
Álgebra. Estudio de las estructuras, las relaciones y las cantidades.
Conjuntos. Es uno de los actuales fundamentos de la matemática, junto
con la teoría de categorías.
Geometría. Estudio de los segmentos, las medidas y las relaciones entre
estas. Aquí se encuentra la trigonometría, que estudia las medidas, raciones y relaciones
de los triángulos.
Cálculo o análisis. Estudia la variación de infinitésimos mediante derivadas
e integrales.
Estadística. Analiza e interpreta datos recolectados mediante entrevistas o
experimentos de laboratorio.
Probabilidad: mide la frecuencia con la que se obtiene un resultado (o
conjunto de resultados) al llevar a cabo un experimento aleatorio, del que se conocen
todos los resultados posibles, bajo condiciones suficientemente estables.
En la matemática superior:
Topología. Estudia las propiedades de cuerpos geométricos que
permanecen inalteradas mediante transformaciones continuas.
Análisis matemático. Estudia los conceptos del cálculo infinitesimal en
espacios más generales, como los de Hilbert o Banach.
Geometría diferencial. Aplicaciones del cálculo infinitesimal a la
geometría.
Geometrías no euclidianas. Geometrías donde el axioma de las paralelas
de Euclides no es válido.
Conceptos básicos:
Axioma: En matemática, un axioma no es necesariamente una verdad evidente, sino
una expresión lógica utilizada en una deducción para llegar a una conclusión.
Un axioma, en epistemología, es una "verdad evidente" que no requiere demostración,
pues se justifica a sí misma, y sobre la cual se construye el resto de conocimientos por medio
de la deducción; aunque, no todos los epistemólogos están de acuerdo con esta definición
"clásica". El axioma gira siempre sobre sí mismo, mientras los postulados y conclusiones
posteriores se deducen de este.
Ejemplo: Punto, recta, plano y espacio.
Postulado: Proposición que no es evidente por sí misma y que no tiene una aceptación
universal. Por lo tanto, un postulado se diferencia de un axioma, que es una proposición
universalmente admitida. La formulación clásica del concepto de postulado se encuentra en
los Elementos de Euclides, para quien un postulado es una proposición fundamental de un
sistema deductivo que no es evidente por sí misma, pero que tampoco puede ser
demostrada. Los postulados suelen ser las proposiciones iniciales de una ciencia determinada,
mientras que los axiomas son las proposiciones iniciales de un sistema deductivo, a partir de las
cuales pueden derivarse otras proposiciones. Actualmente hay una creciente tendencia a
emplear indistintamente axioma y postulado.
Ejemplo: Todo objeto es igual a si mismo; La suma de dos números es única.
Teorema: (Del lat. theorēma, y este del gr. θεώρημα). Proposición demostrable
lógicamente partiendo de axiomas o de otros teoremas ya demostrados, mediante reglas de
inferencia aceptadas. Teorema: una proposición que es demostrable o refutable aplicando la
lógica formal a partir de axiomas o postulados se denomina teorema. Un teorema también se
puede demostrar apoyándose en teoremas previos. En todo teorema se distinguen tres partes:
Hipótesis: supuestos o datos conocidos
Tésis: lo que se quiere demostrar
Demostración: procedimiento lógico en el que se utilizan los conocimientos previos
para mostrar la verdad de un teorema.
Ejemplo: Si un número termina en cero o en cinco es divisible por cinco, Si un número
divide a otros varios divide también a su suma.
Lema: Es un teorema que debe anteponerse a otro por ser necesario para la
demostración de este último.
Consisten en placas de hueso con diversas muescas lineales. Sin embargo, el consenso
más generalizado es que este tipo de hallazgos fueron fruto de una situación fortuita y no
deliberada, como es la de descarnar el hueso con una herramienta lítica.
Los nuevos hallazgos de la cueva de Blombos han sido interpretados por algunos
autores como las primeras manifestaciones de un tipo de registro muy probablemente
simbólico y con una larga tradición. No obstante, y según estos mismos autores, parece difícil
considerarlos registros contables dada la difícil visibilidad de algunos de sus trazos. En este
punto nos vamos a encontrar con un tema que es, de nuevo, relativamente controvertido.
Este sería un ejemplo de lo que apuntábamos: no todas las marcas deliberadas tienen
por qué representar registros contables. De hecho, las marcas deliberadas en todo tipo de
objetos son muy abundantes en el registro arqueológico de prácticamente todas las épocas,
llegando incluso hasta nuestros días, y pueden haber sido hechas por multitud de motivos. Así,
en muchos casos es posible que no sean más que un mero adorno, un motivo estético, a
veces identificativo de un grupo.
Un conjunto de líneas paralelas, que a primera vista podría parecer un registro
contable, puede tener un significado simbólico ajeno enteramente a un proceso de
contabilidad.
Es el caso, por ejemplo, de la cosmogonía reflejada en los motivos geométricos de los
Zafimaniry de Madagascar.
Esa visión está fundamentada en una continuidad desde los pictogramas hasta las
formas que conocemos hoy en día, estando plenamente comprobados unos estadios
intermedios de uso registrado de ideogramas que se concretan después en una escritura
cuneiforme. Pero esa misma visión estándar se da en el origen escrito de lo que asumimos
como registro matemático de esta civilización, basada en una continuidad análoga desde
sistemas de numeración material, como los guijarros de barro sumerios o elamitas, a formas
impresas, incisas o escritas sobre tablillas, que también conducirían a sistemas de numeración
cuneiformes.
Ahora bien, más allá del caso particular de las numeraciones mesopotámicas (en las
que, además, encontramos un singular recurso a la base 60, de muy remota relación con la
peculiaridad anatómica de los diez dedos que tenemos los primates entre las dos manos), la
continuidad en el registro matemático que mejor queda atestiguada es más bien el tránsito
desde el recurso a las muescas hasta los sistemas de numeración escritos; continuidad que
podemos constatar en los primeros sistemas de numeración de la práctica totalidad de las
antiguas civilizaciones: egipcios, minoicos, helenos pre-alfabéticos, chinos, pueblos itálicos
(romanos, etruscos) e hindúes. Es muy probable, pues, que los primeros registros contables se
dieran efectivamente en forma de muescas.
En algunos casos, incluso, estos sistemas han llegado hasta nuestros días sin apenas
transformaciones formales, y está plenamente asumido por la comunidad científica
internacional que constituyen casos innegables de registros contables. Este es el caso de las
tarjas, tablillas de madera u otro material en las que se realizaban muescas para anotar y
registrar cantidades referidas a objetos u otro tipo de unidades producto, generalmente, del
intercambio, y que se han estado utilizando hasta el presente en numerosas regiones del
mundo. Así, diferentes tribus de bosquimanos del suroeste de África (Namibia) continúan
utilizando hoy en día bastones-calendario de madera. Los bosquimanos son considerados hoy
día la tribu más antigua del mundo desde el punto de vista genético. En España, destaca el
recurso a las tarjas hasta tiempos muy recientes, por ejemplo, en zonas de la provincia de
Salamanca, mientras en la historiografía se destaca el uso de tarjas por parte de la Oficina del
Tesoro del Reino Unido hasta bien entrado el siglo XIX.
Como vemos, algunos casos de muescas o marcas deliberadas sí serían
manifestaciones evidentes de un registro contable. Sin embargo, también debe constatarse
que esta afirmación no es válida para todos los materiales en los que existen muescas,
grabados o dibujos. Por este motivo, creemos que hay que ser muy cautos a la hora de
defender el uso contable de un hallazgo paleolítico. Sólo en aquellos casos en los que se
observen determinadas combinaciones, agrupaciones o patrones específicos podremos
afirmar con un cierto grado de verosimilitud que nos encontramos ante un registro contable y,
por tanto, ante una huella fósil de un pensamiento matemático. Aplicando este criterio,
observaremos que las primeras muestras relativamente evidentes de pensamiento matemático
pertenecen a épocas más bien recientes de la historia de la humanidad, concretamente al
Paleolítico superior (35.000-10.000 BP) o, a lo sumo, a épocas inmediatamente anteriores.
Registro simbólico
El historiador de la matemática indaga acerca de los registros contables plausibles que
podrían constituir precedentes de las diferentes bases de numeración utilizadas: series
repetidas de pares o tríos, marcas agrupadas de cinco en cinco o de diez en diez, etc.
Sin embargo, las colecciones de registros que más interés han presentado para el
arqueólogo matemático han sido las que reúnen ±30 marcas. La razón inicial parece obvia,
pues esta cantidad coincide prácticamente con el número de días (29,5) del ciclo periódico
natural utilizado como base para el cómputo del tiempo por nuestros predecesores: el mes
lunar. Por otro lado, los estudios de género más actuales animan a tener en cuenta, también,
ese otro período cíclico natural (±28 días) del que adquiere conciencia empírica, al menos, la
mitad de la población de nuestra especie que llega a edad adulta: el menstruo femenino, y
que ha permitido adelantar que quizá los primeros matemáticos fueran mujeres: la conjetura
Zaslavsky, por la historiadora de la matemática africana que la planteó. Y es que,
evidentemente, ambos ciclos, el lunar y el menstrual pueden prácticamente superponerse.
La visión estándar en historia de la matemática
La primera pieza a la que se han venido refiriendo los historiadores de la
matemática es un hueso de lobo de unos 35.000 años, encontrado en Dolni Vestonice
(Moravia, República Checa), donde también se descubrió una cabeza de mujer esculpida en
marfil.
Las muescas sugieren el registro contable de una colección con ese mismo número de
objetos, pero no existe tal supuesto agrupamiento de cinco en cinco, que sugeriría en el autor
una posible correspondencia de las marcas de cada grupo con los dedos de la mano.
Siguiendo esa tentadora hipótesis sin contrastar, Ifrah supuso que las incisiones, además de
agrupadas, estaban dispuestas en dos series paralelas a lo largo de dos caras del hueso,
aunque más tarde Ifrah abandonó esa disquisición y rebajó la antigüedad del hueso a 20.000
años.
Los vestigios descubiertos de este tipo comienzan a ser abundantes, aunque la mayor
parte siguen inéditos en la literatura. Así, en el British Museum de Londres se conserva una
varilla (¿alfiler?) de hueso, de hace unos 34.000 años, catalogada como procedente de
Gorge d´Enfer (Abri Lartet, Dordogne, Francia), con incisiones análogas a las del hueso
precedente . Tiene una longitud de 20 centímetros, y contiene muescas agrupadas en tres
columnas, una frontal y dos laterales. Suponen, respectivamente (atendiendo a la separación
entre las marcas de cada serie), 31 ( = 8 + 8 + 10 + 5) en la cara central, 37 ( = 9 + 2 + 8 + 3 + 4 +
5 + 8) en la columna de la derecha y 33 ( = 3 + 8 + 5 + 2 + 10 + 5) en la de la izquierda, aunque
quizá se hayan perdido por abrasión algunas marcas de la serie central en la cabeza de la
pieza.
Por otro lado, el hallazgo en la cueva de Tai (Francia) de otra placa de hueso, de unos
9 cm de longitud y datada hace unos 12.000 años, con casi 2.000 incisiones en su superficie
desarrolladas en diferentes filas (algunas incompletas), en algunos casos con agrupaciones de
unas 29 marcas, ha llevado a Marshack a conjeturar que podría tratarse del registro de los días
de diferentes años sucesivos. Se trataría, por tanto, del calendario solar más antiguo conocido.
Aunque será difícil descubrir realmente por qué su autor las realizó, el carácter no decorativo
de las marcas podría apoyar la hipótesis del registro cuantitativo frente a interpretaciones
meramente artísticas.
En la frontera entre la República Democrática del Congo y Uganda, a las orillas del
Lago Edward (una de las fuentes del Nilo), hace más de 8.500 años vivió durante unos pocos
siglos una comunidad de pescadores y recolectores, cuyo hábitat quedó posteriormente
enterrado por una erupción volcánica. Aunque por las fechas el asentamiento correspondería
ya al período Mesolítico, Brooks retrasan su antigüedad hasta hace 25.000 años, ya sí
propiamente Paleolítico Superior.
Entre los restos que se han encontrado de este grupo , destaca un hueso de 10,2 cm
de largo), con una pieza de cuarzo insertada en uno de los extremos (quizá para poder dibujar
marcas sobre piedra con ella), conocido como Hueso de Ishango, expuesto en una instalación
monográfica destacada y contextualizada en el Museum des Sciences Naturelles de Bruselas.
tratarse del recuento de ciclos menstruales, por lo que el hueso sería obra de una mujer,
preguntándose si no serían mujeres las primeras matemáticas de la historia.
Junto con el éxito socio-científico que supone la disposición expositiva en el Museo de
Bruselas donde se conserva la pieza, y las numerosas páginas web que se le dedican 39,
también destaca su presencia, para ilustrar los posibles primeros estadios matemáticos de la
humanidad, en numerosas historias de la disciplina.
sin duda, por el que Aristóteles consideraba el accidente anatómico de tener cinco dedos en
cada mano.
Este sistema, el usual a medida que los diferentes pueblos fueron alcanzando sus
respectivos niveles de civilización, es el que, con la notación conveniente y la concepción
posicional concebida en la India, se utiliza hoy en día.
tienen un carácter simbólico más especial son los colgantes. Para Corchón las incisiones en
paralelo en los bordes de las piezas (lo que considera el "motivo decorativo 1" en su
clasificación de la decoración no figurativa), que alcanzan su máximo desarrollo en la época
Graveto-Solutrense, "se aplican con especial asiduidad en un determinado tipo de objetos, los
colgantes, que contribuyen a caracterizar".
Así, el Colgante de Enfer , de unos 30.000 años, encontrado en Gorge d'Enfer
(Dordogne, Francia) junto con la varilla que describíamos antes (expuesto también en el British
Museum), presenta muescas en paralelo en sus bordes (más una tercera serie frontal con
pequeño número de marcas) que se interrumpen por la rotura de la pieza tanto en la cabeza
de colgadura como en la parte inferior. En total, la pieza completa podría presentar unas 60
incisiones.
bordes. Las series están espaciadas regularmente, contorneando el objeto y, en las zonas no
dañadas, se agrupan en series de ±15 incisiones.
Inicialmente catalogadas como plaquitas de marfil, hoy se sabe que están elaboradas
sobre hueso hioides de caballo. Muy planas, con un grosor de menos de 2 mm, tienen unas
dimensiones de entre 14 y 16 mm de ancho y entre 31 y 36,5 mm de alto. A todas se les dio una
forma prácticamente rectangular (una es un poco más grande y curvada) y fueron
perforadas en uno de los extremos, probablemente para ensartarlas conjuntamente en un
colgante único para adorno personal. Cada una de ellas presenta, a lo largo de los bordes de
su cara superior, el mismo tipo de incisiones: muescas cortas, transversales y paralelas; dos de
ellas, además, presentan el mismo tipo de decoración en la cara inferior. Por su datación,
Solutrense superior-final, serían unos 5.000 años anteriores a la época en que se pintó el gran
techo de los polícromos.
Aunque las piezas están bastante deterioradas, todas y cada una de las cuatro están
decoradas de manera análoga, y por la información que proporciona su estado actual, en
ellas se podrían haber contabilizado en torno a 30 incisiones, dependiendo de la
consideración que se le quiera dar a las diferentes marcas, pues no todas tienen la misma
profundidad, longitud o anchura, y en alguna de las caras la erosión ha borrado parte de las
muescas.
La ciclicidad representada de manera abstracta (no material) por el conjunto de estas
plaquitas, sería un caso evidente de recursividad. Se entiende por ésta la introducción de
elementos o entidades dentro de otros elementos o entidades de categoría similar, y parece
ser una característica exclusiva y definitoria de nuestro lenguaje, característica que podría no
haber aparecido en nuestra especie hasta tiempos tan recientes como el Paleolítico Superior.
Gracias a esta capacidad de combinatoria abstracta de nuestro lenguaje y, por tanto, de
nuestra mente, podemos construir y entender oraciones sintácticamente complejas (como "El
periodista que fue agredido por el político y estuvo hospitalizado ha recibido un premio"),
donde varios mensajes completos (el periodista fue agredido por un político; el periodista
estuvo hospitalizado) están contenidos dentro de otro mensaje completo y jerárquicamente
superior (el periodista recibió un premio). Con independencia del fenómeno concreto que
estas cuatro piezas de Altamira pudieran estar representando (sean meses dentro del año u
otra cosa), constituirían como conjunto la primera manifestación simbólica de la recursividad
como característica de la mente humana mediatizada por el lenguaje, al existir un símbolo
(quizá el año) que, sin soporte material, habría servido de concepto-guía de orden
jerárquicamente superior para la construcción de la colección de plaquitas.
Dejando por tanto al margen la mera finalidad artística que le han atribuido hasta
ahora los prehistoriadores más autorizados, aventuramos aquí la hipótesis de que se trata de
un grupo de meses lunares, análogos a los que algunos de los más reputados historiadores de
la matemática han atribuido a muchos de los hallazgos individuales destacados
anteriormente. El hecho de que sean sólo cuatro las plaquitas que se conservan podría estar
en contra de nuestra interpretación de esta colección como representación de un ciclo
anual. Evidentemente, la colección podría haber estado compuesta originalmente de un
número mayor de placas. Pero incluso aunque no hubiera sido éste el caso, la colección
podría estar representando la repetición de ciclos de orden inferior dentro de un ciclo de
orden superior, aunque sólo fuera un ciclo parcial que, a su vez, pudiera estar perteneciendo a
otro ciclo superior, como las estaciones dentro del año solar.
Caben otras posibles interpretaciones, evidentemente, como que se trate del
cómputo de ciclos menstruales agrupados dentro de otra entidad de orden superior, como
podía ser la duración de un embarazo a partir de la constatación de la primera falta. Pero
aceptando una u otra posibilidad, y ante el hecho incontestable de que no se trata de una
pieza aislada, sino de un conjunto de al menos cuatro piezas recortadas a partir de hueso
hioides, grabadas sistemática y sucesivamente, que conforman una unidad, su importancia
nos lleva a proponer, desde estas páginas, que esta colección tan singular ocupe el lugar que
se merece dentro de los manuales de historia de la matemática, de historia y prehistoria de la
mente humana, que se publiquen en adelante. En suma, estas piezas deberían tener una
consideración de al menos el mismo nivel que disfrutan mundialmente muchas de las piezas
revisadas en los apartados anteriores.
El empirismo matemático
Todo lo dicho anteriormente ha intentado transmitir la mejor hipótesis sobre cómo se
obtuvieron los primeros conceptos y verdades matemáticos que sin duda son los propios de la
geometría y la aritmética. Pero también hace plausible que los conceptos matemáticos
proceden, en cierta medida, de cómo es el mundo físico, del mundo que captamos mediante
nuestro sentidos.
Para John Stuart Mill (1806-1873) los conceptos matemáticos proceden del mundo
físico y las verdades de la matemática son verdades sobre el mundo físico, aunque de un
carácter más general. Las verdades matemáticas serían las verdades más generales de todas.
Una posición que puede ser fácilmente confundida con la de Mill es la de David Hume
(1711-1776) Para Hume, los conceptos matemáticos tienen su origen remoto en la sensación
que luego es transformada por la actividad de la mente pero las verdades matemáticas son
verdades sobre las relaciones entre las ideas, no sobre lo percibido.
En su Tratado de la Naturaleza Humana (Hume 1739, Libro I, Parte II), Hume mantiene
que nuestros sentidos dan lugar a las impresiones que son copiadas por nuestras ideas, las
cuales son reorganizadas por nuestra actividad mental dando lugar a ideas complejas. Un tipo
de idea compleja son las relaciones y dentro de ellas Hume destaca aquellas que dependen
El concepto de número
A lo largo de la Historia de la Humanidad hemos necesitado contar objetos y seres,
representar medidas reales con símbolos, etc. A medida que las necesidades de las
sociedades humanas se iban haciendo mayores cada cultura concibió unos u otros sistemas
de numeración y símbolos para expresarlos, que se fueron desarrollando a lo largo de la
Historia, perpetuándose algunos, perdiéndose otros.
Ya analizamos los registros en huesos, de aquí surge que la matemática apareció
originariamente como parte de la vida diaria del hombre.
El estudio de los conjuntos numéricos y su formalización, dentro de la Aritmética y
Álgebra Elementales, constituye uno de los apartados más importantes para la posterior
construcción del “edificio matemático”. Pero no fue hasta el s. XVIII en adelante cuando se
produjo un intento de fundamentación lógico-matemática de todos los conjuntos numéricos
conocidos por el hombre: con los trabajos de Peano, Cantor, Cauchy, Gauss, Euler, Krönecker
y Dedekind se construyó definitivamente la “Aritmética Elemental”.
Habitualmente, presentamos los diferentes conjuntos de números de una manera
didáctica. Construimos los conjuntos y los dotamos de unas propiedades. Luego, planteamos
un problema tal que su solución es la construcción de un nuevo conjunto que amplíe el
anterior, respetando su estructura y propiedades, de manera que contenga un subconjunto
isomorfo al inicial.
Aquí veremos la evolución histórica que ha habido del número. Y no coincide con la
didáctica. En ambas comenzaremos por el número natural, ya que éste surge debido de la
necesidad humana de contar. Desde que el hombre se puede considerar como tal, ha
existido dicha necesidad. Pero a partir de aquí todo lo demás es diferente. El número cero
surge mucho después que otros, las fracciones aparecen antes que los negativos, etc. Para ver
esta evolución histórica, repasaremos los descubrimientos que han realizado las civilizaciones
más importantes, en orden cronológico.
ovejas que faltaban, aunque todavía no sabían expresar el número de ovejas ni cuántas
faltaban. Tuvo que ser así, comparando cantidades, como el hombre comenzó a construir el
concepto de número. Más adelante, el hombre aprendió a contar de dos en dos, de tres en
tres, etc., utilizando piedras en otros montones, que simbolizaban unidades de orden superior
(2, 3, etc.). Era la primera semilla de los “sistemas de numeración”.
Los símbolos que representan a los números no han sido siempre los mismos, como
iremos viendo. La invención de la escritura numérica, que ayudó al hombre a sustituir y
perpetuar el concepto abstracto de número por signos convencionales fue diferente en cada
cultura.
Los símbolos de este sistema de numeración son los siguientes: primero, segundo,
tercero, cuarto, quinto, sexto, séptimo, octavo, noveno, décimo, undécimo (o décimo
primero), duodécimo (o décimo segundo), vigésimo (20), trigésimo (30), cuadragésimo (40),
quincuagésimo (50), sexagésimo (60), septuagésimo (70), octogésimo (80), nonagésimo (90),
centésimo (100), ducentésimo (200), tricentésimo (300), cuadringentésimo (400), quingentésimo
(500), sexcentésimo (600), septingentésimo (700), octingentésimo (800), noningentésimo (900),
milésimo (1000), millonésimo (1.000.000). Según esto el ordinal 783 se diría septingentésimo
octogésimo tercero. Hoy en día, bastantes de estos términos han caído en desuso.
A continuación vamos a describir otros sistemas de numeración, lo que nos permitirá
ver cómo diferentes culturas han resuelto el problema de representar los números.
Sistemas de numeración orales: ejemplos
En la lengua Api de las Nuevas Hebridas representan los 24 primeros números partiendo
de 5 palabras: tai, lua, tolu, vari, luna (que significa literalmente "la mano") que equivalen a
nuestras palabras: uno, dos, tres, cuatro y cinco. A partir de ahí los números siguientes los
nombran combinando esas palabras: para 6 se dice: otai (literalmente 'el nuevo uno')
• para 7 se dice: olua (literalmente 'el nuevo dos')
• para 8 se dice: otolu (literalmente 'el nuevo tres')
• para 9 se dice: ovari (literalmente 'el nuevo cuatro')
• para 10 se dice: lualuna (literalmente 'las dos manos')
• para 11 se dice: lualuna i tai (literalmente 'dos manos y uno') para 15 se dice: toluluna
(literalmente 'tres manos')
• para 16 se dice: toluluna i tai (literalmente 'tres manos y uno') para 20 se dice:
variluna (literalmente 'cuatro manos')
• para 24 se dice: variluna i vari (literalmente 'cuatro manos y cuatro')
Se trata de un sistema de base cinco, pues los números se expresan indicando los
grupos de cinco que los componen y el resto que queda.
En euskera las palabras que se utilizan para nombrar los diez primeros números son las
siguientes: bat (uno), bi (dos), hiru (tres), lau (cuatro), bost (cinco), sei (seis), zazpi (siete), zortzi
(ocho), bederatzi (nueve), hamar (diez). A partir de ahí, construyen las palabras numéricas
como sigue:
• once se dice: hamaika
• doce se dice: hamabi (literalmente 'diez y dos')
• trece se dice: hamahiru (literalmente 'diez y tres')
• catorce se dice: hamalau (literalmente 'diez y cuatro')
• quince se dice: hamabost (literalmente 'diez y cinco')
• dieciséis se dice: hamasei
• diecisiete se dice: hamazazpi
• dieciocho se dice: hemezortzi (no sigue la regla, pero actualmente se admite
también 'hamazortzi ')
• diecinueve se dice: hemeretzi ( no sigue la regla )
• veinte se dice: hogei
• treinta se dice: hogeitamar (literalmente 'veinte y diez')
• cuarenta se dice: berrogei (no sigue la regla )
• cincuenta se dice: berrogeitamar (literalmente 'cuarenta y diez')
Mesopotamia es la región que se extiende entre los ríos Eufrates y Tigris. Ésta al igual
que Egipto, es una llanura aluvial y estuvo ocupada en la antigüedad por los sumerios,
babilonios, acadios y asirios, entre otros, los cuales fundaron importantes ciudades y
desarrollaron la escritura. Mesopotamia significa "Tierra entre ríos" y se encuentra en lo que hoy
es Irak.
Los sumerios
Los sumerios lograron un nivel cultural que todavía en nuestros días se notan sus
influencias. Aun después de ser conquistados por otras razas y perder su dominio político y
militar, su cultura civilizó a los agresores una y otra vez.
Este pueblo no era semita, como los fenicios, hebreos, sirios y otros de Mesopotamia.
Tampoco se les han logrado relacionar con ningún otro grupo étnico de África, Asia, o Europa.
Aunque tenían cierta influencia de la cultura hindú.
En el sur del Creciente Fértil desarrollaron un sistema de canales y reservas de aguas.
Este sistema les permitió controlar las inundaciones de los ríos en tiempos de lluvias. Durante las
secas, lo usaban para irrigar las fértiles tierras.
El éxito en la agricultura les permitió avanzar su cultura aún más. El sistema numérico
que usaban era de base 60. El gobierno era basado en la ciudad estado. Surgieron varias
ciudades, algunas de ellas llegaron a contar con más de 15,000 habitantes. Llevaron al ser
humano a la edad de bronce cuando lograron fundir el plomo y el cobre para lograr éste otro
metal de mayor fortaleza. La navegación fue más allá de los ríos. Tuvieron naves y barcos que
navegaban en el Golfo Pérsico.
La civilización sumeria está considerada como la primera y más
antigua civilización del mundo.
Con los sumerios apareció lo que llamamos Civilización, con ellos aparecieron los
rasgos tanto positivos como negativos de nuestra especie en sociedad.
Los acadios
Invadieron a los sumerios
Los acadios eran Nómadas de etnia semita1 (pueblos originarios de la Península
Arábiga) que comenzaron a moverse hacia el Creciente Fértil coincidiendo con la
prosperidad de las primeras ciudades-estado mesopotámicas.
Durante el Imperio Acadio se siguió la costumbre sumerias de levantar grandes Estelas,
monumentos conmemorativos, en lugares especiales de las ciudades. Con estas obras se
demostraba el poder el imperio y se publicitaban sus éxitos militares.
Los acadios, comandados por el rey Sargón, conquistaron también Mesopotamia
cuando aún se instalaba allí la civilización sumeria, mas ello no alteró, como ya se dijo, las
características de su arte; simplemente incorporaron a su escultura y pintura pequeños
detalles. Lo mismo sucedió con los babilonios, quienes tampoco alteraron después de su
conquista el arte de las anteriores culturas del territorio, únicamente agregaron a éste algo de
“gracia” y “bondad”. Sobresale de esta civilización una lápida donde se encuentran escritas
las 2821 leyes que conforman el famoso Código de Hammurabi, el cual recibe este nombre en
honor al Señor Hammurabi, aquel que impuso su dominio luego de los acadios, además se
encuentra también un notable retrato del mismo esculpido en esteatita verdosa.
Los babilonios
La civilización babilónica, junto con la egipcia, es una de las más antiguas del Oriente
próximo. Los sumerios ya habitaban Babilonia mil años antes de Abraham. Listas de palabras,
1 El término «semita» se refiere a aquellas personas cuya lengua materna es una lengua semita. El término se
empleó originalmente en el ámbito lingüístico para referirse a una gran familia de lenguas originarias
del Próximo y Medio Oriente y que actualmente se conocen como lenguas semíticas.
El término «semita» hace referencia a los pueblos citados en la Biblia, descendientes de Sem, Segundo hijo
de Noé, en referencia a que Jafet era el hijo primogénito (Génesis 10:21) y Cam el menor (Génesis 9:24). En el libro
del Génesis (el primero de la Biblia) se encuentra la narración del Diluvio universal y en ella está la «tabla de las
naciones», donde se hace referencia a la genealogía de los semitas. Los antiguos pueblos de habla semítica
incluyen a los habitantes de Aram, Asiria, Babilonia, Siria, Canaán —incluidos los hebreos— y Fenicia.
Los asirios
Cuando el rey Hamurabi unificó la zona sur de Mesopotamia, los sumerios y acadios
por separado dejaron de subsistir, llamándose a partir de entonces babilonios. En la zona norte,
mientras tanto había surgido la cultura asiria, con su capital Nínive, un país que había
demostrado ser también otro gran foco de civilización, aunque siempre detrás de sus vecinos.
Ahora bien, ¿qué sucedía con los asirios hasta entonces? Pues no mucho, salvo que
siempre habían demostrado cierta sumisión con respecto a sus vecinos sureños, militar y
culturalmente. Inclusive, en épocas anteriores, de sumerios y acadios, los asirios habían
demostrado ser un pueblo sometido. Así, llegamos hasta la invasión de los amorritas, con
Hamurabi a la cabeza, quien después instauraría el Imperio Babilónico.
A esta altura los asirios vuelven a ser derrotados. Se podría decir que si no eran parte
del imperio, estaban absolutamente sometidos a él. Algún tiempo después los
asirios, aprovechando la crisis de medio oriente, se libraron de los babilonios. Al morir el rey
Hamurabi, finalmente el imperio se debilita, y así, una nueva nación, los llamados casitas,
invaden la zona baja de Mesopotamia, acabando con los babilonios.
Los asirios tampoco se libraron de las invasiones y tuvieron que luchar contra hititas,
urarteos, los citados casitas, y muchas etnias más. Pero los casitas, un pueblo de origen
indoeuropeo, trajeron con sus guerras e invasiones a la región un asunto muy importante: las
armas. Esas mismas armas para dar inicio al proceso de liberación de Asiria.
Los asirios irrumpieron en la escena política de la Mesopotamia a finales de la Edad del
Bronce como una tribu guerrera desde la periferia norte de la Mesopotamia. A finales del siglo
XIII, el rey asirio Tukultininurta I se precipitó a Mesopotamia y conquistó Babilonia. Tras el
asesinato de Tukultininurta I por manos de sus propios hijos, el imperio asirio entró en
decadencia durante los próximos siglos. Pero en los comienzos de la Edad del Hierro, los asirios
se volvieron más fuerte que nunca. Durante el reinado de Asurbanipal a mediados del siglo VII
aC, los asirios habían conquistado casi la totalidad del mundo conocido de los montes
Zagros de Persia en el Oriente, a Egipto y Anatolia oriental en Occidente: el imperio más
grande que el mundo había visto.
El arte asirio fue uno de los más detallados y realistas del mundo, los temas artísticos se
concentraron en temas de caza, mostrando la grandeza de los reyes asirios, la guerra, y la
representación de la tortura brutal y matanzas de los pueblos subyugados. Los asirios se
enorgullecieron de la crueldad y la opresión de sus súbditos, y usaron su arte como
propaganda para asustarles a la sumisión. Los asirios fueron el primer imperio en practicar las
migraciones forzadas en masa de los pueblos conquistados, entendían que los pueblos
tendrían menos probabilidades de rebelarse si se les retiraba de sus países de origen y
reasentándolos en otros países con lenguas y culturas exóticas. Una de estas migraciones
forzadas era la de los judíos de Israel, la historia de que se cuenta en los textos bíblicos y los
textos asirios.
Los asirios eran los más avanzados de su época, y sirvieron de modelo a las
generaciones futuras. Fueron los primeros en hacer uso de las armas de hierro. Este metal era
común en Oriente Medio, las armas de este material eran las mejores que las de bronce y las
producían en masa.
El ejército con el que los asirios pusieron en obra su gran estrategia era una fuerza
integrada de infantería pesada y ligera que consistía en lanceros, arqueros, honderos, tropas
de asalto e ingenieros. Los asirios fueron la primera gran potencia que usó unidades regulares
de caballería, pero los carros de guerra continuaron siendo la fuerza de choque escogida de
su ejército.
Sistemas de numeración sumerio-babilónico
La primera escritura conocida apareció poco antes de finales del IV milenio en el país
de Sumer, situado en la baja Mesopotamia, entre las cuencas inferiores de los ríos Tigris y
Eufrates. La escritura se realizaba en tablillas de arcilla, que eran el “papel” de la época.
traducir esta escritura. Sin embargo, hasta el siglo XX y gracias a Thureau en Francia y a
Neugebauer en Alemania y Estados Unidos, no se descifra el significado de las de contenido
matemático.
Ilustración de la
mano del
escriba tallando
una tablilla con
una caña.
que cada lado de un cuadrado es la raíz cuadrada del área. Fue usado durante muchos años
para calcular raíces cuadradas a mano debido a su gran eficacia y rapidez. Para calcular una
raíz, dibuje un rectángulo cuya área sea el número al que se le busca raíz y luego aproxime la
base y la altura del rectángulo hasta formar o por lo menos aproximar un cuadrado.
Asigne
Asigne
Vaya al paso 2
Escriba " "
Ejemplo la raíz cuadrada de 2915.
1er Paso. Se busca el número que elevado al cuadrado se acerque lo más posible al
2915, sin importar que se pase. Ejemplo: 50^2=2500 y 60^2=3600. Tomamos entonces al 50.
2do Paso. Dividimos 2915 entre 50 con tantas cifras decimales como quieras en la raíz
por ejemplo a cuatro cifras decimales 2915/50=58.3000
3er Paso. Sacamos el promedio entre el 50 y el número que obtuvimos de la división del
2do Paso. Es decir: (50+58.3)/2=54.15 => Con este número repetimos el 2do Paso nuevamente...
Aquí empiezan las iteraciones.
2do Paso con 54.15: Es decir, 2915/54.15=53.8319 => Obtenemos el promedio con éste
número y el 54.15, es decir: (54.15+53.8319)/2=53.9910... Nuevamente iteramos.
2do Paso con 53.991: Es decir, 2915/53.9910=53.9905 Obtenemos el promedio, es decir:
(53.9910+53.9905)/2=53.9908
2do Paso con 53.9908: Es decir, 2915/53.9908=53.9907.Obtenemos el promedio, es
decir: (53.9908+53.9907)/2=53.9908
Puesto que ya se repitió el 53.9908 hemos llegado al resultado de la raíz cuadrada de
2915, tras tres iteraciones
Para la división utilizaban la multiplicación por el inverso.
Los egipcios
En el noreste de África hace 5.000 años (en el 3.000 antes de Cristo), a lo largo del río
Nilo se desarrolló una de las culturas más extraordinarias del mundo antiguo. Construyeron
monumentales pirámides, momificaron los cuerpos de sus reyes, crearon un artístico método
de escritura y desarrollaron notablemente la astronomía, la geometría y la matemática.
Por otro lado también nos indica las ciudades que en uno u otro momento fueron
capitales, Menfis y Tebas; dónde hay pirámides (Gizeh y Saqara) o templos (Karnak, Luxor, Edfú
y Abu Simbel).
El faraón tenía una serie de colaboradores. El visir era el funcionario más importante. Se
ocupaba de supervisar las obras públicas, la recaudación de impuestos y el funcionamiento
del estado. Los monarcas eran los gobernadores de las provincias en las que se dividía en
Imperio Egipcio. Los sacerdotes eran nombrados por el faraón y se dedicaban al culto de los
dioses y a los ritos funerarios. Los escribas ocupaban un lugar muy importante porque la
escritura era casi un secreto y muy poca gente sabía leer y escribir. Se encargaban de
redactar todos los documentos del gobierno.
El primer faraón
Desde tiempos prehistóricos la zona del Nilo fue ocupada por distintos pueblos. Hacia
el año 3.000 antes de Cristo existían dos reinos: uno del Alto Egipto y otro del Bajo Egipto, que
se unieron bajo el reinado de Menes, con capital común en Menfis. Menes fue el primer faraón
de alrededor de 200 que formarán parte de las 31 dinastías egipcias.
La religión
Para los egipcios la religión era muy importante. Creían en algunos dioses con forma
humana y en otros con partes humanas y de animales. Horus,con cabeza de halcón y cuerpo
de hombre, era el dios de los cielos, el sol naciente y los espacios vacíos, era el dios de los
faraones. Osiris, el sol poniente, presidía el juicio a los muertos.
Escritura
Los jeroglíficos fueron un sistema de escritura inventado por los antiguos egipcios. Fue
utilizado desde la época predinástica hasta el siglo IV. Los antiguos egipcios usaron tres tipos
básicos de escritura: jeroglífica, hierática y demótica; esta última corresponde al Periodo tardío
de Egipto.
Los jeroglíficos reflejaban el lenguaje habitual, aunque con el tiempo fue usado
preferentemente en las simbólicas representaciones de los templos, desestimándose su uso por
su clara falta de idoneidad en la escritura de uso diario; hay que tener en cuenta que las
necesidades de escritura, ya en el Imperio Antiguo, como eran la contabilidad de insumos,
alimentos (por ejemplo: en la dotación de los súbditos empleados en la construcción de
templos y pirámides), demandaba multitud de escribas que anotaran cantidades,
clasificaciones, etc., y en este proceso de reproducción la escritura jeroglífica resultaba poco
práctica. Por esta necesidad, los signos jeroglíficos van derivando en otras grafías, más
fácilmente reproducibles con cálamos de los escribas (este era el instrumento de escritura por
excelencia), dando origen a la escritura hierática.
Para la escritura cotidiana se utilizaba el hierático, y así lo evidencia el papiro Rhind,
donde consta una muestra del conocimiento matemático de los antiguos egipcios. Los
ejemplares que se poseen en la actualidad del incorrectamente denominado "Libro de los
Muertos" emplean esta forma de escritura.
La escritura jeroglífica quedó reservada para los monumentos reales, templos,
palacios, tumbas, joyas, muebles de la corte, amuletos, etc., por cuestiones no solo estéticas,
sino también por su carácter simbólico y mágico, pues grabar el nombre de una persona en
jeroglífico implicaba que, cometer un error al escribirlo o el hecho de dañarlo, podría influir en
la persona a quien hacía referencia dicho jeroglífico.
El hierático también surge en un periodo donde el lenguaje se ve transformado, ya
que de los ideogramas que representaban los primeros jeroglíficos, se pasa a un proceso de
conceptualización, para finalmente sintetizar cada símbolo en un sonido. Es muy interesante
ver la relación y similitud entre el sistema jeroglífico, el hierático, el hebreo antiguo y el fenicio;
de este último es muy simple la relación con el griego.
Jeroglífico o
Algunos ejemplos:
fueron simplificando el trazo hasta obtener los llamados signos hieráticos. Por ejemplo el 20 en
notación jeroglífica se escribía , mientras en hierática se denotaba mediante .
El escriba o calculador egipcio realizaba operaciones aritméticas elementales, con
números enteros y el uso casi exclusivo de fracciones unitarias, es decir, de numerador la
unidad. El papiro de Rhind contiene al principio una tabla en la que se expresan las fracciones
de numerador 2 y de denominador impar entre 5 y 101, como suma de fracciones unitarias;
con ellas efectuaban las cuatro operaciones aritméticas con fracciones.
La naturaleza de los números irracionales no llegó a reconocerse en la aritmética
egipcia. Las raíces cuadradas sencillas que aparecían en los problemas se expresaban
mediante números enteros y fracciones.
Los egipcios utilizaron las fracciones cuyo numerador es 1 y cuyo denominador es 2, 3,
4,..., y las fracciones 2/3 y 3/4 y con ellas conseguían hacer cálculos fraccionarios de todo tipo.
Su notación era la siguiente:
Se escribe una tabla de 2 columnas por n filas. Cada fila se obtiene por duplicación de
la anterior. Si se quiere multiplicar n x m la primera fila consta del número 1 y m. La segunda se
compondrá del 2 y 2*m. La tabla se construye hasta que el siguiente valor es mayor que n,
entonces se puede obtener el número n como suma de todos o parte de los números de la
primera columna. El resultado de la operación n x m es la suma de todos los miembros de la
segunda columna o de los equivalentes a los que suman n en la primera columna. Por ejemplo
para multiplicar n x m se escribirá:
1 M
2 m1=2*m
4 m2=2*m1
8 m3=2*m2
.. ........
2**i mi=2*m(i-1)
La tabla continúa hasta que el siguiente valor es mayor que n, es decir 2**m(i+1)> n.
Una vez hecho esto se trata de descomponer el número n como suma de j-números de la
primera columna, de manera que el número de sumandos sea el menor posible. Para
conseguirlo se resta al valor n el último obtenido, y a este resultado el mayor posible de la
tabla, y así sucesivamente hasta obtener el 0. El resultado de la multiplicación será entonces la
suma de los elementos de la segunda columna equivalentes a los de la primera que suman n.
Para multiplicar 80 x 14:
Como ejemplo el papiro Rhind recomienda que para multiplicar 41 x 59 se realicen las
siguientes operaciones:
1.- Se construye la tabla:
1 59
2 118
4 236
8 472
16 944
32 1888
2.- El siguiente valor 64 es mayor que 41, por lo que no se continúa con la tabla.
Empieza ahora el método de sustracción. Se trata de encontrar la forma de expresar 41 como
suma del menor número de sumandos de la columna 1. Para ello se resta al valor original 41 el
último (32) obteniendo 9. Ahora a 9 hay que restarle el mayor posible de la columna de la
izquierda, en este caso 8, obteniendo 1 y se repite la operación hasta que el resultado de 0.
41 - 32 = 9; 9 - 8 = 1; 1 - 1 = 0 -> 41 = 32 + 8 + 1 -> 41 x 59 = 1888 + 472 + 59 = 2419
x =
El método empleado para la división es realmente curioso. Se basa en la multiplicación
y siempre se obtenían cantidades enteras o fracciones exactas. No podemos asegurar que
desconociesen totalmente el resto, pero no tenemos pruebas de divisiones en las que
aparezca.
Si se quiere dividir n/m entonces la idea consiste en obtener el número de m y de
partes de m que suman n. Como ya hemos comentado el sistema se basa en la multiplicación,
pero ahora es el divisor el número que se duplica. Se genera una tabla de 2 columnas que
tiene en la primera fila el número 1 y el denominador (m). La idea se basa en obtener en la
columna de la derecha el número n con la construcción de sucesivas filas obtenidas por
duplicación o división. El dividendo se obtiene, entonces, como la suma de los elementos
duplicados de la columna del divisor, y el cociente es la suma de los números elegidos en la
columna base de la duplicación.
Para dividir 168 entre 8
Fracciones (rudimentarias)
El uso de fracciones es sin duda el rasgo más peculiar de la matemática egipcia. El
método empleado por los escribas para operar con fracciones es mucho más complicado
que el nuestro. La base de la representación de una fracción se encontraba en la
descomposición como suma de fracciones de numerador 1, todas distintas. En la
representación de fracciones se empleaba el símbolo (r) que en hierática se convirtió en
un punto, y que significaba "parte". Cuando se quería escribir un valor fraccionario, se
representaba el símbolo anterior seguido por el valor numérico del denominador.
se usaba la fracción 2/3, que en hierática se representaba como . Era muy frecuente el
uso de las fracciones denominadas "fracciones ojo de Horus", que representaban cada una de
las partes en las que fue seccionado el ojo de Horus durante su batalla con Seth. Las cejas
equivalían a 1/8, la pupila era 1/4, la parte izquierda de la pupila 1/2, la parte derecha 1/16, la
parte inferior vertical bajo el ojo 1/32 y la parte inferior diagonal del ojo representaba 1/64.
Matemática egipcia con humor
Mayas
La civilización maya habitó una vasta región denominada Mesoamérica, en el territorio
hoy comprendido por cinco estados del sureste de
México que son, Campeche, Chiapas, Quintana
Roo, Tabasco y Yucatán; y en América Central, en
los territorios actuales de Guatemala, Belice,
Honduras y El Salvador, con una historia de
aproximadamente 3.000 años.
Durante ese largo tiempo, en ese territorio
se hablaron cientos de dialectos que generan hoy
cerca de 44 lenguas mayas diferentes. Hablar de
los "antiguos mayas" es referirse a la historia de una
de las culturas mesoamericanas precolombinas
más importantes, pues su legado científico y
astronómico es mundial. Contrariamente a una
creencia muy generalizada, la civilización maya
nunca "desapareció". Por lo menos, no por
completo, pues sus descendientes aún viven en la
región y muchos de ellos hablan alguno de los
idiomas de la familia mayense.
La Conquista española de los pueblos
mayas se consumó hasta 1697, con la toma de Tayasal, capital de los mayas Itzá y Zacpetén,
capital de los mayas Ko'woj en el Petén (actual Guatemala). El último estado maya
desapareció cuando el gobierno mexicano de Porfirio Díaz ocupó en 1901 su capital, Chan
Santa Cruz, dando así fin a la denominada Guerra de Castas.
Los mayas hicieron grandes e impresionantes construcciones desde el Preclásico
medio y grandes ciudades como Nakbé, El Mirador, San Bartolo, Cival, localizadas en la
Cuenca del Mirador, en el norte del Petén, y durante el Clásico, las conocidas ciudades de
Tikal, Quiriguá, (ambas las primeras en ser declaradas Patrimonio de la Humanidad por la
Unesco, en 1979 y 1981 respectivamente) Palenque, Copán, Río Azul, Calakmul, Comalcalco
(construida de ladrillo cocido), así como Ceibal, Cancuén, Machaquilá, Dos Pilas, Uaxactún,
Altún Ha, Piedras Negras y muchos otros sitios en el área. Se puede clasificar como un imperio,
pero no se sabe si al momento de colonizar impusieron su cultura o si fue un fruto de su
organización en ciudades-estado independientes cuya base eran la agricultura y el comercio.
Los monumentos más notables son las pirámides que construyeron en sus centros religiosos,
junto a los palacios de sus gobernantes y los palacios, lugares de gobierno y residencia de los
nobles, siendo el mayor encontrado hasta ahora el de Cancuén, en el sur del Petén, muchas
de cuyas estructuras estaban decoradas con pinturas murales y adornos de estuco. Otros
restos arqueológicos importantes incluyen las losas de piedra tallada usualmente llamadas
estelas (los mayas las llamaban Tetún, o “tres piedras”), que describen a los gobernantes junto
a textos logográficos que describen sus genealogías, victorias militares, y otros logros. La
cerámica maya está catalogada como de las más variadas, finas y elaboradas del mundo
antiguo.
Organización Política
Los mayas no llegaron a organizar un fuerte y poderoso Estado centralizado, sino que
formaron Ciudades-Estado. En realidad, las ciudades mayas importantes controlaban las
aldeas y tierras próximas. No había ningún poder o institución que las unificase. Ellos tenían
autonomía económica y política, y generalmente eran gobernadas por familias nobles
locales. Cada ciudad maya era independiente y tenía un jefe supremo (halach uinc), y el
cargo era hereditario.
Hubo periodos en que la unidad era establecida entre algunas ciudades, como
durante la Confederación Maya. Sin embargo, la regla constante de la región era la
independencia y lucha entre las ciudades por nuevas tierras, tributos, materias primas, etc.
Economía de la Civilización Maya
La economía de los mayas se basaba en la agricultura. La tecnología empleada en
las actividades agrícolas era bastante primitiva. Sin embargo, ellos consiguieron una
del estado. Existían también sacerdotes con funciones específicas como de adivinos,
realizadores de sacrificios humanos, de escribas, etc.
Los Mayas hoy en día
Los pueblos mayas no han desaparecieron, ni en el momento de la disminución del
período Clásico, ni con la llegada de los españoles conquistadores y la posterior colonización
española de las Américas. Hoy en día, los mayas y sus descendientes forman poblaciones
considerables en toda la zona maya y mantener un conjunto distintivo de tradiciones y
creencias que son el resultado de la fusión del periodo pre-colombino y post-colombino con
sus ideas y cultura . Muchos idiomas mayas siguen siendo hablado como idiomas principales
hoy en día, el Rabinal Achí, una obra escrita en el "lenguaje Achi" (idioma mayense) fue
declarado Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la UNESCO.
Calendario Maya
Para los mayas, el concepto de tiempo cíclico había sido asumido con gran
naturalidad y esto fue lo que los llevó a explotar hasta el límite de lo imposible un método de
sistematización observacional que les permitiese confeccionar el más perfecto sistema
calendárico que hasta la fecha hubiese inventado la humanidad.
El tiempo lo era todo para los mayas. Si eran capaces de medir el tiempo con
exactitud también serían capaces de predecir en que momento iban a producirse las guerras,
las victorias, los desastres y todas las acciones y sucesos que ya habían acontecido con
anterioridad. El tiempo era cíclico por lo que con un calendario perfecto podrían predecir el
futuro convirtiéndose así en los señores del tiempo. De ahí que el calendario de gran
complejidad, asombrosa exactitud y perfección, fuese uno de los elementos que definían y
daban carácter a la civilización maya.
Al hablar del calendario maya, la mayoría de los investigadores se refieren a todo un
sistema calendárico, pues esta cultura desarrollo varios instrumentos y formas para medir el
tiempo todos relacionados entre sí.
El Tzolkin o cuenta corta, es un calendario ritual que consta de 260 días, dividido en
13 periodos de 20 días.
El haab o calendario trópico, es un calendario civil que se guía por el ciclo solar;
consta de 365 días, divididos en 18 meses de 20 días cada uno, más cinco días
adicionales que los mayas consideraban de mala suerte.
El ciclo de 52 años, compuesto por cuatro periodos de 13 años cada uno, es un
lapso que debe transcurrir para que coincida de nuevo una posición del Tzolkin
con una del haab.
La cuenta larga, o sistema para registrar el tiempo en forma lineal, a partir de una
fecha determinada que fue el 4 ahau 8 cumhú, es equivalente en nuestro sistema
gregoriano al 13 de agosto del 3114 a.C.
Los signos tanto numéricos como calendáricos están llenos de un contenido
mágico y su simbolismo trasciende sus valores matemáticos. Lo que para nosotros
son simples instrumentos de medida, para los mayas fueron esencialmente
invocaciones de conjuros, oraciones y signos astronómicos; en los cuales los
componentes matemáticos sirven no solo para darles unos valores absolutos y
relativos, sino para delimitarlos, es decir, dominarlos mágicamente.
Por otro lado, y paralelamente al anterior, se llevaba la cuenta del calendario ritual de
260 días, llamado Tzolkín, que se formaba combinando los números del 1 al 13 con veinte
jeroglíficos de los días mayas:
Juntando ambos calendarios como dos ruedas engranadas se tiene que la misma
fecha se vuelve a repetir cada 18,980 días, equivalentes a 73 Tzolkines o a 52 años civiles,
período de tiempo que los investigadores modernos llaman "Rueda Calendárica".
Este calendario está constituido por dos ruedas, la primera de ellas, la de menor
diámetro, contiene los 20 días del calendario Tzolkin con sus respectivos nombres en lengua
Quiché y su traducción al español; la segunda rueda es decir la de mayor diámetro, contiene
los números del 1 a 13 en notación maya. Esta última rueda es la que permanece fija mientras
la primera se mueve.
Matemática Maya
El sistema de escritura maya es el más desarrollado de la América Precolombina.
Consta de numerales de puntos (con valor de uno) y barras (con valor de 5), así como una
concha estilizada que representa el cero. Además de los números, la escritura comprende
varios jeroglíficos, que son signos esquematizados y que también tienen variantes (al igual que
los números de uno al veinte, representados por cabezas humanas y animales).
Cada glifo consta de un elemento principal y varios secundarios o afijos; este conjunto
es un "cartucho"; la unión de cartuchos da una especie de oración, así mismo varias oraciones
constituyen un texto.
Los logros matemáticos, cronológicos y astronómicos alcanzados por los mayas, son los
más avanzados entre las civilizaciones antiguas. Fueron el resultado de una conciencia del
devenir, concebido como el movimiento del espacio, que parece ser medular en su cultura.
Para ellos el universo no es una realidad estática sino en constante movimiento, lo que da a los
seres la capacidad de evolucionar.
Todavía no hay consenso para establecer la fecha que los mayas hayan inventado la
numeración y la aplicación del cero. Los puntos y barras fueron inscritos en fechas que
aparecen en monumentos, estelas, altares y tableros. Los testimonios inscritos en estelas,
sugieren la idea de que los mayas desarrollaron mucho antes que cualquier otra cultura un
sistema de numeración de valor relativo posicional.
A partir de la concepción de un sistema numérico vigesimal, basado en signos tan
simples como puntos y barras, los mayas tuvieron la capacidad de calcular los ciclos
astronómicos y temporales, y se hicieron de las herramientas para administrar sus bienes
materiales de manera óptima. Aunada a la simplicidad de los signos, la trascendencia de la
ciencia matemática de los mayas reside en la creación del cero, concepto que permaneció
como una incógnita para otras culturas por varios siglos, por lo que, sin duda, los matemáticos
mayas encabezaron la vanguardia intelectual de las culturas prehispánicas de Mesoamérica
en el terreno de las ciencias exactas. La invención del cero se califica como la conquista más
grande del intelecto humano, ya que el invento del cero es una de las obras más ingeniosa
del talento humano y que la cultura maya fue la primera que la utilizó.
La matemática vigesimal o de posiciones y el uso del cero, fue desarrollado por los
mayas aproximadamente mil años antes que los hindúes desarrollaran el sistema decimal que
se conoce actualmente y que utilizaron con facilidad.
Números mayas
En una primera aproximación al estudio de las matemáticas mayas, sólo hay que
poner atención a dos aspectos básicos: el significado que encierran sus numerales
(representados por tres símbolos: el punto, la barra y el cero) y la posición de los mismos en el
tablero (retículo o cuadrícula).
símbolo para el cero que representa un puño cerrado o una concha. Con la combinación
de punto y barra construyen los primeros 19 algoritmos. El uno está representado por un punto
y combinamos 2, 3 y 4 puntos, que representan los números 2, 3 y 4 respectivamente.
Según ejemplos del Chilam Balam, los números también se escribían en forma
horizontal. Veamos:
a.
3. “se alzará guerra en la Habana con 13 veces 400 barcos”
Horizontalmente:
1.
Y verticalmente es:
2.
4. “los 4 cuatrocientos más 17 años”
Cambios De Base
Se necesita construir algoritmos para pasar del sistema decimal al sistema Maya y
viceversa. Para ello emplearemos las reglas sugeridas en el libro de Aritmética de Aurelio
Baldor.
Cambio De Base Del Sistema Decimal Al Sistema Maya.
Veamos el primero de los casos, empezando con un ejemplo:
deseamos escribir el número 345 en sistema Maya. Dividimos el número 345
entre 20, esto da como cociente 17 y residuo 5. Esto indica que en la posición
de las unidades se escribe una barra (5 el residuo) en la posición de las
veintenas tres barras y dos puntos que representan al 17 (que es el cociente).
Ver figura a la derecha.
Otro ejemplo con un número un poco mayor, trasladaremos el número
9,321 al sistema de numeración Maya. El algoritmo es el mismo, esto es, dividir 9,321
entre 20, esto da 466 como cociente y 1 como residuo. El 1 del residuo, representa
un punto en la posición de las unidades, ahora dividimos el cociente entre 20,
buscando un nuevo residuo que será el valor de las veintenas y se continua
dividiendo, hasta que el cociente sea más pequeño que 20, esto es, cuando
dividimos 466 entre 20 se obtiene 23 de cociente y 6 de residuo, o sea que se
escribirá una barra y un punto en las veintenas y continuamos dividiendo. Al
continuar la división se obtiene cociente 1 y residuo 3, se escribirán 3 puntos en la
tercera posición (de los 400) y un punto en la cuarta posición (de los 8,000).
arriba hacia abajo) el último cociente y todos los residuos colocados a su derecha (o abajo),
de uno en uno, aunque sean ceros.
8 x 204 = 1,280,000
La suma de los
6 x 203 = 48,000 productos a la
izquierda es
12 x 20 = 240
7 x 200 = 7
Operaciones
Para entender la sencillez y precisión de la ciencia matemática de los mayas, la
utilización del tablero es un factor indispensable; sobre esta cuadrícula se realizaban las
operaciones y los cálculos con los que se contabilizaron desde las pertenencias, los impuestos
y la repartición de las cosechas, hasta los eventos astronómicos y los ciclos del tiempo.
Como todas las muestras de la cultura maya, el tablero, que es una cuadrícula
semejante a la del ajedrez, es un objeto lleno de significaciones relacionadas con su
cosmovisión; este elemento representaba, en un sentido místico, la urdimbre del universo; el
campo donde suceden los hechos que transforman el tiempo y el espacio y el lugar donde se
asienta el conocimiento humano. Por eso, al comprender su función y hacer uso de ella, se
manifiesta como una figura que, de forma simbólica, ejemplifica el orden y equilibrio de todo
cuanto existe.
El posicionamiento dentro del tablero, los cálculos y las operaciones aritméticas se
realizan por medio de mecanismos fáciles de comprender. Los niveles del tablero incrementan
su valor de abajo hacia arriba, de acuerdo a la posición que tiene el numeral dentro de dicho
tablero, como se muestra a continuación, ordenando los numerales por unidades, veintenas,
veintenas de veintenas, veintenas de veintenas de veintenas, etcétera, por lo que un punto (o
unidad) en cada nivel, tendría la siguiente equivalencia:
Un punto en la 6ª posición 3,200,000
Un punto en la 5ª posición 160,000
Un punto en la 4ª posición 8,000
Un punto en la 3ª posición 400
Un punto en la 2ª posición 20
Un punto en la 1ª posición 1
Este mecanismo permitió a los mayas hacer cálculos con números estratosféricos; por
ejemplo, el número 25 673 295, se representa en maya de la siguiente manera, utilizando seis
niveles o posiciones del tablero:
El Cero
Las matemáticas mayas han dejado una huella en el tiempo; antes que cualquier otra
civilización, los mayas originaron un concepto revolucionario: el cero, el cual es un símbolo
comúnmente utilizado para representar la nada; sin embargo, el concepto maya del cero no
implica una ausencia ni una negación; para los mayas, el cero posee un sentido de plenitud.
Por ejemplo, al escribir la cifra 20, el cero, puesto en el primer nivel, únicamente indica que la
veintena está completa.
La posición del cero comprueba que a este número no le falta nada, lo cual es una
acepción opuesta al concepto de ausencia o carencia. En este sentido, el 20 es una unidad
completa del segundo nivel y del primer nivel. Al ocupar el primer nivel, y generar uno nuevo,
da la idea del cierre de un ciclo y el principio de otro. Quizá esto se relacione con las hipótesis
que se han generado en torno a la naturaleza y significado original del glifo que representa:
Cero
En primer lugar, puede observársele como un puño cerrado: los dedos (que son los
numerales con que empezó a contar el hombre) retenidos dentro de un espacio cerrado;
contenidos en el puño, integrados y completos. Por otra parte, se le ve como una concha,
imagen vinculada con el concepto de la muerte.
En la siguiente columna están los números escritos siguiendo las reglas de escritura
maya. Se desea sumar 526 + 3 470 + 9 837 = 13 833, se representan en la cuadrícula maya:
Se muestra un paso intermedio, producto de la operación matemática que se esté
efectuando, que llamaremos columna de trabajo, CT.
Aplicando la regla: 20 unidades en una celda, sube una unidad a la celda superior,
logrando así el resultado siguiente:
Sustracción
Es fácil para el lector extrapolar del concepto de adición al de sustracción y también
determinar si el resultado es un número negativo o un positivo.
Se nota que el primero es mayor que el segundo, ya que tiene más elementos en la
tercera fila. Ahora todo lo que se necesita hacer, es quitar de la primera columna, tantos
elementos como hay en la segunda columna, este proceso se repite en cada fila,
comenzando con la fila más alta. Quitando entonces la primera fila se tiene:
Un último ejemplo: En este presentamos el caso cuando tenemos que restar de una
fila, y el minuendo es menor que el substraendo, veamos:
Se restará de la columna uno, los elementos de la columna dos, fila por fila,
comenzando con la fila de la potencia mayor, en este caso, se inicia la resta en la tercera fila:
En la segunda fila, el minuendo es menor que el substraendo, en este caso, se baja una unidad
de la fila superior, que se convierte en 20 unidades en esa fila, y de esta manera sí se puede
restar, vea el ejemplo:
Multiplicación
Algunos autores indican que el proceso de multiplicación, probablemente se hacía
con sumas repetidas estas conclusiones las hacen, probablemente, por la forma en que se
construye la multiplicación en los números enteros. En los inicios de su desarrollo matemático,
probablemente, esta fue la forma de efectuar multiplicaciones, pero, considerando las
grandes cantidades que ellos manejaban en sus cálculos astronómicos y la exactitud de los
mismos, es muy lógico pensar, que debieron de haber desarrollado un algoritmo para efectuar
la multiplicación.
Paso 1: Para el primer número, colocamos las rectas de izquierda a derecha, de forma
oblicua como muestra la siguiente figura:
Importante:
e) 325 x 48 = 15 600
Incas
Inca es una palabra que proviene de la lengua quechua, y quiere decir "rey" o
"príncipe". Es el nombre que se daba a los soberanos precolombinos de Cuzco, que
establecieron un vasto imperio en los Andes en el siglo XV, muy poco antes de la conquista
española.
Los Incas eran grandes conquistadores, su imperio estaba ubicado en América del sur.
Iba desde el norte de Chile al sur de Colombia, cubriendo los territorios actuales de Bolivia,
Perú, Ecuador hacia el Pacífico. Su territorio se situaba en parte sobre la cordillera de los
Andes.
Pero el nombre también se aplica a todos los súbditos del Imperio Inca. Los incas
establecieron la última y más desarrollada de las antiguas civilizaciones andinas.
Para poder administrar mejor un territorio tan extenso, los Incas lo dividieron en cuatro
regiones que partían desde la capital, Cuzco significaba "ombligo". Chinchasuyu, Antisuyu,
Contisuyu y Collasuyu. Estas zonas se dividían en provincias y ciudades, compuestas por
"ayllus".
Los orígenes del imperio se remontan a la victoria de las etnias cuzqueñas (actual Perú)
lideradas por Pachacútec frente a la confederación de estados chancas en el año 1438.
Luego de la victoria, el curacazgo incaico fue reorganizado por Pachacútec. El imperio
incaico iniciaría con él una etapa de continua expansión que siguió con su hermano Cápac
Yupanqui, luego por parte del décimo inca Túpac Yupanqui, y finalmente del undécimo inca
Huayna Cápac quien consolidaría los territorios. En esta etapa la civilización incaica logró la
máxima expansión de su cultura, tecnología y ciencia, desarrollando los conocimientos propios
y los de la región andina, así como asimilando los de otros estados conquistados.
Luego de este periodo de apogeo el imperio entraría en declive por diversos
problemas, siendo el principal la confrontación por el trono entre los hijos de Huayna Cápac:
los hermanos Huáscar y Atahualpa, que derivó incluso en una guerra civil. Finalmente
Atahualpa vencería en 1532, sin embargo su ascenso al poder coincidiría con el arribo de las
tropas españolas al mando de Francisco Pizarro, que capturarían al Inca y luego lo
ejecutarían. Con la muerte de Atahualpa en 1533 culminó el imperio incaico, sin embargo,
varios incas rebeldes, conocidos como los «Incas de Vilcabamba», continuarían la lucha
contra los españoles hasta 1572 cuando fue capturado y decapitado el último de ellos: Túpac
Amaru I.
El imperio incaico corresponde actualmente a territorios relativos al sur de Colombia,
pasando por Ecuador, principalmente por Perú y Bolivia, la mitad norte de Chile y el noroeste
de Argentina. El imperio estuvo subdividido en cuatro suyos: el Chinchaysuyo (Chinchay Suyu)
al norte, el Collasuyo (Qulla Suyu) al sur, el Antisuyo ('Anti Suyu') al este y Contisuyo ('Kunti Suyu')
al oeste. La capital del imperio fue la ciudad de Cuzco, en el Perú.
Los cronistas afirmaron que el imperio incaico estuvo dividido en cuatro distritos
conocidos como suyos (del quechua suyu): Chinchaysuyo, Antisuyo, Collasuyo y Contisuyo. El
centro de esta división era el propio Cuzco. Se ha atribuido al inca Pachacútec la creación de
este sistema de organización del territorio; sin embargo sabemos que se trataba de una
práctica que antecedió al gobierno de este gran reformador. Antes de consolidarse el
dominio del inca en el Cuzco, el espacio en torno de esta ciudad estuvo también dividido en
cuatro partes. Las divisiones entonces correspondían a los territorios de los señoríos del área.
Cuando Manco Cápac y sus clanes se establecieron en la zona, crearon los cuatro suyus incas
a partir de esta división.
Un tema que aún es motivo de discusión entre los investigadores es aquel de la
extensión y los límites de cada suyu.
Organización política
El gobierno imperial era de tipo monárquico teocrático y la máxima autoridad era el
emperador, aconsejado por el consejo imperial. El gobierno de cada suyo (distrito) estaba a
cargo de un tucuyrucuy, que actuaba como virrey.
Actividades económicas
Al llegar al imperio incaico, los españoles coincidieron en destacar el éxito de su
economía. Los cronistas describieron los productos que hallaron en los depósitos, alabando la
abundancia de la producción tanto en agricultura como en ganadería; los europeos también
alabaron la repartición equitativa de estos productos entre la población.
Las crónicas coinciden que el éxito de la economía incaica se basaba en una
correcta administración de los recursos, para hacer efectiva esta forma administrativa se
construyeron depósitos y se utilizaron los quipus como un sistema de contabilidad.
La base de la economía fue la agricultura; las tierras eran comunales. Cada familia
tenía sus tierras para cultivarlas y alimentarse. Las familias más numerosas, recibían mayor
cantidad de tierras.
Religión
La religión estuvo constantemente presente en todos los ámbitos de las labores incas.
En las leyendas de formación del imperio incaico, se percibe una marcada diferencia sexual
entre hombre y mujer. Eran politeístas (es decir creían en varios dioses), destacando el culto al
"Dios Sol".
Matemática incaica
En el campo de la matemática los incas destacaron principalmente por su capacidad
de cálculo en el ámbito económico. Los quipus y yupanas fueron señal de la importancia que
tuvo la matemática en la administración incaica. Esto dotó a los incas de una aritmética
sencilla pero efectiva, para fines contables, basada en el sistema decimal; conocieron el cero,
y dominaron la suma, la resta, la multiplicación y la división.
Por otra parte, la construcción de caminos, canales y monumentos, así como el
trazado de ciudades y fortalezas, exigió el desarrollo de una geometría práctica, que fue
indispensable para la medición de longitudes y superficies, además del diseño arquitectónico.
A la par desarrollaron importantes sistemas de medición de longitud y capacidad, los cuales
tomaron partes del cuerpo humano como referencia.
También se puede confirmar el uso del sistema decimal en el incario, por medio de la
interpretación de los quipus, que están organizados de modo que los nudos de acuerdo a su
ubicación pueden representar: unidades, decenas, etc.
Sin embargo, la principal confirmación de este sistema, se expresa en la denominación
de los números en quechua, en que los números van desarrollándose de manera decimal,
como se puede apreciar en el siguiente cuadro (el quechua usado es el estándar de Cuzco):
Números Quechua Números Quechua Números Quechua
1 Huk 11 Chunka hukniyuq 30 Kimsa chunka
2 Iskay 12 Chunka iskayniyuq 40 Tawa chunka
3 Kimsa 13 Chunka kimsayuq 50 Pisqa chunka
4 Tawa 14 Chunka tawayuq 60 Suqta chunka
5 Pisqa 15 Chunka pisqayuq 70 Qanchis chunka
6 Suqta 16 Chunka suqtayuq 80 Pusaq chunka
7 Qanchis 17 Chunka qanchisniyuq 90 Isqun chunka
8 Pusaq 18 Chunka pusaqniyuq 100 Pachak
9 Isqun 19 Chunka isqunniyuq 1.000 Waranqa
10 Chunka 20 Iskay chunka 1.000.000 Hunu
Quipus
Los quipus constituyeron un sistema nemotécnico basado en cuerdas anudadas,
mediante las cuales se registraban todo tipo de información cuantitativa o cualitativa; si se
trataban de resultados de operaciones matemáticas, sólo se anudaban las realizadas
anteriormente en los "ábacos incas" o yupanas. Si bien una de sus funciones se relaciona con
la matemática al ser un instrumento capaz de contabilizar, también era utilizado para guardar
Yupanas
basados en relación al número 40. De ser cierto, es curioso notar la coincidencia entre la
progresión geométrica conseguida en el yupana y los actuales sistemas de procesamiento;[7]
por otro lado también resulta contradictorio el hecho de basar su sistema de contabilidad en
el número 40, de seguir las investigaciones y confirmarse este hecho, habría que comparar su
uso con el sistema decimal, que según la tradición histórica e investigaciones anteriores, era el
que usaban los incas.
En octubre de 2010 el investigador peruano Andrés Chirinos con el apoyo de la
Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), revisando dibujos
y descripciones antiguas del cronista indígena Guaman Poma de Ayala, descifró finalmente el
acertijo de la Yupana que básicamente es una tabla con once agujeros, que el denomina
"calculadora prehispánica" y es capaz de sumar, restar, multiplicar y dividir y posiblemente
también registrar textos, lo cual le hace tener esperanzas en descubrir finalmente como
funcionaban los quipus.
China
En los fértiles valles de los ríos Hang-Ho y Yang-Tse-Kiang, desde el siglo XV a.C., el
cultivo del arroz fue haciendo necesaria una organización unificada para controlar las
crecientes y mejorar el cultivo. Así nació el imperio chino que sobrevivirá hasta el siglo XX.
Organización social
Los valles arroceros eran invadidos permanentemente por guerreros mongoles. Esto
llevó a los chinos a desarrollar una monarquía militar absoluta encabezada por el emperador,
el hijo del cielo, apoyado en la nobleza y los funcionarios, llamados mandarines. Los
mandarines recibían una educación especial y su poder fue creciendo hasta manejar todos
los asuntos del Imperio.
Religión
Los chinos adoraban a dioses del cielo y de la tierra. Además tenía mucha importancia
el culto a los antepasados de cada familia. En el siglo VI a. C. la religión china sufrió la
influencia del budismo indio y de dos movimientos surgidos en China: el de Lao Tse y el de
Confucio.
A Lao Tse se le atribuye una teoría sobre la creación del mundo: el Tao, (el camino)
principio único creador que dio origen a todo lo creado. Esta doctrina, a la que se la llamó
taoísmo, proponía renunciar a todo deseo para alcanzar la felicidad.
La doctrina de Kung Tse (Confucio) fue menos profunda pero tuvo mucha más
adhesión popular. Confucio daba una serie de normas morales que no hacían otra cosa que
confirmar las tradiciones chinas: respeto al emperador, a los ancianos y a los padres; ejercicio
de la caridad, conducta honrada, estudio y serenidad. Estos principios, que convenían al
poder imperial, fueron puestos por escrito en los libros King, que eran estudiados
permanentemente por los mandarines y transmitidos al pueblo como valores morales.
Grandes constructores
La construcción de viviendas, palacios, tumbas permitió desarrollar una arquitectura
original, caracterizada por la sucesión de pisos escalonados que terminaban en techos con
puntas encorvadas hacia arriba. Estas construcciones se adornaban con pinturas y esculturas
que representaban dragones y otros animales fantásticos.
A principios del siglo III la dinastía Chin comenzó la construcción de la Gran Muralla,
que atravesaría el territorio chino a través de centenares de kilómetros con el objetivo de
proteger a China de las invasiones de los pueblos vecinos. La Gran Muralla es una de las obras
de arquitectura más importantes del mundo.
Escritura
Los chinos tenían una escritura ideográfica, es decir que cada símbolo expresa una
idea o un objeto, a diferencia de las formas silábicas o alfabéticas como la nuestra. No era
nada fácil escribir los símbolos y además el gobierno no tenía ningún interés en difundir la
escritura y la lectura porque le convenía mantener al pueblo en la ignorancia. Así que muy
pocos, la nobleza y los mandarines, sabían leer y escribir.
El chino es un antiquísimo sistema de escritura y, lo que es más increíble, ha variado
muy poco en sus miles de años de existencia.
Economía
La base de la economía china era el arroz y el té. En principio estos productos eran
sólo para el consumo interno pero pronto comenzaron a ser exportados junto con otro
producto que se hará muy famoso y requerido: la seda.
Etapas de la historia china
La historia de China, como la de Egipto, se divide en dinastías. La primera dinastía
Imperial fue la Shang, del 1500 al 1000 a. C. Le siguió la Chou Occidental, del 1000 al 770 y la
Chou Oriental, del 770 al 256 a. C. La dinastía Chin unificará China hacia el 221 a. C. y
centralizará el estado. A partir de entonces se suceden decenas de dinastías hasta la invasión
de los mongoles y la formación del Imperio del Gran Kahn entre 1215 y 1368 d. C. La dinastía
Ming (1368 - 1644) logró expulsar a los mongoles y dar un nuevo esplendor a China.
Los chinos fueron grandes investigadores y descubridores. Entre otras cosas inventaron
la pólvora, el papel, la imprenta y los fideos, que fueron llevados a Italia por Marco Polo en el
siglo XIII.
La medicina china era muy avanzada para la época. Desarrollaron la técnica de la
acupuntura, que permitía curar clavando superficialmente pequeñas agujas en la piel en
distintas partes del cuerpo. Esto les permitía realizar operaciones sin necesidad de la anestesia
aplicando las agujas en el lugar correcto, se le quitaba toda sensación de dolor al paciente.
y usa la combinación de los números hasta el diez con la decena, centena, millar y decena de
millar para según el principio multiplicativo para representar 50, 700 ó 3000. El orden de
escritura se hace fundamental, ya que «5 10 7» igual podría representar 57 que 75.
Cifras
La forma clásica de escritura se empezó a usar 14 hacia el 1500 a. C.
Las cifras actuales datan del siglo IV d. C.
Cifras de la forma clásica
Escritas con el estilo Kaishũ
Podían expresar cualquier número comprendido entre 1 y 999.999.999.999
Las bolas son contadas empujándolas para arriba o hacia la viga. El ábaco chino
hace más que solo contar ya que se desarrollaron técnicas muy eficientes para hacer la
multiplicación, la división, la adición, la substracción, la raíz cuadrada y la raíz cúbica a gran
velocidad.
Ábaco chino.
En el siglo XIII se estandarizó una mesa de ábaco en china, consistiendo en una mesa
cubierta de paño en la que se dibujaban unas líneas con tiza o tinta. Existieron dos intentos por
reemplazar la mesa de ábaco a otros más modernos. El primero fue ideado por el filósofo
romano Boethius, quien escribió un libro sobre geometría dedicando un capítulo al uso del
ábaco, describió cómo en lugar de emplear cuentas se podía representar el número con solo
una cuenta que tuviese los dígitos del 1 al 9 marcados. El segundo intento fue realizado por el
monje Gerbert de Avrillac (945-1003), quien fue Papa con el nombre de Silvestre II. Gerbert
tomo ideas del libro de Boethius, y describió el uso de una nueva forma de ábaco en el año
1200 d.C.. Ninguno de estos dos ábacos fue popular.
La mesa de ábaco fue usada extensamente en Bretaña, al igual ésta fue
abandonada por la mayoría de la gente. El libro "The Grounf of Artes" escrito por Robert
Recorde (1510-1558) en 1542, claramente muestra el método de aritmética con la mesa de
ábaco Conforme los numerales indo-arábigos aparecieron en Europa, el uso de la mesa de
ábaco desapareció por completo, tanto es así que cuando los soldados de Napoleón
invadieron Rusia en 1812, trajeron ábacos como trofeos o recuerdos del país.
En otras partes del mundo se encuentra China, la primera evidencia del inicio del
ábaco chino que se descubrió fueron cuentas de cerámica hechas en el occidente de la
Dinastía Zhou[1] con más de 3.000 años. Respecto a los materiales históricos a la mano, el libro
que registra el comienzo del cálculo con un ábaco se llama Crónica Aritmética escrito por Xu
Yue en el oriente de la Dinastía Han (206 a. C.-220 d.C.), hace 2.000 años. Esto indica que el
ábaco tenía una cuenta en la parte superior y cuatro en el inferior.
Los ábacos de la forma moderna existieron en la Dinastía Song (960d.C.-1279d.C.) el
cual puede ser verificado por algún material de evidencia, por ejemplo, en una pintura de
Wang Xhenpeng, ésta es la evidencia que muestra el uso extenso entre la gente del sur de la
Dinastía Song.
Producciones matemáticas originadas en la civilización china
Nuestro conocimiento de las matemáticas chinas antes del 100 a.C. es muy limitado a
pesar del descubrimiento en 1984 del Suan shu shu (Un libro de aritmética), un texto fechado
en los alrededores del año 180 a.C. Está escrito en tiras de bambú y se encontró cerca de
Jiangling, en la provincia de Hubei. Los siguientes libros en importancia de los que tenemos
conocimiento son el trabajo de dieciséis capítulos Suanshu (Recetas de conteo) escrito por Du
Zhong y el texto de veintiséis capítulos Xu Shang suanshu (Recetas de conteo de Xu Shang)
escrito por Xu Shang. Ninguno de ellos ha sobrevivido y poco sabemos de su contenido. El
texto más antiguo que se conserva en su totalidad es el Zhoubi suanjing (Manual de relojes de
Sol de Zhou) compilado entre los años 100 a.C. y 100 d.C. (ver el artículo sobre los Diez
clásicos). Es un texto de astronomía que muestra cómo medir las posiciones de los cuerpos
celestes utilizando relojes de Sol llamados también gnomones, pero contiene importantes
secciones de matemáticas.
En China, el emperador Qin Shi Huang (Shi Huang-ti) ordenó en el 212 a. C. que todos
los libros de fuera del estado de Qin fueran quemados. El mandato no fue obedecido por todo
el mundo, pero como consecuencia se conoce muy poco acerca de la matemática en la
China ancestral.
Desde la Dinastía Zhou, a partir del 1046 a. C., el libro de matemáticas más antiguo
que sobrevivió a la quema fue el I Ching, que usa trigramas y hexagramas para propósitos
filosóficos, matemáticos y místicos. Estos objetos matemáticos están compuestos de líneas
enteras o divididas llamadas yin (femenino) y yang (masculino), respectivamente (véase
Secuencia del Rey Wen).
La obra más antigua sobre geometría en China viene de canon filosófico mohista,
hacia el 330 a. C., recopilado por los acólitos de Mozi (470-390 a.c.). El Mo Jing describió varios
aspectos de muchos campos relacionados con la física así como proporcionó una pequeña
dosis de matemáticas.
Después de la quema de libros, la dinastía Han (202 a.C - 220 d.C) produjo obras
matemáticas que presumiblemente abundaban en trabajos que se habían perdido. La más
importante de estas es Los nueve capítulos sobre el arte matemático, cuyo título completo
apareció hacia el 179 d. C., pero existía anteriormente en parte bajo otros títulos. La obra
consiste en 246 problemas en palabras que involucran agricultura, negocios, usos geométricos
para establecer las dimensiones de las pagodas, ingeniería, agrimensura y nociones sobre
triángulos rectángulos y π. También se usa el Principio de Cavalieri sobre volúmenes más de mil
años antes de que el propio Cavalieri lo formulara en Occidente. Se crearon pruebas sobre el
Teorema de Pitágoras y una formulación matemática de la eliminación de Gauss-Jordan. Liu
Hui hizo un comentario de la obra hacia el siglo III d. C.
En resumen, las obras matemáticas del Han astrónomo e inventor Zhang Heng (78–139
d. C.) contenían una formulación para pi también, la cual difería de los cálculos de Liu Hui.
Zhang Heng usó su fórmula de pi para encontrar volúmenes esféricos. Estaban también los
trabajos escritos del matemático y teórico de la música Jing Fang (78–37 a. C.); mediante el
uso de la coma pitagórica, Jing observó que 53 quintas justas se aproximan a 31 octavas.
La interpolación fue una herramienta muy importante en astronomía y Liu Zhuo (544-
610) fue un astrónomo que introdujo la interpolación cuadrática con un método de diferencia
de segundo orden. La astronomía china no era totalmente independiente de los desarrollos
que tenían lugar en India y las matemáticas también se veían influidas en cierta medida por
los trabajos matemáticos indios, ya que algunos fueron traducidos al chino. Hoy en día los
historiadores discuten sobre la influencia de las matemáticas indias, árabes e islámicas sobre la
China. Es fácil decir que su influencia fue menor de la que debía haber sido, ya que los chinos
calmar su ira. Sin embargo, cada vez que lo hacían, aparecía una tortuga que rondaba la
ofrenda sin aceptarla, hasta que un chico se dio cuenta de las peculiares marcas del
caparazón de la tortuga, de este modo pudieron incluir en su ofrenda la cantidad pedida (15),
quedando el dios satisfecho y volviendo las aguas a su cauce.
El primer cuadrado mágico en la historia fue creado en China por un desconocido
matemático, probablemente en algún momento antes del siglo I
dC. Llamada la cuadrícula Lo Shu, que es un cuadrado mágico de
3 que se dice que apareció en la parte posterior de una tortuga
que salió del río. Lo Shu supuestamente significa "hoja de río" y la
historia de la aparición de la tortuga tenía que ver con un sacrificio
al dios del río, debido a que normalmente se desbordaba e
inundaba a los campos recién sembrados, perjudicando la
economía del país.
Desde un primer momento el emperador le ha dado una
interpretación mística y sagrada, a este suceso, ya que la tortuga era un presagio para su país,
porque simbolizaba la longevidad y la protección. Lo Shu comenzó a construir palacios según
una distribución en cuadricula, tratando siempre de emular el lomo de este animal sagrado.
También reconocieron que este fue también el número exacto de días en cada uno de los
veinticuatro ciclos lunares del año chino.
Otra versión de la historia de "Lo Shu": Una vez en China, había una gran inundación.
Para calmar su ira, las personas dan ofrendas al dios del río Lo, uno de los ríos en serie. Pero
cada vez que la tortuga sale del río y caminaron todo las ofertas. El dios del río no aceptó el
sacrificio, hasta que un día un niño notado curiosa figura de la concha de tortuga. De ahí se
comprende la necesidad de 15 ofertas. Lo: nombre de un río. Shu significa "libro".
Según Philip I.S. Lei - Hong Kong.
Después de varios siglos, el cuadrado mágico 3x3 hizo su manera de salir de China y
entró en el subcontinente indio. De la India, viajó a Arabia y en la Europa medieval. Dado que,
cuadrados mágicos han fascinado la humanidad a través del tiempo, y han existido por más
de 4120 años. Se encuentran en una serie de culturas, entre ellas Egipto y India, grabado en
piedra o metal y usados como talismanes, la creencia de que los cuadrados mágicos tener
astrológicas y adivinatorias cualidades, garantizan longevidad y prevención de
enfermedades. En el siglo IX, Arabia astrólogos utilizan cuadrados mágicos para interpretar
horóscopos.
Los documentos más antiguos que hacen referencia al cuadrado de Lo Shu son
ambiguos, pero hay listas de referencias un Shu Ching en 650 a. C. que hace una referencia a
la "hoja de río", que puede ser el cuadrado mágico de 3.
El desplazamiento es un cuadrado mágico 3x3, donde los números impares se
expresan como puntos blancos, o yang símbolos, y los números pares se expresan en negro
puntos, o yin símbolos. Los números impares se supone que son símbolos de cielo, mientras que
los números pares son símbolos de la tierra.
四 九 二
三 五 七
八 一 六
Más allá de toda esta leyenda, se supone que el primer cuadrado mágico chino se
cree que han sido creados por Fuh-Hola, el mítico fundador de la civilización china, que vivió
desde 2858 hasta 2738 aC. Los números impares se supone que son símbolos de los cielos,
mientras que los números aún son símbolos de la tierra.
Muy poco se sabe sobre el origen de los cuadrados mágicos. Tres culturas se sabe que
han creado los cuadrados mágicos, el chino, el indio y el árabe. Cada cultura considera como
poseedora de las propiedades sobrenaturales. El primer cuadrado mágico en la historia fue
creado en China por un matemático desconocido, en algún momento antes del siglo I dC.
Observe que la suma de sus filas, columnas y diagonales siempre dá 15 como
resultado
.
Utilizando la fórmula para esta suma, tenemos:
,
y la solución para M da:
.
Por lo tanto, un Lo Shu normal cuadrado mágico normal debe tener su filas, columnas y
diagonales se suma a:
,
LoShu, Sudokus y Cuadrados bimágicos
De 8 LoShu cuadrados, pueden construir dos Sudokus (cada 3x3 sub-cuadrado
contiene nueve enteros de 1 a 9, y cada fila y cada columna contiene los nueve enteros de 1
a 9):
Estos Sudokus tienen adicionales agradable propiedades, por ejemplo, si nos mover
una columna o más de un lado para el otro lado, siguen siendo Sudokus el nuevo 3x3 sub-
cuadrados siempre contienen todos los enteros de 1 a 9. Mismo si mueve las líneas de un lado
para el otro lado.
Ahora, construir un cuadrado 9x9 en la que cada célula utilizar las dos células de Sudoku A y Sudoku
B con la fórmula:
9(A - 1) + B
Entonces usted consigue bimágico cuadrado con método de Tarry-Cazalas. TODOS
bimágicos 9x9 cuadrados construidos con método de Tarry-Cazalas son una combinación de 2
de Sudokus. Por definición, un cuadrado bimágico es un cuadrado mágico que sigue siendo
mágico, si todos los números que contiene ascendiós a cuadrado.
Grecia
1-Aqueos y jonios
Los primeros grupos de población griega, procedentes de los Balcanes, llegaron a
Grecia hacia el Año 2000 a. C, pero durante varios siglos llevaron una existencia poco
destacada. Sin embargo, del siglo XVI al XII a. C. Hubo un florecimiento, que se refleja en una
presencia intensa en el Mediterráneo: es la etapa micénica, que se corresponde con la Edad
del Bronce Reciente dela historia universal. Hacia el año 1600 a. C. irrumpe en Grecia una
nueva oleada de población (aqueos y jonios) cuya lengua es griega, como nos lo certifican
las tablillas de barro escritas en el silabario lineal B. Frente a la pacífica población agraria
anterior, aparece entonces una brillante cultura. Se construyen grandes fortalezas, especial la
de Micenas. Los aqueos y jonios son amantes de la guerra: traen el carro de guerra de dos
caballos y sobresale el esplendor de sus armaduras. Es una sociedad básicamente varonil y
patriarcal, que adopta la monarquía como sistema político. Usan con frecuencia el ámbar en
las joyas, desconocido antes en la cuenca del Mediterráneo.
2- Micenas desplaza a Creta
Hasta este momento, el centro cultural más desarrollado era la isla de Creta, de
población aún no indoeuropea. Ahora los micénicos, atraídos por el brillo de la civilización
cretense (también l l a m a d a m i n o i c a p o r e l m í t i c o r e y M i n o s ) , a d o p t a n m u c h a s
d e l a s c a r a c t e r í s t i c a s c u l t u r a l e s minoicas y terminan por adueñarse del Egeo: las
naves micénicas surcan en todas direcciones el mediterráneo. Y en este contexto se
entienden bien los orígenes heroicos de la Ilíada y la Odisea, pues en estos poemas quedan ecos
de muchos elementos de la época micénica.
3- El fin de Micenas
Entre 1200 y 1100 a. C., los distintos enclaves micénicos son atacados y destruidos. Los
estudiosos no se ponen de acuerdo sobre las causas: unos piensan en la llegada de una
nueva oleada griega, los llamados dorios, que destruyen los palacios micénicos; otros se
inclinan por una revuelta social. En cualquier caso, hacia el 1100 a.C. es destruida la fortaleza
de Micenas, con lo que termina una etapa importante en la historia griega.
segunda mitad del siglo VIII a. C., deja ver la inquietud de las clases bajas por la justicia y su
aplicación-. Una salida a esta situación era poner por escrito esas normas, lo que supondrá un
avance en la consolidación de la justicia y, por tanto, en la defensa de las clases sociales más
débiles. Estos hechos socioeconómicos llevan a la aparición de una nueva clase social, la de
los artesanos y comerciantes, intermedia entre la aristocracia y el campesinado. Y todo ello
conduce a una progresiva pérdida de derechos de las clases superiores, lo que en ocasiones
dio lugar a revueltas sociales. La característica más importante de la época arcaica es la
toma de conciencia del hombre como realidad individual y como miembro activo de la
ciudad, en cuyo gobierno intenta participar activamente, puesto que, dadas las nuevas
tácticas de la guerra, cada vez interviene más en su defensa. Así es como se entienden bien,
por ejemplo, la figura del nuevo poeta de esta época, frente al viejo poeta épico. Y al lado
del poeta lírico aparece también ahora el filósofo, que empieza a hacerse preguntas sobre el
origen del mundo: es el momento de los filósofos presocráticos.
III-LA ÉPOCA CLÁSICA
El comienzo de la época clásica se sitúa en el paso del siglo VI al V a. C., cuando en
Atenas se inaugura la etapa del gobierno democrático. De otro lado, se considera el 323 a. C.,
año de la muerte de Alejandro Magno, final de este periodo porque la nueva situación política
y social derivada de las conquistas del rey de Macedonia así lo justifica. En la época clásica se
alcanzan varias de las metas que caracterizaran a la civilización griega antigua. El siglo V a.
C., el llamado siglo de Pericles, es el siglo de oro de Grecia. En esta época el protagonismo
corresponde sobre todo a dos ciudades-estado: Esparta y Atenas.
Esparta
La historia de Esparta es sorprendente y, para entenderla debidamente, es preciso
remontarse a la época arcaica. En el siglo VIII a. C., Esparta adopta una política de expansión,
que le lleva a entablar la guerra con sus vecinos los mesenios (primera guerra mesenia). La
victoria y consiguiente anexión del territorio conquistado convierte a Esparta en una
importante potencia económica y cultural, que alcanza un gran florecimiento artístico. Ahora
bien, a mediados del siglo siguiente los mesenios intentan librarse del yugo espartano (segunda
guerra mesenia), con un desenlace igualmente favorable para Esparta –el poeta Tirteo escribe
sus poemas para exhortar a sus conciudadanos espartanos a la lucha-. Pero Esparta se ve
obligada a un permanente estado de alerta militar ante el peligro de insurrección mesenia y,
así, la rica vida cultural espartana se va perdiendo; en efecto, a comienzos del siglo V a.C.,
Esparta se encuentra de espaldas a las corrientes intelectuales de la época clásica, encerrada
en su dura disciplina. Así es como se configuran las conocidas características del tipo de vida
espartana, cuyo ideal será formar buenos soldados para la defensa del Estado.
El recién nacido era examinado y, si tenía algún defecto destacado, se le dejaba
morir. Durante su primera infancia estaba bajo el cuidado de su madre, pero a la edad de
siete años pasaba a depender directamente del Estado, que se encargaba de su educación
en comunión con los demás niños. Al llegar a la mayoría de edad, el joven se convertía en
soldado profesional, y llevaba una existencia inmersa en asociaciones de hombres,
compartiendo los hábitos y las comidas, todo lo cual hacía que la vida familiar fuera
prácticamente inexistente. El matrimonio y la familia servían casi exclusivamente para la
procreación de hijos. De rechazo, la mujer en tal situación disfrutaba paradójicamente de una
independencia desconocida en otras partes de Grecia. En las relaciones exteriores la política
2- La época helenístico-romana
Desde entonces Grecia fue una parte más del amplio imperio romano y cuando la
ocasión lo requería, era utilizada en las luchas internas o externas de Roma. Sin embargo,
culturalmente Grecia desempeña un papel importante: Roma entra en contacto con la
civilización griega y se heleniza (el poeta latino Horacio dirá: “La Grecia vencida ha cautivado
a su vencedor”). Y a través de Roma se transmitirá la cultura griega a todo el mundo
occidental. En el S. III d.C. los bárbaros cruzan el Danubio y hacen una primera incursión en
suelo griego. Con el Bajo Imperio, la situación se normaliza, pero el declive continúa. El
cristianismo alcanza su victoria definitiva con Constantino, y el espíritu helénico pagano cada
vez va siendo más sospechoso para los emperadores: en el año 381, Teodosio I declara la
religión cristiana oficial en todo el Imperio, y prohíbe los cultos a los antiguos dioses
definitivamente. En el 393 se celebran los últimos juegos olímpicos. El año 395 el Imperio
Romano se divide en dos, y Grecia queda incluida en el bloque de Oriente, lo que supone el
fin del mundo romano unido. El imperio romano de Oriente, con su capital en Constantinopla,
o Estambul, sobrevivió mil años a la caída del imperio romano de Occidente. La ciudad de
Constantino el Grande fue esplendorosa metrópolis de un imperio muy agitado por guerras y
revueltas, pero con épocas de esplendor político y cultural. Como lo fue la época del
emperador Justiniano, (del S. VII), que reconquistó amplias zonas costeras del Mediterráneo,
Italia y África, compiló el derecho romano y mandó edificar el gran templo de Santa Sofía.
Bizancio conservó mucho de la tradición clásica en sus bibliotecas y desarrolló la arquitectura,
la música y la teología. La época de la Grecia bizantina se extiende hasta el 1453, año en que
los turcos se apoderan de Constantinopla y comienza el período de dominio Otomano. Con la
independencia alcanzada el año 1832, Grecia encara la etapa moderna de su historia, que
llega hasta nuestros días.
Ejemplos:
Se denomina acrofónico porque, con excepción del símbolo para 1 (un mero trazo
vertical), los demás procedían de la primera letra de cada número en escritura arcaica: ΠΕΝΤΕ
(pénte, «cinco»), ΔΕΚΑ (déka, «diez»), ΗΕΚΑΤΟΝ (hekatón, «cien»), ΧΙΛΙΟΙ (chílioi, «mil»), ΜΥΡΙΑΣ
(myrías «diez mil»).
Sistema jónico
A partir del siglo IV a. C., el sistema acrofónico fue siendo sustituido por un sistema
alfabético cuasidecimal, a veces llamado jónico. A cada cifra de unidad (1 - 9) se le asigna
una letra, a cada decena (10 - 90) otra letra y a cada centena (100 - 900) otra letra. Esto
requiere 27 letras, así que se añadieron al sistema griego de 24 letras otras tres letras ya
anticuadas:
digamma (Ϝ) o stigma (ϛ) para el 6 (en griego moderno se emplea frecuentemente la
combinación sigma-tau: στ),
qoppa (ϙ) para el 90 (en griego moderno se utiliza el qoppa numérico: Ϟ, y existe la
forma uncial Ҁ),
sampi (Ϡ) para el 900.
Se coloca un acento agudo al final del grupo para distinguir números de letras. El
sistema alfabético o jonio se basa en el principio de la suma en el que los valores numéricos de
las letras se suman para formar el total. Por ejemplo, el 241 se representa como σμα´ (200 + 40
+ 1).
Para representar números del 1 000 al 999 999 se vuelven a usar las mismas letras de las
unidades, decenas y centenas, añadiendo un acento agudo invertido o una coma para
distinguirlos. Por ejemplo, el 2004 se representa como ͵βδ´ (2000 + 4). No se utiliza ningún
símbolo para representar el 0.
En griego moderno se utilizan tanto en minúsculas como en mayúsculas dependiendo
del contexto. Así, cuando se usan como cardinales aparecen casi exclusivamente en
minúsculas (p. ej. ͵αωκγ΄, «1823»), mientras que cuando se usan como ordinales se suelen
utilizar en minúscula en listados o en la paginación del prólogo de una publicación y en
mayúscula en nombres dinásticos (p. ej. Φίλιππος Βʹ, «Felipe II») y en la numeración de los
capítulos de un libro.
Letra Valor Letra Valor Letra Valor
α´ 1 ι´ 10 ρ´ 100
β´ 2 κ´ 20 σ´ 200
γ´ 3 λ´ 30 τ´ 300
δ´ 4 μ´ 40 υ´ 400
ε´ 5 ν´ 50 φ´ 500
ϝ´ / ς΄ / στ´ 6 ξ´ 60 χ´ 600
ζ´ 7 ο´ 70 ψ´ 700
η´ 8 π´ 80 ω´ 800
θ´ 9 ϙ´ / ϟ´ 90 ϡ´ 900
Ejemplos:
Para representar números del 1 000 al 999 999 empleaban una coma delante del número
correspondiente:
El cero helenístico
Los astrónomos helenísticos extendieron este sistema numérico a uno posicional
sexagesimal limitando cada posición a un valor máximo de 50+9 e incluyendo un símbolo
especial para el 0. Este cero se usaba más a menudo solo que en la representación de cifras.
En este último caso, estaba limitado habitualmente a las fracciones (llamadas minutos,
segundos, tercios, cuartos, etc.) — no se usaban en la parte entera de un número.
El sistema, probablemente adaptado de la numeración babilónica por Hiparco hacia
el 140 a. C., fue usado por Ptolomeo (hacia el 140), Teón (hacia el 380) y su hija Hipatia (muerta
en el 415).
El cero sexagesimal griego se modificó con el tiempo. El símbolo empleado sobre
papiro en el sigo II era un círculo pequeño con un barra encima de longitud varias veces el
diámetro del círculo y terminado en ambos extremos de diversas formas. Más tarde la barra
superior se redujo a una longitud igual al diámetro, similar a la moderna "ō", que aún era usada
en documentos árabes de la Baja Edad Media en los que se usasen números alfabéticos. La
barra fue eliminada en manuscritos bizantinos, dejando una "ο" (omicron) a secas. Esta gradual
evolución desde un símbolo inventado hasta el "ο", contradice la hipótesis de que la letra es la
inicial de οὐδέν, que significa "nada".
Algunos de los ceros auténticos aparecían en la primera línea de cada una de sus
tablas de eclipses, donde eran una medida de la separación angular entre el centro de la
Luna y o bien el centro del Sol (para eclipses solares) o bien el centro de la sombra de la Tierra
(para eclipses lunares). Todos estos ceros tomaron la forma "0 | 0 0", donde Ptolomeo de
hecho usa tres de los símbolos descritos anteriormente. La barra vertical (|) indicaba que la
parte integral a la izquierda estaba en una columna distinta marcada en los encabezamientos
de sus tablas como dígitos (de cinco minutos de arco cada), mientras que la parte fraccional
estaba en la siguiente columna marcada minutos de inmersión, con el significado de 1/60 (y
1/360) de un dígito.
Matemática Bizantina
La percepción del Imperio Bizantino como una entidad decadente, con una
burocracia aparatosa, y un fuerte tinte teocrático es, por desgracia, un lugar común en la
mente de muchos. Para quienes están imbuidos de esta imagen, y aún entre buena parte de
quienes no lo están, la cultura bizantina no fue más allá, en lo tocante al desarrollo intelectual,
de una erudición con tintes teológicos, o filosóficos.
En el mejor de los casos, los bizantinos son vistos como depositarios estáticos del
conocimiento científico de la época clásica, el cual transmitieron a Occidente más tarde,
pero sin aportar nada que valiera la pena. Hablar de ciencia o de tecnología, en el sentido en
que las entendemos hoy. propias del mundo bizantino podría sonar como un ejercicio de
ficción histórica. Y sin embargo, numerosos hallazgos respaldan ahora el concebir el mundo
bizantino como un poderoso foco científico, donde las ciencias se cultivaron asiduamente y
donde, gracias a este cultivo, se desarrollaron tecnologías sumamente avanzadas para la
época.
En matemáticas los bizantinos siguieron la escuela griega antigua. Arquímedes,
Euclides, Tales y Pitágoras, entre otros, fueron autores grandemente usados por los
matemáticos de Bizancio. Estos gozaban de inmenso prestigio dentro y fuera del Imperio,
como lo demuestra el caso de León el Matemático (¿790-869?) a quien el califa Al-Mamún
solicitó ayuda para resolver varios problemas matemáticos y astrológicos, ofreciéndole un alto
cargo en su corte.
En el siglo IX, los matemáticos bizantinos dieron en usar números arábigos, que
aparecen en varios textos, aunque esto no llegó a generalizarse. Más tarde Máximo Planudes
(1255-1303) escribió un notable tratado sobre el sistema de numeración indio. Otros
matemáticos de renombre fueron Juan Pediasimos (siglos XIII-XIV), Isaac Argyros (1310-1372) y
Juan Cortasmeno (1370-1437).
La astronomía de Bizancio se nutrió originalmente de las fuentes griegas y romanas,
como
Hay una evidente relación entre el gran desarrollo de la astronomía en Bizancio y el
dominio de las matemáticas, elemento esencial en los estudios astronómicos. No extraña que
varios astrónomos hayan tenido a la vez un importante papel como matemáticos, como el ya
mencionado Gregoras, Teodoro de Melitene, Esteban de Alejandría y Manuel de Trebisonda.
Un hecho muy importante, e ignorado por muchos, es que los astrónomos bizantinos
llegaron a adelantarse al planteamiento de Copérnico proponiendo que la Tierra y los
planetas se situaban en torno al Sol, contradiciendo así el esquema geocéntrico de Claudio
Ptolomeo, tan respetado por los estudiosos occidentales hasta el siglo XVII y aún después. Si
bien los árabes habían llegado a elaborar planteamientos similares, se ha determinado
fehacientemente que los bizantinos arribaron independientemente a esta teoría,
probablemente apoyados como éstos en observaciones y cálculos matemáticos avanzados
en los que eran indudablemente versados.
Roma
Situación histórica
Cuando, en historia, hablamos de Roma, pensamos en el Imperio romano, la gran
potencia que, durante varios siglos, dominó en el Mediterráneo y el mediodía de Europa hasta
el Rin y el Danubio. El corazón del Imperio era la ciudad de Roma en Italia.
El creciente poderío de Roma a lo largo de los años, y su afán por dominar el
Mediterráneo occidental, la llevaron a enfrentarse con la mayor potencia marítima de
aquellos tiempos: Cartago. Primero Roma se apoderó de Sicilia, Cerdeña y Córcega. La
respuesta de Cartago fue el envío de una de las expediciones militares más famosas de la
Historia: Aníbal se dirigió a Italia, a través de los Alpes, causando a los romanos repetidas
derrotas. Pero éstos conquistaron España, para cortar la retirada de Aníbal, quien fue llamado
a su patria y vencido por Escipión, en suelo cartaginés. El territorio pasó a ser provincia romana
y, por último, en el año 146 a de C., fue ocupada y arrasada la ciudad.
Hacia el Este, Roma ensanchó sus dominios por Grecia y Asia Menor, Pompeyo
ocupó Siria y Palestina; César conquistó las Galias. Tras la muerte de César, su hijo adoptivo
Octavio venció a su rival Marco Antonio, y Egipto fue anexionado en el año 30 a de C.
Las matemáticas en Roma
Las matemáticas romanas apenas si son dignas de mención. El período durante el cual los
romanos figuran en la historia comprende los años que van desde el 750 a.de C. Hasta el 476
de nuestra era, más o menos el mismo tiempo durante el cual floreció la civilización griega.
Además, como veremos, a partir del 200 a. C., los romanos estuvieron en estrecho contacto
con los griegos. Con todo, en los once siglos no hubo ningún matemático romano; además
de otros detalles este hecho habla virtualmente por si mismo de toda la historia de las
matemáticas en Roma.
Los romanos tenían una aritmética rudimentaria y algunas fórmulas geométricas
aproximadas que posteriormente fueron complementadas por copias de las greco-
alejandrinas. Sus símbolos para los números enteros nos son familiares. Para calcular con
números enteros utilizaban diversos tipos de ábacos. Los cálculos se hacían también con los
dedos y con la ayuda de tablas especialmente preparadas.
Las fracciones en Roma estaban en base 12. Se usaban símbolos y palabras especiales
para designar 1/12, 2/2,..., 11/12, 1/24, 1/36, 1/48, 1/96, ... El origen de la base 12 puede ser la
relación existente entre el mes lunar y el año. La unidad de peso, por cierto, era el as; un
doceavo del mismo era la uncia, de la que derivan nuestras onza y pulgada.
El principal uso de la aritmética y la geometría en Roma fue la agrimensura, para
determinar las fronteras de las ciudades y para medir terrenos para las casas y los templos. Los
agrimensores calculaban la mayoría de las cantidades que precisaban usando solamente
instrumentos sencillos y triángulos congruentes. Debemos a los romanos una mejora del
calendario. En los tiempos de Julio César (100-44 a. C) el año básico romano tenía 12 meses,
que totalizaban 355 días. En años alternos se añadía un mes intercalado de 22 ó 23 días de
manera que el año promedio tenía 366 días y ¼. Para mejorar este calendario, César llamó a
Sosígenes, un alejandrino, que aconsejó un año de 365 días con un año bisiesto cada cuatro
años. El calendario Juliano fue adoptado el año 45 a. de C.
A partir del año 50 a. de C., aproximadamente, los romanos escribieron sus propios libros
técnicos; todo el material de base, sin embargo, se tomó de las fuentes griegas. El más famoso
de estos trabajos técnicos son los diez libros de Vitrubio sobre arquitectura, que datan del año
14 a. C. Aquí, también, el material es griego. Es curiosa la afirmación de Vitrubio de que los tres
grandes descubrimientos matemáticos son el triángulo rectángulo de lados 3, 4 y 5 unidades,
la irracionalidad de la diagonal del cuadrado unidad y la solución de Arquímedes del
problema de la corona. Da otros hechos que implican el uso de las matemáticas, tales como
las proporciones de las partes del cuerpo humano ideal, algunas relaciones aritméticas
armónicas y relaciones aritméticas acerca de las capacidades de las catapultas.
Entre los romanos el término “matemáticas” cayó en desgracia a causa de que los
astrólogos recibían el nombre de mathematicii, y la astrología fue condenada por los
emperadores romanos. El emperador Diocleciano hacía distinciones entre geometría y
matemáticas. La primera se enseñaba y aplicaba en las escuelas públicas; pero el “arte de las
matemáticas”, fue condenado y prohibido completamente. El “código de matemáticas y
malas artes”, la ley romana que prohibía la astrología, se aplicó también en Europa durante la
Edad Media. Sin embargo, los emperadores romanos y los cristianos empleaban astrólogos en
sus cortes por la posibilidad de que pudiera haber algo de cierto en sus profecías. La distinción
entre los términos “matemático” y “geómetra” duró hasta bien pasado el Renacimiento.
Incluso en los siglos XVII y XVIII, “geómetra” significa lo que hoy entendemos por “matemático”.
Los romanos eran un pueblo práctico y hacían alarde de su practicismo. Diseñaron y
completaron grandes proyectos de ingeniería- viaductos, magníficas vías que sobreviven
todavía hoy, puentes, edificios públicos y mediciones de terrenos- pero se negaron a
considerar cualquier idea que pudiera haber detrás d las aplicaciones particulares y
concretas que estaban realizando en aquel momento. La actividad romana acerca de las
matemáticas viene dada por Cicerón: “Los griegos dieron al geómetra el más alto honor; de
acuerdo con esto, nada tenía un progreso más brillante que las matemáticas. Pero nosotros
hemos establecido como límite de este arte su utilidad para medir y cortar.” Los emperadores
romanos no dieron apoyo a las matemáticas tal como hicieron los Ptolomeos en Egipto. Ni los
romanos comprendían la ciencia pura.
Su incapacidad para desarrollar las matemáticas es notoria, debido a que gobernaban un
ancho imperio y porque lo que buscaban era la resolución de problemas prácticos. La lección
que se puede aprender de la historia de los romanos es que los pueblos que desdeñan los
trabajos de matemáticos y científicos altamente teóricos y desacreditan su utilidad ignoran la
forma en la que se han presentado importantes desarrollos prácticos.
Volvamos de nuevo al papel que jugaron los romanos en la historia política y militar de
Grecia. Tras haber asegurado el control del centro y el norte de Italia, conquistaron las
ciudades griegas del sur de Italia y Sicilia. Los romanos conquistaron Grecia propiamente dicha
el año 146 a. de C., y Mesopotamía el 64 a. de C. Al intervenir en las luchas internas de Egipto
entre Cleopatra, la última de la dinastía Ptolomea, y su hermano, César manipuló para
asegurarse un dominio sobre el país.
Los romanos regresaron a la muerte de Cleopatra, el año 31 a. de C., y a partir de este
momento controlaron Egipto. Su interés en extender su poder político no incluía la difusión de
su cultura. Las áreas subyugadas se convirtieron en colonias, de las que se extraía una gran
riqueza mediante la expropiación y los impuestos. Como la mayoría de los emperadores
romanos eran propietarios, arruinaban todos los países que controlaban. Cuando se producía
algún levantamiento, como ocurrió, por ejemplo, en Alejandría, los romanos no dudaban en
matar de hambre a la población y, una vez dominada la revuelta, matar a miles de
habitantes.
La historia del final del imperio romano es también relevante. El emperador Teodosio dividió
su ancho imperio entre sus dos hijos, Honorio, que fue el que gobernó Italia y Europa
occidental, y Arcadio, que gobernó Grecia, Egipto y el Oriente próximo. La parte occidental
fue conquistada por los godos durante el siglo V y su historia posterior pertenece ya a la de la
Europa medieval. La parte oriental, que incluía Egipto, Grecia y lo que en la actualidad es
Turquía, conservó su independencia hasta que fue conquistada por los turcos el año 1453.
Puesto que el Imperio Romano de Oriente, conocido también como el Imperio Bizantino,
incluía Grecia propiamente dicha, la cultura y las obras griegos fueron conservados en alguna
medida.
Aunque hoy los numerales romanos se escriben con letras del alfabeto romano,
originalmente eran símbolos independientes. Los etruscos, por ejemplo,
usaron I, Λ, X, ⋔, 8 y ⊕ para representar I, V, X, L, C, y M, de los cuales sólo la Iy la X eran letras
de su alfabeto. Según cierta etimología popular, la V representaba una mano y la X se hizo
poniendo una V al derecho encima de otra V invertida. No obstante, tal parece que los
numerales etruscorromanos vienen realmente de muescas, marcas o rayas que se tallaban en
varas, palos y huesos para llevar conteos (como el hueso de Ishango), usados por pastores
tanto dálmatas como italianos hasta el siglo XIX1
Así, el numeral 'I' no desciende de la letra 'I' sino de una muesca tallada en la vara.
Cada quinta muesca era una doble muesca (⋀, ⋁, ⋋, ⋌, etc.), y cada décima muesca era un
tache (X), IIIIΛIIIIXIIIIΛIIIIXII..., muy al estilo de las marcas de conteo europeas hasta hoy. Esto dio
origen a un sistema posicional: ocho sobre una vara de cuentas eran ocho unidades, IIIIΛIII, o
la octava de una serie mayor de conteos; como fuera, se podía abreviar ΛIII (o VIII), ya que la
existencia de Λ implica cuatro muescas anteriores. Por extensión, el dieciocho era la octava
muesca después de las primeras diez, lo que se podía abreviar con X, y así era XΛIII.
Igualmente, el número cuatro en la vara era la marca de I que podía sentirse justo antes del
corte de la Λ (V), así que podía escribirse IIII o IΛ (IV). Así el sistema en su concepción no era ni
aditivo ni sustractivo sino ordinal. Cuando las cuentas se transfirieron a la escritura, las marcas
se identificaron fácilmente con las letras romanas existentes I, V y X.
La décima V o X sobre la vara recibía un trazo extra. Así el 50 se escribía de modos
distintos: N, И, K, Ψ, ⋔, etc., pero tal vez el más frecuente era una forma como una flecha
apuntada hacia abajo, como una V y una I encimadas: ᗐ. Ésta se había achatado hasta
formar una ⊥ (una T invertida) para la época de Augusto, y poco después se había
identificado con la letra L, que se le parecía gráficamente. De igual modo, el cien se escribía
de distintas maneras: Ж, ⋉,⋈, H, o como cualquiera de los símbolos del cincuenta más un trazo
extra. Llegó a predominar la forma Ж (o sea una X y una I encimadas). Se escribía >I< o
bien ƆIC, luego se abrevió a Ɔ o bien C, y la variante C fue la que al final se impuso porque,
como letra, representaba una abreviación de centum, que en latín significa «cien».
Cuando se juntaban cien V o cien X, la centésima X o V se marcaba con un recuadro
o un círculo. Así, el 500 era como una Ɔ encimada a una ⋌ o una ⊢, es decir, como una Þ con
una línea recta horizonal por en medio, convirtiéndose en una D o una Ð para la época de
Augusto, bajo la influencia gráfica de la letra D; un símbolo alterno del «mil» se ve así: (I), y la
mitad de mil, o sea «quinientos», es la mitad derecha del símbolo, o sea I), y esto pudo haberse
convertido en D Ésta fue al menos la etimología popular que se dio posteriormente.
Se presenta una versión alterna del origen de los números pequeños del sistema
numeral romano en Hooper, Alfred (1945). The River Mathematics. New York: H. Holt and
Company. Hooper alega que los dígitos corresponden a signos hechos con la mano. Por
ejemplo, los números I, II, III y IIII corresponden a los números de dedos alzados a la vista de otra
persona. Entonces, la V representa esa mano alzada con el pulgar separado de los demás
dedos juntos. Los números del 6 a 10 se representan con dos manos como sigue (mano
izquierda, mano derecha) 6=(V,I), 7=(V,II), 8=(V,III), 9=(V,IIII), 10=(V,V), y el símbolo X resulta de
cruzar los pulgares o de alzar ambas manos formando una cruz.
Notación Moderna
Los romanos desconocían el cero, introducido posteriormente por los árabes, así que
no existe ningún símbolo en el sistema de numeración romano que represente el valor cero.
Los múltiples símbolos pueden ser combinados para producir cantidades entre estos
valores, siguiendo ciertas reglas en la repetición. En los casos en que sea más pequeño, se
permite a veces colocar un valor menor (sustrayendo), el símbolo con un valor menor
colocado antes que un valor más alto, de manera que, por ejemplo, se puede
escribir IV o iv para cuatro, en lugar de IIII. Así, tenemos que los números no asignados a un
símbolo se crean haciendo combinaciones como las siguientes:
Romano mayúsculas Romano minúsculas Nominación
II ii dos
III iii tres
IV iv cuatro
VI vi seis
VII vii siete
VIII viii ocho
IX ix nueve
XXXII xxxii treinta y dos
XLV xlv cuarenta y cinco
Para números con valores igual o superiores a 4.000, se coloca una línea horizontal por
encima del número, para indicar que la base de la multiplicación es por 1.000:
No existe formato para números con un valor de mayor envergadura, por lo que a
veces se utiliza una doble barra o una barra de subrayado para indicar que la multiplicación
se realiza por un millón.
Como sistema de numeración𝑁 = (𝑆, 𝑅) , el inventario de signos
̅̅̅
es𝑆 = {𝐼, 𝑉, 𝑋, 𝐿, 𝐶, 𝐷, 𝑀, }y el conjunto de reglas podría especificarse como:
Como regla general, los símbolos se escriben y leen de izquierda a derecha, de
mayor a menor valor.
El valor de un número se obtiene sumando los valores de los símbolos que lo
componen, salvo en la siguiente excepción.
Si un símbolo de tipo 1 está a la izquierda inmediata de otro de mayor valor, se
resta al valor del segundo el valor del primero. Ej. IV=4, IX=9.
Los símbolos de tipo 5 siempre suman y no pueden estar a la izquierda de uno de
mayor valor.
Se permiten a lo sumo tres repeticiones consecutivas del mismo símbolo de tipo 1.
No se permite la repetición de una misma letra de tipo 5, su duplicado es una
letra de tipo 10.
Si un símbolo de tipo 1 aparece restando, sólo puede aparecer a su derecha un
sólo símbolo de mayor valor.
Si un símbolo de tipo 1 que aparece restando se repite, sólo se permite que su
repetición esté colocada a su derecha y que no sea adyacente al símbolo que resta.
Sólo se admite la resta de un símbolo de tipo 1 sobre el inmediato mayor de tipo 1
o de tipo 5. Ejemplos:
el símbolo I sólo puede restar a V y a X.
el símbolo X sólo resta a L y a C.
el símbolo C sólo resta a D y a M.
Se permite que dos símbolos distintos aparezcan restando si no son
adyacentes.
No siempre se respetan estas reglas. En algunas inscripciones, o en relojes,
aparece IIII en lugar de IV para indicar el valor 4.
A continuación aparecen algunos ejemplos de números no-válidos en el sistema de
numeración romano, y la regla que incumplen.
Errónea Correcta Valor Motivo
VL XLV 45 Letra de tipo 5 restando
IIII IV 4 Más de tres repeticiones de letra tipo 1
VIV IX 9 Repetición de letra de tipo 5
CMM MCM 1.900 Letra tipo 1 a la izquierda de dos de mayor valor
IXVI XV 15 Letra tipo 1 a la izquierda de dos de mayor valor
IVI V 5 Letra restando y su repetición adyacente al símbolo que resta
XXL XXX 30 Letra tipo 1 restando y repetida a su izquierda
IC XCIX 99 Letra I restando a C
IM CMXCIX 999 Letra I restando a M
XIL XLI 41 Letras I y X adyacentes y restando
IXL XXXIX 39 Letras I y X adyacentes y restando
Fracciones
Aunque los romanos empleaban un sistema decimal de numeración para los números
enteros que reflejaba la forma de contar en latín, para las fracciones empleaban un sistema
duodecimal. Un sistema basado en doceavos (12 = 3 × 2 × 2) permite manejar fracciones
comunes como 1/3 y 1/4 con mayor facilidad que un sistema basado en décimos (10 = 2 × 5).
Muchas monedas romanas, cuyo valor era una fracción duodecimal de la unidad, mostraban
una notación basada en mitades y doceavos. Un punto • indicaba una uncia "doceavo", el
origen etimológico de la palabra onza; y los puntos se concatenaban para representar
fracciones de hasta cinco doceavos. Seis doceavos (un medio) se abreviaban con la
letra S por semis "mitad". Para fracciones entre siete y once doceavos se añadían
puntosuncia de la misma forma que se añaden trazos verticales a la V para indicar números
enteros entre seis y nueve.
Cada una de estas fracciones tenía un nombre que era el mismo que el de la moneda
correspondiente por ejemplo:
Numeral Nombre (nominativo y
Fracción Significado
Romano genitivo)
1/12 • uncia, unciae "onza"
2/12 = 1/6 •• ó : sextans, sextantis "sexto"
3/12 = ¼ ••• ó ∴ quadrans, quadrantis "cuarto"
4/12 = 1/3 •••• ó :: triens, trientis "tercio"
"cinco onzas" (quinque
5/12 ••••• ó :•: quincunx, quincuncis
unciae → quincunx)
6/12 = ½ S semis, semissis "mitad"
"siete onzas" (septem
7/12 S• septunx, septuncis
unciae → septunx)
"doble" (se entiende "el doble de un
8/12 = 2/3 S•• ó S: bes, bessis
tercio")
"menos un cuarto" (de-
dodrans, dodrantis quadrans → dodrans)
9/12 = ¾ S••• ó S:•
o nonuncium, nonuncii o "novena onza" (nona
uncia → nonuncium)
"menos un sexto" (de-
10/12 = dextans, dextantis sextans → dextans)
S•••• ó S::
5/6 o decunx, decuncis o "diez onzas" (decem
unciae → decunx)
11/12 S••••• ó S:•: deunx, deuncis "menos una onza" (de-uncia → deunx)
12/12 = 1 I as, assis "unidad"
La disposición de los puntos era variable y no necesariamente lineal. La figura formada por
cinco puntos dispuestos como en la cara de un dado (:·:) se denomina quincunce por el
nombre de la fracción y moneda romana. Las palabras latinas sextans y quadrans son el
origen de las palabras sextante y cuadrante.
El hombre, llevado por la necesidad de contar, ha utilizado métodos que a lo largo de
la historia ha ido mejorando y perfeccionando; métodos como contar con los dedos, marcas
en bastones y huesos, cuerdas con nudos y otras formas para pasar de un número al siguiente.
Estas mejoras eran necesarias ya que las cantidades y cifras que manejaban iban subiendo
cada vez más y se hacía necesario un sistema de representación practico y eficaz. El futuro
científico y tecnológico de muchos pueblos dependía de la eficiencia de estos sistemas.
En la mayoría de ellos se utilizó la base 10 o decimal. Esto se debe a que antiguamente
se utilizaban los 10 dedos de la mano para contar.
Estos sistemas de enumeración se diferenciaban en la forma de escribirse:
India
valle del Indo y del Ganges, introduciendo en la India el caballo, las armas de hierro y el carro
de combate.
Sometieron a los naturales y formaron pequeños reinos autónomos, semejantes entre sí.
A consecuencia de las luchas civiles entre estos reinos, surgieron dos peonas épicos; el
Mahabarata y el Ramayana, obras que relatan las hazañas de los conquistadores.
B.Etapa Búdica.- Corresponde al periodo de reacción del pablo hindú contra los
abusos del brahmanismo, que culminó con el triunfo de la doctrina budista. En esta etapa el
caudillo militar Chandragupta Mauria, luego de someter y
unificar el Norte de la India, fundo el imperio Mauria, con su
capital en la ciudad de Pataliputra (actual Patna), a orillas
del Rio Ganges. Su nieto el Rey Azoka (273-232 a.c.) con sus
tropas, había eliminado en forma sangrienta y sometido al
cautiverio a sus enemigos. Las enseñanzas de Buda, hicieron
que sintiera remordimiento por la violencia de la guerra.
Azoka renuncio a los métodos sanguinarios y se puso a
practicar la piedad, la bondad, la honestidad, y a obrar en
favor de su pueblo. Finalmente, protegió y difundió la religión de Buda, haciendo grabar en
rocas, metales y maderas, mensajes de amor y paz, en todo su imperio. A su muerte y, debido
a las invasiones, su imperio decayó y se desmembró.
Posteriormente, la india sufrió la invasión de los persas, bajo el mando de Darío I el
Grande; de los griegos, de los escitas, los árabes, los portugueses, etc.
Organización Económica
El poder económico estuvo en relación con la propiedad. Se dedicaban a la
ganadería y a la agricultura. Desarrollaron una intensa actividad comercial con los egipcios,
persas y griegos. Mandaban gran cantidad de mercaderías, en caravanas de elefantes, para
ser vendidas o para realizar el trueque. En la Industria, se dedicaron fundamentalmente a la
fabricación de hilados, chales, tapices, cerámicas, porcelanas, telas, objetos de marfil, vasos
de metal, etc.
desciframiento ha dado fruto, y ni la podemos leer ni entender. Apareció hacia el 2600 a.C. y
entre el 1800 y el 1500 a.C. se extingue completamente.
Sistema de numeración
Mucho antes que los signos numéricos escritos existieron las palabras numéricas. Al
igual que actualmente disponemos de la misma herramienta con las palabras: uno, dos, tres,
etc., los indios autores de los Vedas expresaban verbalmente las primeras cantidades. Aunque
existían diversas acepciones para las mismas, dependiendo del Veda considerado, de la zona
geográfica y su lenguaje, finalmente quedaron las siguientes palabras en sánscrito para
describir las primeras cantidades hasta el diez:
1 eka
2 dvi
3 tri
4 catur
5 pancham
6 sas
7 saptam
8 astan
9 navan
10 dasan
Durante un largo tiempo, sobre todo en la literatura védica, estas denominaciones no
fueron establecidas. El contexto era eminentemente poético, como es el caso, por ejemplo,
del mandala II del Rigveda, que presenta la siguiente estrofa:
Indra, ven aquí con dos corceles castaños,
ven con cuatro, con seis cuando se te invoca.
Ven tú con ocho, con diez, para beber el Soma.
He aquí el jugo, valiente guerrero, no lo desdeñes.
¡Oh, Indra!, ven aquí habiendo enganchado a tu carro
veinte, treinta, cuarenta caballos.
Ven con cincuenta corceles bien adiestrados, Indra,
sesenta o setenta, para beber el Soma.
Sin embargo, las palabras numéricas cambiaban en un contexto astronómico,
filosófico, religioso o poético. Así, la unidad, que terminaría asociada a la palabra “eka”, podía
escribirse como urvara o kisiti, si se refería a la Tierra, como abja o indu si mencionaba la Luna,
como nayaka si trataba del héroe de una narración, como tanu si se refería al cuerpo
humano. Lo mismo sucedía en todas las demás palabras numéricas: Cuatro, que terminaría
escribiéndose como “catur” se decía veda si se refería a los textos sagrados, dis si trataba de
un punto cardinal o yuga para las cuatro edades del mundo en el hinduismo.
En estas condiciones y durante largo tiempo, no puede afirmarse que la numeración
védica considerara el carácter abstracto del número sino que éste venía referido a la
cualidad o elementos descritos. No sería hasta mucho después, cuando el sánscrito clásico se
hubiera refinado y pulido, cuando la numeración se sistematizaría.
No obstante, quedó claro desde el principio la sujeción a una forma de conteo en
base diez. Ello tuvo su consecuencia inmediata en la forma de nombrar los números superiores
a diez:
11 ekadasan
12 dvadasan
13 trayodasan
14 caturdasan
15 pancadasan
..............................
Como se puede observar, la palabra dasan (diez) seguía a la denominación de las
unidades. De forma que, en términos actuales, encontraríamos algo como: unodiez, dosdiez,
tresdiez, cuatrodiez, cincodiez, ....
Las palabras referentes a las decenas conservaban las raíces del número de decenas
a que se referían:
20 vimsati
30 trimsat
40 catvarimsat
50 pancasat
60 sasti
70 saptati
80 asiti
90 navati
100 sata
para, a partir de la centena, enunciar el número de centenas correspondiente:
200 dvisata
300 trisata
400 catussata
500 pancasata
...........................
Se fue convirtiendo en norma la pronunciación que comenzaba por las unidades
para continuar con las decenas, miles, etc., al contrario que en castellano actual. De esta
forma, teniendo en cuenta que
1.000 sahasra
10.000 ayutam
100.000 niyutam (o laksa)
....................................
Es decir:
Panchan catur saptan tri
Este paso terminó por darse cuando se dispone de los primeros signos numéricos en
los edictos de Ashoka, prueba inequívoca de que las cantidades numéricas empezaban a
alcanzar un carácter abstracto que antes no tenían.
Esto significaba por tanto que el orden en que las palabras numéricas se dijeran era
importante. Del mismo modo que el 3 en los números 38 y 83 no vale lo mismo, dado que su
valor viene definido por su posición relativa a las demás cifras, catur (cuatro) no describía la
misma cantidad si se pronunciaba panchan catur (45) que catur panchan (54).
Sin embargo, la construcción paulatina de un sistema numérico posicional de base
diez exigía la introducción de algún término verbal para designar la ausencia de cantidad en
una de las unidades. De otro modo, panchan catur podría representar 45 pero también 405 o
4050, por ejemplo. Para ello, ya desde las composiciones poéticas de los vedas, se utilizaban
indistintamente las palabras randhra (agujero), bindu (gota, punto), ambara (espacio del cielo
sin materia) o, la que quedaría finalmente como admitida en representación de lo que
actualmente es el cero: sunya (vacío). De este modo, 405 se diría panchan sunya catur,
mientras que 4050 se pronunciaría como sunya panchan sunya catur. El sistema posicional
estaba ya plenamente establecido a falta de su versión escrita mediante determinados
símbolos.
La palabra sunya (vacío) no se conservó como tal. Los musulmanes adaptaron el
mismo concepto a su lenguaje, denominando a este vacío numérico “as-sifr”, que es la sifra
islámica o cifra latina. Curiosamente, la denominación occidental del cero proviene de la
palabra griega que denomina el vacío: cephirum, y no tanto de la árabe que dio lugar, como
es de suponer, a la palabra que denomina cada signo o cifra.
El latín transformó la palabra griega cephirum en zefiro o zevero en Italia, palabra
que terminaría perdiendo la sílaba central para transformarse en zero.
La época (500-1200d.c.), es la más importante en la India en lo que se refiere a las
matemáticas. Anterior al 500d.c. sólo sabemos que había cierta cultura (excavaciones de
Mohenjo Daro) y la existencia de los Sulvasutras o reglas de la cuerda, así como de los
Siddhantas o sistemas astronómicos; tenemos pocos escritos y textos de esta época. Posterior
al 1200d.c se sabe que vivieron matemáticos indios, pero no de la talla de los de nuestra
época (500-1200d.c); esta por ejemplo Ramanujan (sigloXX). A finales del siglo V nació
Aryabhata, del cual nos quedó su obra más importante llamada Aryabhatiya, en el que trata
temas matemáticos entre otros.
Sabemos que el sistema de numeración arábiga, aunque de hecho se originó en la
India, fue adoptado en esta época por la civilización islámica y después transmitido a
occidente, donde, desde entonces, ha venido siendo utilizado académica y regularmente.
Los números naturales son de lo más importante que adoptó la matemática india. Entre las
operaciones aritméticas cabe destacar la multiplicación en celosía, en celdilla o en
cuadrilátero, y la división larga o método de la galera. Otro matemático destacado fue
Brahmagupta, que vivió en la India central, expuso temas trigonométricos, y en su obra
Brahmasphutasiddhanta plantea fórmulas para circunferencias, cuadriláteros, etc. Pero fue sin
duda Bhaskara el matemático hindú más importante de ésta época; en el Lilavati y Vijaganita
El propósito de este apartado será intentar la difícil tarea de describir cómo los indios
desarrollaron este sistema tan ingenioso. Examinaremos dos aspectos diferentes de los sistemas
numerales indios. Comenzaremos estudiando la forma en la que los numerales 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6,
7, 8, 9 evolucionaron en lo que conocemos hoy. Por supuesto es importante apuntar que no
existe una forma estándar de escribir estos numerales. Los diferentes tipos de letra instalados en
este ordenador pueden crear diferentes aspectos de estos números, que aunque
reconocibles, difieren los unos de los otros. Incluso son difíciles de reconocer en algunas
versiones escritas a mano alzada. El segundo aspecto que analizaremos de los numerales
indios es el sistema de lugares y valores (posición-valor), que en los comentarios de Laplace
con los que comenzábamos parece ‘tan simple que su significado y profunda importancia no
es apreciada en todo su valor’. Debemos apuntar el hecho, importante en ambos aspectos,
que los sistemas numerales indios están basados casi en exclusiva en base 10, en oposición a
los babilónicos que estaban en base 60.
Comenzando con los propios numerales, sabemos con certeza que los símbolos
empleados hoy día son similares a los que se tenían en Europa en el siglo XV. Fue el avance de
la imprenta lo que provocó la estandarización de esos símbolos. Sin embargo no debemos
olvidar que muchos países utilizan hoy símbolos bastante diferentes del 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y,
al menos que se aprendan, esos símbolos resultan totalmente irreconocibles; como por
ejemplo el alfabeto griego resulta ininteligible para alguien que no esté familiarizado con él.
Una de las fuentes de información más importantes que tenemos de los numerales indios
procede de al-Biruni. Durante la década de 1020, al-Biruni visitó varias veces la India. Antes de
ir allí ya sabía algo de la astronomía y las matemáticas indias gracias a las traducciones árabes
de algunos textos sánscritos. Hizo un estudio detallado de la filosofía hindú y analizó varias
ramas de las ciencias y las matemáticas indias. Al-Biruni escribió 27 trabajos sobre India y sobre
diferentes áreas de su ciencia. En particular su recopilación sobre la astronomía india y sus
matemáticas fue una valiosa contribución al estudio de la ciencia en India. Refiriéndose a los
numerales indios en un famoso libro escrito alrededor de 1030, comenta:
Mientras que nosotros usamos letras para los cálculos de acuerdo con su valor
numérico, los indios no las usan en absoluto para la aritmética. Y como las letras que usan para
escribir son diferentes en diferentes regiones de su país, también lo son los números.
Es razonable preguntarse dónde se originaron los diferentes símbolos para los números
que vio al-Biruni. Los historiadores les siguen la pista hasta los numerales Brahmi que
comenzaron a aparecer alrededor de la mitad del siglo III a. C. Estos numerales Brahmi no eran
sólo símbolos para los números entre el 1 y el 9.
Nos queda, por supuesto, la pregunta de por qué los indios desarrollaron tan ingenioso
sistema mientras que los antiguos griegos, por ejemplo, no lo hicieron. Se ha intentado explicar
mediante varias teorías. Algunos historiadores creen que el sistema de posición-valor en base
60 babilonio se transmitió a los indios a través de los griegos.
Los astrónomos griegos usaban el sistema en base 60 de los babilonios empleando un
símbolo parecido a nuestro cero. La teoría plantea que estas ideas fueron transmitidas a los
indios quienes entonces las combinaron con su propio sistema numeral en base 10 que había
existido en la India durante largo tiempo.
Una segunda hipótesis es que la idea de posición-valor en los sistemas numerales indios
procede de los chinos. En particular, los chinos tenían varas numéricas con valor pseudo-
posicional que, según algunos, se convirtieron en la base del sistema posicional indio. Esta
visión es defendida por ejemplo por Lay Yong Lam. Lam argumenta que el sistema chino ya
contenía lo que él llama los:
…tres elementos esenciales de nuestro sistema de notación numérico: (i) nueve signos y el
concepto del cero (ii) un sistema de posición-valor (iii) y una base decimal.
Una tercera hipótesis es avanzada por Joseph. Su idea es que la posición-valor en los
sistemas numerales indios es algo que fue desarrollado exclusivamente por los propios indios.
Tiene una interesante teoría sobre el por qué los indios llegaron a ese desarrollo. La razón,
según Joseph, se debe a la fascinación india por los números grandes. Freudenthal es otro
historiador de las matemáticas que apoya la teoría de que la idea es enteramente india.
La invención del cero nos libró indudablemente del ábaco, Al sustituir este instrumento
por el papel se podía jugar con números de tantas cifras como quisieran. La posibilidad de
escribir estos números hizo que se descubriesen propiedades sencillas de las series numéricas y
multitud de relaciones. No obstante toda la importancia del sistema de numeración hindú no
se apoya en el descubrimiento del cero. El ingenio al que se refieren Laplace y Dantzin nos lo
aclara Boyer (1987:279) cuando nos dice: “El sistema hindú no consiste más que en una nueva
combinación de tres principios básicos, todos ellos con un origen mucho más antiguo:
1) una base decimal ;
2) una notación posicional y
3) una forma cifrada para cada uno de los diez numerales básicos. Ninguno de estos
tres principios se debía, como hemos dicho, a los hindúes, pero lo que si se debió a ellos,
probablemente fue la idea de reunir por primera vez los tres para construir el sistema de
numeración moderno. El descubrimiento del cero está aún en estado oculto para la historia de
la matemática. Precedieron a la cultura India culturas que ya utilizaban un signo para la
notación vacía. El conocimiento que tenemos de las matemáticas hindúes empieza en el
Lilavati, de Arya-Bhatta, hacia el año 470 de nuestra era. Este autor habla de las reglas de la
aritmética, aplica la ley de los signos de Diofanto, da una tabla de senos y asigna a π el valor
de 3,1416. Un siglo más tarde aparece Brahmagupta que se ocupó de los mismos temas que el
autor del Lilavati, enunciando ya las propiedades del “sunya” (número cero) en la aritmética:
ax0=0; a+0=a; a-0=a
Hacia el año 800, bajo un califato musulmán, la ciudad de Bagdad se convirtió en un
importante centro de cultura. Las obras más importantes de filosofía y ciencia de los clásicos
griegos se propagaron desde Bagdad a las universidades árabes fundadas en varios países,
pero sobre todo en España. Uno de los más grandes matemáticos árabes fue Al Joarismi (
AlKhowarizmi) que vivió en el siglo IX. En el siglo XIII la aritmética se conocía con el nombre de
algoritmia, que es derivado del nombre de Al-khowarizmi.
Arabia
Arabia (también conocida como península arábiga) es una península situada en la
confluencia de África y Asia, entre el golfo pérsico, el golfo de Adén y el mar Rojo. Es una
región mayormente de clima desértico, donde destaca el inhóspito Rub al-Jali. Desde el punto
de vista geológico, lo más apropiado sería llamarlo «subcontinente arábigo», puesto que
ocupa una placa tectónica propia, la placa arábiga. No obstante, esta denominación no es
usada habitualmente en español. Habitualmente, se dice que su importancia se relaciona con
el hecho de que es el cruce de los tres continentes del Viejo Mundo, que son Europa (por el
norte), África (por el oeste) y Asia (por el este) además de tener acceso al mar Mediterráneo y
el océano Índico.
objeto de sus depredaciones. La institución sagrada era la tribu; el matrimonio tenía por único
fin conseguir el aumento de la población.
El beduino que más hijos tenía era el más considerado. Las tribus vivían en un
constante estado de enemistad y de guerra, pues no concebían las ventajas de la unidad.
Eran poco religiosos, adoraban a numerosas divinidades y a bloques de piedra que
transportaban en su incesante deambular por el desierto. Algunas tribus se habían convertido
al judaísmo y a la religión cristiana, por lo que, durante el siglo VI existió un movimiento religioso
que tendía al monoteísmo.
Sin embargo, entre estas tribus existía un lazo de unión formidable: la lengua. El árabe
se enorgullecía de la riqueza de su vocabulario y procuraba sostener su pureza. Las faltas
cometidas al hablar eran castigadas a bastonazos y los poetas eran considerados como seres
privilegiados y mágicos. Los beduinos escuchaban embelesados sus narraciones.
La ciudad más famosa de Arabia era La Meca. Allí se hallaba la Kaaba, el santuario
de los árabes. De los puntos más lejanos acudían beduinos para besar la piedra negra y
redimir sus pecados. Todas las caravanas del desierto confluían en aquel lugar y la ciudad fue
creciendo y prosperando. Opulentos mercaderes organizaron en ella una especie de
república. En sus mercados se compraban y vendían mujeres, esclavos y camellos.
Antigüedad
El territorio arábico estaba habitado por pequeñas tribus nómadas de raza semítica,
que reciben el nombre de árabes beduinos. En la región del Yemen, al sur de la península, se
sedentarizaron y fundaron ciudades. Cuando estas tribus se asentaron en la zona de la media
luna fértil, al norte del desierto árabe, fundaron grandes imperios en el pasado: los asirios,
babilonios, fenicios y cartagineses.
Estas tribus semitas son, también, el origen de los hebreos (los israelitas), los canaaneos,
fenicios, arameos, nabateos, asirios y los babilonios, sólo por mencionar algunas de las
naciones que son de origen árabe beduino.
Actualidad
El mapa político actual de la civilización Arabe se traza al concluir la Segunda Guerra
Mundial y con ella el régimen colonial instituido en muchos caos después de la primera, al
derrumbarse el imperio otomano.
Esas fronteras, aceptadas por la comunidad internacional, se revelaron frágiles en
razón de numerosas reivindicaciones e irredentismos, de la traumática creación del Estado de
Israel en 1948 y los conflictos bélicos consiguientes y de las uniones de Estados, como la
efímera República Arabe Unida entre Egipto y Siria en 1958 o la muy reciente de las repúblicas
yemenitas así como de las agitaciones de minorías sometidas (por ejemplo los Kurdos en Iraq)
y de la permanente acción de las grandes potencias, en pos, según las épocas, de la
preponderancia o del equilibrio. Podemos, sin embargo, esbozar un mapa con la ubicación
geográfica actual de los territorios árabes.
La península de Arabia está situada al sur oeste de Asia; separada del continente
africano por el Mar Rojo y el Golfo de Adén. Forma un gran rectángulo de tres millones de
Kilómetros cuadrados.
Tres de sus lados dan al mar. Pero, al existir cerca de la costa cadenas montañosas
ininterrumpidas, la influencia marítima no llega al interior. Por lo tanto, la región interior es una
amplia altiplanicie (desierto) que se caracteriza por su sequedad y la falta de lluvias.
Así, pues, las condiciones físicas que prevalecen en casi toda la península son muy
rigurosas. (Esto ha impuesto a sus habitantes modo de vida que apenas ha cambiado a lo
largo de los siglos).
Las ciudades más importantes se encuentran cerca de la costa. Así las ciudades
sagradas de Medina y La Meca se encuentran en la zona costera del Mar Rojo; mientras que
Adén, Bahréin se localizan en el Golfo Pérsico.
MAHOMA. Un muchacho árabe -Mahoma (570-632)- fue el hombre llamado a cambiar
la manera de pensar y sentir de sus compatriotas. Huérfano de madre a los seis años, tuvo una
infancia muy dura. A los 24 años estaba al servicio de la viuda Khadidja y
dirigía las caravanas que se encaminaban a Egipto, Palestina y el Golfo
Pérsico. Conoció las doctrinas cristiana y judía y llegó a la convicción de
que la idolatría era algo absurdo. A los 40 años tuvo crisis místicas y
alucinaciones y creyó oír la voz de Dios que le hablaba por medio del
arcángel San Gabriel. Llegó a la conclusión de que sus compatriotas
acabarían por ser conquistados si antes no alcanzaban la unidad
política, la paz interna y rendían culto al Dios verdadero. Para salvarles
comenzó a predicar una nueva religión a la que designó con el nombre de Islam, que significa
resignación a la voluntad de Dios. Los historiadores musulmanes fijan el año 611 como la fecha
inicial de la predicación islámica. Mahoma invocaba el nombre de un Dios verdadero: Alá, de
quien era único profeta.
Los comienzos fueron difíciles, pues no logró convertir más que a su esposa y a unos
pocos amigos, y tropezó con una fuerte oposición en La Meca, donde los koroichitas, sus
compatriotas, veían con malos ojos la nueva doctrina que atacaba a las divinidades base de
las peregrinaciones y de su enriquecimiento. Mahoma no se desalentó, pero al comprobar
que su permanencia en La Meca se hacía de día en día más difícil y peligrosa, huyó a Medina
-la ciudad rival- acompañado de 150 de sus partidarios.
Esta huida, llamada "hégira", tuvo lugar el día 20 de septiembre del año 622, y de ella
parte la Era adoptada por todos los pueblos musulmanes. El mérito de Mahoma consistió en
elaborar una doctrina compatible con las antiguas tradiciones de Arabia y en haber hecho
del Islam una religión nacional. En el año 630 se presentó en La Meca al frente de 10.000
hombres, que derribaron y destruyeron los ídolos que rodeaban la Kaaba. De este modo se
apoderó de la ciudad que quedó reservada a los creyentes. Seguidamente continuó la
"guerra santa", hasta conseguir que todas las tribus árabes adoptaran el Islamismo.
La doctrina religiosa del profeta es muy sencilla y se halla contenida en el Corán, libro
sagrado de los musulmanes. Todo queda reducido a la creencia en Alá, Dios único, en el
Juicio final, en la resurrección de los muertos y en la predestinación.
LA EXPANSION ARABE.
A la muerte de Mahoma los árabes poseían una misma religión, se habían
acostumbrado a obedecer a un soberano y se hallaban en condiciones de iniciar la conquista
de un imperio. Ellos fueron los intermediarios entre el mundo asiático y la Europa occidental. Se
lanzaban al combate con empuje irresistible y, a pesar de carecer de bases militares, líneas de
comunicación, provisiones y equipos, sus victorias fueron tan rápidas y decisivas que a los
quince años de la muerte del Profeta, el estandarte de la Media Luna ondeaba en Damasco,
Antioquía, Jerusalén, Trípoli, Egipto y gran parte del Norte de Africa.
Conquistaron toda la Persia, el Turquestán y los territorios situados en las orillas de los
mares Negro y Caspio. En el año 711 cruzaron el estrecho de Gibraltar, y tras derrotar a los
visigodos españoles en las márgenes del Guadalete, se desparramaron como un ciclón por
toda la Península Ibérica. Desde la frontera de Francia empezaron a planear la conquista de
Europa y la destrucción del Cristianismo; franquearon los Pirineos y amenazaron la Galia, pero
fueron detenidos en Poitiers por los francos. En aquella memorable batalla ocurrida el 732
murió el emir Abderramán el-Gafekí, caudillo árabe, vencido por el famoso Carlos Martel.
En el año 750 tuvo lugar una profunda revolución en el mundo musulmán; la dinastía
de los Omeyas fue derrotada por Abul- Abbas, fundador de la dinastía de los Abbasidas, que
estableció su capital en Bagdad. Un solo omeya, Abderramán I o Abdal-Ratimán escapó de
las matanzas y, vagando de cabila en cabila y de aduar en aduar, llegó a España, erigiendo
el Emirato independiente de Córdoba. Harum-al-Raschid (786-809) fue el más conocido de los
soberanos de esta época; era piadoso y activo, y logró dar conhesión al gran imperio, aunque
concediendo cierta autonomía a las provincias. Era en verdad empresa difícil en aquellos
tiempos mantener en una sola mano pueblos tan distantes entre sí como la India y España; por
ello los distintos pueblos entraron en lucha muy pronto y el gran imperio se fue desmembrando.
Los califas de Bagdad, encerrados en suntuosos palacios, renunciaban con facilidad a sus
derechos sobre lejanas provincias.
España se separó en el año 755, y Egipto lo hizo en el 868. Los turcos, encargados de
defender al califa, constituían la base del Ejército y, poco a poco, su influencia fue en
aumento, hasta llegar al extremo de que si bien el califa era el titular del poder espiritual, los
turcos acabaron por ser los amos absolutos del Estado. El califato de Bagdad llevó una vida
muy floreciente desde finales del siglo VIII hasta los comienzos del IX. El vasto imperio que se
hallaba dividido en 28 provincias, abarcaba los territorios comprendidos en el rectángulo
formado por el Indo, el Sahara, el Atlántico y el Cáucaso.
El califa era el representante del Profeta y ejercía un poder absoluto. Vivía en un
magnífico palacio rodeado de servidores, en el que se celebraban fiestas maravillosas. Los
califas delegaron las funciones propias del gobierno en funcionarios llamados "visires", mientras
que las cuestiones judiciales eran encomendadas a los "cadíes". El "walí" era el encargado de
aplicar el Derecho Penal. El inspector del comercio y del mercado recibía el nombre de
"almotacén". El "berid" era el jefe del servicio de postas, que se hallaba muy bien organizado y
para el cual se utilizaban palomas mensajeras; tenía por misión informar al poder central de
todo cuanto ocurría. Los impuestos se pagaban en especie o en moneda y pasaban a
engrosar el tesoro de los califas.
El Ejército del califa de Bagdad llevó a contar con 50.000 hombres, que disfrutaban del
reparto del botín o de un sueldo fijo; pero como eran muy indisciplinados los califas se
decidieron a reclutar mercenarios turcos. En Córdoba no tardó en proclamarse el Califato
independiente, con lo cual el mundo árabe quedó escindido. El Califato de Bagdad cayó en
poder de los mongoles el año 1258. La influencia de Egipto fue muy grande entonces, y
mientras en España al esplendor del Califato de Córdoba siguió la decadencia de los múltiples
reinos de Taifas, en Oriente los turcos incrementaron su poder hasta que en el siglo XV lograron
la conquista de Constantinopla, pero entonces el Imperio Árabe había muerto para sucederle
el Imperio Turco.
La matemática árabe
Con rapidez inusitada, los árabes sometieron al islam a todo el territorio que se
extiende por las orillas del Mediterráneo desde Persia hasta los Pirineos.
En 642 ocuparon Alejandría, con lo cual, no solamente no desapareció la huella de la
cultura griega, sino que, por el contrario, los árabes iban a recogerla, perfeccionarla y
prolongarla. Cuando se creó la escuela neoplatónica, muchos de sus miembros habían
emigrado a Persia. También los nestorianos, perseguidos por la ortodoxia de Bizancio, habían
emprendido el mismo camino, llegando hasta la India e incluso China. En 762, al-Mansûr, el
décimo califa, se instaló en Bagdad. Recogiendo los restos de la ciencia alejandrina, el califa
árabe convirtió a Bagdad en una capital científica. En 832, el califa al-Ma'mûn creó la Mansión
de la Sabiduría, especie de academia de ciencias, que fue el primero y el más célebre de los
cetro matemáticos árabes.
Toda la obra científica de los griegos fue traducida, estudiada y asimilada.
Desarrollando su propio esfuerzo con el mismo espíritu de la ciencia alejandrina, los árabes se
consideraron a sí mismos, y con razón, los herederos de los griegos. Además no tardaron
mucho en traducir también las obras de los astrónomos hindúes y en apreciar el valor y la
utilidad de su procedimiento de cálculo. La actividad del foco científico de Bagdad debía
prolongarse hasta la dominación de los mongoles y llevar su influencia hasta Samarcanda.
Pero fue en España, en las escuelas de Córdoba, Sevilla y Granada, donde los árabes
desarrollaron su labor matemática, y desde ellas, influyeron en el mundo cristiano,
particularmente en Italia. La aportación científica de los griegos y la de los hindúes tuvieron
cada una su carácter propio. Puede tal vez decirse lo mismo de la de los árabes. Su mayor
mérito fue el de abrirse a los unos y los otros y hacer su síntesis, a partir de la cual iba a ser
posible un nuevo punto de partida.
Cabe citar a algunos nombres famosos que, astrónomos y matemáticos a la vez,
destacaron en el Bagdad científico: en primer lugar
a) Al-Jwarizmi a quien el califa al-Ma'mûn encargó la medición de un grado del arco
terrestre, y que se considera el fundador y padre del álgebra
b) Abû-l-Mafà(a fines del siglo X, comentador de Euclides y Diofanto y uno de los
promotores de la trigonometría.
c) Nâsir-al-Dî al-Tûsî (1201-1274), cuya discusión de las proposiciones de Euclides inspiró
en el siglo XVIII al padre Saccheri.
En España destacaron al-Kirmânî e Ibn al-Saffâr y el astrónomo toledano Azarquiel, a
fines del siglo XI.
Pero la invasión de los mongoles (Bagdad cayó en manos del conquistador Hûlâgû en
1258), la reconquista cristiana, con la consiguiente expulsión de los musulmanes, y la
dominación turca tuvieron un efecto negativo sobre la ciencia árabe. A partir del siglo XIV
desaparecieron los trabajos originales.
se ha utilizado alguna otra tipografía que puede diferir bastante de la familia Nasj, ya que
existen numerosas tipografías diferentes.
Tenemos que, el número uno tiene, en efecto un solo ángulo. El número dos, escrito de
forma primitiva, tiene como se observa, dos ángulos; y de la misma forma ocurre con los
demás números hasta el nueve. Sin embargo, observemos que en el número cero, la
representación no contiene ángulos; esto es coherente con lo que en la práctica indica el
número cero.
Si quisiéramos ver hasta qué grado difiere esta notación de la que los hindúes usaban,
veámoslo en el siguiente gráfico y extraigamos conclusiones
Observamos que la diferencia entre ambas grafías es muy poca. Y así, dotados de un
sistema de numeración cómodo, lejos de aquella realidad en la que los números se
representaban mediante palabras o con letras del alfabeto que resultaba engorroso y
dificultaba el cálculo, los árabes dieron gran esplendor al arte del cálculo, ciencia que los
apasionaba.
La obra en la que aparecen los números indoarábigos por primera vez, fue escrita por
el persa al – Khwarizmi (o sencillamente Al – Jwarizmi) en su obra "Kitab al Yamaa ua al Tafriq bi
Hisab al Hindi" (Libro de la suma y de la resta, según el cálculo indio), escrita alrededor del año
820. Se sabe que esta obra fue de notable influencia en Europa a pesar de que gran parte de
la misma fue perdida y que además fue mal traducida al inglés. Este libro fue traducido al latín
en el siglo XII.
Dice Al – Jwarizmi: "He confeccionado mi libro y en él he condesado la ciencia del
cálculo, los elementos más delicados y las nociones más elevadas. Y es que en la práctica, la
gente tiene necesidad de estas nociones en operaciones relativas a herencias, legados,
divisiones, juicios, transacciones comerciales y en general en cualquier operación que tenga
como propósito evaluar una superficie, cambiar el curso de un río, trazar los planos de una
construcción y otros métodos prácticos de cualquier clase y en todas las actividades."
Gracias a este libro aparecen en las lenguas europeas nuevos términos como
"algoritmo", en honor a Al – Jwarizmi; guarismo y cifra que proviene del árabe "sifr" (vacío) y
que originalmente designaba solo al cero.
A propósito del cero, Desmond Stewart en, el antiguo Islam, indica lo siguiente: "Los
eruditos islámicos representaban el concepto de cero con un punto, o un pequeño círculo. La
palabra con la que denominaban este círculo era sifr, que quiere decir "objeto vacío". Al
traducirse al latín, se convirtió en zephyrum y, posteriormente, en el italiano, zero. La lengua
española lo conservó como cero, y también conservó la palabra original árabe sifr, como
"cifra"."
Hay que mencionar asimismo, que los pueblos árabes trabajaban igualmente el
sistema de numeración decimal y el sistema de numeración sexagesimal. El primero, como ya
se ha mencionado, tomado de los hindúes; mientras que el segundo, heredado de los
babilonios, se conservó y utilizó regularmente en los observatorios astronómicos. Además, se
hicieron y utilizaron las tablas auxiliares semejantes a las tablas de multiplicación (desde 1x1
hasta 59x59).
partes del universo) en el que se halla el número 14.236.713 escrito según el principio de
posición de las cifras, parecido al que usamos actualmente. En este tratado de cosmología,
aparece también la palabra sunya, palabra del sánscrito para decir el vacío, palabra que en
el tratado, representa el cero. Este tratado de cosmología hindú es, de hecho, el testigo
histórico más antiguo, con la fecha muy precisa de 458 D.C., del descubrimiento de la
numeración de posición con diez cifras 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 0, es decir nuestro mismo sistema
de numeración de uso común actualmente, fuera del que se usa en nuestras máquinas
modernas (calculadoras y computadoras) que se basan en una numeración binaria la cual no
obstante deriva de la otra, la única diferencia siendo que la base de referencia no es base
diez sino base dos.
La numeración de posición hindú dispone de un cero, utiliza la base decimal y sus
cifras son independientes las unas de las otras. El grafismo adoptado es tal que ninguna de
estas cifras puede ser leída como siendo una juxtaposición de varias otras, no se pueden
descomponer. Esta independencia de las cifras las unas en relación con las otras excluye toda
ambigüedad de lectura, como es a menudo el caso de otras numeraciones. Un solo
procedimiento de una rara simplicidad regula esta escritura: el principio de posición. Las cifras,
colocadas en serie unas detrás de otras en una línea, con un sentido establecido para leerlas
(de izquierda a derecha, para nosotros), no obedecen a ninguna regla de prioridad que
vendría a limitar su uso. Todos los lugares son permitidos para todas, para el cero incluido (el
cero viene a señalar que hay un lugar vacío).
De allí resulta por un lado que todo ensamblaje de cifras, respetando esta regla,
representa un número y uno solo y, por otro lado, que todo número es representado por un
ensamblaje único de cifras. Hay quienes hablan de la constitución de una lengua de los
números. De nuestro punto de vista, esto es inexacto, precisamente porque esta
representación es totalmente unívoca.
En todo caso, la numeración de posición de la India tiene una capacidad de
representación ilimitada: hay sólo diez figuras, diez cifras bastan para representar todos los
números del mundo. Lo que diferencia una numeración de posición de los otros modos de
numeración (aditivos o híbridos) es, como su nombre lo señala, que lo que cuenta allí es la
posición de una cifra. En una numeración de posición, es el lugar el que cuenta. En la
numeración latina, por ejemplo, el valor de una cifra es independiente de la posición que
ocupa en la escritura del número [por ej. IX y XI]. En una numeración de posición, el valor de
una cifra no es constante: varía según la posición que ocupa en la escritura de un número.
Esta numeración de posición de la India fue trasmitida a los árabes, al Califa alMansur
de Bagdad por una embajada hindú en 773 de nuestra era. El primer libro en lengua árabe
presentando este nuevo saber fue la obra de Al Khuwârizmi, con el título Libro de la adición y
de la sustracción según el cálculo de los hindúes. Escrito a principio de siglo IX, fue traducido al
latino a partir del siglo XII y su celebridad fue tal que llamaron a este tipo de cálculo
“algorismo”, derivado del nombre de Al Khuwârizmi latinizado.
No obstante, la transmisión de aquel saber del cero y de la numeración de posición
que hizo posible, va a encontrarse con resistencias enormes. Primero, en la era cultural árabe,
así como en el Occidente cristiano de la Edad Media, la casta de los calculadores
profesionales se va a oponer a la adopción de esa revolución cultural que daba acceso al
cálculo al común de los mortales y, por lo tanto, democratizaba la práctica del cálculo. En la
esfera cultural árabe de esta época, se van a dar dos movimientos totalmente opuestos: el de
los contadores que acabo de describir, contadores que van a intentar defender sus privilegios
y, por otro lado, el de la cultura árabe de esa época, sensible al afán de internacionalización
del saber. De todas maneras el sistema de numeración hindú ha sido transmitido al Occidente
cristiano por los árabes de África del Norte y de España, árabes dichos “occidentales”.
Heredamos nuestras cifras actuales de las cifras llamadas ghubâr. Ghubâr distingue una forma
de grafía específica de los árabes occidentales. Es por eso que solemos decir que escribimos
en cifras árabes: es por desconocimiento de su origen más lejano, de su origen hindú. En todo
caso, es por medio de la grafía ghubâr de los árabes occidentales, habitantes de Córdoba
que las cifras hindúes llegaron al Occidente cristiano.
Desde finales del siglo X, un monje francés ávido de cultura habría perfectamente
podido tener un papel comparable con el que tiene en el mundo árabo-islámico el sabio de
origen persa Al Khuwârizmi. Hubiera podido difundir en el Occidente del siglo X los
descubrimientos hindúes, introducidos un poco menos de dos siglos antes en el Magreb y en
Andalucía. Pero este monje no encontró quien lo apoyara en su medio. Este monje era Gerbert
de Aurillac, el futuro papa del año mil. Había nacido en Aquitania hacia 945. Fue primero
monje en Aurillac, luego realizó una estancia de estudios en España musulmana entre 967 y
970 donde entró a una escuela de maestros árabes que le enseñaron el sistema de
numeración y los métodos de cálculo de origen hindú. Luego dirigió, entre 972 y 978, la
escuela diocesana de Reims y se volvió consejero del Papa Gregorio V, luego arzobispo de
Reims y de Ravena, antes de ser elegido papa el 2 de abril de 999, con el nombre de Silvestre
II. Murió cuatro años después el 12 de marzo de 1003. Él estuvo en el origen de la introducción
de las cifras dichas árabes en Occidente, de las cifras de 1 a 9, pero desafortunadamente no
del cero, ni de los métodos de cálculo de origen hindú. Se presencia en aquel momento una
asimilación parcial: adoptan y adaptan las cifras dichas árabes, de 1 à 9, a un nuevo ábaco,
el ábaco de Gerbert de Aurillac. Pero en ese primer estadio, las cifras árabes introducidas por
Gerbert no se usaron sino para simplificar el uso, en las tablas de cálculos, de los ábacos
heredados de la civilización latina. En esa técnica, cuando una unidad de cierto orden
decimal venía a faltar, no se limitaban, como en la antigüedad en dejar vacía la columna
correspondiente. Rechazo entonces del cero y de todo lo que implicaba. El saber que este
monje convertido en papa había intentado transmitir se topó con una resistencia muy viva y
persistente: en el mundo cristiano, se llegó a musitar que Gerbert de Aurillac había sido
alquimista y brujo y que por saborear la ciencia de los infieles sarracenos, debía haber vendido
su alma a Lucifer. Grave acusación que perseguirá el sabio odiado durante muchos siglos,
hasta el punto de que en 1648, la autoridad pontificia considerara necesario hacer abrir la
tumba del Papa Silvestre II, para averiguar si los diablos del infierno no la habitaban todavía.
Sólo con ocasión de las cruzadas (durante los dos siglos que siguieron: de 1095 à 1270),
Occidente accedió muy progresivamente a dejarse enseñar por el enemigo y, muy
tímidamente, la numeración de origen hindú y el cálculo escrito que propiciaba se
introdujeron en los medios sabios. Este movimiento se aceleró gracias a la influencia decisiva
del matemático italiano Leonardo de Pisa, conocido también con el nombre de Fibonacci y
que dejó su nombre a una célebre serie que Lacan usa en su seminario sobre la Identificación.
Leonardo de Pisa que se había formado en África musulmana, compuso en 1202 un tratado
destinado a volverse el breviario de todos los defensores del algorismo: el Liber abaci (Tratado
del ábaco), libro que contribuyó a una difusión considerable de las cifras « árabes », así como
al desarrollo del álgebra en Europa. A pesar de su título (Tratado del ábaco), este libro ya no
tenía nada en común con los tratados de aritmética de la tradición de Gerbert de Aurillac, ya
que explicaba entre otras cosas todas las reglas del cálculo escrito según el uso del cero y de
las cifras regidas por el principio de posición. Sin duda, Fibonacci, al dar el nombre mismo del
ábaco al título de su libro, quiso evitar la ira de los que tenían entonces el monopolio del
campo numérico y pregonaban ante todo los métodos del cálculo con el ábaco con fichas.
Leonardo de Pisa intenta dar cuenta de la palabra árabe sifr que designa el vacío, la
vacuidad. Era la palabra que los árabes utilizaban para traducir la palabra sánscrita shunya,
nombre del cero entre los matemáticos de la India. En el siglo XIII, en francés antiguo, cero se
decía cyfre. Nuestro cero, viene de una contracción del italiano zefiro que resultó de la
transposición del latino zephirium de Leonardo de Pisa. Sólo después de 1486 la palabra cifra
perdió su sentido antiguo de cero y adquirió su sentido moderno, con el cual se designa
cualquier signo de base de un sistema de numeración escrita. Y más o menos en esta misma
época, es decir la de la invención de la impresión, se fijaron nuestras cifras en su actual grafía.
Después de Leonardo de Pisa, la tendencia empezó a favorecer sensiblemente a los algoristes.
Esto fue el anuncio del movimiento de democratización del cálculo en Europa.
Les contadores profesionales resistieron mucho tiempo. Así mismo, si el ministro de las
finanzas de su majestad se llama todavía “canciller del ajedrez”, es porque es el guardián de
las cuentas del reino y que hasta una época bastante reciente (creo que a finales del siglo
XVIII) las cuentas se hacían en una tabla de cálculo, un ábaco llamado the echiquier.
La gran etapa siguiente en el progreso del cero y de la numeración de posición de
origen hindú sobre la mecanización del cálculo es la invención de la pascaline (máquina de
calcular) por Pascal, en 1694, a la cual sucedió muy pronto la máquina de Leibniz (construida
en 1694). A partir de ese momento, se da una especie de aceleración exponencial hasta el
mundo numérico en el que hoy vivimos.
En resumen las grandes etapas de lo que hay que llamar la historia de la resistencia al
cero, después de su invención:
– 458 de nuestra era: invención del cero en la India y de la numeración de posición
que estamos utilizando.
– 773 de nuestra era: transmisión de este saber a los árabes.
– hacia 970, transmisión a Gerbert de Aurillac, futuro Silvestre II, papa del año mil, de las
cifras indo-árabes.
– 1202: Leonardo de Pisa.
– Siglos XVI – XVII: el cero se impone definitivamente en Occidente y abre la puerta a
los números negativos ante los cuales Descartes mismo tenía cierta reserva ya que estimaba
que la solución de una ecuación no podía ser una raíz negativa (Descartes, Pascal).
Se puede decir entonces que se necesitó más de un milenio para que el cero,
inventado por los hindúes en el siglo V de nuestra era, se impusiera en la cultura del occidente
cristiano viniendo a trastocar esta cultura con el advenimiento de la ciencia. La resistencia al
cero fue y es inversamente proporcional al cambio radical, a la revolución del pensamiento
que generó. La nada es más rica en potencialidades, en engendramientos. La revolución del
cero como cifra (en esta ponencia sólo hablé del cero como cifra), es el paso de lo
cuantificable a lo calculable.
El vacío
El conjunto vacío es otro de los conceptos que, intuitivamente, están y son claros
aunque semioticamente, presenta dificultades.
D. Julio Rey Pastor escribe “la observación de cada ente material, cualquiera que sea
su naturaleza, despierta en nosotros la idea de unidad; la consideración de varios entes,
prescindiendo de su naturaleza y de su ordenación en el espacio o en el tiempo, da origen a
la idea de pluralidad o conjunto. Estas ideas tienen un valor puramente relativo pues todo ente
material es a su vez un conjunto de otros entes que lo componen, y todo conjunto puede
considerarse también como una unidad”. Más adelante da los criterios para definir un
conjunto: “un conjunto está determinado cuando se da un criterio que permita reconocer
para cada ente arbitrario, si pertenece o no al conjunto”.
Evidentemente por objeto entenderemos cualquier ente, en su sentido más amplio, tal
y como se ha definido más arriba.
Con el fonema vacío tratamos de expresar la carencia de entes. En el mundo de la
Física la falta de materia, se suele considerar vacío. Aunque haya aire, energía y átomos o
partículas sueltas en muy baja densidad. En este contexto podemos hablar de varias
categorías o grados de vacío, en relación con la presión atmosférica. Ya Aristóteles, en su obra
la Física, niega la existencia del vacío absoluto, esto es del vacío abstracto.
En estos términos podemos considerar que la expresión “conjunto vacío”, autentica
antífrasis, indica una "contradictio in terminis” pues si un conjunto no tiene elementos ¿es un
conjunto?
Admitiendo que existiera una región del espacio –físico, matemático,... - sin elementos,
no se podría hablar de vacío pues tendría frontera o límite y en ese límite o frontera y fuera de
ella ¿Qué pasaría? dejaría de ser vacío.
Si el tamaño de un conjunto lo llamamos cardinalidad del conjunto, podemos concluir
que el cardinal del conjunto vacío es el cero. Volvamos a la naturaleza y comprensión del
concepto de vacío.
Como hemos dicho más arriba, en todo espacio hay algo. Cuando la física cuántica
nos dice que el vacío emite o de él surge algo que se convertirá en materia, parece que,
cuando menos es chocante. Pues parece que el concepto de vacío es un concepto
inconsistente, poco coherente y con escasa firmeza.
Podría decirse que la física cuántica lucha contra la intuición más elemental.
Durante muchos siglos, desde Aristóteles hasta mediados del siglo XVII se consideró
que la naturaleza tenía horror al vacío. La célebre sentencia “horror vacui”. Será Torrichelli
quien con sus experimentos y estudios relacione el comportamiento de la naturaleza en el
vacío con la presión atmosférica. En el campo empírico, los estudios de Pascal, Boyle y otros,
contribuyeron a romper la idea de sus contradicciones, admitiendo la posibilidad de que
existiese algo parecido al vacío.
Sin embargo los filósofos, rigurosos y rigoristas, seguían manteniendo que debía existir
una materia, un fluido o un gas más sutil que rellenase el supuesto vacío.
No está claro si a Descartes le horrorizaba el vacío, la Inquisición o quería mantener un
entente cordiale con los jesuitas al negar el vacío. Esta oposición de Descartes retrasó la
revolución newtoniana.
Newton con su Philosophiae Naturalis Principia, admite la existencia del vacío como
algo imprescindible para el equilibrio cósmico, pues el vacío evita perturbaciones en las
fuerzas que regulan el sistema planetario. Con la revolución newtoniana el mundo pasa de ser
algo lleno, compacto y continuo, a considerarse como algo vacío en su mayor parte.
Recuérdese la frase, atribuida a Rutherford “si el universo fuese compacto, cabria, y sobraría
espacio, en la cabeza de un alfiler”.
Desde la perspectiva de la física cuántica se considera el vacío como una fluctuación
de partículas-antipartículas que den como resultado unas fluctuaciones de medida nula, lo
que podría explicar que el vacío emita energía que se transformará en materia o que de los
agujeros negros salgan partículas.
En el siglo XX se terminó con la dicotomía vacío- no vacío.
Admitiendo esta evolución histórica del concepto y aceptación del vacío en la física,
quedan sin resolver los problemas fundamentales: ¿Existe el vacío? ¿Es la idea o el concepto
de vacío lo que se mantiene? En el mundo real ¿existe el vacío o el casi vacío?
vender seis cabras y ocho cerdos para comprar cinco vacas, hay un déficit de 600. ¿Cuál es el
precio de una vaca, una cabra y un cerdo?”.
El siguiente sistema de ecuaciones es una traducción directa actual del enunciado:
Si analizamos el método de solución que emplearon los chinos, nos daremos cuenta que los
símbolos usados para las variables carecen de importancia; los coeficientes de las variables
son lo importante. En particular, propusieron un esquema a fin de identificar los coeficientes en
forma tal que no haya necesidad de escribir las variables. Primero comprobamos que los
coeficientes de las variables aparezcan en el mismo orden en cada columna. En seguida
hacemos las posibles operaciones que utilizaron lo chinos para resolver el problema
planteado:
autor enuncia las operaciones fundamentales para números simples y compuestos (denomina
números compuestos a los que contienen expresiones irracionales; por ejemplo, 4 + √5 +
5√15). En la tercera parte de su obra dedicada al álgebra, extiende la operatividad de los
números simples y compuestos a las ecuaciones. Introduce un lenguaje sincopado avanzado,
donde la generalidad de su notación y terminología apuntan a la simbolización del álgebra.
Chuquet explica que cada número puede considerarse estrictamente como cantidad
y para expresarlo se puede escribir el cero en la parte superior del número, por ejemplo 320 es
32 y 330 es 33. Además, cada número puede considerarse como número primero de una
cantidad continua; por ejemplo, 321 y 331 , representan los números lineales 32 x y 33 x,
respectivamente. Del mismo modo, el número superficial cuadrado 322 y 332 equivalen a 32𝑥 2
y 33𝑥 2 ; y así sucesivamente. Cualquiera de las expresiones anteriores es positiva y si es
necesario considerar la negativa, se debe añadir la palabra “menos”, de la siguiente manera
𝑚̅ 320, 𝑚 ̅ 321 , 𝑚̅ 𝑅 2 322.
Chuquet introduce una notación para exponentes negativos. Asigna el nombre de
primer menos al exponente de la expresión 321𝑚 y el segundo menos al exponente de 322𝑚 .
Estos, a su vez, son diferentes del – 32 primeros, o sea, 𝑚 ̅ 321 .
Podemos afirmar que la gran importancia de Chuquet en relación al tema en
cuestión, estriba en que sus lenguajes y métodos algebraicos permitieron encontrar soluciones
de algunos problemas que sus contemporáneos consideraban insolubles. Si el método
conducía a un número negativo, este número era la respuesta y debía ser interpretado en el
proceso en que estaba involucrado. En el lenguaje simbólico creado por Chuqet los números
negativos adquirieron presencia escrita, ya no serían invisibles ni absurdos. Sin embargo, sería
hasta el siglo XIX que los números positivos y negativos adquirieran el estatus de números
enteros.
En 1867 apareció la obra de Herman Hankel, “Teoría del Sistema de Números
Complejos”, donde los obstáculos concernientes a estos
números son superados. Su libro estuvo
consagrado a la exposición formal de la teoría de
los números complejos y no es más que a título de
preliminares que resolvió el problema de los
números negativos. Retomando la obra de Chuquet, a
continuación se presenta la interpretación atribuida a la
solución negativa en un problema de compra y venta de
mercancía. El enunciado afirma que: “Un comerciante compró 15 piezas de ropa por la suma
de 160 escudos. Algunas pagó a 11 escudos cada una y las restantes a 13 escudos la pieza.
Determinar cuántas prendas compró de cada clase”.
Chuquet utiliza lenguaje sincopado. Denota la incógnita x con el símbolo 11 y 2x con
21 . Además, el signo menos lo representa por m y el signo más por p. En terminología moderna,
el problema se plantea mediante el sistema de ecuaciones:
𝑥1 + 𝑥2 = 15
{
11𝑥1 + 13𝑥2 = 160
Considerando x1 = x, como la incógnita, se tiene x2 = 15 – x y la segunda ecuación se
1
transforma en la siguiente: 11x+13(15– x) = 160, donde x = 17 2.
Chuquet afirma: “al realizar las operaciones “11 por 11 escudos” más, “15 menos 11”,
por 13” se obtiene “195 menos 21” que corresponden a “160 escudos”. Enseguida se igualan
las partes. Ahora bien, 21 es el número que divide y 35 el número a dividir. Dividiendo 35 por 2
1 1 1
resultan 17 2
piezas por el precio de 11 escudos. Al sustraer 17 2
de 15 queda menos 2 2
piezas
al precio de 13 escudos cada una. Después de verificar la ecuación, Chuquet observa que
estos problemas son imposibles: es decir, el resultado es negativo. En este caso, la imposibilidad
160 2
se debe a que 15
, igual a 10 3
2 , no es un valor entre los precios dados 11 y 13. Propone la
1
interpretación siguiente: el comerciante compró 17 2 piezas a 11 escudos cada una con dinero
1 1
en efectivo, pagando 192 2
escudos. También adquirió 2 2
piezas a 13 escudos cada una para
1 1
pagar a crédito la cantidad de 32 escudos. De esta forma, contrajo una deuda 32 que, al
2 2
1
restarla de 192 2 , se obtiene 160. Siguiendo el mismo razonamiento, Chuquet considera que las
1 1
2 piezas adquiridas a crédito deben sustraerse de las 17 piezas compradas, y el
2 2
comerciante tiene únicamente 15 piezas que, realmente, son de él.”
Se concluye entonces, que Chuquet aceptaba y representaba simbólicamente la
solución negativa en ecuaciones y problemas. Una vez verificada la solución por el método de
sustitución en la ecuación o ecuaciones correspondientes, ésta recibía una interpretación
adicional adecuada al contexto, en el caso de problemas verbales.
La notación muy difundida para los números positivos y negativos fue gracias a Stifel.
La difusión de los símbolos germánicos (+) y (-), se popularizó con el matemático alemán Stifel
(1487 – 1567) en el siglo XV, como se mencionó antes de ello se utilizaba la abreviatura de p
para los positivos y m para los negativos. Hasta fines del siglo XVIII los números negativos no
eran aceptados universalmente.
Gerolamo Cardano, en el siglo XVI, llamaba a los números negativos “falsos”, pero en
su Ars Magna (1545) los estudió exhaustivamente.
Jhon Wallis (1616 - 1703), en su Aritmética Infinitoum (1655), “demuestra” la
imposibilidad de su existencia diciendo que “esos entes tendrían que ser a la vez mayores que
el infinito y menores que cero”.
Leonardo Euler es el primero en darles estatuto legal, en su Anteitung Zur Algebra
(1770) trata de “demostrar” que (-1).(-1) = +1; argumentaba que el producto tiene que ser +1 o
-1 y que, sabiendo que se cumple (1).(-1)=-1, tendrá que ser: (-1).(-1) = +1.
Los números negativos, además complementan o extienden el conjunto de los
números naturales, generado por un defecto de los números naturales: la generalidad para la
operación de resta y división. Por ejemplo 5 – 9 resulta – 4, que no es natural, no se cumple
entonces la propiedad de clausura o cerradura en los naturales.
El hombre, visto en la imposibilidad de realizar, en general, la operación de resta crea
otro conjunto, que viene hacer el conjunto de los números negativos.
Por lo tanto queda demostrada la propiedad: el lado y la diagonal del cuadrado son
inconmensurables.
𝑑
Como se ve en (1) √2 = 𝑎 lo que significa aplicando la propiedad anterior que
el número √2 no se puede expresar como un cociente de números enteros, es decir no es un
número fraccionario o racional. Queda inaugurado, pues, un pantano de números que como
éste no son racionales, les llamamos números irracionales.
Este conjunto fue creciendo con otras raíces cuadradas no exactas, con las raíces
cúbicas, cuartas, etc.
Al llegar la notación posicional de los números apareció la expresión decimal de un
número y se observó que los números irracionales tienen siempre infinitas cifras decimales no
periódicas.
Empezamos a comprender que la cantidad de irracionales es infinita cuando nos
damos cuenta que entre dos números racionales todo lo próximos que queramos podemos
encontrar cuantos irracionales queramos.
Una espiral casi idéntica se puede obtener utilizando los triángulos áureos, ya que estos
cumplen la misma propiedad que los rectángulos: es posible construir una sucesión infinita de
triángulos áureos. Para ello se utilizarán los dos triángulos áureos del pentágono regular: un
triángulo isósceles áureo de ángulos 72º, 72º y 36º que se divide en otros dos triángulos áureos,
uno semejante al inicial y el otro tiene ángulos cuyas medidas son : 36º, 36º y 108º. La espiral se
va construyendo con arcos de circunferencia de centros los puntos de división en cada
triángulo y arco de 108º.
Martin Ohm en Die Reine Elementar Matematik (Las matemáticas puras elementales).
A pesar de que la forma de escribir sugiere que el término ya era de uso común para
la fecha, el hecho de que no lo incluyera en su primera edición sugiere que el término pudo
ganar popularidad alrededor de 1830.
clases tales que todo punto de la primera clase está a la izquierda de todo punto de la
segunda clase. Si, recíprocamente, todos los puntos de la recta se sitúan en dos clases tales
que los puntos de la primera clase se encuentren a la izquierda de los puntos de la segunda
clase, entonces existe uno y sólo un punto que produce esta división.
Es su texto Dedekind introdujo su celebrado concepto de "cortadura", destinado a
construir los números irracionales a partir de los racionales, y basándose en la posibilidad de
formar conjuntos arbitrarios de éstos últimos.
En la evolución de esta teoría se distinguen tres etapas:
la primera aparece influida por la idea del número real como un objeto
preexistente: cada número real produce una cortadura; la cortadura define al
número y éste determina a la primera (Dedekind).
La segunda etapa es la del pensamiento concreto: cada número real es una
cortadura.
La tercera etapa, inaugurada por Hilbert, está dominada por el pensamiento
axiomático: las cortaduras sirven para probar que la noción de cuerpo
ordenado completo es consistente con la aritmética de los números racionales.
Desde el punto de vista axiomático el único objeto de la teoría de las
cortaduras, que exponemos a continuación, es construir un ejemplo de cuerpo
ordenado completo. El ciclo se cierra al probar que cualquier cuerpo
ordenado completo es isomorfo al cuerpo de las cortaduras.
Suponemos conocidas las propiedades del cuerpo ordenado de los números
racionales, al que denotamos por Q. Entre las que nos harán falta destacamos la densidad: el
hecho de que entre dos números racionales distintos se encuentra siempre otro número
racional, y la arquimedianidad: el hecho de que para cualquier número racional positivo r
existe un entero positivo n tal que 1/ n < r. En lo que sigue la palabra número es sinónimo de
número racional; no hay, por ahora, otros números.
Definición. Llamamos cortadura a un conjunto (o clase) 𝛼 de números racionales que
satisfaga las siguientes propiedades:
1. 𝛼 ≠ ∅ y 𝛼 ≠ Q; es decir, 𝛼 es un subconjunto propio de Q;
2. si r ∈ 𝛼 y s > r, entonces s ∈ 𝛼; es decir, todo número mayor que un elemento de 𝛼
pertenece también a 𝛼 ;
3. 𝛼 no tiene mínimo.
La clase complementaria 𝛼̅ formada por los números racionales que no pertenecen a
𝛼 , posee entonces la siguiente propiedad:
la segunda. A dicha partición la denomina cortadura (schnitt) y la denota como (𝐴1 , 𝐴2 )siendo
𝐴1 y 𝐴2 las clases generadas por la partición.
Ahora bien, es posible que, entre los racionales de la clase 𝐴1 , exista uno que sea
mayor o, entre los números de la clase 𝐴2 , uno que sea el menor, en este caso la cortadura
será producida por un número racional.
Dedekind demuestra, a partir de la separación producida, que existen infinitas
cortaduras que no son producidas por números racionales para las cuales ni la clase 𝐴1 exhibe
un máximo elemento ni la clase 𝐴2 un mínimo. En este caso, cuando la cortadura no es
producida por un número racional, se crea un número irracional definido mediante aquella. Es
de notar cierta falta de precisión en la anterior definición de 𝛼 ya que deja “en el aire” de
donde proviene o qué es exactamente este número irracional, preguntas ante las cuales
Dedekind responde que es producido por la cortadura y no la cortadura misma, esto es, de
igual manera a como un número racional 𝛼 genera una cortadura racional recíprocamente
se establece que una cortadura con elementos máximo o mínimo en las clases es,
esencialmente, el número racional que la produce.
los elementos de B’ como mayor que la suma de cualquier agregado finito extraído de un
agregado A, se tiene entonces que el agregado es menor que el agregado B.
Esta definición de menor permite decir que un agregado verifica el criterio de finitud
siempre y cuando sea menor que un agregado finito. El conjunto cociente generado por la
relación de equivalencia que define la igualdad entre agregados que satisfacen el criterio es
el conjunto de los números reales no negativos, en el que Weierstrass define las operaciones
básicas de adición y producto.
Weierstrass introduce dichas operaciones y el orden usual entre agregados que
verifican el criterio de finitud y los extiende al conjunto cociente mostrando la compatibilidad
de aquellas frente a la relación de equivalencia. De este modo, en la construcción de
Weierstrass, los números racionales se identifican con aquellas clases de equivalencia a las que
pertenecen los agregados finitos y los irracionales se identifican con las restantes clases que,
aun no conteniendo ningún agregado finito, verifican el criterio de finitud.
George Cantor (1845, 1918); nacido en San Pestersburgo Rusia en 1845. En 1863 entra
a la universidad de Berlin donde estudia Matemática, física y filosofía, en 1867 recibe el
doctorado después de haber presentado un trabajo sobre aritmética de Gauss y la teoría de
números de Legendre; comienza su carrera como profesor en la universidad de Halle
Alemania donde publica sus primeros trabajos sobre teoría de números, que a lo largo de su
carrera científica fue el mayor de sus intereses; publica por primera vez su teoría de números
irracionales por la misma época que lo hizo Weierstrass y Dedekind, que se convirtieron en
grandes defensores de su teoría.
El trabajo de Cantor, publicado hacia 1872, y que posteriormente se conocería como
Construcción de Cantor-Heine, introduce un nuevo tipo de números,
denominados números reales, que contienen tanto a los
racionales como a los irracionales. Esta construcción,
basada en los números racionales y aceptando la validez de
sus propiedades de cuerpo y orden, parte del tratamiento de
las sucesiones en que satisfacen el criterio de Cauchy, el cual no
invoca algún tipo de límite hacia un número irracional o hace
referencia a objetos matemáticos aún sin definir evitando los argumentos circulares de los que
fue consciente Méray y evitó de manera similar. Dichas sucesiones que satisfacen el criterio las
denomina sucesiones fundamentales; así mismo llama elementales a las sucesiones racionales
cuyo límite es cero o nulo.
Cantor realiza la construcción de estos números sobre la base de los números
racionales a través de sucesiones fundamentales o de Cauchy, Cantor define el límite de una
𝒍𝒊𝒎
sucesión fundamental {𝑥𝑖 } , como un número racional A tal que (𝑨 − 𝒙𝒏+𝒓 ) = 𝟎; después
𝒏→∞
hace la extensión del concepto de límite donde A es un número irracional; y con base en las
sucesiones fundamentales llega a demostrar que el conjunto de números reales forman un
sistema completo.
Que el conjunto de números racionales no es completo o que presenta huecos en la
recta numérica se evidencia a partir de sucesiones, ya que existen muchas sucesiones de
números racionales que no son convergentes a uno de estos números, por ejemplo la sucesión
elementos del conjunto de tal manera que todos los elementos del conjunto aparecen antes o
después, incluso repetidas veces, en la lista. En tal caso, los elementos del conjunto pueden ser
asignados un 'marcador' o 'índice', que sería el correspondiente número entero positivo (esto
es, al primer elemento de la lista le sería asignada la etiqueta 1; al segundo, 2;etc). Como
quiera que esto es posible en tanto en cuanto el conjunto sea numerable, operar con los
elementos del conjunto, o con sus etiquetas es equivalente.
El argumento de la diagonal de Cantor establece que
El conjunto de todos los conjuntos de números enteros positivos no es numerable.
Análisis del infinito
Ejemplos
Los números naturales: N
Los múltiplos (positivos) de 2: 2N
Los números enteros: Z
Los números racionales (o fraccionarios): Q
Los números irracionales: I
Los números reales: R
¿En qué conjunto hay más números, en N o en 2N? ¿En N o en Z? ¿En N o en Q?
Sabemos que en todos hay infinitos números, pero ¿son iguales o un infinito es mayor
que otro?
Dos conjuntos (infinitos o no) tienen el mismo número de elementos si se puede
establecer una relación uno-uno.
Y dicho esto, basta con analizar la siguiente tabla para ver que en N y 2N hay el
mismo número de elementos:
N 1 2 3 4 5 ….
2N 2 4 6 8 10 ….
Y lo mismo con N y Z:
N 1 2 3 4 5 6 7 8 …
Z 0 1 -1 2 -2 3 -3 4 …
CANTOR, de un modo sencillo consiguió “emparejar” uno-uno a los naturales con los
racionales . Utilizó una tabla como la siguiente donde fue escribiendo ordenadamente todos
los números racionales.
Pues bien CANTOR los ordenó por un camino con diagonales en zigzag
así: 1/1 , 2/1 , 1/2 , 1/3 , 2/2 , 3/1 , 4/1 , 3/2 , 2/3 , 1/4 , 1/5 , 2/4 , ….
Si de esta lista quitamos las fracciones repetidas, podemos proceder al
emparejamiento de N con los racionales positivos:
N 1 2 3 4 5 6 7 8 …
Q+ 0 1/1 2/1 1/2 1/3 3/1 4/1 3/2 …
Para emparejar N con todo Q basta mantener la tabla anterior emparejados a los
racionales negativos .
N 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 …
Q 0 1/1 -1/1 2/1 -2/1 1/3 -1/3 3/1 -3/1 4/1 -4/1 …
Parece reforzarse una conjetura: todos los infinitos son iguales. Y todos son de la misma
magnitud que los números naturales N.
Al infinito referido a los números naturales se le lama ℵ𝟎 (Aleph sub cero). Los
conjuntos que se pueden emparejar con los naturales decimos que son numerables.
Pero como se destacó CANTOR demostró que en cualquier intervalo de números
reales existe una cantidad infinita de números que no se puede poner en relación uno-uno
con los naturales. Es decir, los números reales no son un conjunto numerable.
Cantor demostró una propiedad (aunque la intuición se debe limitar enormemente en
este terreno de lo infinito): Si dos conjuntos son numerables, también lo es el conjunto que se
crea al unirlos. Lo que le permitió explorar en el territorio siempre misterioso de los números
irracionales.
Como el conjunto de los números reales (no numerable como hemos visto) es la unión
de racionales e irracionales, éstos tienen que ser no numerables ya que si fueran numerables,
lo tendría que ser R y no lo es. Resulta probado, pues, que I es no numerable mientras que ya
sabíamos que Q sí lo es. Así que ese conjunto cuya existencia descubrieron los pitagóricos y del
que se conocían no muchos elementos: los radicales, el número 𝜋, ... , es tan grande que si
elegimos un número real al azar, la probabilidad de que sea racional es ¡¡ 0 !! El conjunto de los
números irracionales I tiene la potencia del continuo (Hemos comprobado como N, Z, Q y otros
conjuntos poseen la misma potencia: Aleph sub cero mientras que Cantor denominó al nuevo
infinito encontrado asociado a R, “potencia del continuo”, notado como “c” y posteriormente,
como veremos ahora, por Aleph sub uno ℵ𝟏 ).
En el gráfico:
1- Números Racionales. (Todos son construibles)
¿Existe algún conjunto A, cuyo tamaño sea MAYOR que el de los números naturales,
pero MENOR que el de los números reales?
Cantor nos responde con “La hipótesis del continuo” (en lo sucesivo HC).
HC: “No existen conjuntos cuyo tamaño esté comprendido estrictamente entre el de
los Naturales y el de los números Reales”.
∄𝐴/ ℵ𝟎 < |𝑨| < ℵ𝟏
Cantor trató en vano demostrar la hipótesis del continuo, era sólo una “conjetura”.
La demostración (o negación) de la Hipótesis del Continuo es uno de los23 problemas
de Hilbert (de hecho, es el primero), algunos de los cuales todavía no han sido resueltos.
Fueron propuestos por Hilbert en 1900 como desafío a las generaciones presentes y futuras de
matemáticos.
David Hilbert (1862 - 1943), uno de los más influyentes matemáticos y científicos
alemanes por sus aportes a la geometría, el análisis funcional y a la física. Más que una
construcción de los números reales, Hilbert lo que hizo fue caracterizar el conjunto a
través de axiomas, diciendo: la terna, entre un conjunto K dos operaciones suma (+) y
producto (•) y una relaci´on de orden entre los elementos del conjunto (<); (K, +, •,<)
es el conjunto de los números reales si cumplen las siguientes condiciones:
1. (K, +, •) es un campo.
2. (K,<) es un conjunto totalmente ordenado.
3. El conjuntos K es completo, es decir todo conjunto no vacío y acotado
superiormente tiene supremo.
Europa Medieval
En el siglo VIII, cuando los musulmanes bloquearon el mar Mediterráneo, la principal
ruta comercial de Europa, el intercambio mercantil y la circulación en Europa se restringieron
al grado más bajo que podían alcanzar.
Los primeros indicios del feudalismo en la Europa occidental, en el curso del siglo IX, no
son más que la repercusión de la regresión económica de la sociedad a una civilización
puramente agrícola.
El modo de producción feudal fue aplastantemente agrícola y el comercio se redujo a
su mínima expresión.
La vida rural fue controlada por los señores feudales y organizada dentro de sus
propiedades, mismas que incluían comarcas campesinas.
En los feudos la economía fue local: producían casi todo lo que consumían y
consumían casi todo lo que producían.
Toda la cultura europea durante la Edad Media tiene, como dijimos, un marcado
carácter agrícola. La ciudad medieval es una ciudad amurallada que aparece como lugar
cerrado dentro del paisaje agrícola y forestal, sirviendo de fortaleza defensiva y refugio de sus
habitantes y campesinos del entorno, a la vez que constituye el mercado del área de
influencia.
En el burgo tiene lugar el surgimiento de actividades distintas a las agrícolas, que
favorecen el florecimiento de una economía monetaria y la especialización de los trabajos,
constituyendo un marco heterogéneo donde el hombre rural se libera de sus dependencias
ancestrales gracias al anonimato y a las posibilidades que ofrece la ciudad como centro de
producción de los distintos saberes de la época.
Las universidades juegan ahora un papel destacado en el desarrollo de la cultura que
se refleja en las ciudades, sobre todo en los conjuntos urbanos que aparecen junto a estas
universidades.
El cristianismo
A lo largo de la Edad Media fueron elaborándose una serie de creencias oficiales que
debían ser aceptadas por todos, y las autoridades religiosas, con el apoyo de las autoridades
políticas, persiguieron a quienes pusiesen en duda estos puntos de vista.
Pero el cristianismo medieval no era unitario. En occidente el obispo de Roma, el papa,
era la máxima autoridad, y, sin embargo, en la zona oriental se vivía un cristianismo diferente,
que no lo reconocía como la cabeza única de la iglesia cristiana.
Durante la Edad Media se produjo la separación entre los católicos, seguidores del
papa de Roma, y los ortodoxos, que decían seguir las formas más antiguas de cristianismo.
Estas diferencias continúan en la actualidad.
La época medieval fue también el momento en que una nueva religión, el islam,
apareció en oriente, y consiguió que la gran mayoría de los cristianos de Asia y África
cambiasen de creencias. Precisamente la península Ibérica fue un territorio de enfrentamiento,
pero también de convivencia entre ambas religiones durante la Edad Media. Esta situación
terminó cuando todo el territorio hispano pasó a ser cristiano.
El medioevo es una etapa fundamental en los orígenes de nuestra cultura, ya que
durante los siglos XI al XV se consolidó la civilización cristiana occidental. La cristiandad se vio
dirigida por grandes poderes como el emperador, los reyes y el papa, que en diversas
ocasiones entraron en conflicto por motivos políticos. Además, muchas de las iglesias y
catedrales que se pueden contemplar hunden sus raíces en el románico y en el gótico y es
importante apreciarlas en todo su sentido artístico y religioso.
También nuestras universidades surgieron en este período como una agrupación de
profesores y alumnos que con el tiempo supondrán un avance en todo tipo de saberes.
Muchos hechos históricos se producen en esta época, como las cruzadas que se
organizaron con el propósito de apoderarse de Jerusalén y Palestina dando lugar a conflictos
que se pueden analizar haciendo referencia a algunos actuales. También en esta época y
fuera del marco de las ortodoxias religiosas se producen doctrinas que se considerarán
heréticas, aunque muchas veces recogían aspiraciones populares, incluso se creó la
inquisición para combatir aquellas que se oponían al catolicismo. En definitiva, esta época
enmarca y contextualiza muchos hechos, creaciones artísticas e instituciones que han
pervivido hasta nuestra época.
El renacimiento
Entre los años 1300 y 1600 la vida en Europa sufrió grandes cambios. Fue una nueva
etapa del pensamiento y de la cultura y se la denomina Renacimiento. Fue un período de
sorprendentes inventos en el mundo de la ciencia. Se desarrolló la imprenta, se hicieron
descubrimientos astronómicos, hombres osados se dedicaron a explorar mares desconocidos y
la pintura, la escultura, la arquitectura y la literatura también se transformaron de manera
asombrosa. Pero fue también una era de violencia, pobreza, hambre y enfermedades.
El Renacimiento El Renacimiento fue un movimiento espiritual de liberación, como si el
hombre hubiese superado una etapa difícil, violenta, oscura en muchos aspectos y, de
repente, volviera a descubrir el Sol, la luz, los colores y la naturaleza. Fue un movimiento por el
cual las artes, la cultura, las ciencias, las letras, la propia vida de los pueblos, sufrió una
sacudida en busca de la Belleza y de la Verdad.
Las causas que lo motivaron fueron múltiples, y diversos los factores que determinaron
su aparición. Algunos de tipo netamente material, y otros de índole religiosa o filosófica. La
riqueza fue la primera de las causas que permitieron una espléndida floración de artistas y de
pensadores.
Las ciudades, libres de la miseria y de la opresión feudal propias de la Edad Media,
encontraron en el comercio una corriente vital que las renovó y encumbró. Las primeras que
experimentaron los beneficios del movimiento renacentista fueron las grandes ciudades
italianas, nacidas y enriquecidas por las corrientes mercantiles: Florencia, Venecia, Milán y
Roma. El dinero corría en abundancia en éstas y otras villas que pronto se convirtieron en
lujosísimas urbes, donde se levantaron hermosos palacios, en los que las damas lucían sus
encantos y los artistas encontraron los más generosos mecenas de la Historia. Los mercaderes
eran poderosos señores y en muchas ocasiones los nobles no desdeñaban el patrocinio de
costosas empresas comerciales que rendían grandes beneficios.
Aparece una escuela italiana, centro del movimiento renacentista, en Matemáticas.
Destaca sin duda entre todos ellos Fibonacci, el mejor sin duda, sirve como exponente del fin
de la Edad Media y el inicio del Renacimiento.
John Napier
Durante la última parte del siglo XVI, Dinamarca llegó a ser un importante centro de
estudios sobre problemas relacionados con la navegación. Dos matemáticos daneses, Wittich
y Clavius (cuya obra De Astrolabio se publicó en 1593), sugirieron la aplicación de las tablas
trigonométricas para abreviar los cálculos, mediante el uso de las fórmulas del seno y del
coseno de la suma de dos ángulos. Este recurso de cálculo sirvió probablemente de
inspiración al escocés John Napier (1550-1617), cuyo nombre latinizado es Neper, en la
deducción de un método sencillo para multiplicar senos de ángulos por un proceso de adición
directa. El descubrimiento de Napier fue ávidamente acogido por los astrónomos Tycho Brahe
y Johann Kepler. En el año 1614 en Edimburgo aparecen sus Mirifici logarithmorum canonis
descriptio, o “descripción de la maravillosa regla de los logaritmos”, es decir, las primeras
tablas de logaritmos; sin embargo, no se describe aquí la forma en que fueron construidas. A
inicios de 1619, dos años después de su muerte, aparece el procedimiento utilizado, bajo el
título Mirifici logarithmorum canonis constructio, es decir, “construcción de la maravillosa regla
de los logaritmos”.
Napier fue el inventor de la palabra logaritmo (del griego "logos", razón, y "arithmos",
número: número de razones, pues en el caso de ser el logaritmo un número entero, es el
número de factores que se toman de la razón dada (base) para obtener el antilogaritmo.
Además, introdujo los logaritmos mediante una concepción cinemática, cuyo origen, según él
se imaginaba, era un movimiento sincrónico, una especie de fluctuación entre dos sucesiones.
A continuación se describe esta concepción.
Jobst Bürgi
El descubrimiento de los logaritmos es un claro ejemplo de lo habituales que resultan
las duplicidades en las innovaciones. Hoy se sabe que el relojero y constructor de instrumentos
suizo Jobst Bürgi (1552-1632), se hallaba en posesión de este conocimiento antes que Napier,
incluso se afirma que concibió la idea del logaritmo ya en el año 1586, estimulado por las
observaciones antes mencionadas de Stifel, y en el Libro de cálculo de Simón Jacob (1565).
Pero, según se dice, fue por falta material de tiempo que no lo dio a conocer, motivo por el
cual el astrónomo Kepler pudo echarle en cara el hecho de "haber dejado en el desamparo
al hijo de su espíritu, en vez de educarlo para la publicidad". Se dice que así procedió, pues,
como se le decía en latín, era un "secretorum suorum custos" (guardián de sus secretos).
Hubo que esperar hasta el año 1620 para que Bürgi publicara en Praga sus tablas
logarítmicas bajo el título Arithmetische und geometrische Progress Tabulen. Estas tablas se
publicaron en circunstancias exteriores desfavorables, pues el 8 de noviembre de 1620 fue
tomada Praga, y permanecieron desconocidas. Bürgi vió que el valor práctico de las
sucesiones de Stifel es aplicable con provecho en el caso de que sus respectivos términos se
aproximen uno al otro, lo más posible. A la vez observó que las propiedades logarítmicas no se
extendían solamente sobre la sucesión de potencias de base dos, sino sobre sucesiones con
cualquier razón racional q.
Bases de Napier y Bürgi
Existe la creencia general de que Napier ha sido el inventor de los logaritmos naturales,
cuya base es el número e. Pero esto es absolutamente falso. Es sabido que Bürgi utilizó como
base, aunque él mismo no lo supiera, el número
resolución de ecuaciones de primero y segundo grado. Dichas técnicas habían sido expuestas
con anterioridad, en una obra del matemático hindú Brahmagupta en el 628 d.c. Como se
sabe, los matemáticos árabes se encargaron de difundir las matemáticas de los griegos,
mesopotámicos e hindúes en toda Europa, a través de España.
Cardano
Girolamo Cardano fue un destacado matemático, así como también médico, filósofo,
astrónomo y teólogo. Su padre, Fazio Cardano, fue un abogado que trabajaba en la ciudad
de Milán y se dedicaba a las matemáticas en sus horas libres. Tuvo
cierta destreza en la ciencia de los números pues enseñó
geometría en la Universidad de Pavia y Milán. Fazio fue asesor del
célebre pintor Leonardo da Vinci en cuestiones de geometría.
Cuando Cardano estaba a punto de nacer, una epidemia de
peste azotó a Milán y sus padres se trasladaron a Pavia. Allí nació
Girolamo el 24 de Septiembre de 1501, como hijo ilegítimo de Fazio y Chiara Micheria .
Cardano entra a la Universidad de Pavia a estudiar medicina, en contra del deseo de su
padre de seguir la profesión de abogado. Más tarde se cambia a la Universidad de Padua,
donde se gradúa de Médico. Después de recibir el título de Doctor en Medicina se dedica a
ejercer su profesión, pero también al juego de cartas, dados y ajedrez. Cardano fue un
jugador empedernido durante toda su vida. Su afición por el juego lo llevó a estudiar y
desarrollar muchas técnicas de la teoría de las probabilidades y las aplicó en forma bastante
exitosa logrando hacer una fortuna como jugador. El lado oscuro de esta realidad feliz, es que
su vida fue muy atormentada por las vicisitudes del juego, que lo llevó por los senderos más
bajos y ruınes de la vida. En una ocasión alguien le hizo trampas y entonces sacó una navaja y
le cortó la cara a su oponente.
En el año de 1539, Cardano conoce al célebre matemático Tartaglia, lo cual fue un
hecho crucial en su vida, pues desde ese momento comienza a interesarse en las ecuaciones
cúbicas. Tartaglia era un matemático reconocida fama y prestigio, entre otras cosas, por
haber ganado concursos sobre la resolución de ecuaciones, usando métodos secretos. Aparte
de poseer estas habilidades, Tartaglia fue un experto en el estudio de las trayectorias de los
proyectiles. El descubrió que la máxima trayectoria se obtiene cuando el ángulo de disparo es
igual a 45°. También se debe a Tartaglia la primera traducción de los Elementos de Euclides al
italiano.
Tartaglia le enseñó a Cardano sus trucos y técnicas secretas para el manejo de las
ecuaciones, no sin antes hacerle prestar un juramento de no revelar a nadie dichos secretos.
En 1545, Cardano publica su obra Ars Magna, donde expone los métodos para la resolución
de la ecuación cúbica. Tartaglia monta en cólera y acusa a Cardano de traidor y deshonesto,
por haber faltado a su juramento. Sin embargo, un joven matemático de apenas 18 de edad,
Lodovico Ferrari , quien era sirviente de Cardano, sale en defensa de su protector diciendo
que él estuvo presente la noche de la reunión entre los dos matemáticos y no hubo ningún
juramento.
En realidad, la fórmula para resolver la ecuación cúbica, había sido descubierta
mucho antes por el matemático Scipione del Ferro, quien publicó un pequeño libro, que en
alguna oportunidad fue consultado por Cardano. Luego Cardano quedaba libre de toda
culpa.
Bombelli conocía bien los trabajos sobre ecuaciones cúbicas de Cardano, pues había
leído elArs Magna. Consideraba aquel libro como el más interesante de todos los escritos sobre
Álgebra, hasta el momento. Sin embargo pensó que algunas cosas estaban todavía algo
confusas y que se podían hacer mucho más comprensibles para el gran público.
Bombelli puede ser llamado con todo derecho, el padre de los números complejos,
pues fue el primero que desarrolló el álgebra formal para trabajar con las expresiones de la
forma 𝑎 + 𝑏√−1. Hemos visto en la fórmula de del Ferro-Tartaglia-Cardano, aparecen dos
sumandos del tipo
3
√𝑞 + √𝑞 2 − 𝑝3
la idea de Bombelli, es reducir dicho número a uno del tipo 𝑎 + 𝑏√−1, para lo cual
debe resolver el problema de como sumar y multiplicar dichas expresiones. El número 𝑎 + 𝑏√−1
3
debe ser elevado al cubo, para obtener una expresión del tipo √𝑐 + 𝑑√−1. Usando ahora los
números complejos, se pueden obtener soluciones reales de la ecuación cúbica.
En el libro L’Algebra, aparecen por vez primera el cálculo con los números negativos,
así como también las reglas para sumar y multiplicar dichos números. El gran aporte de
Bombelli al Álgebra, fue el de aceptar sin reserva la existencia de √−1, como un número. A
manera de ejemplo, Bombelli nos da las siguientes reglas:
√−𝑛 ∙ √−𝑛 = −𝑛
√−𝑛 ∙ −√−𝑛 = 𝑛
siendo n un número natural.
Números Imaginarios
A pesar de los brillantes trabajos de Bombelli, sobre el empleo de los número
complejos en la resolución de la ecuación cúbica, los matemáticos de entonces se negaban
a aceptarlos. Ellos eran considerados aún como fantasmas de otro mundo, por carecer de
representación real, y fueron llamados números imposibles o Imaginarios. Durante el siglo XVII,
debido quizás a la aparición del cálculo infinitesimal y la geometría analítica, los números
complejos fueron relegados al olvido por los matemáticos. Algunos genios como Newton,
Leibnitz y Descartes nunca los comprendieron. En 1673 el matemático inglés J. Wallis (quien
introdujo la utilización del símbolo ∞ para representar la noción de infinito) dio la primera
interpretación geométrica de los complejos. Su modelo sigue los siguientes pasos:
1) En la ecuación cuadrática 𝑥 2 + 2𝑏𝑥 + 𝑐 2 = 0
las raíces son 𝑥 = −𝑏 ± √𝑏 2 − 𝑐 2
2) Si 𝑏 ≥ 𝑐, las raíces son reales y pueden ser representadas por un par de puntos P1y P2
sobre los números reales, de acuerdo a la construcción siguiente:
3) Si b < c, entonces las soluciones son números complejos. ¿Cómo razonaba Wallis en
este caso? Pues bien, siguiendo el mismo plan, los puntos P1 y P2 se hallan en el extremo del
segmento b, y como éste es más corto que c, los extremos no pueden tocar la recta real. Por
lo tanto se ha llegado a una gran idea: los puntos P1 y P2 están por encima de la recta real.
Ver la figura:
Con esta representación a la mano, los números complejos dejaron de ser algo
misterioso e imposible, pero por razones de tipo histórico, se les sigue llamando imaginarios. En
1831 el matemático alemán Carl F. Gauss publica un trabajo en donde expone con toda
claridad las propiedades de los números de la forma a + bi, llamados ahora Números de
Gauss, y la representación geométrica de los mismos. Gracias a la autoridad indiscutible de
Gauss, entraron por la puerta grande del templo de las matemáticas y ya nadie los podrá
sacar del lugar preponderante que ocupan dentro del álgebra. Desde ese momento se inicia
un desarrollo sostenido de la teoría de las funciones complejas, de la mano de grandes
matemáticos como Hamilton y Cayley, quienes crearon los sistemas hipercomplejos, Cauchy,
quien sienta las bases del cálculo diferencial e integral de las funciones complejas y finalmente
el matemático alemán B. Riemann, quien demostró todo el poder que encierran los números
complejos en el estudio de la geometría y amplió los horizontes de la matemática, creando
una nueva ciencia llamada la tipología.
Leonhard Euler
(Basilea, Suiza, 1707 - San Petersburgo, 1783) Matemático suizo. Las facultades que
desde temprana edad demostró para las matemáticas pronto le ganaron la estima del
patriarca de los Bernoulli, Johann, uno de los más
eminentes matemáticos de su tiempo y profesor de
Euler en la Universidad de Basilea. Tras graduarse en
dicha institución en 1723, cuatro años más tarde fue
invitado personalmente por Catalina I para convertirse
en asociado de la Academia de Ciencias de San
Petersburgo, donde coincidió con otro miembro de la familia Bernoulli, Daniel, a quien en 1733
relevó en la cátedra de matemáticas.
Una de las constantes más usadas en matemáticas es el número 𝒆 o Numero de Euler,
cuyo valor aproximado de 11 cifras decimales es 𝒆 ≈ 2,71828182846.
Esta constante aparece en conexión con los números complejos, mediante la
relación:
𝒆𝒊𝜽 = 𝐜𝐨𝐬 𝜽 + 𝒊𝒔𝒆𝒏 𝜽
donde el lado derecho representa un número complejo en el círculo unitario de
ángulo θ. Dicha fórmula se conoce con el nombre de Fórmula de Euler en honor a Leonhard
Euler, quien la descubrió cerca de 1740.
La fórmula de Euler permite usar una notación más corta para expresar los números
complejos. Si z es cualquier complejo, se tiene la representación polar:
𝒛 = |𝒛| ∙ (𝐜𝐨𝐬 𝜽 + 𝒊𝒔𝒆𝒏 𝜽)
luego podemos hacer
𝒛 = |𝒛| ∙ 𝒆𝒊𝜽
Si ahora tenemos 𝒛𝟏 = |𝒛𝟏 | ∙ 𝒆𝒊𝜽𝟏 y 𝒛𝟐 = |𝒛𝟐 | ∙ 𝒆𝒊𝜽𝟐 un par de números complejos, las
fórmulas de multiplicación y división son las siguientes:
Índice
El origen de la matemática y el empirismo matemático 1
El soporte material del pensamiento matemático 4
Registro simbólico 7
Hacia el registro del tiempo: la cota Marshack 10
Contabilidad en el Paleolítico africano: la conjetura Zaslavsky 10
Matemática implícita en el mobiliar europeo 12
El empirismo matemático 17
El concepto de número 19
Concepto primitivo de Número Natural 19
El lenguaje numérico y los orígenes de la numeración 20
Sistemas de numeración en la prehistoria 22
Características evolutivas del sistema de numeración posicional decimal 25
La Mesopotamia, su cultura y su aporte al empirismo matemático 28
Los sumerios 29
Los acadios 30
Los babilonios 30
Los asirios 31
Sistemas de numeración sumerio-babilónico 32
Los egipcios 38
Sistema de numeración egipcio 41
Aritmética: Operaciones básicas. 43
Mayas 50
Matemática Maya 57
Incas 72
Matemática incaica 74
China 88
Matemáticas en la China clásica 90
Grecia 101
Sistema de numeración griega 107
Matemática Bizantina 110
Roma 112
Sistema de numeración romano 114
India 119
Arabia 131
La matemática árabe 136
Los números arábigos 137
El cero, la nada y el conjunto vacío en la historia 140
Los números negativos en la historia 146
El surgimiento de las soluciones negativas en la historia 148
Los números irracionales en la historia 150
Los números reales en la historia 159
Europa Medieval 167
Aparición de la logaritmación en la historia 169
Números complejos en la historia 173