Haciendo Camino
Haciendo Camino
Haciendo Camino
INTRODUCCIÓN
1. Dios y nosotros
2. Dios habita en tu corazón
3. El amor que Dios nos tiene
4. Dios es humilde
5. La Encarnación, sorpresa de Dios
6. Jesús, el Hijo de Dios encarnado
7. El pecado, una realidad
8. Yo soy la resurrección y la vida
9. Resurrección vs. reencarnación
10. La verdadera imagen de María
11. La verdadera fe
12. La fe nos hace libres
13. Necesidad de la oración
14. Mirar la muerte cara a cara
15. Vivir es una tarea
16. Vivir… ¿fácil o difícil?
17. Hay que cuidar la vida
18. Para vivir a plenitud
19. Una verdad de Perogrullo
20. Buscando la felicidad
21. Diez consejos para ser felices
22. Lo verdadero en la vida
23. Triunfar en la vida
24. Trabajar para ser más
25. Valer como personas
26. Grandes y pequeños
27. El valor de la belleza
28. La verdadera belleza
29. Ser mujer…
30. Un buen amigo
31. Solidarios…
32. La maledicencia
33. La mentira
34. Ser libres
35. Libres y responsables
36. Autoestima y humildad
37. Sencillez y vanidad
38. Autenticidad e hipocresía
39. La paz: un proyecto de todos
40. Vivir en la humildad
41. Imposible acostumbrarse…
42. Cifras que hacen pensar
43. Los derechos humanos
44. Para pensar y actuar…
45. Tomar conciencia
46. Vivir como cristianos
47. Coherencia de vida
48. Por la justicia social
49. Nuestro programa de vida
50. Bienaventurados
51. La rutina en la vida cristiana
52. “Pensamientos” que nos hacen pensar
53. Cuando sufras…
54. La muerte, realidad de la vida
55. La verdadera salvación
56. El aborto… ¡más violencia!
57. ¡Alerta máxima!
58. Iguales pero distintos
59. Mi profesión de fe
60. Un buen balance
INTRODUCCIÓN
“Realmente, mi proceder no lo
comprendo, pues no hago lo que
quiero, sino que hago lo que
aborrezco… En realidad ya no soy
yo quien obra, sino el pecado que
habita en mí” (Romanos 7, 15. 17)
¿Eres feliz?...
¿Qué te falta para serlo?...
¿Qué vas a hacer para conseguirlo?
21. DIEZ CONSEJOS
PARA SER FELICES
Todos queremos ser felices. El anhelo de
felicidad está inscrito en nuestro corazón,
desde el primer momento de nuestra
existencia. Sin embargo, la verdadera
felicidad no se consigue así, nada más. Es
necesario trabajar duro para poder
alcanzarla, y luego de tenerla, conservarla
y hacerla crecer.
A propósito:
¿Cómo es tu amor?
¿Cómo lo sientes?
¿Cómo lo vives?
¿Cómo lo das?
¿A quiénes amas?
¿Te parece suficiente?
Si no lo eres, no te aflijas ni te
acomplejes… ¡No tienes por qué!... De
todas maneras la belleza no es, ni mucho
menos, lo más importante; además, con
toda seguridad eres dueño de muchos
otros dones que puedes mostrar y hacer
valer con dignidad. Sólo hace falta que los
busques, que te hagas consciente de ellos;
que los cultives y los hagas fructificar. Con
toda seguridad son dones mucho más
profundos y por ende, más duraderos, y
tienen la particularidad de que el tiempo no
los marchita – como sucede con la belleza
- sino que, por el contrario, los hace crecer,
los madura, los arraiga.
La sencillez:
← se gana fácilmente el aprecio de los
otros,
← atrae amistades,
← crea un clima de cordialidad y
simpatía a su alrededor,
← invita a la sinceridad en las
relaciones,
← da lugar a la confianza,
← enriquece la personalidad,
← elimina las diferencias,
← destruye los prejuicios,
← nos hace mejores, más
comprensivos, más humanos.
La vanidad:
← te hace sentir superior sin serlo, y
por eso, en cierta medida te hace inferior,
← pone entre tú y los demás una
barrera,
← no te da amigos, al contrario, te
hace perder los que tienes,
← te hace repulsivo, repelente,
← crea conflictos,
← empobrece.
La autenticidad ES:
sinceridad con nosotros mismos y con
los demás,
verdad del corazón y de la vida,
transparencia en el obrar.
Lo contrario de la autenticidad es la
hipocresía.
La hipocresía ES:
falsedad,
mentira,
doblez.
¿Qué es la paz?
No te acostumbres…
A escuchar en la radio los mensajes de
tantas personas para sus familiares
y amigos secuestrados desde hace
1, 2, 5, 6, hasta 8 años;
A ver en la televisión el rostro triste de
los ancianos que sufren pobreza,
abandono y soledad;
A oír hablar de los campesinos
desplazados de sus tierras,
perdidos en las grandes ciudades,
que les son totalmente extrañas y
profundamente agresivas.
No te acostumbres…
A la vista de los barrios marginados con
sus ranchos de latas, tablas y
cartón, metidos a la fuerza en la
montaña que lucha por imponerse
con toda su fuerza;
A los relatos periodísticos de las
masacres, las minas anti-persona,
los ataques a pueblos, la quema de
vehículos en las carreteras, los
desaparecidos y los asesinados;
A los informes sobre el maltrato infantil,
el abuso sexual, la violencia
intrafamiliar, la trata de blancas, la
prostitución.
No te acostumbres…
A las cifras de los desempleados;
A las imágenes de los policías y
soldados heridos o muertos en
combate;
A los cadáveres de guerrilleros o
paramilitares en bolsas de plástico,
expuestos al escarnio público sin
ningún respeto por ellos y ni por
sus familias.
No te acostumbres…
A la miseria de los indígenas sentados
en las aceras de nuestra ciudad;
A los ranchos construidos debajo de los
puentes;
A los mendigos en las puertas de las
iglesias.
Ni tú ni yo pertenecemos a ninguno de
estos grupos, ¿por qué? Pues no es
precisamente porque lo merezcamos.
Ninguno de nosotros ha hecho nada tan
meritorio como para haberse “ganado” lo
que es y lo que tiene. Entonces es
necesario que, además de agradecer lo
que es nuestra vida hoy, pensemos en lo
que podemos hacer para ayudar a todas
estas personas que sufren.
Perdonar siempre.
Ser justos.
Dijo Jesús:
SOBRE EL AMOR:
Ama hasta que te duela. Si te duele es
buena señal.
Darle a alguien todo tu amor nunca es
seguro de que te amarán de regreso, pero
no esperes que te amen de regreso; solo
espera que el amor crezca en el corazón
de la otra persona, pero si no crece, sé
feliz porque creció en el tuyo.
Muchas veces basta una palabra, una
mirada, un gesto para llenar el corazón del
que amamos.
La revolución del amor comienza con una
sonrisa. Sonríe cinco veces al día a quien
en realidad no quisieras sonreír. Debes
hacerlo por la paz.
SOBRE LA ORACIÓN:
Si oramos, creemos. Si creemos,
amaremos. Si amamos, serviremos.
La oración ensancha el corazón, hasta
hacerlo capaz de contener el don de Dios.
Sin Él, no podemos nada.
SOBRE LA ALEGRÍA:
El que tiene a Dios en su corazón,
desborda de alegría.
Nuestra alegría es el mejor modo de
predicar el cristianismo.
Superemos siempre el desaliento... nada
de esto tiene sentido si hemos
comprendido la ternura del amor de Dios.
Espero que tengas: Suficiente felicidad
para hacerte dulce. Suficientes pruebas
para hacerte fuerte. Suficiente dolor para
mantenerte humano. Suficiente esperanza
para ser feliz.
Las personas más felices no siempre
tienen lo mejor de todo. Solo sacan lo
mejor de todo lo que encuentran en su
camino.
SOBRE EL SUFRIMIENTO:
Recuerden que la Pasión de Cristo
desemboca siempre en la alegría de la
Resurrección, para que cuando sientan en
su corazón los sufrimientos de Cristo,
tengan bien presente que luego llegará la
resurrección.
En todo el mundo se comprueba una
angustia terrible, un espantoso hambre de
amor. Llevemos, por tanto, a nuestras
familias la oración, llevémosla a nuestros
niños, enseñémosles a rezar. Pues un niño
que ora, es un niño feliz. Familia que reza
es una familia unida.
SOBRE EL ABORTO:
El aborto mata la paz del mundo...Es el
peor enemigo de la paz, porque si una
madre es capaz de destruir a su propio
hijo, ¿qué me impide matarte?... ¿Qué te
impide matarme?... Ya no queda ningún
impedimento.
Estoy convencida de que los gritos de los
niños cuyas vidas han sido truncadas
antes de su nacimiento, hieren los oídos
de Dios.
A todos los jóvenes les digo: Ustedes son
el futuro de la vida familiar; son el futuro de
la alegría de amar. Mantengan la pureza,
mantengan ese corazón, ese amor, virgen
y puro, para que el día en que se casen
puedan entregarse el uno al otro, algo
realmente bello: la alegría de un amor
puro. Pero, si llegaran a cometer un error,
les pido que no destruyan al niño,
ayúdense mutuamente a querer y a
aceptar a ese niño que aún no ha nacido.
No lo maten, porque un error no se borra
con un crimen. La vida del fruto de ese
amor pertenece a Dios, y ustedes tienen
que protegerla, amarla y cuidarla. Porque
ese niño ha sido creado a imagen y
semejanza de Dios y es un regalo de Dios.
¡Interesante!.... ¿Verdad?...
abandonar proyectos,
dejar amistades,
cambiar de planes,
buscar otras opciones,
enfrentar riesgos,
dar un vuelco a la vida.
Hombres y mujeres de fe y de
esperanza,
decididos y valientes,
sinceros, honestos y justos,
compasivos y misericordiosos,
libres de ataduras.