Concepto de Psicologia
Concepto de Psicologia
Concepto de Psicologia
Desde un punto de vista psicológico, lo que más llama la atención son los fallos en
la memoria reciente que los propios adultos mayores y nuestro entorno social o
familiar suele asociarlos a la enfermedad de Alzheimer. Se da dicha preocupación
porque se desconoce que en la vejez hay cambios que se consideran normales
con respecto al funcionamiento cognitivo. Igualmente se producen cambios
afectivos y en la personalidad que deben ser considerados como normales y
esperables.
El perder a un ser querido representa un gran trauma emocional que nos hace
especialmente vulnerables a padecer una enfermedad física y trastornos
mentales.
El superar la pérdida implica un proceso de elaboración, en el cual debemos
atravesar diferentes etapas:
Shock o parálisis.
Se produce cuando nos enfrentamos a la noticia de la muerte y puede durar de
minutos a días. Nos vamos a encontrar apáticos, con embotamiento o tal vez con
hiperactividad. Lo que intentamos básicamente es defendernos del impacto que
supone tal noticia en nosotros y nuestra psique, pero tarde o temprano aparecerán
los sentimientos de aflicción que pueden ser atemperados en función de cómo
recibamos la noticia y si era esperable o no.
Alivio o relajación.
Se podría decir que tras el funeral entramos en esta fase de duración corta e
influenciada por el tiempo que permanecen junto a nosotros otras personas
importantes para nosotros que nos otorgan cierto apoyo.
Es aconsejable expresar sentimientos de aceptación de la muerte. Puede que
tratemos de expresar gratitud hacia las figuras profesionales con las que tuvimos
contacto y que facilitaron cuidados a la persona muerta.
Es una etapa variable que oscila entre estados de animo tranquilo y llanto. Lo
normal es que pasado los 8 días aparezca una mayor tristeza y un sentimiento de
desanimo que va influir en nuestro comportamiento.
Resentimiento.
Cuando quedamos solos, cuando realmente nos enfrentamos a la no existencia
más de esa persona a nuestro lado entramos en la fase de resentimiento que
puede durar de 3 a 4 meses. Persiste en nosotros la sensación de soledad,
inseguridad, falta de autoestima y culpabilidad, tanto hacia nosotros mismos, como
puede ser hacia los profesionales. Podemos caer en un estado depresivo por
varios meses.
Es importante que podamos reconocer y comprender nuestra irritabilidad y los
sentimientos que experimentamos son algo esperable y normal.
Recuerdo.
Desde los tres meses a los 12 o 15 del fallecimiento rememoramos
constantemente nuestra vida pasada con esa persona que ya no está, tratando de
retener las experiencias positivas. Podemos soñar con esa persona y llegar a
sufrir alucinaciones ya sean visuales o auditivas.
Reparación.
Desde los 6 a los 12 meses entramos en una fase que es normal que vayamos
aceptando la pérdida y empezando a hacer un esfuerzo por reiniciar nuestra vida,
tratando de cultivar nuevos intereses, actividades... con posibilidad de ampliar
nuestra red social y tratando de pensar más lógica y racionalmente.
Bajo mi punto de vista no es verdad que todas las personas cuando envejecen
están deprimidas o sufren de trastornos afectivos. Si es normal que en algunas
personas en esta etapa de la vida exista un cierto sentimiento de tristeza pero no
se puede establecer como norma genérica a toda la población de adultos
mayores. En mi opinión esto sucede por un aumento de las pérdidas a las que
debe enfrentarse unido a la falta de un proyecto de vida.
Enfoque de rasgos.
Enfoque de estadios.
Desde este enfoque, para comprender a las personas en la última parte de su vida
y siguiendo el concepto de integridad de Erikson (1982) hay que considerarlas en
el contexto de su historia personal, con los conflictos y crisis que se dieron en las
etapas anteriores de su vida y los esfuerzos que realizaron por resolverlos. Las
experiencias individuales únicas de cada persona marcan el que exista una mayor
variabilidad interindividual en la vejez y que no tengan tanto impacto los cambios
madurativos.
Desde las teorías psicoanalíticas y las teorías del yo se han identificado varios
estadios en la vejez. A través de técnicas proyectivas y entrevistas
semiestructuradas se han hallado cambios en la personalidad que se identifican
como estadios sucesivos e independientes.
Carl G. Jung (1931) sostiene que durante la vejez hay un incremento de la
introversión y una reorganización del sistema de valores propios.
DESARROLLO PSICOSOCIAL:
1.Cambio social: Los adultos mayores de los países desarrollados, se han dado
cuenta de que el ser mayor es diferente desde que sus padres llegaron a los 65
años. Tienen aspecto más juvenil, están más sanos y vigorosos que sus
homólogos de hace varias generaciones. Es más probable que sean dueños de
sus casas, vivan por encima del nivel de pobreza y tengan menos hijos adultos .
En los países en desarrollo estas características no se dan siempre o porque no
8.No jubilación: Existen gran cantidad de adultos mayores que no tienen jubilación,
ya sea porque en su trabajo nunca se la dieron, porque estaban en trabajos
informales o no trabajaban a base de sueldo (muchas mujeres están en este
caso). Estos adultos mayores pasan a depender de sus familiares, de las
instituciones gubernamentales que en México casi no existen o piden y viven de la
limosna que les da la gente. El Sector Salud, el Gobierno del D. F. empiezan a
desarrollar algunas acciones pero como sociedad falta mucho por hacer .
1.-Educación en la verdad: (18)
No todos los cambios de esta edad son negativos, también existen positivos. Se
debe aprender a verlos. Hemos visto ya varios negativos pero ahora
aboquémonos a los positivos como la capacidad de la estabilidad y la continuidad,
cualidad que proporciona al adulto mayor la aureola de persona capaz digna de
confianza, capaz de recibir confidencias y de entregar consejos sabios.
1.Sentimiento de Eupatía:
2.Sentimiento de simpatía:
Palabra griega que significa “sentir con” y que significa sentirse bien con los
demás. Por eso la persona es sociable, acogedora, a la vez que aprovecha sus
momentos de soledad porque necesita calar la hondura de la propia intimidad. Es
quien desde la profundidad de su vida interior, es capaz de salir al encuentro de
otros y tanto en ellos como en el resto del mundo encuentra lo que es positivo,
digno de felicitación y aplauso.
3. Sentimiento de autonomía:
Palabra griega que significa “ser uno mismo” contrario a la heterotomía que es la
dependencia de los demás. Es capaz de ayudarse a pesar de sus limitaciones, es
autónomo desde el punto de vista psicológico. No se trata de proyectar cosas a
realizar sino de seguir creciendo como persona libre, liberada y liberadora.
5. Sentimiento de Anástasis:
Si bien los sentimientos de enojo estarán presentes con distinta intensidad durante
todo el proceso de duelo, es en esta etapa donde la ira toma el protagonismo
dirigiéndose este enojo al ser querido fallecido, a nosotros mismos, a amigos,
familiares, objetos inanimados e inclusive a personas extrañas. Se siente un
resentimiento hacia la persona que nos ha dejado causando un inmenso dolor en
nosotros pero este enojo se vive con culpa haciéndonos sentir más enojados aún.
La frase que podría contener la esencia de esta etapa es “¿Por qué yo? ¡No es
justo!”, “¿Cómo puede sucederme esto a mí?” Esta comprensión del “por qué” de
las cosas puede ayudarte a encontrar una cierta paz.
Se desea volver a la vida que se tenía antes de que muriera el ser querido y que
éste vuelva a nosotros. Se concentra gran parte del tiempo en lo que el doliente u
otras personas podrían haber hecho diferente para evitar esta muerte. Las
intenciones de volver el tiempo atrás es un deseo frecuente en esta etapa para así
haber reconocido a tiempo la enfermedad o evitar que el accidente sucediera. La
frase que resume esta etapa es “¿Qué hubiera sucedido si…?” Nos quedamos en
el pasado para intentar negociar nuestra salida de la herida mientras pensamos en
lo maravillosa que sería la vida si éste ser querido estuviera con nosotros.
Esta fase del duelo suele ser la más breve de todas las etapas ya que se trata del
último esfuerzo para encontrar alguna manera de aliviar el dolor por lo que supone
un trabajo agotador para la mente y el cuerpo al tener que lidiar con pensamientos
y fantasías que no coinciden con la realidad actual. Por eso es importante
conectarse con las personas y actividades del presente siguiendo una rutina que
le brinde a tu mente la comodidad de realizar tareas regulares.
Se siente tristeza, miedo e incertidumbre ante lo que vendrá. Sentimos que nos
preocupamos mucho por cosas que no tienen demasiada importancia mientras
que levantarse cada día de la cama se siente como una tarea realmente
complicada. Estos sentimientos muestran que el doliente ha comenzado a aceptar
la situación. La frase que contiene la esencia de esta etapa es “Extraño a mi ser
querido, ¿por qué seguir?”
Si bien el doliente siente que esta etapa durará por siempre es importante
considerar que la depresión de este proceso de duelo no es sinónimo de
enfermedad mental sino que se trata de una respuesta adecuada a una gran
pérdida por lo que las emociones de la depresión deben ser experimentadas para
sanar. Sé paciente contigo mismo y recuerda que sentir esta depresión es la
manera de salir de ella.
Esta etapa consiste en aceptar la realidad de que nuestro ser querido se ha ido
físicamente por lo que debemos comprender que esta nueva realidad que vivimos
sin él será nuestra realidad permanente de ahora en adelante. Se trata de
aprender a convivir con esta pérdida y crecer a través del conocimiento de
nuestros sentimientos. Comenzamos a depositar nuestras energías en nuestras
amistades y en nosotros mismos estableciendo una relación distinta con la
persona fallecida.
La rutina diaria toma un mayor protagonismo en la vida del doliente mientras que
ya no se invocan los recuerdos del ser querido con sentimientos de culpa. Esta
introspección te permitirá realizar una evaluación de tu vida y analizar cuál es el
crecimiento obtenido durante este proceso a partir del cumplimiento de asuntos
irresueltos. Esto se debe a que puedes observar que las cosas malas le suceden a
la gente buena y a la gente mala también, por lo que la muerte no es percibida
como un “castigo” sino como parte de la vida.