El Proceso Del Duelo
El Proceso Del Duelo
El Proceso Del Duelo
El duelo se entenderá como un proceso de adaptación que las personas atraviesan tras una pérdida.
Además, El proceso de duelo para este taller se va a entender desde la perspectiva de las tareas de
duelo, en lugar de fases o etapas. Esta perspectiva establece que hay cuatro tareas que se realizan
para hacer un proceso de duelo sano, estas tareas no tiene un carácter lineal. La perspectiva de las
tareas implica que la persona no es pasiva en el proceso de duelo, por lo contrario es activa, puede
hacer algo, y esto alivia en tanto provee la sensación de que el duelo es algo que se puede superar
y manejar, además verlo como un proceso implica que debe aceptarse que el duelo es algo que
toma tiempo.
Según Robert Neimeyer la reconstrucción del significado es el primer proceso que afronta la persona
que atraviesa una pérdida, y esto lo realiza mediante las narraciones e historias personales. La
persona necesita redefinirse a sí mismo aprender a estar en el mundo sin la presencia o relación con
la persona que ha perdido, de esto trata la tarea III del proceso del duelo, en la cual la persona se
adapta a vivir una vida en la que la otra persona ya no hace parte. Según Neimeyer a la mayoría les
cuesta mucho hallar un significado a la pérdida y debería ayudárseles en este proceso, respetando
que la iniciativa surja de la propia persona. La búsqueda de significado no se ve como una meta sino
como un proceso, pues el significad sufre transformaciones a lo largo del tiempo, no es estatico. (..)
En un estudio realizado por Erich Lindemann, con 101 personas con una pérdida reciente, propuso
unas características sintomatológicas del duelo normal o agudo:
Las conductas de las personas en duelo agudo se pueden agrupar en 4 categorías: sentimientos,
sensaciones físicas, cogniciones y conductas.
SENTIMIENTOS
Tristeza: el más frecuente, casi siempre expresado a través del llanto, pues el llanto genera una
reacción de comprensión y protección por parte de los demás. Muchas personas temer a la
intensidad de la tristeza y otro tratan de bloquearla con el exceso de actividades aunque descubren
que la tristeza se abre paso, por ejemplo, en las noches. Impedir la expresión de la tristeza puede
conducir a un duelo complicado (…)
Culpa y remordimiento
Surge por acciones que no se realizaron antes de la pérdida o por cosas que se hicieron que ahora
se consideran inadecuadas. Cuando la culpa es infundada es importante hacer una comprobación
con la realidad.
Ansiedad
Se da por dos razones, ansiedad por no poder cuidar de si mismo sin la persona que se fue y por el
incremento de la conciencia en la propia muerte. Cuantos más intensa y persistente es la ansiedad
hay mayor riesgo de un duelo complicado.
Soledad
Pueden haber dos tipos de soledad, la soledad social y la soledad emocional. El apoyo social puede
aliviar la soledad social peor no la emocional que se siente por la pérdida de un vínculo, esta última
solo se puede remediar mediante la integración de otro vínculo (Stroebe, Schut y Strroebe, 2005 en
…).
Fatiga
A veces expresada como apatía o indiferencia, la fatiga es muy autolimitadora y puede generar
sorpresa y angustia en personas usualmente muy activas.
Desamparo
Shock
Añoranza
Es una respuesta normal a la pérdida y cuando se reduce puede ser una señal de que el proceso del
duelo se acerca a su fin.
Emancipación
Es una reacción normal y en algunos casos puede ser positiva para el proceso, se refiere a que la
persona se siente liberada o encuentra aspectos positivos a la pérdida y a los cambios generados en
su vida tras esta, es importante alentar la aceptación de este sentimiento y evitar el juicio.
Alivio
Es un sentimiento frecuente, sobre todo si la muerte del ser querido se da tras una enfermedad
larga y dolorosa, o cuando se ha mantenido una relación difícil y prolongada con la persona fallecida.
El alivio suele ir acompañado de la culpa.
Insensibilidad
En aquellas personas que dicen no sentir nada tras una pérdida y que caen en un estado de
embotamiento, suele ser frecuente este sentimiento en el periodo inicial del duelo, puede suceder
porque hay muchos sentimientos por afrontar y resulta abrumador hacerlos todos conscientes, por
tanto la insensibilidad se convierte en una protección ante esa avalancha emocional, al parecer esta
es una defensa normal.
SENSACIONES FÍSICAS
Son frecuentes en las personas que atraviesan un duelo, las siguientes sensaciones:
- Vacío en el estómago
- Opresión en el pecho Y garganta
- Hipersensibilidad al ruido
- Sensación de despersonalización (como que nada parece real, ni siquiera la propia
existencia)
- Falta de aire o de aliento
- Debilidad muscular
- Falta de energía
- Sequedad de boca
El conocimiento de que estas sensaciones son reacciones normales ante una pérdida puede
evitar una preocupación excesiva por la propia salud.
COGNICIONES
Hay algunos pensamientos que normalmente aparecen en los inicios del duelo, cuando se extienden
y son persistentes pueden provocar depresión o ansiedad.
Incredulidad
La persona no puede y no quiere creer lo sucedido, la persona desea que todo sea una broma o un
mal sueño.
Confusión
Las personas sientes que no pueden organizar sus pensamientos, les cuesta concentrarse y olvidan
cosas.
Preocupación
Pueden aparecer algunos pensamientos obsesivos sobre la persona perdida, también pueden
generarse pensamientos e imágenes intrusivas de esa persona. La rumiación también es frecuente,
la persona piensa de forma persistente y repetitiva sobre lo mal que se siente y sobre las
circunstancias que han dado origen a sus sentimientos.
Sensación de presencia
Sentir que la persona perdida aún está presente, aún hace parte de nuestra vida.
Alucinaciones
Visuales o auditivas sobre la persona perdida, en las primeras semanas de duelo son muy comunes.
CONDUCTAS
Hay diversas conductas asociadas al duelo normal, son conductas manifestadas tras la pérdida y
generalmente se corrigen con el paso del tiempo.
Sobre todo al inicio del duelo, pueden experimentar dificultad para conciliar el sueño o
interrupciones durante la madrugada. Estos trastornos pueden afectar el desempeño y actividad
diaria, afortunadamente los trastornos del sueño suelen mejorar con el paso del tiempo.
Trastornos de la alimentación
Puede manifestarse con el aumento o disminución de la ingesta habitual, aunque la más frecuente
es comer poco. Puede haber variaciones en el peso debido a estos cambios en los hábitos
alimenticios.
Conducta distraída
Actuar sin prestar atención suficiente, o hacer cosas que les generan incomodidad o daño.
Retraimiento
A veces las personas que atraviesan un duelo desean aislarse de los demás, bien sea porque no
sientes que su estado de ánimo coincida con las circunstancias que plantean la compañía, o porque
haya una disminución del interés por el mundo exterior.
Es muy frecuente y en muchas ocasiones los sueños pueden usarse para asesorar el duelo.
Evitan lugares o cosas que le recuerden a esa persona y les generen sentimientos dolorosos,
deshacerse de las cosas que recuerdan a la persona perdida debe darse en un proceso, hacerlo
inmediatamente después de la pérdida podría conducir a un duelo complicado.
Es frecuente y está asociada con la sensación física de falta de aliento. En las personas en duelo se
puede presentar niveles de oxígeno y dióxido de carbono similares a los de personas deprimidas.
Hiperactividad y agitación
No soportan la idea de no estar haciendo algo y buscan diferentes actividades que los mantengan
ocupados o que puedan ayudar a aliviar.
Llorar
Es frecuente y se presume que las lágrimas causadas por el estado emocional pueden aliviar el estrés
emocional aunque aún no se sabe cómo.
Puede generarse por el temor de olvidar los recuerdos que se mantienen sobre esta persona.
Conocer que estas manifestaciones se consideran reacciones normales ante una perdida ayuda
tanto a los asesores del duelo a no patologizar lo que se considera normal en el duelo y a los
dolientes a afrontar con menor preocupación sus experiencias. Se debe tener en cuenta que el
mantenimiento de estas manifestaciones hasta periodos avanzados del duelo puede llegar a ser un
indicador de un posible duelo complicado.
El proceso del duelo implica cuatro tareas básicas e indispensables para que la persona se adapte a
la pérdida. Aunque las tareas no establecen un orden de su definición puede derivarse, por ejemplo,
no se puede trabajar en el control del impacto emocional generado por la pérdida cuando no se ha
aceptado dicha pérdida y su realidad y su carácter irreversible. Finalmente, se entiende que no todas
las personas resuelven de la misma forma dichas tareas.
La segunda tarea consiste en Trabajar las emociones y el dolor de la pérdida lo que implica ser
consciente de la necesidad de permitirse sentirlas y elaborarlas, identificando el dolor físico,
emocional y cognitivo generado por la ruptura.
La tercer tarea implica Adaptarse a un medio en el que la pareja está ausente para esto es
importante pensar cómo era la relación con el fallecido, o el ser que ya no está, cuáles eran los
distintos roles que desempeñaba la pareja y como pueden ser suplidos ahora
Por último, la cuarta etapa consiste en Recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo
pues nunca se olvida del todo a esa persona que tanto se amó, por eso lo que se busca es poder
recordarla de forma diferente sin dolor y sin añoranza sino como un recuerdo que construyó algo
en nosotros.
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