EL PERFUME de Los Almendros PDF
EL PERFUME de Los Almendros PDF
EL PERFUME de Los Almendros PDF
E DI CI ÓNES
EL PERFUME DE LOS ALMENDROS:
LA RESISTENCIA PERONISTA
EN
LA MATANZA
(1955-1960)
Médica, Gerardo Alberto
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista 1955-1960. -1a edición-
Buenos Aires: El Zócalo Editorial
180pp: 14 por 20 cm.
ISBN: 1111111111111111111111111111
AGRADECIMIENTOS Y DEDICATORIAS
Palabras iniciales.......................................................................................7
PARTE PRIMERA..................................................................................9
CAPÍTULO I. Alcances y conceptualizaciones.......................................10
CAPÍTULO II. Estado de la cuestión......................................................18
PALABRAS INICIALES
-8-
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
PARTE PRIMERA
“El historiador que obsesionado por la figura del personaje visible pierde la
noción de aquellos "grandes y lentos movimientos", equivoca el protagonista
de la historia confundiéndolo con su expresión circunstancial, que es la que se
realiza a través del héroe o del anti-héroe”.
-9-
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
CAPÍTULO I
CONCEPTUALIZACIONES Y ALCANCES
zación” (durante los meses en que Lonardi presidió el Golpe del ’55) a la
eliminación taxativa del peronismo con el binomio Aramburu-Rojas en la
“Libertadora” (partidarios de un “antiperonismo radicalizado” (Spinelli,
2005: 185-189)) para derivar finalmente en los intentos de integración del
peronismo al sistema político con Arturo Frondizi en la presidencia
(James, 1990: 147-188).
Ahora bien, la estrategia dirigida para la eliminación del peronismo
tuvo como contrapartida la reacción de las bases peronistas que sumidas
en un sentimiento de pérdida, de indignación y persecución dieron origen
a una serie de acciones públicas y clandestinas tendientes a modificar la
realidad objetiva que se les presentaba y buscar imperantemente la vuelta
de Perón al gobierno como forma de modificarla.
El afloramiento de las reacciones de los peronistas de base, surgieron
de manera “fundamentalmente espontánea, instintiva, confusa y acéfala”
en los días inmediatos al derrocamiento de Perón y en un contexto de
quietismo de la dirigencia política-sindical peronista de la primera línea
(James, 1990: 79).
Las reacciones de los peronistas “huérfanos” se pueden considerar
bajo la modalidad de “terrorismo espontáneo” emparentado con disparos
al aire, pintadas en lugares públicos y expresiones de angustia en los
barrios obreros del país5. Más allá de una interpretación que podría cen-
trarse solamente en lo anecdótico, estas primeras acciones espontáneas se-
rán el génesis para la identificación y asunción de roles opuestos de las
bases peronistas al proceso 1946-1955. La realidad objetiva con la visible
“desperonización” y el cambio de plano del peronismo, permitió la
conformación de comandos clandestinos y sindicales e intentos de
conspiraciones cívico-militares que construirán una experiencia de lucha
generalizada, conocida historiográficamente y en el folclore peronista
como: La Resistencia Peronista o simplemente la Resistencia 1955-19606.
5
La Nación. Buenos Aires, 22, 24, 25 y 26 de septiembre de 1955.
6
“La ‘resistencia’ ha llegado hasta nuestro presente cargada de significaciones múltiples,
particularmente debido al uso del término por corrientes peronistas de fines de la década de
los sesenta. La resistencia, para estas corrientes, término abarcando los hechos ocurridos
durante los dieciocho años que mediaron entre la caída y el retorno de Perón. Pero inicial-
mente se designaba como resistencia a los hechos y acciones ocurridos entre la caída de
Perón y el último intento de golpe militar peronista, encabezado por el general Iñíguez, es
decir, entre 1955 y 1960” (Salas, 2006: 14).
- 12 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
II
7
Sobre el concepto de experiencia consultar: (Thompson, 1991: 8-10).
- 13 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 14 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
9
“Para que haya convivio dos o más personas tienen que encontrarse en un punto territorial
y sin intermediación tecnológica que sustraiga la presencia viviente, aurática de los cuerpos
en la reunión (…). El convivio reenvía a una escala ancestral de la humanidad, ya que nació
la primera vez que dos seres humanos se encontraron” (Dubatti, 2015: 45).
10
“Lo opuesto al convivio es el tecnovivio, es decir, la cultura viviente desterritorializada
por intermediación tecnológica” (Ibíd.,: 46).
- 16 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 17 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
CAPÍTULO II
ESTADO DE LA CUESTIÓN
“No escribimos para conquistar corazones sino porque creemos tener razón, y
esa razón sólo vale si la comparten las masas trabajadoras que son las que
hacen la política revolucionaria”.
1
Sobre los análisis de la clase obrera en este período ver las excelentes obras de: (Camarero,
1996: 61-81) y (Camarero, 2000: 30-55).
- 18 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Los escritos de James a los que hacemos mención son “The Peronist
Left, 1955-1975” (donde visibiliza la oposición de los trabajadores al
escenario de la Revolución Libertadora colocando el origen de la izquier-
da peronista en la Resistencia Peronista como factor obrero contra la
realidad material que se le presentaba a la clase trabajadora (James, 1976:
273-296)) ; “Power and politics in the peronist trade unions…” (ajustando
su análisis a la recomposición de los sindicatos luego de 1957 y la deri-
vación del sindicalismo peronista al vandorismo (James, 1978: 3-36));
“Racionalización y respuesta de la clase obrera…” (indagando sobre las
comisiones internas a los planes de racionalización iniciados en 1953 pro-
fundizados en los años posteriores a 1955 (James, 1981: 321-349) y “Re-
sistencia e Integración … ” (James, 1990).
Respecto a este último libro, el primordial aporte –en correspondencia
con la clase obrera argentina 1946-1976– es el entramado de un enfoque
estructural y la recuperación de la experiencia de los trabajadores como
sugerimos anteriormente. Sobre la etapa 1955-1960 es sugerente la interp-
retación del nacimiento de la Resistencia Peronista de manera espontánea,
la escisión de las bases de la dirigencia en el gobierno breve de Lonardi y
la lucha sostenida contra los planes de racionalización de Aramburu
(Ibíd.,: 69-107).
James destaca también que la articulación de la Resistencia Peronista
1955-1960, se llevó adelante entre comandos clandestinos y comandos
sindicales que entraron en tensión luego de la recuperación de los
sindicatos en 1958 donde se discute la vía insurreccional y la semilegali-
dad (Ibíd.,: 107-128).
Una arista que se propone también en el libro son las representaciones
de la clase trabajadora y del peronismo entre los años 1955-1960. En ellas
se esgrime la idea de ambivalencia de la ideología peronista torsionada
entre principios tradicionales y las resignificaciones posteriores a 1955
(Ibíd.,: 128). En lo dedicado a la Resistencia Peronista, ahonda en la se-
ducción del desarrollismo frondizista en los primeros meses de su llegada
al poder y en los efectos de las derrotas de las huelgas de 1959 en las ba-
ses, dirigencia y activistas del peronismo (Ibíd.,: 129).
La virtud de James en “Resistencia e Integración…” es la de terciar en
“la relación entre peronismo y clase trabajadora y el significado de esa re-
lación para los trabajadores y los gremios en particular” (Ibíd.,: 130)
aferrado a categorías estructurales, testimonios orales, panfletos y diarios
que promueven la visibilización del sujeto histórico del proceso. En defi-
nitiva, concilia análisis estructural y la historia “desde abajo” (Camarero,
2000: 45).
- 19 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
4
En una misma línea indagando el Levantamiento de 1956 pero en la provincia de La
Pampa, están las investigaciones de (Asquini, 2010); (Galcerán & Peduto, 1994) y (Ferrari,
2012). Destacamos sobre la temática de intentos de levantamientos militares peronistas y sus
consecuencias a: (Gorza, 2015: 31-51); (Mazzei, 2000: 51-71) y (Mazzei, 2012: 11-164).
5
Consultar: (Gorza, 2011: 30-50); (Gorza, 2012: 1-24); (Gorza, 2014); (Gorza, 2015);
(Gorza, 2016), (Gorza, 2017) y (Gorza, 2018: 135-180).
6
Destacamos las obras de: (Polesse, 2009); (Raimundo, 2008) y (Raimundo, 2010: 85-113).
7
Uno de los textos precursores del análisis del peronismo en las provincias fue: (Tcach,
1995: 63-82).
8
Consultar: (Álvarez, 2014: 187-216) y (Álvarez, 2016: 7-24).
9
páginas, Vol. 49, Núm.2, 2016, págs. 1-152. Disponible en: http://revistapaginas.unr.edu.ar/
index.php/RevPaginas/article/viewFile/208/244
10
Hacemos referencia a: (Acha, 2010) y (Acha, 2011).
11
Sobre la temática consultar: (Raimundo, 1998: 201-231); (Raimundo, 2000: 73-101) y
(Raimundo, 2012).
12
Ver: (Médica, 2002); (Médica & Ré, 2007: 92-106) y (Médica & Villegas, 2016).
- 21 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
PARTE SEGUNDA
LA RESISTENCIA PERONISTA 1955-1960
“Si alguien merece el título de libertadores son esta gente [Aramburu y Rojas].
Lo merecen mucho más que los de la Independencia; el dominio español
nunca debió ser oprobioso como el de Perón. Se podrá decir que es gente oscu-
ra, y un poco ridícula, y chambona, y con un pasado medio peronista, pero lo
que no puede negarse es que son libertadores”.
- 22 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
CAPÍTULO III
LOS COMANDOS CLANDESTINOS
Hacia la Resistencia.
1
Sobre el conflicto de la Iglesia y el peronismo ver: (Bianchi, 2001: 291-238); (Bianchi,
1994: 19-36); (Caimarí, 1995: 249-231) y (Di Estefano & Zanata, 2000).
- 23 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
dos en las Islas Hawái (sic). Uno de los participantes en la reunión, el capitán
de fragata (aviador) Jorge Bassi relata:
Yo comenté ‘que interesante sería rodear un día equis la Casa Rosada cuando
Perón se reúne con su equipo’. Esas reuniones tenían lugar en el segundo y
cuarto miércoles de cada mes. Lo más tarde que empezaban era a la 09hs30 y
lo más tarde que terminaban eran las 10hs30. Se juntaban los cuarenta y tres
grandes del régimen, desde Perón hasta el jefe de la Policía Federal, incluyen -
do todos los ministros y otros altos funcionarios. Rodear la Casa de Gobierno
con la Infantería de Marina y si no se rendían bombardearlos y hacer un Pearl
Harbour” (Carbone, 1994: 27).
2
Logran sumar a la intentona al contralmirante Toranzo Calderón y al General Bengoa
(quién al fracasar negará su participación) a comienzos de 1955 (Carbone, 1994: 30-33).
3
Sobre la temática consultar (Sáenz Quesada, 2007: 51-87). Sencillamente eran civiles
armados antiperonistas utilizados como fuerza de choque).
- 24 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
4
Sobre el desarrollo de las acciones del 16 de junio de 1955 ver: (Bevilacqua, s/d: 3-95);
(Carbone, 1994: 43-92); (Cháves, 2005: 3-65); (Cichero, 2005: 61-128); (Médica & Ré,
2010: 129-145) y (Médica & Ré, 2011).
- 25 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
ahí […]. Yo pensé que habían cerrado con llaves. ¡Mire hasta dónde llega el
pensamiento, porque uno piensa como piensa! ¿No? Pensé: ‘le pego dos o tres
tiros, hago saltar la cerradura y puedo entrar’ 5”.
“Daban las doce y cuarenta cuando cayó la primera bomba. Dos tranvías lle-
nos de pasajeros y un ómnibus presto a partir saltaron en pedazos (…).
A las catorce, millares de personas se concentraban en las inmediaciones de
Plaza de Mayo, ocupaban la Recova de Leandro Alem y, con toda clase de
armas… hostigaban a los infantes de marina que seguían progresando hacia
el objetivo6”.
5
Testimonio de Francisco Robledo (ex soldado con participación en la jornada del 16 de ju-
nio de 1956), tomado de: (Médica & Ré, 2011: 91).
6
Testimonio de Ramón Prieto en: Marcha, 1963. Cita tomada de (Garulli et al, 2000: 59).
7
Entrevista realizada por Gerardo Médica a G. Maza (vecino de Ciudad Evita) en Ciudad
Evita, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 23 de marzo de 2000.
8
Grupos de Peronistas y de la Alianza Nacionalista Libertadora ante la pasividad policial
incendian y saquean las iglesias de Santo Domingo, San Miguel, La Merced, El Socorro,
San Nicolás, San Juan Bautista, La Piedad, la Capilla de San Roque y la Curia Eclesiástica
en Capital Federal. En el Gran Buenos Aires, San Juan Bautista, La Piedad, la Capilla de
San Roque y la Curia Eclesiástica en Capital Federal. En el Gran Buenos Aires son atacadas
las iglesias de Asunción (Vicente López) y Jesús del Huerto (Olivos). La Nación. Buenos
Aires, 17 y 18 de junio de 1955. Para una consulta en detalle de los ataques a los templos
católicos ver: ( Ruiz Moreno, 1994: 293-317).
9
Sobre los sucesos de Bahía Blanca consultar: (Ortiz, 2007).
- 26 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 27 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“[U]n intento por ganar apoyo para una estrategia de movilización popular y
resistencia armada. La idea era organizar una fuerza guerrillera urbana
clandestina que pudiera frustrar un golpe de estado por medio de actividades
guerrilleras respaldadas por el apoyo y la movilización popular” (Gillespie,
1989: 26).
10
La difusión de la imagen del peronismo encuadrado en autoritarismo se puso en práctica
abierta en los medios de comunicación luego del derrocamiento de Perón. Las acciones de
difusión antiperonistas incluían campañas de desprestigio sobre Perón y Eva y corrupción
del estado peronista. La lista de obras sobre esta temática es amplia, a modo de ejemplo cita-
mos a: (Borges, 1955: 9-10); (COMISIÓN NACIONAL DE INVESTIGACIONES, 1958);
(Ghioldi, 1956); (Halperin Donghi, 1956); (Lafandria, 1955); (Lamas, 1955); (Martínez Es-
trada, 2005) y (Sánchez Zinny, 1956).
11
Decreto-Ley 3855. Anales de la Legislación Argentina. Buenos Aires: La Ley.T.XVI, págs.
602-603.
12
Apenas triunfante la “Revolución Libertadora” se produce en Azul el primer asesinato de
un dirigente sindical peronista de ATE Azul. El nombre del mismo era Manuel Chaves y fue
ejecutado por el “Comando Revolucionario Sur” en presencia de su familia el 22 de sep-
tiembre de 1955 dentro de su domicilio. La excusa fue la de intentar armar un golpe
contrarrevolucionario y de poseer armas para tal finalidad. Sobre el tema véase: (Luna,
2017).
13
Decreto-Ley 4161 de Marzo de 1956. Anales de la Legislación Argentina. Buenos Aires:
La Ley. T.XVI, págs. 241-260.
- 30 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
14
Testimonio de Mabel DL. Cita tomada de (Scoufalos, 2007: 53).
- 31 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“–Era ella. Esa mujer era ella– (…) Parecía que iba a hablar, que iba a… Lo
del dedo es para que todo fuera legal (…) – ¡Está parada! – grita el Coronel–.
¡La enterré parada, como Facundo, porque era un macho! Entonces lo veo, en
la otra punta de la mesa. Y por un momento, cuando el resplandor cárdeno lo
baña, creo que llora, que gruesas lágrimas le resbalan por la cara ” (Walsh,
1965: 10).
La Resistencia.
- 35 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 36 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
hacia un enemigo invisible, empezó a agitar al aire la ropa y a decir con fuerza
pero gravemente: ‘¡Vengan! ¡Tiren! ¡No les tenemos miedo! ¡Viva el general
Perón! ¡Viva la compañera Evita! La vorágine se había desatado. Ligadas por
un acuerdo mudo, ancestral, comenzaron a bloquear las vías del tranvía con
enormes piedras, levantándolas con una fuerza descomunal. ‘¡Villa Manuelita
no se rinde! ¡Viva Perón! ¡Mueran los traidores! ¡Viva Evita! ¡No van a pasar!
Los gritos se entrecruzaban en diferentes lenguas, dialectos y acentos pero,
juntos decían una sola frase: ‘¡Villa Manuelita no se rinde!
(…). La mujer del pecho desnudo comenzó a golpearse y dejaba surcos rojos
en cada gesto salvaje convertido en imán para el resto de las mujeres que
empezaron a desabrocharse las blusas y a sacar sus pezones, únicas armas para
defender la supervivencia.
¡Villa Manuelita no se rinde! ¡No hay libertad con hambre! ¡Evita Vive!
Por abanderado Brandoli comenzaba a avanzar una formación de jinetes del
ejército que había llegado con la orden de tomar el tanque de agua. Los gritos
de las mujeres estremecieron el despertar de toda la villa y, en pocos instantes,
los que todavía tomaban mate y los que dormían salieron a medio vestir para
ver lo que pasaba. Los chiquitos, asustados, lloraban y tironeaban buscando la
protección en las manos de sus madres. De una casilla llevaron una pila de de-
lantales blancos. Las mujeres empezaron a unirlos con alfileres, uno al lado del
otro, hasta reunir varios metros de tela blanca. Sobre una bandera improvisada
escribieron, con brea, bien clarito: ‘Todos los países reconocen a Lonardi. Villa
Manuelita no lo reconoce’. Otro grupo traía hachas y había comenzado a talar
los eucaliptos pensando que, después de los caballos entrarían las tanquetas…
Villa Manuelita era una república en pie preparándose para resistir una guerra.
De la columna de jinetes, tres soldados se apearon y lentamente se acercaron al
tanque. Venían con la orden de quitar la bandera que desafiaba al general re-
belde. Las mujeres arrastraban a sus hijos pequeños que lloraban y los alzaban
consagrándolos hacia Dios que, a lo mejor, estaba en el cielo: “¡Adelante!...
¡mátenlos! ... ¡asesinos!... ¡mátenlos! ... ¡tiren cobardes!
Los tres soldados se dieron media vuelta y volvieron corriendo. Dicen que uno
iba llorando. Y Villa Manuelita, firme, no se rendía ” (Garulli et al, 2000: 81-
82).
Aramburu y resistencia.
- 38 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Comandos Clandestinos.
- 39 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“El Comando Coronel Perón empezó a juntar gente de barrios, las pro-
vincias, casi todas tenían un comando Coronel Perón. Nos hicimos demasiado
grandes y no había dirigentes a quien consultar. Hubo dueños de minas que
usaban explosivos y los mandaban. Se hacía lo que se podía con una intensa
colaboración de la gente” (Garulli et al, 2000: 171).
Por otra parte, Roberto Miguélez y Jorge Santoro narraban sobre los
comandos:
- 40 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“Y corríamos por la rambla vacía con el frío tan azul que nos salaba los labios
y nos cortaba las mejillas porque increíblemente era mayo y dijiste bájate el
cuello del sobretodo y Mar del Plata estaba sin gente mientras había un caballo
blanco en la playa junto a un carro y nos agitábamos con nuestra valija de
cartón hoteles vacíos y negocios con persianas bajas que esperaban la tempo-
rada, (...) y todos los delirios de los eneros al sol que yo nunca conocí porque
esa era mi primera vacación y luna de miel y todo junto amor en ese invierno
correteando con el sobretodo puesto por playa grande y vos tenías los puños
hundidos en el tapado de piel que era un resto de la opulencia conyugal que
conmigo nunca tendrías y golpeabas con los tacos en la arena para darte calor
y agarraste las flores artificiales que anoche te había regalado en la pizzería de
Constitución cuando llorabas sobre el dulce y queso y en un kiosco encontré
esa porquería de rosas que llevaste toda la noche en el ómnibus hasta que con
el estómago revuelto vimos la claridad rosa gris del amanecer un anticipo fu-
gaz del mar al entrar en la ciudad y sentí que tenía que dejar las fatalidades
afuera y suspendidas como cuchillos que podían caernos cuando el ómnibus
que todavía no conocía iba a llevarnos de vuelta esos días como un intervalo
entre dos películas (...), pero esa mañana en la playa cómo reías amor cuando
agarraste las rosas y las tiraste y durante un momento todo el mar se llenó de
18
Sobre la vida de A. Guillén ver: (Ñánez, 2016).
- 41 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 42 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
que habían oído el bombazo y les dijo miren este calefón y otra vez a la pesada
preparando los caños con la mano sana y te cuento esto que nunca oirás ni qui -
siste entender y con qué cara voy y le digo payo me abro. ¿Y justo ahora
después de tantos años y que ya estamos casi tocando el triunfo te abrís?” (Ro-
zenmacher, 2013: 181-185).
debe cuerear con las vecinas (...), y el anteojudo entre sus cables, lámparas, en-
chufes, llaves inglesas, mientras arregla aspiradoras sueña con inventar una
bazuka casera o una bomba de tiempo dentro de una caja de fósforos rancheri-
ta que haga volar toda la casa. Pero es posible que los domingos Nicolás se
ponga el delantal y amase esos ravioles de locura que Cacho comió tantas
veces, y ahora el conscripto sintió que en el galpón podía pasar algo y volar a
todo el barrio, pero qué otro remedio, pibe, las cosas las hacemos a ponchazos
o no las hace nadie, había dicho Cacho, que al llegar le dio un beso en la me -
jilla a Assunta, que muy formal, se secó la mano en la pollera y se la alargó al
conscripto murmurando –Assunta Fazzi, encantad–. El sobre vía área desbor-
daba billetes. Cacho se la dió a Assunta que guardó el monedero. ¿Qué
almacén, qué tipo en calle a oscuras habría perdido esos pesos que Cacho le
entregaba como el pibe el sueldo a la vieja a fin de mes, para que Assunta ad -
ministrara la nafta, el ácido, la pólvora?
–Las plantas, Nicolás –urgió.
El hombre con aire de jirafa que asomó la cara miope por la puerta del gal -
poncito gritó:
–Luisito. ¡Jugá a transmitir, a la bolita, a cualquier cosa que no rompa las
macetas!
El chico rezongó y toma impulso y señoras y señores y shotea violentamente.
Gol, pateó por la cancel hacia la calle y salió corriendo.
–Así, Jugá a Fioravanti un rato, pero en la vereda –dijo Nicolás secándose las
manos, aunque el nene ya no lo escuchaba, gritando penales en la calle.
–Es un quilombo esto, así no se puede trabajar –Nicolás, afónico y quejoso,
desapareció dentro del galponcito.
–Acabala, vos también –gritó Assunta, pero ya la puerta del galpón se había
cerrado. Ahora le pasaba secador al patio–. ¿Cuándo dejará de llover, joven?
No dura nada con este tiempo – hablaba jadeante de tanto zamarrear las bal-
dosas, con la escoba primero, trapo después.
–Qué va a hacer señora –dijo el conscripto. Assunta, enorme, gris, corrió
descalza hasta la canilla, agarró el balde y tiró un poco de agua.
– ¿Un bermejito, muchachos? Ya puse los fideos. Enseguida los atiendo.
–Ta bien, Assunta.
–¿Hay tiempo?
–Más o menos.
El conscripto se sacó la gorra y dejó el portafolio vacío de Cacho sobre la
mesa del corredor. No supo en qué momento desde la pieza que da a la azotea,
cuando ya estaban sentados a la mesa, bajó el hombre (Cacho le había dicho
llámalo Pepe) que hace años, buscado por la policía, se había escondido ahí se
quedó un tiempo obligando a todos a mudarse y ese comedor se transformó en
dormitorio de Assunta, donde ahora roncaba el nene con la gelinita bajo la
cama. Ahora el hombre llamado Pepe no vivía estrictamente ahí sino que
cambiaba sin parar de casa desde esa vez, mucho antes que Assunta se metió
con todo a poner caños, cuando a las tres de la mañana, en pleno agosto, unos
tipos de civil entraron con unos vigilantes a punta de ametralladora a buscarlo
a Pepe, y sacaron a todo el mundo al patio en calzoncillos, con cero grado y a
mover los piecitos che, para calentarse, y revolvieron toda la casa, encontraron
- 44 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
una razón de mi vida y unos almanaques con foto del hombre y un marco de
plata para la foto de Evita y juntaron todo en medio del patio mientras uno
pateaba el piso buscando el sótano que no encontraron porque la entrada esta-
ba debajo de la cama del abuelo y donde el hombre llamado Pepe estaba acu -
rrucado, con una pistola esperando que bajaran a buscarlo. Después de cortarle
hasta el colchón al abuelo y sin encontrar discos ni órdenes ni rastros de ese
Pepe que jodía tanto la paciencia agitando a los sindicalistas, se fueron, pero
uno de los muchachos con ametralladora rompió ante los ojos de Assunta la
foto de Evita en pedacitos y le dijo con amargura ¿cuándo aprenderán, salva -
jes?, y vean cómo les estoy haciendo un favor. Después roció el montón con
nafta y le prendió fuego en el patio, y todo pronto fue cenizas, y ahora ese
mismo hombre llamado Pepe, que no se mezclaba con la vida de la familia
porque como una sombra flaca y consumida aparecía y se esfumaba, bajó a ce -
nar, pero al verlo se puso rojo y subió de nuevo y Assunta murmuró una
disculpa mientras, en el televisor Laurel y Hardy hacían cabriolas y el cons-
cripto simuló que no había visto a nadie y pensó que ese Pepe tenía razón en
esconderse porque no sabía después de todo quién era ese conscripto ahí sen-
tado. Y sintió que Assunta por lo menos tendría que haberle avisado que no ba -
jara, y toda esa clandestinidad casera y aun el hecho que Cacho le contara
acerca de ese Pepe le hizo sentir todavía más que en cualquier momento caía la
cana o volaban todos en medio de la mayor de las precariedades” (Ibíd.,: 199-
205).
19
Sobre la prensa en la Resistencia Peronista consultar: (Ehrlich, 2010: 85-112); (Ehrlich,
2012: 151-175); (MoyanoLaissué, 2000); (Melón Pirro, 1997: 215-232); (Melón Pirro, 2007:
197-218) y (Melón Pirro, 2009: 11-161).
- 45 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
20
Sobre la temática ver: (Arrosagaray, 2016); (Ferla, 1983) y (Walsh, 2008).
21
Carta de Cooke a Perón del 28 de agosto de 1957 en: (Perón- Cooke, 1972: 275).
- 46 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
rían los sindicatos. Otra diferencia entre estas líneas es que la línea blanda
ya no creía en el retorno de Perón por medio de la acción directa o la in-
surrección (James, 1990: 130).
La debilidad de los comandos clandestinos y de Cooke se evidenciaba
en la asunción de Frondizi en mayo de 1956 y en el cuestionamiento de su
conducción mediante las instrucciones de Perón dando rienda a dos orga-
nismos nuevos: “la Delegación del Comando Superior Peronista que
reemplazó al Comando Táctico dominado por líderes sindicales, y el Con-
sejo Coordinador y Superior del Movimiento compuesto por políticos
como Oscar Albrieu, Alberto Rocamora y Delia Parodi 22”. Estos socava-
ban la conducción y la centralidad de Cooke.
A lo dicho, la derrota de la huelga general del Frigorífico Lisandro de
La Torre de 1959 y la acusación de Cooke como comunista, marcaron una
línea de declive de los sectores duros del peronismo atizada por los secto-
res blandos.
El giro en la táctica y en la estrategia de la Resistencia dejó a trasluz la
importancia que adquirían los sindicatos como factor de poder y nego-
ciación donde el horizonte de integración al sistema político cobraba
brillo. El nuevo perfil asumido por la dirigencia sindical se bandeaba a la
defensa corporativa y a la ubicación de los sindicalistas como represen-
tantes políticos del peronismo, desviándose del objetivo primario que era
la vuelta de Perón a estas tierras. Este perfil sindical tendrá incidencia en
dirigentes como Vandor y en el surgimiento de la izquierda peronista en la
década posterior subsidiaria de las divisiones incipientes en el peronismo.
22
Consultar : http://www.elforjista.com/resistencia-18.htm
- 47 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
CAPÍTULO IV
RESISTENCIA SINDICAL Y DESPUÉS
“Es un dato fundamental de los hechos acaecidos [los fusilamientos de 1956], la ab-
soluta y total determinación del gobierno de reprimir con energía todo intento de
volver al pasado Se acabó la leche de clemencia… Parece que en materia política
los argentinos necesitan aprender que la letra con sangre, entra…”.
1
La Nación. Buenos Aires 14 y 15 de noviembre de 1955.
- 48 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
2
El Decreto-Ley se puede consultar en: http://www.infoleg.gob.ar/?page_id=216&id=18141
- 49 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
cambiar las relaciones de poder adquiridas por la clase obrera en los años
1945-1955 y a acelerar los ritmos de producción en las fábricas.
El nivel jurídico de la racionalización y la productividad se enmarcaba
en el Decreto 2739 de 1956 que fijaba un aumento salarial de emergencia
y la necesidad de paritarias que incluyeran una nueva discusión de los
convenios colectivos de trabajo3. Mientras el impacto sobre las estructuras
sindicales lo determinaba el Decreto 9270, normando un nuevo régimen
de Asociaciones Profesionales de Trabajadores4.
Las medidas distaron de ser aceptadas por las bases y la dirigencia
peronista, generando un fortalecimiento de las comisiones internas -en los
años sucesivos- que desarrollarán modos de organización para recuperar
los sindicatos y la CGT.
3
El Decreto-Ley se puede consultar en: http://www.infoleg.gob.ar/?page_id=216&id=18115
4
El Decreto-Ley se puede consultar en: http://www.infoleg.gob.ar/?page_id=216&id=18165
- 50 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 51 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“A lo largo de este tiempo se fue centrando cada vez más en torno a la libe -
ración de los trabajadores detenidos y la reincorporación de millares de
despedidos. La medida de fuerza fue declarada ilegal por el interventor de la
CGT y por el Ministerio. Una Resolución del Ministerio de Trabajo y Previ-
sión del 16 de noviembre declaró ilegal el paro. Allí se consideraba que ha-
biéndose adoptado por las partes en las deliberaciones de la Comisión Paritaria
posiciones definitivas y que imposibilitaban todo acuerdo se había decidido el
pase de las actuaciones al Tribunal Arbitral. Esta situación hacía que las medi-
das de fuerza resultaran inconducentes e inapropiadas pues las mismas sólo
podían interpretarse como un verdadero alzamiento contra las instituciones del
Estado. Además, en el presente caso la huelga se agravaba en la medida en que
aparecía dispuesta por un congreso de delegados convocado para que
cumpliera previos y determinados objetivos pero que excediendo los límites de
sus facultades había pretendido arrogarse la representación del gremio pasando
por sobre las legítimas autoridades actuales. La huelga no tuvo una dirección
homogénea y centralizada pero si un alto despliegue. Los delegados que li-
deraron el conflicto respondían a distintas orientaciones gremiales: hombres
vinculados a Abdala Baluch, miembros cercanos a Augusto Vandor, sectores
pertenecientes a los libres que encabezaron la Comisión Paritaria, militantes
comunistas y trotskistas. Según Daniel James los comités de militantes de base
que la dirigían constituyeron una formidable estructura organizativa. Durante
el desarrollo de la lucha algunas seccionales como Avellaneda, Capital
Federal, La Matanza, Vicente López, manifestaron una notable actividad y una
fluida comunicación con cuerpos de delegados y obreros de diferentes empre-
sas ajenas al gremio. La represión fue sostenida y profunda. James describe
como el gobierno distribuyó volantes a lo largo de la huelga donde se exhorta-
ba a los comerciantes de Avellaneda y Lanús a no abrirles crédito a los
5
Recomendamos ver el documental de (Arruti, 2002: 32 min.).
- 52 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“La huelga fue dirigida por comités de militantes de base que constituyeron
una formidable estructura organizativa y manejaron el movimiento por medio
de frecuentes reuniones entre delegados y bases, además de crear numerosas
comisiones para movilizar el apoyo de la comunidad. Aunque la huelga no
triunfó en lo relativo a reclamaciones salariales concretas. Los trabajadores no
la recordaron después como una derrota desmoralizante. Ni tampoco la presen-
taron así las publicaciones gremiales de aquel momento. Más bien llegó a
constituir un símbolo del orgullo de la clase obrera por su capacidad para orga-
nizarse y enfrentar a los empleadores y al Estado. A ese sentimiento de orgullo
y solidaridad comunitaria se sumó una profunda amargura. Los obreros que
dirigieron la huelga eran hombres buscados que vivían en la clandestinidad.
Finalmente los huelguistas volvieron al trabajo al recibir una promesa de mejor
pago, pero no de libertad para los detenidos ni garantías de incorporación de
los despedidos. Más aún, los despidos en masa continuaron en la industria me-
talúrgica a medida que los obreros reanudaban sus tareas. En algunas plantas
fueron despedidos entre el 50 y el 70 por ciento” (James, 1990: 102).
- 53 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 55 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
CAPÍTULO V
FRONDIZI Y RESISTENCIA
- 57 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“Esto nos lleva a pensar que la idea que conduce al peronismo al pacto es
funcional a la sobrevivencia de la unidad y de la identidad peronista. Más que
una vía de retorno al poder, como se temieron muchos de sus adversarios, que
acusaron a Frondizi de ofrecérsela, el pacto era un reaseguro de la unidad,
porque desautorizaba a los movimientos neoperonistas.
Por otra parte, la forma disciplinada en que responderían sus seguidores, ya
había sido probada, esto fortalecía el liderazgo de Perón frente a sus adversa -
rios políticos, incluido Frondizi, y le implicaba pocos costos, ya que la idea de
unificar un gran "frente nacional" donde confluyeran distintas fuerzas para
desplazar a los "libertadores" no había sido una iniciativa suya, sino que a él se
la venían a ofrecer y, circunstancialmente la apoyó y negoció lo mejor que
pudo. Pero no le generaba el mismo entusiasmo sin duda, que a los otros secto-
res que apostaron al ‘frondizismo’. Por otra parte, el pacto le permitía jugar
otro rol político que el del tirano prófugo al que lo había condenado la ‘revolu -
ción libertadora’” (Spinelli, 1991: 345).
- 58 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 59 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
1
La Nación. Buenos Aires,10 de noviembre de 1958.
- 60 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
2
La Nación. Buenos Aires, 30 de diciembre de 1958.
- 61 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
3
Sobre el Plan CONINTES y la Resistencia Peronista consultar: (Damín, 2010).
4
Respecto a la guerrilla denominada Uturuncos ver: (Salas, 2003a).
- 62 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
CAPÍTULO VI
LA JUVENTUD PERONISTA
“Echábamos a los comandos civiles de las calles de Buenos Aires. Hasta los
lustrabotas estaban con nosotros y ellos nos daban las latitas. Comprábamos
azufre y potasio y armábamos petardos y los poníamos en el tranvía de la calle
Corrientes”.
- 63 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 64 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“Entre los años 58 y 59 se realizaron encuentros entre los diversos grupos que
se reconocían como jóvenes y peronistas. Algunos no tenían nombre, otros
Montoneros de Perón, Juventud de Perón o simplemente Juventud Peronista
(…). Durante esta primera época, cada grupo sacaba una publicación (…).
Hasta 1959, las diferencias no eran importantes como para dividir lo que aún
estaba en formación. Algunas reuniones transcurrían en sitios poco
convencionales, a veces velatorios o colectivos. En el escenario, por ejemplo,
se dividió el Comando General Valle en el Comando Centro, integrado por
Spina y Rulli, y el Comando General Valle con los Rearte y el Tuly Ferrari.
Estas divisiones no impedían, sin embargo, trabajos en conjunto: los 17 de oc-
tubre, los 1 de mayo o los 26 de julio” (Garulli et al, 2000 : 265).
- 65 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
1
Sobre los orígenes de la JP de La Plata ver: (Robles, 2010: 2-39).
- 66 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“En el transcurso de los años 58/59 se realiza una práctica que tiende a estre-
char vínculos entre los diversos grupos de JP, a coordinar tareas, a coordinar
actividades fundamentalmente en fechas como el 1 de mayo y el 17 de octubre.
Toda esta actividad es la que va a desembocar a fines del 59 en la
conformación de la ‘Mesa Ejecutiva de la Juventud Peronista’.
Cuando vemos que la práctica anterior ya no funciona, que el nivel de organi-
zación ya no basta, y además gracias a Jorge Di Pascuale conseguimos que se
nos abran las puertas del sindicato de Empleados de Farmacia, de la calle
Rincón, y por primera vez tenemos un local donde reunirnos, nos proponemos
dejar este nivel primario de coordinación para acciones concretas, la unidad
en la acción, para pasar a otro tipo de unidad, la unidad orgánica. Convoca-
mos a una asamblea en Farmacia, resultado de la cual queda constituida la
Mesa Ejecutiva de la JP.
La dirección de este organismo estaba compuesta por cinco Secretarios y
cada uno tenía un Subsecretario. En el primer nivel estaba Gustavo Rearte,
‘Tuly’ Ferrari, Héctor Spina, Mario ‘Tito’ Bevilacqua y el ‘bigotudo’ Funes.
Cada uno tenía su ‘hombre de confianza’, que organizativamente recibía el
- 68 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 69 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 70 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
PARTE TERCERA
LA RESISTENCIA PERONISTA EN MATANZA 1955-1960
- 71 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
CAPÍTULO VII
DESARROLLO URBANO E INDUSTRIAL
DEL PARTIDO DE LA MATANZA 1930-1960
- 72 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
–El nombre proviene de la matanza llevada a cabo por Garay como escarmien-
to contra los indígenas entre los años 1580 y 1583 (versión Azara).
–El nombre proviene de la matanza de ganado alzado (versión de Enrique de
Gandía).
–El nombre proviene de la matanza de perros cimarrones en el ríachos y en la
zona (versión anónima clarificada por el R.P. Furlong).
–El nombre proviene del homenaje a Garay en el lugar donde fue asesinado
[Diego de Mendoza] y por prolongación en nuestra zona (versión Outes).
–el nombre proviene del trasplante del nombre portugués de una zona lusitana,
posteriormente implantado por Vespucio en su viaje con las naves de González
Coelho (versión Alfonso Corso aprobada en el II Congreso de Historia de los
Pueblos de la Pcia. De Bs. As.)”1.
1
Cita tomada de Clarín (Zonal de La Matanza). Buenos Aires, 28 de julio de 2016.
2
Cita tomada de Correa, Adolfo. “29 de julio, Día de La Matanza”. Disponible en: http://
www.cehlam.com.ar/?p=349
- 73 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
3
Sobre las características del Partido de La Matanza durante la época de Juan Manuel de
Rosas consultar: (Pomés & Viturro, 2008).
4
Para una historia de la ciudad de San Justo ver: (Agostino, 2006) y (Viglione, 2003).
5
Sobre la historia de Ramos Mejía ver: (Giménez, 1995).
- 74 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Otro de los factores que modificó tibiamente el paisaje rural del par-
tido, fue el desarrollo de las trazas de ferrocarril siendo sus estaciones,
elementos para la formación de pequeños núcleos de viviendas:
6
Sobre el desarrollo de los ferrocarriles en La Matanza ver: (Reid, 2010).
- 75 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Por otra parte, la autora referida manifiesta que entre los años 1914-
1937 la producción ganadera en La Matanza disminuyó, produciéndose
un aumento considerable de arrendamientos agrícolas. Los motivos de es-
tos cambios estuvieron en correspondencia con:
- 76 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
7
Cuadro elaborado en base de : (Serra et al, 2015: 26).
8
Sobre el desarrollo industrial del distrito consultar: (Agostino & Pomés, 2010: 111-113) y
(Newton, 1960).
- 77 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
9
Sobre la política de vivienda del primer peronismo ver: (Aboy, 2005) y (Ballent, 2005).
- 78 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
CAPÍTULO VIII
HAY UNOS AVIONES SOBRE LA MATANZA,
16 DE JUNIO DE 1955
- 79 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
desde que la bomba que cayó más cerca, se ubicó a 80 metros más o menos de
una de ellas.
En los ataques aéreos que pretendieron lanzar con posteridad, una sección de
artillería antiaérea (dos piezas) de 20 mm significó un obstáculo insalvable.
Estas dos piezas trabajaron maravillosamente, pues, obligaron a los pilotos a
cambiar de dirección y alejarse. Un ataque de aviones a reacción a vuelo ra-
sante, descargó sus cañones sobre los techos de los edificios” (Lucero, 1959:
91-92).
“Mi hijo tenía ocho años, estaba en la Escuela 1 de San Justo (...), fui a bus-
carlo desesperadamente, los aviones pasaban muy bajo por San Justo hacia el
III de Infantería. En ese momento sentí que se venía algo negro para el pero -
nismo, había vecinos ‘gorilitas’ que festejaban la desgracia que nos tocaba 1”.
“Yo trabajaba en Mercedes Benz que la estaban haciendo, era delegado… Ese
día los aviones daban vuelta, eran los Catalinas que salían de Ezeiza. Daban
vuelta y vuelta. Después nos enteramos que iban a matar a Perón a Plaza de
Mayo y a bombardear el ‘tres’. Después me entero, nos enteramos que mata-
ron soldados. Esa bestialidad nos dio ganas de no sé… Los aviones hicieron
una canallada3”.
1
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Hugo V. (vecino de Gregorio de Laferrere) en
Gregorio de Laferrere, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 11 de julio de 2003.
2
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Hugo V. (vecino de Gregorio de Laferrere) en
Gregorio de Laferrere, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 11 de julio de 2003.
3
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Benigno Núñez (militante peronista) en Isidro
Casanova, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 17 de septiembre de 2003.
- 80 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“Eran las 16.20hs cuando camiones con tropas del Regimiento 3 situado en La
Tablada fueron atacados de improviso por aviones sediciosos provenientes de
la Base Naval Punta Indio, mediante el lanzamiento de gran cantidad de
bombas. La metralla causó efectos mortíferos en el grupo, matando tres jóve-
nes soldados e hiriendo a otros seis de gravedad (…).
Otra de las bombas cayó en la esquina de San Martín y Crovara, causando la
muerte de un anciano cuya identidad se desconoce 4”.
4
Noticias Gráficas. Buenos Aires, 17 de junio de 1955.
- 81 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“El 16 de junio vos veías revolotear los aviones Catalinas y de otras marcas
sobre Ciudad Evita y tropas parapetadas en Estación Querandí. La gente pero-
nista se daba cuenta de lo que se iba a venir, y vos escuchabas las ganas de
hacer algo para que Perón no caiga, incluso hubo movilizaciones chicas a
Plaza de Mayo desde Ciudad Evita. Yo era subteniente médico, digamos médi-
co porque nunca me sentí mílico en el Colegio Militar. Estaba de vacaciones de
invierno y tenía que presentarme en el Colegio Militar, no llegué y terminé en
el Regimiento 3 de Infantería de La Tablada.
De ese día hay cosas, que es interesante ver, que siempre lo cuento o intento
contar porque no llego y me pongo a llorar [silencio largo]. Y que tiene una
interpretación muy política y de resistir y preanunciaba lo que quiere ser el
peronismo después del 55.
Yo cuando iba para el Colegio Militar, tomo el colectivo, me iba a Liniers con
el fin de encontrar algo que me llevara al Colegio Militar. En Avenida del Tra-
bajo, el colectivero se asustó de todas las veces que pasaban los aviones y
para el coche en Avenida del Trabajo y General Paz. ¿Qué hago yo?, me
vuelvo para atrás, al regimiento más cerca que tenía que era el `tres´ de
infantería. Camino unos metros, y encuentro un marinerito y un soldado. Saco
la cédula militar y llamo a los pibes, y les digo: ‘ustedes están perdidos como
yo, vamos al “tres” de infantería’. Cuando estamos a quince o veinte cuadras
de General Paz, encontramos un camión del ejército ametrallado y la gente
gritaba: ‘¡No se acerquen! ¡Hay un muerto adentro!’–. Nos acercamos y ha-
bía un soldado muerto [silencio prolongado], había unos Máuseres en la caja
y entonces agarramos una cada uno. Yo me veía tan grotesco con un perramus
marrón que llevaba y el fusil, que se le lo di a unos de los soldados y empeza-
mos a caminar de nuevo. Y como anécdota, para mí, venía un pobre cascajo
dirigido hacia Capital por Avenida Crovara hacia Mataderos. Le dije a un
soldado: ‘Paralo’. ¡Para qué! Embalado lo para, levantando el brazo y el fu-
sil al hombro. El camioncito lo manejaba un ‘tano’, y le pido que me lleve al
`tres´ de infantería. El ‘tano’ me responde: ‘Usted me mata acá. Yo atrás no
vuelvo’. Claro el ‘tano’ me cuenta que estuvo en Italia en los bombardeos de
la Segunda Guerra. El pobre ‘tano’ estaba loco. Veía los aviones en formación
- 82 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 83 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Con el 16 de junio para los peronistas quedó definido quiénes eran los enemi -
gos. Yo sabía que en adelante, tenía que hacer algo, uno no puede quedarse
en el molde después de ver lo que vio…5”.
“El grueso de la Unidad partió hacia Ezeiza, pero su Grupo Antiaéreo Liviano
Motorizado recibió órdenes de dirigirse a la Capital para defender la Casa de
Gobierno de los bombardeos. Ambas columnas fueron hostigadas por aviones
sublevados a lo largo del camino hacia sus respectivos destinos.
Finalmente, a las 18.30 horas se ocupó el Aeropuerto Internacional. Se puso a
los prisioneros incomunicados y bajo custodia en el subsuelo del Hotel Inter -
nacional y se estableció la vigilancia de los caminos de acceso al Aeródromo.
Por otro lado, el grupo antiaéreo llegó a Plaza de Mayo, donde se enfrentó a
los aviones que bombardearon la zona a lo largo de toda la tarde. Como con-
secuencia de estos sucesos, el regimiento sufrió diez bajas: un soldado muerto
y nueve heridos, y causó a los sublevados la pérdida de tres aviones.
Una vez en el aeropuerto tuvieron lugar una serie de sucesos que interesan a
este trabajo. El Teniente de Fragata Edmundo Acuña, aviador naval, se
encontró entre los miembros de la Armada que fueron tomados prisioneros por
el RIMot 3 al tomar éste el aeropuerto. En septiembre de 1955, bajo el go-
bierno de la Revolución Libertadora, Acuña realizó una denuncia contra el co-
ronel Quinteiro, el general Robles y el teniente coronel Arrechea por malos
tratos recibidos durante el tiempo que se encontró detenido a causa de los su-
cesos del 16 de junio. Acuña y otros oficiales y suboficiales navales que decla-
raron como testigos sostuvieron que Arrechea y Robles insultaron a los mari -
nos arrestados, tratándolos de ‘traidores a la patria’ y ‘criminales’. Agregaron
que, mientras fueron prisioneros en Ezeiza y más tarde en el cuartel de la Tab-
lada, fueron maltratados y que sus condiciones de alojamiento eran indignas.
En una de las declaraciones se menciona un episodio que involucra al capitán
Jorge Roccataglia, jefe de la primera compañía del Regimiento 3 de Infantería
y a cargo del cuidado de los prisioneros: ‘… desenfundó su pistola amenazan-
do al grupo de muerte y manifestando que no iba a tolerar ningún desorden,
por cuanto los detenidos estaban en guerra con la patria y que esa noche le iba
a saltar la cabeza a uno y que terminando con nosotros iba a continuar con la
familia, para ordenar más tarde que trajeran el diario el MUNDO para enseñar-
nos algo de guerra psicológica, para que nos diéramos cuenta de los crímenes
que habíamos cometido’. En su declaración, Arrechea sostuvo que llamó trai -
dores a los marinos detenidos en consideración de que ‘estos se habían le-
5
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Carlos Di Taranto (militante peronista, médico)
en Ciudad Evita, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 8 de noviembre de 2000.
- 84 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 85 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
CAPÍTULO IX
LA LIBERTADORA LLEGA A LA MATANZA
“El avance para oponerse a las tropas rebeldes (…) se inició con la Tercera Di-
visión de Caballería y la Sexta División de Montaña del general Boucherie y la
1
Sobre los orígenes del Peronismo en La Matanza consultar (Pomés, 2015: 70-91).
2
Tomado de : http://www.lamatanza.gov.ar/matanza/intendentes
- 86 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“Como se había previsto, a partir de las 15 se inició el ataque desde aire contra
la columna. Sin solución de continuidad se ejecutó por 20 a 30 aviones de todo
tipo y con ensañamiento sobre los hombres y vehículos del Regimiento 3 (…).
Recién con la obscuridad, el ataque de aviones tocó a su fin. La falta de defen-
sa antiaérea adecuada, permitió la impunidad de los aviadores rebeldes.
Volaban a baja altura y ametrallaban a los hombres (…).
La total falta de escrúpulos de esos aviadores colmó su más alta significación,
cuando una formación de tres máquinas ametralló dos ambulancias que
- 87 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Desde la tradición oral sobre los sucesos que citamos, el general Lu-
cero rescata una anécdota del Doctor Dell´Archiprete, escuchada en la
cárcel de Magdalena:
“Era la hora crepuscular y en el rojo horizonte aún se veían las máquinas fra -
ticidas que se alejaban del lugar donde habían atacado con bombas las colum-
nas del Regimiento 3 de Infantería. En el campo de combate reinaba una febril
actividad. Entre las voces de mando y el gemir de los heridos, pasaba el
cortejo fúnebre de aquellos que habían dado la vida por la justicia y la sobera -
nía de una patria libre.
Entonces el jefe de ese Regimiento, coronel Carlos F. Quinteiro, observaba
con mirada profunda y firme, pero a la vez velada por las lágrimas, todo aquel
desastre (…).
De pronto se acercó donde él se encontraba, el pequeño grupo que transportaba
en camilla el cuerpo de un soldado muerto. Un rostro yerto que aún dibujaba la
mueca de sorpresa. Los ojos permanecían todavía abiertos. La metralla mortí-
fera fue tan súbita y brutal, que no le dio tiempo a morir en su expresión defi-
nitiva. Con un ademán el coronel detuvo al grupo. Posó su mano sobre el ros -
tro del soldado y muy suavemente dijo: ‘Soldado: Su coronel le había dicho
que lo llevaría a la victoria o a la muerte. A usted le ha tocado morir. Deje que
cierre sus ojos a la vida, pero abiertos nuevamente al mundo de los elegidos
por el destino. Usted a cumplido con la patria. Descanse en paz, hijo mío’”
(Ibíd.,: 147).
“En ese estado espiritual los sorprendió la decisión política del señor presiden-
te que todos conocemos y se transmitió por radio (…).
Tan pronto los comandos leales cumplían la decisión del presidente, el bando
insurrecto integrado en aquella zona por marinos rebeldes, se apoderan del
Regimiento 3 (…).
En plena tregua, sufrieron el encarcelamiento de su Jefe el coronel Quinteiro,
el 2° Jefe (…) teniente coronel Arrechea, y la gloriosa unidad fue desarmada
por marinos que no habían combatido con ella. Muy grandes han sido los vejá-
menes que han soportado sus integrantes, pero ha quedado grabada su gloria
en el corazón de todos los argentinos que jamás olvidaremos su nombre (…)”
(Ibíd.,: 151).
- 88 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Molinuevo, que las conducía, declaró al ser apresado e interrogado, que él co-
mandaba dieciocho mil quinientos hombres. Las fuerzas de infantería de Mari -
na que podían resistirle en la zona estaban en el mejor de los casos en pro-
porción de uno contra diez; y quizá de uno a veinte. El contacto, afortu-
nadamente, no se produjo. Pero ello no fue obra de la casualidad. Es indudable
que las tropas de Molinuevo y las de Boucherie, que venían desde el sur con la
sexta división, habrían ocupado Espora y Bahía Blanca, para asediar luego
Puerto Belgrano, de no mediar la aviación naval, que durante tres días martilló
incesantemente las columnas en marcha. Los números expresan mejor que los
adjetivos lo que fue esa Batalla del Sur: el total de horas voladas ascendió a
más de mil cien. Se realizaron incontables ataques de hostigamiento con ame-
tralladoras y se lanzaron 646 bombas. Los pilotos que volaron fueron sesenta y
seis” (Walsh, 1998: 11-16).
“El dato de más interés para nosotros en relación a la actuación de los jefes del
RIMot. 3, surge cuando al elevar la denuncia del teniente de fragata Acuña a la
que hicimos referencia anteriormente, el Comandante Superior del Sector
Puerto Belgrano trasmite a sus superiores la noticia de que, según informes no
corroborados el coronel Quinteiro cometió otra falta además de las ya mencio-
nadas. Según este oficial naval ‘en circunstancia de dirigirse al ataque de Puerto
Belgrano, habría arengado a su tropa, prometiéndoles la posesión de las mu-
jeres de los Marinos residentes en Puerto Belgrano para que tuvieran hijos
peronistas’. La investigación de esta grave acusación lleva a las autoridades ju-
diciales militares a interrogar como testigos a varios oficiales y suboficiales del
RIMot. 3 y estas declaraciones nos ayudan a conocer la posición política del
jefe del regimiento.
Efectivamente al responder sobre si Quinteiro solía arengar a sus tropas y en
que términos solía hacerlo, los testigos coinciden en señalar que en los discur-
sos que su antiguo jefe dirigía regularmente a sus subordinados se refería,
además de cuestiones de orden interno de la unidad, al cumplimiento de los de-
beres y reglamentos militares y especialmente a la necesidad de mantener la
lealtad y defender a las ‘autoridades constituidas’.
Así, aunque no se mencionan, en general, expresiones de adhesión particular a
Perón o su ideología, parece clara la importancia que este oficial daba a la fide-
lidad al gobierno. Es de destacar la declaración del médico del regimiento, Te-
niente 1° Miguel Ángel Ciancio, que sostuvo que en una reunión con oficiales y
suboficiales de la unidad, Quinteiro se refrió ‘a la lealtad a las autoridades
constituidas, al decálogo del soldado argentino y a la Doctrina Nacional’. Los
resultados de la investigación eventualmente llevaron a las autoridades a la
conclusión de que las acusaciones contra Quinteiro eran falsas y los cargos
fueron finalmente desechados. Pero el solo hecho de que una acusación tan gra-
- 90 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
ve haya sido realizada y tomada seriamente sin contar con más fundamentos
que rumores y comentarios, es una muestra del ensañamiento y clima de
desconfianza que existía en el interior de las Fuerzas Armadas” (Adan et al,
2011).
“Lo sacaron a Perón por todo lo que hizo por los que menos tenían. Yo a los
18 años me escapé de una estancia donde vivíamos con mis padres. Me escapé
porque comíamos salteados y el patrón disponía de tu vida. Me vine a Buenos
Aires, me casé y empezamos a construir la casa y tuve dos hijos. Perón nos
dio dignidad, pero dignidad con mayúsculas (…). El día que lo sacan a Perón
lloré y lloré porque se venían días negros. Ese día, no paraba de llorar y veía
a muchos vecinos festejando como la familia (…). Yo saqué fuerzas y me cru-
cé a pedirles que bajen la radio y nada. Entonces me enojé, fui hasta un cajón
donde tenía una foto de Evita y la colgué en la puerta de mi casa. Mi marido
estaba asustado pensaba que iba a venir la policía. Pero los vecinos no baja -
ban la radio y festejaban, entonces me subí a la terraza y con bronca le
empecé a tirar cascotazos con bronca, con odio y pensaba cuando vine del
campo. Cuando era pobre y me dije al General hay que traerlo (…). Tuve esa
cosa triste de sentir que retrocedía a los días del campo, de llorar nuevamente
la pobreza de comer salteado y de agachar la cabeza (…). Lo que me daba
tristeza que esos vecinos eran socialistas y se supone que los socialistas debe-
rían estar con los que ‘laburaban’5”.
6
Para una historia de la fábrica Mercedes Benz consultar: http://www.autohistoria.com.ar/
historias/Mercedes_Benz.htm
- 94 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
–No, porque fueron rescatados “todo” lo que eran bustos o estatuas. Los mu-
chachos de Obras Sanitarias fueron los que rescatan el busto de Evita que es-
taba en la plaza principal de Ciudad Evita. Lo sacaron y lo enterraron.
Después lo tuvo Margarita Rocha y fue cambiando en diferentes casas para
evitar el quinteo.
–El quinteo eran allanamientos tomando de cada cinco casas una. Se metían
los ‘tipos’ de los Comandos Civiles. A mis viejos se los llevaron en el ´55.
Una noche caen acá y se los llevan a mi papá y mamá. Eran tan poco inte -
ligentes que pese a ser mis viejos peronistas declarados, vinieron con la
interrogante si mi viejo era Bevilacqua pariente del funcionario de la li-
bertadora y si mi vieja era pariente del ministro de salud pública, un tal Mun -
darán. En los dos casos se los llevaron. Acá vinieron con las P.A.M en las ma -
nos y se los llevaron a lo que hoy es la Escuela de Gendarmería (en ese en-
tonces Escuela de Líderes y futura Universidad Obrera Popular). Ese lugar
estaba ocupado por los milicos y los Comandos Civiles. Se llevaron a mis
7
Para un análisis profundo de la quinta “La Gratitud” ver: (Biaggini et al, 2013: 28 min.).
- 95 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
padres y los tuvieron toda una noche, al otro día vuelven los Comandos Ci-
viles y estaba ‘Tito’[Mario Bevilacqua] con nosotros. Él tenía dieciséis años.
Levantaron los colchones en donde dormíamos, rompieron todo y se fueron.
Después aparecieron mis viejos.
El tema era hacer los operativos de noche para sembrar terror… Las
operaciones que hacían se las repartían la marina, aviación y gendarmería,
desalojaban las casas y se las quedaban. Nos querían desalojar el barrio
porque era tradicionalmente peronista8”.
“Acá [Ciudad Evita] siempre hubo ‘gorilas’, siempre hubo. Pero se acentúan
después de 1955, fundamentalmente con la presencia de Coordinación
Federal [Servicios de Inteligencia] ‘botoneando’ a los peronistas del barrio y
con las expropiaciones que hacen los milicos de viviendas.
Primero el temor de la gente era evidente, después de septiembre, con los
bombardeos a cuesta y con los detenidos que había, a eso hay que sumarle el
cagazo a la represión que era mucha.
A mí con la libertadora me tocó vivir dos situaciones diferentes. En el Hospi -
tal Piñeiro los directores peronistas fueron reemplazados por radicales, pero
en el Hospital de Ezeiza y en Ciudad Evita entraron como ocupando un país.
Desde la aparatología en el Hospital de Ezeiza hasta el visto en Ciudad Evita,
aunque los bustos acá se salvaron. En el Hospital no usaban las sábanas
porque tenían el sello de la Fundación Eva Perón, no usaban colchones, la
vajilla la rompieron, la represión al personal fue terrible. Por ejemplo, le
preguntaban a un ‘tipo’: ¿Ud. dónde vive? Y si respondía ‘Ciudad Evita’ lo
echaban. Sacaban las ambulancias para los auxilios de Ciudad Evita. Los au-
xilios los hacíamos con un coche Perkins y siempre faltaba nafta. Era puro re-
vanchismo para los que vivían en Ciudad Evita e incluso le negaban asis-
tencia9”.
Santiago Vilas que por esa época era un niño, con un padre ferroviario
y viviendo en Tapiales, recuerda la llegada de la Libertadora de la siguien-
te manera:
“Todos seguíamos las noticias por la radio para saber que pasaba con Lo-
nardi. Mi vecino era muy antiperonista y con la caída de Perón puso la Mar -
cha de La Libertad, la canción de los fusiladores. Entonces mi viejo se sube al
tapial y lo increpa a que apague la música. También recuerdo que en Tapiales
8
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Pedro Bevilacqua y Andrés Bevilacqua (mili-
tantes peronistas) en Ciudad Evita, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 10 de diciembre
de 2001.
9
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Carlos Di Taranto (militante peronista, médico)
en Ciudad Evita, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 8 de noviembre de 2000.
- 96 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
a los pocos días andaban los milicos con caballos por las calles, se llevaban
preso a muchos ferroviarios y buscaban a Américo Borracetti de la Unión
Ferroviaria por peronista y por referente del barrio 10”.
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Santiago Vilas (militante peronista) en Tapiales,
10
CAPÍTULO X
FRAGMENTOS Y ESCENAS DE LA
RESISTENCIA PERONISTAS EN LA MATANZA 1955-1960
Un comienzo.
“En mi casa de San Justo, con mi marido (...) decidimos poner la foto de Evita
y Perón, aunque estaba prohibido, no le íbamos a dar el gusto a los gorilas.
Es más, cuando desaparecen a Evita [hace referencia al cadáver], en varios
descampados poníamos un cajón, una vela y la foto de la Eva 1”.
Parte de esa bronca la siente el médico Carlos Di Taranto –en una en-
trevista de historia oral– recordando su peronismo, la inundación del Río
Matanza en 1955 y su vinculación con el contexto:
1
Entrevista realizada por Gerardo Médica a María Paulin (vecina de San Justo) en San Jus-
to, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 23 de febrero de 2008.
- 98 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
2
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Carlos Di Taranto (militante peronista, médico)
en Ciudad Evita, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 8 de noviembre de 2000.
- 99 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
–Eso es difícil de decir. Lo que yo hacía era ser solidario con los compañeros.
Por ejemplo, cuando me traían baleados los atendía en mi casa de incógnito o
me los llevaba al Hospital de Ezeiza y le inventaba un nombre para que no lo
encanarán.
Sí alguien caía en ‘cana’ por mencionar Ciudad Evita, por eso te daban seis
días y perdías el trabajo. Yo le extendía un certificado a la mujer para que
presentará en el ´laburo’3”.
3
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Carlos Di Taranto.
- 100 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
A.B.- Claro que era un acto de resistencia, vos ponías en juego el trabajo si
caías en ‘cana’. Acá hasta el más manso era guapo en comparación con otros
lugares.
P.B.- Acá había un centro de afiliación que tenía en la casa un cartel de hierro
que decía: ‘Gracias Evita’. El tipo del centro le había puesto a la hija Eva.
Era el jefe de manzana, él lo primero que hace cuando cayó Perón fue sacarlo
y quemar todos los libros de la unidad básica. El tipo que predicaba el pero -
nismo... Nosotros la primera foto que tuvimos en casa de Evita y Perón estaba
quemada en el borde, la trajo mi viejo de la fogata de ese tipo.
A.B.- Antes en casa nunca hubo una foto de Perón. Entonces mis viejos
dijeron: ‘Ahora la vamos a poner’. Después con el tipo que no doy el nombre
porque los hijos viven y no tienen la culpa, ajustaron cuentas de acuerdo a los
códigos de barrio. Mi viejo le pegaba y le explicaba porque le pegaba [risas].
P.B.- Para mi los primeros inicios de resistencia están en junio de 1955 con
los bombardeos. Si bien no estaba nada organizado después de que la gente se
entera de la bestialidad del bombardeo querían ir con camiones a Plaza de
- 101 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Mayo. Creo que los peronistas sentíamos que las cosas se dividieron y nos
íbamos a enfrentar sí o sí con el antiperonismo.
A.B.- También los primeros indicios de lo que después se tornó en resistencia
fue en la ciudad el mismo día que cae Perón. En las casas todo el mundo esta-
ba prendido a la radio y se hablaba de llegar a Plaza de Mayo para defender
a Perón. Es más cuando dan la noticia de la caída de Perón parecía navidad
en la ciudad por los tiros que se escuchaban. Pero era todo para descargar la
bronca.
P.B.- Las primeras formas medianamente organizadas era ponerse de acuerdo
con los vecinos y a determinada hora abrir las canillas para que se vaciaran
los tanques de agua de la ciudad.
A.B.- Estaban los ‘gorilas’ en la ciudad y se volvían locos. Era una forma de
decirles que cuando Perón estaba la cosa era mejor.
P.B.- Acá en Ciudad Evita al igual que en otra parte fueron importantes las
pintadas. Levantabas una piedra y encontrabas ‘Perón Vuelve’. Y las monedas
había un compañero que tenía un cuño con una VP y se marcaban para hacer
resistencia.
A.B.- Vos ibas a comprar y se las dabas a algún ‘gorila’. La orden que daban
era secuestrarlas por el 4161.
A.B.- En la ciudad el ‘gorila’ era el tipo que festejó la caída de Perón, los
tipos que habían ocupado las casas y desalojado. Era gente que no entendía
lo que era el peronismo y lo odiaban. No soportaban que un laburante haya
llegado a tener una casa en Ciudad Evita o que mandara los pibes a la escue-
la.
P.B.- Es más, los ‘gorilas’ en la ciudad y en todo el país era un problema
cultural, de no entender el país y la forma de vivir. O sea, el tema de los ‘gori -
las’… Decir ‘gorilas’… Sobre la palabra ‘gorila’ existen muchas interpre-
taciones. Para los izquierdosos ‘gorila’ vendría a ser la oligarquía. Para no-
sotros los peronistas, como decía Evita: ‘Puede haber un oligarca en una villa
miseria’. No es un tema de clase social porque los peronistas no somos clasis-
tas. Tiene que ver con una actitud de que la voluntad popular les pasa por
encima, no les interesa y piensan que el pueblo es un idiota. Los ‘gorilas’ pen-
saban que nos iban a hacer olvidar al peronismo por medio de una ley, era
una actitud. Había ‘gorilas de izquierda y de derecha. El Partido Comunista
que ocupaba un sindicato era tan ‘gorila’ como el Partido Progresista.
Cualquiera que ocupa sindicatos y perseguía al peronismo era ‘gorila’.
AB- Respecto a lo que dice Pedro te voy a dar un ejemplo de que ser ´gorila’
no es una cuestión de clase. En un acto relámpago, una vez en el centro, veo
un Mercedes Benz y en la corrida le rompo el espejo y le digo: ‘gorila hijo de
puta’. Y el tipo del auto me sigue corriendo hasta que cuando está a la par
mía me dice: ‘A mí no me digas ‘gorila’’ y se puso a cantar la marcha peronis -
ta [risas].
- 102 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
P.B.- La participación fue una cuestión familiar. Por eso cuando llega el ’55
en Ciudad Evita fue lo siguiente. Básicamente vamos a la parte anterior. Mi
viejo trabajaba en el Banco Industrial al lado del Archivo Histórico Nacional
en la Recova de Alem. O sea entre la Casa de Gobierno y la Secretaría de Ma-
rina. Mi viejo salió y se encontró con los bombardeos y mi viejo de ser un
peronista común se transforma en una activista porque se encuentra con
tanques y el desastre e instintivamente sale a pelearle a los ‘gorilas’ con un
sobretodo y un diario. Termina la noche y empieza la quema de iglesias, mi
viejo durante un montón de tiempo tuvo un pedazo de una bandera del
Vaticano porque se la arrebató a unos tipos que estaban quemando las igle-
sias. Que indudablemente fue un acto extraño. No sé quienes fueron los que
las quemaron. Pero ese día mi viejo estuvo peleando allí y desde ese entonces
está un poco signada por la historia nuestra. Mi hermano ‘Tito’ estudiaba en
el colegio industrial y trabajaba en el correo. ‘Tito’ se suma a la militancia en
una forma apasionada como hacía las cosas ‘Fosforito’ (así le decían a mi
hermano). Lo veíamos poco y trataba de no meternos demasiado. Cuando
fallece mi hermano, yo tenía 13 años, cuando lo matan. Él participa en toda la
etapa de la Resistencia peleando en Corrientes y Esmeralda, lo que llamaban
el ‘Combate de la calle Corrientes’. Eso en Capital digamos.
Por ejemplo ‘Tito’ tenía en Ciudad Evita, tenía el Ateneo Raúl Scalabrini
Ortiz que sacaba un periódico que se llamaba ‘Chuza’ que lo hacía con Benito
Rodríguez. Era un periódico de difusión tapial a tapial y lo que buscaba era
la identificación del peronismo y la corriente nacional. Porque ‘Tito’ era uno
de los que colaboraba con el Instituto de Investigaciones Históricas Juan Ma-
nuel de Rosas. En marzo de 1960 cuando fallece, sacan un obituario como ho-
menaje a él. ‘Tito’ era un estudioso de la historia, que quiero decir con esto,
que ‘Tito’ participaba en diez organizaciones de la cual en muchas era
miembro y en otras conducción4 ”.
“Luego del golpe, los comandos civiles allanaron la casa de Carlos el 5 de ju-
nio de 1956. El giro de 180 grados los obligó a sacudirse la comodidad, como
mínimo: ‘Después del ‘55 uno llevaba volantes, algún diario, todo de manera
clandestina. No había preparada una militancia para resistir. Se armaban gru -
pos de 4 o 5 que se juntaban y salían, los volantes eran 'made in casa'. Ahí es
que se forma la primera Juventud Peronista con El Kadri, Rearte, Brito Lima’.
4
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Pedro Bevilacqua y Andrés Bevilacqua (mili-
tantes peronistas) en Ciudad Evita, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 10 de diciembre
de 2001.
- 103 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“El primer acuerdo entre oficiales del Ejército para derrocar al gobierno militar
de la Revolución Libertadora fue concertado en los últimos días de 1955, en el
vapor Washington, que había sido transformado en una cárcel flotante para
militares que persistían en autodefinirse como peronistas. Éste es el recuerdo
claro del coronel César Arrechea, hoy ya sin correaje ni mando de tropa, con
sus 84 años lúcidos y dueño de un espíritu sosegado. En setiembre de 1955 el
entonces teniente coronel Arrechea comandaba una larguísima columna que
marchaba hacia Puerto Belgrano contra quienes se habían alzado contra el go-
bierno de Perón. Una orden increíble le partió los oídos: alto el fuego y nego -
ciar. Obviamente fue detenido, interrogado, enjuiciado y encarcelado, inicial-
mente en el vapor Leclair. Luego fue ingresado al París y más tarde al Was-
hington. Este vapor estaba anclado en el pontón Recalada, 40 kilómetros río
adentro, y en su buena época solía hacer el servicio del Vapor de la Carrera,
Buenos Aires - Montevideo. ‘¡Ahí me tenían en un camarote chiquito, absolu-
tamente cerrado y siempre a oscuras. Uno se volvía loco. Cada tanto el mari-
nerito que me traía la comida se apiadaba y me ponía algunos fósforos
- 105 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
escondidos dentro del pan. –Y las ratas!– No sabe la de ratas que había! A la
noche se escuchaba como caminaban por los resquicios de las maderas medio
podridas del barco... Cuando le permitieron asomar la cabeza del camarote
comprobó que había docenas de oficiales en su misma situación: el general
Fatigatti, el mismísimo teniente general Lucero; el brigadier San Martín, los
generales Molina, Fierro, Tanco y Valle, entre otros. Una anécdota trágica y
cómica vuelve a la cabeza de Arrechea cada tanto: Sabe que era muy frecuente
que a la tardecita aparecieran lanchas grandes que daban vueltas alrededor de
nosotros, y sus tripulantes nos gritaban –¡Perros peronistas!!’ Claro –se ríe
Arrechea– eran partidarios de la Libertadora que nos venían a insultar como si
estuviéramos en una jaula. Un día, en voz baja, Fatigatti se me acercó y me
dijo que quería comentarme algo y si para ello podía pasar por mi camarote.
Arrechea dijo que sí. En esa reunión, Fatigatti nos contó que los generales allí
presos habían decidido que cuando los dejaran en libertad iban a organizarse
para derribar a quienes habían usurpado el poder. Me preguntó si estaba de
acuerdo y le dije que sí, y que me comprometía en lo que fuera. El alto oficial
se retiró del camarote anunciando que vendría a verlo el general Valle. A mí
me puso muy contento porque al general Valle lo conocía muy bien. Había
sido mi profesor de matemática. Era ingeniero, y por eso, tal vez, era distinto.
Yo le tenía admiración y cariño porque él era un hombre llano, que no le gusta-
ban los protocolos. ¡Y era un general de división! Efectivamente, al rato, el ge-
neral Juan José Valle le contaba personalmente los grandes lineamientos de la
idea que acababan de acordar en ese barco y en medio de las ratas. Yo voy a
trabajar para organizar un movimiento subversivo, me dijo, contra Aramburu y
Rojas. Tenemos que lograr que el general Perón pueda terminar su mandato
constitucional. Yo voy a encabezar el movimiento, pero lo vamos a tener ahí,
de reserva, al general Tanco, por si a mí me apresan. Usted, Arrechea, agregó,
se va a encargar de levantar al 3 de Infantería. Me voy a comunicar con usted a
través de Cogorno, que es amigo suyo. Yo le dije: Vea, general, cuente conmi-
go si es para derribar a esta gente. A principios de febrero todos fueron sacados
del barco y sometidos a arrestos domiciliarios6”.
6
“Recuerdos de un protagonista: como se gesto el levantamiento del General Valle”, en:
Clarín. Buenos Aires, 9 de junio de 1998. Disponible en: https://www.clarin.com/politica/
trama-alzamiento_0_rJ7ZSsJJ8hg.html
- 106 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“Había un oficial del Estado Mayor del levantamiento destinado para hacerse
cargo de la toma del Regimiento N°3 Motorizado General Belgrano (…) pero
ese hombre defeccionó. Entonces se hizo la propuesta inmediatamente al te -
niente coronel César Arrechea. Éste aceptó.
Con un trabajo prolijo, Arrechea y su gente fueron ganando para el levanta-
miento a hombres de esa unidad militar y a su vez éstos, dentro del cuartel, re -
solvieron como tomarían el mando del regimiento. Se desprende de los hechos,
que los adeptos en la oficialidad eran escasos y más numerosos en la subo-
ficialidad. La táctica programada allí es un poco difícil de explicar porque es
tan sencilla que parece por lo menos ingenua: la idea fue que el cocinero del
casino de oficiales pondría en la comida de los oficiales libertadores, un
compuesto que los haría dormir más de la cuenta. Así los adeptos a la revuelta,
bien despiertos, tomarían el control de la unidad. Pero al parecer, un soldado
escuchó algo y se lo contó al suboficial que administraba ese casino. El subo-
ficial se lo contó al jefe de unidad” (Arrasogaray, 2016: 152).
- 107 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
tado una escopeta para entrar al cuartel. Iñíguez que iba a ser el jefe de la re -
volución no participa porque estaba en ‘cana’. A nosotros nos habían dado
todos los informes, cada uno que estaba en el comando tenía que organizarse.
Me pasaron el parte donde teníamos que ir, donde estaban las armas, ¿no?
Éramos como nueve, y como otros comandos fuimos al mismo lado, teníamos
que ir al Centro de Logística en Palermo. En fin, hubo falsas comunicaciones
y nos estaban esperando a 150 metros a los tiros. Yo llevaba una carabina.
Nosotros teníamos carabinas y pistolas Ballester Molina y en fin, yo la traje a
la carabina de nuevo. Me fui por la calle Santa Fe, encontré unas maderas, un
cartón, la transformé y tomé un colectivo y me vine para mi casa. La tuve
como seis meses y me vinieron a reclamar después que pasó todo el ´barullo´
pero mientras tanto, yo tenía el piso de madera del salón, levanté una tabla y
la ´acobaché´ con papel y nylon para que no se oxidara7”.
–Sí, ¿qué te parece? Yo quería estar en todas [risas]. Nosotros teníamos ruido
sobre el levantamiento. Sabíamos […] estábamos, había como diez suboficia-
les del Regimiento 3 de La Tablada y mi compadre de la ciudad todos compro-
metidos el 9 de junio. Incluso en el Hospital de Ezeiza cada vez que había
algún rumor sobre alguna acción reservábamos camas para meter
compañeros como enfermos y empezar desde ahí a hacer ruido. Pero lo del 9
de junio lo sabía medio mundo. Un día antes yo venía en el colectivo 180 y al
pasar por el Regimiento 3, un ‘tipo grita’: ‘ a ver cómo se portan mañana a la
noche’. Todo el mundo sabía la revolución del 9 de junio [indignado] y es lo
que la llevó al fracaso. Era una cosa a voz. La gente de la ciudad y los milicos
del ‘tres’ que caen en ‘cana’ es de comedia. Todos tenían una excusa para en-
trar el 9 a la noche al cuartel. Todos decían que habían ido a ver una ‘mina’ y
les había fallado. Cada uno de los suboficiales que tenían que tomar el
cuartel, llegaba de civil y argumentaba la misma pavada. Y cayeron uno a
uno. Una cosa nunca vista. La gente de la ciudad, tenía al margen de los
suboficiales, que hacer sabotaje en el barrio, cortar la luz, y tratar de salir de
la ciudad para afuera. Parar el ferrocarril, los colectivos, algo así como pi-
queteros. Movilizar gente era lo más importante8”.
–“Si, la ‘cana’ mía fue particular. Caigo por lo que decía el coronel del ‘tres’:
‘Ustedes tienen la costumbre de reunirse, se piden la dirección y los nombres
y cuando cae uno en ‘cana’ cae la libreta y caen todos’. Yo caí por esos
descuidos de compañeros. Una vez en ‘cana’ el interrogatorio fue de lo más
curioso porque estaban todos los milicos, y en una punta estaba un petiso. Me
pregunta si yo dije panfletario en la declaración. El tipo caliente me dice:
‘Usted dijo palabras típicas del léxico comunista’. Entonces le respondo: ‘Yo
soy comunista, no hablo más, yo soy peronista’. Por lo del 9 de junio, hacien-
do memoria, a mí me vienen a encanar el 16 de junio en el Hospital de Ezeiza.
Entonces me llevan dos tipos con la ametralladora, me sacan de la guardia.
Antes habían estado en casa buscando bombas y armas. Y bueno, me llevan al
‘tres’ de Infantería. Se me acerca D. que después llegó a General, y me dice:
¿Doctor qué sabe usted del Luminal?. Yo le respondo que era un sedante. Este
D. se va y me dejan en una silla cerca de otros compañeros y vi el espectáculo
más triste que vi en el peronismo. Porque se notaba la falta de preparación
que teníamos, porque yo era uno de los peronistas pero como yo había sesenta
en un salón. Todos llorando, los apuraban y los tipos sin preparación lanza-
ban todo. La bronca mía era la falta de preparación porque para hacer un he-
cho que está entre lo legal y lo ilegal tenés que estar preparado sino no podés.
Respecto a mí, pasa una hora, viene este D. y me dice: ‘¿Y doctor, recordó
algo del Luminal?’. Yo por dentro empiezo a hilvanar. Yo con el único que ha-
blé del Luminal fue con D., un dentista que era teniente primero en el ‘tres’.
Entré a razonar, si el tipo nombra el Luminal, lo nombra no para ‘joderme’ y
si yo cuento lo que sé, a mí no me aprietan y a D. lo dejan de ‘empelotar’.
Porque los diarios Crítica habían puesto que el Cuerpo Médico del ‘tres’ ha-
bía querido dormir a la guardia el 9 de junio. Entonces unos días antes del 9
de junio, yo venía en colectivo y en el Regimiento 3 sube D., y hablando, D.
me dice: -¿Con el Luminal se puede ‘apolillar´ a la guardia?”-. Y yo le res -
pondí: -Dejate de ‘joder’-. Pero cuando me llevan tengo que hablar del Lumi -
nal. Estaba el jefe del Regimiento, estaba el Coronel V. Entró al salón donde
interrogaban y era un plato, todos los que estaban pálidos y acicalándose el
bigote eran los peronistas. Que lo mejor que podía hacer era tratar de no
mirarlos [risas].
Y yo digo lo del Luminal, como lo comenté con D. Entonces lo que declaro
coincidía con la declaración de D... La cosa se puso más suave, aunque los
tipos me empezaron a ‘empelotar’ y a lavarme el ‘bocho’. Pero lo más triste
en mi forma de interpretar las cosas es que a partir del 9 de junio, la línea
nacional del Ejército se moría. Yo como médico me había ido hace un año del
Ejército y las sanciones y bajas después de 1956 fueron terribles. El tipo que
en el Ejército tenía un pensamiento nacional te lo pasaban a retiro o le frena -
ban los ascensos. Y después fíjate fusilaron a civiles, otra animalada. Los
tipos mostraron todo el odio que tenían. Y nosotros los peronistas meta hacer
resistencia y todos desorganizados pero igual había que seguir 9”.
9
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Carlos Di Taranto.
- 109 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
10
Testimonio de José Rossano del 9 de junio. Tomado de: (Flores, 2012: 27-28).
- 110 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Por otra parte, el testimonio de José Félix Moreyra es breve pero se ajusta a la
clandestinidad de un adolescente en la resistencia:
“Es cierto que había grupos más comprometidos, en ese entonces yo era
adolescente, pero me acuerdo que en la revolución de Valle yo hacía de correo.
En aquel tiempo respondía al gordo Ramón, que fue uno de los que cayó preso
porque decía que quiso envenenar el cuartel Tres de Infantería cuando Valle
encabezó la revolución.
Por ahí llevaba algo, quizás de alguna importancia o no, y decían: ahí va el
boludo’ y para mí era un orgullo enorme transportar cosas de un lugar a otro
donde se reunían los compañeros; me acuerdo el julepe que me agarré cuando
me enteré que el hecho de ser menor no me daba ninguna cobertura ni seguri-
dad” (Flores, 2012: 134).
12
“Informe de Felipe Simeón” en: (Flores, 2012: 208).
- 112 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“Cada casa, era una unidad básica, pero a la vez un refugio, cada casa era un
fortín de la resistencia peronista, y cuando los militantes dicen cada casa,
agregan ‘no exagero, ocho de cada diez casas de La Matanza, funcionaba de
esa manera’, de forma tal que no necesitaban tener nada en la mano para ac-
cionar, lo tenían todo a mano y siempre.
Si tenían que salir corriendo, o esconderse se podían meter en cualquiera de
ellas. Casas en las que, además, se hacían reuniones de la resistencia (…).
Familias enteras totalmente involucradas escribiendo panfletos a mano, en
papel de almacén, compraban dos kilos de papel, los cortaban a cuchillo para
darle forma de volantes sobre los que escribían a mano Viva Perón” (Flores,
2012: 50).
“En aquellos días me acuerdo que la casa de Del Giudice era como una
especie de embajada, contenía a tantos que el viejo Santana que tenía una
carnicería con el turco Baluch [Secretario de la UOM], acá en la zona de lo
- 114 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
13
Testimonio de Félix Ramón Ferreyra. Tomado de: (Flores, 2012: 133).
- 115 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
El papá del Tulli Ferraris en Ciudad Evita. En Catán operaba en esas tareas
don Luis Ponsamay (…).
Todos estos anónimos compañeros que residían en los suburbios de La
Matanza, conocían a la perfección el rumbo y los objetivos de la contrarre-
volución (…), por otra parte se mantenían en directa relación con lo que po -
dríamos señalar como política pensante que residía en Ramos Mejía, inclu-
yendo los socorros en materia de atención de la salud. Alfonso del Giudice ha
curado muchas heridas de la resistencia, y lo hizo hasta que pudo, y hasta no
debía14”.
“En esa época vivía en la calle Mosconi, donde después estuvo Federico
[Russo], trabajaba en la línea 2 de colectivos; recuerdo que teníamos de con-
trol, un muchacho lisiado que era un dirigente comunista, un muy buen amigo
que tenía contacto directamente con el departamento de policía, por lo que
nos pasaba algunos datos.
Así recibe la información que efectivos de la marina venían a levantarme a mi
casa, mandó rápido al hermano de esta Gallino, Zenón Gallino, que me venga
a avisar que venían a buscarme. Yo vivía en un ranchito, en Mosconi y San
Martín, y hacía poco habían asfaltado Mosconi. Le faltaban unos quince me-
tros hasta conectarlo a la calle San Martín y había llovido, se había hecho
como un espejo de agua.
Me escapo de mi casa, doy vuelta manzana y a dos cuadras salgo por la ave-
nida San Martín, y me paro frente a la panadería, cuando veo entra el camión
de la marina como con 30 soldados adentro que iban a mi casa; ellos cre-
yeron que estaba asfaltado y se encajaron hasta la manija y no pudieron salir
más y decía me salvé.
Después estuve refugiado en la otra cuadra al lado de la casa de un comisario
que estaba en el Movimiento (…), estuve viviendo 17 días al lado de su casa,
en un potrero con los yuyos a dos metros de alto, de noche me pasaban un
plato de comida (…)15”.
14
Testimonio de Félix Ramón Ferreyra. Tomado de : (Flores, 2012: 143-144).
15
Testimonio de José Rossano. Tomado de : (Flores, 2012: 200).
- 116 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
co Lugo, Héctor Peréz un textil, Manganaro que era del gremio de Gas
del Estado de Ciudad Evita” cuya meta era coordinar a nivel distrital
huelgas, actos relámpagos y sabotajes” (Flores, 2012: 33).
Juan Vigo, en el clásico libro sobre la Resistencia Peronista, escrito
como apuntes de su encarcelamiento después de 1956 y coordinando ac-
ciones del Frente Emancipador Nacional (1955-1956), hace referencia a
la Resistencia Peronista de La Matanza:
“El grupo obrero de Ramos Mejía, que llegó a ser uno de los comandos más
importante, transformándose en la base de la organización del oeste del Gran
Buenos Aires, surgió en condiciones que merecen ser conocidas, pues revelan
lo mucho que se puede hacer con sólo tomar punta del más débil de los hijos.
Puiggrós me había presentado un amigo tanto bohemio que poseía un tallercito
en la calle Moreno, a una tres cuadras del Congreso, en sociedad con otros
compañeros que, como él, se dedicaban a la pintura y a la cerámica. Juan se
llama este amigo cuyo apellido no recuerdo.
Varias veces dormí en su taller, en condiciones nada cómodas, por cierto, para
ahorrarme el pago de un hotelucho.
Vinculado con muchachas y muchachos de la Escuela de Bellas Artes, le pedí
que me hiciera una reunión con los más capaces y de confianza de sus
compañeros, peronistas por supuesto. (…).
Poco días después me llevó a una reunión en un taller de la calle Montevideo
en La Tablada.
Eran todos muchachos jóvenes, inteligentes y animosos, que, como él, se dedi-
caban a la pintura, escultura y cerámica. (…).
Concurrieron puros varones, excepto una chica, que llegó en automóvil en
compañía de su padre.
Yo fui con Porota y Alicia. Eran en total unos doce compañeros. Se comió un
buen asado regado con tintillo, se cantó y guitarreo (…).
Hablé después del asado sobre el motivo de la reunión, haciendo un análisis de
lo que significaba para el pueblo argentino, y el de América la caída de Perón,
cuales eran los planes de la oligarquía y cómo podríamos recuperar el poder.
Insistí que no se hicieran ilusiones con los golpes militares, pues no existía una
organización seria en el pueblo, se carecía de una dirección nacional y ni si-
quiera se había logrado un contacto con el general Perón.
Al terminar, el padre de la chica, me dijo que era la primera vez que había
escuchado palabras claras y que si bien ahora tenía la certidumbre de que el
peronismo carecía de dirección y organización, lo que antes se resistía a creer,
se hallaba con más fe para trabajar. Eso sí, sólo prometió un apoyo muy limi -
tado, por cuanto era esclavo de su negocio –una despensa– de lo cual vivía.
Traté de convencerlo de que era difícil que no tuviese algún compañero con
quien vincularme, a fin de trabajar en el barrio. De pregunta en pregunta, él y
la chica, llegaron a la conclusión de que tenían amigos gremialistas y políticos
y unos prometieron una reunión, que se hizo en la trastienda de una despensa,
en Avenida La Plata.
- 117 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“La reunión se hizo sin perder tiempo en Ramos Mejía, asistiendo siete
compañeros. Al verlos y no bien cambiamos las primera palabras, advertí que
me encontraba entre viejos y fogoneados dirigentes sindicales. Hablé empleán-
dome a fondo. Me escudriñaban hasta el fondo del alma, con los ojos fijos en
mí, con caras adustas, en silencio, mientras iba haciendo mi exposición.
Cuando terminé entraron por turno a hacerme preguntas de todo orden para co-
nocer mis puntos de vista, los objetivos de nuestra organización, el programa
político y demás. No debí rendir tan mal el implacable examen por cuanto a
medida que hablaba y contestaba sus ininterrumpidas preguntas, advertía seña-
les de conformidad. En cuanto a Buonacossa, que sin duda se había jugado a
fondo a favor de nuestro comando, estaba radiante.
Finalmente, el que parecía de mayor edad, un dirigente del gremio del cuero –
en la zona había más de 3.000 curtidores–, cuyo nombre lamento no recordar,
me dijo en nombre del grupo:
-Me parece muy bueno todo lo que acaba de decir. Coincidimos totalmente con
esos puntos de vista y creo que mis compañeros no tendrían inconveniente en
adherirse a ustedes. Pero es necesario que nos digan quienes dirigen su coman-
do o a quien responden. (…).
Aproveché para explicarles la forma en que trabajan nuestros comandos, pues
para esa fecha ya funcionaban más de cien en Capital Federal y adyacencias.
(…). Les dije finalmente que en vista de la importancia del grupo de ellos, en
el cual estaba representado prácticamente el oeste del Gran Buenos Aires, se le
invitaría a incorporarse directamente al comando central por medio de dos de-
legados. Era en efecto, un comando poderoso, con grandes vinculaciones en
Ramos Mejía, Haedo, Morón, Castelar, Ituzaingó y en todos los alrededores,
hasta Bella Vista por el norte y el aeropuerto internacional Pistarini por el sur”
(Ibíd.,: 147-148).
- 118 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“En los años sesenta se proyectaban películas de Perón contra las paredes de
Villa Celina, a media cuadra de Chilavert. Algunas películas llegaban en se-
creto desde Puerta de Hierro – alojamiento de Perón en Madrid – contenien-
do el mensaje del general en el exilio.
16
Testimonio de Eva Rearte tomado de: http://es.netlog.com/eVarearte/blog/blogid=2595703
- 119 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
17
Testimonio de Gustavo A. Rearte (h) tomado de: http://es.netlog.com/eVarearte/blog/blo-
gid=2595703
18
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Francisco Médica (obrero de Santa Rosa entre
1945-1970) en San Justo, La Matanza, Provincia de Buenos Aires 18 de marzo de 1998.
- 120 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“En el ´55 me agarró trabajando en Mercedes Benz, ahí eran todos peronis-
tas, capataces, ingenieros, ´no había un ladrillo que no fuera peronista´. Pero
con la revolución empezó la limpieza. Se nos vinieron encima. Yo actuaba
contra ellos, enseguida me ponía tartamudo, no podía hablar y me iba a las
manos. Los ´gorilas´ se nos vinieron encima, nos miraban desde el hombro y
te llamaban los capataces y te decían: ´ahora mandamos nosotros, se acabó
la ´joda. Ya desde ese clima de revancha que nos impusieron nos empezamos a
juntar los compañeros fuera de la fábrica. Por dos cosas, para que no te raja-
ran o porque te habían rajado [risas]. Durante años yo integré la comisión
interna de Mercedes Benz, después del golpe de 1955, me viene a ver un capi -
tán y me dice: ´sabemos que usted tiene ideología peronista, tenemos órdenes
de llevarlo detenido si se resiste a venir a trabajar el 17 de octubre como un
día cualquiera. Y dígale a la negrada que es un día laborable, no hay más 17
de octubre´. Ese día no fui a trabajar, mis compañeros tampoco, sí los boinas
blancas de Cañuelas. Acá ni bien cayó el general Perón mostraron las garras
y el odio. A mí me despiden un día lunes con un telegrama. Desde ahí, lo
recuerdo como si fuese hoy me dije a mí por dentro, bien fuerte que no iban a
poder con nosotros los peronistas. Que había que aguantársela, que tanta pre-
potencia te mueve o te indigna. Uno se sentía ofendido, manoseado era volver
a un mundo injusto. Para colmo ni me había sacado el telegrama del bolsillo
que me detienen. Golpean la puerta un capitán de ejército y me dice: ´¡está
usted detenido!´ Me sacan de mi casa, mi señora llorando y me llevan a la Pe-
nitenciaria Nacional. Me mostraron un libro en donde yo apoyaba la reelec -
ción de Perón. Me interrogaron y me amenazaron. Un capitán me recomendó:
´la próxima vez fíjese bien lo que firma´. Con todo esto en el asador había que
luchar y luchamos como pudimos19”.
20
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Manuel Muñoz (militante peronista) en Isidro
Casanova, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 7 de septiembre de 2009.
- 121 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“Creo que en el Lisandro el apoyo fue de toda La Matanza, los distintos co-
mandos repartían volantes, levantaban los adoquines e incluso muchos fueron
al barrio de Los Perales a ayudar a Cuomo que era el referente de
Mataderos21”.
21
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Pedro Bevilacqua y Andrés Bevilacqua.
22
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Pedro Bevilacqua y Andrés Bevilacqua.
- 122 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“Don Alfonso [Del Giudice] es un hombre que entregó todo, en su casa hubo
heridos, baleados, enfermos, torturados. Entre esos estuvo Federico [Russo],
también un gran militante Brego que tenía un kiosco de diario en Constitución.
Precisamente cuando lo hirieron a Federico, lo llevaron a la casa de ese canilli-
ta que ofreció su cama matrimonial, donde fue operado por Del Giudice.
A otro que operó en parecidas circunstancias fue a Roberto Piperno, cuando lo
hirieron de una puñalada en la cintura. ‘Me tuvo dos días en su casa encerrado,
Federico estuvo dos o tres días metido por un tiro en la pierna y casi le afecta la
vena aorta y estuvo como 30 días inmovilizado’ remoza Piperno” (Flores, 2012:
67).
- 123 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
dichas acciones descripta en julio de 1959 bajo el título “La nota de la se-
mana. Hecho vergonzoso”:
“Días pasados hemos podido observar en las paredes de los edificios de Ramos
Mejía, como cierta mentalidad enferma de un grupo de triste recordación, ha to-
mado de cartelera pública y con pintura al aceite, para dar rienda suelta a toda
clase de leyendas alusivas al régimen depuesto.
Debemos expresar en primer término que estos actos no convencen a nadie,
mucho menos con veladas amenazas, que por otra parte no asustan a las perso -
nas a quienes van dirigidas, ya que cuando se lucha por ideales políticos pro-
fundamente democráticos, no creemos que los argumentos en contrario puedan
ser palabras amenazantes escritas en la oscuridad de la noche.
Estas actitudes sólo sirven para dejar en descubierto la pobre mentalidad y
cultura de que son poseedores los autores; que en su cerrada mente no comp-
renden que la primera y principal exigencia a cumplir, por quienes pretenden
influir en la marcha de los pueblos, es el juego leal y limpio a la luz del día, ex-
poniendo ideas y opiniones y no pintarrajeando paredes, que sólo provocan la
reacción justa de los propietarios que se ven perjudicados por esta clase de
´proselitismo anónimo’.
Otra faz del asunto, es el que deducimos al observar que esta obra repudiable
no puede estar autorizada por las autoridades encargadas de vigilar el cumpli -
miento de las ordenanzas y leyes al respecto, lo que demuestra que la impuni-
dad de estos desaforados es total, y entonces surge ya la responsabilidad, no ya
de grupos anónimos, sino autoridades que deben cumplir con el deber y hacer
respetar las leyes, identificándolos dentro de la ley y el orden.
A los autores materiales del hecho apuntado les sugerimos que salgan a la luz
del día, que luchen por sus ideas, que no sean combatientes vergonzantes.
A las autoridades policiales les sugerimos extremar las medidas de vigilancia,
ya que los vecinos propietarios no tienen la culpa de que estos emboscados
´políticos´ defiendan sus opiniones de forma noctámbula 23”.
23
“La Nota de la semana. Hecho vergonzoso” en: Gorro Frigio. Celoso Defensor de la Li-
bertad en Democracia. Semanario Ilustrado. Ramos Mejía, Año 1, Núm.16 (28 de julio de
1959), pág.2.
- 124 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
24
“Visitó Matanza el Dr. Alende”, en: Gorro Frigio. Celoso Defensor de la Libertad en
Democracia. Semanario Ilustrado Ramos Mejía, Año1, Núm.3 (21 de abril de 1959), pág.1.
25
“Atentado terrorista en Ramos Mejía”, en: Gorro Frigio. Celoso Defensor de La Libertad
en Democracia. Semanario Ilustrado. Ramos Mejía, Año 1, Núm. 27 (20 de octubre de
1959), pág.1.
- 125 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
26
“Dio un comunicado la Asociación Democrática Argentina de Matanza”, en: Gorro Fri-
gio. Celoso Defensor de La Libertad en Democracia. Semanario Ilustrado. Ramos Mejía, Año 1,
Núm.27 (20 de octubre de 1959), pág.6.
- 126 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
los chicos. Dios sabrá si hicimos bien o mal, nosotros estamos tranquilos en
nuestra conciencia.
Ésta es una actitud que nosotros siempre quisimos subrayar, porque ésta era la
gran diferencia entre la resistencia peronista y la subversión (…).
Nosotros tuvimos la oportunidad de hacer justicia, esos viajes desde la capital
a Ramos Mejía, Rojas lo hacía en un auto común blindado a la usanza de la
época, con otro auto común que lo custodiaba permanentemente; de los cuales
nosotros sabíamos cuando venían y cuando no, conocíamos todos sus
desplazamientos, o sea, supuestamente con todos los elementos, no lo quisi-
mos hacer durante el trayecto, porque siempre se preveía que no pagará un
inocente” (Flores, 2012: 51-52).
“En horas de la tarde del 17 próximo pasado, la ciudad de San Justo se vio
ocupada por fuerzas policiales, las que rodearon la planta urbana en forma
espectacular, con armas largas y casco militar, no permitieron el tránsito de
vehículos, ni siquiera los de pasajeros.
Al inquirir entre los vecinos alarmados que estaba sucediendo, sólo pudimos
comprobar el asombro y la alarma de éstos, los que ignoraban el motivo que
causaba tan insólito despliegue de fuerzas policiales.
Poco después frente al Palacio Municipal, por boca de un funcionario comu -
nal, nos enteramos que todo se debía a que el Partido Justicialista había solici-
tado permiso para las 18 y 30, a fin de realizar un acto público en la plaza cen -
tral, y que se le había negado el mismo. Que ante el temor de que se produ -
jeran disturbios y a fin de impedir la concentración de público, se habían to-
mado dichas medidas.
No obstante ello, los partidarios del Partido mencionado alcanzaron a distribuir
numerosos volantes con la inscripción de una plegaria en la cual se clama por
la vuelta de la tiranía27”.
“No sé si mis lectores habrán visto esa magnifica película, que marcó el co-
mienzo del llamado neorrealismo italiano; me refiero a ‘Roma Ciudad
Abierta’. La traigo a colocación pues en ella se narran los pormenores de la
27
“Fue ocupada la ciudad de San Justo”, en: Gorro Frigio. Celoso Defensor de La Libertad
en Democracia. Semanario Ilustrado. Ramos Mejía, Año 1, Núm. 27 (20 de octubre de
1959), pág.1.
- 127 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 128 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
28
“Escribe Largo Caballero: San Justo ciudad abierta”, en: Gorro Frigio. Celoso Defensor
de La Libertad en Democracia. Semanario Ilustrado. Ramos Mejía, Año 1, Núm.27 (20 de
octubre de 1959), pág.7.
29
“Asociación Democrática”, en: Gorro Frigio. Celoso Defensor de La Libertad en Demo-
cracia. Semanario Ilustrado. Ramos Mejía, Año 1, Núm.7 (19 de mayo de 1959), pág.5.
30
“Premio Emecé 1959”, en: Gorro Frigio. Celoso Defensor de La Libertad en Democracia.
Semanario Ilustrado. Ramos Mejía, Año 1, Núm.7 (11 de agosto de 1959), pág.3.
- 129 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“En nuestro país estamos viviendo una ficción, que no es democracia: Estado
de sitio.
Maniobras destinadas a desprestigiar y escindir a las fuerzas armadas.
La difamación de la Revolución Libertadora en las personas de sus mentores y
lo que es peor, en la desarticulación de sus ideales.
Medidas para lograr el malestar social.
Leyes fascistas, exhumadas de la tiranía, para justificar políticamente a los
sindicatos.
El deliberado propósito de confundir a la expresión pública para esterilizar
todo esfuerzo de esclarecimiento ciudadano y consumar así inconfesables pro-
pósitos.
El triste espectáculo de un gobierno que se entrega atado, a las condiciones
que impone un organismo financiero internacional.
La desembozada defensa y apología del régimen a través de la cadena de
radios y T.V.
Los aislados, pero significativos ataques al periodismo independiente y a emi -
soras privadas.
La aparente represión del comunismo, mientras éste trabaja cómodamente en
los resortes del oficialismo, enseñanza y gremios, etc.
Declaración de un hueco federalismo para apañar la inoperancia e inmoralidad
de los caudillos, sus mezquinas ambiciones políticas y tolerar los extravíos de
los gobernadores (…).
El lamentable desprestigio de la Argentina en sus relaciones diplomáticas.
Todo esto demuestra una tendencia que a los ojos del pueblo aparece con clari-
dad definitoria: el objetivo de anarquizar el país, desprestigiar las instituciones
democráticas y tener pretexto suficiente para entregarnos en los brazos de un
régimen de tiranía y oprobio.
Servir al mismo tiempo de cabecera para que el totalitarismo se introduzca en
nuestra América (…).
Ante todo, la ciudadanía puede percibir la crisis moral que vive el país y ex -
perimentar la realidad, que es una crisis de confianza en los que ocupan las po-
siciones públicas.
¿Podemos salir airosamente de esta encrucijada?
¿Es necesario el empleo de la fuerza?
¿Es acaso un hombre providencial el actual presidente?
No es con soluciones parciales, de tipo oportunista y corte maquiavélico o dec-
laraciones irresponsables de los diputados, que se resolverán los problemas
argentinos.
¡Medite la ciudadanía!, existe la salida constitucional, debe renunciar el Presi-
dente.
- 130 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
31
“Manifiesto de Asociación Democrática Argentina de Matanza”, en: Gorro Frigio. Celoso
Defensor de La Libertad en Democracia. Semanario Ilustrado. Ramos Mejía, Año 1,
Núm.15 (21 de julio de 1959), págs. 4-5.
32
Testimonio de Roberto Piperno. Tomado de : (Flores, 2012: 262).
- 131 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 133 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“En aquel controvertido 1960, Gustavo Rearte, El Kadri, Rulli, Vallese, un jo-
ven apodado el Petitero y Tito Bevilacqua harían una de las primeras accio-
nes armadas de la Resistencia. Con el nombre de un presunto Ejército Pero-
nista de Liberación Nacional (EPLN), atacaron la guardia de la Aeronáutica
de Ciudad Evita en los monoblocks del peronismo.
—Somos guerrilleros del Ejército Peronista de Liberación Nacional. Somos
peronistas y luchamos por el retorno del general Perón — se anunciaron y los
dos colimbas enmudecieron de miedo al verlos con brazaletes y leer las si-
glas: EPLN, que confeccionó Beatriz Bechy Fortunato, luego esposa de Rulli.
Al mando de Gustavo Rearte, redujeron a la guardia, tomaron dos subame-
tralladoras PAM, uniformes y municiones. El Kadri intentó amarrar a un sol-
dado, le pidió que se desate, el joven lo hizo y tuvo que atarlo otra vez. Cacho
recordaría la huida desordenada. “¡A los camiones!”, gritó para dar idea de
organización. Atemorizados, subieron a un colectivo de la línea 406, olvidan-
do que habían acordado no usar esa vía para huir; era una escena del neo-
rrealismo italiano. Atacaron ese objetivo porque lo consideraron un punto frá -
gil. El hecho sacudió a los medios de comunicación de la época y los jóvenes
se envalentonaron. Pronto intentarían otra acción militar, de carácter político,
con militares caídos en desgracia en 1955” (Tarruella, 2015).
“Perón mandaba las directivas, pero cada uno respondía según sus conviccio-
nes. Yo había hecho un juramento que hasta que Perón no volviese al país
jamás votaría a nadie que no fuera Perón y cumplí. En uno de esos discos,
ordena que había que votar a Frondizi, nunca me voy a olvidar de eso.
Teníamos una familia Lobos, que era la única que tenía tocadiscos y nos reu-
níamos para escuchar las directivas de Perón. Después que escuchábamos,
- 134 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 136 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
34
“Informe de Felipe Simeón” en : (Flores, 2012: 208-209).
- 137 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Luego del resultado electoral -el peronismo ganó las elecciones pro-
vinciales- y ante las presiones militares se anulan las elecciones. Poco
tiempo después Frondizi será derrocado. Pese a la anulación, el 1 de mayo
de 1962 Framini -Anglada se presentan junto a manifestantes en La Plata
para ocupar la gobernación; hecho que derivó en la represión de los pre-
sentes. Ese mismo día, Núñez y los candidatos de La Matanza se dirigirán
a la intendencia con la idea de asumir a sabiendas de la anulación de las
elecciones:
35
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Benigno Núñez.
36
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Benigno Núñez.
- 138 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“Nuestra lucha siguió así hasta que en el 59, que ya estábamos organizados y
sabíamos que iba haber un levantamiento el 30 de septiembre o en noviembre
del 59 [confunde fecha: 1960] y teníamos que viajar a Salta.
En ese tiempo trabajaba en Aerolíneas, había salido de Pirelli y con un grupo
de cuatro, Pila, Eloy González, Castro y otro más, nos preparamos para ir a
Salta siempre con dinero que era de nuestros propios recursos y un poco que
nos ayudaron pagándonos el viaje.
(…). Había la orden de ir a Salta a tomar el Regimiento de Monte, pequeños
grupos de la resistencia que salieron en apoyo de uno mayor que conforma-
ban los gremialistas del SUPE, porque Tartagal era una zona muy petrolera
(…). Llegó el día que teníamos que ir y nos preparamos, yo dejé a mi señora
con los cuatro chicos. Antes nos mandaron a la calle Esmeralda a vacunar-
nos, porque allá había una fiebre tipo paludismo (…).
Tomadas esas preocupaciones viajamos, llegamos a Salta a eso de las 9 de la
mañana, habíamos hecho un viaje larguísimo en tren, nos alojamos en un ho-
tel, pagamos, y a las 12 de la noche de ese mismo día llegamos, que era a la
hora del movimiento, nos levantamos, y nos juntamos con otros muchachos de
Tartagal, no teníamos vestimenta, pero si algunas armas, yo tenía una pistola
Ballester Molina 45. Nos encontramos con el teniente Escure, que después fue
jefe de la custodia de Perón en Olivos con el correr de los años; era el que es -
taba en el regimiento; el sargento Claveti que andaba conmigo, fuimos des-
tacados para tomar el aeropuerto con dos muchachos más. Nos habían provis-
to de un coche la gente que estaba complotada; mientras otros fueron desig -
nados para tomar la comisaría.
Con el grupo mío tomamos el aeropuerto, había unas cuantas personas que
estaban sentadas, no sé si militares o civiles, entramos nosotros, dimos la
orden que no se moviera nadie, a uno de mis compañeros que llevaba ame-
tralladora lo destaqué en la puerta, cuando uno de los que estaban en el aero-
puerto, se levanta y dice: ‘yo soy de la aeronáutica’, ‘yo no le pregunté,
siéntese’ le dije para demostrar que teníamos firmeza aunque no éramos mili-
tares. Lo tomamos, y comunicamos por radio que se cerraba el aeropuerto,
que no operaba por cuestiones climáticas, por supuesto que yo me puse al
lado del operador escuchando lo que decía, y después anulamos el equipo,
como para que no diera otro aviso en un descuido nuestro.
Cuando advertimos algunas caras preocupadas, les dijimos que no íbamos a
hacer nada, que participábamos de un movimiento cívico militar para el reg-
reso de Perón, que esa era nuestra misión allí. Uno pegó un brinco de alegría
(…). Las órdenes que teníamos decían que el general iba a volver por Bolivia,
ese era el proyecto, por eso el motivo de tomar por gente probada militancia
el regimiento de Monte, que debe estar a cuatro o cinco kilómetros de Tarta-
gal a Pocitos, Pocitos argentino y Pocitos boliviano se divide de esa forma
por la Ruta 34.
Nosotros teníamos tomado toda esa zona porque por ahí Perón iba a venir, es-
taba previsto que se iba a levantar Tucumán también, que después no se le-
- 139 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
37
Testimonio de Roberto Maldonado. Tomado de: (Flores, 2012: 222-223).
- 140 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
“Muchacho, el pueblo recoge todas las botellas que tiran al agua con mensajes
de naufragio, el pueblo es la gran memoria que recuerda todo lo que aparezca
muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria”.
- 141 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 144 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
1
“Dr. Tito Tal, Colas”, en: Gorro Frigio. Celoso Defensor de La Libertad en Democracia.
Semanario Ilustrado. Ramos Mejía, Año 1, Núm.27 (20 de octubre de 1959), pág.5.
- 145 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Palabras iniciales:
Capítulo I:
- 146 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 147 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Capítulo II:
- 148 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 149 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 150 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
___ (2000). “Acerca de los orígenes del peronismo revolucionario”, en. Hernán Cama -
rero, Pablo Pozzi y Alejandro Schneider (Comps.). De la Revolución Libertadora al
menemismo. Historia social y política argentina. Buenos Aires: Imago Mundi.
___ (2008). “Las tensiones burocráticas de una dirección sindical en recomposición:
La CGT platense entre 1957 y 1959”, en: Trabajos y Comunicaciones, Núm.34. Dispo-
nible en: https://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/11482….
___ (2010). “Anticipando los setenta: la huelga de los petroleros del SUPE Ensenada”,
en: Conflicto Social, Vol.3, Núm3.
__ (2012). “Los peronistas y las armas entre 1955 y 1966”, en: Estudios Históricos,
Año IV, Núm.9. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?
codigo=4768518&orden=1&info=link
SALAS, Ernesto (1994). “Cultura popular en la primera etapa de la resistencia peronis-
ta (1955-1958)”, en: Secuencias, Núm. 30.
___ (2003). Uturuncos. El origen de la guerrilla peronista. Buenos Aires: Biblos.
___ (2006). La Resistencia Peronista. La toma del frigorífico Lisandro de La Torre.
Buenos Aires: Retórica Ediciones: Altamira.
SCHNEIDER, Alejandro (2005). Los Compañeros: Trabajadores, Izquierda y Pero-
nismo 1955-1973. Buenos Aires: Imago Mundi.
SCUOFALOS, Catalina (2007). 1955, memoria y resistencia. Buenos Aires: Biblos.
TCACH, César (1995). “Neoperonismo y resistencia obrera en la Córdoba Libertadora
(1955-1958), en: Desarrollo Económico, Vol. 35, Núm. 137.
WALSH, Rodolfo (2008). Operación Masacre. Buenos Aires: De La Flor.
Capítulo III:
ADAMOSKY, Ezequiel (2008). “La bendita medianía: los católicos argentinos y sus
apelaciones a la ‘clase media’ (1930-1955)”, en: Anuario IHES, Núm.22.
AMAR SÁNCHEZ, Ana María (2002). “Evita: Cuerpo político/imagen pública”, en:
Marysa Navarro (Comp.). Evita: Mitos y representaciones. Buenos Aires: Fondo de
Cultura Económica.
ARROSAGARAY, Enrique (2016). La Resistencia Peronista y el General Valle. Bue-
nos Aires: Punto de Encuentro.
BEVILACQUA, Pedro. Hay que matar a Perón. [S/d].
BIANCHI, Susana (1994). “Catolicismo y peronismo: la religión como campo de conf-
licto (Argentina, 1945-1955)”, en Boletín Americanista, Núm.44. Disponible en: http://
revistes.ub.edu/index.php/BoletinAmericanista/article/view/12958
___ (2001). Catolicismo y peronismo. Religión y política en la Argentina 1943-1955.
Tandil: IEHS.
BORGES Jorge Luis (1955). ”L’illusion comique”, en: Sur, Núm. 237.
CAIMARÍ, Lila (1995). Perón y la Iglesia católica. Religión, Estado y sociedad en la
Argentina 1943-1955. Buenos Aires: Ariel.
CARBONE, Alberto (1994). El día que bombardearon Plaza de Mayo. Buenos Aires:
Editorial Vinciguerra.
CHÁVES, Gonzalo (2005). La Masacre de Plaza de Mayo. La Plata: De La Campana.
CICHERO, Daniel (2005). Bombas sobre Buenos Aires. Gestación y desarrollo del
bombardeo aéreo de Plaza de Mayo del 16 de junio de 1955. Buenos Aires: Vergara.
- 151 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 152 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 153 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
VIGO, Juan (1973). Crónicas de la Resistencia ¡La Vida por Perón! Buenos Aires:
Peña Lillo.
WALSH, Rodolfo (1965). “Esa Mujer”, en: Rodolfo Walsh. Los oficios terrestres. Bue-
nos Aires: Jorge Álvarez.
___ (2008). Operación Masacre. Buenos Aires: De La Flor.
Entrevistas:
Entrevista realizada por Gerardo Médica a G. Maza (vecino de Ciudad Evita) en Ciu-
dad Evita, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 23 de marzo de 2000.
Decretos:
Periódicos:
Sitios Web:
http://www.elforjista.com/resistencia-18.htm
Capítulo IV:
ABELLA BLASCO, MARIO (1967). Historia del sindicalismo. Buenos Aires: Peña
Lillo.
CAVAROZZI, Marcelo (1979). “Sindicatos y política en Argentina 1955-1958”, en:
Estudios CEDES, Vol.2, Núm.1.
JAMES, Daniel (1990). Resistencia e Integración. El peronismo y la clase trabajadora
en Argentina 1946-1976. Buenos Aires: Sudamericana.
RODRÍGUEZ LAMAS, Daniel (1986). La Revolución Libertadora. Buenos Aires:
CEAL.
SALAS, Ernesto (1994). “Institucionalización, legalidad y límite de la democracia
obrera argentina (1957), en: Patricia Berrotarán y Pablo Pozzi. Estudios inconformistas
sobre la Clase Obrera Argentina 1955-1989. Buenos Aires: Letrabuena.
- 154 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Periódicos:
Sitios Web:
Films:
ARRUTI, Mariana (2002). La huelga de los locos. Buenos Aires, 32 min.
Capítulo V:
Periódicos:
- 155 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Capítulo VI:
Capítulo VII:
- 156 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Periódicos:
Sitios Web:
CORREA, Adolfo Correa. “29 de julio, Día de La Matanza”, en: http://www.cehlam.-
com.ar/?p=349
Capítulo VIII:
- 157 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Entrevistas:
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Benigno Núñez (militante peronista) en Isi-
dro Casanova, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 17 de septiembre de 2003.
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Carlos Di Taranto (militante peronista, mé -
dico) en Ciudad Evita, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 8 de noviembre de
2000.
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Hugo V. (vecino de Gregorio de Laferrere)
en Gregorio de Laferrere, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 11 de julio de 2003.
Entrevista realizada por Gerardo Médica a María Paulin (vecina de San Justo) en Isidro
Casanova, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 23 de febrero de 2008.
Periódicos:
Noticias Gráficas. Buenos Aires, 17 de junio de 1955.
Capítulo IX:
- 158 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Entrevistas:
Sitios Web:
http://www.autohistoria.com.ar/historias/Mercedes_Benz.htm
- 159 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Films:
BIAGGINI, Martín, MIELNICKI, Silvia y RUIZ, Daniela (2013). La Gratitud.
Borlenghi en La Matanza. La Matanza: TVMC, 28 min.
Capítulo X:
- 160 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Entrevistas:
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Benigno Núñez (militante peronista) en Isi-
dro Casanova, La Matanza, Provincia de Buenos Aires,17 de septiembre de 2003.
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Carlos Di Taranto (militante peronista, mé -
dico) en Ciudad Evita, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 8 de noviembre de
2000.
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Francisco Médica (obrero de Santa Rosa
entre 1945-1970) en San Justo, La Matanza, Provincia de Buenos Aires 18 de marzo
de 1998.
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Manuel Muñoz (militante peronista) en Isi-
dro Casanova, La Matanza, Provincia de Buenos Aires,7 de septiembre de 2009.
Entrevista realizada por Gerardo Médica a María Paulin (vecina de San Justo) en San
Justo, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 23 de febrero de 2008.
Entrevista realizada por Gerardo Médica a Pedro Bevilacqua y Andrés Bevilacqua
(militantes peronistas) en Ciudad Evita, La Matanza, Provincia de Buenos Aires, 10
de diciembre de 2001.
Periódicos:
“Asociación Democrática”, en: Gorro Frigio. Celoso Defensor de La Libertad en
Democracia. Semanario Ilustrado. Ramos Mejía, Año 1, Núm.7 (19 de mayo de 1959).
“Atentado terrorista en Ramos Mejía”, en: Gorro Frigio. Celoso Defensor de La Li-
bertad en Democracia. Semanario Ilustrado. Ramos Mejía, Año 1, Núm.27 (20 de oc-
tubre de 1959).
“Carlos Díaz: tres lecciones de medio siglo peronista” [Dossier, 17 de noviembre de
2017], en: Agencia Paco Urondo. Disponible en: http://www.agenciapacourondo.co-
m.ar/dossier/carlos-diaz-tres-lecciones-de-medio-siglo-peronista
“Dio un comunicado la Asociación Democrática Argentina de Matanza”, en: Gorro
Frigio. Celoso Defensor de La Libertad en Democracia. Semanario Ilustrado. Ramos
Mejía, Año 1, Núm.27.
“Escribe Largo Caballero: San Justo ciudad abierta”, en: Gorro Frigio. Celoso Defen-
sor de La Libertad en Democracia. Semanario Ilustrado. Ramos Mejía, Año 1, Núm.27
(20 de octubre de 1959).
“Fue ocupada la ciudad de San Justo”, en: Gorro Frigio. Celoso Defensor de La Li-
bertad en Democracia. Semanario Ilustrado. Ramos Mejía, Año 1, Núm.27 (20 de oc-
tubre de 1959).
“La Nota de la semana. Hecho vergonzoso” en: Gorro Frigio. Celoso Defensor de la
Libertad en Democracia. Semanario Ilustrado. Ramos Mejía, Año1, Núm.16 (21 de ju-
lio de 1959).
“Manifiesto de Asociación Democrática Argentina de Matanza”, en: Gorro Frigio. Ce-
loso Defensor de La Libertad en Democracia. Semanario Ilustrado. Ramos Mejía, Año
1, Núm.15 (21 de julio de 1959).
“Premio Emecé 1959”, en: Gorro Frigio. Celoso Defensor de La Libertad en Demo-
cracia. Semanario Ilustrado. Ramos Mejía, Año 1, Núm.7 (11 de agosto de 1959).
- 161 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Sitios Web:
BASCHETTI, Roberto. Militantes del peronismo revolucionario uno por uno. [s/p y s/
f.]. Disponible en: http://www.robertobaschetti.com/biografia/s/189.html
TARRUELLA, Alejandro (2015). “Vida, luchas y pensamiento de Cacho El Kadri”, en:
http://poesiaypolitica.blogspot.com/2015/02/alejandro-c-tarruella-vida-luchas-y.html
Testimonio de Eva Rearte tomado de: http://es.netlog.com/eVarearte/blog/
blogid=2595703
Testimonio de Gustavo A. Rearte (h) tomado de: http://es.netlog.com/eVarearte/blog/
blogid=2595703
“Dr. Tito Tal, Colas”, en: Gorro Frigio. Celoso Defensor de La Libertad en Demo-
cracia. Semanario Ilustrado. Ramos Mejía, Año 1, Núm.27 (20 de octubre de 1959).
- 162 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 163 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 164 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 165 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Blanco
- 166 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Índice
- 167 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
Blanco
- 168 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 169 -
El perfume de los almendros: La Resistencia Peronista en La Matanza (1955-1960)
- 170 -