Cristina Siscar - El Corpiño

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El corpio

(Cristina Siscar)

Doble era su misin: delatar y ocultar. Se mostraba, deslizante, un bretel, o el infidente broche repujado en la espalda, al trasluz de la blusa. Pero se suavizaban los pezones enhiestos sobre leves colinas. El primer corpio tena la medida del pudor: orgullo bajo la timidez de la evidencia. Era la primera prenda verdaderamente ntima. Un hablar callado. Insinuaba que la nia haba quedado atrs, como en sueos, despertando las miradas suspicaces que confirman al mismo tiempo que la vuelven tan etrea como la gasa del corpio. Un susurro lenceril. Sobre todo, no gritar lo que an no se ha llegado a ser. El corpio era la sea de la diferencia. El momento en que los hombres quedaban al descubierto, del otro lado. Ah, qu muchedumbre por todas partes. Escudo que devena blanco expuesto en el bretel de satn; blasn de identidad, esas puntillas suavemente combadas. Qu ser? Se plegaba en un puo aquel corpio efmero. Lo diminuto auguraba grandezas.

Cristina Sis ar

Cristina Sis ar i l 18 j 1986 t ili P .P ", " t l t i , l l " l "El i j . Iti i l l O t l B C i N At (1989) l i A l P t l Cronologa 1947 N

li 1947 B Ai . E t 1980 li l li t "R it l "," " f t l ". E t , l " " l j "; l t "; l li "T t j ". ti t lF N i l l t "Gl i K Wil " l H (1992).

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1974 omienza la carrera de iencias de la Educa cin en la acultad de ilosofa y Letras de la Universidad de Buenos Aires. 1975 Interrumpe sus estudios por la intervencin en la universidad. 1978 En plena dictadura, en el mes de febrero, su esposo, el periodista uan Satragno, es secuestrado.

iguel

1979 En el mes de septiembre, luego de la desaparicin de su marido, su hermana y su cuado, se radica en Brasil. 1980 Solicita asilo poltico al Alto omisionado de las aciones Unidas para los efugiados A U . En el mes de febrero, se radica en Pars, en donde vivir durante casi siete aos.

Ahora recuerdo esos das con angustia y, al mismo tiempo, como si los hubiera vivido otra persona; senta, contradictoriamente, que me despeda de m misma para ir, a la vez, al encuentro de m misma, en otra vida . Sin duda, se trataba de la vida y en ms de un sentido sera como nacer de nuevo.[...] La angustia de Siscar hablaba del desgarro de tener que salir a Brasil, dejando a su hijo al cuidado de sus padres. Por problemas de documentacin, su exilio implic separarse de su hijo y por un tiempo que no saba cul sera. Su otro pesar fue vivir en un estado incierto, en una suerte de prdida de la identidad, en el anonimato y en el desapego. [...] El exilio se constituy sobre un hecho negativo. arc una ausencia y remiti a lo que estaba al margen, desintegrado. Ser exiliado fue una forma violenta de ser extranjero. El exilio fue castigo, pero no porque fuera imposible vivir cosas positivas, sino por la conciencia de no haber elegido nada o casi nada , dir Sis car en la entrevista con el escritor orge Boccanera, Yo conoc los dos exilios , en ierra que anda. Los escritores en el exilio , Ameghino, Buenos Aires, . En Pars cursa las materias Literatura Latinoamericana, Lingstica y raduccin del DEU de Espaol, en la Universit de Paris III, Sorbonne.
1984 Publica su primer cuento undo mundo en rafalgar Square , seleccin Vladimir errera, Laertes, Barcelona , incluido ms tarde en eescrito en la bruma .

1985 Editorial poemas

orrecaminos, de Pars, publica, en edicin bilinge, el libro de atuajes .

1986 egresa a Buenos Aires. 1987 Aparece en Buenos Aires el libro eescrito en la br uma en la editorial Per Abbat. Estos ocho relatos de ristina Siscar altamente recomendables rescatan una dimensin del texto narrativo muy poco frecuente en estas latitudes: acaso haya que recurrir al nombre del uruguayo elisberto ernndez para intentar una primera aproximacin a ese desvelo. curre que para acercarse a eescrito... hay que adoptar el papel de un papel de lector activo, eminentemente recreador: es el mismo sentido o ancdota ltimos lo que est en tela de juicio; la riqueza textual cobija, en su entraa, la necesidad el desafo de suscitar distintas lecturas. Son estos, pues, relatos abiertos, provocadores, no aptos para receptores pasivos; donde la pericia anecdtica a menudo deviene smbolo. Y donde late la ansiedad de la palabra escrita por interrogarse sobre lo que est diciendo y por asumir el peligro de ser borrada, tal como fue y es fracturada la llamada realidad, por lo manotazos del azar o de la historia , escribir ederico os, en el Suplemento ultura y acin, de larn, el de diciembre de .

Sus relatos El lugar de todos los nombres y La muerte del autor obtienen la Primera encin Especial al cuento en el concurso orge Luis Borges , organizado por la undacin Knex y e l ondo acional de las Artes.
1988 Editorial Puntosur, de Buenos Aires, publica Lugar de todos los no mbres . El escritor ms intenso es el que sabe leer bien sus propios sueos. En el caso de ristina Siscar la literatura es eso y, adems, lo que siempre fue por carcter: una actividad fuera de lo comn. Un surtidor de enigmas suertes varias para el lector! . Una cosa antigua que vuelve a recuperar su lugar. En efecto, cierta imaginera muy, muy vieja organiza estos relatos, aunque vengan escritos bajo el cielo de la Era Postcrtica. Por ejemplo, est y no est la parbola, porque nada quiere terminar a qu en una enseanza. Y no hay fbula salvo que aparezca en la forma del lo. Esos sutiles enredos sintcticos donde los personajes de hoy se desdoblan y se multiplican en un dilogo de otros tiempos slo para instalar entre nosotros un inquietante recuerd o del futuro. Qu herida la memoria. Por eso mismo, por ese desliz legal o ese fuera de la ley de la ley de la progresin, las varias historias de este libro hacen efecto de imn en una sola indecible, no s si llamarla alqumica. ampoco s cmo voy a explicar esto: es como si un pequeo fotograma la escritura Siscar, su

Forma de escribir se desplazara por la banda negra de los sueos para ir sacando de all las ancdotas ms traslcidas y claras del mundo. Las que estaban durmiendo en nosotros. Las m s trasparentes, como si todos juntos de pronto ella y nosotros tuviramos algn eco, o nostalgia, o necesidad de identificarnos de nuevo en el relato clsico. Algn da la literatura ms intensa podr volver a ser, tambin, comunitaria? i fantsticas n i maravillosas, estas pginas parecen simplemente fabulosas: una -mil-y-una-noche de Babel. Se arman en libro, indelebles, sin ninguna costura reflexiva a la vista. Pero hacen que el lector como dira acedonio Fernndez termine encuadernado en la continuidad inesperada de su leer , escribe ctor Libertella en la contratapa del volumen.
1989 btiene la Beca de Artes.

reacin narrativa otorgada por el Fondo

acional de las

1991 iene a su cargo la seccin Los libros de la cabecera de la revista hasta . 1992 ecibe el segundo premio de cuento loria Kehoe Asamblea Permanente por los Derechos umanos.

umor

ilson , otorgado por la

1993 Editorial olihue, de Buenos Aires, edita en la coleccin La Las lneas de la mano .

ovida su novela

ristina Siscar, a su modo, escribe un cuento de hadas. Y lo hace bien. Distribuye criteriosamente a santos y profanos, trae las benficas tinieblas de la mano de la itana y dispone de ciertos personajes turbadores: un ciego, la profesora de msica que arrastra una herida de amor, unos vecinos que parecen sacados del reino del terror. Atenta a la realidad, jaquea el deseo viajero de riselda a travs del dinero: sus padres no lo poseen y ella no puede evitar pensar en el trabajo. Ese dilema no desautoriza la aven tura, al contrario, la hace concreta, la pone en su lugar de riesgo y sueo. La pregunta maldita sera qu sucede al da siguiente, cuando debe volver o no a la oficina, al orden de las obligaciones. o es necesario responderla, alcanza y sobra con saber que esa planificacin es alterable, que en Las lneas de la mano se dibuja un destino trasgresor y cordial al mismo tiempo . Fernando Fagnani, El ronista ultural, de octubre de . Publica su cuento Bastidor, hijos, caamazo en ujer y emori a , seleccin y prlogo ununa ercado, Silvia Plager y Sofa Laski, orres Agero Editor,

Buenos Aires luego incluido en el volumen de relatos Los efectos personales .


1994 Ediciones De la Flor, de Buenos Aires, publica el libro de cuentos Los efectos personales . Los efectos personales se estructura alrededor de un mundo de objetos, cicerones que nos introducen en la sofocada y palpitante selva de una adolescencia femenina. Adolescencia que est fechada en un impreciso borde entre las dcadas del 5 y : las referencias fsicas abundan en un libro que es, todo l, un catlogo, un moroso recuento de cosas: el saquito de banlon; la costura en las medias; los discos de revoluciones; Blue Velvet sonando en una pista de baile; los breteles del sost n; los bordados en bastidor; polvorientos trenes con asientos de cuero marrn. ristina Siscar no ha elegido, para contar esa adolescencia, ni la peripecia ni la psicologa ni la intriga, sino la descripcin de las cosas. La propuesta queda clara a partir del epgrafe de ilosz: Qu pensarn de ti los objetos que te fueron fraternalmente acogedores? Su oscuro destino no estaba estrechamente unido al tuyo? , escribi lvaro Abs, en la revista umor , de octubre de . 1999 Editorial Simurg publica en Buenos Aires la novela La sombra del jardn . La sombra del jardn de ristina Siscar dibuja la parbola de una aventura femenina por el paisaje del exilio: un itinerario a la vez onrico y dolorosamente real, donde lo potico confluye con lo po ltico. El sexo y la nostalgia del amor y de la permanencia, el cuerpo que duerme en hogares transitorios, la memoria del fuego y el alimento crean un tejido a la vez sensual y evanescente de evocaciones y deseos. Profundamente simblica, plena de resona ncias exquisitas y antiguas, La sombra del jardn inscribe en los laberintos de la extranjera y el anhelo de una perdurable comunidad, otra cara posible de la pica, donde no hay hroe guerrero sino la peregrina de un camino interior en busca de un jardn perdido , seala ara osa Lojo, en la revist a First, 5 , julio de .

Por su parte, nica Sifrim, en el suplemento larn del de junio de , dir del libro:

ultura y

acin, del diario

En su novela, ristina Siscar exhibe una escritura musical que bien podra leerse con deleite en voz alta. Su prosa, sembrada de palabras extranjeras, se mira a cada rato en su espejito de mano y se retoca. orrige el foco, como si los sucesos hubieran ocurrido en una lengua indecible y el primer esfuerzo d e la novela fuera traducirlos de un modo irreprochable de la huella visual, impresa en la memoria emotiva, a la etapa verbal de la narracin. La sombra del jardn se ocupa de lugares perdidos en un punto intermedio entre el

recuerdo y la imaginacin, de escenas huidizas que por alguna razn se convierten en cajas de resonancia .
2001 ompila y prologa la antologa El lenguaje de las cosas en la literatura del siglo XX , publicada en Buenos Aires po r la editorial Desde la ente. 2003 La editorial Alcin, de de la lectura .

rdoba, publica su libro de ensayo El viaje. Itinerarios

Desde las primeras pginas, la autora construye un itinerario potico: arco Polo, Darwin, Basho, el poeta errante de arguerite Yourcenar, Lanzarote, los peregrinos medievales, los juglares, los comediantes, la cultura nmade. Petrarca, Dante, el peregrinaje a ompostela, los viajes en diferentes transportes, los miedos, no al avin sino al hombre por lo que significa el volver. Lo que ms retengo de la lectura de El viaje es el despliegue de una lgica, una forma de sistematizar, de crear series con la diversidad, el espesor, el ritmo y la funcin de hacer proliferar el sentido. Sugerencias y sensaciones, razones y formas, efectos y revelaciones a travs de las cuales se plantea el lazo entre viajar y escribir, entre el afuera y el adentro, entre el desplazar y el retener, entre lo objetivo y lo subjetivo. El viaje es una coleccin de estampas, ancdotas, imgenes y citas que apuntan al carozo de la imaginacin, a la audacia y al desapego de salir de una escena para entrar en otra , seal la escritora Liliana eer, en el texto ledo en la presentacin del libro, en septiembre del .

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