Adolescencia Misionera
Adolescencia Misionera
Adolescencia Misionera
FUNDAMENTOS:
PROPUESTA:
OBJETIVOS:
METODOLOGIA:
DESARROLLO DE LA METODOLOGIA:
La temática del plan de formación responderá al qué y al por qué de lo que Dios nos
propone para la Misión evangelizadora universal.
En este primer momento del encuentro nos debemos interesar por lo siguiente:
1. ¿Quién es cada uno de los que participan del Encuentro?
2. ¿Qué piensan?
3. ¿Qué sienten?
4. ¿Qué les enseñaron?
5. ¿Qué valores tienen?
6. ¿Qué antivalores asumieron?
7. ¿Qué cosas nuevas descubren?
8. ¿Cómo es la relación con sus hermanos?
9. ¿Conocen a Dios?
10. ¿Qué imagen de Dios tienen?
11. ¿Qué relación tienen con Dios?
12. ¿Se nota que la Palabra de Dios ha tocado sus corazones?
Una vez que entramos en el tema abrimos el diálogo a través de preguntas. No debemos
sugerir nuestras ideas, tampoco partir desde nuestros valores sino buscar que ellos
expresen qué piensan, qué entienden, qué sienten, qué cosas aceptan o qué cosas les
cuestan. Debemos conocer bien a los jóvenes de nuestra comunidad para poder
evangelizarlos, por eso, tenemos que dejar que se expresen con sinceridad, ellos no
tienen que decirnos lo que nosotros queremos escuchar, sino expresar con naturalidad lo
que realmente son como personas.
Aún cuando las opiniones y criterios que se expresen puedan ser polémicas, no debe
censurarselos , sino tomarlos con naturalidad aceptando que esa es su realidad, su
situación, su experiencia de vida, y es eso lo que deberemos iluminar con el Evangelio.
También podrían tener un antivalor aprendido en su familia o bien asumido desde su ser
libre, y podemos conocerlo a través de la experiencia de vida para poder transformarlo.
Iluminar la realidad de vida de los jovenes del Encuentro con la Palabra de Dios, no es
dar un sermón sobre lo que tienen que hacer, es permitir que vayan descubriendo qué
dice, qué les dice la Palabra. Ellos deben asociar su vida con la Palabra y descubrir que
ante la Palabra de Dios deben optar. La Palabra puede llamarlos a cambiar
completamente o a mejorar: pero, como Dios nos dio la libertad para elegir, también
pueden seguir igual o bien, empeorar. No es fácil cambiar o mejorar las actitudes, pero
contamos con la ayuda de Dios que no sólo nos muestra nuestros errores y el camino
que debemos seguir, sino, también, que nos fortalece y acompaña en ese caminar.
Los que hemos descubierto en nuestras vidas la vocación misionera nos proponemos,
por ello, formar comunidades eclesiales vivas, dinámicas y misioneras. Los encuentros
de comunión misionera buscan:
Afianzar los lazos de amistad entre los miembros del grupo.
Crear vínculos de unidad, fraternidad y ayuda mutua.
Los integrantes aprenden a compartir y se crea un ambiente propicio para que todos se
sientan como se sentían los discípulos con Jesús. Es el encuentro en donde, a la luz del
Evangelio, se revisa la vida y se mide el crecimiento del espíritu misionero de cada uno
y del grupo.
El tema de estos encuentros es la vida misionera del mismo grupo. No se necesita, por
tanto, hacer la continuidad temática con los tres encuentros, aunque en alguna ocasión
podrá servir para celebrar, experimentar, ahondar y compartir como comunidad las
experiencias vividas en los encuentros anteriores.
En estos encuentros, muchos de ellos se sienten más libres, se expresan de manera más
espontánea, hablan más abiertamente, y esto nos permite conocerlos más.
Integrar caminatas, juegos y recreación, concursos, competencias, celebraciones de
cumpleaños, etc., resultará de gran utilidad en estos encuentros.