Moros y Cristianos
Moros y Cristianos
Moros y Cristianos
Moros y cristianos
Hacia un mapa conceptual y geográfico en
El Salvador
Julio Martínez
Director de la Escuela de Antropología
Universidad Tecnológica de El Salvador
juliomartinezrivera@gmail.com
DOI: http://dx.doi.org/10.5377/koot.v0i8.5875
URI: http://hdl.handle.net/11298/390
Resumen
El artículo trata acerca de aspectos claves ligados a la danza de los historiantes o
“moros y cristianos” en El Salvador, entre ellos se aborda lo relativo a las formas
de inserción cultural en el imaginario de la población. Se abordan también
temáticas acerca de cómo los significados y dinámica de las historias que forman
el repertorio de “los historiantes”. La música de los historiantes a diferencia de las
historias, es más local y desarrollada por los grupos de danzantes y músicos que
les acompañan. Se determina, además, las poblaciones donde se han establecido
los historiantes generalmente corresponden a antiguos poblados indígenas donde
los españoles ya sean como colonizadores o evangelizadores establecieron la
tradición, enseñándola a los pueblos originarios. Se hace alusión también a la
manera en que son percibidos los historiantes por las organizaciones indígenas y
las contradicciones existentes. Finalmente se presenta un mapa geográfico de los
pueblos con sus fiestas patronales y fechas de presentación de los historiantes.
Abstract
The article discusses key aspects related to the dance of the Historiantes or “Moors
and Christians” in El Salvador, among them, the forms of cultural integration in
the imaginary of the population. Also addresses topics about how meanings and
dynamics of the stories that form the repertoire of “Historians”.
The music of the Historiantes unlike the stories, is more local and developed by
groups of dancers and musicians who accompany them. It determines also the
populations where they have established the Historians generally correspond to
originaries villages where the Spanish colonizers or whether as evangelizers
established tradition, teaching it to native peoples. Reference are also made to the
way they the Historiantes are perceived by indigenous organizations and the
Julio Martínez Rivera, es Licenciado en Trabajo Social, Maestro en Administración de la educación superior,
posgraduado en Antropología Social, Maestro en Investigación y docencia y Doctorando en Estudios Sociales de
América Latina por la Universidad de Alicante, actualmente es Director de la Escuela de Antropología de la
Universidad tecnológica.
©Universidad Tecnológica de El Salvador
REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓOT, 2017 AÑO 7, n. º 8, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
203
Martínez, Julio. Moros y cristianos. Hacia un mapa conceptual y geográfico en El Salvador. Págs. 203-218.
DOI: http://dx.doi.org/10.5377/koot.v0i8.5875
URI: http://hdl.handle.net/11298/390
contradictions about the tradition. Finally a geographical map of the villages with
their festivals dedicated to the saint of the village and dates of submission of the
Historians presented.
Una ventaja de la realización del estudio en campo es que los sujetos del estudio,
los historiantes se presentan con mucha confianza y amplitud para ofrecer
información.
“La fiesta de Moros y Cristianos se celebra en casi toda España, pero sobre todo
en el Levante, en la zona de Alicante y la Comunidad Valenciana. Con esta fiesta,
se conmemora la Reconquista, o sea la época histórica de la lucha entre los
cristianos y los árabes (moros), que duró casi 800 años, desde 711 hasta
1492”.( Santelman, 2002, pg. 3)
Hubo momentos históricos en que esta fiesta fue “soldadesca”, queriendo significar
con ello que existió un culto hacia los grupos de militares vencedores, en el que
seguramente se premió la heroicidad, el arrojo, la valentía, como una forma de
agradecimiento popular hacia los defensores y recuperadores del territorio español.
Sin embargo, no tenemos una data exacta de cuando se comenzaron las fiestas de
moros y cristianos en la Nueva España y Goathemala. Es claro que no fue durante
la conquista sino durante la colonia, y es seguro que las primeras fiestas se
realizaron en España y no en América, donde las fiestas debieron comenzar a
realizarse a partir del siglo XVII como la fecha probable más antigua, sino después.
“Así la principal razón por la que los funcionarios españoles destinados a Filipinas
no podían entender un teatro de base hispánica era la estética, la lengua y sobre
todo constituir un entretenimiento netamente filipinizado” (Donoso, 2012, pg. 14)
En Nicaragua también existe algo parecido, llamado “El Güegüense”, con clara
influencia hispánica, trajes, y teatro similar:
Aun cuando se utiliza de manera ambigua los conceptos de danza y baile, haremos
distinciones: La danza es un arte que a través de movimientos tiene un significado
simbólico. El baile es entretenimiento, y aun cuando igualmente utiliza
movimientos, estos son al gusto y criterio del bailador.
Por cierto, Marroquín (1974) considera los elementos culturales de Los historiantes
como de un valor secundario, fundamentalmente porque en su idea, el hecho de
que las historias tuvieran anacronismo, y que además se incluyeran elementos
propios de la cultura de los pueblos originarios, los hacía de menos valor en
contrario de considerarlos enriquecidos y estudiar las razones que promovieron
dicho enriquecimiento:
“El equipo (grupo) que está ahora solo tiene movimientos, ni hablan ni conocen la
historia” (Moisés, 2016)
La danza parece tener un mayor arraigo cultural que los parlamentos, textos o
historia. Quizá por ello, es que hay algunos casos en los que el origen extranjero
de la historia es difuso, y en otros ni siquiera se sabe:
“Son de lejos, de Francia, de España, ahí lo dice, hasta de Finlandia, solo que hay
unos que entienden la historia y otros que no entienden nada” (Ramón, 2016)
En este nivel de comprensión de las historias, la danza y el teatro parece existir una
versión ingenua de la inserción de la historia. No pasa a todos por igual; desde la
perspectiva de algunos se atribuye una intencionalidad ideológica en la enseñanza
de los historiantes:
“Las historias nacen de los cristianos en su lucha contra los moros, ellos tenían sus
propios dioses como Mahoma, así que la historia la trajeron los frailes y los
españoles” (Vasquez, 2016)
Como se nota, existe la certeza que detrás de la historia hay un afán de influir en el
pensamiento de los pueblos originarios y, además, de mostrar que el Dios cristiano
es más poderoso que los “otros dioses” de los musulmanes.
“Asimismo ha notado, que unos bailes que usan los indios en sus fiestas y
llaman historias de moros, se atreven con notable desacato a danzarlos
dentro de las propias iglesias, a que concurra mucho número de gente de
ambos sexos y de todas las edades y que lo más que ha conseguido es, que
salen a hacer dichas danzas en el cementerio…” (Cortez y Larraz, 2000)
Cortez y Larraz español como es, parece desconocer la danza o “baile” como lo
llama, de los historiantes, o en su descripción, “historias de moros”, a los que
considera en cierta forma irreverentes. La región de nacimiento del cura, Zaragoza,
es alejada de la zona con mayor incidencia de los historiantes en España como
indicado por Santelman (2002), lo que podría explicar el hecho de que él asume
una postura de no saber sobre la historia.
“Así para que dejaran de creer (en sus propias historias), la religión católica pensó
y enseñó los historiantes” (Vasquez, 2016)
También existen hoy día conflictos en los que los dominantes se encargan de borrar
los elementos culturales identitarios de los vencidos, como en el caso de Sarajevo
y la destrucción de la biblioteca por parte de los serbios en 1992.
Las historias que se abordan integran temáticas distintas, aunque todas vinculadas
a batallas y santos, religión y milicia se juntan en estas historias, tal y como también
se juntaron estas dos categorías durante el proceso de conquista y colonización.
Algunos de los nombres que recién las historias son El Rey y San Bartolomé, La
Batalla, el rey Carlos Magno, El rey Carlos V, Los doce pares de Francia, Los
Corintios, Taborlan, Santa Marta, El renegado del cielo, Fernando II, Ganzul y el
cerco de Zamora, el gran Taborlan de Persia, El Duque de Medina, David y Goliat,
Los diablos con San Bartolomé, el famoso Rey de Toledo y otros más. Muchas
personas no conocen las historias, Los historiantes son comprendidos mayormente
como una danza y no como un teatro como originalmente parece haber sido
compuesto.
Los grupos tampoco son muy sistematizadores y todo apunta a que prontamente la
danza teatro será solamente una danza y posiblemente ni eso, quizá la tendencia
que se evidencia hoy, a seguir en declinación surta el efecto del desaparecimiento.
“Aquí introdujeron la historia y la danza lo hacen para que sea más gracioso, la
historia en el original dura dos horas, ahora el equipo (grupo) solo lo hacen con
duración de media hora, solo los pasecitos así, ni hablan” (Moisés, 2016)
En algunos pueblos como Izalco, por ejemplo, hay una tradición importante de Los
historiantes, probablemente los trajes más vistosos y el grupo más grande se
encuentre en este municipio.
“los historiantes es un baile cristiano, siempre va junto con la fiesta del patrono”
(Martínez, 2016)
Habrá otros casos en los que no hay conocimiento del origen de la fiesta misma,
“La mayoría de la gente piensa que es de los pueblos originarios, se desconoce lo
que es la tradición, y solo quieren ver el baile, los movimientos les gustan más que
todo”. (Vasquez, 2016)
Se usa pito (carrizo de caña) y tambor (teponahuaste en los más antiguos) como
elementos sincréticos, que emulan a los pitos y tambores usados originalmente en
la zona mediterránea de España, siendo pues que un buen grupo de españoles
colonizadores provinieron de esa región, que es además donde con mayor fuerza
se impulsan las fiestas de moros y cristianos en Europa.
Sin embargo, este pito y tambor son locales, ambos son más indígenas mientras
que:
“la historia es del ladino, pero la música es del indio, la historia se hizo para que
dejaran de creer, es la religión que hace la historia y los pueblos, los naturales los
que hacen la música” (Vasquez, 2016)
Julio Martínez
incidir tanto en lo ideológico cultural que el amor por las tradiciones es visto más
bien como un antivalor, jóvenes originarios no desean ser vistos como “indios” en
la medida que el concepto fue acuñado durante los años de la colonización con
carácter de sometimiento y con mayor fuerza durante los gobiernos liberales del
siglo XIX como un adjetivo despectivo.
El “indio” pasó a ser una categoría de persona que era borracho, haragán y
malhablado como un estereotipo. “Yo no soy indio” también quiere decir, “yo no
quiero ser indio, quiero ser moderno”, ahí el alejamiento y el renegar de la propia
condición.
Los habitantes de los pueblos donde en la actualidad existen Historiantes son
aficionados al teatro, a la fiesta, sin embargo:
“la gente quiere que siga la danza, pero no colaboran” (Moisés, 2016)
No parece existir muchísimo interés en conocer más acerca de la danza, y siendo
que los sentimientos de los pobladores urbanizados de los pequeños pueblos es que
se sienten mayormente ladinizados, no han interiorizado la danza como un
elemento que le permite autodefinirse y generarse una identidad, esa identidad es
para el “natural”, para el indígena.
En general, pocos tienen una clara consciencia acerca del simbolismo de la danza:
“La mayoría de la gente piensa que es de los pueblos originarios, se desconoce lo
que es la tradición. Fuera de acá del pueblo, la gente solo quiere ver el baile,
no están interesados en las historias” (Vasquez, 2016)
Auto percepción
Los historiantes forman parte de una tradición que tiene un doble sentido:
Sin embargo, a pesar de que son los pueblos indígenas los que participan en la
organización de los historiantes, las organizaciones de pueblos indígenas no
expresan afinidad por los historiantes, esto obedece a una cuestión ideológica,
política y fundamentada en las antiguas relaciones conquistador – conquistado, y
las subsiguientes formas de relación en la colonia entre el indígena y el español.
Distribución de los historiantes en el país
Claramente los historiantes se desarrollan en poblados en donde existe una
celebración o fiesta patronal, siguiendo el esquema español.
San Pedro Nonualco 1 al 6 de febrero / 25 al 29 de junio Dulce Nombre de Jesús /San Pedro
Apostol
Santiago Nonualco 16 de julio, Santiago Apostol/ Santiago Apostol
22 al 25 de julio
Mu nicipios del departamento de U sulután
NO HAY
NO HAY
Todos los pueblos y municipios donde se celebran los historiantes reflejan una
historia de población indígena, pero no en todos los pueblos indígenas existen
historiantes, de hecho, viéndolo desde una forma positivista, los historiantes solo
abarcan el 11.8% de los municipios.
• La segunda hipótesis es que los curas enseñaron las historias a los indígenas
para que formaran los grupos de danzantes y digirieran que el cristianismo
es todopoderoso, tanto como para vencer a los musulmanes.
Como sabemos, en ciertos casos los grupos de historiantes han adaptado esas
historias con personajes locales y en otros han modificado la historia de tal forma
que los moros de la historia han sido asumidos por los indígenas y que inclusos en
una revancha histriónica y no histórica, son los españoles los vencidos y no los
vencedores.
Todos los pueblos anotados han tenido o tienen una prevalencia de población de
origen indígena o indígena en la actualidad, lo que reconfirma la existencia de
historiantes en sociedades locales indígenas, exceptuando San Salvador y San
Martín, donde la existencia actual recae en el trabajo de personajes particulares
interesados en la cultura.
Una primera impresión del mapa es que existe una concentración en:
• Los municipios de la sierra Apaneca - Ilamatepec
• Los municipios cercanos a la que cordillera del Bálsamo.
• Los municipios cercanos a la sierra central
También es destacable que varios de estos pueblos juntan sus nombres originarios
con los nombres de los santos a los que se advocaron, un mecanismo sincrético
para la reducción de la resistencia indígena.
Por ello es que en Santo Domingo de Guzmán se ha mencionado una crítica velada
a la aparición, desarrollo y fortalecimiento de los grupos evangélicos protestantes
que cooptan a cristianos católicos, incluyendo a algunos de ellos que son miembros
activos de los grupos de historiantes.
Conclusiones:
• La fiesta de Moros y cristianos se celebra en diferentes partes del mundo en
donde los españoles ejercieron influencia imperial.
REVISTA DE MUSEOLOGÍA KÓOT, 2017 AÑO 7, n.º 8, ISSN 2078-0664, ISSNE 2378-0664
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