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Escenario #7 Introducción a la

Epistemología de las Ciencia Sociales

Alumna: Leicy Alejandra Sandoval Sánchez.


Docente: Rafael Hernández Castellanos
Instituto Universitario Politécnico Gran
Colombiano.
Ciencias naturales y ciencias sociales

Las ciencias naturales son el conjunto de disciplinas científicas que se encargan de


estudiar la naturaleza y los fenómenos naturales. Su finalidad es la de explicar y descubrir
las leyes que rigen el mundo natural, y predecir su comportamiento.

Las ciencias sociales son el conjunto de disciplinas científicas que tienen como objeto de
estudio el ser humano, la sociedad y sus instituciones. Su intención es la de explicar y
comprender cómo funciona el mundo social.

Ambas utilizan el método científico y lo que se proponen es ampliar el conocimiento sobre


la realidad.

Qué son las ciencias naturales?

Las ciencias naturales son un conjunto de disciplinas científicas que tienen como objeto de
estudio los fenómenos naturales y el mundo natural. Utilizan una metodología que
envuelve el uso de la observación y la experimentación.

Su finalidad es la de aumentar el conocimiento sobre el mundo natural, así como explicar


y predecir sus fenómenos.

Pretenden desarrollar teorías y descubrir las leyes de la naturaleza. Por ello, excluyen toda
explicación que no esté basada en hechos observables, empíricos, medibles y con
capacidad de ser puestos a prueba.

La falsabilidad o refutabilidad de las teorías en ciencias naturales es muy importante: las


teorías no son consideradas como verdaderas de forma dogmática, sino que estas deben
ser puestas a prueba constantemente para que la ciencia continúe desarrollándose.

Poseen rigurosidad científica e intentan reducir la ambigüedad, simplificando el fenómeno


estudiado. Es por esto que, en su práctica, se deja por fuera todo aquello que no tiene
impacto directo en la investigación. Esto permite aislar mejor aquello que se investiga.

Por otro lado, mantienen una posición determinista sobre el conocimiento del mundo,


con un interés en el descubrimiento de las relaciones causa-efecto en la naturaleza, y
buscan los patrones que definen el comportamiento de los objetos y elementos naturales,
para poder explicar la realidad.

Características de las ciencias naturales


 Deterministas: existe un interés en las explicaciones causa-efecto.
 Mayor uso de la experimentación y modelos matemáticos de las ciencias formales.
 La naturaleza y los fenómenos naturales no son ambiguos y su estudio puede ser
simplificado.
 Predomina el método cuantitativo.
 Neutralidad: las creencias u opiniones de quien investiga tienen poca o nula
influencia en el proceso y los resultados de la investigación científica.
 Reproductibilidad y confiabilidad del proceso de investigación y sus resultados.
 La comprobación y refutación son posible a través de la experimentación.
 Pretenden descubrir leyes, teorías y principios generales del mundo natural.

Objeto de estudio de las ciencias naturales

El mundo natural y sus fenómenos constituyen el objeto de estudio de las ciencias


naturales. Su intención es la de formular leyes y teorías que sean capaces de predecir lo
que va a acontecer.

El método utilizado da prioridad a la experimentación y está basado en un principio


hipotético-deductivo. Es decir, se parte de un problema, se observan los hechos, se
establece una hipótesis y luego se pone a prueba la hipótesis a través de la
experimentación.

Gracias a las particularidades de su objeto de estudio, en las ciencias naturales es más


sencillo determinar y aislar el conjunto de variables en estudio que en las ciencias sociales.

Predictibilidad y fiabilidad en las ciencias naturales

Puesto que las ciencias naturales intentan descubrir y establecer leyes, teorías y
principios, el comportamiento de los fenómenos naturales debe ser predecible. Se pone a
prueba aquello que ha sido descubierto o las teorías que se han alcanzado, con aquello
que se observa u observará en el mundo real.

Para la ciencia es importante saber cómo se comportará el mundo natural, siempre que se
presenten las mismas condiciones físicas y metodológicas de investigación.

Cuando se reproducen experimentos que ponen a prueba una teoría, y estos acumulan
resultados positivos que confirman la validez de la misma, se da un aumento en la
fiabilidad de su capacidad predictiva.
Principales ramas de las ciencias naturales

Las ciencias naturales se dividen en grandes grupos que, a su vez, se subdividen en otras
áreas de conocimiento. Aunque sus objetos de estudio difieren entre sí, existe un alto
grado de interacción entre sus distintas disciplinas.

 Astronomía: estudia los objetos celestes (astros, planetas, etc.), que tienen su
origen fuera de la atmósfera terrestre.
 Química: estudia la composición y características de las sustancias y sus
interacciones.
 Física: estudia a la materia, la energía, sus fuerzas, movimientos e interacciones.
 Biología: considerada la “ciencia de la vida”, se encarga de estudiar el origen,
función y evolución de los seres vivos.
 Geología: se encarga del estudio de las características físicas de la Tierra.

Limitaciones de las ciencias naturales

El propio desarrollo tecnológico puede ser una barrera para analizar fenómenos naturales.
Por ejemplo, sin herramientas de observación como el telescopio o el microscopio, los
científicos no podrían realizar mediciones precisas de su objeto de estudio en astronomía
y microbiología, respectivamente.

Las ciencias naturales comparten con las ciencias sociales limitaciones éticas en cuanto a
la experimentación. Experimentar con humanos y otros seres vivos levanta debates éticos
dentro de la comunidad científica y en los ámbitos público y político, debido a sus
potenciales implicaciones.

A nivel burocrático y de toma de decisiones, muchas veces la investigación puede verse


limitada por grupos con intereses particulares.

Conozca también la Diferencia entre ciencia y tecnología.

¿Qué son las ciencias sociales?

Las ciencias sociales son un conjunto de disciplinas que tienen como objeto de
estudio el ser humano, su comportamiento, interacciones, creaciones y la sociedad.

Su intención es la de explicar y comprender cómo funciona el mundo social. Para esto, las


ciencias sociales se valen de diferentes aproximaciones metodológicas, cuantitativas y
cualitativas, para recolectar y analizar datos. Aun si su capacidad predictiva es limitada,
pueden establecer parámetros que aumentan la probabilidad de predecir ciertos
fenómenos sociales.
Para los científicos sociales es muy difícil realizar experimentos en un ambiente que
permita evaluar, controlar y medir todas las variables posibles. Por esto, una de sus
grandes limitaciones es la dificultad de descubrir y establecer leyes y teorías generales.

Características de las ciencias sociales

 Su objeto y sujeto de estudio son el ser humano, la sociedad y sus creaciones.


 Es común que el análisis se centre en casos particulares, dentro de contextos
específicos.
 La neutralidad no siempre es posible.
 Dificultad para experimentar y poner a prueba los resultados de una investigación.
 Poca capacidad de predicción (lo que conlleva problemas de fiabilidad).
 Dificultad para producir generalizaciones y para proponer leyes y teorías.
 Mayor debate dentro de la comunidad (es habitual que existan interpretaciones
diferentes sobre los mismos fenómenos).
 Uso de métodos cuantitativos, cualitativos y mixtos.
 Sus variables son atributos y se obtienen mediante la observación, encuestas,
cuestionarios y análisis de diferentes medios, entre otros.

Objeto de estudio de las ciencias sociales

Las ciencias sociales estudian el ser humano, sus creaciones e interacciones. Su finalidad
está ligada a la comprensión del mundo social humano.

Así como en las ciencias naturales, las ciencias sociales se distancian de explicaciones
sobre la realidad que impliquen presupuestos metafísicos o místicos, prefiriendo basarse
en hechos observables.

Además, es importante reconocer cualquier juicio de valor, opinión personal y prejuicio en


el trabajo de investigación. Esto se debe a que el quehacer de las ciencias sociales
envuelve la subjetividad de quien investiga y del mundo investigado.

Métodos cuantitativo y cualitativo en las ciencias sociales

Las ciencias sociales utilizan tanto el método cuantitativo como el cualitativo, o ambos en
conjunto (método mixto), en el trabajo de investigación.

El enfoque cualitativo se centra en comprender y explicar la realidad social a partir de los


datos recolectados y su análisis. Se interesa por contextos específicos, generalmente
acontecimientos que tienen sus propias particularidades y cuya explicación no aplica a
otros contextos sociales.
Este enfoque puede resultar mejor para realizar trabajos de investigación en temas en los
cuales no hay investigaciones previas.

Entrevistas, observación sin interferencia, análisis de documentos históricos y


bibliográficos y de otros medios (fotografías, video, grabaciones de sonido), son algunas
de las técnicas utilizadas en este método.

El enfoque cuantitativo se centra en analizar los resultados de mediciones realizadas con


instrumentos que reduzcan la posibilidad de error o invalidez de los datos, así como de
generalizar descubrimientos.

Este método sigue el parámetro de acción de las ciencias naturales y tiene como fin hacer
descubrimientos para ampliar el campo de conocimiento.

Es recomendable cuando existe un cuerpo previo de estudios, teorías y trabajos ya


realizados en el área a investigar.

Estudios cruzados, encuestas cerradas y de opinión, cuestionarios, entrevistas


estructuradas y experimentos son algunos ejemplos de las técnicas utilizadas en este
método.

Paradigmas de las ciencias sociales

Las ciencias sociales tienen diferentes paradigmas desde los cuales se realizan los trabajos
de investigación, como el positivismo, el interpretativismo y la ciencia social crítica.

POSITIVISMO

Uno de los grandes paradigmas de las ciencias sociales es el positivista. Esta perspectiva
de investigación sigue la línea metodológica de las ciencias naturales, por lo que considera
que la rigurosidad metodológica y la búsqueda de validez son claves para llegar al
conocimiento.

Se originó con Augusto Comte (1798-1857) en el siglo XIX. Según el positivismo, el mundo
humano es reductible a la razón y sus acciones son observables, medibles y pueden
predecirse.

En él, se prefiere un acercamiento cuantitativo, lógico y deductivo, además de la


contrastación de hipótesis, siempre que sea posible. Su finalidad es la de explicar la
realidad social, causas-consecuencias de los acontecimientos, y la de descubrir sus leyes.
INTERPRETATIVISMO

En contraposición al positivismo, se encuentra el interpretativismo, el cual se originó en


gran medida de la mano del sociólogo Max Weber (1864-1920) a finales del siglo XIX.

Según este paradigma, la subjetividad, tanto de quien investiga como de los actos sociales
y los individuos, hace imposible que la realidad humana pueda generalizarse, contrario a
lo que acontece en las ciencias naturales. Lo importante es explicar y comprender las
acciones humanas en sus diferentes contextos específicos.

Se prefiere el uso de la observación y de entrevistas a profundidad para conocer los


detalles de los sujetos específicos de estudio, además del cómo estos le dan significación a
su propia experiencia.

CIENCIA SOCIAL CRÍTICA

La ciencia social crítica se opone al positivismo por abandonar el humanismo e ignorar lo


subjetivo de las ciencias sociales, así como al interpretativismo, por enfocarse en un
espacio reducido de la realidad, sin proponer transformaciones sociales. Este enfoque
nació alrededor del pensamiento de la Escuela de Frankfurt en el siglo XX.

Según este paradigma, es posible observar la realidad, pero estas observaciones siempre
están influenciadas por la subjetividad de quien investiga. Además, considera que las
ciencias sociales deben resultar en cambios sociales que mejoren a la sociedad.

Problemas metodológicos de las ciencias sociales

La investigación en ciencias sociales se realiza alrededor de sujetos humanos, y esto puede


derivar en problemas éticos. El proceso, la experimentación (si fuese llevada a cabo), y los
resultados de una investigación pueden tener implicaciones importantes.

Además, el estudio en el campo social queda abierto a que sus resultados sean
interpretados de forma diferente por instituciones, investigadores y el público general.

Por otro lado, la dificultad de controlar las variables y condiciones de investigación, limitan
la reproductibilidad de la misma.

Es complicado establecer leyes y producir teorías científicas que sean válidas


universalmente. La mayor parte de los resultados en ciencias sociales se centran en
aspectos muy específicos y contextualizados de la realidad. Puede estimarse la
probabilidad de que algo suceda, pero es muy difícil evitar la incertidumbre.
La dificultad de refutar la validez de una teoría es algo que conlleva debates e
interpretaciones. Esto despierta la crítica sobre el nivel de cientificidad y generalización
del conocimiento producido en las ciencias sociales.

Principales disciplinas de las ciencias sociales

 Historia
 Ciencias políticas
 Lingüística
 Derecho
 Sociología
 Economía
 Geografía
 Antropología
 Arqueología
 Psicología

LA CIENCIA MODERNA Y EL ESTUDIO DEL UNIVERSO


Los orígenes de una Ciencia ahistórica A partir del Renacimiento, la ciencia comenzó a
adoptar una postura epistemológica ajena a la noción del tiempo, pero este proceso se
remonta a la Grecia clásica. De acuerdo con Stephen Toulmin, la Cosmología histórica
habría nacido con el filósofo Hecateo de Mileto, alrededor del 550 AC, cuyos seguidores
adoptaron, por primera vez, una actitud evolucionista ante el mundo: el mundo sería, para
ellos, una fase de un proceso creador continuo y que continúa. Diodoro de Sicilia, en el
año 50 AC, planteaba que el mundo de la naturaleza adquirió su forma actual como
resultado de una prolongada sucesión de cambios graduales, sin hacer referencias a actos
arbitrarios de mandato divino. Mientras tanto, Anaximandro llegó a una postura
cosmológica evolucionista cuya originalidad no sólo residiría en ser precursora del
darwinismo, sino en el hecho de que describiera la creación como un proceso gradual y
continuo, es decir, como un proceso histórico. Para todos los filósofos clásicos, la
expresión “el origen de la vida” significaba los procesos naturales (si los hay) por los cuales
los seres vivos llegaron a la existencia en sus especies actuales. En el siglo VI AC, cuando
existió la posibilidad de una alianza entre historia y filosofía natural “que podía haber
dejado una profunda huella en todo el pensamiento científico posterior”, los historiadores
y los científicos se separaron, y la influencia dominante sobre la filosofía natural griega
provendría, no de la historia, sino de la matemática. Ante esto, Toulmin cree que la razón
de esto habría sido la presión de los acontecimientos bélicos como la Guerra del
Peloponeso, que hubiera hecho concentrar a los historiadores en el presente más que en
el pasado: “Nosotros, en el siglo XX, podemos comprender y simpatizar con las razones de
los historiadores, pues la presión de grandes sucesos los convirtió en historiadores
contemporáneos.” Con este acontecimiento, se perdió el sentido del desarrollo evolutivo,
temporariamente despertado por los filósofos Anaximandro y Hecateo. De ahí se comenzó
a concebir que todos los cambios temporales observados por los sentidos son sólo
permutaciones y combinaciones de “principios eternos”, perdiéndose el sentido de lo
histórico, adquiriendo interés esto último sólo como confirmación de la realidad
imperecedera de las cosas. Así, los problemas concernientes al cambio histórico dejaron
de concernir a los problemas centrales de la filosofía, y los filósofos se ocuparon, en
cambio, de cuestiones de principios generales. Con excepción de los epicúreos, las
principales escuelas de filosofía, desde el siglo IV en adelante, continuaron considerando
el flujo temporal de los sucesos como algo irracional y engañoso. Así, para propósitos
filosóficos, se separó la creación del desarrollo posterior de la naturaleza, y el origen del
cosmos se convirtió en un tema de argumentación abstracta. Para Platón y sus seguidores,
el mundo de la naturaleza formaba un sistema ordenado, con un permanente carácter
matemático que gobernaría también el orden social y el moral. Por tanto, la creación del
cosmos habría sido el proceso por el cual se TOULMIN, Stephen y GOODFIELD, June, El
Descubrimiento del Tiempo, Editorial Paidós, Barcelona, 1990. Encarnaron materialmente
los principios matemáticos eternos. En polémica con Aristóteles, sostuvo que la Creación
era sólo un tipo de construcción intelectual destinada a explicar los fundamentos del
orden de la naturaleza, y no sus comienzos. Los principios del orden social eran, para
Platón, tan eternos e inmutables como los principios del orden natural, y la tarea del
estadista era reflexionar sobre los principios de la salud política, no tabular todas las
variedades posibles de aflicciones y enfermedades sociales. En la sociedad, como en la
naturaleza, existiría para él un conjunto permanente de leyes inmutables, por las cuales
debe guiarse en todo tiempo y lugar una ciudad sabiamente gobernada. Para Aristóteles,
era necesario comenzar con el orden existente de la naturaleza, y la discusión principal no
era cuándo, sino cómo y por qué había sido ordenado de tal modo. Diferenciándose
levemente de Platón, planteó que no había un “comienzo de todas las cosas”, y que el
orden natural es eterno e inmutable, sin un origen temporal en el pasado ni perspectiva
alguna de destrucción en el futuro. Los cambios experimentados en el cosmos
obedecerían a un comportamiento más bien cíclico: “Las cosas que nacen y mueren imitan
a las imperecederas.” A pesar de las exhortaciones de Aristóteles, los filósofos griegos
posteriores, como los epicúreos y estoicos, no renunciaron a las especulaciones acerca del
origen y la historia del cosmos. La escuela epicúrea manifestó un escepticismo radical,
considerando las supersticiones religiosas irracionales e innecesarias. Los estoicos, en
cambio, mantuvieron las viejas ideas religiosas, pero trataron de actualizarlas
“desmitologizándolas”, subordinando la teología se subordinaba a la cosmología; sin
embargo, terminaron elaborando una cosmología en la cual todas las cosas se hallarían
atrapadas en un ciclo común y todopoderoso de muerte y nuevo nacimiento. Estarían
todas destinados a actuar como lo hacen. Los epicúreos llevaron más adelante el proceso
de desmitologización, y elaboraron una cosmología naturalista de la cual fueron
totalmente excluidos los dioses. Lucrecio, uno de sus representantes, creía en una Edad
Dorada, una fase anterior y más beatífica de la historia, en la cual la naturaleza era más
productiva, los hombres más fuertes y la vida más fácil. Sin embargo, no llegó a concebir
que las especies orgánicas pudieran cambiar o evolucionar. De esta manera, la función de
la selección natural no sería cambiar las especies, sino simplemente eliminar los seres
monstruos y los achacosos, creados espontáneamente en el principio. En Platón,
hallamos lo que más se acerca a una cosmología de la “Gran Explosión”; en Aristóteles, el
esbozo de una teoría del “estado estable”; los estoicos, a su vez, fueron los precursores de
las doctrinas del “cosmos cíclico”; y los epicúreos concibieron el desarrollo del mundo más
bien como un proceso al azar y de un solo sentido. El resultado fue que durante dos mil
años se mantendría un esquema estático de interpretación de los comienzos de la historia
natural actual, incluso en los paradigmas de la selección natural. En la de Aristóteles, por
ejemplo, no tenía un carácter temporal y evolutivo: en su concepción de la vida natural,
sólo los individuos nacían y morían, mientras que las especies se mantendrían eterna. La
teoría moderna de la selección natural, que la concibe como un proceso en el cual la
adaptación y la espontaneidad colabora para modificar las especies orgánicas en cada
etapa, sólo podía ser posible sobre la base de la escala de tiempo mucho mayor de la
geología del siglo XIX, lo cual no ocurrió con los griegos, puesto que éstos se habían
encontrado confinados dentro de los límites de su propia época: estaban insertos dentro
de un mundo y de una realidad social bastante estable, cuya estructura básica —hasta
donde podían ver, había sido siempre lo que era en su época. Más tarde, en la era
medieval, sobre todo entre los siglos ocho y trece, los europeos occidentales se
encontrarían en el marco de una sociedad estamental cuyo puesto en la producción era
fijo y estable, basado preferentemente en la economía rural, donde las ocupaciones
laborales tenían una existencia permanente y les garantizaba la sobrevivencia a los
trabajadores, ya sean siervos, campesinos, jornaleros, artesanos precapitalistas, etc.; los
estamentos sociales tenían un carácter indiscutible para la conciencia social de la época.
La movilidad social ascendente era muy escasa, lo cual cambiaría con el surgimiento de la
burguesía en el siglo trece. La economía, antes estática y ligada a las propiedades
inmobiliarias, se empezó a asentar en los bienes mobiliarios, en la circulación de
mercancías hacia lejanos lugares del continente europeo, asiático, africano y americano, y
en el inicio de una ética individualista en contraste con la ética corporativista de los
artesanos medievales. Los cambios sociales y económicos mencionados pondrían en
cuestión la relativa seguridad y estabilidad de la sociedad medieval, así como el carácter
indiscutido de esta organización social. Esta situación, aun cuando condujera a una mayor
libertad individual que en la Edad Media, generó en los sujetos sentimientos de
desesperación, de soledad, de impotencia y de angustia, que prontamente los llevaría a
una nueva búsqueda de seguridad y de certidumbre, que el campo científico, se expresó
con René Descartes. Descartes valora positivamente varios aspectos de su educación
formal, pero también critica demoledoramente sus bases. Tiene una conciencia
cosmopolita, característica del individuo renacentista: cree que “es conveniente saber
algo sobre las costumbres de los diversos pueblos”, a lo largo del tiempo y también
viajando, es decir, en un sentido espacial y temporal, “para juzgar las del propio con mejor
acierto, y no creer que todo lo que sea contrario a nuestras modas es ridículo y contra la
razón, como suelen hacer los que nada han conocido”. En lo que se refiere a las
matemáticas, Descartes encuentra que tienen un fundamento sólido, pero “sin nada más
elevado”, “Nada diré sobre la filosofía”, dice Descartes, pero en pocas líneas más lanza
ácidas críticas: los filósofos no se ponen de acuerdo en materias importantes y hay
demasiada diversidad de opiniones, lo que lo lleva a pensar si acaso “estimaba como falso
todo lo que no era más que verosímil”. Llama la atención la apreciación de lo que debería
ser una auténtica filosofía para Descartes: “Considerando, además, cuán diversas
opiniones pueden darse a una misma materia, defendidas por gentes doctas, si bien sólo
una de ellas puede ser verdadera...” Y “las demás ciencias” no han “construido nada sólido
sobre cimientos tan poco firmes”, porque esas ciencias “toman sus principios de la
filosofía”.
Desde la antigua Grecia, pasando por el Renacimiento, y de forma predominante hasta comienzos
del siglo XX, las ciencias tanto naturales como sociales, y especialmente disciplinas como filosofía y
matemáticas, han sufrido un proceso de separación que las ha orientado a objetos de estudio y a
metodologías diferentes de observación y elaboración del conocimiento científico. Tal separación
se puede advertir, por ejemplo, con René Descartes, por el lado de las Ciencias Naturales. En el
siglo XVI, Descartes propuso el desarrollo de una ciencia en que el científico adoptara, como
observador, una posición no comprometida con los procesos sociales y políticos de su tiempo,
como una de las maneras de desligar la noción acerca del involucramiento del investigador en la
elaboración del conocimiento científico (a tal posición él lo llamó “moral provisoria”), puesto que
el investigador debía estudiar los fenómenos “claros y distintos”, que no podríamos atribuir a los
fenómenos abordados por las Ciencias Sociales, que trabajan más con la contingencia y los hechos
particulares frente a la búsqueda de leyes generales. En la misma época, por el lado de las Ciencias
Sociales, Nicolás Maquiavelo sentó las bases de una ciencia política pragmática, donde el objeto
de estudio (“lo político”) fuera separado de toda connotación ética, en contraposición a la
cosmovisión platónico-aristotélica. Platón concebía la actividad política íntimamente ligada a la
búsqueda del Bien, de la justicia y de la verdad, que son valores subjetivos, provenientes de la
mente humana y no de la realidad externa, objetiva. En la antigua Grecia, sin embargo, la verdad
estaba asociada al conocimiento, al igual que el conocimiento al Bien y la justicia: el Bien era una
cualidad que se podía enseñar y educar mediante un proceso de socialización formal, tal como lo
dejara claro en “La República”. A partir de entonces, la Ciencia asume la actitud de buscar leyes de
la naturaleza, generales y a históricas, que pudieran “explicar” todas las clases de fenómenos
humanos y físicos, independientes de las valoraciones impregnadas por el observador: se trataría
de una relación “sujeto a objeto”. Al mismo tiempo que el científico trataría de abordar el
conocimiento, se intentaría también encontrar también certeza: un conocimiento que estableciera
una verdad establecida como permanente acerca de los fenómenos estudiados; o, en términos
filosóficos, se privilegiaría el ser —la esencia, lo imperecedero, las propiedades o cualidades no
cambiantes del objeto, lo estático— sobre el devenir —lo evolutivo, el cambio, la transformación,
el movimiento. La separación entre Ciencias Naturales y Ciencias Sociales tendría que ver también
con la preferencia en el ser antes que en el devenir, puesto que las últimas son asociadas con el
estudio del comportamiento social e individual, vale decir, del de un conjunto de seres humanos
cuya mente sería cambiante y por tanto no posible de abordar científicamente. Y esto nos lleva a
uno de los clásicos criterios de demarcación entre ambos sectores de la Ciencia: mientras que las
primeras van en busca de leyes generales, los segundos se preocupan más por lo contingente y lo
singular, que es asociado con el sujeto y con las sociedades. Estas recurren a sujetos que realizan
valoraciones acerca de lo que viven, estudian o conocen, mientras que los fenómenos naturales
son incapaces de realizar valoraciones, aunque hasta el Renacimiento se le atribuyeran al Universo
fines, propósitos e intencionalidades de carácter divino. A pesar de que los cambios sociales del
Renacimiento se asociarían con la facilitación de la movilización social y la instauración de un
sistema económico que necesitaría crecer y transformarse continuamente, en el terreno científico
triunfaría el ser sobre el devenir. Se pondría énfasis en lo estático más que en la novedad y el
cambio en los fenómenos naturales.

Karl Popper: El racionalismo crítico El pensamiento epistemológico de Karl Popper está expuesto,
de manera principal, en su obra La lógica de la investigación científica, publicada en alemán en
l934 y de la cual hay varias ediciones en español. Otros libros importantes del autor son Conjeturas
y refutaciones, de l962, y El conocimiento objetivo, de l972. Desde el punto de vista filosófico,
Popper queda ubicado tanto en el empirismo como en el realismo, en cuanto afirma la existencia
de un mundo objetivo externo a la conciencia (específicamente, en el realismo científico) y en el
racionalismo, si bien algunos tratadistas lo relacionan con el positivismo lógico. En su crítica a la
posición contraria, el subjetivismo, doctrina que afirma que nada existe si no pensamos en algo,
Popper da varios argumentos a favor del realismo, uno de los cuales puede expresarse así: Toda
persona puede constatar que su vida está dirigida a actuar sobre la realidad exterior, ya sea en el
contexto de la vida cotidiana o en la actividad científica; siempre se dirige a algo que se considera
externo al individuo. Por otro lado el problema de la verdad y de la falsedad de nuestras opiniones
y teorías no tendría ningún sentido si no hubiese una realidad externa. LA EXPLICACIÓN EN LAS
CIENCIAS SOCIALES El concepto de teoría Para Popper, las ciencias empíricas son sistemas de
teorías; las teorías, a su vez, son enunciados universales (que comprenden todos los casos a los
cuales hacen referencia. G.B.). Pero estos enunciados son solo conjeturas que hace el científico
sobre la realidad. Nunca podemos tener la certeza que nuestra teoría sea verdadera. Siempre cabe
la posibilidad de que tal teoría sea falsa. Al respecto, dice el autor: Nuestras teorías son
invenciones y pueden ser suposiciones defectuosamente fundadas, conjeturas audaces, hipótesis.
Con ellas creamos un mundo: no el mundo real, sino nuestras propias redes con las cuales
intentamos atrapar el mundo real. Esas redes pretenden racionalizar el mundo, explicarlo y
dominarlo. Y tratamos que la malla sea cada vez más fina. (La lógica de la investigación científica.
1973, pp. 57) Como mallas que son las teorías, sus intersticios dejan escapar muchos fenómenos y
características del mundo que estudiamos. Al estrechar el tejido de la malla, al hacerla más fina,
somos capaces de captar más fenómenos y más detalles, informaciones, de ellos. Para eso, las
teorías están en cambio continuo. Las teorías, para Popper, son sistemas deductivos, es decir,
conjuntos que relacionan diversas proposiciones de tal modo que las proposiciones de orden
inferior se derivan lógicamente de las de orden superior. Cuando una proposición específica que
se refiere a un fenómeno por explicar se deduce lógicamente de otras generales que constituyen
una teoría, se dice que esa proposición (el fenómeno) ha sido explicada por la teoría. Como se ha
insistido en páginas anteriores, para Popper todas las teorías son meras hipótesis; todas pueden
ser rechazadas en un cierto momento, al ser contrastadas con la realidad. Esta afirmación no
quiere decir, sin embargo, que haya que abandonar la búsqueda de la verdad. En el hecho, dice
Popper, la verdad es una idea reguladora que guía nuestras investigaciones. En tal proceso se
procede a la contrastación de las teorías para encontrar la verdad y eliminar la falsedad. Que no
podamos dar razones suficientes de nuestras conjeturas no significa que con algunas de ellas no
nos hayamos acercado a la realidad. O sea, algunas de nuestras hipótesis pueden ser verdaderas
aunque nunca podamos saberlo con certeza. Como dice el autor: Somos buscadores de la verdad,
pero no sus poseedores. LA EXPLICACIÓN EN LAS CIENCIAS SOCIALES Las ciencias sociales En el
campo de las ciencias sociales, Popper se propuso, como finalidad principal, refutar el
historicismo, como método para predecir el desarrollo de la sociedad (como lo hace, por ejemplo,
el marxismo). Su propuesta se encuentra en la obra Miseria del historicismo en la cual, después de
refutar que las ciencias sociales puedan formular profecías históricas de largo alcance, Popper
propone volver al método científico deductivo, con las características especiales que ya fueron
señaladas, más la tarea de proponer soluciones a problemas concretos (como la pobreza, el
analfabetismo, el de la opresión política, etc.). Sugiere, en esa línea, una metodología que permita
el desarrollo de una ciencia social tecnológica como lo dice en la siguiente cita: En oposición a la
metodología historicista, podríamos concebir una metodología cuyo fin fuera una ciencia social
tecnológica. Una metodología de esta clase conduciría a un estudio de las leyes generales de la
vida social cuyo fin sería el de descubrir todos aquellos hechos que debería tomar en cuenta el que
quisiera reformar las instituciones sociales Miseria del historicismo. Madrid: Alianza Taurus, pp.
60). La aplicación de la teoría tecnológica constituye, para Popper, una actividad de ingeniería
social, opuesta a la pretendida ingeniería holística de la posición historicista. Esa ingeniería social
la desempeñaría el ingeniero social fragmentario, cuya principal función sería la de proyectar
instituciones sociales y reconstituir y manejar las ya existentes. Toda la acción de tal ingeniero
debería estar basada en el método del ensayo mediante la proposición de una hipótesis y del
error, sometida a la prueba de la contrastación empírica, es decir, en el método científico que es el
único para estudiar fenómenos naturales o sociales, sin perjuicio de reconocer diferencias en su
aplicación. Pero, en el fondo, tal método permite ofrecer explicaciones deductivas de la estructura
y cambio de la sociedad.

Conclusión
 La epistemología es una rama de la filosofía que es la encargada de realizar el estudio
del origen y la forma en que se le da validez al conocimiento de las ciencias, debido a ello
también se le llama teoría del conocimiento científico.

La epistemología se basa en la respuesta a tres preguntas fundamentales sobre el


conocimiento que se tiene:

 ¿Cómo se adquirió y qué razonamiento se utilizó para ello?


 ¿Por qué se cree?
 ¿Cómo es posible comprobar que lo que se aprendió es verdad?

La epistemología se divide en distintas ramas.

Ejemplos de las ramas de la epistemología:


 Ética de la ciencia.
 Lógica de la ciencia.
 Ontología de la ciencia.
 Semántica de la ciencia.
 Teoría del conocimiento científico.

 Ejemplos de clases de epistemología:


 De la biología.
 De las ciencias sociales.
 De la filosofía.
 De la física.
 De la lógica.
 De la matemática.
 De la psicología.
 De la química.
 De la tecnología.
 Ejemplo de epistemología física:
 "La primera ley de Newton dice que un cuerpo mantiene su estado de reposo o de
movimiento rectilíneo uniforme, mientras no haya una fuerza que lo cambie de
estado.
 Esto se puede comprobar si se deja un objeto sobre una mesa, mientras no exista
una fuerza que lo mueva ese objeto permanecerá ahí;  si ponemos un cuerpo en
movimiento sobre una superficie que no tenga fricción, el cuerpo se va a mover en
línea recta mientras no exista algo que lo frene o lo haga cambiar de dirección"

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