Erasmo y El Textus Receptus
Erasmo y El Textus Receptus
Erasmo y El Textus Receptus
En el siglo XVI, la figura central en la historia de la coma joánica fue el humanista Erasmo
de Róterdam (1466-1536), aunque este texto ya había sido cuestionado anteriormente por el
humanista italiano Lorenzo Valla. Erasmo estuvo trabajando durante años en el proyecto de
compilar los textos griegos y latinos del Nuevo Testamento. En 1512, comenzó su trabajo
para la compilación del Nuevo Testamento en latín. Recogió todos los manuscritos de la
Vulgata que pudo encontrar para crear una edición crítica.3
En 1516, fue publicada una segunda edición que contenía la compilación del Nuevo
Testamento en latín y en griego. Esta segunda edición, terminó por convertirse en una
importante fuente para la traducción de la Biblia al alemán, efectuada por Martín Lutero.
López de Zúñiga reprochó a Erasmo que en su texto faltaba una parte de 1 Juan 5 7-8,
ahora conocida como Coma Juanina, y Erasmo respondió que no la había encontrado en
ningún manuscrito griego. Erasmus prometió insertarla en ediciones posteriores con la
condición de que se encontrase un solo manuscrito griego con esa frase. La tercera edición,
de 1522 incluyó la Coma Juanina, ya que fue encontrada en un manuscrito elaborado
tardíamente, de comienzos del siglo XVI o finales del XV, la Minúscula Gregory 61
(Codex Britannicus o Codex Montfortianus), aunque Erasmo expresó sus dudas sobre su
autenticidad en sus «Anotaciones».456
Evidencia interna
Las diferentes corrientes teológicas cristianas están de acuerdo en que uno de los mensajes
principales del capítulo 5 de la Primera Epístola de Juan, es que Jesús es el Cristo, el Hijo
de Dios.
Así, inmerso dentro de ese contexto, lo que transmite 1 Juan 5:7-8, es que los creyentes
tienen un testimonio triple de que Jesús es el Hijo de Dios, y ese testimonio ha sido dado
(1) por el Espíritu Santo (2) por el testimonio que fue dado en el bautismo de Cristo (o
testimonio del agua) y (3) por el testimonio que fue dado cuando Jesús derramó su sangre
en la cruz (o testimonio de la sangre).
De la victoria por la fe en el Hijo de Dios, pasa Juan ahora a describir las credenciales que
nos atestiguan la verdad sobre la persona y la obra de Jesucristo. Tenemos en los
versículos: 1) Lo testificado (v. 6a); 2) Los testificantes (vv. 6b-8); 3) La garantía del
testimonio (vv. 9, 10); y 4) La consecuencia de la aceptación del testimonio (vv. 11, 12). La
primera parte del versículo 6, donde se halla el contenido de lo que Juan testifica, no se
puede entender si no se recuerda la enseñanza de los gnósticos sobre la persona y la obra de
Cristo. Según ellos, el Cristo celestial vino sobre el Hombre-Jesús después de ser este
bautizado en el Jordán, y le abandonó antes de que padeciera la muerte en la Cruz. A esto
resonde Juan: (A) "Este es el que vino a través de agua y sangre, Jesucristo" (lit.) Es decir,
Jesús era ya el Cristo antes de ser bautizado, pues el Cristo vino a través de agua, siguió
siendo el Cristo cuando murió en la Cruz, pues pasó a través de sangre. (B) Insiste en la
segunda frase del mismo versículo 6, en que no solo (vino) en el agua (del bautismo), sino
en el agua (del bautismo) y en la sangre (de la Cruz). Viene a decir en estas frases que el
Cristo (¡El Mesías!) se hallaba ya en el agua del Jordán, cuando Jesús estaba siendo
bautizado, y en la sangre de su sacrificio, cuando fue crucificado.