PLAN LECTOR Las Moscas

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MINCA

INSTITUTO COMUNITARIO
SER - SABER - HACER
Estudiante: ____________________________________ Grado:Noveno Fecha: _______________

Área Asignatura Maestro (a) Periodo


HUMANIDADES Lengua Castellana Luzbelia Sánchez B 1
Actividad Taller
Tema Horacio Quiroga: Las moscas
Indicador de logro Aplicar los conceptos de la NARRACIÓN en la producción escrita.

LAS MOSCAS. HORACIO QUIROGA


1.Al rozar el monte, los hombres tumbaron el año anterior este árbol, cuyo tronco yace en toda su extensión aplastado contra
el suelo. Mientras sus compañeros han perdido gran parte de la corteza en el incendio del rozado, aquél conserva la suya
casi intacta. Apenas si a todo lo largo una franja carbonizada habla muy claro de la acción del fuego.
2.Esto era el invierno pasado. Han transcurrido cuatro meses. En medio del rozado perdido por la Título
sequía, el árbol tronchado yace siempre en un páramo de cenizas. Sentado contra el tronco, el
dorso apoyado en él, me hallo también inmóvil. En algún punto de la espalda tengo la columna Párrafo 1
vertebral rota. He caído allí mismo, después de tropezar sin suerte contra un raigón. Tal como he
caído, permanezco sentado -quebrado, mejor dicho- contra el árbol.
3.Desde hace un instante siento un zumbido fijo -el zumbido de la lesión medular- que lo inunda
todo, y en el que mi aliento parece defluirse. No puedo ya mover las manos, y apenas uno que otro
dedo alcanza a remover la ceniza.
4.Clarísima y capital, adquiero desde este instante mismo la certidumbre de que a ras del suelo mi
vida está aguardando la instantaneidad de unos segundos para extinguirse de una vez.
5.Esta es la verdad. Como ella, jamás se ha presentado a mi mente una más rotunda. Todas las Párrafo 2, 3 y 4
otras flotan, danzan en una como reverberación lejanísima de otro yo, en un pasado que tampoco
me pertenece. La única percepción de mi existir, pero flagrante como un gran golpe asestado en
silencio, es que de aquí a un instante voy a morir.
6. ¿Pero cuándo? ¿Qué segundos y qué instantes son éstos en que esta exasperada conciencia de
vivir todavía dejará paso a un sosegado cadáver?
7.Nadie se acerca en este rozado: ningún pique de monte lleva hasta él desde propiedad alguna.
Para el hombre allí sentado, como para el tronco que lo sostiene, las lluvias se sucederán mojando
corteza y ropa, y los soles secarán líquenes y cabellos, hasta que el monte rebrote y unifique Párrafo 5,6 y 7
árboles y potasa, huesos y cuero de calzado.
8. ¡Y nada, nada en la serenidad del ambiente que denuncie y grite tal acontecimiento! Antes bien, a
través de los troncos y negros gajos del rozado, desde aquí o allá, sea cual fuere el punto de
observación, cualquiera puede contemplar con perfecta nitidez al hombre cuya vida está a punto de
detenerse sobre la ceniza, atraída como un péndulo por ingente gravedad: tan pequeño es el lugar
que ocupa en el rozado y tan clara su situación: se muere.
9. Esta es la verdad. Mas para la oscura animalidad resistente, para el latir y el alentar amenazados
de muerte, ¿qué vale ella ante la bárbara inquietud del instante preciso en que este resistir de la
vida y esta tremenda tortura psicológica estallarán como un cohete, dejando por todo residuo un ex Párrafo 8 y 9
hombre con el rostro fijo para siempre adelante?
10. El zumbido aumenta cada vez más. Ciérnese ahora sobre mis ojos un velo de densa tiniebla en
que se destacan rombos verdes. Y en seguida veo la puerta amurallada de un zoco marroquí, por
una de cuyas hojas sale a escape una tropilla de potros blancos, mientras por la otra entra corriendo
una teoría de hombres decapitados.
11.Quiero cerrar los ojos, y no lo consigo ya. Veo ahora un cuartito de hospital, donde cuatro
médicos amigos se empeñan en convencerme de que no voy a morir. Yo los observo en silencio, y
ellos se echan a reír, pues siguen mi pensamiento. Párrafo 10
-Entonces -dice uno de aquéllos -no le queda más prueba de convicción que la jaulita de moscas.
Yo tengo una.
-¿Moscas?…
-Sí -responde-, moscas verdes de rastreo. Usted no ignora que las moscas verdes olfatean la
descomposición de la carne mucho antes de producirse la defunción del sujeto. Vivo aún el
paciente, ellas acuden, seguras de su presa. Vuelan sobre ella sin prisa mas sin perderla de vista,
pues ya han olido su muerte. Es el medio más eficaz de pronóstico que se conozca. Por eso yo
tengo algunas de olfato afinadísimo por la selección, que alquilo a precio módico. Donde ellas Párrafo 11
entran, presa segura. Puedo colocarlas en el corredor cuando usted quede solo, y abrir la puerta de
la jaulita que, dicho sea de paso, es un pequeño ataúd. A usted no le queda más tarea que atisbar
el ojo de la cerradura. Si una mosca entra y la oye usted zumbar, esté seguro de que las otras
hallarán también el camino hasta usted. Las alquilo a precio módico.
¿Hospital…? Súbitamente el cuartito blanqueado, el botiquín, los médicos y su risa se desvanecen
en un zumbido…
Y bruscamente, también, se hace en mí la revelación. ¡Las moscas!
12. Son ellas las que zumban. Desde que he caído han acudido sin demora. Amodorradas en el Párrafo 12
monte por el ámbito de fuego, las moscas han tenido, no sé cómo, conocimiento de una presa
segura en la vecindad. Han olido ya la próxima descomposición del hombre sentado, por caracteres
inapreciables para nosotros, tal vez en la exhalación a través de la carne de la médula espinal
cortada. Han acudido sin demora y revolotean sin prisa, midiendo con los ojos las proporciones del
nido que la suerte acaba de deparar a sus huevos.
El médico tenía razón. No puede ser su oficio más lucrativo.
13.Mas he aquí que esta ansia desesperada de resistir se aplaca y cede el paso a una beata
imponderabilidad. No me siento ya un punto fijo en la tierra, arraigado a ella por gravísima tortura.
Siento que fluye de mí como la vida misma, la ligereza del vaho ambiente, la luz del sol, la Párrafo 13
fecundidad de la hora. Libre del espacio y el tiempo, puedo ir aquí, allá, a este árbol, a aquella liana.
Puedo ver, lejanísimo ya, como un recuerdo de remoto existir, puedo todavía ver, al pie de un
tronco, un muñeco de ojos sin parpadeo, un espantapájaros de mirar vidrioso y piernas rígidas. Del
seno de esta expansión, que el sol dilata desmenuzando mi conciencia en un billón de partículas,
puedo alzarme y volar, volar…
Y vuelo, y me poso con mis compañeras sobre el tronco caído, a los rayos del sol que prestan su
fuego a nuestra obra de renovación vital.
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Actividades:
De acuerdo con la lectura del cuento anterior “Las Moscas” de Horacio Quiroga, realice las siguientes actividades de
comprensión de lectura.
1. Complete los cuadros. Cada cuadro corresponde a un número determinado de párrafos, elabore la imagen
correspondiente acompañada de expresiones del personaje y un breve texto, de manera tal que el cuento quede
representado en una historieta.
2. Complete el siguiente esquema para organizar el desarrollo del cuento. Escriba las acciones del cuento para cada
momento de la estructura.
Introducción Nudo Desenlace

3. El tipo de narrador que aparece representado en el cuento es protagonista. Explique en que consiste este narrador y
agregue una cita textual.
4. El cuento se desarrolla en una zona rural. Descríbala con los elementos de la naturaleza que allí habitan (plantas,
animales) y el hombre.
5. ¿Cómo termina el cuento? Describa el final absurdo del hombre.
6. Este final se parece a cuentos que hemos leído de este autor en clase como: A la deriva, El hombre muerto, qué
piensa ud. del absurdo de estas muertes. ¿Qué piensa del hombre que no puede hacer nada frente a la naturaleza
para salvar su vida?
7. Escriba otros hechos en los cuales la naturaleza se mostró superior a las fuerzas del hombre. Inserte imágenes en
un collage.
8. Exprese la idea que escribió en la respuesta del numeral 6 en un grafiti o una canción que muestre la relación entre
el poder de la naturaleza y el hombre.

“EL MURCIÉLAGO” (Eduardo Galeano)


Cuando era el tiempo muy niño todavía, no había en el mundo bicho más feo que el murciélago.
El murciélago subió al cielo en busca de Dios. Le dijo: Estoy harto de ser horroroso. Dame
plumas de colores. No. Le dijo: Dame plumas, por favor, que me muero de frío. A Dios no le
había sobrado ninguna pluma. Cada ave te dará una- decidió. Así obtuvo el murciélago la pluma
blanca de la paloma y la verde del papagayo. La tornasolada pluma del colibrí y la rosada del
flamenco, la roja del penacho del cardenal y la pluma azul de la espalda del Martín pescador, la
pluma de arcilla del ala de águila y la pluma del sol que arde en el pecho del tucán. El
murciélago, frondoso de colores y suavidades, paseaba entre la tierra y las nubes. Por donde iba,
quedaba alegre el aire y las aves mudas de admiración. Dicen los pueblos zapotecas que el arco
iris nació del eco de su vuelo. La vanidad le hinchó el pecho. Miraba con desdén y comentaba ofendiendo. Se reunieron las
aves. Juntas volaron hacia Dios. El murciélago se burla de nosotras - se quejaron -. Y además sentimos frío por las plumas
que nos faltan. Al día siguiente, cuando el murciélago agitó las alas en pleno vuelo, quedó súbitamente desnudo. Una lluvia
de plumas cayó sobre la tierra. Él anda buscándolas todavía. Ciego y feo, enemigo de la luz, vive escondido en las cuevas.
Sale a perseguir las plumas perdidas cuando ha caído la noche; y vuela muy veloz, sin detenerse nunca, porque le da
vergüenza que lo vean.

LOS MURCIÉLAGOS Tomado de National Geographic


Los murciélagos son los únicos mamíferos dotados de alas que son capaces de volar. Una de sus características más
conocidas es que tienen un sentido de la vista extremadamente limitado, por ello son capaces de orientarse y localizar
obstáculos y alimento mediante un desarrollado sistema ultrasonidos de alta frecuencia inaudibles para los seres humanos.

Son animales generalmente nocturnos que viven alrededor de 20 años y se alimentan de insectos y pequeños animales. Al
igual que las abejas y otros insectos cumplen con una importante función en la naturaleza: son animales polinizadores sin
los cuales muchas especies de plantas no tendrían como reproducirse. Además, también contribuyen a regular las
poblaciones de insectos.

Pese a que en imaginario colectivo el murciélago se asocia con un animal de pequeña envergadura existen murciélagos de
una gran variedad de tamaños. El más pequeño de ellos pesa alrededor de 1,5 gramos pudiendo el más grande de su
especie llegar a alcanzar los 1,2 kilos, y medir 1,5 metros de envergadura. Están presentes en todos los continentes,
excepto en la Antártida.

Actividades
1. El primer texto “El murciélago” de Eduardo Galeano corresponde a un mito. Explique teniendo en cuenta el concepto
de mito: es un relato tradicional que se refiere a unos acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres
sobrenaturales o extraordinarios, tales como dioses, semidioses, héroes, monstruos o personajes fantásticos, que
buscan dar una explicación a un hecho o un fenómeno.
2. Explique la idea subrayada en el mito de Eduardo Galeano “La vanidad le hinchó el pecho. Miraba con desdén y
comentaba ofendiendo.”
3. Describa las características de los murciélagos que se presentan en el segundo texto de la National Geographic.
4. Explique la idea subrayada en el segundo texto:” son animales polinizadores sin los cuales muchas especies de
plantas no tendrían como reproducirse.”
5. Escriba tres ideas que diferencien el texto mítico del científico.
6. ¿En la vida diaria ud. rige su comportamiento por los mitos o la ciencia?

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