Santa Agripina nació en el siglo III en Roma en una familia noble. Fue educada en la fe cristiana y se dedicó a propagar el evangelio entre los jóvenes, desafiando la persecución del emperador Valeriano. A pesar de las amenazas y torturas, Agripina se negó a renunciar a su fe. Finalmente, a los 15 años fue condenada a muerte y decapitada el 23 de junio, convirtiéndose en mártir de la iglesia.
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Santa Agripina nació en el siglo III en Roma en una familia noble. Fue educada en la fe cristiana y se dedicó a propagar el evangelio entre los jóvenes, desafiando la persecución del emperador Valeriano. A pesar de las amenazas y torturas, Agripina se negó a renunciar a su fe. Finalmente, a los 15 años fue condenada a muerte y decapitada el 23 de junio, convirtiéndose en mártir de la iglesia.
Santa Agripina nació en el siglo III en Roma en una familia noble. Fue educada en la fe cristiana y se dedicó a propagar el evangelio entre los jóvenes, desafiando la persecución del emperador Valeriano. A pesar de las amenazas y torturas, Agripina se negó a renunciar a su fe. Finalmente, a los 15 años fue condenada a muerte y decapitada el 23 de junio, convirtiéndose en mártir de la iglesia.
Santa Agripina nació en el siglo III en Roma en una familia noble. Fue educada en la fe cristiana y se dedicó a propagar el evangelio entre los jóvenes, desafiando la persecución del emperador Valeriano. A pesar de las amenazas y torturas, Agripina se negó a renunciar a su fe. Finalmente, a los 15 años fue condenada a muerte y decapitada el 23 de junio, convirtiéndose en mártir de la iglesia.
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Santa Agripina
Breve historia de su vida y obra
Les presentamos esta breve reseña de la Vida de nuestra Santa
Patrona traducida del libro “SANTA AGRIPINA Y SU CULTO EN MINEO” escrito por el canónico Giuseppe Gambuza. Dado el momento histórico en el que la vida de ella se desarrolla, es un relato de referencia.
Santa Agripina – Breve Historia 1
Así fueron los comienzos:
Durante el tercer siglo de nuestra era bajo el imperio de
Valeriano se supone que ocurrió la persecución y martirio de Santa Agripina, Virgen Romana. Agripina nace en la primera mitad del siglo III y probablemente en el año 243 ó 245, cuando imperaba Felipe Y con su hijo Felipe II Se deduce de la sagrada tradición que fue martirizada a la edad de quince años aproximadamente, en el año 258 ó 260. No se sabe a ciencia cierta quiénes fueron sus padres, pero si nos basamos en algunos historiadores locales podemos afirmar que perteneció a la familia de los Colonna, nobles de aquella época.
Esto esta confirmado a través de dos pequeñas
oleografías apareciendo en una de ellas la imagen de la Santa donde se lee claramente que es originaria de la familia Colonna, mientras que la otra presenta un árbol genealógico.
Fue educada por sus progenitores dentro de un
sentimiento de sacrificio y abnegación, basado en las virtudes cristianas muy en contraste con la Vida fácil y licenciosa de la época.
Agripina apenas había alcanzado la adolescencia,
cuando se notaba en ella algo indescriptible que le daba una gran fascinación y gracia. ¿Qué la atraía, absorbía y transformaba?. La belleza divina de Jesús había atraído el amor de las almas de la Iglesia y se había apoderado también de Agripina.
Santa Agripina – Breve Historia 2
Ella deseaba ardientemente dar a su Amado su alma y su cuerpo, la actividad de mente y del corazón, trabajo, y descanso, alegría y dolor, brindarse a El enteramente.
Agripina se considera orgullosa por ser hija de esta
Iglesia y propaga con fervor y generosidad el cristianismo, con firmeza y coraje anuncia la religión que abiertamente profesa.
En vano se le aconseja moderarse, en vano se le
recuerda la historia de tantas otras vírgenes que cayeran bajo la ira de los tiranos. Ella responde siempre como los apóstoles: “No podemos dejar de hablar…”. La causa de su martirio es su apostolado debido al cual es acusada de ser cristiana. Intrépida y ansiosa por dar su Vida por Cristo no negó nunca su fe aprovechando a fondo cada ocasión de desplegar su empuje apostólico.
Siempre donándose a los demás:
Dona toda su fortuna a los necesitados, dando un magnifico ejemplo de caridad. Nadie mas feliz que Agripina cuando lograba alejar de los ritos paganos a algunos de sus hermanos para acercarlos al Amor de Cristo.
En el año 253 asume el poder Valeriano ante el
beneplácito del pueblo que ve en el al hombre valeroso e intrépido que será capaz de defender las fronteras del ataque bárbaro. Durante cinco años se dio tranquilidad al pueblo incluso a los cristianos. Luego bajo la influencia del pérfido consejero, Macriano el egipcio, manchó su nombre con la, sangre de los cristianos, decretando la persecución por medio de dos edictos.
Santa Agripina – Breve Historia 3
Valeriano a diferencia de otros emperadores les permitía profesar secretamente su fe con la condición de que participaran en los cultos paganos oficiales.
En esta época aparece Agripina que como tantos
atletas de la FE combate y triunfa en la carrera de cristiana uniendo a la corona de In virginidad y del apostolado, la del martirio. Impulsada por el celo apostólico y la caridad surge como ejemplo de FE, especialmente para los jóvenes y con su palabra y su ejemplo los atrajo hacia Cristo.
Valeriano sabiendo que Agripina es cristiana y enterado
a su vez que ésta tenia una gran cantidad de adeptos entre la nobleza romana la llama a su presencia. Al verla queda prendado de su belleza y le dice: “No puedo creer que con tanta belleza y gracia lleves en tu cuello un crucifijo del Nazareno, no debes manchar la patria defendiendo la fe sobre aquellas personas que la han hecho grande y potente”.
Fiel a su amor a Cristo:
En aquellos momentos Agripina recuerda las palabras de Cristo: “Cuando sean llamados delante de reyes no piensen en la respuesta, yo mismo pondré en vuestras bocas tales palabras que ninguno de vuestros enemigos podrá contradecir”, entonces Agripina iluminada por Cristo responde a Valeriano “No altero la naturaleza conservándome virgen, no ofendo mi casa cuidando Ia fe cristiana y no injurio a la patria honrando a Cristo”.
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Estas palabras lo sorprenden sobremanera y tratando de dejar de lado la idea de seducirla le dice: “No entiendo como ante la perspectiva de una vida bella y gloriosa, cuando se tiene.15 años, un corazón en el pecho y sangre real en las venas se puede abandonar todo por una causa tan tonta”.
Entonces trata de deslumbraría pintándole una vida
terrenal fastuosa, ofreciéndole joyas, fiestas y regalos. Pero Valeriano no se imagina la firmeza de fe de esta joven que le responde: “Amo a Cristo y nada ni nadie podrá separarme de El”. El emperador al no poder encarcelarla, por ser noble, le aconseja no difundir públicamente su fe.
Pero ella lejos de obedecerle continua públicamente su
apostolado. Esto acrecienta el odio del prefecto Macriano y de los sacerdotes paganos. El alma y la salvación son su pasión y está decidida a seguir a su Amado hasta las últimas consecuencias incluso hasta la muerte. Nada la aterroriza, su coraje esta basado en la oración y la Eucaristía, esto constituye su alimento espiritual.
Siempre testimonio del amor:
Al enterarse el tirano de que Agripina no desiste de su
propósito de propagar su fe, la llama nuevamente a su presencia. A pesar de su fragilidad el martirio no la asusta. Luego de varios interrogatorios tratan que reniegue de su fe, pero ella responde: “Soy cristiana desde antes de mi nacimiento y he consagrado mi corazón a Cristo, jurándole Amor eterno".
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Valeriano sorprendido por la respuesta y la parsimonia de La joven le da a elegir dos caminos: abjurar de su fe o abstenerse a los vigores que las leyes imponían por transgredirlas.
Ante tal alternativa ella responde: “No es posible para
una joven cristiana adorar ídolos de piedra o metal y ofrecerles sacrificios”. Esta respuesta enfurece e irrita a Valeriano quien sintiéndose humillado la amenaza, diciéndole: "Si no fueras tan joven podría castigarte por lo tanto trata de no despertar mi ira”. Agripina continua: “No creas que por ser yo joven me importa tu favor. La fe no viene con los años sino con los sentimientos. Dios mide el ímpetu y no la edad. Yo no temo a aquello que me puedan hacer”. Absorto ante esto desata su ira declarándola rea por delito grave, rebelde y por lo tanto merecedora de la muerte.
A pesar de todas las amenazas del tirano, ella se
muestra muy segura y serena como si tuviera a su lado a Jesús. Valeriano viendo que todos sus esfuerzos eran en vano, ordena que sea procesada inmediatamente. El sistema judicial en esa época no era el encarcelamiento, sino que consistía en la deportación, los trabajos forzados o la muerte.
En el caso de los cristianos el encarcelamiento era
prolongado intencionalmente para inducirlos a retractarse. El proceso se iniciaba con un interrogatorio en publico, en el cual el magistrado ayudado por sus asistentes podía adoptar la tortura para ayudados a confesar. Para los cristianos esto
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resultaba superfluo porque ellos mismo proclamaban su creencia.
Luego se dictaba la sentencia a viva voz y si se trataba
de pena capital podía consistir en arrojar el culpable a las fieras, en la pena del fuego o de lo contrario en la decapitación. Después de la condena el cuerpo era entregado a sus deudos.
Agripina es entonces encarcelada hasta el momento del
proceso. Durante ese período es visitada por Gregorio, obispo de Agrigento quien le aconseja perseverar en la fe hasta llegado el momento del encuentro con su Amado.
Es conducida delante del magistrado con el propósito
de hacerla abdicar y es torturada de distintas maneras.
De tanto en tanto alzaba sus ojos al cielo, llenos de
lagrimas, pronunciando estas palabras: “A ti, oh Señor, encomiendo mi alma, en ti confío, no claudicaré". En esos momentos recuerda también las palabras de San Pablo: “Deseo desvincularme de este cuerpo para estar con Cristo". Mientras ella reza y llama a Dios, un ángel del Señor penetra en la cárcel derramando un bálsamo sobre ella y su cuerpo se hace más hermoso que antes y Agripina reenciende nueva alma y vigor para afrontar la última prueba.
El juez puesto en conocimiento de lo acontecido se irrita
más aun sosteniendo que se trata de poderes mágicos, entonces ordena que sea conducida a su presencia. Al verla firme en sus convicciones manda que sea sofocada bajo una
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gran piedra. Al ver que el martirio no la amedrenta desea que sea ejecutada a espada.
Agripina viendo próximo el momento de su muerte, con
un hilo de voz dice: “Oh Señor, te agradezco que lo que he creído, ya casi lo veo". Ella se siente cercana a la Gloria. El verdugo se acerca a la victima, y a pesar de estar acostumbrado a su oficio se conmueve al ejecutarla.
Es así que la fecha de su martirio es el 23 de Junio,
día que oficialmente es recordada por la Iglesia.
Por un tiempo permanece el cuerpo, en su ciudad natal,
donde es venerada por sus condiscípulos. Tres amigas de Agripina con su hermana Bassa toman el cuerpo y lo transportan secretamente a un destino elegido por Dios. De este traslado dan fe unas palabras inscriptas en un medallón gótico que dice: “Trasladada de Roma en el año del Señor 263”.
Comienza el viaje en un barco que se dirige a África. En
pleno viaje un fuerte viento hace girar la barca en dirección a la isla de Sicilia, donde Bassa decide descender y continua: a pie el resto del viaje. Llegando la noche se encuentran en un lugar llamado el Greco.
En ese lugar, un peregrino atraído por el canto de las
tres vírgenes se aproxima a ellas y es enterado del martirio de Agripina. Este hombre lleva la noticia al Obispo Gregorio. Pasan la noche: en la casa de un dominico del lugar.
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A la mañana siguiente el Obispo va al encuentro de las jóvenes, e interrogándolas personalmente queda convencido de que esos restos eran de Agripina con quien él había hablado antes del martirio.
Celebra el santo sacrificio sobre el cuerpo y administra
la Santa Eucaristía a las tres jóvenes. Bassa expresa su deseo de proseguir viaje pidiendo antes la bendición del Obispo.
Inseguras respecto al camino a seguir se encuentran
desorientadas pero de pronto una pequeña y blanca nubecilla las envuelve y las guía a un lugar llamado Drafone, hoy Lamia.
Enterada la población de ese lugar de todos los
milagros que ya se habían operado por intermedio de la Santa, se dirigen a recibirla. Una matrona del lugar, llamada Euprasia, inquieta por el estado de salud de una de sus hijas, al escuchar aquellas maravillas va al encuentro de Bassa quien sin conocerla la saluda y la llama por su nombre.
Es en la casa de Euprasia donde por voluntad divina
descansaran definitivamente los restos de Agripina.
Al anochecer emprenden el camino hacia la casa de la
matrona que estaba ubicada en la ciudad de Mineo, culminando asi el largo y milagroso viaje.
Según la tradición era el día miércoles 17 de marzo del
año 261 ó 263. No obstante, como se dijo anteriormente se consagra el 23 de junio en memoria de la Santa.
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Con la llegada de Agripina al palacio de Euprasia, se opera su primer milagro en Mineo. La matrona tenia una hija paralitica desde los 5 años de edad y ya había agotado todos los recursos médicos.
Teogonia, la joven hija se adormece esa noche y en
sueños ve una bellísima joven que se le acerca y la levanta de su lecho con la mano derecha mientras le dice: “Crees tu que nuestro Señor Jesucristo puede curarte de todos tus males?”.
Si, responde la enferma. Después de estas palabras se
despierta y experimenta un bienestar general en toda su persona. ¡Está perfectamente curada!. Corre entonces al encuentro de su madre.
Muchos paganos a la vista de este prodigio, abandonan
sus falsas creencias abrazando la fe cristiana.
Años mas tarde los Sarracenos invaden Mineo y tratan
de saquear y de profanar el templo de Santa Agripina. Allí ven su imagen resplandeciente como un sol sosteniendo en su mano derecha la cruz de la victoria. Los invasores aterrados abandonan el intento de ultraje a la población sometida.
Desde entonces Agripina es la celestial protectora de la
ciudad de Mineo y de sus habitantes, incluso de aquellos dispersos por el mundo, entre los cuales se encuentra nuestra comunidad.