Evaluación Formativa y Cualitativa
Evaluación Formativa y Cualitativa
Evaluación Formativa y Cualitativa
La evaluación es quizá uno de los temas con mayor protagonismo dentro del contexto
pedagógico ya que, a través de ella, se valoran los conocimientos adquiridos durante el
proceso de enseñanza/aprendizaje, según Moreno “la evaluación condiciona todo el proceso
de enseñanza-aprendizaje. Como al éxito o al fracaso los marca la evaluación, todo se
encamina a ese proceso decisivo. Una evaluación pobre da lugar a un proceso de enseñanza
pobre.” (2016) es esta, una de las problemáticas históricas que surge de la evaluación
tradicional, la valoración se basa en un proceso unidireccional y jerárquico, es decir, el
alumno es el que no sabe absolutamente nada mientras que el profesor es un ser
incuestionable.
Claro está, que es el educador quien tiene la última palabra, pero su función principal
debe ser la de un mediador de conocimientos, tomando en cuenta los distintos ritmos de
aprendizaje y las diferencias individuales presentes en el aula: en otras palabras, el educador
debe romper con el dogma del examen como evaluador definitivo y adecuarlo, además, a las
necesidades de sus educandos. Desde un punto de vista heterogéneo, la manera de evaluar se
entiende como algo fundamental en el acto pedagógico: es uno de los principales
componentes del currículo estudiantil. No obstante, lo que debe buscar el docente es la
aprehensión cognitiva y la asimilación proactiva y propositiva de los conocimientos que se
imparten. La mnemotecnia es inservible. En este punto la interpretación se trasfigura como el
máximo componente del aprendizaje constructivista.
Integral: la escuela no sólo debe transmitir conocimientos, sino que debe dotar al sujeto
de una serie de hábitos, de actitudes, de instrumentos que le permitan, finalizada la
educación básica, poder continuar la tarea de seguir aprendiendo, logrando el desarrollo
completo de su personalidad, es decir, el desarrollo físico, las actitudes, los intereses, el
ajuste individual, la capacidad creativa; además de la adquisición de conocimientos.
Es decir que desde un punto de vista aún más estricto toda evaluación es cualitativa;
y esto es así si hemos de tener en cuenta que la evaluación por contraposición (cuantitativa)
nace justamente ahí, a partir de los datos cuantificados; la evaluación y nace ahí donde los
números no son capaces de llegar (Álvarez, 1989). Llamarla “evaluación cualitativa”
debería entenderse en si mismo “pura redundancia” ya que evaluar no es otra cosa mas que:
valorar, enjuiciar o ver el resultado de aquellos conocimientos aprendidos y como estos se
desarrollan junto con el estudiante; evaluar no es ni más ni menos que la emisión de un
juicio sobre la base de la información e interpretación de ella es decir determinar si el
alumno captó de manera adecuada y satisfactoria la información dada, obtenida y
proporcionada de distintos medios —el estadístico, si procede—, pero ello no implica
eliminar necesariamente a la frialdad del dato.
Esto a su vez genera un mayor alejamiento del estudiante del constante y cambiante
mundo de ideas que llamamos sociedad, generando que este cree una mayor distancia del
propósito mismo de la docencia: que el estudiante se vuelva a si mismo un ente creador de
sus propios aprendizajes, conceptos, ideas y pensamientos. Por el contrario, ha aceptado la
realidad robótica de responder ante las peguntas de una prueba “prefabricados” de manera
cuasi fortuita.
Es por ello por lo que para Santos Guerra (1995) la evaluación cualitativa supone
una plataforma de diálogo entre los evaluados y evaluadores, entre diversos estamentos de
los evaluados, entre los evaluadores y las diversas audiencias, entre éstas y los evaluados,
etc. Pero el diálogo tiene una doble finalidad: por una parte, trata de generar comprensión
del proceso y, por otra, de mejorar la calidad de este. Por lo tanto, no se podría hablar de
evaluación cualitativa sin que haya un papel activo por parte del estudiante, en dónde no
solo actúe como receptor de la información, sino que de igual manera genere un nuevo
conocimiento y nuevas ideas.
Es así como surgen alternativas cuyo enfoque se centra en: la descripción, explicación
e interpretación, de forma puntual de todo aquello que rodea al estudiante a cada paso del
proceso educativo. Las características de estas y cada una de las propuestas seria:1
1
Tomado de: Morán Oviedo, Porfirio, La evaluación cualitativa en los procesos y prácticas del trabajo en el aula (2012)
c) Una preocupación constante de la evaluación cualitativa es el proceso, incluido todo
él, y no sólo el resultado final derivado de una especificación del hecho instructivo.
d) La actividad de evaluar se entiende, esencialmente, como una actividad valorativa y,
como tal, el sujeto que evalúa y el sujeto evaluado están directamente implicados y
comprometidos. Se reconoce que la objetividad pura no existe. La formalidad, o
mejor dicho la credibilidad (Eisner, 1981), se logra a través de un proceso de
corroboración estructural, es un proceso algo así como una triangulación en la
metodología sociológica. Es, por tanto, de suma importancia reconocer este hecho
y, en consecuencia, contar con los sujetos que participan en el proceso evaluador. e)
Más que la constatación de teorías consolidadas, que la medición de resultados y
que la predicción, la evaluación cualitativa está preocupada por aspectos puntuales
tal como se están desarrollando en el aquí y ahora del acontecer grupal.
Esto nos muestra la manera más adecuada de llevar a cabo el proceso de enseñanza-
aprendizaje, por lo anterior mencionado y gracias a la evaluación de los aprendizajes cuya
perspectiva constructivista (Según Vygotsky2) el profesor será capaz de avanzar en el
proceso después y solo después de la primera evaluación, ya que esta le brindara las pautas
requeridas para segmentar y difundir apropiadamente el conocimiento según los conceptos
(generales o específicos) que estos posean y hasta donde pueden llegar y a partir de aquí el
método más conveniente a utilizar.
Para ello diversos autores han planteado distintas propuestas, entre los cuales destacan:
María Forns, Feliciano Gutiérrez, Carlos Zarzar, Malcom Parlett y David Hamilton 3; si bien
anteriormente se trató el aspecto conceptual de la evaluación, ahora también se plantean en
ellos algunas estrategias metodológicas y técnicas, las cuales enunciamos como simple
recordatorio: una operacionalización de la evaluación con referencia al criterio o dominio,
planes de evaluación y acreditación de aprendizajes.
2
Este autor señala que, si somos seres genéticamente sociales, la educación precede al desarrollo, a partir de la actividad y la
comunicación que el sujeto tiene oportunidad de realizar en las distintas etapas de su vida. Multideterminación recíproca entre las
instancias psíquicas: pensamiento, lenguaje, afectos, motivaciones, etc. Globalidad del sujeto inmerso en su momento histórico-social y
capaz de trascenderlo en tanto se transforme a sí mismo y pueda incidir en la transformación del mundo. Responsabilidad de las
instituciones educativas en cuanto qué tipo de formación provocan. Conciencia de que la subjetividad se forma mediante un complejo
proceso de “lo exterior a través de lo interior y lo interior a través de lo exterior” (Vygotsky, 1968).
3
Los instrumentos de medición y evaluación: características generales, de María Forns Santacana; La evaluación del proceso de
aprendizaje, de Feliciano Gutiérrez; Diseño e instrumentación de actividades de aprendizaje y evaluación de aprendizajes, de Carlos
Zarzar Charur; La evaluación como iluminación y su instrumentación como estrategia de investigación y evaluación en los espacios
académicos, de Malcom Parlett y David Hamilton
selectivo y sistemático de comportamientos de los alumnos, el cual se correlaciona
significativamente con los propósitos educativos, con el fin de determinar los niveles de
logro alcanzados por medio de las actividades curriculares propuestas y realizadas por los
sujetos involucrados en la tarea educativa.
El primer obstáculo que ofrece un método evaluativo con la realidad educativa actual es
precisamente la correcta obtención de información clara y precisa, así como oportuna una
vez puesto en marcha el proceso mismo de enseñanza- aprendizaje; de igual manera lo
significativos que pueden llegar a ser los resultados y conocimientos no solo para el
maestro sino también para el estudiante según los objetivos a alcanzar según un currículo
dado, sin embargo la evaluación es necesaria para lograr y llevar a cabo reajustes de manera
oportuna y correcta ayuda el proceso mismo de enseñanza.
Las técnicas e instrumentos de evaluación son entonces los vehículos más idóneos que
permiten al maestro y a los estudiantes aproximarse lo más posible a su realidad educativa,
es decir, a los cambios o transformaciones favorables o desfavorables que se van
experimentando en la relación pedagógica y con otros factores del currículo; cambios
específicos en la conducta y en las características de los mismos estudiantes
Tener además en cuenta que ningún método o técnica evaluativa es totalmente eficaz
para poder proporcionar una información clara y con los resultados que se esperan tanto en
grado de claridad y rango de alcance, no obstante, se vuelven en un conjunto preciso y
correctamente estructurado que brindara y permitirá que la acción evaluativa se vuelva mas
eficiente y significativa dentro del proceso mismo de enseñanza-aprendizaje.
De ahí que necesitemos instrumentos idóneos para registrar las características del
comportamiento que se está efectuando frente a nosotros o necesitaremos pruebas más o
menos estructuradas que funcionen como reactivos para que se produzca la conducta que
deseamos valorar y en los grados que pre- tendemos obtenerla, de tal manera que se cumpla
con el propósito de mejorar el aprendizaje para el cual fueron seleccionados.
De acuerdo con el propósito pretendido por el docente deberán variar las características
y el nivel de exigencia de los instrumentos que seleccione, diseñe y aplique en su práctica.
Así, si nuestro fin es emplear la evaluación como ayuda del aprendizaje, poniendo énfasis
en la función cualitativa y formativa, los instrumentos asumirán características específicas,
lo importante en ellos será la claridad y precisión con que describan y expliquen la
situación que nos informan, lo que realmente está ocurriendo con el logro de los
comportamientos esperados en nuestros educandos y la detección de las dificultades que
impiden su consecución.
Todo esto conlleva a uno de los puntos más polémicos de la evaluacion cualitativa y es
como iniciar, y romper el esquema cuantitativo y sacarlo de la evaluación, pero ¿Por qué es
tan difícil iniciar? Simple, a diferencia de la cuantitativa que simplemente busca medir de
manera homogénea y los conocimientos del estudiante de forma memorística y repetitiva;
la cualitativa busca resolver las siguientes interrogantes: ¿Qué se va a evaluar? ¿Cómo
hacerla? ¿Por dónde empezar? ¿Cuáles son los retos?
Por ello es necesario la utilización de métodos como el portafolios ya que este nos
marca la pauta para una participación tanto del docente como del estudiante ya que el
portafolios es una colección de trabajos del estudiante que nos cuenta la historia de sus
esfuerzos, su progreso y sus logros en un área determinada del currículum vivido y es muy
esencial para la evaluación cualitativa ya que: la colección debe incluir la participación del
estudiante en la decisión del contenido del portafolio, de las guías para la selección y de los
criterios para juzgar méritos o cualidades de los trabajos (Arter y Spandel, 1992).