Cambio de Gobierno y Cambio de Régimen
Cambio de Gobierno y Cambio de Régimen
Cambio de Gobierno y Cambio de Régimen
Luis Medina Peña (2004) quien, para su estudio, dice que en el neoinstitucionalismo
hay cuatro principios básicos: 1) las instituciones son las “reglas del juego”; 2) las
reglas se dividen en formales e informales; 3) dichas reglas regulan las acciones
económicas o políticas de los actores; 4) los actores están integrados por grupos y
organizaciones.3 Teniendo en mente estos principios, ejerciendo una ruptura sobre
las concepciones anteriores, se entiende por régimen político: “la forma de gobierno
Ahora bien, una vez definidos estos conceptos, falta definir gobierno. Para este
propósito, se utilizan dos diccionarios. En el primero, se define gobierno como
“consecuentemente, régimen político, partidos, sistemas electorales, parlamento,
ejecutivo, administración pública. El gobierno es el proceso que conjunta, unifica y
conduce el complejo institucional del Estado; en él se resume la institución y la
acción del Estado político en el seno de la sociedad civil” 7. Por otra parte, la
segunda concepción parte del supuesto de que gobierno no tiene una definición
homogénea, puesto que, el gobierno es diferente en todos los países.
Las dos definiciones tienen el presupuesto que gobierno dista de ser el Estado, en
todo caso es el que conduce a la conjunción de sus órganos. En la primera
definición es prácticamente imposible que el autor tenga por base los supuestos
neoinstitucionales, por la fecha en la que se escribió el diccionario. En la segunda
definición, es muy probable que tampoco se tuviera de por medio, dichos principios.
Estas dos razones son importantes para poder definir gobierno.
4 Aquí también podría caber “leyes” en vez de normas, puesto que son reglas formales o escritas.
5 Luis Medina Peña, Invención del sistema político mexicano: Forma de gobierno y gobernabilidad
en México en el siglo XIX.
6 Ibídem.
7 Omar Guerrero, «Gobierno», en DICCIONARIO DE POLITICA Y ADMINISTRACION PUBLICA,
Primera edición (Distrito Federal: Colegio de Licenciados en Ciencias Políticas y Administración
Pública A.C., 1978), 60.
8 Manuel Ossorio, «Diccionario de Ciencias Jurídicas Políticas y Sociales» (Datascan, Sin fecha),
439, https://conf.unog.ch/tradfraweb/Traduction/Traduction_docs%20generaux/Diccionario%20de
%20Ciencias%20Juridicas%20Politicas%20y%20Sociales%20-%20Manuel%20Ossorio.pdf.
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democracia, el mismo concepto es aplicable. Agregando que, aún en el
neoinstitucionalismo, se entiende por régimen un objeto que da forma y
funcionamiento al gobierno en leyes establecidas.
Una vez definidos los conceptos sobre los que se parte para visualizar las
diferencias entre cambio de régimen y cambio de gobierno, se expresa lo siguiente:
Un cambio de gobierno implica un cambio de conjunción, unificación o dirección en
los órganos estatales, por otro lado, un cambio de régimen implicaría un cambio en
la forma de gobierno o en las normas que establecen su funcionamiento. Aun
cuando un cambio de régimen implica mayores dimensiones por lo que esto
significa. Debe tomarse en cuenta (considerando visiones neoinstitucionalistas y no
neoinstitucionalistas) que el gobierno y el régimen van de la mano, si bien un cambio
en el gobierno puede no significar un cambio en el régimen, la estrecha relación abre
la posibilidad de que así suceda.
9 Soledad Loeza, «La metamorfosis del Estado: del jacobinismo centralizador a la fragmentación
democrática», en Los grandes problemas de México: Instituciones y procesos políticos , de Soledad
Loeza y Jean-François Pru’home, Primera edición (Distrito Federal: El Colegio de México, 2010), 4 5 .
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Los recortes presupuestales causaron el deterioro de los servicios públicos, y, como
respuesta a estas carencias, se formaron organizaciones proveedoras de este tipo
de servicios, haciendo que el PRI perdiera la base de su apoyo clientelar.
10 ibid. 47.
11 ibid. 48.
12 ISRAEL COVARRUBIAS, «México, del cambio político a la inseguridad de la democracia.»
Revista Historia Autónoma, n.o 10 (2017): 177-214.
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Desde entonces, el órgano legislativo se volvió un actor de mayor peso y presencia
en el régimen mexicano al convertirse, al menos en sus discursos, en un espacio de
“expresión de la pluralidad”.13
Ahora bien, fue en las elecciones intermedias de 1997 que el otrora partido
hegemónico perdió la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, lo que
transformó la lógica interna y obligó a la edificación de una Ley Orgánica del Poder
Legislativo en 1999.16 Empero, fue hasta el sexenio de Vicente Fox Quesada que el
Congreso asumió y ejerció sus facultades constitucionales participando como un
contrapeso a la figura presidencial y al ejercicio del poder.
De tal forma, que la antigua estructura piramidal que distribuía el poder de arriba
hacia abajo, cedió su lugar a un esquema de complicidades y alianzas fundadas en
intereses particulares, frente los cuales se reaccionó a través de constantes
iniciativas de reformas en el diseño institucional del Estado y del sistema político en
general. ¡Tantas reformas y cambios en la constitución equivalen a una nueva
Constitución! Y eso trae consigo muchos riesgos.
Sin embargo, las principales debilidades del sistema son su sistema electoral que lo
han convertido en un nido de partido minúsculos con poder de chantaje, en su
momento el sistema mixto mexicano estaba hecho para ser supervisado por el PRI
pero después de la elección de 1988, la coalición del FDN le permitió a muchos
partidos acceder al congreso y ejercer presión de forma continua.
Como se mencionó más arriba, en el año 2000 se asistió al debilitamiento oficial del
poder ejecutivo en México, pero sin una profunda reelaboración de las directrices
principales de la ordenación estatal.18
Otra debilidad del sistema político mexicano que corresponde con el derrumbe de la
tradición presidencialista y que es herencia del antiguo régimen, corresponde a que
la imagen del presidente aparece como el autor y único responsable de todas las
acciones gubernamentales, sean fracasadas o exitosas. Por tal motivo, las
alteraciones constantes de una economía débil como la mexicana, los problemas de
seguridad y los altibajos en la tasa de desempleo se traducen en opiniones positivas
o negativas para el presidente.21
Así mismo, la alternancia no eliminó todas las facultades exclusivas del presidente,
de tal forma que aún conserva atribuciones suficientes para ejercer un papel
importante en la toma de decisiones, no obstante, se encuentra bajo un esquema
presidencialista racionalizado.
20 ibid.
21 Diego Valadés, «El sistema presidencial mexicano. Actualidad y perspectivas.», Boletín mexicano
de derecho comparado, 2010.
22 ibid.
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R: Primero, para dar respuesta, es necesario ubicar a los poderes formales y de
facto en el país. En una línea similar a la desarrollada en la primera pregunta de
este trabajo, los poderes formales corresponden el régimen político y los poderes de
facto al sistema político. También, es necesario ubicar lo que se entiende por actor
político.
Cuando el modelo económico implementado en el siglo XX, sufrió una gran crisis
que se juntó con una crisis del sistema político y del régimen político, enfrentando
tanto la esfera económica como la política en la sociedad y el gobierno. Para
superar lo anterior, el Estado tuvo que recuperar sus relaciones infraestructurales
(con la sociedad) y despóticas (con las élites). “La democratización también
buscaba crear nuevas redes de interacción con la sociedad, que sustituyeran las
que se vinieron abajo con el Estado jacobino… por una parte, se restableció el
poder despótico del Estado con base en una nueva forma de relación entre las
élites, derivada de la crisis de los años 1982-1987, que sentó las bases para la
implantación de un nuevo modelo económico. Por la otra, las élites políticas
recurrieron a la legislación electoral para restablecer el poder infraestructural, es
decir, los vínculos con la sociedad”24.
23 Luis Medina Peña, Invención del sistema político mexicano: Forma de gobierno y gobernabilidad
en México en el siglo XIX, 174.
24 Loeza, «La metamorfosis del Estado: del jacobinismo centralizador a la fragmentación
democrática», 45.
25 En la misma lógica neoinstitucionalista.
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también hay que agregar como actores formales los órganos autónomos del Estado
gracias a la reforma constitucional de 1993, estos actores son, por ejemplo, el
Instituto Nacional Electoral (INE antes IFE), el Banco de México (BANXICO) y la
Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), entre otros. Además, a partir del
reconocimiento de partidos políticos por su entrada en el Legislativo y las reformas
posteriores, los partidos fueron constituidos como actores políticos formales, aun
cuando existían partidos no reconocidos. En común, todas aquellas organizaciones
que ostentan una estructura o un reconocimiento legal pueden formar un actor
político pero no por ello todos aquellos que lo tienen son actores políticos.
Estos poderes formales actúan bajo reglas y formas de proceder formales entre
ellos e internamente, no obstante, responden a maneras de proceder no escritas en
las leyes, para resolver problemas o mantener estabilidad. Estas líneas de
interacción fueron las que poco a poco se modificaron a finales del siglo XX para
pasar muchos actores hasta entonces informales a su reconocimiento o regulación
con tal de restar poder a quien manejaba o marginaba a estos actores, el Presidente
de la República.26
Una vez desarrollado lo anterior, cabe mencionar que, los actores más relevantes
en el sistema político pertenecen al plano de los actores formales y únicamente el
actor informal más relevante es el crimen organizado. Pero dejar una conclusión así,
sería incompleta, por lo tanto, habría que advertir, que los principales puntos de
equilibrio o de convergencia serían entre las formas de proceder informales de los
actores formales.
Así, una vez identificados los actores que se presentan, los importantes puntos de
equilibrio o de convergencia, surgirán y desarrollarán en el plano de la informalidad,
es decir, todas aquellas instituciones que se forman alrededor de los procesos
políticos. Las presiones políticas, mediáticas, económicas forman parte de estas
instituciones. También la negociación de una ley o política pública por medio del
lobbying o del cabildeo. Todas estas maneras forman parte de lo que los actores
pueden tener a su alcance como recursos para realizar sus intereses ya sea como
grupo, sector o individuo.
28 Elin Falguera, Samuel Jones, y Magnus Ohman, eds., «El financiamiento de los partidos políticos
y las campañas electorales. Manual sobre financiamiento político.» (IDEA Y TEPJF, 2015), 391.
29 «¿A qué se deben las agresiones contra políticos?», Animal Político (blog), 20 de abril de 2018,
https://www.animalpolitico.com/2018/04/politicos-asesinados-proceso-electoral/.
30 «La corrupción mata: funcionarios coludidos con criminales», Animal Político (blog), 3 de mayo de
2018, https://www.animalpolitico.com/2018/05/corrupcion-mata-impunidad-mexico/.
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sociedad y la competencia de los recursos políticos, dirigió a la sociedad más que a
una pluralidad, a una fragmentación.
Desde la perspectiva de las teorías clásicas, por sus límites, sería confuso o poco
claro determinar lo que conlleva un cambio de élites sobre el sistema político. Desde
la experiencia y lo que se sabe de la historia, los cambios de élites sí impactan en
cambios sobre el sistema político, el grado o lo profundo de estos cambios llevaría
un estudio completo, sin embargo, la fuerza y grado de estos cambios, varían según
las élites que entran.
Referencias bibliográficas
31 Soledad Loeza, «La metamorfosis del Estado: del jacobinismo centralizador a la fragmentación
democrática», 49.
32 Rosendo Bolívar Meza, «La teoría de las elites en Pareto, Mosca y Michels», Iztapalapa: Revista
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