Historia de La Iglesia Separata

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HISTORIA DE LA IGLESIA I

1 Definición de conceptos

Historia: Este Ideado por Herodoto para describir la necesidad de un nuevo


conocimiento. Viene del verbo orao en griego (Mirar, ver). Indica un conocimiento por
visión. Así, la historia es el conocimiento por visión basado en la investigación de los
acontecimientos sucedidos en el tiempo y el espacio en relación con un proceso
unitario más amplio para llegar a la verdad que se trasmite por una narración.
También se puede decir que la historia es el conocimiento del pasado.

Iglesia: Es la comunidad de hombres fundada por Jesucristo, unida íntimamente a Él


de modo que constituye su presencia viva y eficaz en el tiempo y en el espacio.

De este modo la historia de la Iglesia es el conocimiento por visión de los hechos del
pasado de esta institución carismática, necesarios para comprenderse y explicarse
como transparencia del reino. Es, también, la narración del devenir en el tiempo y en
el espacio de la comunidad fundada por Jesucristo. Es la historia del obrar de Dios, a
través de, a pesar de y, a veces en contra del hombre, pero nunca sin el hombre.

Aunque la historia de la Iglesia puede entrar a testimonios que superan la razón, las
fuentes reveladas e inspiradas, no quitan la historicidad, porque se expresan con
palabras humanas.

La historia de la Iglesia exige un punto de partida difícil de precisar, porque ésta,


nacida al interior de los estudios teológicos, respeta el pensamiento teológico, un
pensamiento que tiene como objeto un dato de fe que expresa el nacimiento de la
Iglesia como un proceso de fundación que no fue puntual, no obstante, aunque
escogemos Pentecostés como punto de partida, es difícil enmarcarlo en una fecha
concreta.

El verdadero concepto de Iglesia


«He aquí que tú eres Pedro —dijo Jesús— y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y
las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella». Y el apóstol Pablo afirma,
refiriéndose a las relaciones de Cristo con los que le han aceptado como Salvador y
Señor: «Some- tió todas las cosas bajo sus pies y le dio por cabeza a la Iglesia, la
cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo».
¿Qué significa la expresión «Iglesia» a la luz de ambos pasajes? ¿Se refiere a algún
grupo religioso particular de los que a través de los siglos se han aplicado ese
nombre? No es verosímil, pues nunca ha habido en el curso de la Historia una sola
iglesia cris- tiana visible. Ya en el tiempo de los apóstoles se formaban sectas y
partidos diversos reconocidos (véase Gálatas 2:12 y 1: 19). En los siglos inmediatos
a Jesucristo el gran misterio de la Encarnación con que tuvo que enfrentarse la
cristiandad, produjo multitud de sectas que profesaron diversos puntos de vista
cristológico; sin hablar de otros moti- vos personales y administrativos susceptibles
de producir divisiones entre las iglesias cristianas.
Esta lamentable situación fue prevista por el ojo omnisciente del Hijo de Dios
cuando oró, en la noche de su Pasión: «A los que me has dado, guárdalos por tu
nombre, para que sean uno, así como nosotros somos uno... mas no ruego
solamente por éstos, sino también por los que han de creer también en Mí por la
palabra de ellos, para que todos sean uno, como tu Padre en Mí y Yo en ti que
también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste».
Tanto Jesucristo como los apóstoles hablan en los términos más elevados de «la
Igle- sia»; sin embargo, nunca les vemos preocupados para establecer una jerarquía
general o universal sobre toda ella. En el Antiguo Testamento Dios nombró una
línea de suce- sión jerárquica en la familia de Aarón, pero en cuanto a la Iglesia, al
nombrar a Pedro como fundador humano de la misma no le dice: «A ti y a tus
descendientes», ni tampo- co: «A ti y a tus sucesores en el cargo», sino
simplemente: «A ti daré las llaves».
En cambio, y como para animar las iniciativas particulares de comunión con Dios y
ex- tensión de la fe cristiana, oímos a Cristo formular la promesa: «De cierto os digo
que todo lo que ligareis en la tierra será ligado en el cielo; y todo lo que desatéis en
la tierra será desatado en el cielo. Otra vez os digo que si dos de vosotros se
pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será
hecho por mi Padre que está en los cielos, porque donde están dos o tres
congregados en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos» (Mateo 18:20). Lo que
implica un reconocimiento tácito por parte del Salvador de parte de todos los grupos
que le reconocen y adoran con sinceridad.
El mismo espíritu inclusivo de amplia comprensión y tolerancia, manifiesta nuestro
divi- no Redentor cuando el apóstol Juan le cuenta el caso del primer cismático de
sus días, con las palabras: «Maestro, hemos visto a uno que echaba fuera demonios
en tu nom- bre y se lo prohibimos, porque no sigue con nosotros». Jesús les dijo:
«No se lo prohib- áis, porque el que no es contra nosotros, por nosotros es», o como
dice en Marcos 8:38-40: «No se lo prohibáis porque ninguno hay que haga milagro
en mi nombre y lue- go puede decir mal de Mí, porque el que no es contra nosotros,
por nosotros es».
¿Por qué lo hizo así el omnisciente Salvador? ¿Por qué no nombró una jerarquía y
es- tableció una doctrina y una Iglesia orgánicamente única a través de todos los
siglos?
Porque la Iglesia que Cristo quiso instituir se halla establecida, sobre dos pilares im-
prescindibles e insustituibles, Fe y Libertad.
«Por fe andamos, no por vista», afirma el apóstol (2.ª Corintios 5:7). «Hermanos,
voso- tros a libertad habéis sido llamados, con tal que no uséis la libertad como
ocasión a la carne» (Gálatas 5:13). «Tu pueblo será de buena voluntad…». (Salmo
110:3). Para que pudiera ser así, no podía haber en la Iglesia una jerarquía
revestida de autoridad su- prema e infalible a través de los siglos, pues ello habría
anulado el esfuerzo y el mérito de la fe y la sinceridad de conciencia.

Jesús se ausentó a los cielos y dejó a los suyos en una prueba de fe por espacio de
no sabemos cuántos siglos. Peregrinamos ausentes de Él, y hacia Él —como dice el
após- tol en 2.ª Corintios 5:9— procurando interpretar y cumplir su voluntad en
medio de mu- chas dificultades, inconvenientes y tentaciones; tan solamente una fe
libre, voluntaria y sincera, sería verdadera fe, agradable a Dios y eficaz para
avergonzar y desacreditar al gran enemigo que desconfió de Él, y ello solamente
podía verse realizado en un am- biente de libertad. Una autoridad visible e infalible
en el mundo habría requerido un mi- lagro constante: el milagro de un jefe o una
línea de jefes espiritual y moralmente per- fectos y dotados de poderes
sobrenaturales, ya que sin milagro es inalcanzable la per- fección de ningún ser
humano, sin poderes sobrenaturales es imposible establecer una perfecta disciplina
y unidad de doctrina y conducta en un mundo de seres rebeldes por naturaleza, y
por naturaleza libres. Esto aun cuando fuera lo ideal (y es lo que existirá en el reino
de Dios) habría sido contraproducente en el régimen actual de prueba en que se
halla el mundo y la Iglesia.
El conocimiento de estos principios bíblicos, puede ayudarnos muchos a
comprender, sin desalentarnos, la aciaga historia de la Iglesia a través de los siglos.
Una grande y significativa frase a tal respecto, es la advertencia y promesa del
Salva- dor: «Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella».
2 Objeto y método de la historia de la Iglesia.

El objeto fundamental de la historia de la iglesia es el crecimiento espacial y temporal


de la institución carismática que, teniendo su origen en Cristo, lleva ese nombre. El
objeto es así, el Cristo que continúa su acción en el mundo, su cuerpo que es
conducido por el Espíritu Santo y cuya historia es totalmente obra de Dios y del
hombre.

El método utilizado es el histórico, un método científico que escudriña los documentos


con el fin de escrutar científicamente un discurso teológico. Este se basa en las
fuentes (materiales, literarias, tradicionales, audiovisuales, etc.) y la crítica, objetiva e
imparcial, pragmática y genética, es decir, con capacidad para comprender los
acontecimientos en su devenir.

Para no desconectar objeto y método, son necesarios tres pasos: elección y


determinación de las fuentes para fijar fechas y hechos históricos, criticar con
objetividad e imparcialidad los hechos y comprender y ubicar la historia de la Iglesia
dentro de la historia ya que su sentido último solo puede integrarse en la fe.

3 La historia de la Iglesia en la historia 

Con este tema se quiere presentar el recorrido que a lo largo de los siglos ha tenido
que vivir la historia de la Iglesia y las diferentes formas como ha sido interpretado ese
proceso; esas formas ayudan a ubicar la historia de la Iglesia en el contexto de la
teología histórica y la teología como historia de Salvación.

Se habla de una historiografía eclesiástica que comenzó en la antigüedad con el


testimonio de los libros apócrifos y legendarios entre los cuales están las actas de los
mártires; de estas algunas son tenidas como históricas y se llaman actas autenticas.
Sobresalen los escritos históricos de Eusebio de Cesárea, que se convirtieron en las
fuentes más importantes de la historiografía eclesiástica de los tres primeros siglos. La
obra de Eusebio fue traducida al latín por Rufino hacia el 402, en el 420 apareció la
traducción siríaca y por varios siglos permaneció como una obra inmutable que fue
trasmitida durante el Medioevo a través de diferentes copias que llegaron hasta la
modernidad. Ahora bien, durante la Edad Media se dio una historiografía eclesiástica
más que una historia de la Iglesia. Los autore medievales utilizaron la crónica, los
anales y las biografías involucran la idea de reino de Dios con la Iglesia.

Entre los siglos XVI y XVIII la historia de la Iglesia se ve influenciada por el


humanismo que pedía el regreso a las fuentes. Se dio el predominio de la
investigación, la creciente especialización y un impulso hacia la teología de la historia
y la eclesiología.

4. Una teología de la historia

Desde una teología de la historia se habla de algunos presupuestos: los filosóficos,


que presentan al hombre como un ser dinámico que camina hacia un fin; los
teológicos, que afirman que el fin del hombre cristiano es trascendente y se construye
desde los sentidos parciales de la existencia; y los de crítica histórica, que entienden
que los sentidos parciales que ayudan a construir el sentido último son vistos y vividos
en el campo interdisciplinario. E la historia de la Iglesia tenemos en cuenta los
teológicos: el concepto semita de historia, la historia como historia de salvación y la
relación entre dogma e historicidad.
5. Visión general de la historia de la Iglesia 

Para entender esta historia, se recurre a la segmentación en periodos, de ahí el


término periodización, intervalo de años que tienen en común hechos y elementos
relevantes homogéneos y diferentes en relación a otros períodos. José Uriel Patiño
divide esta historia en tres períodos de siete siglos cada uno. Esta Propuesta la hace
teniendo presente que todo historiador y toda historia, que de por sí implica una
interpretación o una particular aproximación, debe tener en cuenta las duraciones y
subdivisiones que se deben entender como partes de un proceso histórico en términos
cronológicos, de tal manera que se pueda tener una visión general del desarrollo
histórico y se puedan establecer notas caraceristicas de cada período. Aprovechando
su experiencia, Patiño propone el siguiente esquema:

 Historia de la Iglesia Antigua I: Siglos I-VII o la Iglesia como comunidad e


institución.
 Historia de la Iglesia II: Siglos VIII-XV o la Iglesia en camino hacia la
universalización.
 Historia de la Iglesia III: A partir del siglo XVI o la barca de Pedro frente a las
tempestades ideológicas de estos siglos.

6. Importancia de la historia de la Iglesia

La historia es maestra de la vida y juez de las actuaciones del hombre. Por ello, el
historiador de la Iglesia no solo ha de tener corazón para la historia, sino que llevando
consigo sentido crítico y espíritu cristiano, puede, desde la fe, interpretar la actividad
del Espíritu Santo sobre la tierra donde la Iglesia peregrina, confirmando que siempre
ha habido seres humanos que repiten a su modo las palabras de Pedro: “Tú tienes
palabras de vida eterna”, y que intentan plasmar estas palabras en su vida cotidiana.

La historia de la Iglesia es importante no tanto por los conocimientos que se adquieran


como por el hecho de convertirnos en actores de una historia dinámica, en
construcción, puesto que no somos tan solo espectadores, sino protagonistas que
estamos dirigidos por Dios. Es importante, porque una historia de la Iglesia santa, no
disimula las debilidades que son patrimonio de sus miembros y sus pastores. En
definitiva, la historia de la Iglesia aporta a la humanidad: identidad, para captar que la
fe que hoy se profesa es la misma de los comienzos; inspiración, para descubrir que
es posible ser verdaderos cristianos siempre y en todas partes; y esperanza, para
prolongar la inspiración cotidiana y superar los momentos de crisis.

CONTEXTO HISTORICO
La Historia de la Iglesia Cristiana es un esfuerzo para seguir a través de los siglos
las huellas de los verdaderos cristianos, o sea, no los simplemente adheridos a tal o
cual organización eclesiástica, sino los que dentro de cualquier estructura
eclesiástica demuestran haber tenido una comprensión clara de la voluntad de Dios
según nos es revelada en las Sagradas Escrituras, teniendo el valor de anteponerla
a toda conveniencia propia a causa del medio ambiente que les rodeaba.
Tales cristianos han sido comúnmente tildados de herejes, y tratados como
perturbadores del orden y la tranquilidad pública; se les ha perseguido sin
compasión, pero como hace notar el historiador Alfonso Torres de Castilla: «Cuando
se ha logrado hacer des- aparecer la herejía en un siglo ha rebrotado con otro
nombre en el siglo próximo, sus- tentando más o menos las mismas doctrinas y
fatigando a la iglesia dominante en su vano empeño perseguidor».1
El Cristianismo ha tenido que hacer frente, ciertamente, a herejías extrañas.
Interpreta- ciones diversas de los grandes misterios de la Revelación de Dios en
Cristo, se suce- dieron en los siglos primitivos, forjadas por la influencia de sistemas
filosóficos prevale- cientes en la época, o de las religiones que precedieron al
movimiento cristiano. Ya en días de los apóstoles existió esta lucha contra
peligrosas tendencias doctrinales, que cristalizaron más tarde en grupos sectarios,
tales como el Gnosticismo, Docetismo, Maniqueísmo, Arrianismo, etc
Pero estas doctrinas heréticas nada tienen que ver con la «Gran Herejía de la
Verdad» que ha consistido siempre en una protesta de los abusos y corrupción de la
Iglesia do- minante y un retorno a las fuentes de la Verdad Cristiana: Las Sagradas
Escrituras. No es extraño que en cada siglo, los hombres que han tomado en serio
la religión, se pre- guntaran ansiosamente si las doctrinas en que fueron enseñados
tenían su apoyo en dicha autoridad escrita e inmutable, o habían sido forjadas por
autoridades humanas, sin tener en cuenta, suficientemente, las enseñanzas de la
Palabra de Dios.
Esta renovación de una misma clase de herejía, designada por diferentes nombres,
según los lugares en que floreció o los prohombres que la acaudillaron en cada
época, sirve de gran estímulo a los actuales buscadores de la Verdad.
En ciertos siglos, la oscuridad espiritual es tan intensa que el testimonio de la
Verdad Evangélica parece haber quedado casi apagado. Existieron en estas épocas
muchas almas sinceras que conocían sin duda a Cristo como a su Salvador
personal; le adora- ban con sinceridad y gemían por la corrupción de los pseudo-
cristianos de su siglo.
Muchos cristianos del mejor temple sufren y lloran en los aciagos siglos de la Edad
Me- dia reconociendo la vaciedad de Cristianismo externo que les rodea; pero no
osan le- vantar su protesta, ni ellos mismos se aperciben de ciertos errores en que
comulgan dentro de su sinceridad religiosa.
Pero en otros lugares, la verdadera piedad cristiana. toma una forma organizada. En
algunos casos el movimiento espiritual tiene sus raíces en algún despertamiento reli-
gioso de siglos anteriores. En otros, parece surgido espontáneamente a la luz de las
Sagradas Escrituras explicadas por algún prohombre esclarecido. A veces ambos
fac- tores se confunden.
No importa, ya que la Verdad Cristiana no necesita ninguna línea de sucesión para
jus- tificarse. Lo importante es que la doctrina sea esencialmente semejante a la
sustentada por los apóstoles y primitivos cristianos.
En ciertos momentos la Verdad Evangélica, causa de tan continuados y gloriosos
mo- vimientos religiosos, halla su apoyo y parece confundirse un poco con algún
error, del cual queda poco más tarde purificada. Tal es el caso por ejemplo de las
doctrinas de los Albigenses que los historiadores nos presentan tan confusamente,
unos consi- derándolos casi como cristianos evangélicos por su adhesión al Nuevo
Testamento y su notoria fidelidad y espíritu de sacrificio, mientras que otros los
denuncian como ma- niqueos, profesantes de una doctrina que el auténtico
cristianismo ha repudiado siem- pre. Con todo, es difícil distinguir quiénes tenían
tales tendencias heréticas y quiénes eran realmente evangélicos ya que los
documentos de sus perseguidores suelen mez- clar los nombres de los supuestos
herejes llamándoles «maniqueos, cátaros y valden- ses», y sabemos que estos
últimos nunca tuvieron tendencias maniqueas, sino que pu- dieron adherirse sin
dilación ni reparo alguno al movimiento de la Reforma en el concilio de Chanforan,
por profesar desde siglos una fe netamente evangélica.
Lo admirable del caso es que, aunque durante muchos siglos no tenemos otras refe-
rencias históricas de la línea ininterrumpida de «herejes de la Verdad», que los
datos facilitados por sus enemigos (y todos los que hemos pertenecido a minorías
margina- das y perseguidas tenemos experiencia de cuan errado y calumnioso ha
sido a veces lo que se ha dicho de nosotros); la conducta de los supuestos sectarios
es tan brillante que no pueden ignorarla o pasaría por alto sus propios
perseguidores, y su involuntario testimonio nos ayuda a identificar el hilo escarlata
de la Verdad Evangélica a través de los siglos.
Por esto, aunque no podamos trazar una sucesión apostólica como aquella de que
se ufanan los católicos romanos (sin apercibirse de los terribles lunares que cortan
tal su- cesión, en los aspectos de santidad e infalibilidad, sobre todo en la Edad
Media), es in- teresante observar que Dios ha tenido siempre en la tierra una
generación de testigos que no se deja amilanar por la corrupción que les rodea ni
por las fieras persecuciones de que son objeto. Son los sucesores de aquella línea
de héroes de la fe que describe el apóstol en Hebreos 11, y acerca de los cuales
parece tener San Pablo un vislumbre profético al escribir a su discípulo Timoteo:
«Todos los que quieran vivir píamente en Cristo Jesús padecerán persecución. Mas
los malos y los engañadores irán de mal en peor engañando y siendo engañados».

Cuando el Espíritu de Dios promueve un movimiento de Reforma, y millares en


Europa empiezan a despertar y darse cuenta de la olvidada doctrina evangélica de
la regene- ración por la fe, que les llevará más tarde a reconocer también el
verdadero propósito y deber misionero de la Iglesia, son tratados como criminales y
perseguidos a muerte por gobernante nominalmente cristianos, que les someten a
persecuciones y tormentos iguales o mayores que los que se ingeniaban los
procónsules romanos para con los cristianos primitivos, olvidando los más claros
preceptos del Nuevo Testamento.
Ciertamente, no comprenderíamos la historia del Cristianismo, ni tendríamos
palabras con qué calificarla, de no saber de antemano, por las Sagradas Escrituras,
el secreto revelado por Cristo acerca del gran Enemigo invisible que combatirá y
engañará al pueblo de Dios, de todas las formas y maneras posibles. El enemigo a
quien Cristo se- ñala con la expresión: «Las puertas del Infierno».
Aquí surge una gran pregunta que no queremos dejar de contestar, antes de poner
fin a esta introducción, pues se trata de una duda realmente turbadora para los
buscadores sinceros de la Verdad religiosa: ¿Por qué el Señor dejó tan abiertas
aquellas puertas del infierno que en su sabiduría y previsión divinas sabia que no
habían de prevalecer?
¿Por qué permitirla Dios estas malas interpretaciones de su voluntad?, ¿por qué
tole- raría tanta injusticia y crueldad sin ponerle coto! Nosotros habríamos corrido en
auxilio de nuestros hermanos si hubiésemos tenido medios para ello. ¿Por qué no lo
hizo el Señor Todopoderoso! ¿Por qué les dejo perecer?
Es verdad que en ciertos casos observamos la mano de la Providencia castigando a
los opresores. Podemos advertir esta circunstancia en los relatos que se dan en las
pági- nas de este mismo libro.
Pero nos objeta el escéptico con aparente razón: ¿No habría sido mucho mejor si la
eliminación de estos enemigos hubiese tenido lugar antes de que pudiesen llevar a
ca- bo sus terribles crueldades y crímenes? ¿Por qué no atendió el Todopoderoso
las an- gustiosas plegarias de sus hijos afligidos y perseguidos?
Esta es una angustiosa pregunta que se ha levantado seguramente en el corazón
del hombre desde que la mano homicida de Caín se ensañó contra el inocente Abel,
y que se continuará repitiendo hasta que Dios establezca su trono de justicia sobre
la tierra. Sin embargo podemos vislumbrar razones para este silencio del
Todopoderoso, sin ca- er en la desalentadora conclusión de: «No hay justicia en lo
Alto».
He aquí algunas de tales razones:

1.ª El mundo se halla en período de prueba; y por tal motivo Dios parece haber
dejado a la humanidad libre de su tutela, por lo menos en el sentido coercitivo, si
bien no nos ha dejado sin testimonio, revelándose a nosotros por métodos
persuasivos... por las obras de la Naturaleza, por nuestra conciencia y sobre todo,
por la venida de Cristo al mundo. Sólo de esta manera podía manifestarse, para
oprobio y vergüenza del Adver- sario, hasta donde puede llegar el horror y la
maldad del pecado, por un lado, y por el otro: la fe, la abnegación, la virtud. Los
colores oscuros de un cuadro hacen resaltar las claridades del mismo. El heroísmo y
el amor a la Verdad a toda prueba, no habrían te- nido ocasión de revelarse de no
haber existido la maldad y la injusticia en el mundo.

2.ª La muerte no es lo mismo vista desde este lado del sepulcro que desde la eterni-
dad. El martirio, que para nosotros es un fin desastroso, no significa sino un glorioso
triunfo visto desde el otro lado de la muerte. Por consiguiente, los horrores del
anfiteatro y las hogueras de la Inquisición, no eran en realidad sino un medio para
traer a su ver- dadero destino a almas redimidas y dignísimas que glorificaron a Su
Señor con la fir- meza de su heroico sacrificio.

3.ª Valía la pena tal sufrimiento por lo aleccionador de tal ejemplo, no solamente
para los humanos sino probablemente para los mismos ángeles. Es indudable que
la heroica firmeza de los mártires ha producido incalculables beneficios, no
solamente a los humanos que les seguimos y somos estimulados por su ejemplo,
sino a otros seres es- pirituales que habrán visto admirados a qué alturas puede
llegar la fe y el amor a Dios. Los mismos ángeles rebeldes que desconfiaron de Dios
habrán tenido de este modo ocasión de convencerse de que es posible acatar la
Voluntad Soberana, sin entenderla, aún en las circunstancias adversas en que viven
los hombres; y ha de haber sido para ellos una severa lección de reproche.

4.ª Lo momentáneo y leve de la tribulación obra un sobremanera alto y eterno peso


de gloria (2. Corintios 4:17). Es bien probable que nosotros que hoy procuramos las
mayo- res comodidades, y una vida larga, envidiaremos algún día la suerte de los
mártires que gimieron en los calabozos y perecieron en los anfiteatros y hogueras,
cuando contem- plemos admirados su eterna y gloriosa recompensa.

Sin embargo, es nuestro deber ahora, no buscarnos sufrimientos innecesarios, sino


conformarnos en la condición en que Dios nos ha puesto, siendo fieles en el servicio
del Evangelio, como nuestros gloriosos antepasados lo fueron en el sufrimiento.
Que el ejemplo de los que todo lo sacrificaron a la Verdad y a la voluntad de Dios,
nos sirva de estimulo en esta época materialista para elevar nuestros pensamientos
por encima de los convencionalismos y conveniencias humanas, a fin de que, tras
de hallar sobre el mismo terreno que ellos, la feliz seguridad de la fe, seamos
testigos fieles de Dios en esta generación, como lo fueron en otros siglos nuestros
antepasados cristianos.

PADRES APOSTOLICOS
A PRINCIPIOS del siglo II de nuestra era, ciertas enseñanzas falsas comenzaron a
enturbiar las aguas puras del cristianismo verdadero. Tal como se había predicho por
inspiración divina, tras la muerte de los apóstoles, algunos se apartaron de la verdad y
prefirieron creer en “mitos” (2 Timoteo 4:3, 4, nota). Alrededor del año 98, Juan —el
único apóstol que quedaba vivo— advirtió a los cristianos fieles contra los que
“trata[ban] de extraviarlos” con creencias falsas (1 Juan 2:26; 4:1, 6).
Poco después aparecieron en escena quienes llegaron a conocerse como los Padres
Apostólicos. ¿Qué hicieron ellos ante esa ola de enseñanzas falsas? ¿Prestaron
atención a la advertencia que Juan había dado movido por el espíritu santo?
¿Quiénes eran?
Se les llama “Padres Apostólicos” a los escritores religiosos que supuestamente
fueron instruidos por alguno de los apóstoles o por los discípulos de estos. Vivieron
entre finales del siglo I y mediados del siglo II.* Algunos de ellos fueron Clemente de
Roma, Ignacio de Antioquía, Papías de Hierápolis y Policarpo de Esmirna. Entre los
escritos de esta época figuran también las obras de autores desconocidos, tituladas
la Didaché, la Epístola de Bernabé, el Martirio de Policarpo y la llamada Segunda
carta de Clemente a los Corintios.
Es difícil saber con certeza hasta qué grado armonizaban las enseñanzas de los
Padres Apostólicos con las de Jesucristo. Lo que no se puede negar es que ellos
pretendían preservar o promover cierta clase de cristianismo. Condenaban la idolatría
y el libertinaje, y sostenían que Jesús era el Hijo de Dios y que había sido resucitado.
Con todo, no pudieron contener la marea de ideas apóstatas; al contrario, algunos
incluso la alimentaron con sus propias enseñanzas

Representan a la generación inmediatamente posterior a la de los apóstoles y de


hecho algunos de estos personajes parece que estuvieron en contacto directo con
algunos de ellos; es esta cercanía en el tiempo la que les confiere una posición
particular, de ahí que se les denomine 'Padres apostólicos'.
Su preocupación primordial es la edificación de las iglesias o personas para quienes
escriben; especialmente esto es así con Clemente e Ignacio en cuyas cartas notamos
una profunda inquietud por las iglesias destinatarias de sus cartas. Al mismo tiempo
que tratan con cuestiones prácticas, como la unidad de las iglesias, no dejan de lado
asuntos doctrinales, como la Divinidad de Cristo o su verdadera humanidad. De
importancia es el testimonio que Clemente da en su carta sobre ciertos hechos
biográficos de la vida de Pedro y de Pablo:
'Pongamos ante nuestros ojos a los santos apóstoles. A Pedro, quien, por inicua
emulación, hubo de soportar no uno ni dos, sino muchos más trabajos. Y después de
dar así su testimonio, marchó al lugar de la gloria que le era debido. Por la envidia y
rivalidad mostró Pablo el galardón de la paciencia. Por seis veces fue cargado de
cadenas; fue desterrado, apedreado; hecho heraldo de Cristo en Oriente y Occidente,
alcanzó la noble fama de su fe; y después de haber enseñado a todo el mundo la
justicia y de haber llegado hasta el límite del Occidente y dado su testimonio ante los
príncipes, salió así de este mundo y marchó al lugar santo, dejándonos el más alto
dechado de paciencia.'
En esa frase, 'haber llegado hasta el límite del Occidente' ven muchos la confirmación
de que, efectivamente, Pablo estuvo en España. En estas cartas son continuas las
exhortaciones a la paciencia, la humildad y el amor, para mantener la unidad, así
como la sujeción al obispo, lo que se ve como garantía de cohesión. Sobre todo en
Ignacio el cargo de obispo toma dimensiones cruciales para la vida de la iglesia:
'Habéis de respetar también a los diáconos como a Jesucristo. Lo mismo digo del
obispo, que es figura del Padre, y de los ancianos, que representan el senado de Dios
... quitados éstos, no hay nombre de Iglesia.'
'El que hace algo a espaldas del obispo y de los ancianos, ése es el que no está puro
y limpio en su conciencia.'
(Ignacio, Carta a los tralianos)
De distinto tono es 'El pastor de Hermas', con un contenido más cercano a los
apocalipsis apócrifos que por aquellos siglos circularon, y la carta de Bernabé que es
un conjunto de enseñanzas generales, algunas de ellas con una interpretación muy
singular del Antiguo Testamento.
Mención aparte merece el documento anónimo llamado Didaché o 'Doctrina de los
doce apóstoles' en el que tenemos una información preciosa acerca de la vida de las
comunidades cristianas de finales del siglo I y comienzos del II. En este documento se
pone de relieve la importancia que la figura del profeta tenía todavía; de hecho se
habla de apóstoles y profetas itinerantes y se dan algunas señales para discernir los
verdaderos de los falsos; también se muestra la necesidad por parte de la iglesia local
de sostener a los maestros y profetas genuinos que hubiere en ella. Las dos
ordenanzas, bautismo y Cena del Señor, son tratadas en forma sencilla y práctica. Es
interesante la mención expresa que se hace a la elección de obispos y diáconos,
elección cuya última responsabilidad recae en la propia asamblea local. Igualmente
importante es la alusión a la confesión de pecados en un contexto comunitario. Lo
inmediato del regreso de Cristo se pone de manifiesto en el estilo sencillo de vida que
han de vivir los cristianos y en la vigilancia que han de ejercer para no ser desviados
en el último momento. Es decir, en este documento rezuma todavía la espontaneidad
y sencillez de la vida cristiana en el contexto de una asamblea local; se está muy lejos
de rígidas estructuras, jerarquías piramidales, luchas por el poder y otros males que
irán haciendo su aparición poco a poco.
Representantes.
1. Clemente de Roma: Según el teólogo Ireneo (siglo II), Clemente fue el tercer obispo
de Roma (88-97) y estuvo familiarizado con san Pedro y san Pablo. Inclusive parece
ser que fue consagrado por el mismo Pedro. Hay quiénes lo identifican con  el
Clemente colaborador de Pablo según Filipenses, de lo que no hay pruebas. Aunque
se conocen pocos detalles de su biografía, la alta estima en que se tuvo a Clemente
es clara a partir de su Epístola a los Corintios (96?),  que fue considerada de forma
unánime como un libro canónico de la Biblia hasta el siglo IV. Unos de los más
importantes documentos de los tiempos apostólicos, esta epístola es la pieza más
antigua de la literatura cristiana fuera del Nuevo Testamento, de la que el nombre,
cargo y fecha del autor están probados con rigor histórico. La aparición de disputas
dentro de la Iglesia de Corinto, donde ciertos presbíteros (ancianos) habían sido
depuestos, empujó al autor a intervenir. La epístola es una valiosa fuente de
información sobre la vida, doctrina y organización de la Iglesia cristiana primitiva.
2. Ignacio de Antioquía: (c. 35-107), segundo obispo de Antioquía y mártir. Se llamó a
sí mismo Theoporos (en griego, portador de Dios) y se cree que fue discípulo de san
Juan el evangelista. Durante el reinado del emperador romano Trajano, fue
condenado a ser devorado por las bestias salvajes. En su viaje de Antioquía a Roma,
donde la ejecución tuvo lugar, escribió siete cartas, cinco dirigidas a las comunidades
cristianas de Éfeso, Magnesia, Tralles, Filadelfia y Esmirna, ciudades de Asia Menor
que habían enviado representantes para darle la bienvenida a su paso por ellas, las
otras dos estaban dirigidas a Policarpo, obispo de Esmirna, y a la comunidad cristiana
de su destino, Roma. Las cartas son una fuente importante de información sobre las
creencias y organización de la primera Iglesia cristiana. Ignacio las escribió como
advertencias contra las doctrinas heréticas, lo que permite a sus lectores contar con
resúmenes detallados de la doctrina cristiana. También proporcionó un retrato claro de
la organización de la Iglesia en cuanto a comunidad de fieles reunida en torno a la
presidencia de un obispo, asistido por un concilio de presbíteros (miembros del
consejo) y diáconos. Fue el primer escritor cristiano que insistió en el alumbramiento
virginal de María y el primero en usar el término Iglesia católica al referirse a la
colectividad de los fieles. En la carta dirigida a los miembros de la Iglesia en Roma les
pide que no den paso alguno para defraudar su más ardiente deseo: morir por Cristo.
3. Policarpo de Esmirna: (c.69-c.155), prelado cristiano, y obispo de Esmirna
nombrado por los apóstoles (hoy Izmir, Turquía) durante la primera mitad del siglo II.
Poco antes del martirio de Ignacio (quizá en 116) recibió una visita y una epístola de
Ignacio de Antioquía, otro padre apostólico. Hacia el final de su vida representó a las
iglesias de Asia Menor en diversos encuentros celebrados en Roma con el papa
Aniceto (155-166) donde se trató, entre otros temas, la fecha de la Pascua. Según el
teólogo y mártir cristiano Ireneo, su discípulo, Policarpo habló con el apóstol san Juan
Evangelista, de quien quizá fuera discípulo, además de conocer a otros apóstoles de
Jesús, lo que unido a sus dotes para predicar y a su carácter devoto le proporcionaron
una posición de gran autoridad en las iglesias de Asia. Por cartas suyas se sabe que a
fines del siglo I se habían separado los obispos, rectores de la comunidad, de los
presbíteros, sus ayudantes. Tuvo una larga vida y muerte ejemplar. Fue martirizado en
Esmirna a los 86 años. Merced a una carta de la Iglesia de Esmirna a la comunidad
cristiana de Filomelio, del año 156, tenemos una detallada referencia del martí tirio de
Policarpo, a poco, de su regreso a Roma ese mismo año. Este relato es el más
antiguo que existe del martirio de un solo individuo. La carta lleva la firma de un tal
Marción y fue escrito poco después de la muerte de Policarpo. A través de esa carta
se conoce el significado exacto de la palabra martirio: es una imitación de Cristo,
parecerse a Él en los sufrimientos y en la muerte. Se conserva de él una sola carta a
los cristianos de Filipos.
4. Papías de Hierapolis: (hacia 125) Obispo de Hierápolis, Frigia, Asia Menor. Había
oído predicar a San Juan y era amigo de Policarpo de Esmirna. Defendió el
milenarismo. Tuvo muy poco sentido crítico en la selección e interpretación de sus
fuentes. Era de mediocre inteligencia. Introdujo a muchos autores cristianos a
creencias quiliastas. Hacia el 130 escribió un tratado en cinco libros: Explicación de
las sentencias del Señor, primera obra de exégesis de los evangelios que tiene de
importancia la enseñanza oral de los discípulos a los apóstoles. Las sentencias las
extrae de la tradición oral, no de los evangelios. Por él, se conocen datos sobre los
autores de dos evangelios: Marcos y Mateo.
D. Escritos
1. Epístola Genuina de Clemente a los Corintios: Escrita por Clemente, en el nombre
de la Iglesia de Roma, a la hermandad cristiana de Corinto aproximadamente en el
año 95 d.C. para atajar disensiones y divergencias acaecidas en esta comunidad
cristiana respecto a la autoridad de la Iglesia. Es interesante la referencia a los
martirios de Pedro y Pablo en los últimos años del reinado de Nerón.
2. Antigua Homilía: De autor desconocido. Atribuida por la tradición a Clemente como
su segunda epístola a los Corintios, aunque existen serias dudas al respecto, pues,
por su estilo y lenguaje, se ve claramente que se trata de una homilía más que de una
carta. Es el sermón más antiguo que se conoce, aproximadamente sobre el 120 a.C.
3. Epístolas de Ignacio: Son siete y fueron escritas a principios del siglo II, cuando
Ignacio se dirigía de Antioquía a Roma después de haber sido condenado a muerte y
esperaba ser echado a las fieras. Pueden dividirse en dos grupos: las enviadas desde
Esmirna (a Efeso, a Magnesia, a Tralles de Asia y a Roma), donde parece ser que se
alojó durante el trayecto, y las escritas en Troas (a Filadelfia, a Esmirna y a Policarpo),
donde también parece ser que hizo un alto antes de emprender un viaje por mar.
4. Epístola de Policarpo: Escrita por Policarpo, Obispo de Esmirna, como respuesta a
una comunicación de los filipenses, que le habían invitado para que les dirigiera unas
palabras de exhortación. Está directamente relacionada con las cartas y martirio de
Ignacio. Menciona la fama de la Iglesia de Filipos y las comunicaciones escritas y
orales de Pablo con los filipenses.
5. El Martirio de Policarpo: Documento escrito poco tiempo después del martirio de
Policarpo – sobre el año 155/156 – dirigido básicamente a las iglesias de Esmirna y
Filomelio, pero con instrucciones de que circulara a todas las iglesias. Cuenta con
detalle la detención y martirio de este siervo del Señor, fiel hasta la muerte, para
ejemplo y exhortación de las comunidades cristianas de la época, que sufrían
persecución.
6. La Didaché: Conocida también como La Enseñanza de los Doce es uno de los
documentos apostólicos más útiles e importantes después de los escritos canónicos
del Nuevo Testamento. Aunque se desconoce su fecha exacta, por su lenguaje se
deduce que se trata de un documento de fecha muy primitiva, probablemente el siglo
I. Se trata de un manual de instrucciones utilizado por la iglesia primitiva para su
funcionamiento. Se compone de dos partes:
a. Un tratado moral, basado en una obra antigua titulada “Los dos caminos”, que
presenta el camino de la justicia y el de la injusticia, el de la vida y el de la muerte.
b. Un conjunto de instrucciones referentes a los ritos y órdenes de la Iglesia: el
bautismo, la oración, la Cena del Señor, el ayuno y los cargos en la Iglesia.
7. La Epístola de Bernabé: Aunque Clemente de Alejandría cita con frecuencia esta
carta y la atribuye al apóstol Bernabé, compañero de Pablo, el lenguaje que emplea
no sugiere en absoluto que el autor sea el Bernabé de los Hechos de los Apóstoles, ni
tampoco el propio escritor lo pretende en ninguna parte de su escrito. Fue escrita
entre los años 70-79, después de la destrucción de Jerusalén y se trata de un ataque
inflexible al judaísmo y sus ordenanzas, aunque realizado con sumo respeto.
Persecución a los cristianos por judíos[editar]
Antecedentes[editar]
El Nuevo Testamento dice que los primeros cristianos, comenzando por el
propio Jesús, sufrieron persecución a manos de los jefes judíos de esa época.
También relata el principio de persecuciones por los romanos. El término «los
cristianos» es usado con frecuencia en una forma indiscriminada que ha sido causa de
controversia.
Según el Nuevo Testamento, la persecución de los primeros cristianos continuó
después de la muerte de Jesús. Pedro y Juan fueron encarcelados por los jefes
judíos, incluido el sumo sacerdote Ananías, quien no obstante los liberó más tarde
(Hechos 4:1-21). En otro momento, todos los apóstoles fueron encarcelados por
el sumo sacerdote y otros saduceos, pero fueron liberados por un ángel (Hechos 5:17-
18). Los apóstoles, tras haber escapado, fueron llevados nuevamente ante
el Sanedrín, pero esta vez Gamaliel, un rabino fariseo bien conocido de la literatura
rabínica, convenció al Sanedrín de liberarlos (Hechos 5:27-40).
La razón más probable de la persecución fue, por parte de los judíos, la evidente
herejía que representaba la doctrina cristiana desde un punto de vista de la doctrina
tradicional judía, ya que entre otras cosas, la idea de un Dios-Hombre chocaba de
frente con su arraigado monoteísmo (esto se percibe claramente en la narración
bíblica de los hechos de los primeros cristianos). Es deducible además que a oídos
romanos, la predicación de los cristianos sobre el inminente regreso del rey de los
judíos y el establecimiento de su reino, era sediciosa. Los romanos dieron a los judíos
en ese tiempo un autogobierno limitado; las principales obligaciones de los líderes
judíos eran recolectar impuestos para Roma y mantener el orden civil. Así, los líderes
judíos tendrían que suprimir cualquier tesis sediciosa, como las que defendían los
cristianos. Esta oposición judía fue un potente motor para plantar en Roma la semilla
del odio al incipiente cristianismo.
Muerte de Esteban[editar]
El Nuevo Testamento relata la lapidación de Esteban (Hechos 6:8-7:60) por miembros
del Sanedrín. Esteban es recordado en el cristianismo como el
primer mártir (del griego: mártÿros, ‘testigo’).
Saulo de Tarso (Pablo)[editar]
La ejecución de Esteban fue seguida de una gran persecución de cristianos (Hechos
8:1-3), dirigida por un fariseo llamado Saulo Pablo de Tarso, enviando a muchos
cristianos a prisión. Según el Nuevo Testamento, esta persecución continuó hasta que
Saulo se convirtió al cristianismo (y cambió su nombre a Pablo), tras decir que había
visto una luz brillante y oído la voz de Jesús en el camino hacia Damasco, donde
estaba viajando para encarcelar a más cristianos (Hechos 9:1-22).
Hechos 9:23-25 dice que «los judíos» en Damasco trataron entonces de matar a
Pablo. Estaban esperándole en las puertas del pueblo, pero los evadió al ser bajado
sobre el muro de la ciudad en una canasta por otros cristianos y luego escapó hacia
Jerusalén. Comprensiblemente, tuvo dificultad al principio para convencer a los
cristianos de Jerusalén que él, su antiguo perseguidor, se había convertido y de que
ahora estaba siendo perseguido a su vez (Hechos 9:26-27). Otro atentado se hizo
contra su vida, esta vez por «los grecianos» (KJV), refiriéndose a un grupo de
judíos helenistas (Hechos 9:29), a quienes él debatió mientras estaban dentro y
alrededor de Jerusalén.
Persecución a cristianos en el Imperio romano[editar]
Antecedentes[editar]
Al principio, los romanos consideraron el cristianismo como una nueva secta judía.
Aparte de las esporádicas persecuciones de Nerón y Domiciano, durante el siglo I los
cristianos tuvieron que enfrentarse con mayor frecuencia con la animadversión de
los escribas y fariseos, rectores del judaísmo, que con las autoridades romanas.
Sobre la base de diversos testimonios1 se afirma que durante la segunda mitad
del siglo I, todo el siglo II y hasta el siglo IV, los cristianos fueron también perseguidos
por autoridades del Imperio romano, que consideraba a los cristianos, ya sea como
judíos sediciosos (recordando que en el año 70 los judíos armaron una revuelta en
Judea que originó la destrucción de Jerusalén y la deportación de los judíos de su
territorio a manos romanas), o como rebeldes políticos. El
historiador Suetonio menciona las revueltas causadas en Roma en tiempo del
emperador Claudio «por un tal Cresto», a quien cabe identificar con Cristo, cuyas
doctrinas debían haber sido divulgadas por emigrantes o esclavos judíos en Roma.
Asimismo, Tácito en sus Anales habla de la persecución a los cristianos («nombre que
toman de un tal Cristo»), por parte de Nerón. En cuanto a Suetonio, menciona en su
"Vida de los doce césares", que, durante el reinado de Nerón, "fueron perseguidos
bajo pena de muerte los cristianos, una secta de hombres de una superstición nueva y
maléfica".
Tertuliano, en su Apología contra los gentiles, escrita en el año 200, explica cuáles
eran los delitos que la fama imputaba a los cristianos:
Que en la nocturna congregación sacrificamos y nos comemos un niño. Que en la
sangre del niño degollado mojamos el pan y empapado en la sangre comemos un
pedazo cada uno. Que unos perros que están atados a los candeleros los derriban
forcejeando para alcanzar el pan que les arrojamos bañado en sangre del niño. Que
en las tinieblas que ocasiona el forcejeo de los perros, alcahuetes de la torpeza, nos
mezclamos impíamente con las hermanas o las madres. De estos delitos nos pregona
reos la voz clamorosa popular, y aunque ha tiempo que la fama los imputa, hasta hoy
no ha tratado el Senado de averiguarlos.
Tertuliano, Apología, c.7
Los gentiles asimilaban las reuniones nocturnas de los cristianos a ritos orientales de
los «misterios», como los de Eleusis y Samos, enraizados en las prácticas mágicas,
los misterios de Cibeles, los de Isis, originarios de Egipto, o los de Mitra, procedentes
de Persia, que alcanzaron notable difusión incluso en España y en especial en la
costa catalana.
En este contexto, hay que recordar que se hizo costumbre entre varios emperadores
romanos el erigir estatuas propias en las diversas ciudades del imperio, y en
autoproclamarse dioses o hijos de dioses (bajo el título de señor de señores) a los que
sus súbditos debían de respetar. Un signo ejemplar de esto era la obligación de
adorar o cuando menos arrodillarse ante las estatuas de los emperadores en las
ciudades donde se encontraran.
Los cristianos, tomando como principio el que Jesús es el único Señor de señores, y el
único hijo del Dios verdadero, se negaban a tomar tales actitudes. Los romanos, antes
que juzgar sus creencias, verían en estos gestos las actitudes de una rebelión política
contra el imperio, lo cual originó varias persecuciones contra los cristianos en esa
época. Los componentes ideológicos potencialmente subversivos de las doctrinas y
costumbres cristianas debieron ser tomadas como una amenaza para el estatus quo
del orden social romano y una amenaza, sobre todo para las clases privilegiadas de
ese orden.
Tal es el caso de la creencia en la filiación divina de toda la humanidad («Todos
somos hijos de Dios») que implicaba la hermandad universal («todos somos
hermanos») y la dignidad humana («cualquier cosa que le hicierais al más pequeño de
ellos es como si me lo hicierais a mí»), un alegato a favor de la igualdad que chocaba
frontalmente con una sociedad esclavista. También el alegato contra la riqueza y las
prácticas comunistas de los primeros cristianos (que ponían a disposición de la
«comunidad» todos sus bienes cuando entraban a formar parte de ella) debieron
resultar amenazadores para los poderosos y privilegiados del imperio. El cristianismo
fue inicialmente una religión dirigida a los humildes, a los que sufren injusticia, los
pobres y a los esclavos, los grupos sociales más numerosos en un imperio en crisis, y
entre los que se extendió rapidísimamente a pesar de los esfuerzos de las autoridades
por evitarlo.
Hubo diez grandes persecuciones romanas contra el Cristianismo, denominadas
generalmente con el nombre de los emperadores que las decretaron: las
de Nerón, Domiciano, Trajano, Marco Aurelio, Septimio
Severo, Maximiano, Decio, Valeriano, Aureliano y Diocleciano.
Puesto que el cristianismo era considerado ilegal en el imperio, los cristianos debían
ocultarse. Sus reuniones serían entonces secretas y son famosas las catacumbas de
la ciudad de Roma, donde se dice que los cristianos se reunían,2 aunque según los
testimonios cristianos conservados, las catacumbas no eran el medio más utilizado
para esconderse, ya que la mayor parte de las reuniones de culto, se haría
secretamente en las mismas casas de los fieles. Para identificarse habrían utilizado
símbolos que a ojos romanos no fueran evidentes, como el símbolo del Pez (Ichthys, o
ΙΧΘΥΣ en griego), acrónimo que significaba para ellos Iēsoûs CHristós THeoû hYiós
Sōtér, 'Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador'.

La persecución de Nerón, 64-68


Artículo principal: Gran incendio de Roma
Una de las más conocidas e implacables y quizá la más temprana es la originada por
el emperador Nerón, en torno al cual se originó la leyenda de su autoría del incendio
que acabó con varios barrios de la ciudad de Roma. El historiador Cornelio
Tácito escribió a principios del siglo II que ante el rumor popular de que el incendio se
había originado por orden superior, halló en los cristianos los chivos expiatorios que
en principio satisficieron la ira del pueblo. Fueron cruelmente reprimidos, según
los Anales de Tácito. Suetonio, otro escritor prominente de principios del siglo II
corrobora la versión, señalando que entre las obras públicas de Nerón se contaba
«persiguió a los cristianos». Esta sería una de las razones que habrán llevado a
cristianos como Pedro o Pablo a la muerte en Roma, de lo que hablan escritores
cristianos de los primeros siglos como Clemente I.
La persecución de Domiciano, 81-96
Otro emperador que se recuerda por su crueldad con los cristianos fue Domiciano,
entre los años 81 y 96. Entre los numerosos cristianos martirizados durante esta
persecución estaban Simeón, obispo de Jerusalén, que fue crucificado. Flavia, hija de
un senador romano, fue asimismo desterrada al Ponto; y se dictó una ley diciendo:
«Que ningún cristiano, una vez traído ante un tribunal, quede exento de castigo sin
que renuncie a su religión».
La persecución de Trajano, 109-111
Entre 109 y 111 dC, Plinio el Joven fue enviado por el emperador Trajano (98-117) a
la provincia de Bitinia como gobernador. Durante su mandato, Plinio encuentra a los
cristianos, y escribe al emperador sobre ellos. El gobernador indicó que había
ordenado la ejecución de varios cristianos. Sin embargo, no estaba seguro de qué
hacer con aquellos que dijeron que ya no eran cristianos, y pidió consejo a Trajano. El
emperador respondió que los cristianos no deben ser buscados y que las acusaciones
anónimas deben ser rechazadas como una muestra «indigna de nuestra época», y si
se retractan y «adoran a nuestros dioses», deben ser liberados. Los que persistan, sin
embargo, deben ser castigados.
La persecución de Marco Aurelio, 161-180
Parte del problema que los cristianos tuvieron durante esta época, fue mayormente
provocada por el populacho, que saqueó a las comunidades cristianas de Asia Menor
fundadas por el Apóstol Pablo. Sin embargo, la condena de Marco Aurelio al
cristianismo, tuvo repercusiones tan conocidas como la condena a muerte de Justino,
que ocurrió durante esta época. La Persecución de Lyon, que fue precedida por la
violencia colectiva incluyendo asaltos, robos y lapidaciones (Eusebio, Historia
eclesiástica 5.1.7), provocó la aniquilación de la floreciente cristiandad de esta ciudad
(según se dijo, por ateísmo e inmoralidad). Otros cristianos conocidos fueron
torturados y martirizados en este momento, como Potino o Blandina
La persecución de Septimio Severo, 202-210
Otro emperador bajo quien los cristianos sufrieron fue Septimio Severo, que gobernó
desde el 193-211. Durante su reinado, Clemente de Alejandría dejó escrito: «Muchos
mártires son quemados a diario, confinados o decapitados, ante nuestros ojos».
Septimio Severo usó la persecución como pretexto para atribuir a los cristianos
la peste y el hambre que asolaban el imperio; en esta persecución, especialmente
violenta, sufrieron martirio Santa Cecilia y su esposo Valeriano y tuvo lugar el famoso
episodio de la Legión fulminante.
El emperador Severo quizás no estaba personalmente en contra de los cristianos,
pero la iglesia estaba ganando poder y la adhesión masiva de fieles condujo al
sentimiento popular anti-cristiano y su persecución
en Cartago, Alejandría, Roma y Corinto aproximadamente entre 202 y 210.
En el año 202 Septimio promulgó una ley que prohibió la difusión del cristianismo y el
judaísmo. Este fue el primer decreto universal prohibiendo la conversión al
cristianismo. Estallaron violentas persecuciones en Egipto y África del
Norte. Leonidas, defensor del cristianismo, fue decapitado; su hijo Orígenes fue
perdonado porque su madre escondió su ropa. Una joven fue cruelmente torturada y
luego quemada en una caldera de brea ardiente con su madre. Perpetua y
Felicidad fueron martirizadas durante este tiempo, al igual que muchos estudiantes de
Orígenes de Alejandría.
La persecución de Maximino, 235[editar]
Maximino el Tracio inició una persecución dirigida principalmente contra los jefes de la
Iglesia en el año 235. Una de sus primeras víctimas fue Ponciano, que con Hipólito fue
desterrado a la isla de la Cerdeña.
La persecución de Decio, 250-251[editar]
La persecución de Decio arrojó numerosos eremitas a los bosques; entre sus mártires
se encuentra el papa San Fabián y Santa Águeda; el célebre Orígenes sufrió tales
tormentos que murió después a consecuencia de ellos. La persecución de los
cristianos se extendió a todo el Imperio durante el reinado de Decio y marcó de forma
duradera a la iglesia cristiana.
En enero de 250, Decio publicó un edicto por el que se requería que todos los
ciudadanos hicieran un sacrificio para mayor gloria del emperador en la presencia de
un oficial romano y así obtener un certificado (Libellus) que demostrara que lo habían
hecho. En general, la opinión pública condenaba la violencia del gobierno y se
admiraba de la resistencia pasiva de los mártires con lo que el movimiento cristiano se
fortaleció. La persecución de Decio cesó en 251, pocos meses antes de su muerte.
La persecución de Decio tuvo repercusiones duraderas para la iglesia: ¿Cómo deben
ser tratados los que habían comprado un certificado o había hecho realmente el
sacrificio? Parece que en la mayoría de las iglesias, los apóstatas fueron aceptados
de nuevo al seno de la iglesia, pero algunos grupos se les negó la entrada a la iglesia.
Esto plantea importantes cuestiones acerca de la naturaleza de la Iglesia, el perdón, y
el alto valor del martirio. Un siglo y medio más tarde, san Agustín discutió con un
influyente grupo llamados Donatistas, que se separó de la Iglesia Católica porque ésta
abrazó a los que se habían acobardado.
Gregorio de Tours glosa las persecuciones en su Historia de los francos:
Bajo el emperador Decio muchas persecuciones se levantaron contra el nombre de
Cristo, y hubo tal masacre de los creyentes que no podían ser contados. Babillas,
obispo de Antioquía, con sus tres pequeños hijos, Urban, Prilidan y Epolon, y Sixto,
obispo de Roma, Lorenzo, un archidiácono, e Hipólito, se perfecciona por el martirio,
ya que confesó el nombre del Señor. Valentiniano y Novaciano eran los jefes herejes
más activos en contra de nuestra fe, animando al enemigo. En este momento, siete
hombres fueron ordenados como obispos y enviados a los galos a predicar, como la
historia del martirio del santo mártir Saturnino refiere. Porque dice: "En el consulado
de Decio y Grato, como la memoria fiel, recuerda, la ciudad de Toulouse, recibió al
santo Saturnino como su primer y más grande obispo". Estos obispos fueron
enviados: Catianus obispo de Tours, Trófimo obispo de Arles, Pablo obispo de
Narbona, Saturnino obispo de Tolosa, Dionisio obispo de París; Stremonius obispo de
Clermont, Marcial obispo de Limoges.
Los escritos de Cipriano, obispo de Cartago, arrojan luz sobre las consecuencias de la
persecución de Decio en la comunidad cristiana cartaginesa.
La persecución de Valeriano, 256-259[editar]
Bajo el reinado de Valeriano, que subió al trono en 253, todos los clérigos cristianos
fueron obligados a sacrificar a los dioses romanos. En un edicto de 257, el castigo fue
el exilio, en 258, el castigo era la muerte. Senadores cristianos, caballeros y damas
fueron también obligados a sacrificar, bajo pena de fuertes multas, reducción de rango
y, más tarde, la muerte. Por último, se prohibió a todos los cristianos visitar sus
cementerios. Entre los ejecutados por Valeriano se encuentran: San Cipriano, obispo
de Cartago, y Sixto II, obispo de Roma. Según una carta escrita por Dionisio durante
este tiempo, «hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, doncellas y matronas, soldados
y civiles, de toda edad y raza, algunos por la flagelación y el fuego, otros por la
espada, han conquistado en la lucha y ganado sus coronas». La persecución terminó
con la captura de Valeriano por Persia. Su hijo y sucesor Galieno, revocó los edictos
de su padre.
Una orden de arrestar a un cristiano, de fecha 28 de febrero 256, se encontró entre
los Papiros de Oxirrinco (P. Oxy 3035). En el documento no se detallan los motivos de
la detención.
La persecución de Diocleciano, La gran persecución, 303-313[editar]
Artículo principal: Persecución de Diocleciano
La persecución de Diocleciano fue la más grave, pues este quiso reformar el imperio
en todos los aspectos y una parte muy esencial de su política era reforzar el culto
imperial. Fue instigado a ella por los césares Maximiano y Galerio; hasta ciudades
enteras cristianas fueron arrasadas. Fue tan larga esta persecución que fue llamada la
Era de los mártires, y entre los más célebres se cuentan varios papas, San
Sebastián, San Pancracio y Santa Inés.
La persecución de Juliano[editar]
Juliano el Apóstata fue el último emperador pagano del Imperio romano. Se crio en un
momento en que el paganismo estaba en declive, en Roma. Al ser proclamado
augusto en el año 361, Juliano de inmediato declaró su fe a los antiguos dioses
romanos y buscó provocar un renacimiento pagano. Sin embargo, fue asesinado en
Persia en el año 363 y su intento de restaurar el paganismo finalmente fracasó.
Juliano utilizó muchos métodos para romper sutilmente la Iglesia. Recordó a los
obispos que habían sido desterrados por las enseñanzas heréticas, el clero fue
despojado de su derecho a viajar por cuenta del Estado (como lo habían hecho
anteriormente) y prohibió a los cristianos enseñar obras clásicas tales como la Ilíada o
la Odisea. Juliano fue sustituido por el emperador cristiano Joviano.La persecución de
Constantino, siglo II mediados del siglo II, las turbas estaban predispuestas a tirar
piedras a los cristianos. La Persecución de Lyon fue precedida por la violencia
colectiva, incluyendo asaltos, robos y lapidaciones Además hubo persecuciones de
forma inconexa hasta el siglo III, aunque la Apologética de Tertuliano de 197 fue
escrita ostensiblemente en defensa de los cristianos perseguidos y dirigida a los
gobernadores romanos. El edicto de Septimio Severo, familiar en la historia del
cristianismo es puesto en duda por algunos historiadores seculares por conocerse
fuera del martirologio cristiano.Según la documentación del Imperio, la primera gran
persecución tuvo lugar bajo Maximino el Tracio, aunque sólo afectó al clero. No fue
sino hasta Decio a mediados del siglo, que una persecución de los cristianos laicos de
todo el Imperio se llevó a cabo. Fuentes cristianas aseveran que se emitió un decreto
que requería sacrificios públicos, un trámite equivalente a un testimonio de fidelidad al
emperador y al orden establecido. Decio autorizó varias comisiones itinerantes para
visitar las ciudades y aldeas y supervisar la ejecución de los sacrificios y para entregar
los certificados por escrito a todos los ciudadanos que las efectuasen. Los cristianos a
menudo tuvieron oportunidad de evitar el castigo efectuando sacrificios públicos o
quemando incienso en honor a los dioses romanos, pero si se negaban eran
acusados por los romanos de impiedad. La negativa era castigada con arresto,
encarcelamiento, tortura y ejecuciones. Los cristianos huyeron a refugios en el campo,
y algunos compraron sus certificados de sacrificio, denominados libelli. Varios
municipios próximos a Cartago debatieron la cuestión de en qué medida la comunidad
debería aceptar a estos cristianos lapsos.Según la documentación del Imperio, la
primera gran persecución tuvo lugar bajo Maximino el Tracio, aunque sólo afectó al
clero. No fue sino hasta Decio a mediados del siglo, que una persecución de los
cristianos laicos de todo el Imperio se llevó a cabo. Fuentes cristianas aseveran que
se emitió un decreto que requería sacrificios públicos, un trámite equivalente a un
testimonio de fidelidad al emperador y al orden establecido. Decio autorizó varias
comisiones itinerantes para visitar las ciudades y aldeas y supervisar la ejecución de
los sacrificios y para entregar los certificados por escrito a todos los ciudadanos que
las efectuasen. Los cristianos a menudo tuvieron oportunidad de evitar el castigo
efectuando sacrificios públicos o quemando incienso en honor a los dioses romanos,
pero si se negaban eran acusados por los romanos de impiedad. La negativa era
castigada con arresto, encarcelamiento, tortura y ejecuciones. Los cristianos huyeron
a refugios en el campo, y algunos compraron sus certificados de sacrificio,
denominados libelli. Varios municipios próximos a Cartago debatieron la cuestión de
en qué medida la comunidad debería aceptar a estos cristianos lapsos.

ORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA
El Fundamento de la Iglesia
La idea de una congregación del pueblo de Dios viene desde muy temprano en el AT,
pero nos vamos a concentrar en lo que es más directamente relevante a nosotros, la
iglesia establecida por Cristo y los apóstoles en nuestros tiempos, y sujeta a la ley de
Cristo y no a la de Moisés.
Veamos Mateo 16:13‐18.
 Lo primero que quiero que notemos de este pasaje es que Cristo ya anticipa el
establecimiento de la iglesia. No fue algo que al azar se les ocurrió después de su
partida a los apóstoles ‘hey, por que no nos organizamos en iglesias?’, sino que fue
la intención expresada de Cristo antes de morir.
 Cual es la roca sobre la cual es edificada la iglesia? [lo que resume en su confesión
Pedro: tu eres el Cristo, el hijo del Dios viviente]
Esta verdad es la base de nuestra identidad y existencia. Esta es la piedra angular
de la iglesia: la convicción que Jesús de Nazaret, en Israel, es el Cristo, el
unigénito hijo del Dios viviente.
Y de su iglesia Cristo habla en otros términos también en Juan 14.
 Juan 14:1‐2 ‐ Qué significa el v. 2? ¿Qué es la casa de Dios, en qué sentido
debemos entenderlo? [familia] El sentido del pasaje? [que hay espacio para
nosotros, y él se va para prepararnos lugar]
 ¿Pero por qué se tiene que ir para prepararnos morada, por qué no se queda?
 v. 12 ‐ ‘y aun mayores hará, porque yo voy al Padre’ ‐ qué tiene que ver el que
vaya al Padre?
 v. 13 ‐ ‘todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré’ ‐ pidiereis al Padre,
yo lo haré?
 v. 15‐18 ‐ ‘yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con
vosotros para siempre... el Espíritu de Verdad... vosotros le conocéis, porque
mora con vosotros... no os dejaré huérfanos; vendré a vosotros...’
 La palabra ‘consolador’ ocurre 4 veces en estos dos capítulos, y el griego,
parakletos, ocurre una vez mas en I Juan 2:1, donde dice que ‘abogado’
tenemos con el Padre, a Jesucristo.
 v. 26‐28 ‐ Por qué se iba al Padre? [Porque por medio del poder del Padre, Cristo
podría repartir los dones necesarios a todos los Cristianos del mundo, para
poder establecer su iglesia] Si Cristo se quedaba en tierra, no podía ser la
cabeza de una iglesia global.
Así que en estos pasajes tenemos la idea más importante respecto a la iglesia: La
iglesia es de Cristo, y Cristo es la cabeza, el líder, el fundador, de ella. Cristo es el que le
hace casa a Dios (II Sam uel 7). Y esto es relevante tanto a la idea de la estructura como la
función de la iglesia. Si la iglesia es de Cristo, existe para terminar de cumplir la obra que
Cristo inició, y si él la fundó, y él se fue al cielo como para administrarla, significa que
entre nosotros todos somos consiervos en la iglesia, sujetos a Cristo.
Vamos ahora a los Hechos, a ver como se va estableciendo la iglesia.
El Establecimiento de la Iglesia Primitiva
Desde el principio está claro que los 12 apóstoles llamados personalmente por Cristo
(habiendo sido elegidos por Dios, Juan 17:6‐9), tienen una función fundamental en
continuar la obra de Cristo. Y por eso, lo primero que hacen los 11 que quedan después
de la ascensión de Cristo es elegir a alguien que le reemplace a Judas.
Hechos 1:21‐26. Cuales eran los requisitos del apostolado? [1. Haber estado con Cristo
desde el inicio de su ministerio, y haber sido testigos de lo que él hizo, y principalmente de su
resurrección. 2. Ser elegido por Dios.] Y de esa forma escogen uno que le reemplace a
Judas, para completar el numero de los que Cristo quiso tener: 12.
El siguiente paso es lo que ocurre en el día de Pentecostés. Hechos 2:1‐4. Que
pasa? [hay un derramamiento del poder del Espíritu Santo] Y como se manifiesta? [En
que comienzan a predicar en muchos idiomas.]
Y a partir del v. 14 tenemos el discurso de Pedro, que me imagino fue típico de lo que
todos decían, explicando que lo que ocurría en este momento, así como todo lo relacionado
con Cristo, estaba anticipado en los planes de Dios y de ello habían dado testimonio los
profetas. Veamos como termina Pedro:
 Hechos 2:36 ‐ El fin del argumento? [Jesús de Nazaret es el Cristo]
 Hechos 2:37 ‐ Y qué reacción produce este discurso en ellos? [arrepentimiento]
 Hechos 2:38‐39 ‐ Y la persona que cree esas palabras, que Jesús es el Cristo, el
ungido de Dios, que debe hacer? [bautizarse en el nombre de Jesucristo, para
perdón de pecados]
 Hechos 2:40 ‐ Qué más decía? [testificaba de lo que conocía, y exhortaba a sus
oyentes a salvarse]
 Hechos 2:41‐42 ‐ El resultado?
 Algunos creen ‐ ‘recibieron su palabra’ Y que dice Juan 1 acerca de los que le
reciben? [les da potestad de ser llamados hijos de Dios, de nacer, no de
voluntad de hombre ni de carne, sino del espíritu] Y por lo tanto, en
cumplimiento de esas palabras, se bautizan.
 Y que costumbres tienen los bautizados? [Perseveran en la doctrina de los
apóstoles, son constantes en la comunión los unos con los otros, en el
partimiento del pan, y en las oraciones.]
 Estas son las actividades fundamentales de aquellos que se consideran hijos de
Dios por medio del bautismo, y siervos de Jesucristo: se congregan en un
cuerpo, para que en un cuerpo puedan cumplir juntos la voluntad de nuestra
cabeza. Ser cristiano es ser parte del cuerpo, y no tiene sentido considerarnos
cristianos, pero pensar que los somos aparte del único cuerpo.
 Hechos 2:46‐47 ‐ Y notemos la ultima frase de este capitulo: “Y el Señor añadía cada
día a la iglesia los que habían de ser salvos.” En esta frase se establece una
correspondencia entre qué dos cosas? [los que están en la iglesia y los que van a
ser salvos.]
Se entra a la iglesia por el bautismo, el arrepentirse y nacer de nuevo. Estamos dentro o
fuera, no hay lugar o situación intermedia. Y los que están dentro son lo que por fe se
salvan, por haber nacido de nuevo por fe en el cordero. Y los que no están en la iglesia
son lo que no han creído en él para nacer en él.
Veamos otros versículos que nos hablan de lo que hacían.
 Hechos 4:29‐31 ‐ Que piden? [valor para predicar sin temor] Indicando que...?
[Era necesario hacerlo, era parte de su misión, de su razón por existir.]
 Hechos 5:17‐20 ‐ El ángel los libera, para que puedan hacer qué? [anunciar al pueblo
las palabras de vida]
 Hechos 5:40‐42 ‐ Que hacían? [Incansablemente, en lugares públicos y
privados, enseñaban y predicaban a Cristo.]
Ahora, cómo es que estos hombres podían enseñar a Cristo, en qué basaban su autoridad?
[En haberle conocido, y ser dirigidos por el Espíritu Santo en lo que debían enseñar.] Y
como podemos hacer nosotros entonces, viviendo 2000 años después? [le conocemos por
medio de lo escrito, y lo escrito, bajo el mando del Espíritu Santo, es lo que es
necesario enseñar]
La Iglesia Crece
En el capitulo 6 tenemos una interesante situación que se presenta en los primeros años, y por
la forma en que se resuelve, aprendemos algunas cositas más.
Leamos primero Hechos 4:32‐35. Que se hacia? [se compartían los bienes, vendiendo los
que más tenían para dar a los que menos] Y a quien se le daba la responsabilidad de
recibir y administrar esto? [a los apóstoles] Aquí aún no vemos un papel de los
ancianos.
Hechos 6:1‐6. Que ocurre?
 Crece el numero de los discípulos, y hay un grupo que no recibe la ayuda
necesaria. Como se soluciona?
 Los apóstoles establecen qué cosas tienen prioridad, y dan la orden de como se
debe resolver el problema: lo mas importante es la palabra, pero es necesario
también lo otro. Y que se escojan 7 hermanos, a quienes se les daría ese
trabajo.
 Pero no se hacen cargo personalmente de elegir a los 7, sino que lo delegan,
y luego los apóstoles aprueban los escogidos, imponiéndoles las manos para
darles autoridad y el Espíritu Santo (un don?)
Conclusiones? [Primera importancia la palabra, pero necesario también velar por las
necesidades materiales de la congregación, y administrar bien esa función. Y aunque los
apóstoles tienen autoridad, la emplean sabiamente, no imponiendo su voluntad, sino
haciendo participar a la congregación en el solucionar de los problemas.] Y los
hermanos elegidos son también griegos, así que no se trata de concentrar el poder en
manos de los ‘originales’.
La Iglesia en el Exterior
El siguiente gran paso que dio la iglesia fue el incorporar a los gentiles de una forma
normal, y esto se da en Antioquía. Leamos Hechos 11:19‐26. Que ocurre? [se comienza a
predicar entre los gentiles, y creen y se convierten, y Bernabé y Pablo trabajan con ellos
para fortalecerlos.]
Leamos también los v. 27‐30 para ver dos cosas más [Hechos 11:27‐30] Que
aprendemos de estos versículos?
 Que lo que se hacia en Jerusalén en esa iglesia, ahora se hace de una iglesia para
otra: los que en un lugar tienen, colaboran con los que en otro lugar sufren.
Enseñanza? [la iglesia es una sola familia a nivel global, no local]
 Y como se administra? [Se le manda a los ancianos de la
iglesia de Jerusalén] Hablemos entonces de esto ultimo, de la
constitución de ancianos en las iglesias.
Los Ancianos de la Iglesia
Veamos que hallamos en Hechos respecto a los ancianos.
 Hechos 14:21‐23 ‐ Pablo y Silas, después de haber visitado varias ciudades para
predicar, regresan por esas mismas ciudades, constituyendo en cada grupo
ancianos. Esto ocurre relativamente poco tiempo después de haberse fundado
estas iglesias. Que pudiéramos deducir acerca de este proceso? De donde se
elegían los ancianos? [eran hermanos locales] Creo que no me equivoco al afirmar
que en la palabra no hay un caso donde un misionero de otra parte se
constituya como anciano establecido en una iglesia. Los misioneros (como
Pablo, Lucas, Silas, Timoteo y Tito) permanecían a veces durante años en una
ciudad, pero no se constituían como ancianos de las iglesias.
 Las iglesias se establecen a manera que sean independientes, que NO dependan de
otros hermanos de otras partes. Por ejemplo, NO se escogen otras alternativas:
 No se trata de administrar las iglesias a distancia, de una sede en otra parte,
por medio de mensajeros y representantes.
 No se trata de administrar las iglesias por manos de hermanos ‘entrenados’
en alguna institución de preparación de líderes, y que luego vayan a diversas
partes a ‘pastorear’ iglesias.
 No se trata de administrar las iglesias utilizando hermanos más maduros,
pero de otros lugares.
Los apóstoles y misioneros predican, y enseñan como administrar a los hermanos más
capaces del mismo lugar, y luego se van, dejándolos que se administren solos.
Leamos ahora Hechos 15:1‐2 ‐ Que problema se comienza a levantar? [los judaizantes
trataban de imponer la circuncisión] Y como se va a resolver? [yendo a Jerusalén a
consultar a los apóstoles y ancianos] Y en este capitulo, se les menciona siempre a los
ancianos como parte del proceso de dialogo.
Hechos 20:17 ‐ Cuando Pablo va camino a Jerusalén, no quiere quedarse mucho tiempo en
Efeso, así que hace llamar a los ancianos de la iglesia para que conversen con el.
 v. 28 ‐ Vocabulario importante: ʺmirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el
Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señorʹ.
Obispo y anciano son una misma cosa, y una de las funciones principales del
obispo/anciano es la de pastorear el rebaño.
Veamos otro pasaje que le complementa a estos: I Pedro 5:1-4
Esta sección se le dirige a los ancianos, y la primera palabra que les dirige en cuanto a su
responsabilidad es ʹapacentadʹ. Así que está claro que el anciano tenia este papel
principal en la iglesia, y es lo que debemos estar pensando nosotros al asumirlo.
 Apacentad la grey de Dios ‐ que significa apacentar? [alimentar, llevar adonde hay
agua, cuidar, velar por ellas] Y a quien le cuidamos? [al rebaño de Dios] Esto es serio;
esta gente que Dios pone a nuestro cargo no es nuestra para explotar, es SU
gente, y si los perdemos... vienen a ser para nosotros aplicables las palabras que
mejor nos fuera colgarnos del cuello una piedra de molino que hacerle caer a uno de
los pequeños....
 Cuidando de ella, no por fuerza sino voluntariamente ‐ Ser anciano es una vocación
también, algo que hacemos como un desarrollo natural de nuestra madurez espiritual.
En la iglesia, si realmente no tenemos una preocupación genuina por el rebaño, no
vamos a poder cumplir la responsabilidad de anciano.
 No por ganancia deshonesta ‐ Para los ancianos no hay privilegio o
remuneración, hay solo responsabilidades.

 Sino con animo pronto ‐ Si vamos a estar siempre quejándonos, lamentando lo difícil
que es, mejor no hacerlo.
 No como teniendo señorío, sino como ejemplos ‐ Tampoco el anciano esta para
mandar, sino para servir. Estamos para darle orden y dirección a la iglesia de acuerdo
a las verdaderas necesidades espirituales de los hijos y las hijas de Dios. Esta función
no puede ser una extensión de nuestro ego, y no mandamos, sino que pedimos; no
exigimos, sino que rogamos. Somos siervos de la congregación.
Hebreos 13:7, 17, 24 Al final de esta carta de les menciona varias veces a los que eran
pastores entre la iglesia:
 13:7 ‐ Que no olviden a sus pastores
 Que os hablaron la palabra de Dios ‐ El papel del pastor es enseñar.
 Considerad cual haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe ‐ El
papel del pastor es dar ejemplo; que la comunidad vea en el pastor un cambio
grande, a largo plazo, y vean bases como para imitarlos.
 13:17 ‐ Obedeced a los pastores ‐ Así que el anciano, como hemos visto en
muchos pasajes, tenia una autoridad de liderazgo en la comunidad.
 Pero que hace el pastor en la comunidad? [vela por las almas, las vidas, del
rebaño]
 Como quienes han de dar cuenta ‐ Nos os hagáis maestros muchos de
vosotros porque recibiréis la mayor condenación. Mateo 24:45‐51 ‐ El
siervo puesto sobre la casa, para alimentarla a tiempo... y si no cumple,
recibirá un castigo grave.
 Para que lo hagan con alegría, no quejándose ‐ La congregación debe tener en
cuenta la carga que llevan los ancianos, y no tratar de aumentar a la carga
que ya llevan.
La Iglesia, El Cuerpo de Cristo
Para terminar, vamos a ver unos pasajes que describen la iglesia
como un cuerpo. I Corintios 12:12‐27. Conclusiones:
 La iglesia debe funcionar como una unidad, pero donde todos somos distintos.
 Por el mismo Espíritu hemos sido incorporados a la iglesia. Nuestro llamado es
de Dios, para cumplir el propósito de Dios. Ni podemos excluir a otros, ni pensar que
nosotros mismos podemos salirnos sin perjudicar el cuerpo.
 En cualquier lugar Dios y Cristo han llamado a las personas necesarias como
para cumplir sus propósitos en esa ciudad, provincia o país. Si luego una de esas
personas llamadas abandona el cuerpo, el cuerpo se daña, sufre, y tendrá
dificultad en cumplir la obra de Cristo en ese lugar.
 Es fundamental que seamos distintos, porque cada uno de nosotros tiene un
papel único e indispensable dentro del cuerpo.
 v. 18 ‐ Dios nos ha colocado. Así que cualquier miembro que se ausenta
es un golpe, no hay miembros que sobran, miembros innecesarios.

Romanos 12:3‐8
 v. 3 ‐ todo en humildad
 v. 4 ‐ todos tenemos funciones distintas (no podemos juzgarnos el uno al otro,
Cristo es el único)
 v. 6+ ‐ Lo que podamos hacer, hagamos un esfuerzo
por hacerlo bien. Y terminemos por donde comenzamos.
Efesios 4:7‐11 ‐ Cristo ascendió para tomar el mando de la iglesia, y organizarla,
estableciendo en ella las personas necesarias para que pudiera funcionar y crecer.
Efesios 4:12‐16 ‐ Aquí hay tantos conceptos importantes:
 v. 12 ‐ la diversidad es para que pueda lograr la obra del ministerio, la edificación
del cuerpo.
 v. 13 ‐ para que todos vayamos creciendo
 v. 14 ‐ para que nos establezcamos, y estemos firmes, no siendo engañados
 v. 15 ‐ crezcamos bajo Cristo, la cabeza [dentro de la iglesia]
 v. 16 ‐ en unidad, recibimos de Cristo, lo necesario para crecer en amor.
Para que la iglesia funcione, para que cada uno de los miembros alcance lo que Dios y
Cristo quieren de ellos, tenemos que trabajar juntos, unidos por el amor, en constante
comunicación. Cristo es el arquitecto y creador de la iglesia, y todos juntos tenemos que
trabajar bajo Cristo para que ninguno de nosotros se pierda, y logremos la salvación de
todos aquellos quienes han sido llamados y escogidos por el Cordero.

Los Apologistas
Con estos autores, la literatura de la Iglesia se dirige hacia el mundo exterior, no
cristiano. Primer intento de verter el cristianismo a las categorías y modos de pensar
propios del mundo helénico.
No se podía dejar sin respuesta los insultos, calumnias, mentiras, superstición y
fanatismo de los enemigos del cristianismo: Luciano de Samosata, Frontón de Cirta,
Celso.
Los Padres apologetas griegos se dedicaron a refutar las calumnias y la acusación de
que la Iglesia suponía un peligro para el Estado; relataron la manera de vivir seria y
austera, casta y honrada de los cristianos, afirmando que la fe era una fuerza de
primer orden para el mantenimiento y bienestar del mundo, necesaria para la
civilización. Expusieron lo absurdo e inmoral del paganismo, ya que sólo el cristiano
tiene una idea correcta de Dios y del universo. Defendieron los dogmas de la unidad
de Dios, el monoteísmo, la divinidad de Cristo y la resurrección del cuerpo.
Demostraron que la filosofía, por apoyarse únicamente en la razón humana, no había
logrado alcanzar la verdad siendo que el cristianismo posee la verdad absoluta,
filosofía divina, de donde se deduce que el cristianismo está por encima de la filosofía
griega.
Estos padres pusieron los cimientos de la ciencia de Dios, son los primeros teólogos
de la Iglesia. Por sus obras se cristianizó el helenismo más de lo que se helenizó el
cristianismo.
Representantes
1. Cuadrato: (s. II) El apologista cristiano más antiguo. Se conoce a través de Eusebio.
Escribió una apología dirigida al emperador Elio Adriano, en 123-124 o 129, de la que
queda un único fragmento.
2. Arístides de Atenas: (mitad del siglo II) Filósofo de la ciudad de Atenas. Le dirigió a
Adriano o a Antonio Pío una apología de la fe, de perspectiva limitada, con estilo
sencillo, nobleza y tono elevado.
3. Aristón de Pella: (s. II) Primer apologista cristiano que defendió por escrito el
cristianismo frente al judaísmo. Se fecha esta apología en 140. Celso la atacó y
Orígenes la defendió.
4. Justino: (c. 100-165), filósofo y teólogo cristiano, uno de los primeros apologistas de
la Iglesia que quiso reconciliar la doctrina cristiana con la cultura pagana. Nació en
Flavia Neapolis (actual Nablus, Jordania), una ciudad romana construida en el lugar
donde estuvo la antigua Siquem, en Samaria. Sus padres fueron paganos y de joven
se dedicó al estudio de la filosofía griega, en especial la obra de Platón y la de los
filósofos adscritos al estoicismo. Tras estudiar la Biblia se convirtió al cristianismo y, a
partir de entonces, se dedicó a difundir, a través de sus enseñanzas y escritos, todo lo
que había descubierto en la Sagrada Escritura. Se le atribuye, con certeza, la autoría
de dos Apologías, donde realizó una erudita defensa de los cristianos frente a los
cargos de ateísmo y sedición contra el Estado romano, y del Diálogo con Trifón, que
recoge una discusión real mantenida en Éfeso. Estos escritos son también valiosos
por la información que proporcionan sobre la Iglesia cristiana del siglo II. Tras negarse
a ofrecer sacrificio a los dioses paganos, fue decapitado durante el reinado del
emperador romano Marco Aurelio Antonino.
5. Taciano: (s. II) Nació en Siria, de familia pagana. Discípulo de Justino. Luego de
mucho luchar encontró que la doctrina cristiana era la única filosofía verdadera. Su
conversión ocurrió en Roma, donde concurría a la escuela de Justino, con el que tiene
vivos contraste, por comparación de sus escritos. Atacó al politeísmo y a la filosofía
pagana.
Hombre de carácter violento, hábil sofista, vuelve a Oriente alrededor del 172. Funda
la secta gnóstica de los encratitas (abstinentes). No se tienen datos de la fecha de su
muerte.
6. Miliciades: (siglo II) Nació en Asia Menor. Contemporáneo de Taciano, y quizás,
también discípulo de Justino. Todos sus escritos se han perdido. A través de Eusebio
se sabe que escribió contra paganos, herejes y gnósticos.
7. Apolinar de Hierápolis: (siglo II) Obispo de Hierápolis, la ciudad de Papías,
alrededor del 160-180. Luchó contra montanistas y encratitas. Se conoce a través de
Eusebio pues no se han conservado ninguna de sus obras.
8. Atenagoras de Atenas: (s. II) Contemporáneo de Taciano. Es el más elocuente de
los apologetas cristianos primitivos. Cita poetas y filósofos. Refuta que los cristianos
sean ateos, caníbales y mantengan uniones incestuosas. No se conoce casi nada de
su vida pues en toda la literatura cristiana antigua sólo se le menciona una vez. Entre
el 176 y el 180 escribió una apología que dirigió a los emperadores Marco Aurelio y
Cómodo.
9. Teofilo de Antioquía: (hacia el 186) De sus obras se deduce claramente que nació
cerca del Eufrates, de familia pagana. Recibió educación helenista. Fue el sexto
obispo de Antioquía de Siria. Se han conservado tres de sus libros.
10. Melitón de Sardes: (antes del 190) Poco se sabe de su vida. Eunuco. Obispo de
Sarde, en Lidia. Escribió sobre temas muy variados. En la segunda mitad del siglo II,
una apología dirigida a Marco Aurelio (161-180), que nos ha llegado casi completa. Es
el primero en abogar a favor de la solidaridad del cristianismo con el Imperio.
C. Otros escritos
1. Epístola a Diogneto: (fines del siglo II, comienzos del siglo III) Apología del
cristianismo en forma de carta dirigida a Diogneto, personalidad pagana que solicita a
un amigo cristiano, datos sobre su religión y exhorta a Diogneto a aceptar la doctrina
cristiana. No se conoce más del autor ni el destinatario que podría ser el tutor de
Marco Aurelio. El autor, maestro en retórica, usó obras de Ireneo. Se piensa que este
autor podría ser Hipólito de Roma lo que lo fecharía en comienzos del siglo III.
2. Hermas (s. II): Hermas parece ser un seudónimo. El fragmento muratorio dice que
escribió el Pastor cuando su hermano era obispo de la Iglesia de Roma. Muy joven fue
vendido como esclavo y enviado a Roma donde lo compró una tal Rode. Era de origen
judío o había recibido tal formación. Habla de la vida rural, de su familia, que sus hijos,
que apostataron durante la persecución, traicionando a sus padres; de su mujer que
habla demasiado. Se deduce que se trata de un hombre serio, piadoso y de recta
conciencia que se mantuvo firme en la persecución. La mayoría de los estudiosos
sostienen que estos detalles son ficticios. El Pastor, no pertenece al grupo de los
Padres ya que es un seudoapocalipsis escrito alrededor del 140 o 150. En 200 se
negó su inclusión en el canon.
LAS TEMPRANAS HEREJIAS
Adoración
Al principio los cristianos continuaron adorando y rogando junto a creyentes judíos,
pero dentro de los veinte años de la muerte de Jesús, "el día del Señor" (domingo) era
considerado como el día primario de conocer y adorar entre algunas sectas cristianas
en la ciudad de Roma. Creciendo las tensiones pronto dirigidas a una separación más
dura que eestaba prácticamente terminando a la vez que los cristianos rechazaron
unirse en la revuelta judía Barra Khokba de 132, aun así algunos grupos de cristianos
retuvieron más elementos de práctica judía. Sólo Marcion propuso el rechazo de toda
práctica judía, pero fue excomulgado en Roma c. 144 y declarado herético por el
creciente proto-Ortodoxia.Las comunidades cristianas vinieron para adoptar algunos
prácticas judías mientras rechazaban otras. Los historiadores debaten si el gobierno
romano distinguido entre cristianos y Judíos con anterioridad a la modificación del
Emperador Nerva de la Fiscus Judaicus en 96. Desde entonces, la práctica de Judíos
pagó el impuesto, y los cristianos no. El cristianismo también se diferenció de
otras religiones romanas en que puso sus creencias en una manera claramente
definida, aunque el proceso de ortodoxia (creencia correcta) no estaba en marcha
hasta el periodo de los siete Concilios Ecuménicos.4 La mayoría de los primeros
Cristianos no poseyeron una copia de los trabajos que más tarde se convertiría en
la Biblia cristiana u otros trabajos que la iglesia aceptara aunque no estuvieran
canonizados, como los escritos de los Padres Apostólicos, hoy se llaman apócrifos del
Testamento Nuevo. Similar a judaísmo, muchos de los servicios litúrgicos de la iglesia,
funcionaron como medios de aprender de las Escrituras, el cual inicialmente se
centraron alrededor de la Septuaginta y el Targumes.
Una última uniformidad de los servicios litúrgicos que pudo haberse solidificado
después de que la iglesia estableció un canon Bíblico, posiblemente basado en
las Constituciones Apostólicas y literatura Clementina. Clemente escribió sobre el
orden con el que Jesús ordenó llevar a cabo los asuntos de la Iglesia . Las liturgias
están "para celebrarse , y no para descuido ni en desorden" , pero no especificó
cuáles eran las liturgias reales , aunque se han propuesto posibles liturgias clementina
. La Liturgia de Santiago era una forma temprana , pero cada obispado tendió a
desarrollar su propio.
Fecha de Pascua
Los oriental y los cristianos mediterráneos Occidentales tuvieron una historia de las
diferencias y los desacuerdos que datan atrás al siglo II. Entre los desacuerdos
tempranos más significativos es el de la controversía Cuartodecimana. Hasta que el
siglo II tardío allí era una diferencia en datar la celebración de la Pascua cristiana
entre las iglesias Occidentales y aquellos de Asia Menor. Las iglesias de Asia Menor
celebran en el día 14 del mes judío de Nisán, el día antes de la Pascua judía , sin
importar qué día de la semana cayó en adelante, como había ocurrido la Crucifixión en
el día antes de la Pascua según el Evangelio de Juan. Los latinos les llamaron
Cuartodeciman, literalmente significando 14'ers. En ese momento, Occidente celebra
la Pascua el domingo siguiente al 14 de judía de Nisan .
Victor, el obispo de Roma, intentó declarar la práctica de Nisan 14 herético y
excomulgar a todos los que le siguió. En esta ocasión Ireneo y Polícrates de
Éfeso escribió a Victor . Ireneo recuerda a Víctor de su predecesor actitud más
tolerante y Polícrates enfáticamente defendió la práctica de Asia . " Excomunión " de
Víctor de los asiáticos aparentemente fue revocada , y las dos partes conciliarse como
resultado de la intervención de Ireneo y otros obispos , entre ellos Tertuliano . Tanto
Tertuliano e Ireneo eran alumnos de Policarpo , que era un estudiante del apóstol
Juan y , según las propias palabras escritas de Policarpo , también fue un " oyente "
de los otros Apóstoles . Policarpo fue obispo de Esmirna
Eusebo más tarde afirmó que los sínodos y conferencias de obispos fueron
convocados , que falló "sin voz discrepante " en apoyo de la pascua el domingo. Un
método uniforme de calcular la fecha de la Pascua no se abordó formalmente hasta
que en 325 en el Primer Concilio de Nicea. Hoy, la fecha todavía varía entre el
occidente y el oriente, pero esto es porque el occidente más tarde adoptó
el calendario gregoriano sobre el calendario Juliano.
El canon bíblico es el conjunto de libros cristianos consideran como divinamente
inspirados y constituyen la Biblia cristiana . Aunque la iglesia primitiva usó el Antiguo
Testamentosegún el canon de la Septuaginta (LXX), los apóstoles no dejaron un
conjunto definido de nuevas escrituras; en lugar de el Testamento Nuevo que se
desarrolló con el tiempo.
Los escritos atribuidos a los apóstoles circularon entre las primeras comunidades
cristianas . Las cartas de Pablo estaban circulando en formas recogidos a finales del
siglo 1 DC . Justino Mártir , a principios del siglo segundo, menciona las "memorias de
los apóstoles", que los cristianos llamaban "evangelios" y que se consideraban a la
par con el Antiguo Testamento. El grupo libros de los cuatro Evangelio (Tetramorfos)
se confirmó como canónico por Ireanaeus,8 quién se refiere a ellos directamente.9
La lista más antigua de libros para el canon del Nuevo Testamento es el fragmento
de Muratori que data a c. 170. Se muestra que en el año 200 no existía un conjunto de
escritos cristianos algo similar a lo que hoy son los 27 libros del Nuevo Testamento,
que incluye los cuatro evangelios. Por lo tanto, mientras que hubo un debate en la
iglesia primitiva sobre el canon del Nuevo Testamento, los libros actuales del Nuevo
Testamento fueron aceptados por casi todos los cristianos a mediados del siglo
segundo, con la excepción de Santiago, Hebreos, y la 2da. de Pedro. Sin embargo,
estos 3 libros también fueron acordados y reconocidos como canon por el liderazgo de
la iglesia poco después d Eusebio, los libros discutidos se denominan
como Antilegomena.
Herejías tempranas
Uno de las funciones primeras de los obispos, y el propósito de las escrituras
cristianas, era refutar las herejías. El más temprano de estos era
generalmente Cristologica en su naturaleza, es decir, se le negaba autoridad divina a
Cristo, como Dios eterno y humano. Por ejemplo, Docetismo sostuvo que la
humanidad de Jesús no era más que una ilusión, negando así la encarnación;
mientras que el Arrianismo sostuvo que Jesús, aunque no era meramente mortal,
tampoco fue eternamente divino y era, por tanto, de estado menor que Dios el
Padre (citando a Juan 14:28). El Trinitarismo sostuvo que Dios el Padre, Dios el Hijo, y
el Espíritu Santo era todo estrictamente uno solo con tres hipóstasis. Muchos grupos
fueron dualistas, manteniendo que la realidad se compone de dos partes radicalmente
opuestas: la materia, normalmente visto como malo, y el espíritu, visto como bueno. El
cristianismo ortodoxo, por el contrario , sostuvo que tanto lo material como espiritual
fueron creados por Dios y por lo tanto eran buenos, y que esto se representa en las
unificadas naturalizas divina y humana de Cristo10
Ireneo fue el primero en argumentar que su posición "pro-ortodoxo" era la misma fe
que Jesús dio a los doce apóstoles y que la identidad de los apóstoles, sus sucesores,
y las enseñanzas del mismo era todo de conocimiento público y bien conocido. Esto
era por tanto un argumento temprano apoyando la sucesión apostólica. Ireneo
estableció por primera vez la doctrina de los cuatro evangelios y no más, interpretando
los sinopticos a la luz del Evangelio de Juan. Los oponentes de Ireneo, sin embargo,
afirmaban haber recibido enseñanzas secretas (gnosis) de Jesus a través de otros
apóstoles qué no son del dominio público, o en el caso de Valentin de Paul
el Gnostico, es basa en la existencia de tal conocimiento escondido, haciendo
referencias breves a las enseñanzas privadas de Jesús. También han sobrevivido en
el canon de las escrituras (Marcos 4:11) cuando hizo advertir por Cristo que
habrían profetas falsos y maestros. Otros adversarios de Ireneo también afirmaron
que las fuentes de la inspiración divina no han cesado, esto se conoce como la
doctrina de la revelación continua.
En medio del siglo II, tres grupos de cristianos ortodoxos se adhirieron a una gama de
doctrinas que dividió las comunidades cristianas de Roma: el maestro Marcion; con las
efusiones de profetas cristianos pentecostalesde éxtasis de una revelación continua,
en un movimiento que se llamó "Montanismo" porque había sido iniciado por Montano,
sus discípulas mujeres, y las enseñanzas gnosticas de Valentino. Los primeros
ataques sobre supuestas herejías formaron la cuestión de Prescripción
de Tertullian contra los herejes (en 44 capítulos, escritos de Roma), y de Ireneo
Contra las Herejías (CA 180, en cinco volúmenes), escritos en Lyon después de su
regreso de una visita a Roma. Las cartas de Ignacio de Antioquía y Policarpo de
Esmirna a varias iglesias advirtieron contra falsos maestros, y la Epístola de
Bernabé aceptado por muchos cristianos como parte de la Escripture en el siglo II,
advirtió sobre la mezcla de judaísmo con cristianismo, al igual que otros escritores, lo
que lleva a las decisiones tomadas en primer concilio ecumenico, que fue convocado
por el emperador Constantino en Nicea en el año 325, en respuesta a la controversia
polémica aún más perturbadora dentro de la comunidad cristiana, en ese caso los
conflictos Arianos sobre la naturaleza de la Trinidad.
El Nuevo Testamento habla de la importancia de mantener la doctrina ortodoxa y
refutar las herejías , que muestra la antigüedad de la preocupación. Debido a la
prohibición bíblica contra los profetas falsos (especialmente ls Evangelios
de Mateo y Marcos) el cristianismo siempre ha estado preocupado por la "correcta",
y ortodoxa interpretación de la fe. Ya que ha habido diferentes opiniones entre los
obispos, que definen que la ortodoxia ha consumido a la Iglesia desde hace algún
tiempo (y aún lo hace, por eso hay tantas denominaciones").
En su libro Ortodoxia Apologista el escritor G. K. Chesterton. Afirma que ha habido
desacuerdos sustanciales sobre la fe desde el tiempo del Nuevo Testamento y Jesús.
Señaló que todos los apóstoles argumentaron en contra de cambiar las enseñanzas
de Cristo al igual que los padres de la iglesia. Jesús también se refiere a los falsos
profetas ( Marcos 13:21-23 ) y la "cizaña" (Mateo 13:25-30, 13:36-43 ) de las ovejas y
de cómo su distorsión de la fe cristiana ha de ser rechazado .
El desarrollo de la doctrina, la posición de la ortodoxia, y la relación entre las diversas
opiniones es una cuestión de continuo debate académico. Como la mayoría de los
cristianos hoy en día se inclinan a las doctrinas establecidas por el Credo de Nicea,
los teólogos cristianos modernos tienden a considerar que los primeros debates fueron
una posición ortodoxa unificada contra una minoría de herejes. Otros estudiosos,
aprovechando, entre otras cosas , las distinciones entre los cristianos judíos, cristianos
paulinos, y otros grupos como Gnosticos y Marcionitas, argumenta que el cristianismo
primitivo era fragmentado, con las ortodoxias que compiten contemporáneamente

TEOLOGIA DE OCCIDENTE Y ORIENTE


La división del Imperio en dos «partes»: Oriente y Occidente, consumada a finales del
siglo IV y que terminaría por provocar la cristalización de dos Imperios, tuvo honda
repercusión en la vida de la Iglesia. La «parte» occidental que coincidía
aproximadamente con las regiones de lengua y cultura latinas tenía como única sede
apostólica la de Roma, y por ello el Pontífice romano fue también Patriarca de
Occidente. En la «parte» oriental, de cultura griega, siria y copta, sobresalieron varias
grandes sedes de fundación apostólica: Alejandría, Antioquía y Jerusalén, que fueron
cabezas de los Patriarcados. El concilio I de Constantinopla elevó la sede de esta
ciudad al rango patriarcal y atribuyó a sus obispos la primacía de honor dentro de la
Iglesia después del obispo de Roma.
Bajo el Imperio romano-cristiano pudieron reunirse grandes asambleas eclesiásticas,
manifestación genuina de la catolicidad de la Iglesia, que reciben el nombre de
concilios «ecuménicos» o universales. Ocho concilios ecuménicos tuvieron lugar entre
los siglos IV y IX. Particular importancia se reconoció siempre a los cuatro primeros:
los de Nicea I (325), Constantinopla I (381), Efeso (431) y Calcedonia (451). Todos
estos concilios se celebraron en el Oriente cristiano. Los legados pontificios tenían un
papel muy importante en estos concilios. Los textos conciliares requerían la
aprobación del Papa.
La libertad de la Iglesia y la conversión del mundo antiguo trajo consigo, finalmente, la
entrada en escena de un nuevo factor de notable importancia para los tiempos futuros:
el emperador cristiano, al cual correspondía la misión de defensor de la Iglesia y
promotor del orden cristiano en la sociedad. Los emperadores cristianos prestaron
indudables servicios a la Iglesia, pero sus injerencias en la vida eclesiástica
produjeron también numerosos abusos.

El tránsito de un régimen de comunidades cristianas a la sociedad cristiana constituye


otro de los aspectos de la gran transformación religiosa experimentada a lo largo del
siglo IV. Antes, los discípulos de Cristo formaban pequeñas comunidades, en medio
de una sociedad pagana. Ahora, en el transcurso de un par de generaciones, en el
mundo mediterráneo, lugar principal del Imperio romano, se operó la cristianización de
la sociedad. El cristianismo actuó de levadura en la masa de la sociedad.

La incorporación a la Iglesia desde la primera infancia fue a partir de este momento lo


normal. Se generalizó el bautismo de niños, a lo largo de todo el año, sin esperar a las
grandes solemnidades litúrgicas.

La libertad de la Iglesia hizo más fácil la propagación del cristianismo por campos y
aldeas. Una intensa acción pastoral se desarrolló en los medios rurales, de la que
fueron protagonistas grandes obispos misioneros, como San Martín de Tours (371-
397). En la catequesis destinada a estas poblaciones de pobre nivel cultural se
siguieron unas directrices que, en siglos posteriores, fueron también válidas para la
conversión de las naciones bárbaras. La Iglesia tuvo buen cuidado en no limitarse a
destruir los ídolos y procuró que no se crearan vacíos religiosos en aquellas gentes
sencillas. Por ello se esforzó en cristianizar sus hábitos sociales más arraigados y sus
tradicionales fiestas religiosas, integrando ambos en la disciplina sacramental o en el
ciclo litúrgico anual. Muchos templos cristianos se erigieron también sobre el solar de
antiguos santuarios paganos.

El período romano-cristiano revistió extraordinaria importancia desde el punto de vista


doctrinal. Liberada la Iglesia, llegó el momento histórico de formular con precisión la
doctrina ortodoxa acerca de algunas cuestiones fundamentales de la fe cristiana.

La formulación del dogma trinitario fue la gran empresa teológica del siglo IV, y la
ortodoxia católica tuvo al arrianismo (el nombre viene del presbítero Arrio, promotor de
estas doctrinas) como adversario. La unidad absoluta de Dios proclamada por Arrio
llevaba a considerar al Jesucristo sólo como la más noble de las criaturas, no Hijo
natural, sino adoptivo de Dios, al que de modo impropio era lícito llamar también Dios.
Las consecuencias del arrianismo para la fe cristiana eran gravísimas y afectaban al
dogma de la Redención, que habría carecido de eficacia si el Verbo encarnado
Jesucristo no fuera verdadero Dios. La Iglesia de Alejandría advirtió la trascendencia
del problema y, tras intentar disuadir a Arrio de su error, procedió a condenarle en un
sínodo de obispos de Egipto (318).

Pero el arrianismo se había convertido ya en un problema de dimensión universal que


requirió la convocatoria del primer concilio ecuménico de la historia cristiana. El
concilio I de Nicea (325) definió la divinidad del Jesucristo. El «Símbolo» niceno (la
oración del credo) proclamaba que el Hijo, Jesucristo, «Dios de Dios, Luz de Luz, Dios
verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado» es «consustancial» al Padre.

La teología trinitaria fue completada en el concilio I de Constantinopla con la definición


de la divinidad del Espíritu Santo. De este modo, antes de finalizar el siglo IV, la
doctrina católica de la Santísima Trinidad quedó fijada en su conjunto en el «Símbolo
niceno?constantinopolitano» (el Credo actual).

La segunda cuestión fundamental era: Cristo es «perfecto Dios y perfecto hombre»;


pero ¿cómo se conjugaron en El la divinidad y la humanidad? Frente a esa pregunta,
las dos grandes escuelas teológicas de Oriente adoptaron posiciones contrapuestas.

La escuela de Alejandría hizo hincapié en la perfecta divinidad de Jesucristo: la


naturaleza divina penetraría de tal modo a la humanidad como el fuego al hierro
candente que se daría una unión interna, una «mezcla» de naturalezas. La escuela de
Antioquía insistía, por el contrario, en la perfecta humanidad de Cristo.

La unión de las dos naturalezas en El sería tan sólo externa o moral: por ello, más que
de «encarnación» habría que hablar de que la segunda persona de la Trinidad
«habitaría» en el hombre Jesús como en una túnica o en una tienda.

La cuestión cristológica se planteó abiertamente cuando el obispo Nestorio de


Constantinopla, de la escuela antioquena, predicó públicamente contra la Maternidad
divina de María, a la que negó el título de Madre de Dios, atribuyéndole tan sólo el de
Madre de Cristo. Se produjeron tumultos populares y el patriarca de Alejandría, San
Cirilo, denunció a Roma la doctrina nestoriana. El papa Celestino I pidió a Nestorio
una retractación, que éste rehusó. En el concilio de Efeso (431), se compuso una
profesión de fe en la que se formulaba la doctrina de la unión de las dos naturalezas
en Cristo y se llamaba a María con el título de Madre de Dios.

La cuestión cristológica llegó a su término cuando el concilio III de Constantinopla


(680-681) sobre la base de las cartas enviadas por el papa Agatón, completó el
Símbolo de Calcedonia, con una expresa profesión de fe en las dos energías y dos
voluntades en Cristo.

La única cuestión teológica de relieve planteada en Occidente fue la de la gracia,


centrada en el tema de las relaciones entre gracia divina y libertad humana, y en
consecuencia sobre la parte que corresponde a Dios y al hombre en la salvación
eterna de la persona. El Pelagianismo que toma su nombre del monje bretón Pelagio
tendía a minimizar el papel de la gracia y exaltaba con radical optimismo la capacidad
para el bien de la naturaleza humana, una naturaleza no dañada por el pecado
original, que habría sido pecado personal de Adán, no transmitido a su descendencia.
El gran adversario del Pelagianismo fue San Agustín, que prestó una decisiva
contribución a la formulación de la doctrina católica de la gracia, sin la cual el hombre
no puede salvarse.

El monasticismo origen y las "técnicas" espirituales cristianas.

En la cultura cristiana de Latinoamérica poco se conoce de la vida monástica. En


Europa en cambio, es el modelo de vida religiosa por antonomasia y que con el
transcurrir del tiempo fue evolucionando hasta dar lugar a otras formas de compromiso
religioso. Una de estas formas, la « apostólica » -y no la monástica- es la que nos es
más familiar en territorio americano. Sea como fuere, a la raíz de todo compromiso
religioso « radical » se encuentra una similar búsqueda de un « mundo alternativo » al
presente, pues se considera que éste se encuentra atravesado por una distorsión que
el religioso busca subsanar.
El programa de la vida monástica -al menos el inicial- insiste en valores y actitudes
ligadas a la humildad, la caridad, la mansedumbre, la paciencia, y no necesariamente
en dones espirituales especiales (como los veremos siglos más tarde). La vida
monástica, con prácticas ascéticas que se fueron especializando con el tiempo, fue
engendrando un estilo de vida que será la base de la práctica espiritual.

La vida monástica se inicia en la anacoresis del desierto, en la huida de las ciudades.


Los primeros testimonios de que un grupo de individuos asociados por la misma
búsqueda, data de un papiro del año 324 después de Cristo. El retiro a la vida
desértica no es sólo un símbolo de separación de la sociedad, sino de una efectiva
búsqueda de una totalidad allí donde realmente parece no haber nada.

En el año 357 San Atanasio escribe la Vida de Antonio, el relato de uno de estos
jóvenes que buscó salir de las ciudades en búsqueda de una experiencia espiritual en
donde hallar a Dios. El libro fue un « boom » literario, pues tuvo como resultado
cientos de individuos tratando de imitar al desde entonces famoso ermitaño. Llegó a
haber tantos ascetas en el desierto egipcio -especialmente en Kellia, Scetis, al sur de
Alejandría- que se fueron acumulando relatos sobre sus hazañas. Una de las primeras
fuentes de este período es los Apophtegmata Patrum, los « Dichos de los Padres del
Desierto », una colección de tradición oral recogida de los ermitaños y maestros.

El patrón de retiro del mundo-purgación-transformación, dice el especialista Bernard


McGinn (The Foundations of Mysticism. NY, Crossroad, 1991), será la estructura que
dará forma a los valores y prácticas de los primeros monjes. El ascetismo por ejemplo,
es una práctica que entronca con la vieja tradición de otras sectas religiosas del
mundo helénico, como los neopitagóricos, los gnósticos, o los mismos estoicos y en
general, con las corrientes neoplatónicas de la época. En el caso del cristianismo,
llegará por igual a asociarse a sus creencias religiosas; no obstante, si bien se le
otorga un valor, se le considera sólo como un medio para la meta de transformación.
En algunos casos, se describe a los monjes que alcanzan este estado ideal como
iluminados, a través de la imagen simbólica del fuego, en el contexto de una
experiencia de éxtasis o de visión.

En uno de los Dichos de los Padres del Desierto, recopilados por Sister Benedicta
Ward (The Saying of the Desert Fathers. Michigan, Cistercian Publications, 1975),
Abba Lot se dirige a visitar a su maestro Abba Joseph para preguntarle : "Abba, en la
medida de mis posibilidades, recito mi oficio, ayuno un poco, oro y medito, vivo en paz
y hasta donde me es posible, purifico mis pensamientos. Qué más puedo hacer?"
Entonces, el viejo maestro se paró y juntó sus manos hacia el cielo. Sus dedos se
volvieron como diez lámparas de fuego y le dijo “Si lo deseas, tú puedes volverte
todo fuego”.

Poco a poco a la tradición ascética intra urbana se sumaría la de los ermitaños del
desierto, dando lugar a las comunidades o cenobios -de donde deriva el término
vida cenobítica. Sería Pacomio (nacido en el Alto Egipto, alrededor del 290), el que le
daría forma. Originalmente un pagano enrolado en el ejército, luego de haberse
bautizado se decidió a vivir como anacoreta bajo la dirección del Abba Palamon. Sin
embargo según relatos sobre su vida, estaba destinado a otro tipo de vida. Paseando
en una ocasión a través del desierto, llegó a un poblado desértico llamado Tabennesi.
Haciendo un alto, oró para manifestar su amor a Dios. Mientras oraba, una voz le fue
dirigida–hasta el momento no había tenido ningún tipo de « visión »- y le dijo:
“Quédate aquí y construye un monasterio, ya que muchos vendrán a seguirte para
hacerse monjes”.

Luego de cinco años de intentos, hacia el año 320 Pacomio pudo al fin establecer una
comunidad con éxito. A su muerte, en el año 346, nueve casas para varones y dos
para mujeres se habían unido para seguir su Regla. En otros lugares de la cristiandad,
como Palestina, Siria, Asia Menor, el Norte del Africa, Italia, Galia, España, se
produjeron desplazamientos similares desde el ascetismo hacia la vida monástica.
Desde entonces se inicia el largo recorrido de la gestación de « técnicas » y «
prácticas » para ayudar al ser humano a alcanzar lo divino en el seno del cristianismo.
EDAD MEDIA
LA IGLESIA Y EL ESTADO EN EL SIGLO IV
El siglo IV comenzó en el 300 y terminó en el 400. En Occidente, la primera parte del
siglo fue conformada por Constantino el Grande, que se convirtió en el primer
emperador romano en convertirse al cristianismo. Recuperó la unidad del imperio.
También se destacó por restablecer una sola capital imperial, eligiendo el
emplazamiento de la antigua Bizancio en el año 330 (desechando las capitales
contemporáneas, que habían sido establecidas por las reformas de Diocleciano en
Milán para el Oeste, y Nicomedeia para el este) para construir la nueva capital, pronto
llamada Nova Roma (Nueva Roma); más tarde fue renombrada Constantinopla en su
honor.

Índice
 1Descripción
 2Características del siglo IV
 3Acontecimientos relevantes
o 3.1Guerras y política
o 3.2Religión
o 3.3Cultura
 4Personajes relevantes
o 4.1Política
o 4.2Filosofía y literatura
o 4.3Religión
 5Enlaces externos
Descripción[editar]
Siglo en que se oficializa el cristianismo (313) y más tarde se prohíben las otras
religiones (380). En este siglo continúa la construcciòn de grandes obras
monumentales romanas como el Arco de Constantino (conservado magníficamente) y
la grandiosa basílica de Massenzio (conservada parcialmente). Empieza por otra parte
un nuevo fenómeno arquitectónico que dará una impronta definitiva a la ciudad, eso
es la transformación tanto de casas privadas de cristianos como de basílicas romanas
en iglesias cristianas. Por otra parte, el arte romano irá lentamente incorporando
elementos cristianos o bien se fusionan como puede apreciarse en obras conservadas
en los museos: así los pequeños dioses que acompañan Baco se van transformando
en angelillos, los dioses del averno en demonios, los dioses mismos en arcángeles,
etc.
Muchos mitos romanos y aún los de otras religiones son absorbidos por el cristianismo
y a veces transformados en dogmas. El politeísmo se mantiene disfrazado en
santerías, el mito de la madre que debe ser virgen para parir dioses o semidioses es el
mismo, el horror del infierno cristiano ya estaba en Virgilio. El alma romana cambiará y
aunque las causas son muchas el cristianismo es una de las principales.
Filosofías como la aristotélica, la estoica y la epicúrea desaperecerán de la cultura
occidental por siglos. La màs dramáticamente opuesta a la sensibilidad cristiana es el
epicureismo: Epicuro, filosofo griego del IV siglo a.C. afirmaba que no existe un Dios
providencial, que no hay Màs Allá y que la vida debe gozarse siendo el único principio
y fin de la vida el placer entendido principalmente como ausencia de dolor. En este
siglo habrán 23 emperadores, incluyendo los simultáneos: 9 fueron asesinados, 3
murieron en batalla (incluso Majencia, ahogado), 2 o 3 suicidas, algunos por fiebres o
enfermedades sospechosas, y 4 por muerte natural (Constantino, Teodosio, Arcadio y
Onorio). El siglo anterior habìa terminado con un imperio gobernado por 4 augustos,
pero en el año 305 dos de ellos, Diocleciano y Maximiano, renuncian. A la renuncia de
Diocleciano (quien, además, rechazaría una segunda encoronación años después)
quedan en plaza Constantino y Massensio (Majencio) y se produce una guerra entre
ellos con la victoria de Constantino entre el Puente Milvio y una zona llamada Saxa
Rubra.
Constantino, que seria llamado el Grande (imagen junto al titulo), simpatizò con los
cristianos por influencia de su hija Constanza quien era cristiana y en la batalla
decisiva este emperador llevó la cruz como insignia.2 Pero Constantino pasa a la
historia por varios otros motivos : trasladó la capital del imperio a Bizancio, una
antigua colonia griega, que cambia su nombre por Constantinopla ( la actual
Estanbul ) y por lo tanto Roma pasa a ser sólo una ciudad importante; representa el
apogeo del absolutismo divino formalizado por la solemnidad del ceremonial y del
vestuario y concretado con medidas tales como la reducción de los Senados de Roma
y de Constantinopla a simples consejos municipales ; dividiò el imperio en 4
prefecturas y varias diócesis y provincias, designando la ciudad de Milán como capital
de Italia con lo que Roma disminuye aún màs su status ; organizò un Consejo de la
Corona con varios ministros ( justicia, cancillería, cuestiones religiosas, finanzas,
tesorería ) para aumentar la concentración del poder en sus manos ; y, finalmente, lo
màs importante, autorizò el libre ejercicio de la religión católica (edicto de Milán, año
313 ) con lo cual se inicia el irrefrenable poder de la iglesia y los cristianos, en breve,
pasan de perseguidos a perseguidores (fot. Maqueta de Roma en esta época).
A su muerte le sucede el hijo Constancio II, cristiano, quien impone el arrianismo
(doctrina según la cual Cristo es distinto al Padre aunque ambos tienen una sustancia
semejante porque Cristo es “creado” y Dios siempre ha “sido ”) lo que conllevó
algunos problemas para la doctrina del incipiente cristianismo como, por ejemplo, la
designación de un papa de tal doctrina que posteriormente sería descalificado y
declarado antipapa, situación esta de los antipapas que se repetiría mucho a lo largo
de la historia de la iglesia. El emperador siguiente es Juliano, llamado el apóstata, por
privar de algunos privilegios a los cristianos. Pero todos estos emperadores y los otros
en este siglo IV, han de vérselas no sólo con problemas internos, sino con grandes
guerras en las fronteras presionadas por godos. Algunos de estos pueblos son
empujados por otros que vienen del Asia, como los hunos. Otros parecen conocer la
debilidad del Imperio y aspiran a independizarse y terminar su situación de pueblos de
frontera. El emperador siguiente, Teodosio, pasa a la historia por unas decisiones que
cambiarán la cultura occidental: el año 380 prohíbe el arrianismo y en el 391 declara
que la religión oficial del imperio será el cristianismo y se prohíben todos los otros
cultos “paganos”. Desde este momento la religión cristiana ejercerá su poderosa
influencia en todos los sucesos políticos y culturales de Roma, Italia, Europa y, màs
adelante, de buena parte del mundo. Que esta cultura religiosa haya sido dominante
no es discutido, pero, al igual que con respecto al islamismo, puede pensarse si no
hubiese sido mejor para la humanidad haber continuado a formarse a partir de la
filosofía griega y romana. A la muerte de Teodosio, el año 395, el imperio se divide
formal y definitivamente entre sus hijos Arcadio, quien recibe el de oriente siendo
Constantinopla la capital, y Honorio quien recibe el de occidente pero traslada la
capital a Ravenna también en el norte de Italia : el Imperio Romano se ha terminado.
Ahora tenemos dos imperios, el Imperio Romano de Occidente (capital Ravenna) que
durará apenas un siglo y el Imperio Romano de Oriente (capital Constantinopla) que,
en cambio, durará 10 siglos. Roma es sólo la sede del obispo de Occidente.
El cristianismo, que desde este siglo IV será parte y esencia de la Urbe, realiza dos
importantes Concilios: el de Nicea y el de Efeso. En el primero, entre otros temas, se
proclama la igualdad de los 4 patriarcados: Antioquia, Alejandría, Jerusalén y Roma
tema que será siempre de controversia en la historia de la Iglesia. El otro, fundamental
para los dogmas, es el problema de la sustancia de Cristo que viene a considerarse
divina. Hay importantes ideólogos como Jerónimo, quien traduce la Biblia al latín,
Ambrosio, obispo de Milán, y Agustín, autor de libros de gran sensibilidad como
Confesiones, el màs íntimo, y La Ciudad de Dios. Se construyen iglesias. Hay 10
papas, con 2 mártires, y 2 antipapas en este siglo IV. Algunos mártires y hombres
ilustres empezarán a ser declarados beatos o bien santos: el proceso de beatificación
es correspondiente a la divinización en época romana, como Ròmulo, un hijo del
emperador Majencio cuyo templo del 309 d.C. está en el Foro Romano. Este Ròmulo
murió muy joven afectando gravemente el padre, quien perdería la gran batalla ante
Constantino poco tiempo después, que si hubiese ganado otra habría sido la historia
de Roma y de la humanidad, pues a veces basta un detalle para cambiarlo todo.
El Estado y la Iglesia desde el siglo IV

Constantino, llamado el Grande, fue proclamado emperador en Eburacum (York), el


306, se hizo cristiano (312), llegó a ser único emperador (324), convocó y control´ el
Concilio de Nicea (325), primero de los "ecuménicos", fundó Constantinopla (330) y
murió en el 337. 
En el siglo IV fue visto como un gran innovador, sobre todo en religión. No hizo del
cristianismo la religión del Imperio, pero la fundación de Constantinopla (una nueva
Roma) como ciudad cristiana afectó profundamente al futuro político de Roma y a la
estructura de la Iglesia. Las relaciones con la antigua Roma no siempre fueron
cordiales en asuntos de Iglesia y Estado. A despecho de cuantiosa legislación
(incluida la cristianizante que declaraba festivo el domingo) no pudo contenerse la
fuerte inflación que había empezado hacia el 250 y que creó grave malestar y debilitó
al Imperio antes de las invasiones bárbaras del siglo V.
Constantino sacó a la Iglesia de su retiro del mundo para que aceptase
responsabilidades sociales y ayudase a que la sociedad pagana fuese ganada para el
cristianismo. Por ambos lados produjo oposición la nueva actitud: hubo monjes que se
retiraron al desierto y, excepto durante el breve reinado de Juliano (361-363), los
paganos practicaron la resistencia pasiva. La sorda presión creciente contra el
paganismo en el siglo IV culminó en los decretos de Teodosio (379-395), que hizo de
la ortodoxia cristiana un ingrediente básico de la buena ciudadanía romana. Bajo
Teodosio, se cerraron y destruyeron muchos templos paganos (como el Serapeo de
Alejandría), pero, en general, hasta Justiniano (527-565), los paganos fueron poco
molestados por el gobierno. Los herejes fueron peor tratados y las condenas
eclesiasticas, a partir del 314, fueron a menudo reforzadas con penas civiles, como el
exilio. Un hereje, Prisciliano, fue ejecutado por brujería (385) ante las vehementes
acusaciones de la Iglesia.
Medidas contra la religión clásica en el Imperio
331. Inventario de los bienes del culto clásico y confiscaciones
324-361 Constancio II
341 Prohibición de sacrificios
356 Prohibición de sacrificios y clausura de templos (Oriente)
364-375 Valentiniano
381 Prohibición de sacrificios
364-378 Valente
382 y ss. Religión clásica separada del Estado. Evicción del Ara Victoriae senatorial
367-383 Graciano
385 Prohibición de sacrificios y de la haruspicina
375-392 Valentiniano II
386 Destrucciones de templos en Oriente (Siria, Egipto) y África
379-395 Teodosio
391 Prohibición del culto privado. Destrucción del Serapeo
392 Prohibición del culto clásico en el Imperio
399 Destrucción de templos rurales. Destrucción del templo de Celeste (Cartago)
435 Prohibición de sacrificios
El vínculo entre la Iglesia y el Estado se formalizó en la dignidad civil y en los signos
externos concedidos a los obispos, a quienes se empezó a confiar funciones
diplomáticas. 
Hacia el 400, el patriarca de Constantinopla ya tenía precedencia en la corte sobre los
funcionarios civiles. Y en los textos de Ambrosio (obispo de Milán, 374-397), "romano"
y "cristiano" son prácticamente sinónimos. La controversia arriana acerca de la
divinidad de Jesús derivó en un conflicto entre Iglesia y Estado cuando Constancio
apoyó a los arrianos. Y Ambrosio forzó a Teodosio a someterse a la Iglesia no como
su césar o amo, sino como su hijo. Imperio e Iglesia, cuando los emperadores fueron
ya ortodoxos, fueron términos sinónimos para muchos cristianos.
La Iglesia tardó mucho tiempo en emprender acciones misioneras fuera de las
fronteras del Imperio. El godo Ulfilas convirtió a su pueblo al cristianismo arriano (h.
340-350) y tradujo la Biblia al gótico, aunque omitió muchos pasajes bélicos del
Antiguo Testamento. Desde los godos se propagó el arrianismo entre otros germanos,
como los vándalos (los primeros germanos católicos fueron los francos, hacia el 506,
seguidos por los visigodos). En el siglo V, las provincias occidentales fueron invadidas
por los godos, vándalos y hunos. El ejército hacía tiempo que reclutaba efectivos en
las tribus bárbaras y estaba bajo el mando de generales germanos, que también
daban guardia a la casa imperial: por ejemplo, a los dos hijos de Teodosio, tutelados
por Estilicón, que gobernó de hecho tras la muerte del emperador hasta que Arcadio y
Honorio pudieron hacerlo por sí mismos. En el siglo V, el emperador de Occidente
ejercía menos el poder que sus generales y la sucesión imperial concluyó cuando un
jefe germano, Odoacro, decidió en 476 gobernar sin emperador. El final de la dinastía
occidental implicó una cierta diferencia entre Iglesia y Estado, en el sentido de que el
poder del Papado se reforzó ante la falta de emperador, lo que preparó el camino del
Papa como soberano temporal en muchas partes de Italia entre los siglos VII y XIX.
Las invasiones destruyeron las escuelas en Occidente. Escuelas específicamente
eclesiásticas nacieron en la Antigüedad Tardía, por lo que los conservadores y
transmisores de la cultura clásica fueron, sobre todo, los monjes. El monaquismo
nació en el desierto egipcio, en el siglo IV, con los ermitaños Antonio y Pacomio, el
primer organizador de una comunidad bajo regla de obediencia. Basilio, obispo de
Cesarea de Capadocia (370-379), rechazóó el ideal eremítico e insistió en que las
comunidades regladas respetasen la autoridad del obispo y se hiciesen cargo de
misiones concretas como la enseñanza o el trabajo en hospitales. El ideal monástico
se difundió por Occidente y halló su desarrollo decisivo bajo Juan Casiano de Marsella
(h. 360-365) y Benito de Nursia (h. 480- h. 547). El trabajo manual de los monjes
consistió a menudo en la copia de manuscritos. Casiodoro (h. 490- h. 585) poseía
copias de trabajos de autores clásicos (como Cicerón y Quintiliano) a la vez que
Biblias y obras de los Primeros Padres de la Iglesia.
VIDA Y PENSAMIENTO DE SAN AGUSTIN
Nació el 13 de noviembre de 354 en Tagaste, pequeña ciudad de Numidia en el África
romana. Su padre, llamado Patricio, no era religioso cuando nació su hijo. Su madre,
Santa Mónica es puesta por la Iglesia como ejemplo de "mujer cristiana", de piedad y
bondad probadas, madre abnegada y preocupada siempre por el bienestar de su
familia, aún bajo las circunstancias más adversas. Mónica le enseñó a su hijo los
principios básicos de la religión cristiana y al ver cómo el joven Agustín se separaba
del camino del cristianismo se entregó a la oración constante en medio de un gran
sufrimiento. Años más tarde Agustín se llamará a sí mismo "El hijo de las lágrimas de
su madre".San Agustín estaba dotado de una gran imaginación y de una
extraordinaria inteligencia. Se destacó en el estudio de las letras. Mostró un gran
interés hacia la literatura, especialmente la griega clásica y poseía gran elocuencia.
Sus primeros triunfos tuvieron como escenario Madaura y Cartago. Durante sus años
de estudiante en Cartago desarrolló una irresistible atracción hacia el teatro. Al mismo
tiempo, gustaba en gran medida de recibir halagos y la fama, que encontró fácilmente
en aquellos primeros años de su juventud. Allí mismo en Cartago se destacó por su
genio retórico y sobresalió en concursos poéticos y certámenes públicos. Aunque se
dejaba llevar ciegamente por las pasiones humanas y mundanas, y seguía
abiertamente los impulsos de su espíritu sensual y mujeriego, no abandonó sus
estudios, especialmente los de filosofía. El propio Agustín hace una crítica muy dura y
amarga de esta etapa de su juventud en sus Confesiones.
A los diecinueve años, la lectura de Hortensius de Cicerón despertó en la mente de
Agustín el espíritu de especulación y así se dedica de lleno al estudio de la filosofía.
Además, será en esta época cuando el joven Agustín conocerá a una mujer con la que
mantendrá una relación estable de catorce años y con la cual tendrá un hijo:
Adeodato.
En su búsqueda incansable de respuesta al problema de la verdad, Agustín pasa de
una escuela filosófica a otra sin que encuentre en ninguna una verdadera respuesta a
sus inquietudes. Finalmente abraza el maniqueísmo creyendo que en este sistema
encontraría un modelo según el cual podría orientar su vida. Varios años siguió esta
doctrina y solamente la abandonó después de hablar con el obispo Fausto. Ante tal
decepción, se convenció de la imposibilidad de llegar a alcanzar la plena verdad, y por
ello se hizo escéptico.
Sumido en una gran frustración personal, decide en 383 partir para Roma, la capital
del Imperio. Su madre quiso acompañarle, pero Agustín la engañó y la dejó en tierra
(cf. Confesiones 5,8,15). En Roma enferma de gravedad. Tras restablecerse, y gracias
a su amigo y protector Símaco, prefecto de Roma, fue nombrado "magister rhetoricae"
en Mediolanum (la actual Milán).
RESUMEN DEL PENSAMIENTO DE SAN AGUSTÍN
 
Entre sus obras destacan las "Confesiones" y la “Ciudad de Dios”. Su trayectoria vital
y espiritual pase por el epicureísmo, maniqueísmo, escepticismo y platonismo; bajo el
influjo platónico forjó su filosofía cristiana,
Para San Agustín el hombre está compuesto por dos sustancias, alma y cuerpo. El
cuerpo está formado por los cuatro elementos; y el alma, principio vital del hombre y
de los animales, está dotada de memoria, apetito y facultad cognoscitiva. Respecto al
origen del alma duda entre un creacionismo y un generacionismo o traducianismo.
El hombre tiende por naturaleza a le felicidad, que consistirá en la unión íntima con
Dios: ascenso a Dios desde la intimidad humana. Para conseguirlo es necesario el
esfuerzo humano y la ayuda de Dios, la razón y 1a fe: ambas se necesitan
mutuamente. La ayuda de Dios se efectúa por medio de la fe, que purifica la mente, y
de la iluminación, que permite ver e Dios (Dios es el sol que ilumina la inteligencia
para que esta pueda ver las verdades eternas que están en el interior). El esfuerzo
humano 1o realiza el hombre con sus potencias más nobles: la voluntad (amor a Dios,
que es el Bien sumo) y la inteligencia (poseyendo por la iluminaci6n la suma Verdad,
que es también Dios).
San Agustín estudia a Dios demostrando su existencia y estableciendo sus atributos,
su esencia. Demuestra su existencia por las cosas exteriores (su orden, belleza,
bondad y contingencia se deben a Dios) y por le mente interior humana: las verdades
universales y necesarias no se deben al entendimiento humano que no es necesario
ni universal, sino a la Verdad Suma, a Dios. Los atributos divinos son: ser sumo,
inmutable, infinito, único y perfecto.
El mundo sensible es creado por Dios de la nada, conforme a las ideas inmutables y
eternas que previamente existían en la mente del Creador (ejemplarismo). Y junto con
el mundo aparece el tiempo: el tiempo aparece con la creación.
Para San Agustín la historia tiene un destino marcado por Dios. Así, distinguirá entre
la ciudad terrena, fundada sobre el amor egoísta, y la ciudad eterna, fundada sobre la
caridad cristiana. Toda la historia es una lucha entre estas dos ciudades o amores y
concluirá con el triunfo de la ciudad de Dios.
La obra de San Agustín tuvo enorme influencia en toda la Edad Media y en la
moderna (racionalismo), extendiéndose al espiritualismo y personalismo actuales
Invasiones Barbaras
Las invasiones Barbaras en Roma: El emperador romano se convirtió cada vez en
un soberano absoluto, era el jefe supremo del ejercito y la administración, acuñaba las
monedas con su imagen, ordenaba el cobro de los impuestos, impartía la justicia y
dictaba las leyes.

El Senado conservo parte de su prestigio, para evaluar las consultas y vigilaba el


gobierno del imperio. Los comicios dejaron de reunirse, los magistrados eran elegidos
por el Senado a propuesta del emperador y los funcionarios de manera directa por el
emperador.

En el año 395 d.c. el emperador Teodosio dividió al imperio romano entre sus dos
hijos: Arcadio recibió el oriente y fijo como su capital Constantinopla, Honorio recibió el
Occidente estableciéndose en Milán y luego en Ravena. Mas allá del imperio existían
pueblos independientes, tribus nómades y belicosas como las de los germanos que
fueron penetrando en el imperio de manera pacifica, poniéndose al servicio del
imperio a cambio de tierras y protección; hubo tribus belicosas como los hunos,
vándalos y otros que invadieron sucesivamente el imperio destruyéndolo.

A finales del imperio las legiones romanas estaban conformadas por tropas de
extranjeros y de pueblos bárbaros que no garantizaban la unidad territorial ni el mando
del emperador sobre sus tropas. E n el año 455 la dignidad imperial recayó en
diversos personajes que eran instrumentos de los jefes bárbaros. Orestes, de origen
latino, proclamo soberano a su hijo Rómulo Augustulo, quie fue depuesto en el año
476 por Odoacro , jefe de los hérulos (germanos) que toma el titulo de rey de Italia,
poniendo fin al Imperio Romano de Occidente.

Causas de las Invasiones Barbaras 

a) La decadencia del Imperio Romano de Occidente a nivel político, social y militar.


b) La crisis económica del sistema latifundista romano.
c) La presencia de gran cantidad de soldados y tropas de origen bárbaro (germano,
franco, godos, celtas, etc) en las legiones romanas.

La caída del imperio ha sido objeto de un debate largo entre los estudiosos. Para unos
la muerte del imperio se produjo por problemas internas de sus propias estructuras
esclavistas; la presencia de bárbaros simplemente aborto este proceso, con su
presencia aceleraron el proceso de decadencia , estos pueblos agudizaron y
complicaron su situación con su presencia hasta desembocar en la desaparición
formal del imperio de Occidente en el año 476.

Pueblos Bárbaros :

A) Los Hunos: 
de origen mongólicos (mongolia). Hechos:
390 - movilización hacia Europa oriental ( causantes reales de las invasiones).
450 - Atila invade Europa Central y el norte de Italia
451 - Derrota de Atila ante el romano Aecio en los campos catalanas.

B) Los Godos
originarios de Europa oriental. División de su tribu:

1. Ostrogodos:
Ubicación. sur de Alemania e Italia ( Exarcado de Ravena)
Hechos: 493 - Teodorico I el Grande , creo el Exarcado e inicio el proceso de
romanización (integración cultural)
533 - El reino es ocupado por las fuerzas del imperio bizantino.

2. Visigodos:
Ubicación. noroeste de España y sudoeste de Francia (reino de Tolosa).
Hechos: 378 - Victoria visigoda en Adrianopolis ante el emperador Valente
406 - Alarico saqueo Atenas
410 - Alarico saqueo Roma.
454 - Teodorico I creo el reino Visigodo
587 - Recaredo se convirtió al catolicismo
711 - Don Rodrigo fue vencido por el árabe Tarik en la batalla de Guadalete.

c) Los Hérulos 
origen: Europa Oriental
Hechos: 476 - Odoacro ocupo el imperio de Occidente y asesino al emperador Rómulo
Augustulo (Caída del imperio romano de occidente)

d) Los Francos:
Hechos: 496 - Clodoveo venció a los alemanes en Tobiac y fue el primer rey de
Francia.
Siglo VI - VIII: Existencia de los "reyes holgazanes", el gobierno es asumido por los
mayordomos de palacio (nobles).
732 - Carlos Martel (mayordomo de palacio) venció a los arabes en la batalla de
Poitiers.
751 - Pipino el Breve (hijo de Carlos Martel) depuso al rey Childerico III y crea la
dinastía carolingia.
754 - Alianza de Pipino el Breve con el Papa , mediante la cesión de tierras al pontífice
(creación de estados pontificios). El hijo de Pipino el Breve , Carlomagno , fundaría el
Imperio Carolingio tiempo después en alianza con el papado también.

e) Los Vándalos 
Origen: Costas balticas, luego se establecen en Francia, España y el norte de África
Hechos : Genserico saquea Roma, pero luego serian sometidos por los bizantinos,
durante el gobierno de Justiniano.

f) Los Anglosajones:
Origen: Pueblo germánico de Inglaterra
Hechos: Egberto, unificador de la Heptarquía.
Haroldo, destronado por los normandos en la batalla de Hastings 1066 al mando de
Guillermo el conquistador.

CRISTIANDAD MEDIEVAL

San Gregorio Magno


Papa y doctor de la Iglesia
Señor Dios, que cuidas a tu pueblo con ternura y lo gobiernas con amor, te pedimos
que, por intercesión del papa San Gregorio Magno, concedas el Espíritu de sabiduría
a quienes has establecido como maestros y pastores de la Iglesia, para que así el
progreso de los fieles constituya el gozo eterno de sus pastores. Por Nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo.  
Gregorio significa "el Vigilante", en Griego
Nació y murió en Roma en 540 y 604.
Estudió Derecho y en 573 fue nombrado Prefecto.
Como heredó la fortuna de su padre, construyó varios monasterios en Roma y se
retiró al Monte Celio.
Fue ordenado diácono y en 578 el Papa Benedicto I lo ordenó 
Introducción a la herejías en la Edad Media
La existencia de distintas corrientes de pensamiento e interpretación de la doctrina
cristiana fue cosa habitual durante los primeros siglos de existencia de la Iglesia, hasta
que en el Concilio de Nicea (325) quede fijada la ortodoxia cristiana, convertida en
religión oficial del Imperio por el Edicto de Tesalónica (380), auténtica carta de
ciudadanía frente al paganismo y las herejías.
A partir de entonces, la Iglesia, con el brazo secular como medio ejecutor, mantendrá
una lucha continúa contra la heterodoxia, adquiriendo mayor fuerza y eficacia
conforme aumente el poder del Papado y su influencia en los territorios cristianos, y
funde hacia 1200 una nueva institución cuya función principal será combatir la herejía:
la Inquisición.
Sin embargo, ni la conversión del Papado en una monarquía teocrática, que redujo la
unidad de la Iglesia no cuestionada por ningún cristiano, a pura y simple uniformidad,
ni el desarrollo del aparato represor, impidieron que a lo largo de toda la Edad Media
continuaran apareciendo movimientos fuera de la ortodoxia.
Muchos de ellos surgieron en el seno de la propia Iglesia y, en un primer momento,
buscaban reformas que la devolvieran a los orígenes lejos de la riqueza y la
corrupción. En otros casos, el aspecto reformador incluía reinterpretaciones de los
dogmas de la Iglesia, o de la liturgia, o rompía directamente con los principios en los
que asentaba la Iglesia, enfrentándose a la jerarquía.
La herejía del priscialinismo y otras
Algunos movimientos unieron reivindicaciones religiosas y sociales, galvanizando así
las inquietudes de una población empobrecida y sometida. Así ocurrió con el
priscialismo, surgido en el siglo IV, que basado en los ideales de austeridad y pobreza,
condenaba la institución de la esclavitud y concedía una gran libertad e importancia a
la mujer.
También es el caso de las revueltas urbanas de la pataria milanesa y la dirigida en
Roma por Arnaldo de Brescia, ambas ya en la Plena Edad Media: la primera fue una
rebelión popular contra el clero corrompido, que en principio fue vista con simpatía por
los Papas, hasta que tomó un cariz grave de ataque a los mismos sacramentos; la
segunda fue una revuelta comunal antipapal y antiaristocrática que se propuso entre
sus objetivos la secularización de los bienes eclesiásticos y la vuelta a la pobreza
evangélica.
La Baja Edad Media también conoció estos movimientos, como el protagonizado en
Roma por Rienzi en el siglo XIV, que pretendía la restauración de la "República
Romana" dentro de una mezcla de espiritualismo franciscano y arnaldismo que traería
el "reino del Espíritu Santo sobre la ciudad", o la vertiente social que dentro del
wyclifismo constituyó el caso de los lollardos.
Adopcionismo
En la Alta Edad Media las herejías tienen un carácter fundamentalmente doctrinal,
herederas en muchos casos de controversias surgidas en los siglos anteriores, y con
frecuencia de un marcado carácter local. Junto al priscilianismo ya mencionado
destacan: el donatismo, movimiento de carácter rigorista que dejaba fuera de la
comunidad a los pecadores, y que tuvo gran fuerza en el norte de África durante los
siglos IV y V; el pelagianismo, que se extendió por Oriente y el Norte de África en el
siglo V, y que sobrevivió hasta el siglo VI en la Galia y Gran Bretaña., y que afectada a
cuestiones relacionadas con la gracia y el pecado original; el rebrote del
adopcionismo, que consideraba a Jesús un hijo adoptivo de Dios, en la península, en
la diócesis de Urgel y la ciudad metropolitana de Toledo, a los pocos años de la
irrupción musulmana, rápidamente sometido por la Iglesia.
Arrianismo
Sin embargo, será el arrianismo la herejía más problemática, ya que cuando ya había
desaparecido prácticamente en la zona oriental del Imperio, el asentamiento de los
pueblos germánicos en la parte occidental la hizo sobrevivir hasta el siglo VI, en el que
visigodos y burgundios se convirtieran definitivamente al catolicismo, como decisión
de Estado en la búsqueda de la asimilación con la población y estructuras autóctonas.
Hasta entonces la adscripción al arrianismo, doctrina que niega la consubstanciación
del Padre y del Hijo y a la que habían sido convertidos por el Obispo Ulfilas durante su
asentamiento al otro lado del Danubio, había funcionado como elemento de cohesión
ideológica y social de la minoría germánica, erigida en superestructura política y militar
en la parte occidental del Imperio.
A partir del año 1000, y durante la Plena Edad Media, las nuevas condiciones de vida,
el desarrollo urbano, y la centralización pontificia contribuyeron a crear un clima
favorable a los nuevos movimientos heréticos que cabría conceptuar como herejías de
masas, en algunos casos vinculados a movimientos mesiánicos, proféticos y
milenaristas, en otros a los movimientos de pobreza voluntaria. De entre los primeros
cabe destacar el milenarismo joaquinita, surgido a finales del siglo XII, por su
proyección temporal, ya que sus enseñanzas aparecen en brotes heréticos del siglo
XV, como los Herejes de Durando (1445). Proclamaba la llegada de la "Era de Espíritu
Santo", en la que la historia llegaría a su plenitud: el reino del amor y el fin de la
estructura jerárquica de la Iglesia.
Dentro de los movimientos de pobreza voluntaria el de mayor trascendencia fue el
valdense, fundado por Pedro de Valdo, rico comerciante que abandonó sus bienes
para fundar una comunidad de predicadores regidos por un rígido principio de pobreza
voluntaria. Excomulgados en 1184, los moderados volvieron a la iglesia, mientras que
los más radicales adoptaron posiciones heréticas y permanecieron aislado hasta su
desaparición.
Albigenses y cátaros
Caso aparte es el de albigenses y cátaros. Fue la más importante de todas las
herejías de su tiempo, no sólo por su arraigo y extensión territorial - afectó a todo el
Mediodía francés - , sino por sus repercusiones políticas, y por ser la única que
realmente supuso un grave peligro para la unidad de la Iglesia.
Los cátaros, herederos de los movimientos dualistas basados en los principios del
maniqueísmo, creían en dos principios el Bien y el Mal, organizándose en una iglesia
aparte, en la que los fieles se dividían en perfectos, minoría de consejeros, y fieles,
masa de creyentes. Abolieron los sacramentos, que fueron sustituidos por el
consolatum, que se administraba antes de la muerte. Tolerada por las autoridades
políticas, la herejía se extendió con rapidez y tras diversos intentos del Papado, se
proclamó la Cruzada, que dirigida por Simón de Monfort, se inició con la matanza de
Beziers (1209) y terminó con la batalla de Muret (1213), con la que no sólo se erradicó
la herejía de la zona, sino que se ahogó en sangre la independencia del Midi,
vinculando la zona definitivamente a Francia.
Por último, durante la Baja Edad Media los deseos de reforma de la iglesia se hacen
generales, y, junto a las corrientes ortodoxas, surgen movimientos de carácter
heterodoxo que anuncian ya lo que va a ser la gran eclosión protestante en los
comienzos de la Modernidad.
Wiclyfismo
El wiclyfismo representó una ruptura total con la Iglesia, ya que afirmaba que existía
una relación directa entre los hombres y Dios, sin la intromisión de la iglesia. Juan de
Wyclif consideraba además que las Escrituras eran suficientemente claras y no
necesitaban la interpretación de la Iglesia, por lo que favoreció la traducción de la
Biblia.
Tras su muerte sus enseñanzas se expandieron con rapidez: su Biblia apareció en
1388 y sus doctrinas se matizaron en tres corrientes, la académica, la política - grupos
de parlamentarios y nobles deseosos de que la monarquía se sacudiera la tutela del
pontificado -, y la popular que habría de proyectarse en el movimiento de subversión
social ya referido de los lollardos.
Las obras de Juan de Wyclif influyeron de manera inequívoca en el fundador del otro
gran movimiento de la época, el husismo. Juan Hus añadió a los preceptos de Wyclif
la denuncia de los vicios del clero y la corrupción del Pontificado. Hus fue condenado
por herejía en el Concilio de Constanza y quemado el 6 de julio de 1415 junto a su
compañero Jerónimo de Praga.
EL ISLAM
El comienzo del siglo VII en la Península Arábiga estuvo marcado por ser el fin de la
Yahiliyya y el comienzo de una nueva etapa, la del Islam. En el año 612, y con
alrededor de cuarenta años, Mahoma (Abu l-Qasim Muhammad ibn ‘Abd Allāh al-
Hashimi al-Qurashi) descendiente de la tribu de los Quraysíes, “comenzó a recibir una
serie de Revelaciones que constituirían la base no sólo de una nueva religión, sino de
toda una civilización” (Marín, 2003, pág. 120). Según Jean Flori, estas nuevas
Revelaciones recibidas por el Profeta del arcángel Gabriel -Yibril- para entregarlas al
mundo árabe, estaban cargadas de “violentas condenas a los ídolos [ídolos
comprendidos como cultos religiosos propios de la Yahiliyya] que contribuyó a que
fuera rechazado por la población local” (2004, pág. 70). Estas Revelaciones buscaban
la fidelidad y sumisión total a un Dios único ante el inminente fin de los tiempos. A
pesar de haber obtenido el apoyo de algunos pocos fieles, el año 622 debió exiliarse a
Yatrib, que luego sería la ciudad del Profeta, Medina. Este año, marcó el principio del
Islam, pues la Hégira -emigración- (en árabe hiyra), constituiría el año I de la era
musulmana, fundándose así la primera comunidad Islámica de la historia.
La palabra revelada a Mahoma se constituye en el Corán, que es un “código religioso,
ético, moral, civil, que involucra el ordenamiento completo de la comunidad o Umma”
(Marín, 2003, pág. 122). El Corán no es un libro sagrado escrito por hombres
inspirados divinamente, sino que es la palabra divina transmitida por Mahoma. Se
divide en suras (capítulos) y aleyas (versículos). Según Marín, la escritura del Corán
comenzó en el año 633 de nuestra era, después de la batalla de Yamama en que
muchos recitadores del Corán perecieron (Marín, 2003). Mahoma se mantuvo en el
exilio en Medina hasta el año 630, cuando penetró a La Meca junto a un ejército de
diez mil hombres, fieles en busca del paraíso ofrecido, que consistía en “comer y en
beber, y en tener relaciones sexuales con mujeres; que había en él un río de vino,
leche y miel y que sus mujeres no eran iguales a las de este mundo… pues el placer
que proporcionaban era continuo” (Flori, 2004, citando a Teófanes el Confesor, pág.
299). A diferencia de lo que se podría inferir de acuerdo a una penetración de miles de
militares, la entrada a La Meca el 1 de enero del año 630 no incluyó muertes. Mahoma
prometió no atacar a los habitantes de La Meca si estos no presentaban resistencia. El
acto que terminó por acabar con el politeísmo y paganismo en La Meca fue la entrada
de Mahoma a la ciudad, “tocó la piedra negra, realizó las siete vueltas rituales del culto
anterior, se hizo entregar las llaves de la Kaaba y abatió sus ídolos” (pág. 73). Poco
tiempo después, y luego de haber exhortado a los árabes por la unificacion del Islam,
el 8 de junio del año 632 Mahoma muere en Medina. Las doctrinas fundamentales del
Islam, y que procedem del Corán, están resumidas en los “cinco pilares del Islam”:
1- La profesión de la fe: “No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta”.
2- Las cinco oraciones rituales diarias.
3- El ayuno durante el mes del Ramadán
4- El pago del diezmo, limosna legal.
5- La peregrinación a La Meca (Kaaba) y a Medina (Ciudad del Profeta) al menos una
vez en la vida.
En el Islam se presentan elementos que permiten, en cierto sentido, establecer una
aproximación a la tradición judeocristiana. Un claro ejemplo de ello es la importancia
que tiene Abraham en el Islam, cristianismo y judaísmo como uno de los primeros
profetas luego del diluvio universal, además en el Islam se remonta su herencia a los
hijos de Abraham (Melo, 2009, pág. 225). Se establece también la importancia del
arcángel Gabriel, Yibrīl, pero en el Islam se da la connotación de haber sido quien
revela los mensajes y visiones de Alá a Mahoma para que éste la propague a los
hombres. Finalmente, se reconoce la figura de Jesús como profeta y Mahoma es
comprendido y apreciado por los musulmanes de la misma manera.

El Renacimiento Carolingio
Carlomagno fue rey de los francos desde el año de 768 y luego fue nombrado
emperador en el año 800. Su reinado terminó con la muerte de su hijo Ludovico Pio en
el 840. Su reino abarcaba desde Alemania, Suiza, Austria, además de los países de
Bélgica, Países Bajos (Nederland) y Luxemburgo. Finalmente también tomó una parte
de Italia. El Renacimiento Carolingio aconteció cuando Carlomagno reclamó la
hegemonía romana, sobre todo del Antiguo Imperio Romano con dos ideas básicas:
expandir la fe cristiana y llevar a la Cultura a mejores niveles de los que entonces
habían.
Fue entonces que transformó a la ciudad de Aquisgrán, en el oeste de Alemania en el
centro cultural más importante de su reino y pidió el apoyo de la Iglesia y de las
personas más influyentes para reforzar su poder político. Asumió un doble papel al
unir la religión con la política, como lo había hecho su antecesor Justiniano, de modo
que los clérigos cumplían funciones administrativas del estado imperial.
Fue entonces que la Cultura salió de los muros de los monasterios para crear
escuelas catedralicias que incluían al propio palacio de Aquisgrán. Se fundaron
bibliotecas cuyos libros procedían sobre todo de España, Italia e Irlanda. En Aquisgrán
se construyó un palacio que estaba formado por un conjunto de edificios políticos y
religiosos que fueron construidos en la última década del siglo VIII y siguieron
haciéndose hasta la muerte de Carlomagno en el 814. Dicho palacio fue centro de
actividades literarias, donde la escuela palatina educaba a los hijos del emperador y a
los hijos de la aristocracia que luego sirvieron a la monarquía.
Se conoce como arte carolingio a las manifestaciones artísticas que se produjeron en
los territorios gobernados por la dinastía carolingia, desde mediados del siglo VIII
hasta las tres últimas décadas del siglo IX, cuando reinaban Pipino el Breve y Carlos
el Calvo. El arte carolingio se convirtió en un instrumento de propaganda y le dio
nuevos horizontes al arte occidental que parecía estar en decadencia. Entonces se
produjo un florecimiento que empezó a erigir un estilo arquitectónico propio.
Con los artistas de Rávena y la influencia de la arquitectura bizantina se logró
establecer un nuevo y ambicioso proyecto con el uso de materiales como el mármol, la
piedra y la madera junto a los restos de antiguas construcciones. Las principales
edificaciones fueron monasterios, palacios y criptas como la Iglesia de la Abadía de
Corvey, la Cripta de San Germán de Auxerre, el Grupo Episcopal de Metz, la Iglesia
de la Abadía de Saint Riquier y varias más. Estas edificaciones tenían influencias del
arte románico, donde abundaban los ábsides contiguos, el arco peripaño (de tipo
estructural), el crucero con la denominada torre linterna y las torres de madera.
También se creó el ‘deambulatorio’ que consistía en un pasillo ubicado atrás del altar
que alargaba a las naves laterales de las iglesias.
En las artes plásticas se desarrollaron tanto temas sacros como profanos. Basados en
los modelos de la antigüedad clásica y el arte bizantino, el personaje principal se
sentaba sobre un banco alargado y cómodo que se ubicaba en el centro de la
ilustración, marcando una simetría entre dos columnas que estaban bajo un arco de
medio punto rodeado en ambos extremos por dos plantas que enmarcaban con un
sentido estético una especie de ventana semejante a las de un escenario teatral que
daban la impresión que en cualquier momento se podían cerrar y el personaje
quedaba inerte en espera de que alguien volviera a abrirlas.
La vestimenta del personaje consiste en una túnica clásica con una postura
estereotipada y rígida, al igual que su rostro y su mirada. Lo que demostraba que su
concentración junto a sus pensamientos estaban dedicados a la escritura. Su brazo
derecho se extendía con una pluma en la mano sobre una pequeña columna como
soporte y su brazo izquierdo sostenía el libro donde escribía su texto. Sobre su cabeza
había una aureola y un ave cuyas alas desplegadas delante de un sol con pequeños
rayos insinuados que representaban una aureola en la parte superior. Dominan los
colores cálidos como el rojo y los fríos como el verde y el azul, mientras los colores
‘tierra’ trataron de imitar el color del mármol en las columnas y en los arcos. El fondo
era totalmente plano con una separación ubicada en la parte media de la composición,
mostrando que solo existía un cielo de color azul en la parte superior y un suelo en
color verde en la parte inferior que servía de punto de apoyo.
A pesar de que el imperio Carolingio duró solo un siglo, logró un gran legado, no solo
a través de sus obras, sino en el espíritu imperial de algunos pueblos actuales que ven
en la exaltación del poder divino la única salida en lo político y en lo económico,
olvidando que la esencia del hombre no solo es materia, sino que también contiene
espíritu. Por lo que surge la paradoja de que si en los comienzos de la cristiandad se
anulaba la materia -o sea el cuerpo – para que reinara el espíritu, mientras que ahora
se hace justo lo contrario, no se entiende para que ha servido esta larga lucha con
más de diez siglos y que aún no termina.
Adenda: Es probable que la dimensión estética del arte carolingio haya sido muy
limitada, si se compara con el arte de Europa Occidental, pero no hay duda de que la
profunda dimensión política, religiosa y social que impuso aún sigue funcionando.
La llegada de las órdenes religiosas

La primera orden religiosa en llegar al Perú fue la orden dominica. Durante el proceso
inicial de la conquista, la orden de los Predicadores o de Santo Domingo se encontró
representaba por Fray Vicente Valverde, aquel religioso que hiciera el requerimiento al
inca Atahualpa y que posteriormente fuera obispo de Cuzco y Protector de Indios
frente a los abusos españoles. Fueron dominicos también, Juan de Olías, Jerónimo de
Loayza (arzobispo de Lima) y Gaspar de Carbajal, religioso que acompañó a
Francisco de Orellana en el descubrimiento del Amazonas en 1542.

Las órdenes religiosas que llegaron al Perú tuvieron diferentes métodos para
evangelizar a los indígenas:

Los dominicos se caracterizaron por difundir las enseñanzas escolásticas, centrando


la difusión del evangelio a través de colegios y centros superiores de enseñanza. Uno
de los más grandes logros de esta orden fue la creación de la Universidad de San
Marcos en 1551 por Fray Tomas de San Martín. Los dominicos también pusieron
énfasis en el conocimiento de las leguas autóctonas y de las costumbres locales para
una adecuada evangelización. Fruto de esta preocupación fue el "Lexicon o
Vocabulario general del Peru llamado quechua", de fray Domingo de Santo Tomas
publicado en 1560. Esta obra fue un aporte importantísimo pues ayudó al
entendimiento de las formas gramaticales y conceptuales de los indígenas. 

Los dominicos rápidamente erigieron monasterios por todo el territorio del virreinato
peruano, aunque siempre mantuvieron su línea educativa dedicándose durante todo el
virreinato a la enseñanza de la fe católica.

Otra importante orden religiosa que llegó en los primeros años de la conquista fue la
franciscana. La orden llega al Perú recién en 1542. Esta orden destacó entre las
demás por su vocación misionera. Los franciscanos llegaron hasta los lugares más
recónditos del virreinato con la finaliad de llevar la palabra de Dios a todos los
indígenas, ya que no se conformaban con los centros de enseñanza ubicados en las
parroquias o en las reducciones. La labor franciscana no se centró solo en la
evangelización, sino también en la enseñanza de labores agrícolas y al aprendizaje
del castellano.

La orden agustina arribó al Perú en 1551. Su rápido desenvolvimiento le permitió


crecer rápidamente, es por ello que en menos de diez años tuvo iglesias y conventos
en las principales regiones del virreinato. Abocada al igual que sus pares a la
evangelización indígena, tuvo un papel preponderante en la conversión de los curacas
y hombres principales de los ayllus descendientes de los incas. Uno de los principales
representantes de la orden es sin duda Fray Antonio de Calancha, autor de una
extensa crónica sobre las acciones agustinianas en el virreinato peruano. Los
agustinos fueron una de las órdenes que más se dedicaron a la extirpación de
idolatrías en los Andes. Sobresale en esta labor Alonso Ramos Gavilán, quien realizó
una exhaustiva búsqueda de información sobre los cultos locales y manifestaciones
religiosas andinas.

La orden de la Compañía de Jesús o Jesuita llegó al virreinato peruano en 1568.


Desde su arribo defendió con energía a los indígenas, obteniendo por ello grandes
pleitos con la administración local. Su labor evangelizadora no solo se centró en los
indios del común, sino también en los descendientes de los principales curacas
incaicos. Es por ello que fundaron en Lima y Cuzco los Colegios Mayores para la
educación de la nobleza andina. Para los jesuitas era importante la educación de los
españoles. Tanto en Lima como en Cuzco fundaron colegios, y en la ciudad imperial,
una universidad.

La lengua nativa no escapó al conocimiento de los jesuitas. Estudiaron a fondo el


quechua y el aymara. Fruto de ello fue el diccionario de la lengua quechua de Diego
Gonzales Holguín, escrito en 1608 y el "Vocabulario de la lengua aymara" de Ludovico
Bertonio, impreso en 1608. Estos textos fueron de vital importancia para la labor
evangelizadora pues otorgaban herramientas indispensables para el conocimiento de
la lengua local, así como para la correcta interpretación de las tradiciones orales
andinas.

A lo largo de los años la orden jesuita amasó una gran fortuna debido al usufructo de
sus haciendas, estancias y a los préstamos que hacían a particulares. Su poder y
vínculo con la santa sede inquietó a la corona a tal punto que ésta ordenó la expulsión
de la orden en todo el imperio español en 1767. La orden jesuita regresó al Perú
recién en 1871.

La orden mercedaria arribó al virreinato peruano en el temprano año de 1534, sin


embargo el número de miembros de la orden no fue significativo en comparación con
el número de las otras órdenes religiosas. Su carácter misionero hizo que la orden
mercedaria llegara a las altas cumbres cordilleranas en búsqueda de indios para
evangelizar. Fueron mercedarios Fray Martín de Murúa, cronista que se dedicó a la
recopilación de la historia del Tahuantinsuyo y autor de la crónica "Origen y
Descendencia de los Incas" y Fray Diego de Porres, misionero dedicado a la
enseñanza de la fe católica, apoyándose en instrumentos nativos como el quipu. 
ESCUELAS MONÁSTICAS

En el siglo IX y X en algunas sedes episcopales y sobre todo en monasterios ya


habían surgido escuelas monásticas. En todas ellas se leía y escuchaba la lectura de
la Biblia y en la mayoría se copiaban fragmentos o ilustraciones, sobre todo del
Apocalipsis. En el siglo XI la vida intelectual se encontraba en los monasterios con las
órdenes monásticas que no se dedicaron a innovar en la cultura, sino a conservar lo
que ya se sabía, utilizando siempre como base las escrituras religiosas. Estas
escuelas estaban dedicadas sobre todo a la enseñanza de clérigos y para el estudio
de la Teología.

Además de la Biblia y todo lo referente a la religiosidad, también se enseñaban las


Artes Liberales, sin embargo el Quadrivium se encontraba en decadencia y en el
Trivium casi ni se enseñaba la Dialéctica. No obstante, a partir del siglo XI cambió el
panorama con la creación y conservación de ricas bibliotecas dentro de las Escuelas
Monásticas.

Las escuelas monásticas más importantes se crearon en Alemania y fueron las de los
monasterios de Covery y Gandersheim en Sajonia, o los de Reichenau y San Gall en
Suabia. En Italia destacó la de la Abadía de Monte Cassino. En Francia, la de Fleury
y, un poco más tarde, en la segunda mitad del siglo XI, la de Bec, en Normandía. En
ésta, la actividad intelectual de la mano de monjes venidos de Italia, como Lanfranco o
su sucesor Anselmo (muerto en el año 1109), desbordó el estudio de la Biblia para dar
paso a una reflexión teológica. Al sur, algunos monasterios hispanos mostraron
igualmente su interés por la cultura bíblica y, en menor medida, Patrística, y por el
buen quehacer de sus copistas, como los de Albelda, San Millán de la Cogolla o Silos.
En el de Ripoll, la amplitud de intereses era aún mayor. A finales del siglo X, el monje
Gerberto, futuro Papa Silvestre II, acudió a estudiar materias desconocidas en otros
lugares de Europa. El movimiento de creación de escuelas monásticas disminuyó
durante el siglo XII hasta desaparecer en su segunda mitad.

Nacimiento de la escolástica
Entendemos por escolástica la filosofía cristiana medieval,porque en los primeros
siglos de este tiempo histórico scholasticus era el maestro de artes liberales;luego se
llamó también así al que enseñaba filosofía o teología,aunque el término oficial
era magister:desarrollando sus lcciones en la escuela monacal o catedral,y después
en la universidad.El origen y desarrollo de la ecolástica se relaciona por tanto
estrechamente con la enseñanza,que determinó también la forma y método de la
actividad literaria de los escritos escolásticos.Y las formas de enseñanza eran
1)la lectio,comentario de un texto,y 2)la disputatio,diálogo entre maestro y discípulos
examminando un problema con argumentos en pro y en contra.De los comentarios
nacieron las Sumas (comentarios libres),por lo que la labor literaria de los escolásticos
consistió prefentemente en Comentarios a la Bíblia,las obras de Boecio,lógica de
Aristóteles,Sentencias de Pedro Lombardo y otras obras de Aristóteles;o colecciones
de cuestiones,especialmente las de los aspirantes a la láurea en teología,que debían
discutir antes de Navidad y Pascua.Quaestiones disputatae eran en cambio el
resultado de las disputationes ordinariae,que los profesores de teología tenían durante
sus cursos.Opúsculos eran obras breves.
La conexión entre escolástica y función docente forma pues parte de la naturaleza de
la escolástica.Toda filosofía está determinada por el problema que constituye el centro
de su investigación,que en la escolástica vuelve a ser conducir al hombre a la
comprensión de la verdad revelada.En esto consistía la formación de los clérigos,por
lo que la escolástica fue una labor común,en la que tomó mucha parte la Iglesia,o de
los que consideró auctoritates en la investigación.
Y auctoritas fue la decisión de un Concilio,una frase bíblica,la sentencia de un Padre
de la Iglesia,etc.El recurso a la autoridad fue por eso la manifestación típica de la
investigación escolástica,que no se propuso doctrinas nuevas,porque vivió a expensas
de la filosofía griega y del Nuevo Testamento.
La escolástica fue por eso jerárquica,sin sentido de la historicidad.Inspirada en el
aristotelismo,y la concepción estoico-neoplatónica,el mundo es para ella un orden
necesario y perfecto,en el que cada cosa tiene su puesto y función.El hombre se
conforma a ese orden,y la Iglesia,el Imperio o el Feudalismo se presentan como los
guardianes del orden cósmico.
Como norma directriz de la vida individual y social este orden se afirmó a partir del
siglo VIII d.C.,cuando con la decadencia de las ciudades sólo quedó en pie una
economía rural pobre y cerrada.El despertar del comercio y las artes que se produjo a
partir del siglo XI,los viajes e intercambios,provocaron la primera crisis de la
concepción medieval del orden,y desde entonces el individuo pudo adquirir bienes,con
luchas por autonomías comunales,liberación del feudalismo,confianza del hombre en
sí mismo:con lo que la investigación filosófica cobró más libertad.Se volvieron a limitar
los campos de la razón y la fe,equilibrio que también se rompió a partir del siglo XIII
d.C.,aunque no se renunció a la fe ni a la jerarquía.
La escolástica fue así problema de la relación entre razón y fe,qué ámbito debía tener
la iniciativa racional,dirección de la vida,libertad y sus limitaciones,por lo que se
distinguen cuatro clases de escolástica:1)la preescolástica,durante el renacimiento
carolingio,en que se admite identidad de razón y fe;2)alta escolástica,desde mediados
del siglo XI hasta finales del XII,con antítesis potencial entre razón y fe;3)la del
florecimiento,desde el 1200 d.C. hasta los primeros años del siglo XIV,en la que
aparecieron los grandes sistemas escolásticos,y 4)la de disolución,durante el siglo
XIV.
Los siglos VIII y IX se caracterizaron por el renacimiento cultural promovido y
provocado por los imperios árabe y carolingio:Carlomagno para garantizar y
administrar la unidad de su imperio,con predominio de las grandes abadías,y
reconstrucción cultural de Alcuino.
Alcuino (730- 804 d.C.) nació en Inglaterra,se formó en la escuela episcopal de York,y
el 781 fue llamado por Carlomagno para dirigir su escuela palatina,convirtiéndose en
el organizador de los estudios del imperio franco.Su Gramática está tomada de
Prisciliano.Donato e Isidoro;su Retórica del De inventione de
Cicerón;su Dialéctica de una obra pseudoagustiniana sobre las categorías.Su De
animae ratione rationale ad Eulaliam Virginem en extractos de San Agustín y
Casiano.En su De fide Sanctae et individuae Trinitatis trata de la esencia divina,las
propiedades de Dios,la trinidad de las personas,encarnación y redención,identificación
en Dios del ser,la vida,el pensamiento,el querer y el obrar.Escribió también
un Dialogus de rhetorica et virtutibus.Define el alma como espíritu intelectual o
racional,siempre vivo y en movimiento,capaz de buena o mala voluntad.Alma en
cuanto vivifica,espíritu en cuanto contempla,sentido,ánimo en cuanto sabe,mente en
cuanto comprende,razón en cuanto juzga,voluntad en cuanto consiente,memoria en
cuanto recuerda.Y distingue en ella la parte racional (memoria,entendimiento y
voluntad),irascible y apetitiva.Es el fundamento de la actividad humana,pero el yo
pertenece también al cuerpo.Es incorpórea e inmortal.Su bien más alto es Dios,y su
destino amar a Dios:destino al que se prepara con virtudes cristianas (fe,esperanza y
caridad) y paganas (prudencia,justicia,fortaleza y templanza).
Fredegiso,abad de St. Martín en Tours y canciller de Ludovico Pío desde el 819 al
834,escribió De nihilo et tenebris (la nada es).
Rabano Mauro (776- 856 d.C.),discípulo de Alcuino,nació en Maguncia,fue maestro y
abad del monasterio de Fulda,y murió en Maguncia,siendo su arzobispo.Es el creador
de la escuela de Fulda,de la que salieron numerosos doctores.Se preocupó de la
educación filosófica y teológica del clero,mediante De institutione clericorum (Sobre
la instrucción de los clérigos),tomado de la patrística,San Isidoro y Veda.Insistiendo en
la importancia de las artes liberales,y los filósofos platónicos.Tomó su tratado De
universo de las Etimologías de San Isidoro,y De natura rerum de Beda.En glosa a las
Categorías de Aristóteles niega la univocidad del ser,afirmando su equivocidad y
diversidad de significados.
Servato Lupo,discípulo de Rabano,abad de Ferrieres,apreció las humanidades y
ofrece en sus Cartas interés literario y filológico.Su tratado Sobre tres cuestiones se
ocupa del libre albedrío,la predestinación y la Eucaristía.
Pascasio Radoberto,abad de Corbie redactó De corpore et sanguine
Domini,un Comentario al evangelio de san Mateo,y De fide,spe et
charitate (predminio de la fe sore la razón).
Godescalco,monje de Corbie,sostuvo la doble predestinación,sobre el bien y el
mal,afirmando que Dios ha crerado a algunos hombes incorregibles,y destinados a la
pena.Esta doctrina la enseñó también el monje Ratramno,maestro de Godescalco.
Enrique de Auxerre (841-876 d.C.),discípulo de Servato Lupo,escribió Vita S.
Germani,con glosas tomadas de clásicos,y de la Divisio naturae de Juan Escoto;y
glosas marginales a un escrito pseudoagustiniano sobre las Categorías.En ellas
afirma que los conceptos universales no son realidades en sí,porque designan sólo
cosas particulares conocidas por experiencia.Los conceptos de género y especie se
hacen por economía mental.
Remigio de Auxerre (841-908 d.C.),discípulo de Enrique,maestro de artes
liberales,escribió comentarios a gramáticos y poetas latinos,Génesis y Salmos.Se
inclina hacia el realismo,hacia la afirmación de la realidad sustancial de los
conceptos.El concepto más alto es el de esencia,que comprende todas las
naturalezas y cuanto existe:se divide en géneros y especies,hasta llegar al
individuo.En conocimiento es platónico.

LAS CRUZADAS
Las Cruzadas fueron expediciones carácter religioso, económico y militar que se
formaron en Europa entre los siglos XI y XIII, contra los herejes y musulmanes.
Aunque no fue un movimiento exclusivamente religioso, tuvieron el espíritu de
religiosidad de la cristiandad europea como factor importante de su formación.
El inicio de estas expediciones durante la edad media fue de carácter puramente
religioso y militar, que buscaba liberar tierra santa (palestina, Jerusalén etc.) de
mano de los turcos musulmanes que se habían apoderado de estas e impedían que
los cristianos llegarán a peregrinar.
La Iglesia no era la única interesada en el éxito de esas expediciones: la nobleza
feudal tenía interés en la conquista de nuevas tierras; las ciudades mercantilistas
como Venecia y Génova deslumbraban con la posibilidad de ampliar sus negocios
hacia el Oriente y todos estaban interesados en las especias orientales, por su alto
valor, como: pimienta, clavo, nuez moscada, canela y otros.
Movidas por la fe y la ambición, entre los siglos XI y XIII, partieron hacia el
Oriente ocho cruzadas.
Causas de las Cruzadas
– La principal causa fue la toma de tierras santas para los cristianos por parte de
los turcos musulmanes, Jerusalén y palestina, habían sido tomadas por los
turcos e impedían que lo cristianos llegaran a peregrinar.
– Con la ciudad santa del cristianismo tomada por los musulmanes, las transacciones
comerciales con el Oriente quedaron perjudicadas. Los comerciantes europeos
estaban empeñados en recuperar las rutas comerciales con los comerciantes
del este, estableciendo también almacenes comerciales en la región, para ello
necesitaban volver a tener el dominio del Mar Mediterráneo.
– Gran aumento poblacional. Este crecimiento demográfico no fue acompañado por
la mejora en la infraestructura de los pueblos, hubo escasez de alimentos, las pésimas
condiciones de vida proporcionó el crecimiento de un grupo de excluidos sociales.
La hinchazón poblacional obligaba a una parte de la población a abrigarse en
viviendas precarias sin el mínimo de confort y seguridad,  lo que llevaría a buscar
nuevos territorios los cuales conquistar. Además La iglesia prometió premiar con
algunos bienes a los participantes de la guerra santa, los marginados se
resolvieron alistar en el ejército formado por el clero.
– Para los segmentos más pobres y marginados de la población europea, la
expansión hacia el Este representada nuevas expectativas de supervivencia, como el
trabajo, la tierra y la fortuna.
– La nobleza feudal y comerciantes Europeos se unieron al movimiento con los
deseos de expandir sus dominios, estaban interesados en dominar el comercio
de especias orientales. Estos productos tenían un alto valor comercial en Europa
(pimienta, clavo, Nuez etc.).
– La iglesia a causa de que los musulmanes se expandían perdía seguidores y
su poder en la sociedad. Para la Iglesia católica, se abrió la posibilidad de ampliar su
influencia para ganar nuevos seguidores en el Este, así como una posible
reunificación con la Iglesia ortodoxa, que se había separa en 1054.
– También hubo un interés fuera de Europa: el Imperio bizantino esperaba que estas
expediciones militares podría ayudar a prevenir el crecimiento de las fuerzas
musulmanas que amenazaban Constantinopla.
Objetivos
 Liberar la Tierra Santa conquistado por los turcos selyúcidas(fundador dinastía
selyúcida), que prohibió la peregrinación al Santo Sepulcro en Jerusalén.
 El intento del papado para unirse a la Iglesia de Occidente y la Iglesia Orienta l
separados desde 1054 por el cisma (donde la iglesia se separó en 2).
 La idea de conquistar la tierra del este y sus riquezas por parte de los nobles y
comerciantes.
 La necesidad de algunas ciudades comerciales europeos, en su mayoría
italianos, interesados por los almacenes y ventajas en la búsqueda o interés en
los productos orientales (especias, tejidos, joyas, etc.)
 La posibilidad de abrir el comercio a través del mar mediterráneo y lograr el
desarrollo de los negocios.
 La explosión de la población europea, lo que llevó a una población marginal, sin
trabajo y sin tierra, que se unió al fervor religioso del deseo de riqueza.
Origen de las Cruzadas
En el siglo VII surgió en el Oriente Medio también se religión monoteísta que
podría ganar muchos partidarios lo largo del siglo. El Islam se extendió por el
profeta Mahoma y su crecimiento crearía grandes enfrentamientos con el cristianismo.
A finales del siglo XI, la religión ya se había hecho lo suficientemente grande para
clamar por sus lugares sagrados, que, sin embargo, eran coincidentes con los lugares
sagrados de los cristianos. La ciudad de Jerusalén es el principal lugar sagrado
para estas dos religiones monoteístas y también para el judaísmo.
Durante la Edad Media, muchos cristianos solían ir en peregrinación a los
lugares donde Jesucristo vivió e hizo sus predicaciones (Jerusalén, Belén,
Nazaret, etc.). Estos lugares, conocidos como Tierra Santa, eran considerados
sagrados para los cristianos.
La ocupación de la ciudad por parte de los musulmanes y de las regiones cercanas
que componen la llamada Tierra Santa fue motivo de muchos conflictos entre esas
religiones en la Edad Media y sigue siendo una de las causas de la inestabilidad en
Oriente Medio.
El entorno del año 1000 vio el significativo crecimiento de las peregrinaciones de
cristianos a Jerusalén, pues creían que el fin del mundo estaba cerca y, por eso,
hacían sacrificios y buscaban las tierras sagradas para evitar la eternidad en el
infierno. El mundo no acabó y los musulmanes ocuparon cada vez más la Tierra
Santa, creando grandes impedimentos para el tránsito de cristianos.
La situación se agravó a lo largo del siglo XI e irritó a los cristianos, que se reunieron
para la primera expedición militar que los llevaría a Tierra Santa para intentar expulsar
a los musulmanes de la región y devolverla a los cristianos.
Entre los años 1096 y 1270, muchas expediciones fueron organizadas para
intentar reconquistar Jerusalén, pero los musulmanes se mantuvieron firmes en
la región tras varios conflictos.
El comienzo de las Cruzadas tuvo lugar a finales del siglo XI llega a su fin en el
siglo XIV.
Las expediciones militares tenían como objetivo recuperar el libre acceso a
Palestina y Jerusalén tierra santa para los cristianos y que fueron ocupadas  por
los turcos selyúcidos o musulmanes y que representó una herejía, ya que los
cristianos quedaron impedidos de peregrinar por los lugares sagrados de su religión.
Impedir el avance del islamismo se convertiría en una de las principales misiones de
los participantes de estas expediciones.
La tensión entre cristianos y musulmanes llevó al papa Urbano II a convocar una
expedición de reconquista de la tierra Santa. El Papa, que acusaba a los turcos de
asesinar a los peregrinos y profanar los lugares santos, intentó alentar a los cristianos
de occidente a la guerra. Para viabilizar la expedición, convocó señores feudales,
obispos y población en general.
La primera cruzada oficial fue llamado por el Papa Urbano II , quien se reunió la
nobleza Europea en 1095 para luchar contra los infieles que ocupan la Tierra
Santa.
Jerusalén es para los cristianos como La Meca es para los musulmanes.
El Papa Urbano II
La llamada a las cruzadas tuvo lugar el 25 de noviembre, 1095, en el Consejo de
Clermont, el papa Urbano II, en su discurso, «prometió que los que se dedican a esta
causa en un espíritu de penitencia serían perdonados de sus pecados y obtendría
completa remisión de la penitencia terrenal impuesto por la Iglesia”.
Y pidió a los cristianos de Europa marchar hacia el este para luchar contra los »
infieles» musulmanes que dominaban la región, incluyendo la ciudad de Jerusalén,
considerado santo por los cristianos, el lugar en el que fuera el Santo sepulcro, o la
tumba de Jesucristo.
Se percibió, por tanto, que la Iglesia prometía la salvación a todos aquellos que
luchasen en la «defensa del cristianismo». En ese período, fue debatido por la
Iglesia el concepto de «Guerra Justa», en el que se consideraba como justa toda la
defensa del cristianismo contra los musulmanes, llamados «infieles». De esa forma, la
Iglesia daba el aval a sus seguidores luchar (y matar) en su defensa.
Estas expediciones militares reflejan bien la religiosidad impregnada en la
sociedad medieval. La iglesia como la institución más poderosa del período se
sintió afrontada cuando los musulmanes dominaron la región sagrada del
cristianismo. 
En el año 1095, el papa Urbano II convocó a los cristianos para reconquistar la Tierra
Santa que había sido dominada por los turcos en 1076.
Los miembros de todas las clases sociales aceptaron la convocatoria del líder
supremo de la Iglesia Católica.
Nobles, siervos, reyes, campesinos, desocupados, personas comunes partieron para
su misión con la promesa de que a cambio de ese sacrificio, todos sus pecados serían
perdonados. Junto con el perdón, los cruzados conquistarían también un lugar
garantizado en el paraíso celeste.
Los participantes de estas expediciones en su ropa llevaban era una gran cruz
estampado a la altura del hombro. La cruz hacía una referencia al sacrificio y victoria
de Jesucristo.
A pesar del fuerte carácter religioso que caracterizó el movimiento, las Cruzadas
también contenían causas económicas y políticas, como lo fueron la conquista de
nuevas tierras y riquezas, además de abrir el comercio sobre el mar mediterráneo.
¿Que Significa?
El término Cruzada no se conocía en el momento en que ocurrieron. Sólo fue así
nombrado porque sus participantes se consideraban soldados de Cristo y se
distinguían por la cruz en sus ropas. En la época en que ocurrieron, eran llamadas de
peregrinación o de guerra santa por los europeos.
Las 8 Cruzadas
La Primera Cruzada (1095 – 1099)
Con el signo de la cruz cosido sobre sus uniformes de batalla, marcharon hacia
Francia, por el Papa Urbano II, con el signo de la cruz cosido sobre sus uniformes de
batalla, marcharon hacia la Jerusalén y obtuvieron éxito: masacraron a los turcos
durante el combate y conquistando la Tierra Santa, el principado de Antioquía y los
condados de Trípoli y Edesa, permitiendo el acceso de los peregrinos nuevamente.
La Segunda cruzada (1147 – 1149)
Los islamistas retomaron la ciudad de Edesa (que había sido tomada por la 1ª
cruzada), entonces, bajo el mando de Conrado III de Francia y Luís VII de Francia, se
convocó una segunda cruzada. Este total éxito no se logra, no volvió a tomar Edesa,
pero logró tomar Lisboa musulmanes, hecho fundamental para el desarrollo del Reino
de Portugal.
La tercera cruzada (1189 – 1192)
Esta tercera cruzada fue convocada por el Papa Gregorio VII porque Jerusalén había
sido retomada una vez más por el sultán Saladino en 1187. Fue una de las más
conocidas y también fue llamada Cruzada de los Reyes, pues tuvo la participación de:
Ricardo Corazón de León, Inglaterra; Federico Barbarroja, del Sacro Imperio Romano
Germánico; y Filipe Augusto, de Francia. No obtuvo éxito pero un acuerdo de paz fue
firmado, permitiendo la peregrinación de los cristianos a Jerusalén con seguridad.
La Cuarta cruzada (1202 – 1204)
A diferencia de las tres primeras que tuvieron un carácter religioso hacia tierra santa,
esta cruzada fue en busca de nuevos territorio y mercados que conquistar, ésta se
realizó por el mar y no se dirigió a la Tierra Santa, fue hacia Constantinopla.
Estando presentes los intereses comerciales de los comerciantes de Venecia (Italia),
por lo tanto, se conoció esta como la » Cruzada comercial.» Los cruzados invirtieron
contra Constantinopla, sede del Imperio Bizantino y gran centro comercial, saqueando
la ciudad y matando a miles de personas.
En consecuencia de esa cruzada, Venecia asumió el mando del comercio marítimo
existente en el Mediterráneo, reconviniendo económicamente el Occidente al Oriente.
Se observa que la Cuarta cruzada se desvía totalmente de los objetivos iniciales del
movimiento, pues ni siquiera se acercó a Jerusalén.
En 1212, organizó la cruzada de los niños, sostenida por la creencia de que Jerusalén
sólo podía ser liberado de los musulmanes a manos de ‘almas puras’. Incluso contra la
voluntad del papa Inocencio III, miles de niños fueron enviados a Jerusalén y
acabaron muertos o vendidos como esclavas en los mercados de Oriente. Este fue
uno de los actos que marcaron la época.
La Quinta cruzada (1217 – 1221)
La nueva cruzada oficial ocurrir entre los años 1217 y 1221. Pero el fracaso no sería
novedad. La quinta expedición ni siquiera pudo superar la inundación del río Nilo y
simplemente renunciar a sus objetivos para tomar una fortaleza musulmana en Egipto.
La Sexta cruzada (1228 – 1229)
Fue dirigida por el emperador Federico II, que fue excomulgado por el papa, esa
cruzada logró por medio de negociaciones, un tratado que liberaba Jerusalén y otros
lugares sagrados cristianos para la peregrinación.
Logró obtener la posesión de Jerusalén, de Belén y de Nazaret para los cristianos por
diez años. Sin embargo, en 1244 los cristianos perdieron el dominio de esas
localidades nuevamente para los musulmanes.
El tratado fue deshecho por los turcos en 1244.
La Septima cruzada (1248 – 1250)
Luis XI comandó esta cruzada, intentando conquistar Egipto. Una vez más, los
guerreros fueron vencidos por las inundaciones del río Nilo y Luis XI acabó siendo
capturado, posteriormente se le pidió un rescate de 500 mil monedas de oro.
La Octava cruzada (1270)
Después de ser capturado en la 7ª cruzada y tener su rescate pagado, Luis XI
comandó otra. Incluso con los turcos desunidos, no obtuvieron éxito pues Luis XI
falleció debido a la peste en Túnez. A causa de su piedad y martirio, fue canonizado y
pasó a ser conocido como San Luis.
Consecuencias de las Cruzadas
 – Observando los objetivos por los cuales fueron creadas, concluimos que
fueron un fracaso, no conquistaron la Tierra Santa y muchas vidas fueron
perdidas. 
– Ayudaron a que el comercio en Europa renaciera y los comerciantes Europeos
empezaran a poseer más riquezas, sus negocios florecieron y la economía en Europa
se fortaleció.
– Las Expediciones lograron restablecer las relaciones europeas con el norte de África
y Asia. Con el fin de la dominación árabe en el mar Mediterráneo. Fueron
responsables de la reapertura del Mediterráneo al comercio internacional y del
desarrollo del comercio occidental.
– Se creó una nueva clase social conocida como la burguesía, que fueron pequeños
comerciantes gracias al renacer del comercio con la conquista del mar Mediterráneo.
La Inquisición Medieval
Orígenes y nacimiento de la Inquisición Medieval
La herejía, concebida como desviación voluntaria de la doctrina fijada por la Iglesia, no
hizo su aparición en la Europa medieval antes del año 1000, donde encontramos
clérigos y monjes que interpretan de un modo un tanto peculiar y personal ciertos
aspectos de las Escrituras. Faltaba, sin embargo, un elemento esencial que termina
de definir la herejía: la difusión masiva de esa desviación de la ortodoxia.
Después del año 1000 asistiremos a un aumento de la población de las ciudades y al
surgimiento de grupos poderosos, ilustrados e influyentes en el ámbito civil deseosos
de volver a la sencillez de la vida de Jesús. Esto, junto con la reaparición del
maniqueísmo venido del Próximo Oriente, la aparición de los seguidores de Pierre
Valdès -valdenses- que predicaban un retorno a la pobreza de los primeros cristianos
y los cátaros, con una concepción religiosa que chocaba frontalmente con la jerarquía
eclesiástica, comenzarían a preocupar progresivamente al clero.
Fueron en un principio las autoridades civiles de la Francia septentrional quienes
enviarían a la hoguera a los primeros herejes. La Iglesia en un principio no se
pronunció pero, si en algún momento rechazaba o, por lo menos, se mostraba
reticente ante estas prácticas, finalmente terminó por actuar contundentemente
cuando observó que, en las ciudades de la Francia meridional, la herejía, cátaros y
valdenses fundamentalmente, llegaron a representar no menos de un 5% ó 10% de la
población, contando con apoyo o financiación de las autoridades locales, o, al menos,
su consentimiento. Ante semejante panorama, hacia finales del siglo XII prácticamente
nadie cuestionaba en el seno de la Iglesia el recurso a la violencia para combatir la
herejía, salvo contadas excepciones como San Francisco o Santo Domingo.
Con este estado de ánimo se comenzó a abordar la cuestión jurídicamente. En 1184
se aprueba la muerte en la hoguera para los reincidentes en la herejía. En 1199 se
añade la posibilidad de confiscar los bienes del condenado. Entre 1180 y el siglo XIII
se establece el uso de la tortura en determinadas situaciones. Entre finales del XII y
principios del XIII mediante disposiciones legales se irán constituyendo los rasgos
definitorios de la Inquisición medieval que volverán a reproducirse en la Edad
Moderna, tales como el secretismo del proceso y el ocultamiento del denunciante y los
testigos. Tras la llamada Cruzada de los Albigenses (1212-1219) destinada a acabar
con la herejía en la Francia meridional, se observa cómo los tribunales oficiales del
episcopado no logran detectar la presencia ni la extensión de las corrientes
heterodoxas, así como tampoco los tribunales civiles, cuyo uso arbitrario y desmedido
de la violencia en el contexto de la época era considerado contraproducente.
El Papa decide entonces enviar a eclesiásticos de esmerada formación y previamente
especializados en la tarea a realizar, encomendándoles la formación de tribunales con
plenas competencias para ejercer más allá de cualquier restricción impuesta por los
limites de las jurisdicciones episcopales y señoriales.
Desarrollo
En el Norte de Francia el primer inquisidor fue Robert le Bougre. En 1234 fue
destituido por las presiones de los obispos de Bourges y Reims tras haber enviado a
la hoguera a varias personas en la localidad de Charité-sur-Loire. Comenzaba así una
pugna que sería la constante en muchas regiones donde se establecieron tribunales
inquisitoriales. En 1235 el Sumo Pontífice volvió a restituir en su cargo a Robert con
plenos poderes gracias a su nombramiento como Inquisidor General de Francia. En
poco más de un año, en 1239, envió a la hoguera a 197 personas. Los obispos
volvieron a protestar enérgicamente y el Papa volvió a relevarlo de su cargo. A pesar
de lo escandaloso que nos puede resultar actualmente la cifra de ejecutados por
Bougre, ésta no era en absoluto superior a las víctimas de los tribunales de los
obispos y del poder civil. La excesiva dureza imputada a los inquisidores estaba
directamente relacionada con una rivalidad encarnizada entre el poder inquisitorial y
episcopal, pues el segundo observaría como el primero le ganaba terreno a pasos
agigantados.
En la Francia meridional la resistencia de las corrientes heréticas fue especialmente
importante hasta el punto de que la Inquisición, al establecerse en Francia, no tuvo
acceso en principio al Languedoc. En esta área la Iglesia necesitó toda la ayuda del
poder civil para combatir la herejía hasta el punto de que los tribunales inquisitoriales
no pudieron establecerse en el Languedoc hasta la llegada del Monarca con sus
tropas en 1234. Los primeros tribunales inquisitoriales se dividieron el Languedoc en
materia de competencias judiciales, estableciéndose tres tribunales en Toulouse,
Carcassonne y Provenza.
La Inquisición francesa meridional gozó de relativa estabilidad desde finales mediados
del siglo XIII. No obstante, la Inquisición actuó con suma cautela y entre 1250 y 1290,
aproximadamente, la tónica general será que generalmente tan sólo el 1% de las
sentencias dictara la muerte del reo en la hoguera y que poco más del 15% se
resuelvan con  la confiscación de bienes pero, a su vez, con la reconciliación del
hereje con la Iglesia. Esta actitud puede estar justificada en buena medida por el
cálculo político: buena parte de la población del Languedoc veía a los dominicos como
producto de una estrategia de invasión en sus asuntos por parte del Rey de Francia, lo
que provocaría no pocas revueltas que fueron duramente sofocadas.
En la Península Itálica existían importantes focos valdenses. La propia estructura
política de esta zona geográfica condicionaba el modo en que se manifestaba la
herejía. Las ciudades-estado italianas, completamente independientes unas de otras,
tomaban partido por los llamados güelfos -favorables a la ortodoxia y al Papado- o por
los gibelinos -partidarios del Emperador- quienes apoyaban a los herejes en su lucha
contra la autoridad papal. La razón del apoyo gibelino era, obviamente, política.
La Inquisición, también aquí, era percibida como una fuerza de intromisión en los
asuntos de las ciudades gibelinas, y las revueltas que se produjeron a raíz de esto
fueron especialmente violentas, teniendo como ejemplo principal la del inquisidor de
Lombardía, Pedro de Verona, en 1245. Ante semejante estado de la situación, Charles
d'Anjou, hermano de San Luis, invade la Península Itálica entre 1266 y 1268 por orden
del Papa. Charles deshace el partido gibelino y se apodera del reino de Nápoles. Las
ciudades-estado, al ver cómo los güelfos se hacían con todos los resortes del poder,
apostaron por el bando vencedor y emprendieron cruzadas contra los últimos reductos
valdenses. A comienzos del siglo XIV el movimiento cátaro dejó de existir como tal en
el área meridional de la Península Itálica. En Aragón, la otra región meridional de
nuestro interés, la Inquisición surgió de modo más improvisado, como una institución
creada ad hoc para combatir la infiltración cátara procedente de aquellos que habían
huido del Languedoc hacia el sur.
Procedimientos
Cuando la Inquisición medieval acudía a una localidad, solicitaba en primer lugar la
colaboración de las autoridades civiles que, de negarse a prestarla, incurrían en la
excomunión o el entredicho según el grado de desacato. Acto seguido, mediante un
sermón, se proclamaba el Edicto de Fe y el Edicto de Gracia. Con el primero se
obligaba a los residentes de la localidad en cuestión a delatar a los posibles herejes
bajo pena de excomunión y el segundo prometía una pena ligera a quienes
confesaran por propia voluntad. El procedimiento era metódico y no podía aplicarlo
cualquiera. Clemente V estableció la edad mínima para ser inquisidor en cuarenta
años y unas referencias intachables de inteligencia, responsabilidad e integridad.
Cuando el tribunal inquisitorial hallaba presuntos culpables, daba hasta tres
amonestaciones después del Edicto de Gracia. Estas advertencias eran pronunciadas
por el párroco local durante el sermón del domingo. Si el aludido no se presentaba
personalmente o por medio de un procurador, era declarado contumaz y excomulgado
temporalmente, sanción que pasaba a ser perpetua si la ausencia excedía el año. Si
se trataba de un sospechoso considerado peligroso por las autoridades inquisitoriales
o un acusado de sacrilegio especialmente grave, se procedía a su búsqueda y
captura. No era infrecuente entonces que las autoridades civiles se afanaran en
arrestarlo para no ser acusadas de complicidad por la Iglesia.
Una vez puesto ante el tribunal, el preso escuchaba la acusación formulada contra él
pero nunca le eran mostradas las pruebas recogidas para sostener los cargos que se
le imputaban. Tampoco solía conocer la identidad de quien lo acusaba, aunque, en
Francia, existieron casos de jueces que no sólo revelaron el nombre del denunciante
sino que, incluso, organizaron un careo entre las dos partes para determinar quién
decía la verdad.
Al acusado se le permitía exponer un alegato en su defensa mediante textos que
podía traer previamente preparados. La recusación de un determinado tribunal era
permitida mediante documento en el que se expusieran razonadamente los motivos de
la reclamación que, a priori, podía llegar hasta el mismo Papa.

El interrogatorio se hacía en presencia de algunas autoridades civiles, de los boni viri.


El juez prometía al acusado el perdón si confesaba a tiempo y voluntariamente.
Cuando esto no se producía, se podía llegar a emplear la tortura. La Inquisición
comienza a aplicar el tormento a partir de 1243 en el Mediodía francés. El Papa
Inocencio IV legitima su uso mediante la bula Ad extirpanda, de 15 de mayo de 1252.
En principio la tortura era ejercida por civiles, pero los papas Alejandro IV en 1260 y
Urbano IV en 1262, autorizaron la presencia de inquisidores durante las sesiones,
quienes, además, estaban facultados para recoger las confesiones de la víctima ante
notario.
Las penas más leves eran de tipo espiritual o económico. Si el acusado se
autoinculpaba, dependiendo de la gravedad de su dicho o acción, se le imponía un
castigo basado en hacer un número determinado de rezos o un viaje de peregrinación.
También el tribunal podía optar por una pena infamante y dictar que el reo
compareciera el domingo descalzo en la iglesia donde se le imponían ropajes
vistosos, normalmente de color escarlata, con una cruz amarillo limón cosida en el
pecho y, a veces, también, en un sombrero del mismo color que debía llevar durante
un período de tiempo estipulado. La sanción económica era la más grave dentro de
las penas suaves y solía consistir en fuertes multas o en la confiscación de bienes, a
veces con carácter temporal. La pena de muerte se ejecutaba en la hoguera y, en
realidad, no era aplicada por la justicia inquisitorial sino por la civil. Cuando un
acusado era considerado irreconciliable con la Iglesia, la Inquisición lo entregaba a un
tribunal civil a sabiendas de que iba a ser ejecutado.
Decadencia y desaparición de la Inquisición Medieval
Hacia el siglo XIV la Inquisición era un órgano más del aparato administrativo de la
Iglesia que se extendía por toda Europa. Aparte de las áreas mencionadas
anteriormente, existieron tribunales en Portugal -aunque mantuvieron una actividad
escasa-, Bohemia, Polonia y Bosnia, por citar tan sólo algunos. Sólo escaparon a su
jurisdicción Castilla, Gran Bretaña y los territorios escandinavos.
Este desarrollo tuvo su contrapartida. La Inquisición se fue burocratizando
progresivamente. El método de actuación se circunscribió a cuestionarios tipo y
protocolos de actuación ante situaciones predeterminadas. Su labor se volvió
mecánica, restando capacidad de reacción ante las situaciones que se presentaban,
perdiendo esa fluidez y capacidad de adaptación que había sido la clave de su fuerza.
Esto y la desaparición de los movimientos heréticos más importantes contribuyeron
también a reducir su campo de acción. De alguna manera, se podría decir que la
Inquisición medieval murió de éxito.
Pese a las campañas lanzadas en los últimos años en Dauphiné, Los Alpes o el sur de
lo que hoy en día es Alemania, los inquisidores no lograron extinguir la herejía
valdense que sobreviviría hasta integrarse entre los partidarios de la Reforma
protestante, ya en el siglo XVI.
La falta de resultados llevó a un descenso de los recursos y del número de juicios de
tal forma que los pocos que se celebraban iban destinados a obtener financiación a
toda costa. Mientras tanto, la lucha del episcopado da sus frutos y en 1312 el Papa
dispone que todo proceso, interrogatorio, aplicación de la tortura y condena fueran
puestas en conocimiento previo de los obispos locales, que habrían de dar su visto
bueno. Perdía así la Inquisición medieval una batalla secular con el Episcopado que,
en buena medida y junto con las otras circunstancias mencionadas, selló su destino.
EL CISMA DEL OCCIDENTE
El Cisma de Occidente La necesidad de la Reforma (2): la Reforma indispensable (II)
En mi anterior entrega, me detuve en la manera en que el papado se convirtió en
punto menos que el departamento de asuntos religiosos de la monarquía francesa.
Cuando tras siete décadas, concluyó la Cautividad babilónica de la iglesia en Avinón,
la iglesia católica no recuperó la unidad. Por el contrario, se vio sumida en un Cisma
que se prolongaría durante décadas. LA VOZ AUTOR César Vidal Manzanares 19 DE
NOVIEMBRE DE 2010 A la muerte de Gregorio XI, el pueblo de Roma - que temía la
elección de un papa francés y el regreso de la Santa Sede a Aviñón - exigió que el
nuevo pontífice fuera "romano o al menos italiano". Aterrorizados, ante la posibilidad
de que se produjera un derramamiento de sangre, los cardenales votaron casi
unánimemente a Prignano que subió al trono papal con el nombre de Urbano VI. Una
vez más, cuestiones meramente políticas tuvieron consecuencias espiritualmente
trágicas. Al anunciar Urbano VI que tenía el propósito de crear nuevos cardenales
para contar con una mayoría italiana en el Sagrado colegio, los cardenales franceses
proclamaron la nulidad de su elección y eligieron a Clemente VII en su lugar. De esta
manera comenzó el Gran Cisma o Cisma de Occidente. Aunque Urbano VI respondió
ejecutando a cinco cardenales por conspiración y sometiendo a otros seis a tortura,
murió sin conseguir que su pontificado fuera aceptado por toda la cristiandad católica.
En 1389, a la muerte de Urbano VI, fue elegido el nuevo pontífice - Bonifacio IX - por
catorce cardenales romanos. Su propósito era alcanzar una solución de compromiso
que permitiera solventar el Cisma de Occidente. Desgraciadamente no fue así y
Bonifacio XI fue excomulgado por el papa de Aviñón Clemente VII. La muerte de este
pontífice hubiera podido significar el final del Cisma. Sin embargo, los cardenales de
Aviñón optaron por elegir a un nuevo pontífice, el aragonés Pedro de Luna, que
accedió al trono papal con el nombre de Benedicto XIII. Una vez más, el papa de
Aviñón se negó a ceder ante la sede romana perpetuando así la división de la iglesia
católica en dos bandos. El drama que implicaba semejante situación – una unidad
eclesial rota en la cúspide por dos papas que se anatematizaban recíprocamente -
llevó a distintas instancias políticas a intentar una mediación que llevara a Benedicto
XIII a abdicar y permitiera la continuación de la línea papal a través de un pontífice con
sede en Roma. Así, en 1395, Carlos VI de Francia le instó infructuosamente para que
abdicara y no mejor resultado obtuvieron una legación anglo-francesa en 1397 y otra
alemana en 1398. Cuando en ese mismo año, Francia se apartó de la obediencia a
Benedicto, Navarra y Castilla dieron el mismo paso situándolo en una posición muy
delicada. Benedicto XIII llegó incluso a ser confinado en su palacio. Sin embargo, en
1403 logró escapar disfrazado y esa muestra de audacia se tradujo en la recuperación
de la obediencia de sus cardenales así como de la de Francia y Castilla. En 1404,
Benedicto XIII propuso llegar a un acuerdo con el pontífice romano, pero el proyecto
fracasó. Finalmente, en virtud del tratado de Marsella de 21 de abril de 1407, Gregorio
XII de Roma y Benedicto XIII de Aviñón acordaron entrevistarse en Savona para
concluir el cisma. El encuentro no tuvo nunca lugar y, al año siguiente, la corona
francesa – la primera interesada en mantener el papado de Aviñón - volvió a apartarse
de la obediencia a Benedicto XIII e incluso ordenó su detención. A esas alturas, la
tesis de que un concilio tenía autoridad y legitimidad suficiente para deponer al papa
se había impuesto siquiera por la vía del pragmatismo ya que no se percibía otra
salida para una crisis institucional y espiritualmente escandalosa. Así, Benedicto XIII,
que había huido a Perpiñán, tuvo allí noticia de que el concilio de Pisa de 1409 le
había depuesto tanto a él como al papa Gregorio. A los pocos días, Alejandro V fue
elegido como nuevo – y, supuestamente, definitivo y legítimo - papa. En teoría, la
solución conciliarista, es decir la deposición de los pontífices y su sustitución resuelta
por un concilio superior a ellos, debía haber acabado con el Cisma de Occidente.
Desgraciadamente, a corto plazo, sólo sirvió para complicarlo aún más. Apoyándose
en los reinos hispánicos y en Escocia, Benedicto XIII excomulgó a sus opositores y
mantuvo sus pretensiones de ser el pontífice legítimo. La existencia de tres papas –
un hecho sin precedentes – fortaleció las tesis de los partidarios del conciliarismo que
ahora contaban con el respaldo imperial para intentar acabar con el Cisma. Así, el
emperador alemán Segismundo acudió a Perpiñán para instar a abdicar a Benedicto
XIII. No lo consiguió. De hecho, Benedicto XIII se mantuvo en su posición – en sus
trece - hasta su fallecimiento en el castillo de Peñíscola en 1423. Sin embargo, si el
papa aragonés pasaría a la Historia como un paradigma de la testarudez, no más
ejemplar resultó la conducta de Baldassare Costa. Nacido en Nápoles de familia
aristocrática, Costa fue pirata en su juventud, pero en 1402, fue creado cardenal por
Bonifacio IX y nombrado legado en Romaña y Bolonia. Empedernido mujeriego - de él
se contaba que había seducido a más de doscientas mujeres mientras desempeñaba
estas funciones - Costa rompió con Gregorio XII y se unió a los cardenales de
Benedicto XIII que lo habían abandonado y en el curso del concilio de Pisa (marzo-
agosto de 1409) votó a favor de la deposición de Gregorio XII y de Benedicto XIII, y de
la elección de Alejandro V. Cuando éste murió, envenenado, al parecer, por órdenes
del propio Baldassare Costa, éste logró ser elegido sucesor suyo. Costa - que tomó el
nombre de Juan XXIII – consiguió disfrutar de un amplio respaldo en Francia,
Inglaterra y varios estados italianos y alemanes. Decidido a acabar con la crisis por la
que atravesaba el pontificado, condenó la enseñanza de los reformadores John
Wycliffe y Jan Huss, y en 1414, convocó el concilio de Constanza con la intención de
que se confirmara la deposición de Gregorio XII y Benedicto XIII. La propuesta era
sensata, pero, a esas alturas, la tesis de la superioridad del concilio sobre el papa
estaba tan afianzada que en febrero de 1415, el concilio decidió que también Juan
XXIII debía abdicar. Ante aquella iniciativa, Juan XXIII decidió huir convencido de que
con ese acto concluiría el concilio, pero no fue así. En sus sesiones IV y V (30 de
marzo y 6 de abril de 1415), el concilio proclamó su superioridad sobre el papa y, tras
detener a Juan XXIII, lo depuso en la sesión duodécima (29 de mayo) acusándolo de
simonía, perjurio e inmoralidad. La respuesta de Juan XXIII fue declarar que el concilio
era infalible y renunciar a cualquier derecho que pudiera tener al papado. Después de
que el concilio de Constanza depusiera a Juan XXIII y a Benedicto XIII y recibiera la
abdicación de Gregorio XII, en el curso de un cónclave que tan sólo duró tres días se
eligió papa al cardenal Oddo Colonna que tomó el nombre de Martín V. El cisma aún
perduraría hasta el pontificado de Clemente VIII, sucesor de Benedicto XIII, pero ya
con escasos católicos que no reconocieran como pontífice legítimo a Martín V. A partir
de 1418, en un intento de fortalecer su autoridad y de recuperar el prestigio de la
Santa Sede, Martín V comenzó a negociar concordatos con Alemania, Francia, Italia,
España e Inglaterra, y en 1420, volvió a residir en Roma, pese a las presiones para
establecerse en Alemania o Aviñón. El Cisma de Occidente había dejado de
manifiesto hasta qué punto la unidad de la Cristiandad occidental resultaba frágil y
cómo para recuperarla había resultado forzoso arbitrar medidas que colocaban la
autoridad del concilio por encima de la de los pontífices. Sin embargo, no significó la
recuperación de la unidad. Durante los años siguientes, quedó de manifiesto esa
desunión en episodios como los oídos sordos prestados por las diversas naciones a
los llamados papales para socorrer a Constantinopla – que cayó ante los turcos en
1453 – y, sobre todo, en la separación de Bohemia de Roma siguiendo las tesis
teológicas de Juan Huss, un teólogo quemado en la hoguera durante el concilio de
Constanza. La Reforma del s. XVI provocó – a su pesar - una ruptura, pero no en una
iglesia impolutamente unida, sino en una que se había mostrado dividida durante
décadas en los siglos anteriores y que además ya había perdido alguna región de
Europa seguidora de una interpretación de las Escrituras diferente de la propugnada
por la Santa Sede. La razón de esa ruptura fue espiritual, pero de eso hablaremos en
siguientes entregas.

REFLEXIONES TEOLOGICAS DE LA EDAD MDIA.

La Edad Media, Medievo o Medioevo es el período histórico de la civilización


occidental comprendido entre el siglo V y el XV. Su comienzo se sitúa
convencionalmente con la Caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476 d.C.
hasta mediados del siglo XV d.C., cuando cae el Imperio Romano Oriental o Bizantino,
es decir cuando la ciudad de Constantinopla es conquistada por los turcos en el año
1453, o bien, su fin en 1492 con el descubrimiento de América, fecha en la que
comienza la Edad Moderna (Edad Media, 2010).
 
La Edad Media se divide en Temprana o Alta Edad Media (siglo V a siglo X) y
Baja Edad Media (siglo XI a siglo XV). Hernández (2008) aporta las siguientes
características de cada período.
 
 
La Alta Edad Media
 
 Abarca desde la Caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476 d.C.
hasta el inicio del siglo XI.
 
 Constantes invasiones, tanto desde el norte (grupos germánicos) como desde
el sur (grupos Beréberes).
 
 Abandono de ciudades: Las personas huyen al campo por miedo.
 
 Grandes diferencias de clases: Toda esta situación de pobreza hace que las
diferencias entre clases se acentúen mucho más. Aparecen incluso clases
sociales nuevas y la mayoría de las personas van a estar en la miseria.
 
 Dominio de la Iglesia: El clero va a aumentar su poder y su riqueza, va a ser
una de las clases altas de esta época, van a tener tanto poder y riqueza como
los reyes y los señores feudales.
 
 
La Baja Edad Media
 
 Comprende desde el inicio del siglo XI hasta el descubrimiento de América
(1492) fecha en la que comienza la Edad Moderna.
 
 Aumento demográfico: al disminuir las guerras se produce un aumento
demográfico.
 
 Resurge el comercio: ya no tienen que ser autosuficientes.
 
 Surgimiento de una nueva clase social: la burguesía, son comerciantes de
clase media. Esta clase ya no trabaja para el señor feudal, trabajará cobrando
por su trabajo.
 
 Avances y progresos: se van a dar avances científicos importantes; aparecerá
la imprenta, importante para la transmisión de la cultura y el conocimiento, esto
supone que el conocimiento pase también a las clases pobres.
 
 Avances importantes en la medicina y en la enfermería.
 La Iglesia continúa siendo muy poderosa y dominante: seguirá perteneciendo a
la clase alta; pero en esta época continuarán apareciendo grupos dentro de la
propia Iglesia que van a criticar la situación de poder y las deficiencias que
tiene la misma. Surgen de este modo nuevas órdenes religiosas a lo interno de
la Iglesia.
 
 Unidad cultural cristiana, que se manifiesta:
o En la unidad de fe (época teocéntrica).
o En la unidad de lengua (el latín).
o En la unidad del Arte (el Gótico).
o En la unidad del método (didáctica).
 
 Sentido jerárquico según la línea Dios-Rey-Iglesia-Nobleza-Pueblo.
 
 Sentido feudal de la sociedad.
 
 Los géneros literarios se clasifican así:
 
 Iglesia: Literatura religioso-moral.
 
 Nobleza:
o Aristocracia guerrera: Gestas o Cantares Épicos.
o Cortesana y caballería: Novelas de aventuras y de amor.
o Burguesa: Poesía y Cuento satírico.
o Pueblo: Romances y Leyendas.
 
 La jerarquía eclesial era entonces: Dios Padre, Jesucristo, Pedro (Vicario),
obispos, sacerdotes y religiosos (monjes), laicos.
 
 Tono popular en lo literario, es decir, tanto en la Épica como en la Lírica y en el
Teatro medieval hay indicios de una génesis y lenguaje populares.
 
 Tendencia nacionalista y localista. En la Edad Media nacen las nuevas
nacionalidades.
 
 Carácter anónimo o colectivista. La gran mayoría de las obras medievales son
anónimas, tanto en la Literatura como en Arquitectura.
(La Edad Media, siglos XI-XIV, s.f.).
 
 
Estratos sociales de la Edad Media
 
 La Iglesia, que es la rectora de la Edad Media en lo religioso, cultural y social.
La Iglesia, con su acción religioso-cultural, trata de dar seguridad al hombre:
 
  
o Infundiendo en él un profundo espíritu religioso.
o Estableciendo una sociedad rígidamente jerarquizada.
o Expandiendo la cultura científico-religiosa.
 
 La nobleza, que con la Iglesia rige y orienta la sociedad medieval. Con la
cultura científica y social, los nobles se impregnan de ideales éticos y religiosos.
 
 El pueblo, cuyos integrantes son servidores acogidos a los nobles o
monasterios. Otros grupos formaban los gremios. Culturalmente eran gentes
rudas y analfabetas.
 
 La burguesía, clase intermedia entre la nobleza y el pueblo, comienza a surgir
al final de la Edad Media, y dará lugar a que pueda aparecer el
Prerrenacimiento, y se dedicaba al comercio y a la industria. Sus características
más sobresalientes son:
 
  
o Moral utilitaria: le importa la utilidad, el beneficio inmediato.
o Escepticismo ante los ideales caballerescos: ponen sus ojos en el
dinero, lo demás no cuenta.
o Espíritu satírico: con el cual vulnera poco a poco todo el orden
establecido.
 
(La Edad Media, siglos XI-XIV, s.f.).
 

Influencia de los monasterios en la sociedad medieval


 
A finales del siglo III aparece el monacato, que era un nuevo estilo de vida en el
seguimiento a Jesús. El monacato tenía algunas características como:
 
El desierto se empezó a considerar un lugar de encuentro del ser humano con Dios.
 
 El cristianismo se convierte en una religión tolerada y protegida.
 
 El martirio deja de ser símbolo de la perfección cristiana.
 
 La aplicación literal del evangelio hace que muchos creyentes abandonen su
hogar, vendan sus bienes y se separen de la sociedad para irse a vivir a los
desiertos buscando el encuentro con Dios.
 
 El monacato fue un movimiento que no estuvo exento de exageración, era un
movimiento popular y espontáneo.
 
 Los cristianos apreciaban, valoraban y pedían consejos a estos “héroes” que se
iban a vivir al desierto.
 
 El monacato se convirtió para muchos cristianos en un nuevo ideal del
cristianismo.
 
            Avendaño (s.f.) recalca que los monasterios se convirtieron en los centros del
moviendo espiritual y religioso. Los conventos de mujeres se establecían dentro de las
ciudades y los monasterios de monjes tendían a ubicarse en los suburbios en tierras
marginales. Además, los obispos fueron a menudo los fundadores de monasterios
más celosos y tanto los conventos como los monasterios vivían bajo la supervisión y la
protección de los obispos.   En Occidente, al monacato aún no se percibía como una
casta con un carácter sagrado, como ya había sucedido en Oriente. Los monjes,
monjas y el laicado se percibían como cristianos que tenían mucho más en común los
unos con los otros en contraste con el obispo y el clero. Los monjes y monjas eran un
grupo de personas que no eran ni laicos ni clérigos; se diferenciaban en que
solemnemente habían abandonado su aspiración a la propiedad privada, renunciaban
a la posibilidad de casarse y de procrear una familia y usaban vestimentas religiosas
sin ningún tipo de ostentación. Además, muy pocos monjes se ordenaban y las
monjas por ser mujeres no podían hacerlo.
 
            Los conventos y los monasterios no eran comunidades totalmente cerrados en
sí mismos. A mitad del siglo sexto, el laicado comenzó a ofrecer sus hijos a muy
temprana edad a los conventos y a los monasterios; desde seis años en el caso de las
niñas y desde los diez años en el caso de los varones; quienes tenían la libertad que
al ir madurando decidieran continuar o no dentro de estas comunidades religiosas.
 
El ideal de cristiandad en tiempos de la Edad Media se refleja en los hombres y
mujeres que dejan el mundo para seguir a Jesús. En los siglos XI y XII, el monacato
alcanza su máximo esplendor y su mayor influencia social. Surge una renovación en la
que se introducen las reglas de San Benito y el deseo de reforma monástico. Las dos
congregaciones más influyentes son:
 
  
o Los monjes de Cluny, fundados en 910, que serán los que hagan la
primera reforma monástica y eclesiástica.
 
  
o Los monjes del Cister, fundados en 1098, que intentaron volver a la
sencillez, pobreza y trabajo que los monjes de Cluny habían olvidado.
 
Otros movimientos que aparecen pero no son tan nombrados son los de:
 
  
o Los cartujos de San Bruno 1084.
 
  
o Los canónigos regulares en 1120.
 
            Durante el siglo XIII aparece en ambientes cristianos un deseo e ideal de
volver al evangelio, a la predicación y a la pobreza absoluta. Algunos grupos llegaron
a tales extremos que rompieron no sólo con la estructura eclesiástica sino también con
aspectos en las enseñanzas del cristianismo y se salieron de la Iglesia, como por
ejemplo los Cátaros, los Patarinos, el movimiento Petrobruciano y el formado por
Pedro Valdo que se conoció como el Movimiento Valdense (Avendaño, s.f.). Otros
como las Órdenes mendicantes respondieron a las necesidades y aspiraciones con
propuestas originales y creativas. Las principales órdenes fueron:
 
  
o Los dominicos fundados por Santo Domingo, son Hermanos
predicadores, que viven pobremente en pequeñas comunidades según
las reglas de San Agustín. Que tienen como misión predicar el evangelio
y dedicarse al trabajo intelectual.
 
  
o Los franciscanos fundados por San Francisco de Asís, son Hermanos
menores, viven de su trabajo y si no tienen suficiente, se dedican a
mendigar. Su misión es predicar y el trabajo pastoral (Edad Medieval,
s.f.).
 
 
Las dos caras de la moneda: Lo negativo y lo positivo de la Edad Media
 
"Según historiadores medievalistas como Le Goff o Eco, ha perpetuado un
preconcepto erróneo: el de considerar a la Edad Media como una época
oscura, sumida en el retroceso intelectual y cultural, y un aletargamiento
social y económico secular (que a su vez se asocia con el feudalismo en
sus rasgos más oscurantistas, tal como se definió por los revolucionarios
que combatieron el Antiguo Régimen). Sería un periodo dominado por el
aislamiento, la ignorancia, la teocracia, la superstición y el miedo milenarista
alimentado por la inseguridad endémica, la violencia y la brutalidad de
guerras e invasiones constantes y epidemias apocalípticas." (Edad Media,
2010).
 
Sin embargo, en este largo periodo de mil años hubo todo tipo de hechos y
procesos muy diferentes entre sí, tanto temporal como geográficamente, cuyos
aportes positivos se deben rescatar, tales son:
 
 Influencia mutua con otras culturas, lo que amplió los horizontes intelectuales
de Europa, hasta entonces limitada a la cultura clásica salvaguardado por el
monacato altomedieval y adaptados al cristianismo.
 
 Nacimiento de una incipiente vida urbana y una burguesía que con el tiempo
desarrollarán el capitalismo.
 
 Formas políticas nuevas; ciudades estado, repúblicas, con la creación  y
formación de los Estados Nacionales llamados Monarquías (Inglaterra, Francia,
España).
 
 Estilos artísticos (prerrománico, románico y gótico), arte islámico y arte
bizantino.
 
 Desarrollo de los agentes sociales que desarrollaron una sociedad estamental
de base (definido por un común estilo de vida o análoga función
social) predominantemente rural pero que presenció el nacimiento de una
incipiente vida urbana y una burguesía que con el tiempo desarrollarán el
capitalismo.
 
 El monacato, como adopción de un estilo de vida en cierta medida ascético,
dedicados a una vida de oración y contemplación, sea que vivan como
ermitaños, o bien, en comunidad, a la que se llama monasterio.
 
 Durante el siglo XI se produjo un profundo renacimiento religioso que tuvo su
origen en la orden monástica de Cluny que había sido fundada en Borgoña en
910. Los monjes cluniaenses quisieron reformar los monasterios y la Iglesia
entera con el fin de que se pudiera dedicar enteramente a sus fines religiosos.
Para ello era necesario librarla de la dominación de los Príncipes. Había que
poner término a la  investidura laica, la designación de los obispos por los reyes
(Edad Media, s.f.).
 
 En el año 1059 se creó el Colegio de Cardenales en Roma, que recibió la
función de elegir al Papa con prescindencia de toda posible influencia por parte
de los poderes políticos.
 
 Surgieron las escuelas y universidades (dividida en las cuatro Facultades de
Artes, Medicina, Derecho y Teología).
 
 La Edad Media dejó como legado o herencia principal al mundo conocido, el
haber permitido la propagación y defensa de la fe cristiana.
 
 Aporte a la arquitectura con la construcción de templos o basílicas donde tenía
efecto el culto a Dios y a la oración cristiana.
 
 La difusión de la Biblia y la transmisión cultural por parte de los monjes y
sacerdotes.
 
 La latinización del mundo, es decir, de la utilización del latín como lengua
universal.
 
 El clero cumplió, junto con sus funciones religiosas, con importantes funciones
sociales y culturales. Los miembros del clero recibían una educación superior
que los capacitaba para asumir la dirección de la sociedad.
 
 Entre otros aspectos.
 
CORRIENTES DE LA EDAD MEDIA
CORRIENTES DE LA EDAD MEDIA
 Escolasticismo: Es la explicación metodológica de la doctrina cristiana.
Interpretación teológica de los problemas de la vida. Ejerció influencia en la vida
espiritual. Solo era para las clases altas.
 Misticismo: Introdujo la experiencia personal en la vida religiosa. No hay que
quitar el misticismo del cristianismo. No es el tipo de misticismo en el que el
hombre se pierde en lo divino.
 Biblicismo: Prepara el camino para la Reforma. Intento de utilizar la Biblia
como la base para el cristianismo práctico.
 Método escolástico: Autoridad: La tradición de la iglesia tal y como estaba
expresada en los padres reconocidos, los credos, los concilios y en la Biblia.
 Razón: Reúne, armoniza y comenta las sentencias de los padres. Interpretar
los contenidos de la fe. <Creo para saber>. Posición tomista: la razón es un
instrumento para interpretar a autoridad. Separación de la razón y la autoridad:
 Positivismo: autoridad a la cual se debe de someter aun sin comprenderla.
 Corrientes dentro del escolasticismo:
 a) Dialéctica y tradición: Dialéctica: gr. Conversación. Método del “si” y
“no”. Para plantear problemas teológicos.
 b) Agustinismo y aristotelismo: Místico y racional o empírico.
 c) Tomismo: el intelecto es el poder dominante
 Escotismo: voluntad es el poder predominante, hace que el hombre sea
hombre y Dios sea Dios.
 d) Nominalismo: Se basa en lo tangible. Los nombres que damos a las
cosas son sólo palabras generales que no representan a los objetos
existentes; es decir, que no existen los universales (conceptos o
representaciones mentales generales por medio de las cuales
representamos las cosas particulares de la realidad) y lo que creemos
que es la realidad, no es más que un resultado del lenguaje.
 Realismo: idealismo. Ideas o esencias de las cosas. Lo que se
convertirán las cosas después de su desarrollo. Los realistas siguen la
tendencia de ver y representar las cosas “como verdaderamente son”
 Las fuerzas religiosas:
 Jerarquía: representaba la realidad sacramental de la que dependía la
iglesia, el estado y la cultura. Administraba la misa, educaba a las tribus,
penitencia. La jerarquía eclesiástica planeaba controlar el mundo. El
emperador quería unir la vida religiosa y la secular.
 Sectarismo: Es la crítica a la iglesia por el abismo que existe entre sus
pretensiones y su realidad. Se cortaban del cuerpo de la iglesia.
Ordenes terciarias: orden para hombres, mujeres y laicos, que solo se
sujetaban a la disciplina de las órdenes monásticas. <piedad laica>
 Supersticiones populares de la vida diaria: Reliquias, vida de Cristo.
Milagros Objetos que contenían lo divino. Toda su vida estaba
consagrada.
 La iglesia medieval:
 La iglesia constituía el fundamento de toda la vida.
 La iglesia representaba la substancia espiritual de la vida cotidiana de
todos los hombres…
 Quien debía de ser el líder: clero, príncipes o señores feudales.
 Gregorio VII: Obispo universal, toda la gracia episcopal procede del
Papa.
 Bonifacio VIII: doctrina de las dos espadas. La espada del rey y del
feudal está sujeta a la del Papa. Todo lo que existe sobre la tierra debe
de estar sujeto al Papa de Roma.
 Estados nacionales: se independizan del Papa y del emperador.
 Movimientos sectarios y laicos: Wyclif, critica a la iglesia desde el punto
de vista de la ley evangélica.

 Los sacramentos: En el medievo los sacramentos no eran cosas que


sucedían en ciertas épocas del año y consideradas meros actos solemnes.
Sacramental: todo aquello en lo que está presente lo santo. El agua, el pan, el
vino, la imposición de manos, se convierten en sacramentos si se incorpora en
ellas una substancia trascendente. Después de 1000 años se decide que solo
hay siete sacramentos.
 ¿Qué es un sacramento? Un signo visible, sensible instituido por Dios como
un medicamento en el cual, bajo una cosa visible, trabaja el poder de Dios sin
que se lo vea. La única forma de recibir la gracia es mediante los sacramentos.
Por su solo cumplimiento <Es casi mágico>La misa: el sacrificio de Cristo.
Hacer a Dios a partir del pan y del vino.
 Anselmo de Canterbury:
 “Creo para entender, no entiendo para creer.”
 La fe no es creencia como acto especial de un individuo, sino
participación en la tradición viva.
 El contenido de la verdad eterna, de los principios de la verdad, se
captan mediante la sumisión de nuestra voluntad al mensaje cristiano y
la consiguiente experiencia que surge de esta sumisión. La experiencia
es dada por la gracia, no por actividades humanas.
 El conocimiento basado en la experiencia produce un sistema. Los
pensadores medievales sabían que para pensar con coherencia debían
de hacerlo sistemáticamente.
 La razón puede elaborar todas las experiencias religiosas en términos
racionales. (Trinidad)
 Teonómico. teonomía es una autonomía que " es consciente de su
planta divina. " Esto significa que teonomía es la comprensión de que ser
divino es la base del ser del hombre, y, por lo tanto, la ley de la razón
que gobierna el hombre no puede ser separado de la religión. Para
Tillich, teonomía es una actitud de dependencia de la luz interior
increada, divina en el alma humana. Teonomía es ley divina, y que
"implica nuestra propia experiencia personal de la presencia del Espíritu
divino dentro de nosotros, dando testimonio de la Biblia ni a la iglesia "
Expresado en sus argumentos sobre la supuesta existencia de Dios.
 Cosmológico: El argumento cosmológico para la existencia de Dios es
de esta manera: El mundo no podría existir por sí mismo así que debe
haber existido una causa primaria que lo hizo existir. Esta causa primaria
es Dios. O viéndolo de otra manera, el universo no podía simplemente
haber existido por sí mismo – alguien o algo lo debió haber creado. Esta
causa del universo es Dios.
 Comienza con lo condicionado y lo convierte en la base de lo
incondicionado. Analiza lo infinito dentro de lo finito. Buscaba un
argumento que no necesitara del mundo para encontrar a DIOS. Quería
hallar a Dios dentro del pensamiento humano. Lo más grande que se
puede pensar existe tanto en el intelecto como en la realidad.
 Ontológico: analiza en el pensamiento humano algo incondicionado que
trasciende la subjetividad y la objetividad. El sujeto que conoce la
verdad y el objeto conocido están en el mismo lugar. “El hecho de que
Dios puede ser concebido significa que él debe existir”.
 Doctrina de la expiación :
1. El pecado humano viola el honor de Dios. Es necesaria una reacción negativa.
2. Hay dos reacciones posibles: castigo que es la separación eterna de Dios, dar
una satisfacción a Dios para de manera que pase en alto los pecados.
3. El hombre es incapaz de cumplir la satisfacción. Dios es el único que puede
satisfacerse a sí mismo.
4. Pero como el pecador es el hombre, es el quien debe dar la satisfacción. Debe
de hacerlo alguien que sea Dios y hombre.
5. El Dios- hombre no puede dar satisfacción por sus acciones. Solo podía hacerlo
mediante sus sufrimientos. El sacrificio voluntario es la manera en la cual Cristo
da satisfacción a Dios.
6. El pecado y el sacrificio son infinitos. Dios le da al hombre.

 Abelardo de Paris:
 Representante del aspecto subjetivo.
 Subjetivo: algo que se incorpora a la vida personal y, en tanto tal, se lo
experimenta y analiza.
 Objetivo: la realidad de la substancia dada por la Biblia, la tradición y la
autoridad.
 Pretendía hacer comprensibles los misterios de la fe a partir de la razón.
 Reflexionaba sobre sí mismo, sobre su compromiso.
 Enseñaba que el acto en si no es malo ni bueno, si no que la intención
en si lo convierte en lo uno o lo otro.
 Lo que nos convierte en pecadores es la intención, la voluntad.
 La conciencia es la guía, a pesar de que estén objetivamente
equivocadas.
 Negaba que todos hubieran pecado en Adán. El pecado es un acto de la
voluntad. No hay pecado sin el consentimiento de la voluntad y puesto
que no acordamos con nuestra voluntad cuando Adán pecó, no es un
pecado para nosotros. Anula la doctrina del pecado original.
 Para Abelardo, lo que se ve en la cruz de Cristo es el amor de Dios. La
salvación es la respuesta ética del hombre, en el sentido personal, al
acto perdonador del amor divino.
 Nace del amor a Dios.
 Bernardo de Clairvaux:
 Representante del misticismo cristiano.
 La fe es una anticipación de algo que puede llegar a ser real
personalmente solo mediante una experiencia totalizante. La fe es
creada por el Espíritu divino y la experiencia posterior la confirma.
 Misticismo cristiano (misticismo del amor)
 La imagen de Jesús tal y como está dada en el relato bíblico. Teniendo
una participación mística con Cristo. Dinámico no legalista y estática.
Participación.
 Misticismo abstracto: atraerse de cualquier cosa concreta. Tres etapas:
 Consideración: se ven las cosas desde afuera.
 Contemplación: ingresar a la santidad de lo santo.
 Excessus: el hombre se interna en la divinidad.
 Hugo de San Víctor:
 Acerca de los sacramentos de la fe cristiana.
 Sacramento: todas las obras de Dios y todas las cosas en las cuales lo
divino se manifiesta.
 Dos grupos de obras de Dios:
 Las obras de la condición
 Las obras de reparación
 Joaquín de Floris:
 Desarrolló una filosofía de la historia: renovó la idea de los mil años de
Cristo que se encuentran en el futuro.
 Primer periodo: Adán a Juan el Bautista o Jesucristo: edad del Padre.
 Segundo periodo: Rey Ozias hasta el 1260 d.C (42 generaciones)
 Tercer periodo: Benedicto. La edad del Espíritu (21 generaciones
después de Cristo).
 Los periodos se superponen, el periodo anterior prepara a que ha de
venir.
 Comprensión sociológica de los periodos de la historia:
 Primer periodo: la forma sociológica fundamental es el matrimonio; el
trabajo y la servidumbre son económicamente decisivos y, en el campo
religioso puede identificarse como el periodo de la ley.
 Segundo periodo: época de fe y no de buenas obras (por la gracia).
 Tercer periodo: monasticismo, libertad, autonomía, no-sujeción a las
autoridades eclesiásticas o estatales. Contemplación en lugar de trabajo
y amor en lugar de Ley.
 La idea de la verdad cambia en la historia según la situación.
 Para Joaquín hay una verdad superior a la de la iglesia, la verdad del
Espíritu. La iglesia es algo relativo. Todo individuo tiene el Espíritu divino
en su interior. Hay un intelecto formado espiritualmente que no depende
de leyes literales.
 Se terminara la jerarquía y los sacramentos porque todo va a estar
relacionado con Dios espiritualmente.
 Siglo trece:
 Se puede describir en tres etapas, representadas por tres nombres:
 Bonaventura:
 Tomas de Aquino:
 Duns Escoto:
 Supuestos del S. trece:
 Cruzadas: provocaron un encuentro del cristianismo con dos culturas
desarrolladas: la cultura original judía e islámica. La cultura clásica de la
Grecia antigua. el cristianismo comenzó a reflexionar sobre sí mismo de
forma radical.
 Aparición de la totalidad de Aristóteles en sus obras originales.
 Ordenes monásticas: portadoras del proceso teológico.
 Orden franciscana: experiencia personal, vida activa. Relación con la
naturaleza. Incluir a los laicos en el círculo santo. Tercera orden: los
casados y se someten a algunos principios de la vida monástica:
 Dominica: predicar y defender la fe. Se convirtieron en la orden de la
Inquisición y de la contrarreforma. Su instrumento fue el intelecto.
Lo que significó Aristóteles para la Edad Media:
1. Su obra trataba de un sistema completo que se ocupaba de todos los
terrenos de la vida.
2. Se presentaba con una nueva doctrina de la materia de la relación de
Dios con el mundo.
3. Nuevo enfoque del conocimiento: experiencia, miran el mundo y llegan al
centro de lo divino.
Doctrina de la luz interior: el conocimiento parte del conocimiento divino.
Todo acto de conocimiento es religioso (Teonómico).
 Filosofía tomista de la religión: anula la presencia inmediata de Dios en
el conocimiento. Nuestro conocimiento no comienza con Dios, pero llega
a Él a través de la obra de Dios en nosotros.
 Duns Escoto: dos positivismos
 Positivismo religioso o eclesiástico: se debe limitar a aceptar lo que nos
da la iglesia, porque no se puede alcanzar a Dios por el conocimiento.
 Positivismo del método empírico: debemos descubrir lo que se da de
manera positiva en la naturaleza por los métodos de la inducción y la
abstracción.
 Teoría de la doble verdad: una afirmación sobre el mismo tema puede
ser verdadera para teología y falsa para filosofía y viceversa.
 Idea medieval de Dios:
 Dios como el primer ser o la causa primera: es la sustancia creadora de
todo, es el fundamento del ser.
 La primera cualidad de Dios es el intelecto. La realidad es comprensible
porque su fundamento divino tiene el carácter del intelecto.
 Dios es voluntad: es el poder productor del fundamento del ser. Amor.
 Las Doctrinas de Tomas de Aquino:
 Doctrina de la naturaleza y de la gracia: la gracia no anula la naturaleza
sino que la realza. Dios concedió a Adán el don de la gracia.
 El protestantismo niega la gracia adicional. La naturaleza es perfecta.
Se da la gracia cuyo centro es el perdón.
 Relación entre revelación y razón:
 Catolicismo:
 Protestantismo:
 Rechaza el argumento ontológico de la existencia de Dios. En el centro
de la mente humana hay un elemento hay una percepción inmediata de
algo incondicionado (lo divino). El conocimiento de Dios es el primer
conocimiento, al único absoluto, seguro y cierto.
 Argumento cosmológico: camino desde el mudo hacia Dios.
 Debemos contemplar nuestro mundo y descubrir que, por necesidad
lógica, lleva a la conclusión de un ser supremo.
 Argumentos:
a) A partir del movimiento: hay algo que causa el movimiento, esto es algo
inamovible.
b) Hay una causa para cada efecto (regresión). Una causa primera: por
dignidad, la causa de todas las cosas.
c) Todas las cosas del mundo son contingente. Todo lo que se puede
desaparecer, porque su existencia no es necesaria  algo que posees
necesidad ultima.
d) Hay propósitos en la naturaleza y el hombre. Se necesita un propósito
último.
e) Hay grados de perfección en todas las cosas. Si hay grado de perfección
debe de haber algo absolutamente perfecto que permita distinguir entre
los diferentes niveles de perfección.
 Guillermo de Ockham:
 Padre del nominalismo. Marco el fin de la Edad Media.
 Lo único que existen son las cosas individuales.
 Nominalismo y realismo: lucha entre dos actitudes hacia la vida.
(colectivismo e individualismo).
 ¿Qué son los universales en la concepción de Ockham?
 Términos, conceptos y carecen de verdadero poder en ser sí mismos.
Las cosas individuales son lo único que posee realidad (arboreidad
arboles *poseen similitud). Solo existen en la mente, si existen a parte
de las cosas son duplicados de ellas.
 Enfoque nominalista aplicado a Dios: el ser más singular. Dios es un
individuo, ya o está en el centro, ahora se encuentra en una posición
distanciada de las cosas.
 El nominalismo en la comunidad, relación de colaboración y competencia
no de participación. Separados unos de otro y trabajar con ellos o contra
ellos.
 El conocimiento de los demás se da a través de la percepción sensorial:
vista, oído, tacto.
 Los pre-reformadores:
 No se tenía la idea de justificación por gracia. (Lutero)
 Ideas críticas aplicadas contra la Iglesia de Roma que luego se usaron
en la Reforma.
 Wyclif: dos formas de dominio o gobierno humanos.
 Dominio natural o evangélico: ley del amor
 Dominio civil producto del pecado y un instrumento de fuerza para
obtener bienes corporales y espirituales.
 La iglesia debe de estar regida por la ley del amor y no debe de ser rica.
Por su riqueza y abusos la iglesia pierde su poder esencial y ya no
puede tomar decisiones acerca de la salvación del individuo.
 No era necesario un Papa, la gente es gobernada por un poder
espiritual.
 La predicación de la palabra es más importante que todos los
sacramentos eclesiásticos. (Pasan de la vista al oído).
 El Papa: debe ser líder espiritual de la iglesia de los predestinado.
Comete errores y no puede otorgar indulgencias. Si no vive en humildad,
caridad y pobreza, no es el verdadero Papa. Si el Papa dice que
representa a Cristo cuando en realidad es un soberano de este mundo
que se opone a Cristo, es el Anticristo.
 Atacó la transubstanciacion: en términos espaciales Cristo está en el
cielo.
 Criticó:
 La cantidad de sacramentos (el matrimonio).
 El celibato sacerdotal-
 La idea del tesoro de los santos y los elementos supersticiosos.
 El monasticismo
 Los consejos monásticos debían de ser cumplidos por todos

En los siglos IV y V, el imperio romano perdió buena parte de su extensión en


Occidente y se transformó en oriental bizantino. Se suele señalar como sintomática la
fecha del año 476, pero de hecho la invasión y cuarteamiento del imperio había
empezado mucho antes (406). Un grupo de pueblos, originarios de Escandinavia, los
germanos, desde Europacentral se había lanzado a la conquista de los despojos
de Roma. De estos pueblos, los visigodos fueron cristianizados por el obispo Ulfilas,
pero el arrianismo arraigó en ellos hasta que pasaron a la ortodoxia en el 589.
Burgundios y vándalos eran también arrianos. Los suevos, el 408, eran en parte
todavía paganos y estuvieron vacilando entre el arrianismo y la ortodoxia hasta que
hacia el 560, optaron por la última. Los ostrogodos, cuando en 489 se apoderaron
de Italia, practicaban ya el arrianismo, pero su rey Teodorico se esforzó para evitar
roces con los católicos. Los francos, en cambio, paganos, pasaron directamente a la
ortodoxia, el 496, con el bautismo de su rey Clodoveo. Adore tout ce que tu as brûlé,
et brûle tout ce que tu as adoré, que traducido significa "Adora todo aquello que has
quemado y quema todo aquello que has adorado..."
Los germanos, no obstante, constituían la minoría dirigente. La mayor parte del campo
contaba aún con poblaciones indígenas paganas. En las ciudades, la mayoría era
cristiana. Cuando los vándalos pasaron al África, en el 429, hicieron que a la jerarquía
episcopal ortodoxa se sumara una jerarquía arriana. Muchas ciudades del África
vándala tuvieron simultáneamente obispo ortodoxo y obispo arriano. Cerca de cinco
mil católicos fueron exilados por el monarca vándalo Hunirico y uno de sus sucesores,
Trasamundo (496- 523), exilió a la isla de Cerdeña 120 obispos. Cuando el 534 los
bizantinos recuperaron la provincia de África, el catolicismo se hallaba diezmado. La
invasión musulmana, a mediados del siglo VII, lo hizo prácticamente desaparecer.
En los siglos IV y V, Germania se va cristianizando; las regiones del Rin y
del Danubio medio (Nórico y Recia) son las primeras en recibir el Evangelio, por obra
de san Severino (482). Pablo Orosio y Salviano, autores religiosos de la época,
aprecian los valores del mundo germánico y desean su plena conversión.
En Oriente, san Simeón y los monjes del Sinaí convertían del arrianismo a la ortodoxia
a los sabeos del sur de Arabia, Abisinia, Persia y Armenia abrazaban también la
ortodoxia y el ámbito del cristianismo se extendía por el mundo.
BENDICIONES.

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