Salcedo Frisancho Uso TIC Enseñanza1

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ

ESCUELA DE POSGRADO

Uso de las TIC para la enseñanza en docentes universitarios

TESIS PARA OPTAR EL GRADO ACADÉMICO DE MAGÍSTER EN COGNICIÓN,


APRENDIZAJE Y DESARROLLO

AUTORA:

Adriana Salcedo Frisancho

ASESOR:
Mg. Oscar Andrés Pain Lecaros

Diciembre, 2018
ii

Agradecimientos

El logro de este reto merece el reconocimiento de personas que han sido parte de
este proceso de alguna manera.
En principio, quiero expresar mi gratitud hacia Dios por ponerme siempre en el
lugar correcto y dejarme dar los pasos adecuados para mi crecimiento. Gracias Dios por
escuchar mis pensamientos y mi corazón.
Quiero agradecerle también a mi familia por su infinito amor y confianza hacia
mí. Gracias por creer en mis capacidades y por acompañarme en las innumerables caídas
que he tenido hasta el momento; mi resiliencia es gracias a ustedes.
A Luciana, mi hermanita, con quien he compartido mucho más estos últimos años,
y a quien le debo mi fortaleza, mi paciencia y mi amor incondicional. Gracias por tu
aliento, tu buen ánimo y por todo el aprendizaje que adquirimos en este largo tiempo
juntas.
A mi asesor Mg. Oscar Pain, quien me ha proporcionado todo su apoyo y
conocimientos para llevar a cabo esta investigación con la mejor calidad posible. Gracias
por tu asesoramiento y revisión continua.
Y finalmente, quiero agradecerme a mí misma por todo el esfuerzo que le puse a
este trabajo; no solo implicó asumir este nuevo reto de estudiar una maestría, sino que
vino acompañado de un cambio en el estilo de mi vida que me obligó a adaptarme y a
enfrentar nuevos desafíos personales. Gracias Adriana por tu paciencia, por tu tolerancia
al error y por todos los abrazos que te diste para seguir adelante.
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Uso de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) en docentes


universitarios

Resumen

Esta investigación tuvo como objetivo conocer los factores tanto externos como
internos que predicen el uso de las TIC por parte de los docentes de una universidad
privada de Lima. El diseño de la investigación fue transaccional de tipo descriptivo
correlacional. Los datos fueron recolectados a través de un cuestionario de autoreporte
que midió la frecuencia de uso de las TIC, las creencias pedagógicas, la autoeficacia, la
valoración, el acceso y soporte técnico de las TIC y la percepción de la cultura y liderazgo
tecnológico de la institución. Los participantes fueron 208 docentes que trabajaban en una
institución privada de educación superior. Los resultados encontrados reflejaron una
relación positiva entre la frecuencia del uso de TIC y la autoeficacia en tareas para la
enseñanza con TIC; así también, con la cultura y liderazgo tecnológico de las áreas
académicas. Asimismo, se encontró una relación negativa entre la frecuencia de uso de
las TIC y las creencias sobre el rol centrado en el docente. Estos resultados se discutieron
y se sugiere líneas de trabajo que consideren estos factores para posteriores programas de
implementación de TIC en instituciones de educación superior.

Palabras clave: TIC, implementación tecnológica, educación superior, docentes


universitarios.
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Abstract

The objective of this research was to know the external and internal factors that
predict the use of ICT by teachers of a private university in Lima. The design of the
investigation was transactional of descriptive correlational type. The data were collected
through a self-report questionnaire that measured the frequency of use of ICT,
pedagogical beliefs, self-efficacy, assessment, access and technical support of ICT and
the perception of culture and technological leadership of the institution. The participants
were 208 teachers who worked in a private institution of higher education. The results
showed a positive relationship between the frequency of the use of ICT and self-efficacy
in tasks for teaching with ICT; likewise, with the culture and technological leadership of
the academic areas. Furthermore, a negative relationship was found between the
frequency of use of ICT and beliefs about the role centered on the teacher. These results
were discussed, and lines of work are suggested that consider these factors for subsequent
ICT implementation programs in higher education institutions.

Keywords: ICT, technological implementation, higher education, university teachers.


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Tabla de contenidos
Introducción ...................................................................................................................... 1
Tecnologías de la información y de la comunicación en la educación superior ........... 2
Implementación de las TIC en el sistema educativo ..................................................... 6
Método ............................................................................................................................ 16
Participantes ................................................................................................................ 16
Medición ..................................................................................................................... 18
Procedimiento ............................................................................................................. 22
Resultados....................................................................................................................... 25
Uso de TIC y sus factores ........................................................................................... 25
Factores asociados al uso de TIC ................................................................................ 31
Discusión ........................................................................................................................ 34
Referencias ..................................................................................................................... 46
Apéndices ....................................................................................................................... 51
Apéndice A: Cuestionario de uso de recursos tecnológicos en aula ........................... 51
Apéndice B: Cuestionario de autoeficacia en el uso de TIC ...................................... 52
Apéndice C: Cuestionarios de acceso y soporte técnico para las TIC ........................ 53
Apéndice D: Cuestionario de Cultura y liderazgo tecnológico .................................. 54
Apéndice E: Porcentaje de varianza explicada de análisis factoriales exploratorios.. 55
Apéndice F: Pruebas de KMO y esfericidad de Bartlett. ............................................ 56
Apéndice G: Protocolo de consentimiento informado para participantes .................. 57
Apéndice H: Comparación de medianas según Sexo ................................................. 58
Apéndice I: Comparación de medianas según Facultad ............................................. 59
Apéndice J: Tabla de correlaciones de todas las variables ......................................... 60
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Introducción
En los últimos años, las tecnologías de la información y de la comunicación [TIC]
se han introducido en el contexto de la educación como una herramienta estratégica de
soporte para la planificación de la enseñanza, ejercida principalmente por el docente. Para
UNESCO (2008), el desarrollo profesional del profesor es el factor crucial para mejorar
la educación y este tendrá un gran impacto si está focalizado en la actualización
permanente de éste y adaptado a los cambios en el sistema educativo. Más allá de un
manejo instrumental de las TIC, se espera que el docente mejore y enriquezca las
oportunidades de aprender a enseñar a los estudiantes, a través del empleo de las
herramientas tecnológicas (Carneiro, Toscano y Díaz, 2009).
Según esta perspectiva, se reconoce al docente como un agente educativo
indispensable, que no solo debe tener conocimientos básicos en el uso de las tecnologías,
sino que también debe poder incorporarlas en su práctica educativa, con el objetivo de
promover aprendizajes significativos en sus estudiantes. Sin embargo, existen una serie
de factores que impiden o interrumpen la incorporación de las tecnologías en la práctica
educativa y que evidencian las dificultades principales que tiene el docente para
emplearlas en el contexto educativo.
Por un lado, se distinguen factores externos al docente, entre los cuales la
accesibilidad a las TIC, el soporte técnico, las características de la tecnología y la cultura
y tecnológica de la institución educativa han sido frecuentemente estudiados. Por otro
lado, se distinguen factores internos al docente, entre los cuales se han estudiado las
creencias pedagógicas, la autoeficacia y las actitudes del docente frente a las herramientas
tecnológicas y su creciente uso en la educación. Además de ello, dentro de estos factores,
también han sido considerados y estudiados aspectos como la edad, el género y la
experiencia pedagógica. Cada uno de estos factores, presentes o no, condicionan la
decisión del docente respecto al uso de las herramientas TIC en sus sesiones de clase
(Buabeng, 2012).
En el Perú, son pocas las investigaciones que se han realizado sobre la
implementación de las TIC en el sistema educativo superior y la información es escasa
respecto a la influencia de factores relacionados al uso de las tecnologías en las prácticas
de enseñanza de los docentes universitarios. En este sentido, este estudio espera contribuir
a la educación superior, otorgando una visión más amplia de los aspectos que deben ser
considerados para alcanzar la implementación de las tecnologías por parte de los
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docentes, específicamente, en los programas de formación docente y los lineamientos y


políticas sobre el uso de tecnologías en la educación.
Es por ello por lo que la presente investigación tiene como objetivo estudiar los
factores que predicen el uso de las TIC en los docentes de educación superior, de qué se
caracterizan y cómo se manifiestan en los docentes. Se espera que los resultados
obtenidos sirvan de base para la implementación de programas de formación docente en
manejo y uso estratégico de las herramientas TIC en contextos de educación superior.
Por todo lo mencionado, a continuación, se hace una revisión de la literatura sobre
las TIC en la educación superior y los principales lineamientos que rigen su
implementación en el aula a nivel mundial. Seguidamente, se hace una revisión de esta
implementación en contextos educativos y de los principales factores asociados a su uso.

Tecnologías de la información y de la comunicación en la educación superior


La sociedad digital y del conocimiento ha convertido las TIC en un elemento
importante para la práctica educativa y las universidades no son ajenas a este cambio. Se
ha visto la necesidad de integrarlas con el objetivo de mejorar la calidad educativa y de
formar estudiantes que puedan desempeñarse al nivel de las condiciones que demanda la
sociedad del conocimiento (Cabrol y Severin, 2010). Debido a ello, la incorporación de
las TIC le otorga a la práctica docente nuevos significados y roles, donde se espera que
los docentes las hayan integrado en sus procesos de enseñanza aprendizaje. Este cambio
no solo implica aprender a dominar y valorar estos nuevos recursos, sino también, una
nueva cultura de aprendizaje para el docente (Coll y Monereo, 2008).
El proceso que implica la adecuación a las tecnologías de la información y la
comunicación en la práctica educativa enfrenta ciertas dificultades debido a los cambios
que se propician en esta adaptación. Estos cambios pueden traer consigo ventajas o
desventajas percibidas por los docentes (Ferro, Martínez y Otero, 2009). Aspectos como
el considerable aumento de información no fiable, la dificultad para localizar, seleccionar
y analizar la información, los riesgos de ansiedad o adicción en los estudiantes por la
continua interacción con el ordenador y los problemas de sociabilidad; pueden dificultar
la implementación óptima de las herramientas tecnológicas a los contextos de enseñanza.
En esta misma línea, Coll y Monereo (2008) definen este tipo de problemas como
brechas que limitan o impiden la adaptación a las tecnologías. Entre ellas se distinguen
(i) las brechas de carácter digital, que hacen referencia a las dificultades de acceso a las
TIC por motivos diversos (económicos, políticos, de género, entre otros); (ii) las brechas
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generacionales, referidas a las dificultades de acceso a internet de personas de mayor


edad; y por último, (iii) las brechas socio-cognitivas, que hacen alusión a las diferencias
en cómo piensan y se relacionan con el mundo personas que tienen experiencias
cotidianas empleando tecnologías y aquellos que las usan esporádicamente.
De esta última se hace la distinción entre dos tipos de usuarios de las TIC: los
nativos digitales y los inmigrantes digitales (Prensky, 2004, citado en Coll y Monereo,
2008). Para el autor, los nativos digitales son aquellos que han desarrollado una vida on-
line donde el ciberespacio es “parte constituyente de su cotidianidad” (p. 113). Los
inmigrantes digitales, más bien, son aquellos que “provienen de una cultura anterior
organizada alrededor de los textos impresos, los cuales han tenido que adaptarse a las
nuevas modalidades de interacción y comunicación digital” (p. 113). Ambos usuarios de
TIC emplean los mismos medios tecnológicos, pero lo hacen de forma significativamente
distinta.
Por ejemplo, en cuanto a la gestión de información, los inmigrantes digitales antes
de buscar información establecen filtros claros que les permita encontrar lo que
exactamente están buscando; incluso parten de la definición de los enfoques, autores o
teorías que enmarquen mejor sus métodos de búsqueda. En lo que respecta a la
comunicación, los inmigrantes presentan ciertas dudas al momento de decidir interactuar
o compartir información por medios asincrónicos (comunicación entre dos o más
personas diferida en el tiempo) o sincrónicos (comunicación entre dos o más personas en
tiempo real). (Prensky, 2004, citado en Coll y Monereo, 2008).
En relación con el uso de herramientas, son los nativos digitales quienes se
caracterizan por ser usuarios e incluso creadores de herramientas tecnológicas, en
comparación a los inmigrantes digitales, quienes mayormente acceden a estas
herramientas en calidad de usuarios. Finalmente, respecto a la seguridad, los inmigrantes
digitales emplean los sitios web como puntos de contacto o publicidad, mas no como un
medio de expresión de la propia identidad. (Prensky, 2004, citado en Coll y Monereo,
2008).
Esta distinción entre nativos e inmigrantes digitales ha sido criticada por algunos
autores, quienes consideran que se sobrevaloran las competencias tecnológicas que
poseen los nativos digitales. Es por ello por lo que, Prensky, en el 2009, introduce el
nuevo concepto denominado sabiduría digital que, al ser desarrollada por la persona, ésta
considera la tecnología como parte importante de su vida. Así, las herramientas
tecnológicas son empleadas para solucionar problemas y tomar decisiones,
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independientemente de considerarse nativos o inmigrantes digitales. Asimismo, otros


autores manifiestan que, a pesar de las habilidades que demuestran los nacidos en la era
digital, su competencia tecnológica podría ser inferior a la de los emigrantes digitales
(Gallardo-Echenique, E., Marqués-Molías, L., Bullen, M. y Strijbos, J., 2016; Rodrigues,
2014). A raíz de ello surge el concepto de aprendices digitales que sobrepasa las fronteras
generacionales o cronológicas aceptando a todo tipo de aprendices. Estos estudiantes se
caracterizan por estar concentrados en las posibilidades y ventajas de las tecnologías para
su entorno cotidiano y no ser solo usuarios de herramientas tecnológicas.
Para propósitos de esta investigación podemos decir que, según la teoría y el
aspecto generacional, la mayoría de los docentes que actualmente dictan en las
instituciones de educación superior de nuestro país se caracterizarían por ser inmigrantes
digitales, ya que no han nacido en un contexto donde se emplean herramientas digitales
y, por ende, tienen poca experiencia empleándolas; no solo en sus prácticas de enseñanza,
sino también, en su vida diaria.
Simultáneamente, algunas organizaciones se han enfocado en establecer
lineamientos que promueven el desarrollo profesional del docente, de manera que
responda a los cambios y nuevas experiencias a las que se enfrenta. Por ello, han
desarrollado modelos o programas de definición e identificación de buenas prácticas que
se revisan a continuación. UNESCO (2004) plantea un proyecto de Estándares de
Competencias TIC para Docentes (ECD-TIC) que sirve como base para las propuestas de
formación docente en el uso de TIC. Según esta propuesta, se debe considerar una serie
de factores que son necesarios para implementar las tecnologías en el contexto educativo.
En un informe sobre las TIC en la formación docente, UNESCO (2008) presenta un marco
conceptual holístico que integra las TIC en los programas de formación docente (ver
figura 1).
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Figura 1. Las TIC en la formación docente. Fuente: UNESCO (2004, p. 46.)

Este modelo permite asegurar que la infraestructura nacional y local, la cultura, el


contexto y otros factores, sean considerados al momento de diseñar los programas
educativos para los docentes y otros profesionales involucrados en estos programas. Esta
propuesta hace hincapié en que sería un error seleccionar partes aisladas o simplemente
copiar este marco sin haber comprendido cómo se desenvuelve cada aspecto como parte
de un todo.
Asimismo, el Banco Mundial (2017) propone programas a través de los cuales
promueve el uso de las TIC en la educación. Uno de ellos, denominado World Links,
propone emplear las herramientas TIC para el desarrollo de competencias del siglo XXI
en estudiantes y profesores. Su estrategia se basa en la capacitación de los docentes para
incorporar y facilitar la innovación en las prácticas educativas que integren la tecnología
de redes, el trabajo en equipo y la Internet en el currículo.
Otro de ellos, llamado Información para el Desarrollo, considera la integración de
las TIC en la educación como una clave central para el desarrollo de los países. Con este
fin, toma en cuenta no sólo un conjunto amplio de preocupaciones sobre el proceso de
integración, sino también, aspectos sensibles al contexto relacionado al uso de TIC para
el desarrollo educacional. Plantea que se requiere una reforma que revise el currículo,
mejore la pedagogía, refuerce la evaluación, capacite a los profesores, y ponga al sistema
educativo en línea con las metas de desarrollo económico y social (Claro, 2010a). Estos
dos programas se enfocan principalmente en las políticas educativas y la formación
docente, dando una menor atención a los aspectos internos al docente que es también es
necesario contemplar.
Así también, existen empresas del sector privado en nuestro país que intervienen
en el ámbito de las políticas TIC en la educación (pública principalmente). Algunas de
ellas forman parte de la Alianza Perueduca, que tienen una variedad de convenios
público-privados entre el Ministerio de Educación del Perú [MINEDU] y compañías
como Intel, Microsoft, IBM, Fundación Telefónica, entre otros; cuyos convenios
consisten en programas y donaciones que buscan fortalecer el acceso a las TIC en
instituciones públicas peruanas.
Otras empresas elaboran programas educativos propios como EducaRed,
desarrollado por Fundación Telefónica desde el 2002, el cual busca contribuir a la
optimización de la educación mediante la aplicación y el uso de las TIC en los procesos
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de enseñanza aprendizaje. Otra iniciativa similar es la de Escuela Virtual de la Fundación


Backus, que busca la actualización de los maestros a través de entornos virtuales.
Con el fin de lograr la implementación de tecnologías en el aula, la institución
educativa en cuestión ha desarrollado lineamientos o políticas de uso de espacios virtuales
para complementar las prácticas de enseñanza. Por un lado, estas políticas de uso de TIC
incentivan a los docentes a emplear la plataforma educativa de la institución para
comunicarse con los estudiantes, compartir información con ellos y proponer actividades
evaluadas a través de este medio. Por otro lado, las propuestas de formación en el uso de
herramientas tecnológicas se han concentrado principalmente en capacitar a los docentes
en el manejo técnico de la herramienta, mas no en su articulación con el modelo de
enseñanza-aprendizaje de la universidad. A raíz del planteamiento de estos lineamientos,
la frecuencia con que los docentes emplean estas herramientas es considerada uno de los
criterios del sistema de evaluación del docente, lo que convierte a esta práctica obligatoria
para todos los docentes que laboran en esta universidad.
En síntesis, existen a nivel mundial una serie de iniciativas que buscan contribuir
con la implementación de las tecnologías en el sector de la educación, cuyo enfoque está
mayormente dirigido a las políticas educativas y los programas de formación docente,
contemplando mínimamente otros aspectos como son el acceso a las tecnologías o la
valoración de las mismas. Existen algunos estudios que revelan la importancia de
contemplar estos factores para lograr finalmente la implementación de las TIC en las
instituciones educativas; no obstante, en nuestro país no se han realizado estudios al
respecto.

Implementación de las TIC en el sistema educativo


La introducción de las TIC en el sector de educación ha llevado a plantear
procesos que contemplan una serie de factores, cuyo control y alineamiento permitirían
la implementación de las tecnologías en las instituciones educativas. Considerarlos es
importante para asegurar el uso de la TIC en aula. Se han estudiado y clasificado estos
factores de manera que se conozca la influencia que tienen en el proceso de introducción
de las tecnologías en el sistema educativo.
Claro (2010b) clasifica estos factores en un nivel micro, meso y macro de
influencia. Es así que a un nivel micro, el docente es considerado la figura clave para
lograr los objetivos buscados en la institución educativa. Aspectos como la formación
permanente, la filosofía caracterizada por un marco más constructivista (centrada en el
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estudiante y que desarrolla estrategias colaborativas) y el nivel de confianza del docente,


van a favorecer en gran medida el uso de las TIC en el aula.
En un nivel meso de influencia, donde se toman en cuenta condiciones de
infraestructura y apoyo formal e informal al profesor, se concluye que el docente necesita
acceso adecuado a la infraestructura y recursos digitales, apoyo de los directores de la
institución educativa, apoyo técnico y tiempo para aprender. Por último, a un nivel macro
de influencia, que considera aspectos como las políticas ministeriales, el autor menciona
que el contexto institucional y político es una condición necesaria para incrementar la
frecuencia de uso de las TIC en entornos educativos.
De igual manera, Cox, M., Preston y Cox, K. (1999) realizaron un estudio en el
que se analizaron los factores que intervenían en la utilización de las TIC en la enseñanza.
Los resultados mostraron que los profesores que ya son usuarios regulares de las TIC
tienen confianza en el uso de estas, perciben que es útil para su trabajo, y les permite
planificar su uso en el futuro. Entre las ventajas consideradas como más importantes
están: hacen las lecciones más interesantes, fáciles y divertidas tanto para el docente como
para los estudiantes; permiten el uso de diversos métodos; la clase es más motivadora y
agradable. También se mencionaron ventajas propias del docente: mejoran la
presentación de los materiales, permiten un mayor acceso a los ordenadores para el uso
personal, mayor empoderamiento del profesor en la institución (prestigio), hacen más
eficiente la administración docente al propiciar apoyo profesional a través de Internet.
Del mismo modo, Badia, Meneses y Sigalés, (2013) detectaron algunos factores
que promueven y animan a los docentes a emplear las tecnologías dentro de su práctica
docente. A través de sus estudios encontraron que son cinco los factores principales que
afectan el uso educativo de las TIC: la utilidad y ajuste educativo de las TIC, el soporte
al docente para su uso, la percepción del maestro sobre la experiencia en el uso educativo
de las TIC, la viabilidad y acceso a estas herramientas en el salón y el acceso de estas
fuera del salón.
Por el contrario, una serie de investigaciones han estudiado los factores que
desalientan a los profesores a usar tecnologías en su enseñanza diaria. Al respecto, dentro
de los factores inhibidores más comunes encontrados están la falta de experiencia docente
con las TIC, falta de apoyo dentro de la institución para los maestros que utilizan
tecnología, falta de ayuda para supervisar a los estudiantes cuando usan computadoras,
carencia de maestros especializados en TIC para enseñar a los estudiantes habilidades de
computación, falta de disponibilidad de computadoras, falta de tiempo necesario para
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integrar con éxito la tecnología al plan de estudios y la falta de apoyo financiero (Dupagne
y Krendl, 1992; Hadley y Sheingold, 1993, citado en Mumtaz, 2000; Rosen y Weil, 1995;
Winnans y Brown, 1992).
Por otro lado, algunos autores decidieron clasificar los factores que están
asociados a la implementación exitosa de las TIC por parte de los docentes. Esta iniciativa
surge al observar que, pese a que los docentes cuentan con cierta preparación y
experiencia en el uso de la tecnología, continúan teniendo dificultades para su adecuada
implementación. Las razones de este fracaso se atribuyen a la presencia de barreras que
se conocen como barreras de primer orden y barreras de segundo orden (Ertmer, 2005,
1999; Hew y Brush, 2007).
Las barreras de primer orden son aquellos obstáculos que son extrínsecos al
docente. Normalmente estas barreras están descritas como tipos de recursos (equipos,
soporte, tiempo, formación, entre otros), y que son inadecuados o no se cuenta con ellos
en los ambientes donde se emplean. Debido a que este tipo de barreras son más sencillas
de superar, la mayoría de los esfuerzos se han orientado a resolverlas, con la idea de que,
una vez resueltas, la implementación simplemente seguiría su curso.
Algunos estudios concluyen que las barreras relacionadas con el acceso, la
formación y el soporte crean problemas significativos en los docentes (Means y Olson,
1997; Parks y Pisapia, 1994, citados en Ertmer, 1999), pues no solo tienen que lidiar con
estas barreras, sino también, plantear estrategias para superarlas. A continuación, se
describen las barreras de mayor relevancia.
Accesibilidad y soporte técnico. El acceso a la infraestructura y a los recursos
TIC en las instituciones educativas es una condición necesaria para la implementación de
las TIC en la educación. La adopción efectiva de las mismas dependerá principalmente
de la disponibilidad y accesibilidad de estos recursos y que, además, éstos se encuentren
óptimos y actualizados (Plomp, Anderson, Law y Quale, 2009, citado en Buabeng, 2012).
Al respecto, Veen (1993a, citado en Mumtaz, 2000) encontró que, si el software de una
computadora era accesible a la propuesta metodológica que el docente empleaba, este lo
usaba con mayor frecuencia. Sin embargo, un estudio realizado por Torres, Barona y
García (2010) analizó la disponibilidad de la infraestructura y del equipamiento
tecnológico en relación con la apropiación y uso de las TIC por docentes de una
universidad en Barcelona. Los autores concluyeron que la presencia de infraestructura y
equipos modernos no es sinónimo de apropiación y uso acertado de las TIC en los
complejos ámbitos educativos universitarios.
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Por otro lado, las fallas permanentes de los equipos tecnológicos, como las
computadoras, van a interrumpir el avance de una clase, y por consiguiente, van a
dificultar que los docentes empleen estos equipos de manera frecuente (Jones, 2004,
citado en Buabeng, 2012). El autor menciona que pueden generar frustración y finalmente
resistencia a emplearlas en clase y que es necesario contar con un apoyo técnico
disponible en la institución educativa, que no solo brinde soporte, sino que haga
mantenimiento permanentemente. En relación con este planteamiento, Palacios (2016), a
través de tu investigación sobre los factores que limitaron la implementación de un
programa que promueve el uso de las TIC por parte de los docentes, encontró que éstos
no habían desarrollado sus capacidades debido a que los programas no ofrecieron un
soporte técnico adecuado, siendo calificado por los docentes como escaso.
En esta misma línea, Yilmaz (2011), al evaluar los procesos de integración de la
tecnología en el sistema educativo turco, concluyó que las instituciones que cuentan con
conexiones de internet y equipos tecnológicos necesitan del soporte técnico adecuado y
mantener la frecuencia de uso de las TIC en la institución. Del mismo modo, un estudio
de Korte y Husing (2007) realizado en los colegios de Gran Bretaña y Países Bajos, reveló
la importancia que tiene el soporte técnico para ayudar a los profesores a integrar las
tecnologías en su práctica docente. Veen (1993b, citado en Mumtaz, 2000) por su parte,
realizó un estudio para describir la práctica de cuatro profesores de una escuela secundaria
holandesa que emplean las TIC en sus aulas. Los factores escolares desempeñaron un
papel importante en el uso de las computadoras, incluido el apoyo técnico esencial y la
actitud positiva del director.
Cultura y liderazgo tecnológico. Para lograr la implementación de las
tecnologías en el contexto educativo se requiere la participación del profesor, pero se
necesita también el compromiso de todos los agentes de la institución educativa (Salinas,
2004). La presencia de personas que apoyan e incentivan el uso de tecnologías en los
contextos de enseñanza puede predecir una integración óptima de las TIC en estos
contextos (Area, 2010). El liderazgo tecnológico es un predictor fuerte del uso de las
tecnologías en la educación por parte de los docentes. Un líder (pueden ser los directores,
coordinadores, entre otros), que implementa planes tecnológicos y comparte una visión
común con los docentes, estimula la utilización de las tecnologías en aula (Yee, 2000).
Al respecto, Wong y Li (2008, citado en Buabeng, 2012) realizaron una investigación
sobre los factores que influyeron en la integración transformacional de las TIC en colegios
de Hong Kong y Singapur. Encontraron que la promoción del liderazgo, la colaboración
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y experimentación, y la dedicación de los profesores al aprendizaje centrado en el


estudiante, lograban la transformación efectiva de las TIC.
Del mismo modo, Tusubira y Mulira (2004) pudieron identificar algunas barreras
relacionadas a la implementación de las TIC en las universidades, donde el bajo o nulo
involucramiento de las autoridades, la ausencia de un proceso sistemático de
implementación, la confusa o falta de una política institucional sobre las TIC y la falta de
definición del rol estratégico de las TIC, fueron fuertes predictores de fracaso para la
integración de las TIC en el sistema educativo superior.
Tras revisar los factores que constituyen las barreras de primer orden relacionadas
al uso de las TIC por parte de los docentes, a continuación, se revisan las barreras de
segundo orden, denominadas también intrínsecas al docente. Interfieren o impiden el
cambio fundamental, debido a que están típicamente arraigadas en las creencias de los
docentes sobre la enseñanza aprendizaje y podrían no ser percibidas por otros ni por los
mismos docentes. Estas barreras han comenzado a ser más estudiadas y se han convertido
en los predictores más comunes de fracaso en la implementación de TIC hoy en día,
debido a que causan mayores dificultades que las barreras de primer orden (Brickner,
1995, citado en Boza, Tirado y Guzmán, 2010; Dede, 1998, citado en Ertmer, 1999). A
continuación, se describen las barreras de mayor relevancia.
Creencias pedagógicas. Ertmer (2015), a partir de las ideas de Rokeach’s (1972)
define las creencias pedagógicas como cualquier proposición específicamente
relacionada con la enseñanza y el aprendizaje. Así, las creencias de los docentes respecto
a la enseñanza predicen su práctica docente real (Pajares, 1992; Ponte, 1999, citado en
Solis, 2015; Wilkins, 2008). Para Ferreyra (2012), encontró que los docentes
universitarios construyen creencias pedagógicas en función a tres factores: (i) sobre los
estudiantes, tomando en cuenta sus características y el contexto donde se encuentran, (ii)
sobre los aspectos fundamentales que van a enseñar, el contenido y la disciplina a la cual
corresponden, y (iii) sobre sus experiencias previas como estudiantes. Por su parte, Tovar
y García (2012) mencionan que, en un contexto de educación superior, los docentes
forman creencias en base a la experiencia que tuvieron ellos cuando fueron estudiantes,
y es en base a ello que determinan lo que deben hacer en aula. Es así que este hecho los
lleva a repetir los esquemas de enseñanza de sus antiguos profesores.
Las investigaciones refieren que las prácticas y creencias sobre la enseñanza se
manejan bajo dos enfoques claros: el tradicional y el constructivista. El enfoque
tradicional enfatiza las explicaciones de los maestros y la práctica repetitiva; y el enfoque
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constructivista enfatiza las experiencias que involucran problemas auténticos y la


participación de los estudiantes (Ravitz, Becker y Wong, 2000). Algunos estudios
demuestran que, en los últimos años, las creencias de los docentes sobre la enseñanza y
el aprendizaje comienzan a ser centradas, aunque de manera parcial, en las necesidades
de aprendizaje de los estudiantes (Cortez, Fuentes, Villablanca y Guzmán, 2013; Estévez-
Nenninger et al., 2014, citado en Solis, 2015). Sin embargo, en aspectos como la
evaluación de los aprendizajes, existe todavía una tendencia hacia enfoques tradicionales
(Ferreyra, 2012).
Dentro del campo de la tecnología educativa, las creencias pedagógicas son uno
de los predictores más fuertes del uso de las tecnologías por parte de los docentes (Ertmer
et al, 2015). La idea de emplear herramientas tecnologías para las prácticas de enseñanza
se sustentan más en las creencias constructivas, por su carácter dinámico y desafiante.
Así, según los estudios, los docentes con creencias constructivas tienden a usar las
tecnologías con más frecuencia (Hermans, Tondeur, van Braak, y Valcke, 2008). Por
ejemplo, Becker (2000, citado en Ertmer et al, 2015) examinó las creencias de los
docentes y su apropiación de la tecnología para sus prácticas educativas. Concluye que
los docentes con creencias constructivistas usan las computadoras con más frecuencia y
de forma más retadora, que los docentes con creencias tradicionales. Del mismo modo,
Almerich, Orellana y Díaz-García (2015) realizaron un estudio donde se encontró que las
competencias tecnológicas se relacionaban principalmente con las concepciones
pedagógicas constructivistas.
El estudio de las creencias permite comprender y predecir la práctica educativa de
un docente. Al respecto, Kim, C., Kim, M., Lee, Spector y DeMeester (2013) estudiaron
la relación entre las creencias del docente y el uso de TIC en su práctica educativa.
Encontraron que las creencias de los maestros sobre las formas efectivas de enseñanza se
correlacionaban significativamente con sus prácticas de implementación tecnológica. Los
autores concluyen que es útil tener conocimiento y comprender las creencias relacionadas
a las tecnologías, para poder mejorar los recursos para emplearlos en la enseñanza.
Pajares (1992) indica que las creencias del docente se consideran mucho más
influyentes que el conocimiento y manejo del contenido que tiene el docente. Siguiendo
esta línea, algunos autores consideran que, al implementar tecnología en las instituciones
educativas, tendrá un efecto directo en la práctica del docente, y posteriormente, en sus
creencias (Ertmer et al, 2015). Sin embargo, Stiegelbauer (1991, citado en Ertmer et al,
2015) sugiere que es necesario redefinir las ideas básicas de los maestros sobre la práctica
12

en el aula, incluso sobre el significado de enseñar. Conocer no solo los recursos


tecnológicos que el docente posee, sino entender por qué decide utilizar estos recursos, y
el valor que tiene para él como recurso en su práctica profesional. La literatura sugiere
que, si se desea cambiar las prácticas docentes, buscando emplear más las tecnologías en
aula, necesitamos cambiar las creencias que sirven de soporte y facilitarían esas prácticas
(Ertmer et al, 2015).
Autoeficacia docente. La autoeficacia es la percepción o valoración que tiene uno
mismo sobre sus capacidades respecto a determinada habilidad (Bandura, 1997, citado en
Albion, 1999). Esta va a influir en muchos aspectos del comportamiento como la
naturaleza de la acción o la duración del esfuerzo realizado para determinada tarea. En
general se espera que tener creencias de una mayor autoeficacia, aportará positivamente
a la acción; mientras que tener creencias de una menor autoeficacia puede tener efectos
sobre la decisión de reevaluar el proceso para solucionar la situación en particular.
Bandura (1986, citado en Albion, 1999), propone además que las creencias de
autoeficacia se forman en base a cuatro fuentes de información: (i) la experiencia activa,
considerada la fuente más poderosa, en la que la autoeficacia para una determinada tarea
aumenta en función al éxito que se tiene al realizar determinada tarea; (ii) la experiencia
vicaria, en la que se observa la experiencia exitosa en la realización de la tarea en otras
personas similares al observador; (iii) la persuasión verbal, que si es realista, puede
estimular los esfuerzos de una persona, lo cual genera más probabilidades de incrementar
la autoeficacia a través del éxito en la ejecución de la tarea; finalmente, (iv), los estados
fisiológicos y afectivos como el estrés pueden afectar la sensación de autoeficacia.
En relación a la docencia, Bandura sugiere que las decisiones pedagógicas que
toman los docentes están influenciadas por su autoeficacia con respecto a sus propias
capacidades. Albion (2001, citado en Abbitt, 2011) refuerza esta idea a través de un
estudio donde encontró que la cantidad de tiempo empleado para usar una computadora
tuvo una correlación positiva con las creencias de autoeficacia para el uso de la
computadora.
La autoeficacia en el uso de TIC tiene un gran efecto en la implementación de las
TIC en el proceso de enseñanza aprendizaje. Poseer la competencia tecnológica es un
factor que mejora la confianza en el uso de las TIC, y esa confianza a la vez, permite tener
un mejor control de estas. Un estudio realizado por García, Días, Sorte, Díaz-Pérez, Rita
Leal y Gandra (2014) halló que los docentes que se encontraban en un programa de
13

formación continua para el uso de herramientas TIC en contextos educativos


manifestaban mayores niveles de autoeficacia para el uso de estas.
De manera similar, Ken y Giles (2017) realizaron un estudio donde evaluaron la
autoeficacia para enseñar con tecnología en profesores de preescolar. Previo a esta
evaluación, los docentes completaron un curso sobre la integración de la tecnología como
recursos significativos de aprendizaje en clase. Según sus resultados, el 91% de los
participantes incorporaba la tecnología en sus sesiones de clase, y el 95% de ellos informó
cierta confianza en su capacidad para seleccionar y utilizar la tecnología en la enseñanza.
Además, el 90% de los participantes afirmó que podrían integrar la tecnología en todo el
plan de estudios. Los investigadores llegaron a la conclusión de que la autoeficacia
positiva de los docentes es esencial para una integración eficaz de la tecnología en la
práctica educativa.
Algunas investigaciones han demostrado que son pocos los profesores que
emplean recursos tecnológicos en un contexto educativo; y si lo hacen, su utilización no
es previamente planificada ni metódica, por lo que los recursos empleados carecen de
potencial pedagógico (Paiva, 2002; Peralta y Costa, 2007; citados en García, et al., 2014).
Según los investigadores, el poco uso de estas herramientas se relaciona con la falta de
confianza para la implementación de las tecnologías, más aún si esta implementación se
formula en contextos de enseñanza con objetivos pedagógicos (Almerich, Suárez, Jornet
y Orellana, 2011; Tearle, 2003). Es por ello que las TIC pasan a tener un papel secundario
dentro de la planificación educativa de un docente, reduciendo la posibilidad de uso de
las herramientas, y a su vez, de adquirir seguridad para implementarlas (Peralta y Costa,
2007, citado en García, et al., 2014).
Valoración de las TIC. La valoración que le atribuyen los docentes a las
tecnologías empleadas dentro del sistema educativo es un tema muy poco estudiado a
nivel mundial. Incluso, las investigaciones son aún más escasas respecto a la valoración
de herramientas tecnológicas específicas. La mayoría de las investigaciones se aproximan
a este factor mediante el estudio de la percepción que tienen los docentes frente a las TIC
y su incorporación en el sistema educativo.
Una propuesta que estudia directamente este factor es la elaborada por Sáez
(2010). Este estudio tuvo como objetivo conocer las perspectivas y valoración de los
docentes sobre las TIC y su uso en el aula. Según el autor, la valoración positiva de las
TIC es necesaria para conseguir su implementación adecuada en el sistema educativo.
Además, el autor menciona que, en general, los docentes tenían una valoración positiva
14

del uso de las TIC como recursos pedagógicos, lo cual los llevaba a utilizar herramientas
de texto y multimedia, aplicaciones educativas e internet. La herramienta más valorada
por los docentes era la computadora en el aula.
Factores experiencia docente, edad y sexo. Otros aspectos intrínsecos al docente
revisados por la literatura son la experiencia docente, la edad y el sexo. En cuanto al
primer caso, algunos estudios revelan que la experiencia docente influye en el éxito al
usar las TIC en aula (Giordano, 2007; Wong & Li, 2008). Por un lado, se encontró que
las personas que tienen menos experiencia en docencia están menos dispuestos a usar las
tecnologías en sus procesos de enseñanza. Sin embargo, otros autores revelan que, a
menor experiencia en docencia, hay una mayor frecuencia de uso de TIC (Lau & Sim,
2008; Mendoza, 2016). No obstante, pese a que los docentes utilizan herramientas
tecnológicas en sus clases, manifiestan una falta de preparación para su uso en entornos
educativos y la necesidad de capacitación y apoyo para lograr la implementación óptima
en el sistema educativo.
En cuanto a la edad, un estudio realizado por Suárez, Almerich, Díaz y Fernández
(2012) encontró que los docentes más jóvenes (menos de 35 años) son quienes
manifiestan un mayor uso de recursos tecnológicos. Sin embargo, Russell, Bebell,
O'Dwyer, y O'Connor, (2003, citado en Buabeng, 2012) y Lau y Sim (2008) encontraron
que los profesores de mayor edad usan con mayor frecuencia las computadoras en aula y
tienen una mejor disposición a emplearlas, en comparación con los más jóvenes. La
hipótesis que explica este fenómeno es que los docentes mayores tienen más experiencia
enseñando y les es más sencillo integrar las tecnologías en sus clases.
En cuanto a la variable sexo, algunos estudios revelan que los docentes varones
utilizan más las TIC en su práctica docente que las docentes mujeres (Kay, 2006; Suárez
et al., 2012) y, en consecuencia, tienen una mayor capacidad para emplearlas. Sin
embargo, Adams (2002, citado en Buabeng, 2012) encontró que se ha incrementado el
número de mujeres que están utilizado internet y web 2.0, en comparación a los varones.
Por todo lo anteriormente expuesto, se puede afirmar que existen lineamientos a
nivel mundial acerca de la incorporación e implementación de las TIC en el contexto
educativo, cuyo objetivo es orientar a las instituciones en la adopción de estas
herramientas. A su vez, se han establecido una serie de factores que funcionan como
condiciones necesarias para la asimilación, por parte de los docentes, de las herramientas
tecnológicas dentro de sus prácticas educativas cotidianas. La ausencia o déficit de estos
15

factores, tanto internos como externos al docente, dificultan la incorporación de las TIC
en sus procesos de enseñanza en la educación superior.
Debido a que, según la literatura revisada, estos factores tienen un impacto en las
decisiones de los docentes para incorporar las TIC como herramientas en la planificación
de sus actividades y, dado que no existe claridad en las razones por las cuales los docentes
de una universidad privada de Lima no emplean con regularidad las TIC en su práctica
educativa, es necesario evaluar el estado actual de estos factores, cómo son percibidas por
los docentes y la relación que existe entre estos factores y la frecuencia de uso de las TIC
por parte de los docentes universitarios.
Así, el objetivo de esta investigación fue estudiar los factores que predicen el uso
de las TIC en los docentes de una universidad privada de Lima. Con ello, se planteó en
primer lugar, conocer el uso de las herramientas TIC en las actividades de enseñanza de
los docentes; en segundo lugar, describir los factores internos y externos al docente, con
respecto a las herramientas TIC; por último, determinar la relación que existe entre estos
factores y el uso de las TIC por parte de los docentes.
16

Método

Para responder al objetivo de esta investigación, se empleó un diseño


transaccional de tipo descriptivo correlacional (Hernández, Fernández, & Baptista, 2014).
El diseño es transaccional porque se van a recolectar datos vinculados a un conjunto de
variables en un momento único. Es de tipo descriptivo porque esta investigación busca
describir los factores que están involucrados en la implementación de las tecnologías en
el sistema de educación superior, detallando cómo son y se manifiestan estos factores.
Finalmente, es de tipo correlacional porque permitirá conocer la relación o el grado de
asociación que existe entre el uso de las herramientas tecnologías y los factores tanto
internos como externos, objeto de estudio de esta investigación.

Participantes
La población objetivo de esta investigación estuvo conformada por todos los
docentes que actualmente enseñan en las diferentes sedes de la institución privada (Lima
y sedes en el norte y sur del país), los cuales formaban un total de 1533 docentes
universitarios. Se establecieron los siguientes criterios de inclusión para la participación
en esta investigación: docentes que se encuentren enseñando actualmente en las sedes de
la ciudad de Lima; que tengan como mínimo un ciclo dictando en la institución; que no
tengan contrato de tutor; que no enseñen en el instituto de idiomas ni en la escuela de
posgrado. Así, la población final se redujo a un total de 1032 docentes.
La convocatoria fue censal. Del total de docentes, respondieron finalmente el
cuestionario 208 docentes, que representa el 20.1% la población. La mayor frecuencia de
respuesta fue a través de la modalidad virtual.
La edad promedio de los participantes fue de 46 años, siendo la máxima edad 71
años y la mínima 25 años (D.E= 10.58). Asimismo, la tasa de participación fue más
elevada para los docentes varones (151 respuestas) en comparación con las docentes
mujeres (57 respuestas).
17

Tabla 1
Distribución de la muestra según facultad
Facultad Frecuencia %

Dirección de Ciencias 27 12.98


Facultad de Derecho 4 1.92
Facultad de Comunicaciones 9 4.33
Facultad de Contabilidad 23 11.06
Facultad de Administración 31 14.90
Facultad de Ingeniería Mecánica 41 19.71
Facultad de Ingeniería de Sistemas 24 11.54
Dirección de Humanidades 33 15.87
Facultad de Psicología 16 7.69

Los docentes de la Facultad de Ingeniería Mecánica (FIME) tuvieron un mayor


margen de tasa de respuesta, seguidos de la dirección de Humanidades. Los docentes
pertenecientes a la facultad de Derecho respondieron con menor frecuencia al
cuestionario. Para realizar un mejor análisis de la muestra, se determinó dividir las
facultades en dos grandes grupos: Carreras de letras (Derecho, Comunicaciones,
Contabilidad, Administración, Humanidades y Psicología), con un total de 116 docentes;
y Carreras de números (Ingeniería Mecánica, Ingeniería de Sistemas y Ciencias), con un
total de 92 docentes.
Finalmente, el promedio del tiempo de experiencia en docencia de los
participantes fue de 123 meses, lo cual es equivalente a 10 años aproximadamente.
Con la finalidad de proteger la integridad de los participantes, se informó sobre
los objetivos y relevancia del estudio; se les explicó brevemente acerca de los
instrumentos que van a ser utilizados y la forma como se procesó la información
recolectada; se hizo hincapié en la participación voluntaria de los participantes y su
derecho de dar por finalizada su participación en caso lo vean necesario. Adicionalmente,
se les aseguró que la información recolectada sería utilizada únicamente para los
propósitos de esta investigación, que no tendría ninguna consecuencia laboral, que los
resultados serían comunicados con la institución de manera grupal y que serían empleados
con la finalidad de mejorar las propuestas de formación docente de la universidad. Con
ello, se aseguró la confidencialidad de la información.
Es importante mencionar que se contaba con el acceso a la información sobre la
cantidad de docentes que laboran en la institución y sus datos de carácter institucional
18

público como código docente, correo institucional, y facultad a la que pertenece, debido
a que la investigadora se encontraba laborando actualmente en dicha institución. La
información personal del docente no fue accesible a la investigadora.
Si bien la investigadora trabajaba en la institución, no pertenece a la dirección
encargada del desarrollo de tecnologías para la enseñanza aprendizaje. Por otro lado, la
investigadora solicitó el permiso correspondiente a su jefe inmediato y, dado que es una
investigación cuyos resultados serán utilizados para proponer posteriormente programas
de formación docente y se desea asegurar el nivel de respuesta, la comunicación se realizó
a través del correo institucional.

Medición
En base a la revisión de la literatura sobre las barreras de primer y segundo orden
relacionadas a la en la implementación de las TIC en el sistema educativo por parte de
los docentes (Ertmer, 1999, 2005; Hew y Brush, 2007), se organizaron las variables y las
medidas correspondientes.
19

Tabla 2
Variables y medidas de las barreras de primer y segundo orden
Factores Variables Medidas
Cuestionario uso de TIC en el aula
Información y comunicación de elaboración propia para evaluar
Uso de las TIC la implementación de las TIC por
Creación y seguridad parte de los docentes.
Escala de creencias pedagógicas
adaptada de la Escala Teaching,
Learning and Computing (TLC)
Creencias pedagógicas elaborada por Centro de
Investigación sobre Tecnología de
la Información para
Organizaciones (1998).
Cuestionario de Autoeficacia
Factores internos al
Autoeficacia docente para el uso de las TIC de
docente
elaboración propia.
Escala de valoración de las TIC
adaptada de la Escala Teaching,
Learning and Computing (TLC)
Valoración de las TIC elaborada por Centro de
Investigación sobre Tecnología de
la Información para
Organizaciones (1998).
Cuestionario de escala Likert de
elaboración propia para evaluar la
Acceso y soporte técnico percepción docente del acceso y
soporte técnico para el uso de las
Factores externos al TIC en el aula.
docente Cuestionario de escala Likert de
elaboración propia para evaluar la
Cultura y liderazgo tecnológico percepción de la cultura y liderazgo
tecnológico de la universidad, por
parte de los docentes.

Con la finalidad de describir a los participantes de esta investigación, se solicitó


información sociodemográfica a través de ítems que se encontraba en la parte inicial del
instrumento. Las variables sociodemográficas fueron edad, sexo, facultad y experiencia
docente.
La variable uso de TIC fue medida a través del cuestionario Uso de TIC en el aula
construido para la investigación, el cual explora la frecuencia del uso de las tecnologías
en la enseñanza del docente. Consta de 12 ítems que se agruparon según dos dimensiones:
información y comunicación, y creación y seguridad a través de herramientas
tecnológicas. Estas dimensiones corresponden al Marco Común de Competencia Digital
Docente, elaborado por el Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación
20

del Profesorado (INTEF). Se mide a través de una escala Likert con valores del 0 al 4,
correspondiente a una progresión de nunca a siempre.
Para las variables creencias pedagógicas y valoración de las TIC se empleó una
adaptación de la escala Teaching, Learning and Computing (TLC) elaborada por el
Centro de Investigación sobre Tecnología de la Información para Organizaciones (1998).
Esta escala mide las creencias, la práctica y el uso de las tecnologías en la enseñanza en
cinco constructos: (i) Filosofía de enseñanza, (ii) Estrategias de enseñanza, (iii) Uso de la
tecnología, (iv) Habilidades técnicas y (v) Actitudes tecnológicas.
En el caso de la variable creencias pedagógicas, se empleó un segmento del
instrumento “filosofía de enseñanza”, que mide el grado de acuerdo o desacuerdo respecto
a afirmaciones sobre enseñanza y aprendizaje. Consta de 9 afirmaciones evaluadas a
través de una escala Likert con valores entre 1 y 5. Asimismo, para la variable valoración
de las TIC se empleó un segmento del instrumento “actitudes tecnológicas”, que mide el
grado de valoración de las TIC para la enseñanza. Consta de 9 ítems evaluados a través
de una escala Likert, correspondiente a una gradación del 0 al 4.
Las variables Autoeficacia en el uso de TIC, Accesibilidad y soporte técnico, y
Cultura y liderazgo tecnológico, fueron medidas a través de instrumentos construidos para
la investigación. En el caso de la variable Autoeficacia en el uso de TIC, el cuestionario
constaba de 19 ítems medidos a través de una escala Likert que va del 0 al 4. Se buscó
evaluar dos aspectos: (i) Actividades o tareas generales con TIC y (ii) Actividades o tareas
para la enseñanza con TIC, que mide el grado de seguridad respecto al uso de
herramientas tecnológicas. A través del análisis factorial exploratorio los ítems de ambos
aspectos mostraron validez empírica (ver apéndice E).
Para la variable Accesibilidad se construyó un instrumento de 8 ítems que evalúa
el grado de acuerdo o desacuerdo con afirmaciones relacionas al acceso a las TIC. Se
mide a través de una escala Likert que va del 1 al 5. De manera similar, el cuestionario
construido para la variable de Soporte técnico consta de 5 ítems que miden el grado de
acuerdo o desacuerdo con el soporte técnico de la universidad, a través de una escala
Likert cuya progresión va del 1 al 5. Finalmente, la variable Cultura y liderazgo
tecnológico fue medida a través de un cuestionario que consta de 11 afirmaciones que
evalúan el grado de acuerdo o desacuerdo respecto a tareas institucionales que promueven
el uso de TIC. Es medido a través de una escala Likert que va del 1 al 5. Estas escalas
también mostraron validez empírica a través de AFE, así como ser unidimensionales.
21

Respecto a la validez de contenido de los instrumentos empleados en esta


investigación, se llevó a cabo dos procedimientos previos a la recolección de datos. El
primero, consistió en la traducción propia de las escalas que corresponden a las variables
Creencias Pedagógicas y Valoración de las TIC. Una vez realizada la traducción, fueron
revisadas por cinco expertos en el idioma inglés que puedan dar conformidad a la
traducción. Posteriormente, se realizó una prueba piloto para las escalas traducidas y las
de elaboración propia, en la cual se solicitó a los participantes realizar algunos
comentarios una vez contestadas las preguntas. Todo ello con la finalidad de asegurar la
comprensión de los ítems y el tiempo de duración del llenado del instrumento.
Como ya se mencionó, se realizaron análisis factoriales exploratorios para todos
los instrumentos, los cuales permitieron establecer áreas con un buen nivel de varianza
explicada (ver apéndice E). Para todas las escalas, los valores de Kaiser-Meyer-Olkin
KMO y de esfericidad de Bartlett, permitieron la aplicación del AFE (ver apéndice F).
Dado que ambos resultados cumplieron con los valores recomendados, se continuó con
el análisis. Con todos estos procedimientos, se pudo asegurar la validez de constructo y
empírica de los instrumentos.
En cuanto a la confiabilidad de los cuestionarios, en la tabla 3 se detalla la
confiabilidad obtenida en cada una de las escalas medidas y sus áreas.
22

Tabla 3
Confiabilidad obtenida de las medidas
Alfa de
Cronbach
Medidas Áreas
Áreas Total
Información y comunicación .82
Uso de las TIC .89
Creación y protección de recursos tecnológicos .88
Creencias Creencias sobre el rol centrado en el docente .72
.68
pedagógicas Creencias sobre el rol centrado en el alumno .73
Autoeficacia en Autoeficacia en tareas generales con TIC .93
.96
el uso de TIC Autoeficacia en tareas para la enseñanza con TIC .96
Valoración de Valoración de recursos TIC de uso personal .68
.84
las TIC Valoración de recursos TIC institucionales .85
Acceso a las TIC Acceso a las TIC .92 .92
Soporte técnico Soporte técnico .91 .91

Cultura y Cultura y liderazgo tecnológico de la universidad .89

liderazgo Cultura y liderazgo tecnológico del área .93 .94


tecnológico académica
Según estos resultados, en general, se puede concluir que los cuestionarios
cumplen con los criterios necesarios para asegurar la confiabilidad del instrumento y el
análisis posterior de los datos recolectados.

Procedimiento
El primer paso consistió en solicitar a la universidad los permisos para llevar a
cabo el presente estudio. En primer lugar, el permiso para realizar la investigación; en
segundo lugar, el permiso para obtener la base datos con la información institucional de
los docentes (código, nombre completo, sede y facultad); y, en tercer lugar, el permiso
para contar con los ambientes necesarios (salones) para llevar a cabo tanto la prueba piloto
como la recolección de datos.
Con estos tres propósitos se redactó esta solicitud que fue enviada a través de la
mesa de partes de la universidad, para después programar una reunión con las autoridades
respectivas, donde se compartieron los objetivos del estudio y se solicitó la información
que es necesaria para este estudio. Se recalcó que la información solicitada sería empleada
únicamente para los objetivos del estudio, que es de carácter confidencial y que los
23

resultados serán compartidos de manera grupal con la institución y las autoridades según
la modalidad que ellos requieran.
El segundo paso consistió en la construcción y traducción de los instrumentos.
Para las variables Uso de las TIC, Autoeficacia en el uso de TIC, Acceso y soporte técnico
y Cultura y liderazgo tecnológico, se construyeron los ítems basados en la definición
operacional de estas variables. Para ello, se elaboró una matriz en Excel, cuyo diseño
permitió organizar mejor los ítems para su posterior revisión. Para el caso de la traducción
de los ítems de las variables Creencias pedagógicas y Valoración de las TIC, fue realizado
por la investigadora. Finalmente, se obtuvieron los instrumentos listos para los procesos
de validación.
El tercer paso consistió en la validación de los instrumentos a través de juicio de
expertos para verificar la comprensión de los ítems construidos y traducidos. Para ello, se
redactó un correo electrónico donde se solicitó el apoyo para la validación de los ítems
de los instrumentos. En este correo se expresó básicamente los objetivos de la
investigación, la relevancia del tema y la solicitud propiamente dicha, quedando a la
espera de los comentarios, sugerencias y observaciones.
Posteriormente, se realizó una prueba piloto para determinar el tiempo y
modalidad (virtual o presencial) de aplicación. Con este fin, en primer lugar, se
prepararon los instrumentos en modo virtual (en un formulario de Google) y en modo
presencial (con lápiz y papel). En segundo lugar, se seleccionó un grupo de docentes que
no conformaban la muestra pero que poseían características similares a ella; cuyas
respuestas no fueron consideradas para el análisis de datos recolectados posteriormente.
Por último, se envió la comunicación a cada grupo de docentes según la modalidad en
que se recogerían los datos.
Tanto para la modalidad presencial como para la virtual, se redactó un correo
electrónico dando un saludo inicial. Seguidamente, se indicó el motivo por el cual se
solicitó su apoyo, los objetivos del estudio y los procedimientos que se debían seguir para
participar del estudio. Se mencionó, además, que su participación era completamente
voluntaria, que los datos que se iban a recolectar eran única y exclusivamente para los
fines del estudio y que eran de carácter confidencial. Seguidamente, se explicó
brevemente el procesamiento de la información que se iba a realizar para obtener los
resultados. En el caso de la modalidad presencial, se detallaron las fechas que se tenían
programadas y, una vez ahí, se entregó el documento de consentimiento informado (ver
apéndice G) y los instrumentos impresos. Se tomó el tiempo al iniciar y finalizar el
24

llenado del cuestionario y se hicieron algunas preguntas (a manera de comentarios) sobre


las preguntas revisadas. En el caso de la modalidad virtual, se adjuntó el enlace de
consentimiento informado que fue leído y llenado por los docentes previo al inicio de la
prueba, y el enlace de los instrumentos que deben llenar.
La información obtenida, tanto del juicio de expertos como de la prueba piloto,
permitió realizar los ajustes necesarios para validar la comprensión de los instrumentos
y, finalmente, proceder con la recolección de la información que se necesitaba para el
análisis propuesto por este estudio.
El cuarto paso consistió en la recolección de datos. Para la modalidad presencial,
se redactó un correo electrónico similar al redactado para los docentes participantes de la
prueba piloto, cambiando únicamente las fechas y lugares donde se realizará. Una vez
ahí, se brindó nuevamente información sobre los objetivos del estudio y sobre la
confidencialidad de los datos. Se entregó el formato de consentimiento informado (ver
apéndice G) y se les pidió que lo lean con calma y llenen la información que se requiera.
Una vez recolectada la hoja de consentimiento informado firmada, se entregó el
cuestionario.
En el caso de la recolección de datos en modalidad virtual, se redactó un correo
electrónico igual al redactado para los docentes participantes de la prueba piloto. En él,
se adjuntó el enlace del consentimiento informado y el enlace del cuestionario que los
docentes debían contestar.
Análisis de datos
Para el procesamiento y análisis de la información recolectada, en primer lugar,
se preparó una base en Excel con los datos de las respuestas recolectadas, asignándole un
código a cada participante; esto permitió hacer el conteo de respuestas obtenidas y validar
las respuestas a los ítems del cuestionario. Posteriormente, se procesaron los datos a
través del procesador estadístico informático SPSS 22, en el cual se emplearon
estadísticos de análisis factorial, descriptivos, comparación de medias, correlación y
regresión múltiple, para responder a los objetivos de la investigación.
25

Resultados

Con la finalidad de conocer el uso de las TIC que tienen los docentes y describir
los factores internos y externos asociados a su uso, la presentación de los resultados se
organiza en tres partes. La primera parte corresponde a los resultados del análisis
descriptivo de la variable Uso de las TIC por parte de los docentes. La segunda parte
presenta los resultados del análisis descriptivo de los factores internos y externos al
docente asociados a las herramientas TIC. Por último, la tercera parte muestra la relación
que existe entre los factores descritos y el uso de las TIC por parte de los docentes.

Uso de TIC y sus factores


La primera parte de resultados corresponde a la variable estudiada Uso de las TIC
por parte de los docentes. En la figura 2 se presenta las medianas obtenidas en las áreas
Información y comunicación y Creación y protección de recursos TIC de la variable,
como también la media obtenida del puntaje total.
Uso de TIC

Figura 2: Diagrama de cajas para las medianas de las preguntas sobre Uso de
TIC por parte de los docentes.
Según este resultado, los docentes emplean casi siempre las tecnologías en su
práctica educativa (M=2.99, D.E= .66). La frecuencia de uso es más elevada para tareas
que impliquen buscar o adquirir información e interactuar o compartir con otros a través
de las tecnologías (M=3.45, D.E= .58). Entre las actividades en las cuales hacen un mayor
26

uso de TIC estuvieron: buscar información en la web que ayude a completar el contenido
de las clases; y descargar y subir información necesaria para el desarrollo de las clases.
Se observó una frecuencia menor de uso para las actividades que corresponden a la
creación y protección de recursos tecnológicos (M=2.76, D.E= .78). Las actividades
donde hay un menor uso de las TIC fueron: diseñar otros recursos de mayor complejidad
para mis clases (por ejemplo, infografías, revistas digitales, herramientas de las
aplicaciones, herramientas de plataformas educativas, organizadores visuales en línea,
etc.); y compartir cierto tipo de información sobre mí mismo y sobre otros.
La segunda parte presenta los resultados de las variables que corresponden a los
factores internos y externos al docente, en función a las herramientas TIC.
La variable creencias pedagógicas fue medida a través una serie de preguntas que
determinaron cuán de acuerdo o desacuerdo estaban los docentes con creencias centradas
en el rol docente o creencias centradas en el rol del alumno. En la figura 3 se presentan
las medianas obtenidas en ambas áreas, como también la mediana obtenida del puntaje
total.
Creencias pedagógicas

Figura 3: Diagrama de cajas para las medianas de las preguntas sobre las
Creencias pedagógicas.

Se observa que una mayor proporción de docentes (57%) tienden a estar más de
acuerdo con las afirmaciones que expresan las creencias sobre el rol centrado en el
estudiante (M=3.48, D.E= .87). En contraste, respecto a las afirmaciones sobre las
creencias sobre el rol centrado en el docente, el 56% de docentes parece estar más hacia
un rango intermedio de la escala o en desacuerdo (M=2.69, D.E= .75).
27

Asimismo, una gran proporción de docentes (42%) afirmaron estar más de


acuerdo con que la instrucción debe ser construida alrededor de problemas con respuestas
claras y correctas, y alrededor de ideas que la mayoría de los estudiantes pueden captar
rápidamente. Mientras que el 40% de docentes manifestaron estar en desacuerdo con que
los profesores saben mucho más que los estudiantes y no deberían permitir que se
confundan cuando ellos les podrían explicar las respuestas directamente. Pese a esta
notable diferencia, el 24% de docentes indicó que no está de acuerdo ni en desacuerdo
con que es mejor cuando el profesor, no los estudiantes, decide qué actividades deben
hacerse en clase; y con que los estudiantes deben ayudar a establecer criterios sobre cómo
será evaluado su trabajo.
En cuanto a la autoeficacia en el uso de TIC, en la figura 4 se presentan las
medianas obtenidas en las áreas Autoeficacia en tareas generales con TIC y Autoeficacia
en tareas para la enseñanza con TIC, como también la mediana obtenida del puntaje en
total.
Autoeficacia para el uso de TIC

Figura 4: Diagrama de cajas para las medianas de las preguntas sobre


Autoeficacia en el uso de TIC.
Según la figura, podemos ver que los docentes se sienten muy seguros usando
tecnologías en su práctica educativa (M= 3.28, D.E= .58). Tanto para las tareas generales
con TIC como para las tareas para la enseñanza con TIC, los docentes manifestaron
sentirse muy seguros. Sin embargo, se observó una seguridad ligeramente más elevada
28

para las tareas generales con TIC (M= 3.49, D.E= .58), en comparación a la seguridad en
tareas para la enseñanza con TIC (M= 3.15, D.E= .66).
Según el nivel más alto de la escala (bastante seguro), los resultados reflejaron
que el 69% de docentes afirmaron sentirse más seguros en el uso de las TIC para guardar,
imprimir y adjuntar archivos y el 76% de docentes para enviar un email. Mientras que el
30% de docentes mostraron menos seguridad en el uso de las TIC para actividades como
instalar y desinstalar programas, y el 33% de docentes para implementar estrategias para
la elaboración colaborativa de trabajos utilizando entornos virtuales.
En relación con la valoración de las TIC, la figura 5 presenta las medianas
obtenidas en las áreas Valoración de recursos TIC de uso personal y Valoración de
recursos TIC institucionales, como también la mediana obtenida del puntaje en total.
Valoración de las TIC

Figura 5: Diagrama de cajas para las medianas de las preguntas sobre Valoración
de las TIC.

Los docentes reconocieron los recursos tecnológicos como muy valiosos para ser
empleados en su práctica educativa (M=3.34, D.E= .51). Los recursos tecnológicos que
provienen de la institución educativa superior fueron considerados muy valiosos para los
docentes (M=3.53, D.E= .51), específicamente la computadora, ecran y proyector en sus
clases. Mientras que los recursos tecnológicos que son de uso personal, como los
teléfonos, celulares, tablets o laptops, fueron considerados como moderadamente valiosos
para ser usados en clase (M=2.66, D.E= .86). Añadido a ello, vale decir que ningún
recurso tecnológico fue considerado nada valioso ni bastante valioso.
29

En cuanto al primer factor externo, accesibilidad de las TIC, los docentes


consideraron que el acceso a las herramientas tecnológicas de la universidad en general
era bueno (M=4.21, D.E= .67). El 64% de docentes consideró que la plataforma educativa
empleada por la institución era la más accesible. El wifi de la universidad fue considerado
el recurso tecnológico menos accesible en comparación a los otros. Vale decir que el
acceso a los diferentes recursos tecnológicos no fue considerado ni muy malo ni muy
bueno.
En relación al segundo factor externo, soporte técnico, los docentes consideraron
que el soporte técnico con el que cuenta la universidad fue adecuado (M=4.12, D.E= .74).
El 51% de docentes estuvo de acuerdo con que el personal de soporte técnico les brinda
su apoyo con las dificultades que se presentan al usar la computadora o proyector, y un
47% de docentes estuvo de acuerdo con que puede acudir al personal de soporte técnico
en cualquier momento. Pese a que el soporte técnico presta su apoyo en el momento
oportuno, la facilidad con que los docentes pueden comunicarse con el personal de
soporte técnico fue la alternativa con un puntaje menor en relación a las otras.
Sobre la cultura y liderazgo tecnológico, la figura 6 presenta las medianas
obtenidas en las áreas Cultura y liderazgo tecnológico de la universidad y Cultura y
liderazgo tecnológico de las áreas académicas, como también la mediana obtenida del
puntaje total.
Cultura y liderazgo
tecnológico

Figura 6: Diagrama de cajas para las medianas de las preguntas sobre Cultura y
liderazgo tecnológico.
30

Los resultados mostraron que aproximadamente el 85% de docentes estuvo de


acuerdo con que la institución educativa superior se caracteriza por poseer una cultura y
liderazgo tecnológico (M=4.22, D.E= .68). La cultura y liderazgo tecnológico que
manifiestan tanto la universidad como las áreas académicas fueron igualmente valoradas
por los docentes (M=4.21, D.E= .71; M=4.22, D.E= .71; respectivamente). Sin embargo,
se observa que hay una proporción mayor de docentes (86%) que consideró que las áreas
académicas promueven más la cultura tecnológica, frente a la proporción de docentes que
consideró que es la universidad es quien promueve más la cultura tecnológica (78%).
La práctica que los docentes consideraron más habitual es que la universidad se
comunique con ellos por medio de recursos tecnológicos (por ejemplo, correos
electrónicos). Mientras que la práctica menos habitual es que la universidad mantenga
actualizados los programas de las computadoras.
Adicionalmente, se quiso determinar la relación y diferencias existentes en cada
variable estudiada respecto a los datos demográficos solicitados. Para ello, se realizó una
comparación de medias para las variables edad y tiempo de experiencia, donde se
encontró que no existe ninguna relación entre estas variables respecto a la frecuencia de
uso de TIC y los factores internos y externos estudiados.
Con relación a las variables sexo y facultad, se realizó una comparación de
medianas a través de la prueba U de Mann-Whitney para muestras independientes. Se
encontró que, en cuanto a la variable sexo, los docentes varones tienden a estar más de
acuerdo con las afirmaciones que expresan las creencias sobre el rol centrado en el
docente en comparación a las docentes mujeres (U = 3441.50, p = .025) (ver apéndice H).
En cuanto a la variable facultad, se encontró que los docentes de las carreras de
letras muestran una mayor frecuencia de uso de TIC para tareas que implican adquirir y
comunicar información en comparación a los docentes de las carreras de números (U =
4153.00, p = .005). Del mismo modo, los docentes de las carreras de letras valoraron más
los recursos TIC de uso personal que los docentes de las carreras de números (U =
4446.50, p = .036). Por el contrario, los docentes de las carreras de números estaban más
de acuerdo con las afirmaciones que expresan las creencias sobre el rol centrado en el
docente en comparación a los docentes de las carreras de letras (U = 4094.50, p = .004)
(ver apéndice I).
31

Factores asociados al uso de TIC


Dado que el objetivo principal de esta investigación fue conocer la relación que
existe entre el uso de las TIC y los factores internos y externos al docente, se realizó, en
primer lugar, una correlación entre todas las variables de este estudio. Posteriormente, se
decidió hacer un análisis de regresión múltiple donde, de acuerdo con la teoría, se asume
que la variable dependiente es el uso de las TIC y que las variables independientes son
tanto los factores internos como externos.
Respecto a las relaciones entre las distintas variables, se encontraron correlaciones
de tamaño mediano y pequeño. Se observó que existen correlaciones significativas
positivas entre la frecuencia de uso de TIC y la autoeficacia en el uso de TIC (r = .58, p
< .01), la valoración de estas (r = .34, p < .01) y la cultura y liderazgo tecnológico de la
institución (r = .27, p < .01); y una correlación negativa con las creencias sobre el rol
centrado en el docente (r = -.18, p < .01). En cuanto a las creencias sobre el rol centrado
en el estudiante, se encontraron correlaciones positivas con otros factores internos como
la valoración de las herramientas tecnológicas (r = .27, p < .01) y con factores externos
como la cultura y liderazgo tecnológico de la institución (r = .21, p < .01).
Las creencias sobre el rol centrado en el docente, aparte de su correlación negativa
con la frecuencia de uso de TIC, no correlacionaron con ninguna otra variable de este
estudio. En cuanto a la autoeficacia para el uso de TIC, se encontró también una
correlación positiva con la valoración de estos recursos (r = .43, p < .01), otro factor
interno de este estudio. A su vez, la valoración de las herramientas tecnológicas
correlacionó con factores todos los factores internos y externos, excepto con las creencias
sobre el rol centrado en el docente. La accesibilidad de las TIC mostró una correlación
positiva solo con factores externos como el soporte técnico (r = .47, p < .01) y la cultura
tecnológica de la institución (r = .45, p < .01); Al igual que el soporte técnico, que además
de relacionarse con la accesibilidad, se relacionó positivamente con la cultura y liderazgo
tecnológico de la institución (r = .41, p < .01). Par una revisión más detallada de las
correlaciones encontradas y algunas correlaciones adicionales, ver el apéndice J de la
tabla de correlaciones.
Con el fin de estudiar el aporte de cada una de las variables consideradas tanto
factores externos como internos en el uso de TIC, en la tabla 4 se muestran los resultados
encontrados al realizar el análisis de regresión múltiple.
32

Tabla 4
Resumen del Análisis de Regresión Múltiple para el Uso de TIC
B Β t p
(Constante) 10.480 2.356 .019
Creencias sobre el rol centrado en el
-.275 -.132 -2.415 .017
docente
Creencias sobre el rol centrado en el
-.080 -.035 -.619 .536
estudiante
Autoeficacia en tareas generales con
-.114 -.059 -.789 .431
TIC
Autoeficacia en tareas para la
.566 .573 7.799 .000
enseñanza con TIC
Valoración de recursos TIC de uso
.415 .091 1.488 .138
personal
Valoración de recursos TIC
.092 .041 .602 .548
institucionales
Puntaje total accesibilidad -.036 -.025 -.382 .703
Puntaje total soporte técnico -.096 -.046 -.719 .473
Cultura y liderazgo tecnológico de la
.101 .046 .507 .613
universidad
Cultura y liderazgo tecnológico de
.324 .175 2.009 .046
las áreas académicas
R2 ajustado = .41 (n = 208, p < .001)

El modelo explica el 41% de la varianza del uso de las TIC por parte de los
docentes. Los factores Autoeficacia en tareas para la enseñanza con TIC, Cultura y
liderazgo tecnológico de las áreas académicas y Creencias sobre el rol centrado en el
docente, tuvieron un efecto sobre la frecuencia de uso de TIC. El análisis mostró que, en
el caso de la autoeficacia para las tareas de enseñanza con TIC, controlando el efecto de
los otros puntajes, ésta tuvo un efecto positivo sobre la variable; es decir, en cuanto uno
se sienta más seguro empleando herramientas tecnológicas, mayor sería la frecuencia de
uso de estas. Lo mismo para el caso de la cultura y liderazgo tecnológico de las áreas
académicas, cuyas prácticas que incentivan el uso de tecnologías, incrementarían a su
vez, el uso de estas. Asimismo, en cuanto a las creencias sobre el rol centrado en el
docente, controlando el efecto de los otros puntajes, ésta tuvo un efecto negativo sobre la
variable dependiente; es decir, en cuanto uno posea creencias que reflejan un enfoque
tradicional de enseñanza, emplearía con menor frecuencia herramientas tecnológicas.
33

Según los resultados de la tabla, la autoeficacia en tareas para la enseñanza con


TIC fue el factor que tiene un efecto mayor en la frecuencia de uso de las TIC. Cabe
mencionar que dos de las áreas corresponden a factores internos al docente (Autoeficacia
en tareas para la enseñanza con TIC y Creencias sobre el rol centrado en el docente) y
una corresponde a factores externos al docente (Cultura y liderazgo tecnológico de las
áreas académicas).
34

Discusión

En este capítulo, se presenta la discusión de los resultados obtenidos en la presente


investigación de acuerdo con lo previamente revisado en la literatura. Con este fin, este
capítulo se organizará de la siguiente manera: primero, se revisarán los resultados
obtenidos respecto al uso de las tecnologías de la información y de la comunicación en
los docentes universitarios. Segundo, se revisarán los resultados obtenidos en cada uno
de los factores internos y externos asociados a la implementación de TIC. Tercero, se
analizarán las relaciones significativas encontradas entre cada variable estudiada y el uso
de las TIC. Finalmente, se revisarán las fortalezas y debilidades de este estudio, y a su
vez, las futuras líneas de investigación respecto a la implementación de TIC por parte de
los docentes universitarios.
Según los resultados, se puede afirmar que los docentes poseen habilidades para
emplear tecnologías en el aula, principalmente aquellas que les permite recoger
información, compartirla y poder comunicarse. Esto podría deberse a la normativa interna
de la institución que les exige el uso de herramientas que se relacionan justamente con la
posibilidad de compartir información y comunicarse, y con las oportunidades de
formación en el manejo de, por ejemplo, la plataforma educativa de la universidad.
Además, tal como menciona la literatura y, al tratarse de personas que pertenecen a la
generación de inmigrantes digitales, tiene sentido que su preferencia por buscar
información en la web para complementar el contenido de sus clases, intercambiar
información a través de la web y establecer interacciones asincrónicas con otros se refleje
claramente en los resultados (Prensky, 2004, citado en Coll y Monereo, 2008).
Asimismo, que los docentes manifestaran una frecuencia de uso de TIC menor
para compartir información sobre sí mismos o sobre otros, podría deberse a que, como
inmigrantes digitales, emplean los sitios web como puntos de contacto o publicidad, mas
no como un medio de expresión de la propia identidad; así, no parece necesario para ellos
compartir información personal o incluso crear un perfil de usuario a través de medios
virtuales.
Por otro lado, el hecho de que la frecuencia de uso de recursos tecnológicos fue
menor para la creación de material que pueda ser empleado para la enseñanza, dependería
de la percepción de los docentes sobre su experiencia usando tecnologías para la
enseñanza (Badia, Meneses y Sigalés, 2013). Es muy probable que, si los docentes
cuentan con poca experiencia en la adecuación de herramientas tecnológicas para
35

propósitos educativos, ésta se convierta en una brecha que los limitaría a introducirlas
como complementos de su práctica. Considerar aspectos como la formación en
tecnologías para la enseñanza podría determinar si es realmente la experiencia empleando
TIC en el aula la que determina una mayor frecuencia de uso de estos recursos para crear
material que complemente las experiencias de aprendizaje. Como se ha mencionado en
la revisión teórica de esta investigación, las propuestas formativas de la universidad se
han orientado principalmente a formar al docente como usuario de recursos tecnológicos,
mas no como creador de estos recursos; lo cual limitaría el desarrollo de habilidades para
creación de herramientas tecnológicas con propósitos pedagógicos.
Además, el sistema de evaluación docente hace un mayor énfasis en el uso de los
espacios virtuales para la implementación de actividades evaluadas o la comunicación
con los estudiantes, por lo que no se incentiva al docente a crear recursos para
complementar su enseñanza. En ese sentido, el docente no cuenta con la formación
adecuada para crear recursos virtuales ni es reconocido por ello en la institución.
Pese a todo ello, los resultados sugieren que las habilidades de los docentes para
crear recursos tampoco son insuficientes, por lo que se puede afirmar que son aprendices
digitales que comienzan a considerar las potencialidades de las TIC para su entorno de
enseñanza y que no son solo usuarios de las mismas (Gallardo-Echenique et al., 2016;
Rodrigues, 2014).
Con respecto al factor interno de creencias pedagógicas, la tendencia hacia las
afirmaciones que declaran una pedagogía más centrada en el estudiante (enfoque
constructivista de enseñanza), es un resultado que también encontraron otras
investigaciones (Cortez, Fuentes, Villablanca y Guzmán 2013). Esta tendencia hacia el
enfoque constructivista de la enseñanza podría reflejar que los docentes estarían
comenzando a asumir un esquema de enseñanza estructurado en función al logro del
aprendizaje del estudiante, y no a los contenidos o temas que deben ser aprendidos;
resultados similares a los encontrados por otras investigaciones (Cortez, Fuentes,
Villablanca y Guzmán, 2013; Estévez-Nenninger et al., 2014, citado en Solis, 2015).
Los docentes manifestaron no estar de acuerdo con afirmaciones que consideran
la participación del estudiante en aspectos como la definición de las actividades que se
llevan a cabo en clase o la manera como deben ser evaluados. Esto sugiere que los
docentes todavía parecen percibir su rol como más representativo que el del estudiante o
reflejaría la necesidad que tienen de definir permanentemente cómo debe darse la
dinámica de enseñanza (postura de control). Estas creencias, que probablemente son
36

propias de la enseñanza tradicional que fue empleada con ellos cuando fueron estudiantes,
podrían estar llevándolos a mantener los mismos esquemas de enseñanza en su ejercicio
profesional actual, tal como lo afirma Tovar y García, (2012); esquemas que incluso
comprenden la forma y herramientas que se emplean para evaluar a los estudiantes
(Ferreyra, 2012).
Ahora bien, es interesante resaltar que una postura centrada en el rol del estudiante
se relacionó con otros factores internos como la valoración de las TIC y con factores
externos como la cultura y liderazgo tecnológico. Estas relaciones reforzarían la idea de
que en la sociedad digital y del conocimiento en la que nos encontramos actualmente, las
TIC juegan un rol bastante representativo para la práctica educativa, y esta incorporación
de herramientas tecnológicas se sustenta a través del enfoque de enseñanza centrado en
el rol del estudiante como actor activo de su propio aprendizaje (Cabrol y Severin, 2010).
Es así como, en un contexto donde se busque permanentemente la participación activa
del estudiante en su propio aprendizaje, se valorarían los recursos empleados para que esa
práctica sea llevada a cabo.
A su vez, es importante mencionar que las creencias sobre el rol centrado en el
docente no se relacionaron con ninguna de las variables estudiadas en esta investigación.
Esto complementa la idea anterior, sugiriendo que la presencia de un enfoque tradicional
de la enseñanza podría dificultar o demorar la implementación de las TIC en la institución
educativa superior.
Respecto al factor interno de autoeficacia, los docentes manifestaron una
seguridad sobre su propia habilidad para emplear tecnologías, lo cual podría llevarlos a
valorar de igual manera las herramientas tecnológicas para su práctica educativa; esto
explicaría la relación positiva encontrada entre la autoeficacia percibida y la valoración
de las TIC. Es importante resaltar este resultado, debido a que los docentes pueden
considerarse hábiles en el manejo de una serie de aspectos o herramientas propias del
curso o de la carrera profesional que dictan, pero no necesariamente considerarlas
valiosos para su enseñanza. Pese a ello, el puntaje elevado obtenido en ambos factores
podría facilitar la incorporación exitosa de las TIC en las prácticas de enseñanza regulares
de los docentes de esta universidad.
Asimismo, los docentes manifestaron tener confianza en sus habilidades para el
manejo de tecnologías para tareas generales, pero cuando la tarea está implicada en
procesos de enseñanza, este sentido de eficacia disminuye. Es probable que la decisión
de incorporar herramientas tecnológicas como recursos pedagógicos para la enseñanza,
37

esté influenciada por la seguridad que los docentes tienen respecto al dominio de dichas
herramientas (Albion, 2001, citado en Abbitt, 2011; Bandura, 1997, citado en Abbitt,
2011). Esta seguridad podría originarse a través una o varias de las fuentes que forman
las creencias de autoeficacia definidas por Bandura (1986, citado en Albion, 1999). Por
un lado, el hecho de que los docentes manifestaran que utilizan casi siempre las TIC en
su práctica educativa sugiere que podrían haber tenido experiencias de éxito con esta
implementación (experiencia activa). Por otro lado, al encontrase una relación positiva
entre la autoeficacia en el uso de TIC y la cultura y liderazgo tecnológico de las áreas
académicas, es posible que las prácticas de las áreas académicas sean constantemente
evaluadas y replicadas por los docentes (experiencia vicaria), incrementando así su
autoeficacia en el uso de recursos tecnológicos.
Del mismo modo, la menor seguridad manifestada por los docentes para emplear
recursos tecnológicos en sus prácticas de enseñanza sugiere que, si bien conocen algunas
herramientas tecnológicas, podrían no reconocer su potencial pedagógico. Esto reflejaría
la necesidad e importancia de que los docentes aprendan a adaptar las TIC en favor de
sus objetivos pedagógicos, más allá de simplemente aprender a utilizarlas; lo cual tendría
como consecuencia la sensación de eficacia frente a la labor de incorporar TIC como
herramientas pedagógicas. Este estudio reafirma las conclusiones expresadas por otra
investigación con objetivos similares (Ken y Giles, 2017).
Por otra parte, la ausencia de una relación entre este factor y factores externos
como la accesibilidad y el soporte técnico sugiere que estos factores externos no tendrían
un impacto en la seguridad que manifiestan los docentes para emplear herramientas
tecnológicas; es decir, ambos factores no son condiciones necesarias para que un docente
trabaje su autoeficacia en el uso de TIC o se sienta capaz de emplearlas sin problema.
En relación con la valoración de herramientas tecnológicas, los docentes valoraron
más las TIC que son propias de la institución educativa, como las computadoras en el
aula; resultados similares encontrados en el estudio realizado por Sáez (2010). Por el
contrario, las herramientas que fueron moderadamente valiosas para los docentes son los
celulares, las laptops y las tablets. Estas herramientas personales son recursos más
cercanos y mucho mejor manejados por los estudiantes; incluso están personalizados
según sus intereses y necesidades. Por un lado, es posible que los docentes sientan que
estas herramientas, al ser más accesibles y por contar con aplicaciones u otros recursos
que estimulan el interés de los estudiantes, causan la distracción de estos,
desvinculándolos del desarrollo de la clase; por tanto, aportarían poco al aprendizaje de
38

los contenidos que se van trabajando. Por otro lado, al ser herramientas de uso personal,
es posible que los docentes sientan que sus propósitos pedagógicos no son claros o que
simplemente no pueden ser aprovechados en un contexto de enseñanza-aprendizaje.
La valoración de las TIC estuvo relacionada de manera positiva con la frecuencia
de uso de las tecnologías y con los factores internos y externos de este estudio. Esto
sugiere que la valoración de las TIC no afectaría a un factor de manera particular, por lo
tanto, el trabajo que se realice con cualquiera de los factores para integrar las TIC podría
tener como consecuencia un efecto en la valoración que se tenga de las mismas.
En relación con las variables demográficas estudiadas, consideradas factores
internos al docente, tenemos el tiempo de experiencia, el cual mostró no tener relación ni
con el uso de TIC ni con los factores externos e internos relacionados a la implementación
de TIC. Este resultado contradice lo revisado en las investigaciones de Giordano (2007)
Wong & Li (2008). En estas investigaciones, los docentes afirmaron que ya venían
utilizando tecnologías en su práctica educativa desde hace un tiempo, lo cual no ha sido
determinado en esta investigación. Es probable que, si la universidad incorpora dentro de
su programa de formación propuestas que le permitan al docente desarrollar la habilidad
de integrar tecnologías en aula e, imaginando que la rotación de estos es mínima, esto
permitiría que los docentes estén capacitados y siguiendo una ruta de formación más clara
y continua; lo cual permitiría ver una diferencia respecto al factor experiencia en
docencia.
Del mismo modo, la variable edad tampoco mostró una relación con las demás
variables de este estudio, lo cual es contradictorio con los resultados de los estudios de
Lau y Sim (2008), Suárez, Almerich, Díaz y Fernández (2012) y Russell, Bebell,
O'Dwyer, y O'Connor, (2003, citado en Buabeng, 2012). En una de las investigaciones se
encontró que los docentes de mayor edad mostraron más receptividad y entusiasmo en
adoptar las TIC en su práctica educativa, en comparación con los docentes menores,
aspecto que no ha sido considerado para evaluar en esta investigación. Otro de los factores
que se evaluó en una de las investigaciones fue el dominio de las herramientas
tecnológicas, lo cual también mostró diferencias en cuanto a la edad. Quizás si se
incorporaran en futuros estudios los factores de predisposición al uso de TIC en aula y el
dominio de estas, si se encontraría una diferencia en esta variable. En cuando a la variable
sexo, no se encontró diferencias entre el sexo y la frecuencia de uso de TIC, contrario a
lo revisado en otras investigaciones (Adams, 2002, citado en Buabeng, 2012; Kay, 2006;
Suárez et al., 2012).
39

En cuanto a los factores externos, el hecho de que la accesibilidad a las herramientas


tecnológicas de la universidad se consideró buena, sugiere que la adopción efectiva de
éstas sería posible si su acceso y disponibilidad se mantienen o mejoran con el tiempo
(Plomp, Anderson, Law y Quale, 2009, citado en Buabeng, 2012); más aún si la
institución educativa fomenta, a través de sus prácticas, el uso de tecnologías diariamente,
factor externo que correlacionan positivamente con esta variable. En relación con el
soporte técnico con el que cuenta la universidad, el hecho de que haya sido valorado por
los docentes como adecuado, podría estar evitando que los docentes se resistan a emplear
estos recursos en clase, tal como se menciona en el estudio de Jones (2004, citado en
Buabeng, 2012).
Respecto al factor externo de cultura y liderazgo tecnológico, el hecho de que los
docentes consideraran que la institución educativa se caracteriza por poseer una cultura y
liderazgo tecnológico, tanto en las prácticas diarias de la institución como de las áreas
académicas (decanos, directores y coordinadores), podría predecir el éxito en la
implementación de estas herramientas en la institución educativa superior en cuestión; tal
como afirman Salinas (2004), Tusubira y Mulira (2004) y Wong y Li (2008, citado en
Buabeng, 2012). El contar con lineamientos o políticas institucionales que promueven la
utilización de los espacios virtuales en la universidad y que la comunicación y gestión en
la institución se realice también a través de medios tecnológicos, incentivaría, en primer
lugar, que los docentes empleen estos recursos tecnológicos lo cual es enfatizado en el
estudio realizado por Area (2010). Y, en segundo lugar, que consideren estas herramientas
como valiosas para sus tareas habituales. Los resultados refuerzan la segunda idea debido
a que se encontró una correlación positiva entre este factor y la valoración de las TIC.
La revisión previa discute los resultados encontrados en los factores internos y
externos relacionados a la implementación de tecnologías por parte de los docentes. Pero
además de ello, uno de los objetivos principales de esta investigación era determinar qué
factores se relacionaban con la frecuencia de uso de las TIC por parte de los docentes. Es
por ello que a continuación, se discutirán los hallazgos respecto a las relaciones
encontradas entre ambos factores y la frecuencia de uso de las TIC.
Sobre la relación encontrada entre la frecuencia de uso las tecnologías y la
autoeficacia en tareas para la enseñanza que emplean tecnologías, autores como Claro
(2010b) y García, Días, Sorte, Díaz-Pérez, Rita Leal y Gandra, (2014) consideran que el
grado de autoeficacia o confianza del docente favorece el uso de las TIC en aula. Otros
autores como Ken y Giles (2017), afirman que la autoeficacia positiva de los docentes es
40

esencial para integración de la tecnología en la práctica educativa. Almerich, Suárez,


Jornet y Orellana, 2011 y Tearle, (2003), más bien, consideran que el poco uso de estas
herramientas se relaciona con la falta de confianza para la implementación de las
tecnologías, más aún si esta implementación se formula en contextos de enseñanza con
objetivos pedagógicos.
Las tres investigaciones previamente mencionadas coinciden en sus hallazgos con
los resultados de esta investigación. Sin embargo, respecto a las dos últimas conclusiones,
podemos decir que, para lograr la implementación de las TIC en la dinámica regular de
enseñanza, no bastaría con que el docente se sienta seguro empleando tecnologías para
diversas tareas, sino que es indispensable que se sienta eficaz empleando tecnologías
como herramientas de apoyo en su práctica pedagógica, pudiendo planificar sus
actividades incorporando las TIC para el logro de sus objetivos educativos. En ese
sentido, estarías apuntando a la integración de tecnologías en la práctica educativa, más
allá de simplemente emplearlas.
El hecho de que la autoeficacia tuviera un efecto mayor sobre el puntaje de uso
de las tecnologías, en comparación con las otras variables analizadas en este estudio,
sugiere que uno de los aspectos que hay que mirar y trabajar para implementar las
tecnologías en un espacio educativo es la sensación de eficacia de los docentes. Al
respecto, pareciera necesario que dentro de los diferentes planes de trabajo con los
docentes se deberían incorporar propuestas de formación que apoyen y acompañen al
docente en el dominio de las herramientas tecnológicas que además deben ser adaptadas
o empleadas para la enseñanza. Estas propuestas podrían contemplar los cuatro elementos
que Bandura propone para generar creencias de eficacia para una tarea específica, además
de recursos propios de los programas de formación como la tutoría, el acompañamiento
y la retroinformación permanente; todos, orientados a la autoreflexión del propio proceso
de aprendizaje.
Pensando en ello, las propuestas de formación con las que actualmente cuenta la
universidad tendrían que redefinir sus objetivos en cuanto a la formación de docentes en
tecnologías, estableciendo como objetivos de aprendizaje más bien que los participantes
logren articular los espacios virtuales o las herramientas digitales con los procesos de
enseñanza aprendizaje que dispone la institución en cuestión.
Del mismo modo, la relación encontrada entre la frecuencia de uso de las
herramientas tecnológicas y la cultura y liderazgo tecnológico que demuestran las áreas
académicas estaría demostrando la importancia de contar con referentes que promueven
41

y motivan a los docentes a emplear recursos tecnológicos, con la finalidad de que se


conviertan en prácticas regulares en sus propias prácticas de enseñanza. Tal como
menciona Salinas (2004), en la implementación de las TIC en el contexto educativo es
necesario el compromiso y participación de todos los agentes de la institución educativa;
lo que, a su vez, predeciría una integración optima de estas herramientas (Area, 2010).
Los resultados de esta investigación avalan estas dos conclusiones previamente revisadas.
En este sentido, ya que la institución cuenta con políticas para la implementación de
tecnologías y evalúa a los docentes en el uso de estas herramientas, quizá sea
recomendable formalizar los procesos de implementación de tecnologías en diferentes
áreas como en los planes de estudio o carpetas instruccionales de cada carrera; pero
además, pensando en lograr no solo la implementación sino la integración óptima de estas
herramientas como parte del proceso de enseñanza-aprendizaje, tanto las políticas como
los criterios de evaluación podrían ajustarse a fin de promover el uso articulado de estas
herramientas con los objetivos pedagógicos de cada curso.
Asimismo, las creencias pedagógicas no solo estarían prediciendo el uso de las
tecnologías por parte de los docentes (Ertmer et al, 2015; Becker, 2000, citado en Ertmer
et al, 2015; Boza, Tirado y Guzmán, 2010); sino que específicamente, las creencias con
enfoque tradicional, representadas a través de las creencias del rol centrado en el docente
(Ravitz, Becker y Wong, 2000), tendrían un efecto negativo sobre frecuencia de uso de
tecnologías por parte de los docentes (Almerich, Orellana y Díaz-García, 2015; Hermans,
Tondeur, van Braak, y Valcke, 2008). En otras palabras, los enfoques de enseñanza
tradicionales podrían dificultar el uso de las tecnologías en los contextos educativos y,
más bien, son los enfoques de enseñanza constructivistas los que permitirían la
implementación exitosa de las tecnologías en las instituciones educativas, tal como lo
mencionan Kim, C., Kim, M., Lee, Spector y DeMeester (2013) y Wong & Li (2008,
citado en Buabeng, 2012). Esto pareciera indicar que, si se deseara cambiar las prácticas
docentes, buscando emplear más las tecnologías en aula, se necesitaría analizar mejor las
creencias que sirven de soporte y facilitarían esas prácticas (Ertmer et al, 2015).
Partiendo de estos resultados, sería necesario orientar las prácticas de enseñanza
de la institución educativa hacia enfoques más constructivistas, de tal manera que la
incorporación de las TIC sea una meta cada vez más cercana de alcanzar, tal como sugiere
Stiegelbauer (1991, citado en Ertmer et al, 2015). Esto se podría lograr a través de tareas
como: la adaptación del modelo educativo y didáctico de la universidad; la capacitación
docente en metodologías de enseñanza activa y el fomentar su implementación;
42

acompañar el proceso de reaprendizaje del docente con asesoramiento y


retroinformación, tal como se mencionó previamente; diseñar sistemas de evaluación que
den cuenta del proceso de aprendizaje y no solo de los resultados; entre otros.
Hasta el momento se han discutido los principales resultados de esta investigación.
Siguiendo con la discusión, como último punto, es importante comentar las fortalezas y
limitaciones metodológicas relacionadas a los resultados obtenidos, así como las posibles
futuras líneas de investigación que se podrían seguir a partir de esta investigación.
Una fortaleza resaltante de este estudio es el recojo de información a través de una
modalidad virtual. El emplear una herramienta virtual que se adapte al tipo de
instrumentos que se emplearon en este estudio (escalas Likert) permitió la distribución
del instrumento de una manera más rápida y alcanzar la participación del 20% de la
población de docentes. Si bien esto se puede considerar una fortaleza para el estudio,
como limitación se puede mencionar que la cantidad de ítems que contenía el cuestionario
era bastante alta, por lo que el tiempo de aplicación fue más extenso de lo esperado.
Otra de las fortalezas de este estudio es la construcción de diversos instrumentos
válidos y confiables con los que no se contaba anteriormente; como es el caso del Uso de
TIC, la autoeficacia para el uso de TIC en docentes universitarios, y la cultura y liderazgo
tecnológico de la institución educativa. Cabe resaltar que los procedimientos de
validación exhaustivos de los instrumentos que se llevaron a cabo fueron determinantes
para validar los resultados encontrados en esta investigación.
Dado que dentro de los criterios de inclusión de la muestra se solicitó la
participación de docentes que trabajaban en la sede Lima de la institución, excluyendo a
los que trabajan en las sedes de provincia, no se han podido realizar comparaciones entre
las sedes respecto a los puntajes obtenidos en las variables estudiadas. La razón principal
de esta decisión fue la dificultad implicada en el recojo de información en estas sedes que,
pese a que se pudo recoger esta información de manera virtual, se dificultaba la
comunicación y el control en el recojo de información.
Por otra parte, dentro de los datos solicitados a los participantes, un aspecto que
resultó importante de considerar al momento de analizar los resultados de los factores
estudiados fue la capacitación de los docentes en uso de TIC. Se pensó en algún momento
solicitar esta información a través del instrumento, sin embargo, había dificultades en la
sistematización de esta información, dado que no se pudieron definir con exactitud los
criterios para determinar qué significaba haber sido capacitado en el uso de tecnologías;
en otras palabras, al existir una variedad de capacitaciones sobre este tema, era
43

complicado determinar en qué casos un docente realmente había sido capacitado en el uso
de TIC.
Ahora bien, a partir de los resultados encontrados en esta investigación, se
sugieren como líneas de investigación futuras, en primer lugar, que se estudie de manera
más detallada o a través de otras modalidades de recojo de información, como la
cualitativa, las creencias pedagógicas que poseen los docentes que dictan en entornos
universitarios. Definir con mayor claridad cuál es el enfoque de enseñanza o los conceptos
que manejan los docentes sobre la educación, metodología activa, rol del estudiante en su
aprendizaje, uso de recursos tecnológicos, entre otros, podría dar mayor detalle de las
razones por las cuales los docentes se limitan o no a incorporar tecnologías en su práctica
educativa, incluso, la se podría obtener una correlación más fuerte con el uso de las TIC.
En segundo lugar, una variable considerada importante para el estudio de la
implementación de las TIC en la educación es la capacitación docente en tecnologías para
la enseñanza. Investigaciones futuras podrían medir esta variable con el fin de poder
determinar su influencia sobre el uso de TIC, el papel que juega en la sensación de
autoeficacia de los docentes, las relaciones que se podrían encontrar con otras variables
o las diferencias entre los grupos que se han establecido a través de las variables
sociodemográficas. Incluso, sería aún más interesante dividir esta variable en dos grupos:
capacitaciones en tecnologías en general y capacitaciones en tecnologías para la
enseñanza. Con esta división, se podría orientar mejor las propuestas formativas en
tecnologías que ofrecen las universidades para sus docentes. Tal como algunos autores
proponen, los docentes que participarían de programas de formación continua sobre TIC
podrían manifestar niveles más altos de autoeficacia en el manejo de estas herramientas,
y, por ende, mayor uso de estas (García, Días, Sorte, Díaz-Pérez, Rita Leal y Gandra,
2014).
En tercer lugar, en la discusión referente a la autoeficacia se discute sobre dos de
los factores de influencia para generar creencias de autoeficacia propuestos por Bandura:
la experiencia activa y la vicaria. Sería interesante que, en futuras investigaciones, a través
del análisis más exhaustivo de la autoeficacia docente, se puedan discutir los otros dos
factores de influencia como la persuasión verbal que acompaña el proceso de integración
exitosa de las TIC, o los estados fisiológicos y afectivos que se producen en consecuencia
del éxito o fracaso en el uso de herramientas tecnológicas; todo con la finalidad de tener
más claros los pasos a seguir para poder trabajar el sentido de eficacia de los docentes
44

respecto al uso de herramientas tecnológicas y esperar que no solo las empleen sino que
se integren en su práctica como herramientas que facilitan el aprendizaje.
En cuarto lugar, con la finalidad de tener más claridad en los aspectos culturales
que podrían tener mayor influencia en los docentes para emplear las tecnologías en su
enseñanza, sería interesante que se profundice más este factor externo, a través del análisis
detallado de las acciones concretas que tanto la institución como los agentes educativos
realizan para promover el uso de las TIC. Pero además de ello, incorporar otros agentes
educativos como los administrativos, quienes se comunican a través de medios
tecnológicos con los docentes, o los mismos alumnos, quienes ya vienen con una cultura
tecnológica aprendida.
Finalmente, un reto interesante que surge a raíz de la revisión de este estudio es
definir qué pasa cuando se usan herramientas tecnológicas; ya sea en los aprendizajes, en
la misma práctica del docente, en la forma de enseñar o transmitir el conocimiento, entre
otros. En otras palabras, las investigaciones futuras podrían medir el impacto que tiene
emplear estas herramientas en los diferentes contextos educativos, a fin de determinar el
grado en el que favorecen la práctica educativa del docente y cómo estas se alinean e
incorporan a los modelos de enseñanza de cada institución educativa.
Asimismo, a partir de lo previamente discutido, se proponen como conclusiones
que, en primer lugar, la implementación exitosa de tecnologías en la práctica educativa
depende tanto de factores internos como externos al docente. En segundo lugar, al
observar que el mayor impacto en la frecuencia de uso de las TIC recae en un factor
interno, la autoeficacia, se puede confirmar lo mencionado en la literatura con respecto a
la dificultad de superar las barreras de segundo orden (factores internos), que es incluso
mayor que a las de primer orden (factores externos), por su carácter bastante arraigado al
docente (Brickner, 1995, citado en Boza, Tirado y Guzmán, 2010; Dede, 1998, citado en
Ertmer, 1999).
En tercer lugar, ya que la autoeficacia en el uso de TIC, la cultura tecnológica y
las creencias pedagógicas de los docentes son condiciones centrales para implementar las
tecnologías en el contexto de educación superior, se sugiere que tanto las políticas de
implementación de TIC de la institución como las propuestas de formación en TIC para
los docentes, orienten sus esfuerzos al involucramiento de estos tres factores como ejes
centrales de sus propuestas. Pero además, pensando en la integración de estas
herramientas articuladas con los objetivos y metodología de enseñanza del docente,
convendría realizar ajustes tanto en los criterios de evaluación docente, prestando
45

atención principalmente a la habilidad del docente para seleccionar la herramienta más


adecuada para sus objetivos pedagógicos; y en las propuestas de formación que logren la
articulación de las TIC con los procesos de enseñanza-aprendizaje, y que como
consecuencia, promuevan el desarrollo de la sabiduría digital en los docentes.
En cuarto lugar, esta investigación se enfocó en algunos de los factores internos y
externos a los docentes con respecto a la implementación de tecnologías, los cuales han
sido revisados a nivel mundial. El estudio de otros factores internos como los tipos de
motivación docente en relación a las tecnologías, la satisfacción en el uso de estas
herramientas, las creencias docentes sobre las tecnologías, la actitud o disposición del
docente frente a las herramientas tecnológicas o la apertura al cambio; y factores externos
como las políticas institucionales respecto al uso de herramientas tecnológicas en la
práctica educativa, la evaluación docente que emplea indicadores de uso de recursos
tecnológicos o el tiempo que toma diseñar una sesión de clase incorporando tecnologías;
permitiría determinar mejor la propuesta de trabajo para integrar las TIC en el sistema
educativo superior.
En nuestro país se ha ido considerando a las TIC como potentes recursos de apoyo
a la enseñanza por las diferentes iniciativas que se observan en las instituciones de
educación superior. Si las universidades ofrecen recursos y orientan sus esfuerzos a
incorporar las tecnologías a través del logro de objetivos que contemplan los factores ya
mencionados, brindará a su vez, la oportunidad a miles de docentes de desarrollar
habilidades para el manejo de TIC en aula y la creación de sus propios recursos
tecnológicos, lo que les permitirá convertirse en profesionales competentes y preparados
para ofrecer una educación superior de calidad.
46

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51

Apéndices

Apéndice A: Cuestionario de uso de recursos tecnológicos en aula


Responda a la siguiente pregunta sobre el uso de los recursos tecnológicos en su enseñanza.
MARCANDO la opción que más se aproxime a su realidad.
¿Con qué frecuencia utiliza usted recursos tecnológicos para las siguientes actividades?
Casi
Nunca Rara vez Algunas veces Siempre
siempre
0 1 2 3 4

Actividad 0 1 2 3 4
1. Buscar información en la web que me ayude a complementar el
contenido de mis clases.
2. Descargar o subir información necesaria para el desarrollo de mis
clases.
3. Compartir archivos o contenidos a través de medios tecnológicos con
mis colegas o estudiantes.
4. Interactuar con mis colegas o alumnos (por ejemplo. teléfono móvil.
chat. plataformas educativas. correo electrónico).
5. Elaborar productos en colaboración (en grupo).
6. Crear contenidos digitales como recursos para mis clases (por
ejemplo. texto. tablas. imágenes. audio. etc.).
7. Diseñar otros recursos de mayor complejidad para mis clases (por
ejemplo. infografías. revistas digitales. herramientas de las
aplicaciones. herramientas de plataformas educativas. organizadores
visuales en línea. etc.).
8. Realizar acciones básicas para proteger mis dispositivos digitales (por
ejemplo. usar un antivirus. contraseñas. etc.).
9. Compartir cierto tipo de información sobre mí mismo y sobre otros.
10. Resolver tareas rutinarias escogiendo la herramienta digital más
adecuada.
11. Resolver tareas no rutinarias explorando las posibilidades
tecnológicas.
12. Aprender a hacer algo nuevo para incorporarlo en el desarrollo de mis
clases.
52

Apéndice B: Cuestionario de autoeficacia en el uso de TIC


A continuación, se le presentan afirmaciones sobre qué tan seguro se siente usted usando
tecnologías para la enseñanza. MARQUE la opción que represente mejor qué su
experiencia.

Moderadamente Muy Bastante


Nada seguro Poco seguro
seguro seguro seguro
0 1 2 3 4

Me siento…
De poder… 0 1 2 3 4
1. Identificar los diferentes tipos de programas.
2. Instalar y desinstalar un programa.
3. Guardar. imprimir y adjuntar archivos.
4. Identificar los exploradores. ventanas. carpetas. escritorio. panel de
tareas. íconos de acceso directo. etc.
5. Reconocer y utilizar las principales funciones de los sistemas
operativos (búsqueda de archivos. copiar. pegar. eliminar. papelera de
reciclaje. unidades de disco).
6. Distinguir los diferentes navegadores.
7. Enviar un mail.
8. Descargar imágenes. PDF. mp3. videos. programas de licencia libre.
9. Identificar el potencial pedagógico de los materiales multimedia.
10. Reconocer ventajas y limitaciones de los materiales “en línea” para la
enseñanza.
11. Identificar sitios Web de interés educativo. tanto generales como
específicos del área o disciplina que enseño.
12. Integrar. adecuada y significativamente. recursos digitales y
herramientas tecnológicos en las diferentes actividades de enseñanza.
13. Evaluar el desarrollo de propuestas de enseñanza que integren recursos
tecnológicos.
14. Identificar motivos por los cuales las tecnologías deben incluirse en
las prácticas educativas.
15. Distinguir los modos en los cuales las tecnologías se pueden integrar
en la institución educativa universitaria.
16. Emplear una variedad de tecnologías por su potencial pedagógico más
que por su potencialidad técnica.
17. Utilizar diferentes aplicaciones útiles para el registro de información
relativa a las actividades planteadas en la enseñanza: planillas de
cálculo. bases de datos. líneas de tiempo. diagramas de Gantt. etc.
18. Implementar estrategias para la elaboración colaborativa de proyectos
o trabajos utilizando entornos virtuales (herramientas de producción
colaborativa. aulas virtuales. etc.).
19. Integrar el uso de entornos virtuales y otras herramientas tecnológicas
para la gestión del proyecto institucional.
53

Apéndice C: Cuestionarios de acceso y soporte técnico para las TIC

Lea las siguientes afirmaciones sobre el acceso a las herramientas tecnológicas de la


universidad y MARQUE la opción que describa mejor su apreciación.

Es…
El acceso a… Muy Muy
Malo Regular Bueno
malo bueno
1. La computadora. incluyendo sus elementos.
2. Los programas de la computadora.
3. Al proyector.
4. Al internet de la computadora.
5. La descarga y subida de archivos.
6. Al Wifi de la universidad.
7. Al portal docente de la universidad.
8. La plataforma educativa de la universidad
(Canvas).

9. Soporte técnico

Lea las siguientes afirmaciones sobre el soporte técnico con el que cuenta la universidad y
MARQUE la opción que describa mejor su apreciación.

Totalmente en En Ni de acuerdo ni De Totalmente


desacuerdo desacuerdo en desacuerdo acuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5

Afirmación 1 2 3 4 5
1. El personal de soporte técnico me ayuda con las dificultades que se
presentan al usar la computadora o proyector.
2. Puedo acudir al personal de soporte técnico en cualquier momento.
3. Es sencillo comunicarme con el personal de soporte técnico en cuanto
lo necesito.
4. El personal de soporte técnico está preparado para resolver cualquier
dificultad que se presente con los equipos.
5. El personal de soporte técnico me ofrece soluciones adecuadas y
rápidas para las dificultades que se presentan con los equipos.
54

Apéndice D: Cuestionario de Cultura y liderazgo tecnológico

Lea las siguientes afirmaciones sobre la cultura y liderazgo tecnológico de la institución y


MARQUE la opción que describa mejor su experiencia.

Totalmente en En Ni de acuerdo ni De Totalmente


desacuerdo desacuerdo en desacuerdo acuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5

Afirmación 1 2 3 4 5
13. La universidad desarrolla actividades que promueven el uso de la
tecnología para las prácticas de enseñanza aprendizaje.
14. La universidad ofrece programas o cursos de formación en tecnologías
para la educación.
15. La universidad usa recursos tecnológicos para gestionar la
información (inscripciones. asistencia. plataformas virtuales.
aplicaciones para alumnos y docentes. entre otros).
16. La universidad se comunica conmigo por medio de recursos
tecnológicos (por ejemplo. correos electrónicos).
17. La universidad mantiene en buen estado los equipos tecnológicos.
18. La universidad mantiene actualizados los programas de sus
computadoras.
19. Mi área académica promueve el uso de la tecnología mediante
actividades académicas.
20. Mi área académica me incentiva a capacitarme en el uso de
tecnologías para la enseñanza.
21. Mi área académica incorpora las tecnologías dentro del plan de
estudios como recursos para la enseñanza.
22. Mi área académica se comunica conmigo a través de recursos
tecnológicos (por ejemplo. correos electrónicos).
23. Mi área académica fomenta la interacción con otros a través de
recursos tecnológicos.
55

Apéndice E: Porcentaje de varianza explicada de análisis factoriales exploratorios


Porcentaje de varianza explicada de los análisis factoriales exploratorios
Escala Áreas % varianza
Información y comunicación 49.23
Uso de las TIC
Creación y protección de recursos tecnológicos 11.36
Creencias sobre el rol centrado en el docente 28.99
Creencias pedagógicas
Creencias sobre el rol centrado en el alumno 24.42
Autoeficacia en tareas generales con TIC 57.21
Autoeficacia en el uso de
Autoeficacia en tareas para la enseñanza con 13.91
TIC
TIC
Valoración de recursos TIC de uso personal 46.90
Valoración de las TIC
Valoración de recursos TIC institucionales 13.36
Acceso a las TIC - 64.87
Soporte técnico - 75.66
Cultura y liderazgo tecnológico de la 65.60
Cultura y liderazgo universidad
tecnológico Cultura y liderazgo tecnológico del área 10.04
académica
56

Apéndice F: Pruebas de KMO y esfericidad de Bartlett.


Valor de significancia
Medida de KMO de Prueba de esfericidad de
Medidas
adecuación del muestreo Bartlett
Uso de TIC .877 χ2 = 1227.279; gl = 66; p < .00
Creencias pedagógicas .733 χ2 = 408.930; gl = 36; p < .00
Autoeficacia para el uso de
.927 χ2 = 3633.353; gl = 171; p < .00
TIC
Valoración de las TIC .834 χ2 = 673.877; gl = 36; p < .00
Accesibilidad a las TIC .905 χ2 = 1111.045; gl = 28; p < .00
Soporte técnico .866 χ2 = 839.410; gl = 10; p < .00
Cultura y liderazgo
tecnológico de la .899 χ2 =1903.521; gl = 55; p < .00
Universidad
57

Apéndice G: Protocolo de consentimiento informado para participantes

El propósito de este protocolo es brindar a los y a las participantes en esta investigación,


una explicación clara de la naturaleza de esta, así como del rol que tienen en ella.

La presente investigación es conducida por Adriana Salcedo Frisancho, estudiante de la


maestría Cognición. Aprendizaje y Desarrollo de la Pontificia Universidad Católica del
Perú, asesorada por el Mg. Oscar Pain Lecaros. El objetivo de esta investigación es
estudiar los factores que influyen en el uso de las TIC en los docentes universitarios.

Si usted accede a participar en este estudio, se le pedirá responder un cuestionario, lo que


le tomará 20 minutos aproximadamente. Para ello, solo se requiere del registro de sus
respuestas en el cuestionario que se le presentará a continuación.
Su participación será voluntaria. La información que se recoja será estrictamente
confidencial y no se utilizará para ningún otro propósito que no esté contemplado en esta
investigación. Los resultados serán compartidos de manera grupal con la institución
cuando el estudio haya finalizado.
El cuestionario resuelto por usted será confidencial, por ello serán codificados utilizando
un número de identificación.
Si tuviera alguna duda con relación al desarrollo del proyecto, usted es libre de formular
las preguntas que considere pertinentes. Además, puede finalizar su participación en
cualquier momento del estudio sin que esto represente algún perjuicio para usted. Si se
sintiera incómoda o incómodo frente a alguna de las preguntas, puede ponerlo en
conocimiento de la persona a cargo de la investigación y abstenerse de responder.

Muchas gracias por su participación.

Yo. __________________________________________________________________
doy mi consentimiento para participar en el estudio y soy consciente de que mi
participación es enteramente voluntaria. He recibido información en forma virtual sobre
el estudio mencionado anteriormente.
Entiendo que puedo finalizar mi participación en el estudio en cualquier momento, sin
que esto represente algún perjuicio para mí.
Entiendo que recibiré una copia de este consentimiento y que los resultados serán
compartidos con la institución de manera grupal, protegiendo en todo momento mi
identidad. También tengo la posibilidad de pedir información sobre los resultados de este
estudio cuando éste haya concluido. Para esto puedo comunicarme con la investigadora
Adriana Salcedo Frisancho al correo adrisf22@gmail.com.

Nombre completo del (de la) participante Firma Fecha

Nombre del Investigador responsable Firma Fecha


58

Apéndice H: Comparación de medianas según Sexo


Diferencia de medianas entre varones y mujeres respecto a las variables estudiadas.
Sig.
U de Mann-
W de Wilcoxon Z asintótica
Whitney
(bilateral)
Información y comunicación 4214.50 15690.50 -.235 .814
Creación y protección de
3917.50 5570.50 -.999 .318
recursos
Puntaje total uso de TIC 3974.50 5627.50 -.851 .395
Creencias sobre el rol
3441.50 5094.50 -2.235 .025*
centrado en el docente
Creencias sobre el rol
3835.50 5488.50 -1.216 .224
centrado en el estudiante
Autoeficacia en tareas
4061.00 15537.00 -.638 .523
generales con TIC
Autoeficacia en tareas para la
4124.50 5777.50 -.463 .643
enseñanza con TIC
Puntaje total autoeficacia en
4294.00 15770.00 -.025 .980
el uso de TIC
Valoración de recursos TIC
3745.00 5398.00 -1.468 .142
de uso personal
Valoración de recursos TIC
3952.50 15428.50 -.925 .355
institucionales
Puntaje total valoración de las
4219.50 15695.50 -.218 .828
TIC
Puntaje total accesibilidad 4005.50 15481.50 -.774 .439
Puntaje total soporte técnico 3848.50 15324.50 -1.190 .234
Cultura y liderazgo
4089.00 15565.00 -.559 .576
tecnológico de la universidad
Cultura y liderazgo
tecnológico de las áreas 3827.50 15303.50 -1.244 .214
académicas
Puntaje total cultura y
3903.50 15379.50 -1.038 .299
liderazgo tecnológico
Se muestran significaciones asintóticas (n = 208. p < .05).
59

Apéndice I: Comparación de medianas según Facultad


Diferencia de medianas entre los grupos de carreras de letras y números respecto a las
variables estudiadas.
Sig.
U de Mann- W de
Z asintótica
Whitney Wilcoxon
(bilateral)
Información y comunicación 4153.00 8431.00 -2.81 .005*
Creación y protección de
4734.00 9012.00 -1.40 .162
recursos
Puntaje total uso de TIC 4524.50 8802.50 -1.88 .060
Creencias sobre el rol centrado
4094.50 10880.50 -2.89 .004*
en el docente
Creencias sobre el rol centrado
5261.00 9539.00 -.18 .861
en el estudiante
Autoeficacia en tareas
4653.00 11439.00 -1.61 .106
generales con TIC
Autoeficacia en tareas para la
5208.00 11994.00 -.30 .766
enseñanza con TIC
Puntaje total autoeficacia en el
5066.50 11852.50 -.63 .531
uso de TIC
Valoración de recursos TIC de
4446.50 8724.50 -2.10 .036*
uso personal
Valoración de recursos TIC
4780.50 9058.50 -1.31 .189
institucionales
Puntaje total valoración de las
4630.00 8908.00 -1.64 .100
TIC
Puntaje total accesibilidad 5242.00 12028.00 -.22 .826
Puntaje total soporte técnico 5162.00 9440.00 -.41 .683
Cultura y liderazgo tecnológico
4656.50 11442.50 -1.59 .112
de la universidad
Cultura y liderazgo tecnológico
5033.00 9311.00 -.71 .477
de las áreas académicas
Puntaje total cultura y
5166.00 11952.00 -.40 .692
liderazgo tecnológico
Se muestran significaciones asintóticas (n = 208. p < .05).
60

Apéndice J: Tabla de correlaciones de todas las variables

Creencia Creencias Autoefic Autoefica Puntaje Valoració Valoraci


Creación Puntaje Cultura y Cultura y
Inform s sobre sobre el acia en cia en total n de ón de Puntaje Puntaje Puntaje total
y Puntaje total liderazgo liderazgo
ación y el rol rol tareas tareas para autoefica recursos recursos total total cultura y
protecci total uso valoraci tecnológico tecnológico
comun centrado centrado generale la cia en el TIC de TIC accesib soporte liderazgo
ón de de TIC ón de las de la de las áreas
icación en el en el s con enseñanza uso de uso instituci ilidad técnico tecnológico
recursos TIC universidad académicas
docente estudiante TIC con TIC TIC personal onales
Información y comunicación 1 .600** .771** -.172* .146* .331** .430** .432** .264** .374** .389** .212** .159* .269** .275** .289**
Creación y protección de
.600** 1 .972** -.167* .053 .369** .602** .570** .217** .267** .289** .071 .024 .166* .273** .238**
recursos
Puntaje total uso de TIC .771** .972** 1 -.183** .085 .391** .606** .580** .250** .323** .344** .119 .065 .211** .298** .274**
Creencias sobre el rol
-.172* -.167* -.183** 1 .108 -.104 -.055 -.078 -.080 -.100 -.107 -.078 -.023 -.061 -.061 -.065
centrado en el docente
Creencias sobre el rol
.146* .053 .085 .108 1 .166* .145* .166* .233** .245** .278** .157* .191** .198** .191** .206**
centrado en el estudiante
Autoeficacia en tareas
.331** .369** .391** -.104 .166* 1 .651** .837** .216** .442** .423** .140* .111 .194** .178* .197**
generales con TIC
Autoeficacia en tareas para
.430** .602** .606** -.055 .145* .651** 1 .960** .244** .375** .382** .088 .038 .078 .178* .141*
la enseñanza con TIC
Puntaje total autoeficacia en
.432** .570** .580** -.078 .166* .837** .960** 1 .255** .433** .431** .115 .068 .127 .194** .174*
el uso de TIC
Valoración de recursos TIC
.264** .217** .250** -.080 .233** .216** .244** .255** 1 .443** .720** .173* .179** .146* .100 .128
de uso personal
Valoración de recursos TIC
.374** .267** .323** -.100 .245** .442** .375** .433** .443** 1 .941** .295** .283** .318** .305** .330**
institucionales
Puntaje total valoración de
.389** .289** .344** -.107 .278** .423** .382** .431** .720** .941** 1 .294** .286** .301** .273** .304**
las TIC
Puntaje total accesibilidad .212** .071 .119 -.078 .157* .140* .088 .115 .173* .295** .294** 1 .471** .469** .393** .454**
Puntaje total soporte técnico .159* .024 .065 -.023 .191** .111 .038 .068 .179** .283** .286** .471** 1 .409** .370** .412**
Cultura y liderazgo
.269** .166* .211** -.061 .198** .194** .078 .127 .146* .318** .301** .469** .409** 1 .771** .930**
tecnológico de la universidad
Cultura y liderazgo
tecnológico de las áreas .275** .273** .298** -.061 .191** .178* .178* .194** .100 .305** .273** .393** .370** .771** 1 .951**
académicas
Puntaje total cultura y
.289** .238** .274** -.065 .206** .197** .141* .174* .128 .330** .304** .454** .412** .930** .951** 1
liderazgo tecnológico
**. La correlación es significativa en el nivel 0.01 (bilateral). *. La correlación es significativa en el nivel 0.05 (bilateral)

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