Caso Clínico
Caso Clínico
Caso Clínico
Sus padres habían notado nerviosismo, poca tolerancia al calor y ánimo más
decaído. No presentaba deposiciones diarreicas, ni había padecido taquicardias,
disminución de peso o caída del cabello. Mantenía un ritmo de sueño normal y el
rendimiento escolar era adecuado. Aparición de menarquia a los diez años con
menstruaciones regulares. Tomaba en la dieta sal yodada, con alimentación
variada.
Somatometría
Peso 55,5 kg (percentil 97 [P97] +1,93 desviaciones estándar [DE]); talla 157,6 cm
(P98 +2,1 DE); índice de masa corporal (IMC) 22,34 kg/m2 (P85 +1,08 DE).
Superficie corporal 1,56 m2.
Exploración física
Pruebas complementarias
• Analítica: perfil tiroideo de hormona estimulante del tiroides (TSH): 0,03 µU/ml
(valores normales [VN]: 0,35-4,47); T4 libre: 1,16 ng/dl; T3 libre: 4,99 pg/ml (VN:
0,79-1,49).
• Bioquímica: glucosa: 98 mg/dl; proteínas totales: 7,6 mg/dl; calcio: 10,1 mg/dl;
colesterol total: 147 mg/dl; GOT: 18 UI/l; GPT: 14 UI/l; GGT: 14 UI/l.
Ante estos resultados, se repite analítica al mes sin iniciar tratamiento antitiroideo
con evidencia de aumento de TSH (16,28 µU/ml) y normalización de los niveles de
T4 libre (0,58 ng/dl), con autoinmunidad tiroidea positiva (anticuerpos
antitiroglobulina 1512 UI/ml, anticuerpos antimicrosomales >100 UI/ml) e
inmunoglobulina tiroestimulante negativa (<1 U/l). Se descarta enfermedad celiaca
y otras patologías autoinmunes asociadas (anticuerpos antinucleares,
antimitocondriales, antimúsculo liso y anticélula parietal gástrica negativos).
Diagnóstico inicial
Tratamiento y evolución
Comentarios
El tiroides es una glándula que se encuentra situada en la parte anterior del cuello,
y es la responsable de la secreción de las hormonas tiroideas: tiroxina o T4, y
triyodotironina o T3 (Fig. 1). Estas hormonas se encargan de regular aspectos
importantes del crecimiento, el desarrollo y las funciones de las células y órganos
de nuestro organismo a lo largo de toda la vida, incluidas las neuronas de nuestro
cerebro. La hormona tirotropa o TSH, que es segregada por la hipófisis, situada en
la base del cráneo, tiene la función de promover y estimular la función y secreción
del tiroides. Este control toma la forma de una retroalimentación negativa: cuando
la secreción de tiroides (T4 y T3) disminuye, se estimula compensatoriamente la
secreción de TSH; y viceversa, cuando la secreción de T4 y T3 aumenta, la
secreción de TSH disminuye. Por este motivo, en los análisis de sangre que
normalmente se realizan para estudiar la función tiroidea, el aumento de TSH
sugiere que la función del tiroides está disminuida. La glándula tiroides, por su
tamaño y ubicación, puede explorarse por palpación. Cuando la función tiroidea
está patológicamente deprimida, aparece hipotiroidismo, y cuando la función
tiroidea está patológicamente incrementada, hipertiroidismo 1.
Hipotiroidismo
Clínica
Diagnóstico
Tratamiento