Fructose Mia
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Los pacientes con esta enfermedad son normales mientras reciben lactancia materna. Una
vez que se introducen fórmulas con azúcar, medicamentos con azúcar o frutas, aparecen
náuseas, vómitos, palidez, sudoración, temblor, letargia e incluso convulsiones provocados
por la hipoglicemia. Si no se sospecha y no se suspende la fructosa, los pacientes dejan de
crecer, aparece hepatomegalia con aumento de bilirrubina y de transaminasas, ictericia,
sangramiento, edema y ascitis. Si se mantiene el consumo de fructosa presentarán
insuficiencia hepática y alteración de la función tubular proximal renal con proteinuria e
hiperaminoaciduria. Se ha observado que los lactantes en forma espontánea no toleran
alimentos con azúcar y las madres lo excluyen de la dieta. En niños mayores se puede
producir una aversión por alimentos con fructosa, aunque esto puede ser interpretado como
rasgos psicóticos.
En la mayoría de los casos el tratamiento precoz tiene excelente resultado. Una vez
instaurado el tratamiento sin fructosa, desaparecen los vómitos; en 3 días se normaliza la
disfunción renal y mejora la condición general. Cuando hay alteración hepática o renal
aguda se restringen las proteínas, y se normaliza su ingesta, cuando desaparece la fibrosis
intralobular y hay disminución de la fibrosis periportal. Sin embargo la vacuolización grasa
en las células hepáticas persiste, siendo necesario controlar frecuentemente la función
hepática. La esteatosis y hepatomegalia desaparecen después de 5 a 10 años con la dieta
libre de fructosa
Bibliografía
Alteraciones del metabolismo de la fructosa. SciELO. Agosto 2004 Vol.31, No.2
Intolerancia hereditaria a la fructosa
Definición de la enfermedad
La intolerancia hereditaria a la fructosa (IHF) es un trastorno autosómico recesivo
del metabolismo de la fructosa, producido por la deficiencia de la actividad fructosa
1-fosfato aldolasa hepática que conduce a trastornos gastrointestinales e
hipoglucemia postprandial siguiendo la ingesta de fructosa. La IHF es una
condición benigna cuando se trata, pero pone en riesgo la vida y es
potencialmente fatal en ausencia de tratamiento.
Epidemiología
Se ha estimado que la prevalencia es de 1 en 20.000 en Europa, siendo la frecuencia de
portadores de alrededor de 1 en 70. La prevalencia de la IHF en la población adulta es
desconocida.
Descripción clínica
La IHF se presenta durante la lactancia en el momento del destete (cuando la fructosa se
incorpora a la dieta), manifestándose con hipoglucemia, acidosis láctica, cetosis con
vómitos recurrentes, dolor abdominal y manifestaciones sistémicas tras el consumo de
alimentos que contienen fructosa. Una ingesta persistente de fructosa y azúcares
relacionados (tales como sacarosa y sorbitol) puede conducir a un retraso del crecimiento,
hepatomegalia, disfunción tubular proximal, fallo hepático y renal, convulsiones, coma y
riesgo de deceso. Todos los afectados que alcanzan la edad adulta, desarrollan una aversión
natural a las frutas y a los dulces y describen un largo historial de por vida de vómitos e
hipoglucemia tras la ingesta de fructosa. Las caries dentales están ausentes en una
proporción significativa de la población adulta con IHF (lo que puede ser indicativo del
diagnóstico). A veces, se puede realizar el diagnóstico en un adulto que, debido a su
aversión a la fructosa, ha rechazado todos los alimentos que la contienen desde la infancia.
Etiología
La IHF se produce por mutaciones en el gen ALDOB (9q22.3), que codifica la enzima
aldolasa B. Los individuos afectados no pueden metabolizar la fructosa por completo en el
hígado, el intestino y los riñones debido a la deficiencia de fructosa 1-fosfato aldolasa B,
resultando en una acumulación del sustrato fructosa 1-fosfato y la subsecuente depleción de
adenosina trifosfato.
Métodos diagnósticos
El diagnóstico temprano es esencial, ya que los afectados pueden disfrutar de una vida libre
de síntomas mediante la eliminación de la fructosa de su dieta. Cuando los rasgos clínicos y
el historial nutricional y familiar son sugestivos, la IHF se confirma mediante diagnóstico
molecular a partir de ADN de leucocitos periféricos. Excepcionalmente, cuando no se
identifica ninguna mutación, se puede realizar una biopsia hepática para evaluar la
actividad aldolasa B.
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial incluye la estenosis pilórica, el reflujo gastroesofágico, la
galactosemia, la tirosinemia, la enfermedad de almacenamiento de glucógeno, la
deficiencia de ornitina transcarbamilasa, la enfermedad de Wilson, los tumores del tejido
hematopoyético y linfoide y la malabsorción de fructosa.
Diagnóstico prenatal
El diagnóstico prenatal es técnicamente posible en familias con mutaciones conocidas, pero
no está indicado debido a la naturaleza benigna de esta condición.
Consejo genético
La IHF es una condición autosómica recesiva.
Manejo y tratamiento
Ante la sospecha de IHF, la fructosa debería quedar excluida de la dieta. Esto implica evitar
todo tipo de alimentos que contengan fructosa, sacarosa y/o sorbitol, ya sea de manera
natural o añadidos durante el procesado, incluyendo ciertas preparaciones farmacológicas y
fórmulas para lactantes. Por lo habitual, los efectos clínicos y químicos beneficiosos de la
restricción de fructosa se observan en pocos días. Se pueden prescribir preparaciones
multivitamínicas para suplir la carencia de vitaminas, especialmente de vitamina C y
folatos. En caso de intoxicación aguda, se pueden requerir cuidados intensivos y medidas
de apoyo.
Pronóstico
El pronóstico de la IHF es favorable con un crecimiento, inteligencia y esperanza de vida
normales
Bibliografía