Grimson Alejandro - Los Limites de La Cultura-85-97
Grimson Alejandro - Los Limites de La Cultura-85-97
Grimson Alejandro - Los Limites de La Cultura-85-97
Configuraciones culturales
dades, establecer la inclusión y vincularse con el territorio que coloniales están lejos de cualquier noción clásica de república. Se-
nos exige formular con precisión nuestra propuesta. gún las distintas configuraciones varía el significado de los muer-
Primero, es necesario trasvasar a cualquier noción de "cultura" tos, en particular de los muertos a manos del Estado. Existen espa-
la heterotopía y heterocronía, la desigualdad, el poder y la histori- cios donde fue posible un genocidio, donde son factibles las
cidad. Segundo, conviene señalar que no hay otras analogías que °
masacres policiales del narcotráfico, sin generar consecuencias
éstas y que todo intento de ir más allá convertiría una metáfora jurídicas ni movilización cívica, donde la "lucha social" presupone
productiva en una tergiversación teórica. Tercero, señalar que que se ponen enjuego vidas humanas. Por el contrario, hay países
empíricamente las configuraciones culturales no nacionales con- donde un asesinato político basta para paralizar -por su excepcio-
viven con las nacionales y que entre ellas establecen relaciones nalidad-. a toda la sociedad. Hay valores distintos para el pasado o
múltiples: de ignorancia (como ocurre en diversos movimientos el futuro, y diferentes significados de "pasado" en las diversas con-
estéticos transnacionales), de parte a todo (como en algunas iden- figuraciones. Los países con ciclos económicos y políticos prolon-
tificaciones étnicas o provinciales), de representación extraterri- gados y estables, a veces conservadores. contrastan con los países
torial del todo (como en los procesos específicamen te diaspóri- de ciclos breves o crisis crónicas. Los barrios, ciudades, países o
cos) y muchas otras. corrien tes migratorias con imaginarios de homogeneidad racial o
étnica europeísta contrastan con los postulados del indigenismo,
el mestizaje y el multiculturalismo.
Al mismo tiempo son "campos de posibilidad" porque, en cada
ELEMENTOS DE UNA CONFIGURACIÓN CULTURAL uno de esos espacios simbólicos, los grupos pueden identificarse
públicamente de cierto modo (y no de otros) para presentar sus
El concepto de "configuración cultural" enfatiza la noción de un demandas; y porque el conflicto social (que es inherente a toda
marco compartido por actores enfrentados o distintos, de articu- configuración) se despliega en ciertas modalidades mientras en
laciones complejas de la heterogeneidad social. Una configura- otras permanece obturado.
ción cultural se caracteriza por cuatro elementos constitutivos. En Hay configuraciones culturales (en este caso, países en ciertos
primer lugar, las configuraciones son campos deposibilidad: en cual- contextos históricos) en las cuales los campos de concentración
quier espacio social hay representaciones, prácticas e instituciones ·son posibles. En otras configuraciones no han sido posibles. Pero
posibles (aunque no sean mayoritarias); hay representaciones, cabe recordar que el significado de "campo" fue muy diferente en
prácticas e instituciones imposibles, y hay representaciones, prác- Alemania, la Argentina o Mozambique.l'' En el revés de la trama,
ticas e instituciones que llegan a ser hegemónicas. en ciertos países la impunidad o los juicios por crímenes de lesa
Una ciudad puede ser una configuración cultural. El signifi- humanidad pueden ser posibles o no. Si en un mismo país, ciu-
cado de "barrio" -como el de "espacio público"-varía claramente dad o barrio, un acto relevante posible deviene imposible con el
entre ciudades. Las ciudades con barrios étnicos son distintas de correr del tiempo, porque ha sido erosionado ° socavado, eso
las ciudades cuya distr-ibución espacial está vinculada al nivel de quiere decir que la configuración cultural se ha transformado -al
ingresos de sus habitantes. Las ciudades con un centro cultural y menos en dimensiones decisivas-o De modo análogo, si bien en
político contrastan con los espacios urbanos fragmentados. El sig-
nificado de "gobierno" varía drásticamente entre países, y a veces
dentro de un mismo país. Los países con reyes, con liderazgos po-
líticos religiosos, con gobiernos militares cíclicos o con gobiernos 15 Ornar Ribeiro, comunicación personal.
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todas las sociedades hasta ahora conocidas hay violaciones de mu- Esta frase tiene un vínculo estrecho con ciertos desarrollos de
jeres (Segato, 2003), los modos en que esas violaciones son signi- la teoría antropológica y con la teoría de la complejidad aplicada
ficadas, y las reacciones sociales yjurídicas que suscitan, son muy a las ciencias sociales. En el universo de la teoría cultural, palabras
distintas, y se insertan en regímenes de significación específicos. como "mayor" o "menor" tienen otras especificidades y desplaza-
En un extremo conocido, para los valores de los colonizadores la mientos de significado. Ahora bien, la interrogación misma sobre
violación de las mujeres indígenas era un acto legítimo, que in- la relación entre la parte y el todo tiene su propia historia en la
cluso podía generar orgullo. En ciertas configuraciones culturales antropología (véanse Evans-Pritchard, 1997; Oliven, 1992). Por
el infanticidio es posible. En otras, donde se penaliza de modo otra parte, interesa el señalamiento de que todo depende de si
contundente cualquier asesinato de un niño, es socialmente tole- hayo no interacción entre las partes, y que esa interacción puede
rable -al menos para amplios sectores sociales- que miles de ni- ser variable (produciendo un todo mayor o un todo menor). En
ños mueran por desnutrición u otras causas evitables. términos antropológicos, puesto que un todo siempre debería im-
La literatura, el cine y las artes en general trabajan a veces con plicar que las partes no se ignoran entre sí, la clave radicaría en
esos límites culturales: exploran los significados de traspasarlos y, en cómo comprender las formas específicas en que interactúan.
el mismo movimiento, reponen la contingencia histórica de los sen- La propuesta conceptual de Segara (1998) Yde Briones (2005)
tidos sedimentados. Paul Auster, en Un hombre en la oscuridad, ex- de pensar las formaciones nacionales de alteridad implica que siem-
plora lo que podría haber sucedido si el este demócrata no hubiera pre hay diferencias entre "partes" en un espacio nacional o pro-
aceptado el fallo de la Corte Suprema que legitimó la dudosa ree- vincial. Es decir que, sociodemográficamente, las partes de un
lección del presidente estadounidense G. W. Bush. Imagina una todo podrían ser las mismas en categorías tan vacías como pro-
guerra civil y el surgimiento de los Estados Independientes de Amé- porción de población indígena, europea y afro. Pero, como la ló-
rica. Ficcionalmente, repone un aspecto de los límites de la imagi- gica de producción de identificaciones es siempre localizada y
nación política estadounidense. La pregunta acerca de qué hubiese contingente, esas categorías adquieren significados muy diferen-
sucedido si las cosas se encaminaban de ese modo nos obliga a pre- tes (e incluyen personas muy distintas) en cada contexto social.
guntarnos por qué no atravesaron las fronteras de lo posible. Aunque las partes sean idénticas en términos demográficos, el
La novela El corazón helado, de Almudena Grandes, culmina en todo implica una interrelación específica y distinta entre las par-
un diálogo entre ÁIvaro, uno de los protagonistas de la historia, y tes. A su vez, en términos antropológicos, eso implica que las par-
su madre Angélica. El diálogo puede leerse como una metáfora tes no sean idénticas ni equivalentes. Las personas incluidas en la
que procura indagar cómo fue posible que España mantuviera en categoría "negros" son distintas en los Estados Unidos y en Brasil.
un secreto silencio ciertos episodios tenebrosos sobre los cuales Son categorías localmente significadas y, por lo tanto, habitadas
constituyó su presente. Grandes, que publicó su novela pocos por personas diferentes en cada espacio. Si esto se aceptara, de-
años antes del intento del juez Garzón por volver sobre ese pa- berían perder toda credibilidad los estudios que se siguen soste-
sado, le hace decir a ÁIvaro, que es fisico: "El todo puede ser ma- niendo sobre definiciones puramente objetivistas y pretendida-
yor, menor o igual que la suma de las partes, todo depende de la mente universalistas de "indígena" o "afro", así como los estudios
interacción que se establezca entre estas últimas. Pensad bien en que estructuran preguntas de modo fijo naturalizando la existen-
lo que acabo de decir porque esta es una frase muy importante, y cia de razas o etnias. En caso de optar por la autoidentificación,
lo es en sí misma y porque desemboca en esta otra: sólo podemos habrá que asumir que sólo podrá saberse cuántas personas se de-
afirmar con certeza que el todo es igual a la suma de las partes finen como indígenas o de cualquier otro modo ante los censis-
cuando las partes se ignoran entre sí" (Grandes, 2007: 185). tas en cada contexto censal. Esto último significa considerar re-
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flexivamente que "censo" es un tipo específico de relación social Suele decirse que la cultura es aquello socialmente compartido
entre Estado y sociedad. por un grupo. Sin embargo, el concepto de lo compartido a veces
La idea de que hay una configuración cultural sin que exista se usa para aludir a un aspecto mayoritario de la población (aun-
homogeneidad implica necesariamen te la existencia de una tota- que no sea homogéneo); otras veces para referir a creencias o
lidad conformada por partes diferen tes que no sólo tienen rela- prácticas relevantes para los sectores populares, e incluso a postu-
ción entre sí sino una específica lógica de interrelación. Esa lógica laciones de la elite de su cultura como "cultura nacional" (con
de interrelación entre las partes es el segundo elemento constitutivo mayor o menor pregnancia); y también a elementos presentes en
de una configuración nacional. Esta lógica, que es particular de diversos escenarios, sean o no predominantes en términos cuanti-
cada configuración, puede ser de escisiones dicotómicas en las tativos o cualitativos.
identificaciones políticas o en las divisiones espaciales, articulacio- Si no hubiera nada compartido en ninguna de estas u otras acep-
nes u oposiciones que aparecen con diferentes intensidades en ciones, no estaríamos autorizados a hablar de "configuración cul-
sus instituciones, en su cotidianidad, en las grandes crisis o en los tural". Ése es el cuarto elemento constitutivo de una configura-
conflictos. La heteroglosia no niega la existencia del campo dis- ción cultural. Desde nuestra perspectiva, es dificil que una
cursivo, de géneros. Una configuración no es utópica, es heterotó- configuración tenga unidad ideológica o política, pero sí se ca-
pica. En otras palabras, partimos -como señala Chakrabarty racteriza por desarrollar las fronteras de lo posible, una lógica de
(2008)- de una heterogeneidad constitutiva de lo político que ex- la interrelación, una trama simbólica común y otros aspectos cul-
presa pluralidades irreductibles. A la vez, toda configuración tiene turales "compartidos". Todos estos elementos son históricos por-
una lógica sedimentada de articulación situada de esa heteroge- que sólo son, en cada momento, la sedimentación del transcurrir
neidad, dispositivos que otorgan sentidos determinados a las par- de los procesos sociales. Por eSO esta conceptualización contrasta
tes. Inestables, esos sentidos son disputados justamente porque con la concepción esencialista -que cree que la cultura se im-
son relevantes y porque estructuran la vida social en múltiples as- pone sobre las divisiones- y con cierto constructivismo que des-
pectos. liza que la cultura es una ficción que pretende, como toda falsa
En tercer lugar, una configuración implica una trama simbólica conciencia, ocultar los conflictos.
común, lenguajes verbales, sonoros y visuales en los cuales quienes
disputan pueden a la vez entenderse y enfrentarse. Hay categorías
de identificación que se oponen, pero que forman parte de la
misma trama. Allí donde no hay un mínimo de comprensión, no CAMPO DE INTERLOCUCIÓN
hay una configuración. Evidentemente cada grupo y cada actor
dicen cosas muy diferentes, pero lo que enuncian es inteligible En una configuración cultural, los conflictos se despliegan en una
para los otros actores. Sin duda hay interpretaciones distintas y "lengua" pasible de ser reconocida por los diferentes actores. En-
opuestas sobre las mismas enunciaciones, pero los principios de di- trecomillamos la palabra "lengua", conscientes del peso de la me-
visión del mundo en términos de campo/ciudad, blancos/negros, táfora, a la que no pretendemos utilizar en un sentido estricto. El
capital/interior, ricos/pobres, ciudadanos/extranjeros u otros im- castellano que se habla en México, Colombia o la Argentina está
plican, necesariamente, la sedimentación de ciertos principios de repleto de matices regionales, de acentos distintos según los dis-
(di)visión compartidos, una lógica sedimentada de la heteroge- tintos sectores sociales. Los hablantes utilizan esas lenguas para
neidad que habilita e inhabilita posiciones de sujeto y lugares de expresar sentidos múltiples, contradictorios y opuestos entre sí.
enunciación. Pero los diferentes hablantes de una misma lengua, inscriptos en
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esa heterogeneidad, se comprenden entre sí. O al menos se com- Un campo de interlocución es un marco dentro del cual son
prenden en un nivel cualitativamente superior al que acceden posibles ciertos modos de identificación, mientras que otros que-
cuando tienen frente a ellos al hablante de una lengua por com- dan excluidos. Entre los modos posibles de identificación existe
pleto desconocida. Yademás construyen jerarquías, distinciones y una distribución desigual del poder. Cada Estado nacional consti-
estigmas sociales asociados a los matices de una lengua. tuye un campo de interlocución donde los actores y los grupos se
En los procesos de interacción social las comprensiones tien- posicionan como parte del diálogo y el conflicto respecto de otros
den a ser parciales. Como todo espacio social es heterogéneo, no actores y grupos. Es decir que un campo de interlocución implica
existen fronteras objetivas e inmutables que los investigadores una economía política de producción de identificaciones (véase
simplemente deban descubrir. No se trata de establecer dónde Briones, 2005: 18).
hay configuraciones, como antes se pretendía establecer cuáles En términos de configuración de culturas políticas, se considera
eran las culturas. Se trata de encontrar límites culturales en los que un proyecto hegemónico es exitoso no porque haya anulado a
cuales los participantes perciben diferencias en los regímenes de la oposición, sino en la medida en que la resistencia a los sectores
significación. Allí donde hay fronteras relevantes, que nunca son dominantes se haya realizado en los términos en que los actores
absolutas, resulta crucial no pensar su "interior" heterogéneo y fueron interpelados: como obreros, como negros, como indígenas,
desigual como "cultura" sino más bien Como configuración. como campesinos, como varones, como soldados, como consumi-
Hay reglas de significación para todos los matices y las disputas dores. Un éxito específico del Estado consiste en su capacidad
de significación que configuran una totalidad histórica. En ciertas para imponer las clasificaciones sociales y la lógica en la que se des-
ocasiones los agentes sociales intervienen sobre las propias reglas arrolla el conflicto sociopolítico.
buscando reforzarlas o socavarlas. Se trata de coyunturas históricas No obstante, el Estado no siempre tiene éxito. También ocu-
donde las suturas son socialmente visualizadas en su contingencia, rren múltiples fracasos cuando los sectores subalternos rechazan
y donde por lo tanto existe la posibilidad de que se resquebrajen la interpelación, postulan otras identificaciones y las imponen
parcial o totalmente. Es decir que se abren movimientos culturales en el escenario político. La configuración de una cultura polí-
de los que pueden emerger nuevas cualidades del proceso hege- tica en un espacio nacional determinado no es, en absoluto, una
mónico. consecuencia exclusiva de los éxitos de un Estado nacional. Por
Por otra parte, la estructuración de Un espacio social también una parte, los fracasos de los Estados tienen también una capaci-
conlleva lenguajes políticos específicos, La peculiaridad de la con- dad estructuradora difícil de exagerar. Por otra parte, tanto en
figuración nacional entre las diversas configuraciones es la acción las configuraciones nacionales como en otras existen diversos ac-
crucial del Estado y las acciones sociales dirigidas a él, incluyendo tores que pueden tener, fuera del Estado, un peso decisivo sobre
las acciones orientadas a constituirlo. En los Estados nacionales estos procesos. Los modos de organización y acción de los traba-
cada aparato institucional propuso sus propias estrategias de uni~ jadores, los campesinos, los indígenas, las mujeres, los inmigran-
ficación y los diversos sectores sociales respondieron de diferentes tes, los afrodescendientes, los consumidores, los desocupados,
formas a esas políticas. De las tensiones sociales generadas en ese los vecinos y los ciudadanos con distintas demandas pueden te-
proceso surgieron formaciones nacionales de diversidad que esta- ner distinta incidencia en diferentes espacios. Las características
blecieron clivajes peculiares: "culturas distintivas, tradiciones reco- de las elites políticas, económicas e intelectuales también son
nocibles e identidades relevantes en el juego de intereses políti- decisivas. Ylos movimientos culturales también pueden resultar
cos" (Segato, 1998: 171). De ese modo se forjó un estilo específico centrales en la elaboración de los significados de la experiencia
de interrelación entre las partes de un país. social.
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Vamos a considerar un ejemplo bastante presente en el proceso heteroglosia o conflictividad. Sin embargo hay mayor heteroge-
histórico de constitución del Estado-nación en distintos países. La neidad de la que habitualmente se advierte, no sólo debida a las
relación entre "campesinos" y "nación" generalmente fue imagi- desigualdades políticas y económicas sino también a las diferen-
nada como una relación en la que las elites intentaron, con mayor cias de género y de generación. La existencia de una configura-
o menor éxito, imponer a los campesinos una ideología que iden- ción implica que esas diferencias y desigualdades se procesan (no
tificara los intereses hegemónicos con los del conjunto de los habi- sólo, aunque sí de un modo específico) dentro de ese marco.
tantes pobres. "La noción de que los campesinos -y otros sectores El concepto tradicional de cultura, como la antigua idea de na-
populares- pudieran haber participado en el proceso de imaginar, ción, presuponían homogeneidad. Desde aquella perspectiva. en
debatir, definir y cambiar a las naciones se ha mantenido ajena a la una cultura y en una nación las personas creían en un dios, habla-
historia" (Tu tino, 2003: 29). Florencia Mallan invirtió la mirada y ban una lengua, cocinaban ciertos animales y no otros, practicaban
mostró distintas situaciones históricas en las cuales los campesinos ciertos ritos. Resulta claro que las naciones que hoy conocemos no
mexicanos y peruanos se involucraron e incidieron sobre esos pro- responden a ese estereotipo: muchas de ellas son multilingües, plu-
cesos: desarrollando un liberalismo comunitario. participando sin rirreligiosas y pluriétnicas. Muchas veces pretende conservarse in-
gobernar, siendo más nacionalistas que las elites regionales. Se trata tacto el concepto de cultura, como si hablara exclusivamente de
de que "los campesinos y otros sectores subalternos jugaron un pa- unidades homogéneas, y de ello se deriva la idea de que "todas las
pel central en las luchas políticas que llevaron a la formación de los naciones son multiculturales". Esa formulación equipara cultura
Estados-nación" (Mallan, 2003: 53). Si retomamos los problemas de con grupo étnico. Es por eso que "multícultural"y "multiétnico" pa-
naciocentrismo señalados en el capítulo anterior, comprenderemos recen sinónimos. Esto es problemático porque muchas otras hete-
que "la idea de que son los grupos dominantes los que construyen rogeneidades quedan excluidas de esa conceptualización. Si "iden-
las naciones reproduce, en una cuestión empírica, un problema te- tidad" bebió suficientemente de "etnicidad", conviene explorar
órico reflejado en la aproximación a los sectores populares en tér- hasta qué punto "cultura" puede nutrirse del concepto contempo-
minos de hegemonía y subordinación" (Merenson, 2010). ráneo de "nación".
Ahora bien: allí donde hay un poder articulador -positivo o ne- El principal problema de la restricción del término "cultura"
gativo, amplio o restringido-, allí donde hay un gentilicio, allí para aludir a unidades homogéneas es que, cuando observamos
donde hay una jurisdicción, hay una experiencia social compar- más de cerca esas mismas unidades, las heterogeneidades resultan
tida. Una experiencia social significada de maneras diversas por evidentes. En el mundo contemporáneo, la distancia cultural in-
los distintos actores, pero de maneras relevantes (y por eso deba- tergeneracional se amplía, las diferencias de género se procesan
tibies, criticables o aborrecibles) incluso para quienes disienten o de nuevos modos, las migraciones tornan visible y cotidiano el
pretenden imponer interpretaciones opuestas o alternativas de Tercer Mundo dentro de los países centrales, así como las organi-
esa experiencia. zaciones internacionales pero también las remesas de dinero ha-
cen lo propio con el Primer Mundo en las periferias, y las cone-
xiones mediáticas plantean nuevos paisajes de translocalidad.
Estos distintos modos de interconectarse alimentan la heteroge-
FRONTERAS, SENTIDOS, HETEROGENEIDAD neidad de cualquier grupo.
Cuando frente a la interconexión se decreta que todas las fron-
El viejo concepto de cultura muchas veces presuponía que, al me- teras han desaparecido, que lo único que tenemos delante es po-
nos en los grupos relativamente pequeños, no había desigualdad, rosidad, y se nos propone renunciar a la noción de marco de sig-
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nificación, se nos compele a una rendición incondicional ante la Pero sabemos que no es así, y las sociedades nacionales ofrecen
complejidad. Puesto que el mundo es heterogéneo, complejo y di- ejemplos diversos y complejos. Estas desarticulaciones entre cul-
námico se postula que toda catalogación, unidad o marco es una tura e identificación también suceden en (por lo menos) algunos
ficción del antropólogo. Pero cuando pensamos detenidamente grupos étnicos. No se trata de reintroducir aquí una perspectiva
en estas afirmaciones percibimos sus riesgos. El mundo es com- individualista, que siempre aduce la posibilidad de que exista al-
plejo pero los japoneses siguen sin hablar francés ni ruso en sus gún individuo distinto en cualquier grupo. Es obvio que en cual-
primeros años de vida, y los mexicanos no escucharon músicas ru- quier grupo hay múltiples diferencias. Sin embargo, cuando ha-
manas en su infancia y no consideran "propio" el cordero coci- blamos de configuración cultural pretendemos decir que cada
nado al estilo de Argelia. grupo significa, valora y jerarquiza sus propias diferencias de ma-
Salvo excepciones, claro está; pero tratar de guardar las propor- neras distintas. Es posible que existan tantas diferencias relevantes
ciones no es menor en el debate. La inmensa mayoría de la pobla- en grupos relativamente pequeños como en grupos, por ejemplo,
ción mundial no migra a otro país, la mayoría de la gente no es bi- que se constituyen en étnicos mediante un proceso migratorio es-
lingüe, la mayoría de las personas no tiene acceso irrestricto a las pecífico.
tecnologías telemáticas, las lenguas primeras continúan siendo re- Así como deOntro de las fronteras identitarias instituidas por
levantes, la ubicación geográfica sigue teniendo importancia. Y con agenciamientos políticos hay una cierta heterogeneidad cultural,
la probable excepción de Internet, así seguirá siendo en el futuro. también puede suceder exactamente lo contrario, como es fre-
El mundo ha cambiado, claro está. Pero seguimos intentando cuente en América Latina. Yen algunas zonas de Europa: grupos
comprender a seres humanos que, con recursos muy distintos, que hablan la misma lengua, celebran las mismas festividades y
despliegan su vida en regiones distintas del planeta y se comuni- usan ropas similares -en fin, grupos que tienen algo así como as-
can de modos diversos. Debemos prestar un poco menos de aten- pectos culturales muy similares- terminan adscribiendo co~ el
ción a las modas académicas, y un poco más a los modos en que paso del tiempo a nacionalidades distin tas y a veces en confhc~o.
las personas reales, de carne y hueso, viven estos fenómenos. Una Tanto para la perspectiva nacionalista como para la per'spectrva
minoría -cuantitativamente irrelevante- se siente "ciudadana del romántica o populista, la desarticulación entre cultura e identifi-
mundo". Las mayorías sienten que habitan en lugares, en barrios, cación constituye una anomalía transitoria que debe ser corre-
en ciudades, en países, en culturas y piensan "clásicamente" -o gida. Los nacionalistas clásicos buscarán que la población no sólo
sea "etnocéntricamente"- en "los otros". Cuando los "ciudadanos se identifique con su patria sino que adopte sus "pautas cultura-
del mundo" no comprenden esto, también piensan y actúan etno- les". La heterogeneidad cultural es percibida como un obstáculo
céntricamente. para los intereses nacionales. En cambio, los románticos conside-
Si pensamos hasta qué punto las culturas son o no coextensivas ran la identificación étnica como los marxistas pensaban la "clase
con las fronteras nacionales, la distinción entre una heterogenei- en sí" y la "clase para sí". La cultura sería una "clase étnica objeti-
dad cultural más o menos visible y el sentimiento de pertenencia vamente existente" y la ausencia de etnicidad política sería un
más o menos poderoso cobra relevancia. De lo contrario, habría mero indicador de "falsa conciencia". La conciencia étnica es un
que concluir que una sociedad multilingüe y multiétnica tendrá "deber ser" que, si no se expresa, es porque existe de manera invi-
un sentimiento nacional de pertenencia más débil que una socie- sible o existirá inevitablemente en el futuro. En cualquier caso, el
dad monolingüe y con rasgos étnicos homogéneos. En síntesis: futuro no presentará anomalías: en esa utopía, cultura e identi-
mayor uniformidad implicaría más identidad, y viceversa. Si así dad se reencon trarán.
fuera, las cosas serían muy simples.
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CATEGORíAS, PERTENENCIA Y CONFIGURACIONES rada en el sentido común. De manera análoga, en otros países de
lengua castellana la palabra "gorila" alude específicamente a un
Retomaremos varias de las críticas y dilemas que hemos analizado animal, mientras que en la Argentina adquiere un sentido polí-
hasta ahora para enunciar cómo podrían distinguirse los concep- tico como equivalente a "antiperonista".
tos de "configuración cultural" e "identificación". En una configuración cultural, las clasificaciones son más com-
Desde nuestra perspectiva, resulta necesario acotar las acepcio- partidas que los sentidos de esas clasificaciones. Así, "porteño" o
nes de identificación, en referencia exclusiva a las categorías de "boliviano" pueden adquirir sentidos negativos o positivos para
grupos sociales, a los sentimientos de pertenencia a un determi- distintos miembros de la sociedad y, como ha establecido la inves-
nado colectivo, ya los intereses comunes que se articulan en torno tigación antropológica, los sentidos negativos pueden desglosarse
a una denominación. Esas categorías surgen y sedimentan en rela- en diferentes tipos que van desde el racismo y el clasismo hasta el
ción con los procesos de percepción y significación vinculados a las fundamentalismo cultural y otros. Por ello, la disputa acerca del
alterizaciones. Toda sociedad, como hace tiempo mostraban Dur- sentido de las categorías clasificatorias es Una parte decisiva de los
kheim y Mauss (1996), produce innumerables clasificaciones. La conflictos sociales. Existen movimientos sociales y culturales que
más fundamental refiere a las divisiones y agrupamientos de la buscan invertir los sentidos estigmatizadores, como el célebre
propia sociedad y de las sociedades vecinas o significativas. A lo black is beautiful. En otros contextos los movimientos pueden con-
largo de su historia las clasificaciones sociales, políticas, territoria- siderar que los sentidos peyorativos se encuentran tan sedimenta-
les, ideológicas, estéticas, étnicas, de género y de generación emer- dos que la lucha por el significado debe implicar al propio signi-
gen, tienen mayor o menor relevancia social y luego sedimentan. ficante. Así, puede buscarse reemplazar el término black por
Porteño, tucumano, correntino, federal, pcronista, gorila, comu- "afro", ya que el primero, en ciertos contextos, carga un estigma
nista, hippie, rockero, punk, mapuche, boliviano, son categorías que indeleble.
hoy tienen sentido en la Argentina. En un contexto histórico espe- Por otra parte, conviene reservar la noción de "identificación"
cífico, una sociedad tiene una caja de herramientas identitarias, un para aludir específicamente al sentimiento de pertenencia que las
conjunto de clasificaciones disponibles que permiten a sus miem- personas tienen respecto de un colectivo, y a los agrupamientos
bros identificarse a sí mismos e identificar a los otros. Algunas de en función de intereses comunes, siempre cristalizados en una ca-
esas categorías son antiguas, otras son recientes, algunas fueron fa- tegoría disponible. Como hemos visto, los aspectos ligados a los
bricadas localmente, otras han viajado desde lugares remotos. atributos sociales y a las relaciones en U-e las personas no tienen
Las características de esa caja de herramientas identitarias ofre- vinculación causal alguna con sus sentimientos de pertenencia y
cen un panorama sobre cómo una sociedad se piensa a sí misma y sus intereses. En ese sentido, consideramos que la identificación
cómo actúan sus miembros en relación con Otros. Las categorías es siempre una definición de los actores sociales, y no una conclu-
disponibles tienen distinta relevancia social. No se trata simple- sión objctivista del investigador.
mente de que un término sea lingüísticamente comprensible, De modo similar, mientras el concepto de sentimiento de perte-
sino de que tenga potencia identificatoria. Así, por ejemplo, en el nencia alude a una definición filiatoria de los actores, el concepto
castellano que se habla en la Argentina existen las palabras "mu- de "intereses" es bastante más problemático. Sabemos que se han
lato" o "mestizo", pero ninguna de ellas tiene relevancia clasifica- analizado los intereses históricos de las clases y que de modo aná-
toria comparable al lugar que ocupa el primer término en la "caja logo se han estipulado los intereses objetivos de cualquier grupo
brasileña" o el segundo en la mexicana o peruana. Esas clasifica- social. La cuestión de los intereses "objetivos" requiere un debate,
ciones hablan de una historia social, cultural y política incorpo- ya que deben contrastarse los intereses a corto y largo plazo, los
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de colectivos definidos de un modo u otro (nacional e internacio- específicas no existen o son completamente diferentes, como su-
nal, por ejemplo). Pero cuando aludimos al concepto no teleoló- cede con "mestizo", "mulato" y "gorila".
gico de identificación que postulamos aquí, "intereses" siempre Hay cinco aspectos constitutivos de toda configuración cultural
refiere a una construcción o articulación de los actores sociales. que, no obstante, no forman parte de las definiciones antropoló-
Esos intereses articulados no implican por defecto la existencia de gicas clásicas de "cultura": la heterogeneidad, la conflictividad, la
sentimientos, y viceversa. Como puede observarse, se trata del desigualdad, la historicidad y el poder. Algunas de las respuestas a
mismo procedimiento con el cual separamos configuración e los posmodernos, como la de Bruhmann (1999), mostraron que
identificación: no pueden inferirse simplificadamente otras con- los clásicos no negaban aquellas características. Pero resulta claro
clusiones, extrapoladas, de los mismos datos. que tampoco estaban presentes en sus conceptualizaciones, no
Las categorías identitarias, ciertamente, no sólo se usan para re- sólo del término sino de los análisis de las sociedades que estudia-
ferir a una descripción de la sociedad o para aludir a la relación ban. Podríamos ofrecer una lista de excepciones, que en algún as-
del hablante con su sentimiento de pertenencia. Las personas pecto incluiría a varios autores clásicos. Sin embargo, se trata más
también las utilizan para referirse a sus interlocutores: una situa- bien de intentar actualizar el proyecto teórico que propone Ed-
ción clave de reconocimiento, aceptación o rechazo. Como es fre- mund Leach (1977) en su libro Sistemas políticos de Alta Birmania,
cuente que haya diferencia entre los modos en que una persona que de creer que ese u otro trabajo hayan podido resolver todos
es considerada por las otras y cómo se considera a sí misma, con- nuestros dilemas teóricos.
viene reservar la noción de "interpelación" para aludir a los mo- ¿Qué conceptos nos ofrecen las teorías históricas y antropológi-
dos en que una persona o grupo o institución se refiere a sus alte- cas de las naciones para pensar la cultura? A mi entender, el carác-
ridades. Utilizando la caja de herramientas identitaria, un ter imaginado de la comunidad se ha expandido al pensamiento
miembro de una sociedad se identifica, es interpelado e interpela sobre las identidades. Del mismo modo, la historicidad de lo so-
a los otros: se afilia y se desafilia, estigmatiza y es estigmatizado, cial se ha incorporado a todas las dimensiones de la teoría. El he-
contraestigmatiza. cho de que las naciones o las culturas sean históricas simplemente
En ese proceso de circulación social de categorías y clasificacio- significa que son humanas. El problema no radica en el cambio
nes humanas se disputan sentidos, desigualdades, jerarquías y po- sino en los eventuales préstamos, apropiaciones o combinatorias,
der. Esas disputas son factibles porque las categorías' se compar- desigualdades y empoderamientos que elcambio introduce.
ten, porque los significantes se anudan a algún significado, A mi entender, el mayor desafio que plantea la noción de con-
aunque no necesariamente al mismo para todos. figuración cultural es que, al igual que las naciones, si existe, es
Ese compartir un territorio de diferencia, de conflicto, una un fenómeno de alta complejidad. La complejidad radica en que
arena que es histórica, es constitutivo de la noción de "configura- si observamos cualquier región del mundo encontraremos, in-
ción cultural". Frente a las visiones de que cada cultura es homo- cluso en espacios restringidos, múltiples prácticas curativas, con-
génea, y frente a las propuestas que infieren que -dado que esa cepciones contrastantes sobre la juventud, usos diferentes de las
homogeneidad no se verifica- el concepto de cultura debe ser tecnologías, cambiantes dioses invocados, amor y repulsión hacia
desechado, necesitamos un concepto que explique por qué "cha- la carne de cerdo o de caballo, percepciones disímiles acerca del
paco", "paisa" o "boricua" tienen sen tido en un espacio social y no futuro de la humanidad.
en otro. También necesitamos un concepto que distinga estos dos La pregunta es si existen las fronteras. No sólo como líneas de-
fenómenos: que en toda sociedad las principales categorías son marcatorias de pertenencias. Fronteras de significados, lugares
polisémicas y contestadas; que en otras sociedades esas disputas reales o virtuales donde un santo o una virgen, un color de piel o
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un beso entre varones, un estilo de vestir o de caminar, cambian bailara el tango, practicara el umbanda y defendiera la soberanía
drásticamente de sentido. Si hay un límite que separa no sólo los de los pueblos originarios del mundo andino. Aun cuando esa
significados sino, más bien, los regímenes de articulación de persona fuera hoy factible, sería ridículo pensar los dilemas del
los significados. Si las fronteras existen, dentro de esos marcos cul- mundo contemporáneo a través de su caso. Bruhmann defiende
turales hay heterogeneidad. Pero esa heterogeneidad estaría con- una perspectiva distributiva de la cultura cuando señala que una
tingentemente organizada de algún modo. Si no se encontrara ar- persona podrá no tener un rasgo determinado (hay argentinos ve-
ticulada, si fuera una sumatoria de rasgos o prácticas, la noción de getarianos y brasileños que detestan el carnaval) pero que sus ca-
marco cultural sería ociosa. racterísticas no son azarosas.
Pero en el espacio nacional, al igual que en cualquier espacio Esta perspectiva "distribucional" se interroga sobre la relación
cultural, no sólo hay heterogeneidad, sino una lógica instituida de entre individuos y rasgos culturales. Dadas una lista de rasgos y
interrelación entre las partes, que a su vez implica una noción una lista de individuos, podemos reconocer dos culturas porque
acerca de qué es una "parte" y qué no puede ser enunciado como ciertos individuos tienen ciertos rasgos, y otros tienen otros. Si
"parte". En una investigación que buscaba comparar a la Argen- bien admite la heterogeneidad porque sostiene que el encastre
tina con Brasil les preguntamos a más de doscientos mediadores nunca es perfecto, si bien su crítica al posmodernismo es razona-
socioculturales de seis ciudades argentinas y brasileñas cómo se ble en varios aspectos, el concepto de cultura que defiende Bruh-
dividía la gente en su país (Grimson, 2007). No sólo encontramos mann y la noción de configuración cultural responden a pregun-
criterios diferentes de clasificación de las partes, sino también sig- tas diferentes. La configuración cultural es una noción que, en
nificados contrastantes acerca de qué significa "dividir" en un país lugar de preguntar por los rasgos y los individuos, pregunta por
yen el otro. En otras palabras: mientras en Brasil se divide para in- los espacios y los regímenes de sentido. Un mismo individuo
tegrar cada parte en su lugar, en la Argentina la división se vincula puede habitar y habita diferentes espacios (territoriales o simbóli-
a la confron tación (Semán y Merenson, 2007). cos), y puede cambiar de creencias o de prácticas más fácilmente
Los conflictos sociales por lo general tienden a desarrollarse en que lo que puede incidir para que cambien las creencias de las
esa lengua compartida, utilizando las categorías identitarias sedi- configuraciones culturales de las que participa.
mentadas en función de posiciones de sujeto autorizadas o alenta- Una trama simbólica compartida implica que no es lo mismo
das. También hay conflictos sociales que disputan la propia lógica no comer carne de vaca en la Argentina que en otras regiones
de la in terrclación y generan posiciones imprevistas. En este caso del mundo, porque la persona vegetariana (ya dijimos que hay
se trata de movimientos que trabajan sobre la propia frontera de vegetarianos argentinos) sabe y tiene incorporado el lugar que
la hegemonía: no sólo sobre el sentido de una identidad o una ocupa la carne en el conjunto de las prácticas cotidianas dellu-
posición sino sobre la propia configuración cultural, es decir so- gar en el que habita. No significa 10 mismo "huir del carnaval" en
bre el sentido de todas las interrelaciones. Río que en Buenos Aires (nadie huye de un fenómeno menor),
Las heterogeneidades que se articulan no deben comprenderse porque "carnaval" significa cosas completamente distintas, como
sólo o principalmente como identidades, y menos aún como etni- bien saben sus cultores y los sectores altos, que en algunos casos
cidades. En sus críticas a los abolicionistas del concepto de cul- se deleitan diferenciándose de "la masa" -una masa que no existe
tura, Bruhmann sostiene que los rasgos culturales no son homo- de ese modo en París-o Ésa es la primera cuestión: las personas
géneos en cada grupo y contrastantes con los del grupo vecino, que habitan una configuración cultural y no comparten uno u
pero agrega que tampoco se encuentran aleatoriamente distribui- otro rasgo frecuente significan de un modo distinto ese rasgo y
dos por el mundo como si alguien nacido en Bali hablara japonés. esa diferencia que alguien que habita otra configuración. En
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otras palabras: hay fronteras entre regímenes de sentido de espa- o determinado grupo) como una homogeneidad cultural que se
cios diferen tes. vincula homogéneamente con otros grupos. Dentro de cada
La segunda cuestión es que las configuraciones culturales no grupo hay, sin duda, brechas culturales intergeneracionales, de
son sumatorias diferentes de rasgos, como podría malinterpre- género y de clase que no deben ser menospreciadas. Como con-
tarse a partir de la propuesta de Bruhmann sobre la cultura. Son cepto heurístico, "interculturalidad" no significa que haya cultu-
combinatorias distintas, articulaciones específicas, estructuras ras homogéneas en contacto; antes bien, permite revelar las inter-
(contingentes, históricas) de elementos que adquieren signifi- secciones múltiples entre configuraciones culturales. El concepto
cado en la trama relacional. de interculturalidad es útil porque no presupone ni una teleolo-
Por eso la presencia de un televisor o una laptop en una tribu in- gía ni un modelo de vinculación entre los grupos. Pero también
dígena, de cualquier proceso de incorporación de un símbolo, porque no presupone ahistóricamente a los grupos, al reconocer
práctica o elemento que viaja desde otros lugares reales o virtua- que éstos se constituyen como tales en procesos reales de interac-
les, implica un nuevo lugar en esa configuración. Por lo tanto es ción con otros.
en cierto modo un trastrocamiento de la articulación anterior, un Cualquier proceso comunicativo presupone, simultáneamente,
cambio cultural menor o mayor. La incorporación del mismo la existencia o la producción de un código compartido y de una
signo a diversas articulaciones sólo puede comprenderse como diferencia. Si un elemento deviene efectivamente en significante
homogeneización si, en lugar de pensar en configuraciones, se es porque produce sentido en una configuración cultural. Cual-
considera que las culturas son sumatorias de características con quier significante que podamos imaginar (una palabra, una ac-
significados transcontextuales y que por lo tanto no hay marcos ción, una comida, un olor, un color) producirá sentidos diferen-
de articulación de las heterogeneidades. tes en distintas configuraciones y será polisémico y heteroglósico
en una misma configuración cultural.
El contacto entre personas o grupos atravesados y constituidos
por flujos culturales diferentes es justamente un contacto entre
INTERCULTURALIDAD, COMUNICACIÓN Y CONFIGURACIÓN olores, sabores, sonidos, palabras, colores, corporalidades, espa-
cialidades. Las dificultades de comunicación entre universos sim-
Los procesos culturales, alejados de los tipos ideales que habitan las bólicos diferentes no es un tema nuevo en antropología. Uno de
identidades, son procesos de intersección. Todos vivimos en inter- los autores clásicos, Edward Hall, mostró hace tiempo que para es-
secciones culturales y, como individuos, residimos en in tersecciones tudiar esos procesos no sólo debemos prestar atención a lo más
peculiarísimas que, a su vez, irán transformándose a lo largo de la evidente -como son las diferencias lingüísticas, de vestimenta o de
vida. La interculturalidad no es un fenómeno novedoso: no hay ca- consumo alimenticio-, sino a los "lenguajes silenciosos" y las "di-
pítulos conocidos de la historia humana completamente ajenos al mensiones ocultas" -como son los sentidos del espacio y el tiempo
contacto entre diferentes configuraciones culturales. Más bien, la en los grupos humanos- (Hall, 1989 y 2007).
historia humana también está constituida por la dinámica, la inten- Estos análisis pueden criticarse por sus generalizaciones, como
sidad, el valor y los sentidos de esos intercambios, muchas veces con- cristalizaciones homogéneas en función de la nacionalidad, que
flictivos. El término "interculturalidad'' es una forma relativamente no siempre se corresponden con las diversidades internas de los
nueva (véase Mato, 200gb) de nombrar un proceso histórico. países. ¿Será igual la percepción del tiempo y el espacio entre la
Un riesgo presente en ciertas nociones de interculturalidad es clase alta blanca de Nueva York que entre los grupos de afronor-
volver a considerar las unidades culturales (determinado pueblo teamericanos o los pueblos indígenas que habitan ese país? ¿O
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será que la frase "los estadounidenses" no incluye a alguno de es- comunicativos, a partir de la heterogeneidad de las tramas de signi-
tos grupos? ficación. En ese sentido, la diferencia entre "hacer público" y "po-
Ahora bien, cuando esas críticas renuncian a comprender las ner en común" puede traducirse en dos posibilidades conceptual-
diferencias culturales en interacción abandonan la posibilidad de mente extremas de la comunicación: el contacto y la comprensión.
comprender que, cuando dos personas con experiencias históri- El contacto es una situación de interacción, presencial o virtual,
cas y rutinas cotidianas diferentes interactúan, gran parte de estas en la cual la circulación de significantes no indica nada sobre los
asimetrías de sentido se plantean de manera aguda. Las perspecti- significados que están siendo procesados. Cuando una persona
vas instrumentalistas -que no comprenden las sedimentaciones comienza a interactuar con un medio de comunicación o con
lingüísticas, kinésicas y proxémicas de los sentidos, de los olores y otra persona perteneciente a una configuración cultural que des-
los sabores, de los sentimientos de añoranza- tampoco pueden conoce, cuando alguien inicia un vínculo con una alteridad cultu-
ofrecernos nuevas opciones para repensar la propuesta de Hall en ral, se produce claramente un contacto pleno. Sin embargo, si hay
la contemporaneidad. un desconocimiento de la lengua o de las tramas simbólicas del
En ese sentido, la perspectiva intersubjetiva configuracional nos otro, ese contacto se traduce en una comprensión nula. Una situa-
permite comprender la historicidad de esas comunicaciones in- ción en la que se multiplican los contactos entre configuraciones
terculturales y al mismo tiempo dar cuenta de las fronteras cultu- diferentes pero en la que prevalece el desconocimiento del otro,
rales más duras y más porosas, como asimismo la heterogeneidad una profunda incomprensión, es una situación generadora de in-
intrínseca a todos los grupos humanos. certidumbre. Sólo cuando alguien conoce a un amigo puede pre-
La interculturalidad nos interpela a repensar la noción de co- decir cómo reaccionará frente a ciertas circunstancias. Sólo
municación como una intersección de configuraciones culturales, cuando alguien se convierte en un televidente con cierta trayecto-
entre el contacto y la comprensión. Autores como Martín-Barbero ria y con un "saber del género", puede intuir las direcciones que
(1987) o Aníbal Ford (1994) comenzaron a trabajar hace décadas tomará el guión de una telenovela (Steimberg, 1993). Sólo el co-
una concepción antropológica de la comunicación como parte de nocimiento genera la posibilidad de la comprensión. Y sólo la
la cultura que se distanció de cualquier noción informacional o comprensión instaura, no digamos certidumbres, pero sí horizon-
exclusivamente tecnológica. Desde esa tradición se postuló hace tes de previsibilidad.
ya tiempo recuperar la etimología de "comunicar"; poner en común, ¿Qué se entiende, entonces, por comunicación? Si se definiera
hacer público, comunión volvieron a ser los términos clave que defi- la comunicación como un proceso de interacción simbólica a par-
nen la comunicación (véase también Winkin, 1984). tir de una situación de contacto, se abandonaría cualquier idea de
La coincidencia de estas preguntas con la interculturalidad que comunicar implica poner en común, compartir. En este caso,
obliga a refonnular algunos problemas. La cuestión más insistente la comunicación volvería a ser un acto meramente mecánico, que
del mundo contemporáneo es si realmente podemos estar seguros existiría cuando no hubiera siquiera actos interpretativos. Si, en
de que, cuando algo se hace público, se lo está poniendo en co- carnbio, definiéramos que sólo hay comunicación cuando hay
mún. ¿Acaso "publicar" implica "comunión"? ¿Es lo mismo "poner plena comprensión entre los interactuantes -o, al menos, de
en común" que "hacer público"? Es lo mismo, siempre y cuando parte de uno de ellos-, ciertamente no existiría la comunicación
hagamos como si no hubiera códigos comunicativos divergentes; es humana. En sentido estricto, no hay comprensión plena, abso-
decir, si hacemos abstracción de la heterogeneidad cultural. luta, entre amigos ni entre hermanos, ni tampoco en el matrimo-
Si vivimos en un mundo intercultural, la comunicación debe nio, ni mucho menos podría haberla entre personas con tramas
pensarse a partir de la coexistencia de una multiplicidad de códigos simbólicas distintas.
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