Informes en El Ámbito Educativo
Informes en El Ámbito Educativo
Informes en El Ámbito Educativo
Dentro de la enseñanza común, el gabinete escolar recibe como demandas más habituales:
perturbaciones en el proceso de aprendizaje, dificultades madurativas, problemas en la
dinámica grupal y en la socialización. Estas problemáticas, en principio, son detectadas y
derivadas por docentes y autoridades. También es posible que los padres se acerquen al
gabinete por motivación propia y soliciten la orientación. Una actitud abierta del profesional
dará lugar a esa demanda. Cuando el conflicto planteado por ellos es de índole familiar, la
participación se hace desde el marco escolar, evaluando la incidencia y repercusión que el
mismo puede tener sobre el desempeño y el ajuste socioafectivo del alumno en la escuela.
1) El gabinete tiene como objetivo prioritario asesorar y orientar a las autoridades sobre
problemáticas educativas desde una perspectiva individual, grupal o institucional.
2) Por extensión, la función orientativa está dirigida a docentes, padres y alumnos. Para
cumplir con esos objetivos, el psicólogo (o el psicopedagogo) lleva a cabo distintas actividades.
Su actuación profesional puede agruparse en dos dimensiones:
1) Individual: por la acción directa que realiza con un alumno, docente o padre.
Un tipo de accionar u otro dependerá del contexto escolar, de las necesidades y emergentes
que surjan, así como del propio perfil del profesional. Más allá de que se hayan analizado y
comprendido los elementos constitutivos de una situación concreta, todos ellos son aspectos
interdependientes del contexto. Por eso, desde la Teoría General de los Sistemas, la dinámica
individual acontece en el grupo humano en el que interactúa y éste, a su vez, constituye uno
de los subsistemas que conforman el sistema mayor que representa la escuela.
Cada institución tiene un proyecto y una dinámica propia. El perfil de la escuela influye para
que se detecten y se deriven ciertos problemas más que otros. El psicólogo y el psicopedagogo
que trabaja dentro del gabinete forman parte de ese ambiente educativo. Por lo tanto, van a
responder en cierta medida a esa realidad. Ya desde el enfoque clásico aportado por los
prestigiosos educadores argentinos Elena y Plácido A. Horas (1973), se establece que “…En
cualquiera de sus tareas el gabinete está inmerso en la realidad escolar y contribuye a la
adaptación recíproca de la institución con sus componentes, cumpliendo una actividad
preventiva, que no excluye el diagnóstico y las medidas recuperadoras que sean posibles
dentro de las condiciones y marcos referenciales del colegio” (p. 192).
Sin embargo, a pesar de su inserción institucional, deberá mirar las cosas desde otro lugar,
teniendo una perspectiva más amplia y no quedando fijado a estereotipos del contexto. Ante
la derivación de un alumno al gabinete es conveniente que trabaje en equipo con el docente
haciéndolo partícipe de la misma, para que no se sienta tercero excluido y, juntos, puedan
coordinar acciones con objetivos comunes.
Asociado a esto se buscará evitar la hipótesis que sostiene Selvini Palazzoli (1990) “...que la
enfermedad reside en el niño indicado, o a lo sumo en su familia. La escuela, sus métodos, la
relación entre el alumno y el docente que hizo el señalamiento no se cuestionan sino de una
manera muy tangencial” (p. 25). El gabinete debe superar la posición de aislamiento y tener en
cambio una actitud de apertura.
Aunque no se haya agotado el conocimiento del caso o la situación, los aportes iniciales que
puede ofrecer facilitarán información para la reflexión y la toma de decisiones institucionales.
En el contexto escolar utilizará distintos recursos técnicos y metodológicos: entrevistas,
encuestas, escalas, registros de observaciones, pruebas psicopedagógicas, sociogramas,
técnicas objetivas, proyectivas, etc., seleccionados de acuerdo a las problemáticas planteadas.
Pero, sobre todo, enriquecerá su accionar si apela a formas no convencionales y creativas de
intervención. En ocasiones podrá diseñar estrategias para explorar una situación determinada
utilizando técnicas de lápiz y papel, cuestionarios creados ad hoc, encuestas, role-playing.
- A las autoridades:
El gabinete debe comunicar a la dirección y a los docentes las conclusiones significativas y las
recomendaciones posibles sobre una situación particular. La información dada constituye un
conocimiento adicional que complementa el que ellos ya poseen. En la transmisión de ese
saber, es necesario ser preciso y objetivo, brindando criterio de realidad sobre posibilidades y
limitaciones de la situación planteada. Nuestro trabajo aporta un conocimiento más que se
encadena con otros para la toma de decisiones.
- A los padres:
El gabinete no debe perder de vista su lugar dentro del organigrama escolar. Esto determina
que muchas veces se planifique una entrevista de comunicación de resultados en forma
conjunta con padres y autoridades (y/o el docente). Este proceder no excluye que, en ciertas
ocasiones, el profesional se reúna con los padres en forma individual sin que estén presentes
otros responsables institucionales.
- Al alumno:
Toda estrategia se apoyará en los recursos conservados, por lo tanto es importante darle una
imagen integrada de sí y ayudarlo en la afirmación de su autoestima. Según Fernández
Ballesteros (op. cit.), todo procedimiento de recolección de información conlleva
observaciones, aunque lo observado y su elaboración puedan ser muy diversos. Las diferentes
modalidades de conducta se pueden observar en situaciones naturales –por ejemplo, en el
ambiente familiar o escolar–, o en situaciones artificiales – como ser en la aplicación de tests
de inteligencia, de aptitudes, situacionales, dramatizaciones, role-playing, entre otros.
Bassedas (1998) hace referencia a la observación del alumno en clase como un recurso
peculiar usado con frecuencia en el diagnóstico psicopedagógico, aunque sostiene por igual el
valor de la observación en otros ámbitos escolares (comedor, recreo). También, dentro del
proceso de evaluación están los datos de observación de conductas llamados por Webb de
archivo (citado por Fernández Ballesteros). En esta categoría se incluyen referencias tan
importantes como las procedentes de cuadernos escolares, pinturas, dibujos u otros
documentos personales que pueden resultar de interés. Una ventaja de este procedimiento es
que el observador analiza el material del alumno de manera independiente a su realización y
no modifica las producciones.
Devalle y Pelerman (1988) se refieren al valor social que tiene el cuaderno como un
documento infaltable que no puede dejar de llevarse diariamente. Ellas sostienen que, a pesar
de las renovaciones curriculares y los descubrimientos científicos, el cuaderno parece ser un
vehiculizador de tradiciones, ya que existen actividades que “deben estar” en él. A su vez,
Gvirtz (1995) señala que la investigación educativa demostró que, si se comparan cuadernos
desde 1930 hasta hoy, se observa cómo las diferentes reformas curriculares se desdibujan en
los cuadernos de forma tal que se hace muy difícil percibirlas. Todo esto confirma la
importancia del cuaderno como instrumento didáctico por demás vigente a pesar de los
nuevos lineamientos pedagógicos y curriculares.
2) En forma individual sobre un alumno con dificultades de aprendizaje para obtener datos
preliminares a una evaluación más profunda.
Ejemplo:
Pertenece a un alumno varón de 1er. año EGB 2 (4º grado). Tiene 9 años, 5 meses.
Los comentarios del docente sobre el alumno son los siguientes: es inquieto, no trabaja ordenadamente, le
cuesta la escritura, confunde letras, permanece poco tiempo concentrado.
1) Aspectos formales La carpeta está un poco desordenada, faltan completar trabajos. Algunas materias
tienen carátulas y otras no, la mayoría de las hojas tienen el nombre del alumno, otras las iniciales y
algunas están sin identificar. Hay hojas con espacios en blanco. La numeración de las mismas no siempre
coincide con la secuencia esperada. Hay borraduras y algunas tachaduras. La escritura es irregular y a
veces resulta ilegible. Sus grafismos se caracterizan por trazos hipertónicos.
3) Actividades Son individuales y escritas. Si se han realizado actividades orales o en grupo no figura
consignado. El docente propone realizar bastante ejercitación. Tienen consignas claras. Las actividades
favorecen distintos tipos de aprendizajes: conceptual, comprensivo, asociativo, motor, perceptivo.
4) Tipos de errores Aparecen errores en la construcción de las palabras, que son significativos para su
edad cronológica. Omite y confunde letras dentro de las palabras (ejemplos: monda, pástico). En letra
cursiva separa mal las palabras (ejemplo: buscoenlas). Hay errores ortográficos que están asociados a
distracción, por cuanto algunas palabras están mal copiadas y otras aparecen escritas de distinta manera
en el mismo texto. Hay errores sistemáticos en la ausencia regular de acentos ortográficos. Tiene tareas
incompletas en algunas áreas. Hay cálculos escritos con algunas fallas en el orden espacial pero los
resultados son correctos.
5) Corrección/Evaluación La carpeta está casi toda corregida. La frecuencia parece ser semanal. Es
conceptual y cualitativa. Hay autocorrección diaria en matemática. El docente no destaca en forma
llamativa los errores, pero tampoco indica detalladamente lo que está mal. Se marcan palabras mal
escritas. Se observan algunas leyendas: “No se entiende”, “Hacé la letra más clara”, “Completar”. Las
correcciones que hace no parecen resultar útiles para superar los errores. Empleo escaso de incentivos
estimulando la tarea diaria. No se observa la supervisión de la carpeta por parte de las autoridades
escolares, a la fecha de esta observación. Valor diagnóstico e inferencias de la observación de la carpeta
Fecha..................... Nombre del alumno: ..................... Edad:..................... Curso escolar:.....................
Motivo de derivación:.....................
Síntesis de la observación
El alumno no puede cumplir con todas las pautas de trabajo propuestas. Su desempeño es fluctuante,
deja cosas sin hacer. Hay compromiso en algunas áreas del aprendizaje. Se detectan dificultades en la
organización espacial, en la psicomotricidad fina y en la producción escrita.
Estas impresiones diagnósticas sirven como hipótesis iniciales y orientan una tarea más
personalizada con el alumno, muchas veces preceden a una evaluación psicodiagnóstica
realizada dentro de la institución escolar o bien en el consultorio particular. Los
procedimientos de observación aportan información complementaria a otros métodos con
fines de diagnóstico o seguimiento.
Cuando se trabaja en orientación vocacional ocupacional, ¿se hace informe? ¿dirigido a quién?
En orientación educativa y vocacional, los encuadres de trabajo pueden ser de lo más variados,
y la familia como grupo de pertenencia ocupa un lugar importante en los procesos con
púberes y adolescentes. Por lo tanto, las entrevistas con padres suelen formar parte de la
estrategia propuesta. En tales ocasiones el orientador abordará con ellos, y como modalidad
de cierre, la comunicación oral (algunas veces por escrito) de aspectos relacionados con la
problemática educativa o vocacional de sus hijos. Tanto si ha trabajado en consultorio privado
o en distintos servicios institucionales (oficiales, privados, comunitarios) en forma individual o
grupalmente.
A veces, es el mismo consultante quien solicita un informe. En estos casos tendrá un estilo
sencillo y un lenguaje coloquial. Pero esto de ninguna manera reemplaza la riqueza de la
entrevista personal, porque la profundidad, el grado de precisión y las aclaraciones que se le
comuniquen al joven no pueden sintetizarse en un informe.
Cuando el informe es para los padres, es operativo leerlo en forma conjunta con ellos. García
Arzeno (2000) plantea que, cuando los padres desean llevarse algo escrito, es conveniente
redactar de manera sencilla lo transmitido en la entrevista de devolución y, a su vez, estaría
dispuesta a brindar información más técnica si hubiese otros interesados.
Adaptar el contenido y el estilo del informe de acuerdo al receptor puede requerir que se
redacte más de un informe de la misma persona. Por ejemplo, uno para el médico, con mayor
especificación sobre el funcionamiento y organización de la personalidad de un niño, y otro
para la escuela, sin profundizar ciertos aspectos (del niño o la familia), con las
recomendaciones que le sean útiles.
Para su elaboración es conveniente que revise los distintos elementos parciales obtenidos
durante la exploración:
Estos elementos parciales tienen que ser combinados en una matriz integradora que
caracterice al sujeto evaluado y para ello formulará hipótesis apoyándose también en los datos
provenientes de otras fuentes:
Por otra parte Maganto (1995), refiriéndose al psicodiagnóstico infantil, señala que la mayor
influencia de factores situacionales y ambientales variabiliza los resultados de la exploración. El
examinador, el tipo de instrumento, la situación de examen, el lugar donde se evalúa, etc.,
condicionan en gran medida los resultados. Por ello, siempre que sea posible se han de
obtener datos en diferentes momentos y de diferentes contextos. Más adelante dice que el
psicodiagnóstico infantil no tiene carácter definitivo para ningún niño y por eso se precisan
evaluaciones periódicas que reajusten y adecuen progresivamente la toma de decisiones, por
eso lo considera procesual y dinámico. Lo antedicho deberá tenerse especialmente en cuenta
para determinar qué y cómo se transmite lo hallado durante la evaluación.
En el cuerpo del informe se deberán incluir aquellos resultados más precisos y confiables.
Habrá que ser cauto con los resultados más variables. Si se incluyen, deberían ser delimitados
a cómo se observaron y señalando sus características contradictorias.
Sara Pain (1983) se refiere al problema de aprendizaje desde una perspectiva multifactorial.
Señala que puede responder a diferentes factores: a) orgánicos (todo aprendizaje se desarrolla
a partir del cuerpo); b) específicos (adecuación perceptivo-motora, dificultades en el análisis y
síntesis de los símbolos, indeterminación de la lateralidad, etc.); c) psicógenos (componentes
emocionales del no-aprender); d) ambientales (entorno material, posibilidades que le brinda el
medio, etc.).
En la evaluación psicoeducativa habrá que estimar cuáles son los factores que más inciden y
que comprometen el aprendizaje así como los recursos reales del niño, sus conocimientos
previos, su motivación, porque a partir de ellos se elaborará el diagnóstico y las
recomendaciones que se incluirán en el informe.
Informe
• Nombre y apellido
• Edad
• Fecha de nacimiento
• Grado / Año
• Escuela
• Derivado por (indicar quién y por qué se derivó)
• Fecha de evaluación
• Motivo de consulta
• Técnicas aplicadas
• Grupo familiar (personas con quienes convive)
• Antecedentes familiares (datos importantes de la familia y su dinámica. Sólo los
imprescindibles por razones de privacidad)
• Historia personal (eventos significativos de su historia vital y pautas evolutivas relevantes)
• Historia escolar (desarrollo de la misma. Adaptación o dificultades en su experiencia escolar)
Conducta del niño
Actitudes y conducta manifiesta en relación a la tarea y al entrevistador. La observación de la
conducta asociada a la realización de cada prueba amplía la interpretación de los resultados.
¿Qué hace el niño? Busca aprobación, interrumpe la tarea, borra, se distrae, se cansa,
verbaliza, tiene conductas extrañas, etc. Todo esto aporta datos de interés para comprender la
problemática. En el informe se comunica una síntesis de las pautas de comportamiento más
estables.
Área madurativa
Evaluación de la actividad perceptiva, coordinación visomotriz, destreza motora fina,
organización espacial, etc. Indicar resultados cuanti y cualitativos del Test Guestáltico
Visomotor de Bender, André Rey, M. Frostig, Patrón Evolutivo Gráfico (Piaget), Técnicas
Proyectivas Gráficas, Dibujo de la Figura Humana, etc.
Área intelectual
Resultados de las pruebas de inteligencia. Si se transmiten datos cuantitativos indicar también
la descripción cualitativa de los puntajes, o bien hacer referencia sólo a esto último. Puede
complementarse la exploración de la inteligencia con el enfoque piagetiano de las etapas del
desarrollo cognoscitivo. Pruebas de conservación, seriación, clasificación, pruebas operatorias
para el pensamiento formal, etc.
Aptitudes escolares
Para completar este apartado se tendrá en cuenta el rendimiento académico y las habilidades
básicas para el aprendizaje de los niños o adolescentes de acuerdo a su año de escolaridad.
Esta información es de suma importancia en las evaluaciones por dificultades de aprendizaje o
cuando en ocasiones especiales se debe decidir una promoción escolar por superar el nivel de
aptitudes (por ejemplo, habilitación de edad). Se obtiene a partir de distintas fuentes: 1)
observación de carpetas o cuadernos de clase, registros narrativos, informes docentes; 2)
aplicación de pruebas pedagógicas de: escritura, lenguaje, lectura, vocabulario, comprensión,
ortografía, numeración, precálculo, cálculo, situaciones problemáticas, etc.; 3) aplicación de
baterías específicas, por ejemplo: TEA, Test de Aptitudes Escolares, a partir de los 8 años.
Área socioemocional
En este apartado se informa sobre el estado emocional, la relación con la familia, las vivencias
conflictivas, la interacción con el medio, la dinámica relacional del grupo clase, etc. El material
se obtiene a través de distintas entrevistas (padres, niño, docente), técnicas proyectivas
gráficas, verbales y lúdicas, técnicas objetivas, cuestionarios, autoinformes, inventarios,
sociogramas, etc.
Recomendaciones
Se incluyen: a) orientaciones concretas y específicas, plausibles de ser llevadas a cabo por
parte del alumno, la familia y/o la escuela; b) la sugerencia de realizar intervenciones
terapéuticas; c) la solicitud de estudios complementarios; d) interconsultas con otros
profesionales.
Firma
Aclaración
Matrícula