Trabajo en Posición Sentado
Trabajo en Posición Sentado
Trabajo en Posición Sentado
La altura del asiento de la silla debe ser regulable (adaptable a las distintas tipologías
físicas de las personas). La ideal es la que permite que la persona se siente con los
pies planos sobre el suelo y los muslos en posición horizontal con respecto al cuerpo o
formando un ángulo entre 90 y 110 grados. La altura correcta del asiento es muy
importante, ya que si ésta es excesiva se produce una compresión en la cara inferior
de los muslos. Si el asiento es demasiado bajo, el área de contacto se reduce
exclusivamente al glúteo (las piernas quedan dobladas hacia arriba cerrando el ángulo
formado por los muslos y el cuerpo) provocando compresión vascular y nerviosa.
Las sillas deben ser estables, su base de apoyo estará formada por cinco patas con
ruedas. Es importante que las sillas puedan girar y desplazarse, de modo que se pueda
acceder con facilidad a los elementos cercanos a la mesa de trabajo y se eviten los
esfuerzos innecesarios.
Los mandos que regulan las dimensiones de la silla se deben poder manipular de
forma fácil y segura mientras la persona está sentada en ella.
Los reposabrazos son recomendables para dar apoyo y descanso a los hombros y a
los brazos, aunque su función principal es facilitar los cambios de posturas y las
acciones de sentarse y levantarse de la silla.
El asiento de la silla debe tener una superficie casi plana y el borde delantero
redondeado para evitar la compresión en la parte inferior de los muslos.
Mantener una correcta posición de trabajo que permita que el tronco esté erguido
frente al plano de trabajo y lo más cerca posible del mismo, manteniendo un ángulo de
codos y de rodillas de alrededor de los 90 grados. La cabeza y el cuello deben estar lo
más rectos posible.