Resumen 8 - El Misterio de La Vida Intima de Dios

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Resumen 8: El misterio de la vida íntima de Dios, Las procesiones divinas, El Padre

principio sin principio, La procesión de la segunda persona, La procesión del Espíritu


Santo, in: Mateo - Seco L, Dios Uno y Trino, Pamplona, Eunsa, pp. 504-582.

El Misterio de la vida íntima de Dios


Los primeros y más sencillos enunciados establecen que no hay más que un solo
Dios. En ese Dios único, hay tres: Padre, Hijo y Espiritu Santo. se da en Dios una
unidad real y una alteridad real.
En el lenguaje común se llama naturaleza o esencia a aquello que constituye a
algo en un determinado orden del ser, se llama individuo o persona al sujeto distinto de
otros sujetos con los que puede compartir la misma naturaleza, un orden de ser. No hay
más que un solo Dios y en él hay comunión de personas.
La Revelación de la Trinidad como la Revelación de Dios que es Amor:
La Trinidad es la forma en que vive Aquel que es el Amor esencial,
presencialidad y Amor, Palabra y don. Según Ricardo de San Víctor, el amor es el rasgo
de la vida divina que, según nuestro modo de hablar, fundamenta el misterio trinitario.
Si se dice que Dios es un acto de Amor infinito y Subsistente, debe existir en El un
perfecto amor de amistad.
Entre las verdades se encuentra que Dios es amor, no hay más que un solo Dios,
ese Dios es tripersonal. La afirmación de que Dios es amor se explica en la afirmación
que Dios es comunión de personas, esta comunión interpersonal se enmarca en el hecho
de que Dios es esencialmente amor. las personas surgen del amor y se encuentran
unidas por él. Unidad y alteridad se dan en Dios con la perfección absoluta del ser
espiritual. En Dios se da una perfecta vida espiritual de conocimiento y amor.
La Trinidad Misterio en sentido Estricto:
La Trinidad es un misterio en sentido estricto, pues en él se expresa en su forma
más radical la plenitud de la vida de Dios. este misterio, incluso después de revelado
sigue trascendiendo la inteligencia creada. creemos que es un misterio y no predicamos
al absurdo. Este misterio es el centro de los otros misterios.
La Analogía Psicológica:
Los mismos nombres dado por el Nuevo Testamento a las personas divinas, por
ejemplo, el Logos parecen indicar que la analogía es el mejor camino. Desde los
primeros siglos, los padres han utilizado la vida del espíritu humano como analogía para
expresar el misterio trinitario. se destacan Justino, Tertuliano, San Gregorio de Nisa y
San Agustín.
San Gregorio en un texto explica que de igual forma que el hombre no es un ser
a- lógico, sino que tiene un logos, Dios tampoco es a-lógico, sino que tiene un logos
pero muy superior en calidad ontológica al logos humano, como corresponde al
trascendente ser de Dios.
En San Agustín la analogía, de la cual proceden el Verbo y el Espiritu, toma de
las dos operaciones del alma, conocimiento y amor. a partir de él la analogía psicológica
es utilizada casi universalmente por la teología para referirse al misterio de la Trinidad.
La analogía psicológica no pertenece a la fe de la Iglesia, sino que es un
instrumento del quehacer teológico.
Los esquemas griego y Latino:
Tanto los griegos como los latinos afrontan el estudio del misterio trinitario
desde dos perspectivas diversas. los griegos ven la trinidad de personas a la unidad de
naturalezas, mientras que los latinos van de la unidad de la naturaleza a la trinidad de
personas.
Los textos patrísticos muestran que, tanto en Oriente como en Occidente, la
ruptura entre la teología y la economía tiene lugar como consecuencia indirecta de las
enseñanzas del Concilio de Nicea. La teología latina a partir de Medioevo coloca en
primer plano la unidad divina. Santo Tomas hará hincapié en la realidad de Dios y en
las procesiones divinas.
Significado de los principales términos utilizados en la teología Trinitaria:
El periodo de consolidación de la terminología va desde el Concilio de Nicea 225 al
I de Constantinopla 381 y la formulación de Basilio una sustancia tres hipóstasis.
a- Esencia (Ousia), naturaleza (physis), substantia (Ousia)
Se utilizan para designar aquello que se debe decir de Dios en singular.
Designan la misma realidad, aunque con diferentes matices. Esencia es lo que una cosa
es, la naturaleza es lo que una cosa ha recibido con su nacimiento, la sustancia es lo que
esta debajo de los accidentes. Los tres nombres designan lo que Dios es.
b- Supósito o Hipóstasis y persona
Designan realidades de Dios en plural. persona añade al concepto del supósito el
ser un sujeto que posee naturaleza más perfecta, es decir suposito de naturaleza racional.
c- Subsistencia
Los latinos colocan la personalistas en la subsistencia. esta deriva de la palabra
griega hipostasis con el significado de los que esta debajo. En este sentido en Dios hay
tres subsistencias que viene a designar los mismo que hipostasis.
d- Relaciones Subsistentes
La relación exige haya realidad y en Dios hay cuatro relaciones: la paternidad, la
filiación, la espiración activa y la espiración pasiva.
e- Procesiones
La procesión designa el hecho de que una persona recibe su origen de otra. Santo
Tomas la define como ordo originis, es decir el origen que una persona tiene en la otra.
f- Nociones y Propiedades
Las nociones o procesiones nocionales son aquellas notas por las cuales
distinguimos a las personas divinas. Estas notas son cinco: la innascibilidad, la
paternidad, la filiación, la espiración activa y la espiración pasiva.
g- Misiones:
El termino misión designa el envío de una persona divina ad extra de la Trinidad.
implica un orden de origen es decir aquella que es enviada procede de aquella que lo
envía.
h- Circuminsessio (perichóresis)
Es el termino en que la persona divina distinguiéndose entre sí, existen la una en
la otra en razón de que son el mismo y único Dios.
i- Apropiaciones
Santo Tomas define la apropiación como la manifestación de las divinas
personas por medio de los atributos esenciales. al Padre la omnipotencia y la obra de la
creación, al Hijo se le atribuye la sabiduría.
La Trinidad Cristiana:
Toda la vida de la Iglesia se percibe desde la trinidad, ya se ve en la iniciación
cristiana. En la Trinidad tiene lugar procesiones inmanentes, que permanecen en el ser
divino, se trata de procesiones reales. son acciones reales en Dios.

Las Procesiones Divinas


Jesús de Nazaret nos ha dado a conocer que Dios, siendo uno, es al mismo
tiempo Padre, Hijo y Espíritu Santo, esta distinción de personas en el seno mismo de la
Trinidad.
El misterio de Jesús, nos invita a la contemplación del misterio Trinitario,
ofreciéndonos como concepto clave la procesión, la unidad de la Trinidad de Dios
encuentra su razón de ser en el origen que cada una de las Personas tienen de otras.
Existencia de dos procesiones en Dios:
Existen dos procesiones inmanentes en Dios una por vía de generación y la otra
por la expiración. El Padre no precede de nadie, el Hijo procede por vía de generación y
el Espíritu Santo procede del Padre a través del Hijo.
Procesiones y operaciones divinas:
En el lenguaje teológico el termino procesión designa el origen o emanación que
un ser tiene de otro. Se llama inmanente cuando el término que procede permanece en
aquel que lo precede. En Dios existe una procesión transeúnte, se trata de la creación, se
llama así porque la acción esta fuera de Dios.
No se puede decir una cosa sin aludir al mismo tiempo la razón de esta
procedencia. El hijo procede del Padre, porque este lo engendra mediante la acción de
engendrar. Toda procesión requiere una naturaleza que lo origina y toda procesión
inmanente presupone una acción interna de Dios. La existencia de procesiones
inmanentes lleva a la existencia de operaciones inmanentes en Dios.
Las procesiones según el conocimiento y el amor:
Partiendo del entendimiento y el amor. se dice que el Hijo procede del Padre por
vía del entendimiento y el Espiritu Santo procede del Padre y del Hijo por la vía del
amor.
Puesto que en Dios hay dos clases de procesiones inmanentes y transeúntes, es
necesario hablar también de actos inmanentes y transeúntes. Los transeúntes son
comunes a las tres personas y las inmanente son exclusivos de las personas que son el
origen y el término de la procesión.
Actos esenciales y actos Nocionales:
Se llama actos nocionales al efecto de decir que solo el Padre engendra
verdaderamente al Hijo esto equivale a un acto propio y exclusivo de él, un acto eterno
en el que el Hijo recibe su origen.
Los actos nocionales se contraponen a las operaciones esenciales y comunes a
toda la Trinidad. El Padre solo engendra, el Hijo solo es engendrado, solo el Padre y el
Hijo espiran. Solo el Espiritu Santo es espirado. Los actos nocionales no designan otra
cosa que el origen de las personas divinas, son cuatro generación activa, generación
pasiva, espiración activa y espiración pasiva.

La procesión de la Segunda Persona


Jesús es el Hijo amado en quien el Padre tiene sus complacencias (Mt 3, 17) en
filiación de Jesús al Padre, en el misterio de la conciencia filial de Cristo. Se revela la
primera procesión en Dios, una procesión que tiene lugar por vía de generación.
Esta confesión filial es el contenido central en el predicado San Pablo, al que
califica como evangelio del Hijo de Dios (Rm 1,3). El Hijo es calificado en el prólogo
de San Juan como la palabra o el logos, que estaba Dios desde el principio y que es el
unigénito del Padre (Juan 1,1-14) Filiación, palabra y logos que hacen del Hijo la
imagen perfecta. (Col 1,15). Por eso los Apóstoles confiesan a Jesús como el verbo que
en el principio estaba cabe Dios y era Dios, como la imagen del Dios invisible, Col
1,15, como el resplandor de su gloria y la impronta de su esencia Hebr 1,3.
La Generación en Dios
Esta explícitamente revelado que Jesucristo es el Hijo de Dios. esto lleva
consigo la afirmación de que en Dios hay un Padre, y un Hijo y en consecuencia que
existe generación en Dios, esta otra afirmación implica que hay procesión en Dios, que
tiene lugar mediante una acción análoga a lo que en nuestro modo de hablar se llama
generación.
La afirmación de la filiación divina de Jesús el Unigénito del Padre, Dios de
Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, de la misma Sustancia del Padre.
Exige una afirmación igual de la existencia de generación en Dios.
Esta generación es una acción inmanente, intradivina, pues engendrar es
realmente entregar a otro distinto la existencia, pero de la misma Naturaleza. Lo
engendrado debe permanecer en Dios. Santo Tomas de Aquino.
Este doble concepto muestra la diferencia existente entre Arrió y la fe cristiana.
Arrió toma la generación del Hijo en el primer sentido, en el Sentido genérico. En rigor
eso no es una generación, sino una producción. De aquí es que Arrió toma, generación
como producción ad extra, es decir como una creación. La doctrina cristiana toma
generación del Hijo en Sentido propio, es decir cómo tal como vemos en el que
engendran y son engendrados.
La acción vital es clave a la hora de hablar de una verdadera generación, en
efecto la acción vital es la única forma de comunicar a otro ser viviente su propia
naturaleza. Es esencial al concepto de hijo de que este brote del padre, al recibir de la su
misma naturaleza, porque este se le entrega. En Dios, el Hijo no puede ser criatura, sino
Dios de Dios, permaneciendo en la íntima simplicidad del ser divino.
La procesión del Verbo según la operación del entendimiento
Toda procesión supone una acción tras la afirmación de que existe generación en
Dios, surge la cuestión de como concebir esta acción generativa, en Dios, es obvio dada
la infinita simplicidad de Dios, que no tiene sentido concebir, esta generación de forma
sexuada, es necesario concebirla como corresponde a la infinitud divina, en una forma
que transciende toda división y composición. Es decir, ha de concebirse, en analogía
con las procesiones en los actos de conocimiento y amor.
San Agustín formulo con Nitidez, esta relación al escribir en su Trinitate, “El
Padre y el Hijo son juntamente, una esencia, una grandeza, una verdad y una Sabiduría.
Pero el Padre y el Hijo juntos no son un Verbo, porque los dos no son un Hijo, porque
los dos no son un Hijo, Hijo dice relación al Padre, no así mismo, así cuando se habla
del Verbo, el Verbo dice relación de aquel a quien dice verbo, por la misma razón que
es Verbo es Hijo y por la misma razón que es Verbo es Hijo, y por la misma razón que
es Hijo es Verbo”.
La acción generativa se encuentra en el ámbito del Conocimiento, se trata de una
generación Intelectual. Según San Agustín Dios, Hijo y Verbo se identifican, porque
ambos designan la misma realidad personal, según su forma de proceder, lo que le
constituye en Verbo a la Segunda persona, es lo que le constituye en Hijo y viceversa.
El Hijo es engendrado en un acto de inteligencia.
La última advertencia de Santo Tomas debe tomarse en cuenta en toda su fuerza,
Dios tiene en si misma el Verbo de Dios, en forma parecida a la que el hombre tiene, el
Verbo humano. Solo en forma parecida, nos estamos moviendo en el ámbito del
misterio y de la analogía.
La analogía, se refiere principalmente a la consideración de que la inteligencia es
fecunda, concibiendo y dando a Luz en si misma al objeto conocido.
Unicidad y Perfección del Verbo
Pertenece a la fe, que el Verbo es el Hijo único del Padre, así este afirmado en el
Nuevo Testamento. Juan 1, 18; 1 de Juan 4,9. También es clara la razón teológica, la
perfección de la generación en Dios excluye toda multiplicidad.
Jesús como Palabra Eterna y Temporal del Padre
La unicidad de Jesucristo dado el Misterio de la unión hipostática, lleva a
considerarle como única palabra del Padre, en la que el Padre, tanto eterna como
temporalmente, dice todo cuanto tiene que decir.
Jesús es la palabra eterna del Padre, que se ha hecho carne y ha hablado a los
hombres con lenguaje humano. Se trata de una Cristología que hunde sus raíces, en la
historia de Jesús, pero que se adentra en el Misterio íntimo de Dios. Jesús era el Verbo,
que estaba, cabe Dios desde el principio, por quien ha sido hechas todas las cosas, el
que revela la gloria del Padre. Y que es testigo y testimonio definitivo de Dios ante el
mundo.
El Nombre de Verbo Nombre personal en Dios
A la segunda persona se le atribuyen especialmente tres nombres: Hijo, Verbo e
Imagen, se trata de tres nombres que designan la misma realidad, y que solo se
diferencian entre sí, por el modo de significar, Hijo se dice como relativo al Padre,
Verbo como relativo a aquel que lo dice, Imagen como ejemplar al que refleja.
El nombre de Verbo, en su forma de Significar, presenta un horizonte distinto
del Hijo, el horizonte del conocimiento de Dios, el de la Sabiduría que manifiesta
infinita riqueza de la esencia divina. Y que está en la relación con el Papel del Verbo en
relación con la creación del mundo.
El Nombre de Imagen
Parafraseando a San Agustín se podría decir que, para los latinos, el Hijo es
Verbo en cuanto Hijo, y es Imagen en cuanto Verbo. El nombre Imagen se le aplica en
forma exclusiva solo en el sentido de que con ese nombre se designa su nota esencial de
Verbo, se Imagen fidelísima de la cosa conocida.
El Hijo Amado
La Respuesta no puede ser otra que el Hijo es también en su procesión eterna, el
Hijo amado, engendrado en cuanto amado.

La procesión del Espíritu Santo


La segunda procesión inmanente en Dios es la del espíritu santo, de él se dice
sencillamente en la sagrada escritura qué procede sin precisar cuál es la procedencia. La
teología es unánime en relacionar la procesión del espíritu santo con la procesión del
amor. Pero la personalidad del Espíritu Santo sigue siendo la más desconocida hasta el
punto de que se le ha llamado El Dios desconocido, el gran desconocido.
Conocemos al Espíritu precisamente al dejarnos llevar por el hacia Cristo la
misericordia del Espíritu Santo pertenece por así decirlo a su especial modo de existir,
en la Trinidad el expresa el misterio de la intimidad de Dios en forma parecida a cómo
el espíritu del hombre indica lo más profundo de hombre, conocemos al Espíritu Santo a
través de su obra santificadora es decir a través de su intervención en la historia de la
salvación y sobre todo a través de su relación con Cristo, del Espíritu Santo que a su vez
envía su espíritu a sus discípulos

Nombre apelativos y símbolos del Espíritu Santo


Son muchos los nombres y aplicativos que recibe el espíritu santo en la sagrada
escritura como en la tradición teológica no existen nombres que se pueden atribuir
exclusivamente al Espíritu Santo, incluso los tres que se le aplican con mayor frecuencia
espíritu, amor, don son al mismo tiempo nombres que se aplican a la esencia divina.
Dios mismo es espíritu de amor Juan 4, 2-4 y 1 Juan 4, 8
El nombre Espíritu es por así decirlo su nombre más propio, es precisamente el
nombre con el que invocamos en la celebración del bautismo Mateo 28, 19 o con que le
designa San Pablo para referirse a la tercera persona. Nuestro Señor Utiliza también el
nombre de espíritu acompañado de otros apelativos le llama el paráclito, el consolador
Juan 14:16 espíritu de verdad.
El nombre de amor También corresponde como nombre propio del Espíritu
Santo qué procede de amor, en este caso la palabra amor es equivalente al verbo en
cuanto designa la persona que es término de la procesión, lo mismo sucede con el
nombre don se designa con este término la aptitud para ser donado desde el origen, el
espíritu es la persona en la que Dios mismo se dona a la criatura racional, el espíritu
santo se encuentra presente por doquier en la vida cristiana sumisión a la iglesia y a las
almas es el camino por el que la Trinidad beatísima se nos da introduciéndonos a
nosotros en su vida íntima
El agua en el bautismo sirve para designar nuestro nuevo nacimiento por la
acción del Espíritu Santo. 1 corintios 12, 13
La unción con óleo es significativa del Espíritu Santo hasta el punto de que se ha
convertido en sinónimo suyo 2 corintios 1,21.
El fuego simboliza la energía transformadora del Espíritu Santo. Juan Bautista
que precede al señor con el espíritu y el poder de Elías. Lucas 1,17, anuncia a Cristo con
el que bautizará en el Espíritu Santo y el fuego Lucas 3,16
La procesión del Espíritu Santo según la operación de la voluntad
Dos son las afirmaciones centrales perteneciente a la fe en torno a la procesión
del Espíritu Santo: que el Espíritu Santo procede del padre, que esta procesión no es una
generación sino una espiración.
Una vez establecida la personalidad del espíritu y rechazados los diversos
modalismo cómo se hizo necesario defender la divinidad del Espíritu Santo frente a los
Pneumatócos, estos insisten en su negación de la divinidad del espíritu santo.
La explicación de esta segunda procesión se orienta, especialmente en los padres
latinos, hacia las características propias del espíritu de la santidad y del amor, El
Espíritu Santo procedería pues del padre como el amor procede del acto de amar.
La santidad en el amor. La obra santificadora del espíritu no lleva otra cosa que
al amor. De ahí que se conciba el espíritu Santo como procediendo de la voluntad. San
Agustín presentó el espíritu Santo como el vínculo de unidad entre el padre y el hijo.
para los griegos en cambio el lazo de Unión en la Trinidad es el hijo.
El planteamiento de Santo Tomás es claro. El verbo es hijo, porque el verbo
procede por una acción que constituye una verdadera generación intelectual: el espíritu
Santo es Dios, por qué procede de modo inmanente en Dios, y dios es simplísimo. El
espíritu Santo es Dios, no por ser engendrado, sino por ser divino. La procedencia del
espíritu no es una generación sino una espiración, como corresponde a la naturaleza del
amor, cuyo término es la unión con el amado.
El espíritu Santo como amor mutuo del padre del hijo
El espíritu procedería entonces como el amor mutuo entre el padre y el hijo. San
Agustín argumenta que el nombre de amor conviene al espíritu Santo. El espíritu Santo
es el amor mutuo entre el padre y el hijo que dada la simplicidad del ser divino en el que
no cabe nada accidental, es amor subsistente. Siguiendo las afirmaciones de San
Agustín, Santo Tomás mantiene la concepción del espíritu como amor mutuo y como
nexo entre el padre y el hijo. Sin embargo, no se sitúa aquí lo más importante de la
analogía del amor con el espíritu Santo, si no la estructura íntima de la vida del espíritu.
La concepción del espíritu Santo como amor se une en Tomás de Aquino con la
afirmación de que el espíritu santo procede del padre y del hijo.
El espíritu Santo como procedente del padre y del hijo
La procedencia del espíritu constituye uno de los puntos más graves de
divergencia entre la Iglesia católica y la iglesia ortodoxa. La fe apostólica con respecto
al espíritu Santo fue confesada de modo irreversible en el símbolo del primer concilio
de Constantinopla, donde tras confesarse como señor y dador de vida cómo se dice que
procede del padre, y que recibe una misma adoración y gloria, con el padre y el hijo. La
tradición latina confesará después que el espíritu procede del padre y del hijo filioque.
La historia atestigua que el fin de porque se introdujo en el símbolo era para
evitar el subordinaciónismo del hijo con respecto al padre, es decir para evitar los
peligros del arrianismo. Pero advierten los teólogos ortodoxos que el peligro de
concebir El espíritu Santo como inferior al padre y al hijo, como un apéndice añadido la
relación padre-hijo. el espíritu santo parecería entonces como un añadido la relación del
padre e hijo.
El catecismo ofrece una precisión importante en torno a la doctrina del concilio
vaticano II de Lyon cuando afirma que el espíritu santo procede del padre y del hijo
como un solo principio. Esta afirmación tiene como finalidad según el catecismo
salvaguardar la monarquía del padre, único principio de toda la Trinidad. Por eso se dice
que el padre en tanto qué padre del hijo único y juntamente con él es el único principio
de dónde procede el espíritu Santo.
Esto quiere decir, por una parte, la afirmación del filioque no puede significar
que el espíritu santo procede del padre e hijo como de dos principios, sino como de un
solo principio, pues en caso contrario lesionaría gravemente la monarquía, por otra
parte, este solo principio debe entenderse de una forma que no debía pensar que el
espíritu procede de la esencia del padre y del hijo, sino de su ser personal. Tras la
filmación de que todos los términos de la relación personal se caracterizan mutuamente,
como es lógico tendríamos que preguntarnos cómo caracteriza el espíritu santo la
relación padre-hijo. a veces se ha considerado a la generación del hijo sin ninguna
referencia la aspiración, y a la expiración como una procesión sin ninguna referencia
generación. La palabra eterna del padre no es una palabra cualquiera sino como palabra
de aquel que es la fuente del amor que ha de ser ella mismo una palabra por la que fluye
el amor. La relación del espíritu con Jesús conduce hacia el conocimiento de la relación
del verbo y el espíritu. Es Jesús quién envía el espíritu, pero Jesús mismo ha sido
ungido como mesías por el espíritu. Al mismo tiempo el espíritu introduce los hombres
en el misterio de Jesús, porque él es el espíritu de Jesús.
En espíritu Santo como Don
El espíritu Santo es ante todo don del padre a Jesús, qué es portador del espíritu
en plenitud. Toda la vida de Jesús desde su Concepción virginal Lucas 1,35, hasta
Asunción mesiánica Lucas 4,18, su sacerdocio hebreo 9,14, su resurrección romanos 1,
3-4. Es obra del espíritu. Jesús es esencialmente el portador del espíritu que de su
plenitud hemos recibido todos.
Él es el don de Dios por excelencia, bien se entienda como el matiz activo de
donar, o como aquello que es donada: bien se entienda como donación intratrinitaria,
bien como el don de Dios a los hombres. San Agustín utiliza el nombre de Don como
nombre propio del espíritu Santo. El pensamiento de fondo es buena muestra de la
genialidad de San Agustín: Dios es amor.
El espíritu santo en cuanto Don es el único de la unción de los hombres con Dios
cómo es el autor de la unidad de la iglesia y del amor cristiano. La caridad brota de la
adoración del espíritu. La divinización del cristiano es obra del espíritu y es tan
profunda y radical.
Es el espíritu santo el que no se introducen el misterio de Cristo, de forma que el
itinerario del hombre hacia Dios puede describirse como un itinerario hacia el padre por
medio del hijo en el espíritu Santo. Nuestro espíritu iluminado por el espíritu, fija su
mirada en el hijo y en este como en una imagen contempla el padre.
La consideración del espíritu Santo en su carácter de Don personal en el que
Dios se comunica libremente a los hombres y quizás el lugar más adecuado para
percibir las estrechas relaciones que se dan entre Trinidad inmanente y Trinidad
económica. El espíritu Santo es por así decirlo el punto de unión entre ambas.

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