Filosofia Del Derecho
Filosofia Del Derecho
Filosofia Del Derecho
Independencia¨
Ciclo : II “B”
Los temas fundamentales que aborda la filosofía del derecho discuten, no sólo
cuestiones inherentes a la autonomía y a la especificidad del fenómeno jurídico, en
cuanto tal, sino sus mismas instituciones, entendidas como res pública, súper partes
garante de los derechos del hombre. En su concreción, la juridicidad2 es entendida
y se explica como un determinado derecho vigente, instituido en un espacio y en un
tiempo históricamente dados; la clarificación filosófica pretende mostrar, en cambio,
que “instituir el derecho” el tránsito de la dimensión de la justicia al derecho positivo–
no es simplemente un proceso técnico-científico; al contrario, deriva de la relación
que se crea entre los individuos que constituyen la comunidad.
Compromiso de la filosofía del derecho es, de otro lado, aclarar y advertir, al mismo
tiempo, que el hombre no se presenta como un “yo diverso” dentro de roles-
funciones que se asumen en el interior de aquellos fenómenos que, con una
terminología postmoderna, se definen como sistemas sociales(política, economía,
religión, universidad, etc.). La filosofía va más allá de toda pretensión fragmentaria
o de reduccionismo funcional; su unidad (ontológica) es la condición básica para el
juicio jurídico. Dentro de esta perspectiva filosófica, las instituciones del derecho
comportan la prohibición de toda aplicación violenta del mismo, vale decir, de
cualquier relación de fuerza, por ende, la afirmación rigurosa y nítida de que el
fenómeno derecho no nace de la fuerza bruta, entendida como fuerza física, moral,
económica o de potencia funcional. Se desprende, en consecuencia, que la relación
jurídica no está constituida simplemente por un nexo causal o sólo por relaciones
de lógica formal que se dan entre las diversas normas, sino que expresa la ratio
juris, como parámetro-medida de las relaciones jurídicas. La génesis del derecho
no se puede resumir o concretar, en términos de Jankélévitch, en ‘una violencia que
resultó eficaz’, vale decir, triunfante; al contrario, el compromiso del jurista es buscar
el derecho en la relación de reconocimiento, guiada por las formas de la praxis a la
institución de un derecho positivo que se cualifica como tercero y súper partes,
regido, a su turno, por los a priori indisponibles de la justicia.
El primer capítulo trata de la filosofía del derecho como conocimiento absoluto que
investiga por medio de la razón los principios universales de todas las cosas, las
causas primeras y las fundamentaciones últimas, más allá de las cuales no puede
remontarse la inteligencia humana. La ciencia investiga un sector de la realidad; en
cambio, la filosofía investiga en su totalidad.
Los métodos y los actos gnoseológicos son más adecuados para la investigación;
que los entes son; que los valores valen. No interesa a la ciencia cuál es el ser del
conocimiento; cuál es la entidad de los objetos; cuál el ser de los entes, etc. Si la
ciencia cuestionara sus propios supuestos, cuestionaría así el sustento de su propia
estructura de conocimiento, y por esta vía podría lograr su extinción, lo que no figura
en sus planes. A la filosofía corresponde, en cambio, la pregunta por la cosa; por la
entidad de la cosa; por el ser del ente.
La palabra filosofía proviene del griego philo (amor) y sophia (sabiduría). El filósofo
se dedica constante y desinteresadamente a la búsqueda del conocimiento del bien
y la verdad, sin pretender una finalidad práctica o utilitaria.
Según Recaséns Siches, filosofía significa esfuerzo total que se revela en aquel
“propósito de conocimiento del universo en tanto que universo, es decir, en tanto
que totalidad, mediante razones fundadas” o como dice Ortega y Gasset,
“conocimiento del universo y de todo cuanto hay” que, por cierto, “contiene al
hombre”. Dos notas esenciales precisan el contenido de este saber: autonomía
(“que tenga fundamento en sí misma”, “que renuncie a apoyarse en nada anterior a
la filosofía”) y pantonomía (que sea un “criterio universal de lo que cada cosa es en
función del mismo”, o sea total, omnicomprensivo). “La filosofía es el problema de
lo absoluto, y el absoluto problema”.
Los métodos y los actos gnoseológicos son más adecuados para la investigación;
que los entes son; que los valores valen. No interesa a la ciencia cuál es el ser del
conocimiento; cuál es la entidad de los objetos; cuál el ser de los entes, etc. Si la
ciencia cuestionara sus propios supuestos, cuestionaría así el sustento de su propia
estructura de conocimiento, y por esta vía podría lograr su extinción, lo que no figura
en sus planes. A la filosofía corresponde, en cambio, la pregunta por la cosa; por la
entidad de la cosa; por el ser del ente.
La filosofía es un saber sin supuestos, por cuanto a estos los convierte en objeto de
su estudio. La filosofía está en una actitud de crítica permanente; en su pretensión
de fundamentación absoluta, revisa, problematiza y analiza permanentemente
todos los supuestos de conocimiento, mientras que la ciencia se desentiende de
estos problemas porque entorpecen su trabajo indagatorio.
La filosofía trabaja con esencias, la ciencia con hechos. Pero la filosofía jurídica y la
ciencia jurídica no son sino una única labor: descubrir, para que se nos dé, tal como
es lo jurídico. Los filósofos y científicos del Derecho tenemos una meta común.
Nuestra búsqueda es una búsqueda única: la verdad del Derecho. Entre ciencia y
filosofía hay una única diferencia: “Un único conocimiento racional puede dividirse
en conocimiento racional del mundo y conocimiento racional de la razón,
autoconocimiento racional”. El hombre de ciencia se propone fines y realiza
actividades en consecución de estos; el fin último al que apunta, es adquirir un
conocimiento verdadero sobre algo. En el conocimiento científico de la conducta
humana se trata de conocer dicho objeto comprendiéndolo o, en su caso,
relacionándolo ya como causa o efecto, ya como medio o fin.
La filosofía del Derecho es una parte de la filosofía general, que busca la verdad
última, completa y fundamental del Derecho que sirva de base y justificación de
todas las demás verdades jurídicas, articulando lo jurídico en una visión total del
mundo.
El Derecho que hoy conocemos existe desde hace milenios, lo encontramos en las
leyes de Hammurabi (Babilonia), en las leyes del griego Solón, en la Ley de las XII
Tablas del mundo romano, etc.; pero es verdad que las normas jurídicas hoy
vigentes no son las mismas de aquellas épocas, así como es cierto que no hay
exacta identidad entre el Derecho peruano y el italiano o el de cualquier otro país.
Como dice Miguel Reale, el Derecho es un fenómeno histórico-social, sujeto
siempre a variaciones e intercomunicaciones, a flujos y reflujos en el espacio y en
el tiempo, por lo cual hay que preguntarse: ¿habrá algo permanente que nos permita
saber en qué consiste el derecho? Si este cambia, ¿será posible determinar las
razones de la mutación? Si el Derecho se desenvuelve a través del tiempo, ¿habrá
leyes que gobiernan tal proceso?, ¿cómo explicar la aparición del Derecho y el
sentido de sus transformaciones? Si el Derecho exige peculiares formas de
conducta a las personas, surge la pregunta: ¿por qué estoy obligado a obedecer las
reglas del Derecho que son tan diversas? Si la respuesta es: porque así me lo
ordena el Estado, surge la duda: ¿por ventura el Derecho será aquello que se
manda? ¿Se reduce el Derecho a ser una expresión de la fuerza? Estas y otras
consideraciones conducen, según Reale, a tres órdenes de investigación, a los que
responde la filosofía del Derecho: ¿Qué es el Derecho? ¿En qué se funda o cómo
se legitima el Derecho? ¿Cuál es el sentido de la historia del Derecho?
Son temas fundamentales de la filosofía del derecho:
1) La Ontología jurídica, que trata del problema de la esencia del objeto del Derecho,
de su ser; investiga la noción esencial del Derecho y de todos los demás conceptos
jurídicos que constituyen los supuestos fundamentales de toda ciencia jurídica.
Precisa el concepto de Derecho para ubicarlo como un sistema normativo de
conducta social y relacionarlo con los demás sistemas sociales.
2) La noseología jurídica se ocupa del problema del conocimiento del Derecho, para
determinar si se puede alcanzar una noción cabal de este y la justicia, y si se puede
contemplar como objeto solamente al Derecho positivo o hay que buscar algún otro
sistema más elevado e ideal (como el Derecho natural).
4) La metodología jurídica trata del problema de los medios o el camino que se debe
seguir para alcanzar el Derecho; como dice Villey148, establecido que el Derecho
se ocupa de lo suyo de cada uno, es necesario dilucidar a dónde hay que buscar el
Derecho, o sea, el tema de las fuentes naturales y positivas de este; también los
problemas de la dialéctica jurídica y la reflexión acerca del lenguaje jurídico.
5) La filosofía de la interpretación del Derecho que estudia los contenidos de las
normas jurídicas para establecer su sentido, alcance y su proyección sobre las
actividades jurisdiccional y legislativa.
Se comprende que no hay una división tajante entre ciencia y filosofía. De un lado,
están los supuestos que brindan la base sobre la cual discurre la ciencia jurídica.
Del otro, como dice Cossio, “el dato empírico de las ciencias dogmáticas es
axiológico”, esto es, la realidad social que exige ser regulada jurídica
mente es valorada según un ideal de justicia. Por consiguiente, el conocimiento
serio y profundo del Derecho requiere de la concurrencia, las ciencias y la filosofía
del Derecho. Saber científico y filosófico se complementan, los cuales exigen una
permanente comunicación entre científicos y sus filósofos del Derecho.
CONCLUSIONES
La formación del jurista, entendida como tarea que exige un mayor empeño y
responsabilidad, consiste en la urgencia de guardar distancia, en forma
crítica, frente a la hipertrofia normativa, para dirigir su mirada al derecho del
hombre.
Vigo, Rodolfo L. 1984 Visión crítica de la filosofía del derecho, Santa Fe: Rubinzal-
Culzoni.
Wagner, Heinz1984 La teoría pura del derecho y la teoría marxista del derecho,
ponencia presentada en el simposio organizado por el Instituto Hans Kelsen, bajo
el lema de teoría pura del Derecho y teoría marxista del Derecho, efectuado los días
9 y 10 de marzo de 1975, traducción por Ernesto Volkening, Bogotá: Temis.
Weber, Max1954 On law in economy and society, Nueva York: Oxford University
Press.
Zolo, Danilo 2006 “Teoría e critica dello Stato di diritto”, en Lo Statu di diritto. Storia,
teoría, critica, 3.a ed., Milán: Giangiacomo Feltrinelli.
Vargas, Javier 1993 Historia del derecho peruano, Lima: Universidad de Lima.