El documento describe cuatro tareas importantes en el proceso de duelo: 1) aceptar la realidad de la pérdida, 2) trabajar las emociones y el dolor de la pérdida, 3) adaptarse a un medio en el que el fallecido está ausente, y 4) recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo. El documento enfatiza la importancia de que un profesional brinde apoyo psicológico y guíe al doliente a través de estas tareas para ayudar en la elaboración de su duelo.
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El documento describe cuatro tareas importantes en el proceso de duelo: 1) aceptar la realidad de la pérdida, 2) trabajar las emociones y el dolor de la pérdida, 3) adaptarse a un medio en el que el fallecido está ausente, y 4) recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo. El documento enfatiza la importancia de que un profesional brinde apoyo psicológico y guíe al doliente a través de estas tareas para ayudar en la elaboración de su duelo.
El documento describe cuatro tareas importantes en el proceso de duelo: 1) aceptar la realidad de la pérdida, 2) trabajar las emociones y el dolor de la pérdida, 3) adaptarse a un medio en el que el fallecido está ausente, y 4) recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo. El documento enfatiza la importancia de que un profesional brinde apoyo psicológico y guíe al doliente a través de estas tareas para ayudar en la elaboración de su duelo.
El documento describe cuatro tareas importantes en el proceso de duelo: 1) aceptar la realidad de la pérdida, 2) trabajar las emociones y el dolor de la pérdida, 3) adaptarse a un medio en el que el fallecido está ausente, y 4) recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo. El documento enfatiza la importancia de que un profesional brinde apoyo psicológico y guíe al doliente a través de estas tareas para ayudar en la elaboración de su duelo.
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ENSAYO UNIDAD 4
LAS TAREAS DEL DUELO
El duelo entiendo como un proceso de respuesta emocional y conductual
que experimenta un individuo ante una pérdida, se da en diferentes etapas a través del tiempo que, aunque las formas de reacción en general sean muy similares, en el curso de su evolución depende y varía en cada caso en función del tipo de pérdida y de las experiencias previas del duelo.
En el marco del tratamiento psicológica por parte de un profesional, se
destaca la importancia de las diferentes tareas que se le adjudican al doliente o familiares del fallecido a fin de orientar la elaboración de su duelo y ayudar a la adaptación de nueva realidad en sus vidas, estas son:
Tarea I: aceptar la realidad de la pérdida esto, en consonancia a una de las
fases del duelo llamada Negación, cuando no se acepta la muerte y se bloquea la apertura emocional, implica la mayoría de veces la distorsión del engaño, negar la realidad, el significado o la irreversibilidad de la misma, la cual, atendiendo a estas diversas formas y/o niveles de manifestación, esta tarea implica afrontar la realidad de que el individuo ha fallecido, tanto a nivel intelectual como emocional y que no volverá o se reunirán más. Promover la asimilación de la muerte, no supone superar el dolor en breve, pero si reconocer lo ocurrido.
Tarea II: Trabajar las emociones y el dolor de la pérdida es necesario
reconocer y trabajar el dolor pues se manifestará mediante algunos síntomas u otras formas de comportamiento disfuncional, aunque todo el mundo experimenta el dolor de forma única con diferente intensidad, muchas veces las presiones sociales envían el mensaje de “no es necesario sufrir tanto “se ha estigmatizado al dolor como sinónimo de fragilidad, bloqueando de este modo la experiencia genuina emocional, evitándola o suprimiéndola.
Tarea III: Adaptarse a un medio en el que el fallecido está ausente, se
traduce asimilar un nuevo momento y continuidad de la vida, una en el que será diferente. Este logro dependerá de cómo era la relación que se tenía con el fallecido y de los roles que este desempeñaba en la vida de uno. Esta conciencia del ahora, aunque tome meses, implica asumir y enfrentar con energía nuevos roles.
Tarea IV: Recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo. A
este punto, se asume que nunca se olvidara al fallecido de la propia vida. Y que como superviviente para empezar nuevas relaciones depende no de “renunciar” al recuerdo sino de encontrarle un lugar apropiado en su vida anímica, uno que importa pero que deja un espacio para los demás
Dicho estas tareas es importante que el profesional realice un seguimiento
presencial o telefónico como apoyo psicológico, dándole el espacio al doliente, pero también animándole en su papel activo en la elaboración de su duelo.