Res 2019058580134046000391958
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EXPEDIENTE Nº : 05858-2019-0-1601-JR-LA-08
DEMANDANTE : ANTONIO BALTAZAR CASTILLO
DEMANDADO : MUNICIPALIDAD DISTRITAL DE EL PORVENIR
MATERIA : DESNATURALIZACIÓN DE CONTRATOS Y OTROS
JUEZ : EDITH DEL PILAR FERNANDEZ ROSAS
SECRETARIO : LUCIA MENDOZA PARDO
SENTENCIA Nº -2020-1JTTT-NLPT
RESOLUCIÓN NÚMERO: SIETE.-
Trujillo, dieciocho de setiembre del año dos mil veinte.-
I.PARTE EXPOSITIVA:
1. ARGUMENTOS DE LA PARTE DEMANDANTE. Mediante escrito de demanda de
fojas 65-84, subsanada mediante escrito de fojas 88, la demandante manifiesta
básicamente lo siguiente:
1.1. Datos de laboralidad. Señala que labora a favor de la demandada desde el
01 de febrero del 2007 con vinculo vigente en la actualidad, desempeñado
el cargo de Vigilante, siendo su última remuneración percibida la suma de
S/ 1,200.00.
1.2. Reconocimiento de relación laboral a plazo indeterminado bajo el
régimen laboral de la actividad. Por desnaturalización de la contratación
civil de locación de servicios y de la contratación modal a la que estuvo
sujeta formalmente el demandante. Consecuentemente, peticiona su
Inclusión en planillas de la demandada, como obrero permanente.
1.3. Incremento de remuneraciones. Derivado de los pactos colectivos de los
años 2004, 2006 y 2011.
1.4. Gratificaciones (incluida la bonificación extraordinaria 9%). Señala
que la demandada le ha cancelado este concepto de forma diminuta.
1.5. Compensación por tiempo de servicios. Señala que la demandada no ha
cumplido con el pago de este concepto.
1.6. Vacaciones no gozadas e indemnización. Señala que la demandada le
viene otorgando descanso vacacional desde el año 2008; no obstante,
refiere que no ha cumplido con pagarle este concepto respecto del año
2007.
1.7. Bonificación vacacional. Refiere que la demandada le canceló este
concepto en base a una remuneración diminuta.
1.8. Asimismo, solicita el pago de intereses legales y honorarios
profesionales.
1ÁVALOS JARA, Oxal Víctor. Comentarios a la Nueva Ley Procesal del Trabajo. Jurista Editores E.I. R.L. 2016. Pág. 356.
2Op. Cit. Pág. 358.
“para que preste servicios de apoyo como vigilante del Club del Pueblo, de
acuerdo al Manual de Organización y Funciones u otras funciones o
encargos que se le asigne”; como se puede apreciar el demandante tuvo como
funciones las contenidas en el Manual de Organización y Funciones, de lo que
se deriva que son las propias e inherentes a los trabajadores de las entidad
(lo que descarta la existencia de la prestación de servicios en el marco de un
contrato civil); por otro lado, se consigna labores de “apoyo” lo que evidencia
la sujeción de dichas actividades a un principal, que vendría ser su Jefe
Inmediato, ello sin contar con que en el contrato se describe la puesta a
disposición de la actividad a favor de la entidad demandada y no una labor en
específico (dado que se consignan “otras funciones o encargos que se le
asigne”), que determine su temporalidad, que es otra de las características
propias del contrato de locación de servicios.
2.5. Lo antes anotado, resulta congruente con el Informe Nº012-2007/ACP-MDP
obrante a fojas 05, a través del cual informa a la demandada las labores
realizadas durante el mes de abril de 2007, lo que constituye un indicio de
laboralidad, en tanto refleja la facultad de control y fiscalización de la
demandada respecto de los servicios prestados por el actor; asimismo, del
contrato de locación de servicios de fojas 04 se verifica que la entidad edil
debía cumplir con pagar al actor la suma total de S/1,200.00, en dos armadas
de S/.600.00, ello considerando que el contrato fue suscrito por una vigencia
de dos meses; lo cual permite concluir que en la realidad las sumas dinerarias
otorgadas al actor corresponden a uno de los elementos esenciales de la
relación laboral, esto es, la remuneración otorgada por la entidad edil –en
calidad de empleadora- por las labores prestadas por el actor – en calidad de
trabajador.
2.6. En conclusión, al no haberse desvirtuado la presunción de laboralidad
contenida en el artículo 23.2 de la NLPT y en virtud al principio de primacía
de la realidad, según el cual deben primar los hechos acaecidos en el plano de
la realidad, por encima de las formalidades que obren en los documentos, se
determina la existencia de un contrato de trabajo a plazo
indeterminado entre las partes, desde el 01 de febrero de 2007 hasta el
30 de junio de 2007.
2.7. Sobre la posterior contratación modal, por el período de julio 2007 a la
actualidad. Habiendo quedado determinado que el demandante ostentaba
un contrato de trabajo a plazo indeterminado, bajo el régimen laboral de la
actividad privada, desde el 01 de febrero del 2007; es de señalar que ésta
contratación a plazo indeterminado, no podía ser variada por una
contratación mejor favorable para el trabajador como lo es el contrato de
trabajo modal, pues a la luz de los propios principios y valores recogidos
expresa o implícitamente por nuestra Constitución del Estado, tales como el
de irrenunciabilidad de derechos3(artículo 26.2), el de primacía de la
realidad4, el principio protector5 (artículos 22, 23) y el de continuidad
3 Este principio, según la doctrina más avisada, se enuncia o manifiesta como “la ineficacia de la privación voluntaria por el
trabajador de derechos laborales reconocidos a nivel legal o convencional” (FERRO DELGADO, Víctor. “El principio de
irrenunciabilidad en la interpretación constitucional”. En AA.VV. “LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO DEL TRABAJO EN EL
DERECHO PERUANO LIBRO HOMENAJE AL PROFESOR AMÉRICO PLÁ RODRÍGUEZ”. Sociedad Peruana de Derecho del
Trabajo; Lima-Perú, 2004; Página 111). Se trata de un “límite a la autonomía individual por la que se impide a un sujeto, con
legitimación y capacidad adecuada, efectuar total o parcialmente actos de disposición sobre un derecho determinado” (OJEDA
AVILÉS, Antonio. “LA RENUNCIA DE LOS DERECHOS DEL TRABAJADOR”. Editado por el Instituto de Estudios Políticos;
Madrid-España, 1971; Página 131); en suma, es “aquella imposibilidad jurídica de privarse voluntariamente de una o más ventajas
concedidas por el derecho laboral en beneficio propio” (PLÁ RODRÍGUEZ, Américo. “LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO DEL
TRABAJO”. Tercera Edición Actualizada, Ediciones Depalma; Buenos Aires-Argentina, 1998; página 118).
4 Este principio constituye un elemento implícito de la Constitución Laboral, según lo ha establecido el Tribunal Constitucional,
entre otras, en las sentencias recaídas en los expedientes números 503-99-AA/TC, 0091-2000-AA/TC, 1869-2004-AA/TC, 2371-
2004-AA/TC y 1259-2005-AA/TC. En el mismo sentido puede verse la sentencia casatoria número 2185-2005 Puno. Y en
(artículo 27)6, el contrato de trabajo a plazo indeterminado no puede ser
alterado y/o novado a una forma contractual menos favorable para el
laborante, no solamente porque ello atentaría de manera frontal contra lo
previsto por el ordinal 2 del artículo 26 de la Carta Magna, al importar una
renuncia al estatuto de protección laboral que se halla estructurado y
contenido en la Constitución Laboral, sino además porque implica un abierto
desconocimiento de una situación real preexistente (contrato de trabajo a
plazo indefinido) y, con ello, de una de las piedras angulares en las que se
cimienta y edifica el Derecho del Trabajo como disciplina jurídica: su carácter
y naturaleza tuitiva. En consecuencia, como la contratación modal le es
inoponible al demandante por ostentar un contrato de trabajo a plazo
indeterminado desde el 01 de febrero del 2007, se concluye que desde
dicha fecha a la actualidad, el demandante es un trabajador sujeto a un
contrato de trabajo a plazo indeterminado, en su condición de obrero,
bajo el régimen laboral de la actividad privada; ello en virtud a que las
actividades realizadas por el accionante en el cargo de Vigilante (hecho
pacífico entre las partes), se asimilan a las de un obrero, por primar en el
desarrollo de estas el despliegue físico antes que el intelectual, lo que incluso
constituye un hecho pacífico entre las partes, resultando importante
determinar esta diferenciación ya que de ella depende el Régimen a
aplicársele al demandante, ello de conformidad con lo establecido por el
artículo 37 de la Ley Orgánica de Municipalidades, según la cual solo los
obreros se encuentran adscritos al régimen laboral privado (Decreto
Legislativo 728).
doctrina dicho principio se expresa cuando “en el caso de discordancia entre lo que ocurre en la práctica y lo que surge de
documentos o acuerdos, debe darse preferencia a lo primero, es decir a lo que sucede en el terreno de los hechos” (PLÁ RODRÍGUEZ,
Américo. Op. Cit.; página 313).
5 En palabras de la Corte Suprema de la República, vertidas en la casación número 2120-2003 Huánuco, constituye un principio
superlativo dentro de la escala axiológica que impregna al Estado de Derecho, que obedece a la condición hiposuficiente del
trabajador frente a su empleador. En el mismo sentido véase la sentencia recaída en el expediente número 1124-2001-AA/TC.
6 El Tribunal ha reconocido la presencia de este principio en el citado artículo 27 de la Carta Magna, desde hace varios años; así
puede verse la sentencia recaída en el expediente número 1874-2002-AA/TC, entre otras, y más recientemente la sentencia
recaída en el expediente número 000357-2011-PA/TC del 13 de Junio de 2011.
juez laboral también es un juez constitucional, quien en dicha condición, conforme
lo señalado por el propio Tribunal Constitucional, constituye el "primer nivel de
protección de los derechos fundamentales (...) a través de los procesos judiciales
ordinarios."7; lo cual se justifica -además- en la naturaleza de la pretensión
discutida, cual es el carácter alimentario de los créditos laborales que se
desprenden de demandas en las que se pretende el reconocimiento de una relación
laboral, y que amerita una especial protección por parte del Estado al encontrarse
en discusión derechos fundamentales como el derecho al trabajo y el derecho a
una remuneración justa y equitativa.
4. En este orden de ideas, para ejercer el control difuso de normas, la Corte Suprema
ha establecido una serie de parámetros en el Expediente N° 1618-2016 Lima
Norte (cuatro reglas – fundamento 2.5 del expediente en mención), según el cual
debe analizarse el examen de validez, legitimidad y constitucionalidad de la
norma invocada y el juicio de relevancia (señalando cuál es la norma aplicable al
caso), así, se establece:
“i. Partir de la presunción de validez, legitimidad y
constitucionalidad de las normas legales, las que son de
observancia obligatoria conforme lo prevé el artículo 109 de la
Constitución Política, gozan de legitimidad en tanto hayan sido
promulgadas conforme al procedimiento previsto en la Constitución;
debiendo suponer a priori que la norma no viene viciada de
ilegitimidad, en ese orden, quien enjuicie la norma esgrimiendo
infracción a la jerarquía de la norma constitucional, debe cumplir
con la exigencia de demostrar objetivamente la inconstitucionalidad
alegada.
ii. Realizar el juicio de relevancia, en tanto solo podrá inaplicarse
una norma cuando es la vinculada al caso, debiendo los jueces
ineludiblemente verificar si la norma cuestionada es la aplicable
permitiendo la subsunción de las premisas de hecho en los supuestos
normativos, constituyendo la regla relevante y determinante que
aporta la solución prevista por el ordenamiento jurídico para
resolver el caso concreto; en tanto la inaplicación permitida es sólo
respecto de la norma del caso en un proceso particular.
iii. Identificada la norma del caso, el juez debe efectuar una labor
interpretativa exhaustiva, distinguiendo entre disposición y norma,
siendo el primero el texto o enunciado legal sin interpretar, y la
norma es el resultado de la interpretación, por lo que siendo el
control difuso la última ratio, que se ejerce cuando la disposición no
admite interpretación compatible con la Constitución, es obligación
de los jueces haber agotado los recursos y técnicas interpretativas
para salvar la constitucionalidad de la norma legal; por el contrario
el uso indiscriminado acarrea inseguridad jurídica en relación a la
aplicación de las normas, vulnerando el orden del sistema normativo.
iv. En esencia el control difuso es un control de constitucionalidad en
concreto que conlleva la inaplicación al caso particular, por lo que es
exigencia ineludible iniciar identificando los derechos
fundamentales involucrados en el caso concreto, el medio
utilizado, el fin perseguido, el derecho fundamental intervenido
y el grado de intervención, para así poder aplicar el test de
proporcionalidad u otro de igual nivel de exigencia, examinando si
8 “Para efectos del presente Decreto Legislativo, el Sector Público incluye (…)
Sector Público No Financiero:
a. Entidades Públicas:
i. Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
ii. Ministerio Público, Jurado Nacional de Elecciones, Oficina Nacional de
Procesos Electorales, Registro Nacional de Identificación y Estado Civil,
Consejo Nacional de la Magistratura, Defensoría del Pueblo, Tribunal
Constitucional, Contraloría General de la República y Superintendencia de
Banca, Seguros y Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones.
iii. Universidades Públicas.
iv. Gobiernos Regionales.
v. Gobiernos Locales.
vi. Organismos públicos de los niveles de gobierno regional y local.
b. Empresas Públicas No Financieras:
i. Empresas Públicas No Financieras del Gobierno Nacional, de los Gobiernos
Regionales y de los Gobiernos Locales, fuera del ámbito del Fondo Nacional de
Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado (FONAFE).
ii. Empresas Públicas No Financieras bajo el ámbito del FONAFE.
c. Otras formas organizativas no financieras que administren recursos
públicos, tales como:
i. Caja de Pensiones Militar Policial.
ii. Seguro Social de Salud (EsSALUD).
iii. Administradores de Fondos Públicos.”
administración de su Planilla Única de Pago; medidas que sin embargo, -a
través de Cuarta Disposición Complementaria Final- se pretende aplicar
de manera inmediata a los procesos judiciales en trámite, a efectos de
evitar la reposición, la reincorporación o el reconocimiento de vínculo
laboral en entidades del Sector Público, de personal que ya se encontraba
prestando servicios en entidades del Estado antes de la emisión de la norma
en referencia, afectando con ello su derecho fundamental al trabajo
(artículo 22 de la nuestra Carta Magna), así como el derecho que tiene
toda persona a que ninguna relación laboral limite el ejercicio de los
derechos constitucionales, ni desconozca o rebaje la dignidad del
trabajador (artículo 1 y 23 de nuestra Carta Magna); lo que resulta
particularmente grave si tenemos en cuenta que el artículo 103 de
nuestra Carta Magna establece que la ley, desde su entrada en vigencia,
se aplica a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas
existentes y no tiene fuerza ni efectos retroactivos; debiendo considerarse
que la norma en referencia debe ser interpretada -en materia laboral-, a la
luz del principio de irrenunciabilidad de derechos reconocidos por la
Constitución, establecido por el artículo 26, inciso 2 del mismo cuerpo
normativo, que precisa que en la relación laboral se respeta el carácter
irrenunciable de los derechos reconocidos por la Constitución y la Ley;
por lo que en este contexto, el derecho del trabajador a gozar de un
contrato laboral de naturaleza indeterminada, luego de determinarse la
invalidez de la contratación precaria a la que haya sido sometido,
constituye un derecho irrenunciable al cual no le resultan aplicables los
requisitos contemplados en el artículo 3.1. del Decreto de Urgencia N°
016-2020, por tratarse de una situación jurídica preexistente a la vigencia
del mismo, razón por la cual este decreto de urgencia de ninguna manera
puede afectar a los prestadores de servicios de entidades públicas que -al
momento de la publicación de la norma en referencia-, ya venían
laborando bajo un contrato modal o de locación de servicios
desnaturalizado.
C. Así pues, si bien resulta importante y sumamente necesario que el Estado
establezca un régimen de ingreso al Sector Público que permita que las
entidades del Estado cuenten con el personal idóneo para el desempeño
de la función pública, basado en la meritocracia, a fin de lograr tener
entidades públicas eficientes en beneficio de la población; cierto es
también que cualquier medida que se adopte al respecto, no debe soslayar
los derechos fundamentales de la persona y en general los principios
esenciales del Derecho del Trabajo, que es precisamente lo que ocurre con
el mentado artículo 3.1., el mismo que colisiona abiertamente no solo
contra los derechos fundamentales del trabajador a los que hemos hecho
referencia, sino además contra los propios principios y valores recogidos
expresa o implícitamente en nuestra Carta Magna, tales como el de
irrenunciabilidad de derechos9 (artículo 26.2 de la Const. P.P.), el de
9 Este principio, según la doctrina más avisada, se enuncia o manifiesta como “la ineficacia de la
privación voluntaria por el trabajador de derechos laborales reconocidos a nivel legal o convencional”
(FERRO DELGADO, Víctor. “El principio de irrenunciabilidad en la interpretación
constitucional”. En AA.VV. “LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO DEL TRABAJO EN EL DERECHO PERUANO
LIBRO HOMENAJE AL PROFESOR AMÉRICO PLÁ RODRÍGUEZ”. Sociedad Peruana de Derecho del Trabajo; Lima-Perú, 2004;
Página 111). Se trata de un “límite a la autonomía individual por la que se impide a un sujeto, con legitimación y capacidad
adecuada, efectuar total o parcialmente actos de disposición sobre un derecho determinado” (OJEDA AVILÉS, Antonio. “LA
RENUNCIA DE LOS DERECHOS DEL TRABAJADOR”. Editado por el Instituto de Estudios Políticos; Madrid-España, 1971;
Página 131); en suma, es “aquella imposibilidad jurídica de privarse voluntariamente de una o más ventajas concedidas por el
primacía de la realidad10, el principio protector11 (artículo 22 y 23 de
la Const. P.P.) y el de continuidad laboral12 (artículo 27 de la Const. P.P.);
que determinan su inconstitucionalidad y por ende su inaplicación.
D. Así, respecto al derecho al trabajo, anótese en principio que el contenido
esencial del derecho al trabajo contemplado en el artículo 22 de la
Constitución Política del Estado, importa dos aspectos; el primero, el de
acceder a un puesto de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho a no
ser despedido sino por causa justa, esto es, la estabilidad laboral,
precisando que cuando hacemos referencia en el presente caso a
estabilidad laboral, nos referimos a una estabilidad laboral relativa, más
no absoluta, pues es lícito el despido relacionado con la capacidad y
conducta del trabajador. Así, en el primer caso, conforme lo anotado por el
Tribunal Constitucional, “supone la adopción por parte del Estado de una
política orientada a que la población acceda a un puesto de trabajo; (…) El
segundo aspecto del derecho trata del derecho al trabajo entendido como
proscripción de ser despedido salvo por causa justa.”13. Así entonces, en su
manifestación del derecho a la estabilidad laboral, entendida como la
proscripción frente al despido, el contenido esencial del derecho al
trabajo se encuentra íntimamente ligada al principio de continuidad,
el cual profesa su preferencia por los contratos de duración indefinida, o
dicho de otro modo, la denominada “estabilidad de entrada”, tal y como ha
sido recogido en el numeral 3 del artículo 2 del Convenio N° 158 de la OIT
que señala “Se deberán prever las garantías adecuadas contra el recurso a
contratos de trabajo de duración determinada cuyo objeto sea eludir la
protección que prevé el presente convenio.”, norma que debe ser
concordada con el numeral I.3.2) a) de la Recomendación 166 de la OIT,
según la cual las legislaciones nacionales deben “(…) limitar la utilización
de los contratos de duración determinada a los casos en que a causa de la
índole del trabajo que haya de realizarse, a causa de las condiciones que
deba realizarse o en razón de los intereses del trabajador, la relación de
trabajo no pueda ser de duración indeterminada.”, y si bien dichas
disposiciones no han sido ratificadas por el Perú, constituyen elementos
normativos referenciales a efecto de comprender los alcances del
contenido esencial del derecho al trabajo en su manifestación del derecho
a la estabilidad laboral.
E. En efecto, el derecho al trabajo garantiza –en virtud al Principio de
continuidad- que éste se manifieste como una contratación a plazo
indeterminado o permanente, pues no puede perderse de vista que
“constituida la relación laboral, el derecho al trabajo despliega sus efectos a
través de dos derechos derivados del mismo: i) a la ocupación efectiva y ii)
derecho laboral en beneficio propio” (PLÁ RODRÍGUEZ, Américo. “LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO DEL TRABAJO”. Tercera
Edición Actualizada, Ediciones Depalma; Buenos Aires-Argentina, 1998; página 118).
10 Este principio constituye un elemento implícito de la Constitución Laboral, según lo ha establecido el Tribunal Constitucional,
entre otras, en las sentencias recaídas en los expedientes números 503-99-AA/TC, 0091-2000-AA/TC, 1869-2004-AA/TC,
2371-2004-AA/TC y 1259-2005-AA/TC. En el mismo sentido puede verse la sentencia casatoria número 2185-2005 Puno. Y en
doctrina dicho principio se expresa cuando “en el caso de discordancia entre lo que ocurre en la práctica y lo que surge de
documentos o acuerdos, debe darse preferencia a lo primero, es decir a lo que sucede en el terreno de los hechos” (PLÁ
RODRÍGUEZ, Américo. Op. Cit.; página 313).
11 En palabras de la Corte Suprema de la República, vertidas en la casación número 2120-2003 Huánuco, constituye un principio
superlativo dentro de la escala axiológica que impregna al Estado de Derecho, que obedece a la condición hiposuficiente del
trabajador frente a su empleador. En el mismo sentido véase la sentencia recaída en el expediente número 1124-2001-AA/TC.
12 El Tribunal ha reconocido la presencia de este principio en el citado artículo 27 de la Carta Magna, desde hace varios años; así
puede verse la sentencia recaída en el expediente número 1874-2002-AA/TC, entre otras, y más recientemente la sentencia
recaída en el expediente número 000357-2011-PA/TC del 13 de Junio de 2011.
13 STC 00263-2012-AA/TC, fundamento 3.3.1.
al ascenso.”14, éstos como expresiones concretas del principio-derecho a
la dignidad humana, la cual constituye el fin supremo de la sociedad y el
estado, en virtud a lo establecido en el artículo 1 de nuestra norma
normarum15 y por ende la piedra angular de los derechos fundamentales
de la persona humana; siendo que, las disposiciones, reglamentos o
leyes que emitan las instituciones del Estado deben erigirse sobre la
base denominada "dignidad de la persona humana", pues es esta la
razón y el porqué de la existencia de un ordenamiento jurídico.
F. Precisamente, dentro de las expresiones del derecho a la dignidad de la
persona humana encontramos el principio pro homine o pro persona, el
cual no sólo resulta ser un criterio de interpretación en su vasto sentido,
sino también una forma de exigir a la autoridad competente, en este caso
el Poder Judicial, la aplicación de la norma más favorable para la solución
del problema que pretende hacer valer en el proceso, pues más allá de lo
que establezca la norma positiva, no debe perderse de vista el sentido de
justicia del cual deben estar investidos los Magistrados.
G. En el caso concreto, el Decreto de Urgencia colisiona con el derecho al
trabajo, pues considerando la pretensión postulada –reconocimiento de
vínculo laboral a plazo indeterminado- lo que pretende el trabajador es
el reconocimiento de una situación jurídica preexistente que la entidad
pública se ha negado a reconocer y que en el marco del proceso laboral
tampoco ha logrado desvirtuar, dado que el demandante ha acreditado la
existencia de la prestación personal de servicios, sin que la demandada
haya satisfecho su carga probatoria en el proceso en torno a acreditar que
la contratación a la que fue sometido el trabajador era una contratación
válida; por lo que en este escenario, la aplicación de las exigencias
contempladas en el artículo 3.1. del Decreto de Urgencia N° 016-2020
significaría desconocer el derecho del trabajador al acceso al empleo, en
las condiciones reales para las que fue contratado (sujeto a un contrato
realidad de naturaleza laboral de duración indeterminada), afectando
con ello el principio de primacía de la realidad, al establecer además
condiciones adicionales para la aplicación del mismo, que no le fueron
exigibles al trabajador al momento de su contratación, pretendiendo
validar así a través de una norma la negligencia de la entidad pública de
no haber convocado a concurso público de méritos de manera previa para
la contratación del trabajador y por ende vulnerando también el principio
de interdicción de la arbitrariedad16.
14 BLANCAS BUSTAMANTE, Carlos. “La Cláusula de Estado Social en la Constitución. Análisis de los derechos
fundamentales laborales”, Fondo editorial de la PUCP, 2011, pág. 341.
15 Proverbio latín que significa "norma de normas" y hace referencia a la Constitución Política del Estado.
17 ABRAMOVICH, Víctor y COURTIS, Christian. “Los derechos sociales como derechos exigibles”. Madrid. Trotta. 2002. pág. 93
22
Vigente desde el 02 de junio de 2009.
23 Este artículo señala que: “El monto que abonan los empleadores por concepto de aportaciones al Seguro Social
de Salud (Es Salud) con relación a las gratificaciones de julio y diciembre de cada año son abonados a los
trabajadores bajo la modalidad de bonificación extraordinaria de carácter temporal no remunerativo ni
pensionable”.
TOTAL 218.00
RESUMEN IMPORTE
24 Nos referimos a esta cantidad en forma general (bruta); sin perjuicio de que, en ejecución de sentencia, pueda
ser objeto de las afectaciones y/o retenciones por cargas sociales y/o tributarias a las que hubiera lugar.
1. DECLARAR FUNDADA EN PARTE la demanda incoada por ANTONIO
BALTAZAR CASTILLO contra la MUNICIPALIDAD DISTRITAL DE EL
PORVENIR, sobre desnaturalización de contratos y otros.
2. DECLARAR la existencia de un contrato de trabajo a plazo indeterminado entre
las partes, sujeto al régimen laboral de la actividad privada, desde el 01 de
febrero de 2007 (el demandante ostenta vínculo laboral vigente).
3. ORDENO que la demandada inscriba al actor en el libro de planillas de
trabajadores obreros permanentes sujetos a contrato de trabajo a plazo
indeterminado dentro del régimen laboral privado, consignando como su fecha
de inicio el 01 de febrero del 2007, con las precisiones efectuadas en el
considerando 6. de la presente sentencia.
4. ORDENAR que la parte demandada pague directamente a favor del accionante la
suma de S/.918.00 (NOVECIENTOS DIECIOCHO CON 00/100 SOLES), por los
conceptos resumidos en el punto 6. de esta sentencia, más intereses legales que
serán liquidados en ejecución de sentencia.
5. ORDENAR –dado que el vínculo laboral se encuentra vigente- que la demandada
cumpla con depositar la CTS en la cuenta bancaria que corresponda al actor la
suma ascendente a S/.678.00 (SEISCIENTOS SETENTA Y OCHO CON 00/100
SOLES), por concepto de compensación por tiempo de servicios.
6. INFUNDADAS las pretensiones de pago de vacaciones no gozadas e
indemnización vacacional y reintegro de bonificación vacacional.
7. Sin multa, sin costas, y se fija los honorarios profesionales en la suma de
S/.300.00.00 (SOLES), más el 5% para el Colegio de Abogados.
8. Consentida que sea la presente sentencia, archívese en el modo y forma de ley.
9. Notifíquese conforme al ordenamiento legal vigente.