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¿Por qué es importante la lipólisis?
La grasa láctea es esencial para el desarrollo de un sabor adecuado en el queso
durante su maduración. El queso Cheddar y otros normalmente elaborados a partir de leche entera no desarrollan un sabor adecuado cuando son elaborados a partir de leche descremada o leche en la cual la grasa ha sido reemplazada por otros lípidos; por lo que el desarrollo de un sabor satisfactorio es uno de los principales problemas encontrados en la manufactura de las variedades de quesos denominadas como “reducidas en grasa”. Como en todos los alimentos ricos en grasas, los lípidos presentes en el queso, pueden sufrir una degradación oxidativa o hidrolítica. Debido al potencial negativo de óxido - reducción en quesos, la oxidación de lípidos es probablemente limitada; pero la extensión a la cual ocurre y su contribución a la mejora o no, del sabor del queso no ha recibido la atención necesaria durante su proceso de elaboración en la industria quesera de nuestro país. La hidrólisis enzimática de los triglicéridos en la cual se liberan ácidos grasos y glicerol, mono- o di-gliceroles (lipólisis) es, sin embargo, esencial en el desarrollo en muchas variedades de quesos. Los ácidos grasos libres, no sólo se producen debido a la acción de las lipasas, sino que también se liberan durante el metabolismo de los carbohidratos y aminoácidos por las bacterias. La grasa de la leche está recubierta por una membrana que normalmente protege al glóbulo graso de la lipasa en la leche cruda. La lipasa es relativamente inestable y puede ser inactivada por la sal, ácido, luz, oxidación y calor. La membrana del glóbulo graso puede deteriorarse por agitación mecánica, ataque enzimático y otros factores exponiendo los lípidos a las lipasas. Los ácidos grasos de bajo peso molecular son consecuencia de la fermentación bacteriana, mientras que los ácidos grasos restantes son el resultado de la acción de la lipasa. Se ha demostrado que los ácidos grasos libres deben estar presentes dentro de un rango específico y a un nivel óptimo de concentración para un sabor deseable. Cantidades excesivas de ácidos grasos libres se asocian con rancidez hidrolítica y causan sabores desagradables. Entre los factores que influyen en la liberación de los ácidos grasos libres se deben destacar las condiciones físico-químicas del queso, en especial el pH, la acidez, los cloruros y las proteínas, las condiciones bacteriológicas, el tratamiento previo (pasteurización) y las temperaturas de mantenimiento. La grasa láctea contiene altas concentraciones de ácidos grasos cortos y de cadenas intermedias que, cuando son liberados, contribuyen directamente al sabor del queso. Las proporciones de C6 :0 a C18 :3 de los ácidos grasos en el queso Cheddar parecen ser similares a las de la grasa en leche, pero el ácido butírico libre (C4 : 0) se presenta en el queso con una mayor concentración en relación a la primera, sugiriendo que el butirato es liberado selectivamente por las lipasas presentes en Cheddar o que es sintetizado por la microflora del queso. La especificidad de la lipasa también tiene influencia en el sabor durante la maduración del queso, puesto que los ácidos grasos de cadena corta (los cuales tiene un mayor impacto en el sabor) generalmente se encuentran en la posición sn -3 de los triglicéridos. Tanto la calidad de la leche como el proceso de fabricación y la etapa de maduración influyen en la calidad final del queso.