Asuntos Internos
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Hay muchos líderes que aman más el éxito que a las personas
Nos hacemos eco de frases como: “evento más multitudinario”, “cruzada más grande”,
“iglesia más relevante”, “líder más ungido”, “disco más vendido”, “libro más agotado”.
El problema:
Cuando los líderes tenemos conflictos interiores no resueltos
Una baja autoestima con raíces en el pasado de la que no podemos librarnos
Buscamos sanarnos A TRAVÉS del ministerio, muchas veces a través de la
autopromoción.
“Si nuestra autoestima no está sana, en algún momento nos va a traicionar y terminará
empañando el ministerio que Dios nos entregó.” Romanos 12:3
“Nuestra relación personal con Dios, ¿es proporcional a lo que esperamos obtener en
nuestro ministerio?”. Basta ya de “Fui llamado a cosas grandes”.
“Ningún ministerio es más importante que el que Dios te llama a hacer” Mike
Yaconelli.
La pregunta no es “cuál es la mejor oportunidad”, sino a qué me está llamando
Dios.
Es el propósito de Dios lo que debe definir mis acciones.
“Lo que hacemos debe estar sintonizado con la frecuencia de su plan específico para
nosotros”.
“En el mundo complejo de hoy, los líderes más sobresalientes son especialistas. Tienen
un foco definido y, si bien permanecen sensibles a las necesidades que hay a su
alrededor, tienen en claro qué es lo que pueden y deben hacer y qué es lo que no,
independientemente de lo que los opinólogos digan.”
“Estos años he aprendido que lo importante no es caerse al suelo sino qué es lo que la
gente hace cuando se levanta. ¿De qué nos sirve tener un montón de gente
temblando o cayéndose durante la reunión del domingo si luego viven en adulterio el
resto de la semana? ¿De qué vale tener una multitud de jóvenes danzando en círculos
si no pueden ser libres de las redes de pornografía?”
Se viaja a distintas partes del mundo para “importar” la unción. Se imitan gestos y
hasta formas de vestir.
Dios no es una moda y cada vez que alguien ha querido fabricar “moveres de Dios”, ha
fracasado rotundamente.
No podemos meter en nuestras categorías humanas al creador del universo.
“El mundo cambia, pero la Palabra de Dios no. Por eso para ser eficaces en el
ministerio debemos aprender a vivir con la tensión que se produce entre estas dos
realidades.”
Debemos usar el regalo de la imaginación y la creatividad
Dios no nos llama a estar cómodos. “Él nos llama a confiar en él de manera tan
completa que no tengamos miedo si nos pide que asumamos un riesgo.”
“Necesitamos tener una vida de liderazgo con estrategia, con una prioridad definida y
enfocada.”
Necesitamos definir para qué fuimos llamados y qué ministerios queremos
construir. Aprender a decir “NO”.