Globulos Blancos
Globulos Blancos
Globulos Blancos
Perspectiva histórica
El descubrimiento de los leucocitos ocurrió a mediados del siglo XVIII por William
Hewson, que las describió simplemente como células carentes de color.
Además, mencionó que estas células eran producidas por el sistema linfático, donde
eran transportadas a la circulación sanguínea. Hewson pensaba que las células
blancas podían convertirse posteriormente en células rojas.
Las células que los componen son los macrófagos y las células dendríticas. Estas
células utilizan receptores que reconocer ciertos patrones que se encuentran en el
material genético, respondiendo rápidamente a estructuras bioquímicas generales
compartidas entre los patógenos.
Inmunidad adaptativa
En contraste, la respuesta adaptativa es mucho más lenta. Dentro de las células que
la componen tenemos a los linfocitos T y B que poseen receptores para antígenos
específicos. La respuesta adaptativa tiene “memoria”, y puede responder con mayor
rapidez si el antígeno en cuestión ya ha estado presente en el organismo.
Estos dos sistemas actúan de manera sinérgica con el objetivo común de defender al
cuerpo de infecciones y contra la proliferación de células cancerígenas.
Características y funciones
La sangre es un tejido líquido que recorre su camino en el interior del aparato
cardiovascular. Dentro de esta matriz líquida se encuentran elementos y fragmentos
celulares de tres tipos: los eritrocitos o glóbulos rojos, los leucocitos o glóbulos
blancos y los trombocitos o plaquetas.
Dimensiones y morfología
Los leucocitos o glóbulos blancos son un grupo de células de forma esférica que
carecen de pigmentos. Las dimensiones promedio varían entre los 9 y los 18
micrómetros (µm).
Funciones
Están involucrados en la defensa del organismo. Los leucocitos tienen la capacidad
de moverse mediante los espacios celulares por un proceso denominado diapédesis,
migrando por medio de movimiento ameboides.
Existen cinco tipos principales de leucocitos y cada uno está asociado a una función
particular dentro del sistema inmune. Como las células que constituyen a los
leucocitos son muy heterogéneas entre sí, describiremos con detalle sus
características y sus funciones en el siguiente aparatado.
Tipos de linfocitos
Existen múltiples clasificaciones para los leucocitos. La clasificación puede
establecerse observando la célula a la luz de un microscopio óptico, tras ser teñida
con una serie de colorantes o bien pueden ser clasificadas de acuerdo a los antígenos
presentes en la superficie de la célula usando una técnica denominada citometría de
flujo.
Granulocitos
Como su nombre lo indica, los granulocitos son células cuyos citoplasmas son ricos
en gránulos. Además de la presencia de estos compartimientos, los granulocitos se
caracterizan por la presencia de núcleos lobulados o segmentados.
Existe una subcategoría dentro de los granulocitos que clasifica a las células
dependiendo de su respuesta hacia distintas coloraciones.
Los neutrófilos son los granulocitos más abundantes y conforman la primera línea de
defensa ante las infecciones causadas por bacterias y otros agentes. Son elementos
del sistema inmune innato.
Los gránulos celulares tienen toda una batería enzimática y de bactericidas que
ayuda a la destrucción de los patógenos y entes foráneos.
Para cumplir con su función, estas células pueden migrar a distintas tejidos y
fagocitar el elemento en cuestión. Tras destruir al patógeno, el neutrófilo suele morir
y puede excretarse junto con los residuos bacterianos en forma de pus.
Los neutrófilos pueden secretar una serie de sustancias que alertan a otras células del
sistema inmune – ya sea otros neutrófilos o macrófagos – y las “llama” o la recluta
al sitio donde sean necesarias.
Eosinófilos
Al igual que los neutrófilos, los eosinófilos son leucocitos que pueden fagocitar a los
agentes extraños que ingresan en el organismo. Se han relacionado de manera
específica con la presencia de parásitos y helmintos.
Los gránulos que presentan los eosinófilos contienen enzimas digestivas y otros
componentes citotóxicos, permitiéndoles realizar su papel como célula defensora.
Basófilos
En los granulocitos, los basófilos son las células menos abundantes. Esto supone una
serie de complicaciones metodológicas para estudiarlos, por lo que se conoce muy
poco sobre su biología y función.
Hoy en día se ha podido confirmar el papel de los basófilos como integrantes del
sistema inmune innato y también de adaptativo. Estas células son capaces de
secretar una serie de citoquinas que ayudan a modular la respuesta inmune y
también inducen a las células B a sintetizar las inmunoglobulinas E.
Junto con los eosinófilos, los basófilos también participan en combatir las
infestaciones causadas por helmintos.
Células mononucleares
La segunda categoría de leucocitos son las células mononucleares donde
encontramos a los monocitos y a los linfocitos.
Monocitos
Los monocitos son los linfocitos de mayor tamaño y en cuanto a las proporciones,
corresponden a casi el 11% de todos los leucocitos en circulación. Se caracterizan
por exhibir un núcleo en forma de riñón y un citoplasma azulado. Existen tanto en la
sangre como en los tejidos.
Funciones
Como parte del sistema inmune innato, los monocitos son capaces de reconocer a
una serie de patógenos de naturaleza bacteriana por medio del reconocimiento de
receptores que estimulan la producción de citoquinas y de la fagocitosis.
Poseen una serie de receptores del tipo Fc, por lo que pueden fagocitar y atacar
materiales que han sido recubiertos con anticuerpos.
Los macrófagos y las células dendríticas pueden interaccionar con los linfocitos T y
los B para iniciar una respuesta adaptativa. Las células dendríticas son conocidas por
su excelente papel como células presentadoras de antígenos.
Linfocitos
Las células T son llamadas así ya que se producen en el timo, las células B en la
médula ósea (la B viene del inglés bone marrow), mientras que las células NK se
producen en ambos sitios.
Tras tener contacto con un antígeno, la célula puede recordarlo y esta memoria
celular puede causar una reacción más rápida y vigorosa si existe una reexposición
al mismo antígeno. Nótese que los antígenos provenientes del cuerpo son tolerados e
ignorados por el sistema inmune.
Cada tipo de linfocito tiene una función específica. Los linfocitos B participan en la
producción de anticuerpos y en la presentación de los antígenos a las células T.
Las del tipo CD8+ son capaces de destruir células blanco por medio de las
secreciones de los gránulos que contienen una serie de enzimas tóxicas. En la
literatura, las células CD8+ también son conocidas como linfocitos T citotóxicos,
por todas las moléculas que estos liberan.
Granulocitos y monocitos
La vida del leucocito en el torrente sanguíneo o en los tejidos depende del tipo
estudiado. Algunos granulocitos, como los basófilos viven solo por unas horas y los
eosinófilos viven algunos días, aproximadamente un poco más de una semana. Los
monocitos también duran de horas a días.
Linfocitos
El tiempo de vida de los linfocitos es notablemente más largo. Los que están
implicados en los procesos de memoria pueden durar años y los que no duran
algunas semanas.