Daño Punitivo 1 Inst
Daño Punitivo 1 Inst
Daño Punitivo 1 Inst
VISTOS:
1. El Sr. Rubén Alejandro González Lon, inició demanda ordinaria contra
Wamaro SA (en adelante, ‘Wamaro’), solicitando que se la condene “a reintegrar la
suma dineraria actualizada por un colchón sommier comprado, oportunamente
entregado (…) roto (y, como tal, evidentemente dentro de su periodo de garantía)”.
Requirió, asimismo, que se condene a la demandada a reparar los daños y perjuicios
ocasionados y la imposición de una multa civil en concepto de daño punitivo, con
intereses y costas.
En un tramo posterior de su demanda, el actor amplió la pretensión y
solicitó que “[s]e ordene a la demandada a la efectiva entrega de un nuevo colchón
somier en calidad de nuevo y/o uno de similares o mejores condiciones y/o la suma
dineraria actualizada, de conformidad al precio (valor) que hoy en día tiene el
producto en cuestión”.
Refirió que con fecha 25 de febrero del 2021 compró a Wamaro -quien gira
comercialmente bajo el nombre de fantasía “Sommier Center”- un conjunto de colchón
y sommier modelo Sealy Linen 140x190 y abonó por dicha compra, la suma de $
50.899.
Añadió que al recibir el producto, lo armó y, finalizado el proceso, cuando
se encontraba “atornillándole las patas”, escuchó que el producto se rompía,
advirtiendo que en los ángulos del sommier la madera se encontraba totalmente
resquebrajada. Como consecuencia de ello, “siendo que el producto se encontraba
plenamente en garantía” decidió interponer el correspondiente reclamo.
Destacó que fue imposible comunicarse telefónicamente con la demandada,
por lo que decidió enviar un correo electrónico el día 4 de marzo de 2021, en el que
manifestó el problema. Cabe aquí destacar que de la prueba documental acompañada se
desprende que este fue también el día de la entrega del producto.
Relató finalmente que, frente a la ausencia de respuesta, inició una
conciliación ante el COPREC que finalizó sin acuerdo por decisión de las partes.
Fundó su pretensión en derecho, citó jurisprudencia y ofreció prueba.
2. Corrido el pertinente traslado, se presentó en autos Wamaro mediante
apoderado, contestó demanda y solicitó su rechazo.
Negó “en su totalidad lo ocurrido y que tenga responsabilidad alguna” y
manifestó que “[s]e debe tener especial consideración, que no está detallado de
manera concreta y eficaz el motivo del reclamo y la responsabilidad que [su] mandante
tiene”.
Explicó que la accionada es una empresa dedicada a la venta de colchones y
sommiers de primera calidad, que comercializa a lo largo de todo el país, mediante
distintos puntos de venta.
Agregó que su mandante “simplemente es el encargado de comercializar el
producto realizado por un fabricante y a cargo de quien se encuentra la garantía, tal
como le es informado a los consumidores al momento de la compra y conforme al
certificado de la garantía que es entregado con el producto, donde constan de todas las
condiciones de manera detallada de la garantía y demás cuestiones cubiertas por ella”.
Destacó finalmente que “en el expediente no se encuentra acreditado que el
producto haya sido entregado roto como así́ también que se encuentre con un defecto
de fábrica”.
Ofreció prueba, fundó en derecho y citó jurisprudencia.
4. El actor contestó la presentación de su contraria, mediante el escrito que
luce en la actuación n° 1906170/2021, y reconoció sólo el poder judicial presentado por
el representante de Wamaro.
5. Mediante la actuación n° 1950924/2021, se abrió la causa a prueba por el
término de quince (15) días.
Posteriormente, Wamaro acompañó en autos la documental requerida por su
contraria (v. actuación n° 2038605/2021).
6. Finalizado el período probatorio se llevó a cabo la audiencia de vista de
causa, a la cual sólo asistió la parte actora. Por tal razón, luego de media hora de
tolerancia, procedí a pronunciar sentencia y diferir los fundamentos que ahora se
desarrollan.
Y CONSIDERANDO:
I. Relación de consumo
En primer lugar, he de recordar que en las presentes actuaciones nos
encontramos frente a una relación de consumo entre el actor, en su carácter de
consumidor y la demandada, proveedora de bienes. En consecuencia, es menester tener
en consideración que nuestro ordenamiento jurídico otorga especial tutela a
consumidores o usuarios de bienes y servicios.
Así, el artículo 42 de la Constitución Nacional establece que
"[l]os consumidores tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de la
salud, seguridad e intereses económicos a una información adecuada y veraz; a la
libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y digno". En la misma línea, en
el artículo 46 del la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se establece
que “[l]a Ciudad garantiza la defensa de los consumidores y usuarios de bienes y
servicios, en su relación de consumo, contra la distorsión de los mercados y el control
de los monopolios que los afecten. Protege la salud, la seguridad y el patrimonio
de los consumidores y usuarios, asegurándoles trato equitativo, libertad de
elección y el acceso a la información transparente, adecuada, veraz y
oportuna...”
Por su parte, las Directrices de las Naciones Unidas para la Protección del
Consumidor en el artículo 6, inciso b, Anexo, pto. III de Principios Generales, establece
que “Las necesidades legítimas que las directrices procuran atender son las siguientes
(...) La promoción y protección de los intereses económicos de los consumidores”
A su vez, es preciso traer a colación que la normativa relativa al derecho de
consumidores y usuarios reviste carácter de orden público (conf. art. 65 de la Ley
24.240, en adelante LCD), y en virtud de ello es que brinda una tutela protectoria a
quienes revisten tal condición.
La jurisprudencia ha dicho al respecto que “la condición de orden público
de los derechos de usuarios y consumidores, que viene a fijar directrices realistas para
el mercado, impone a los jueces una interpretación amplia, extensiva y sistemática del
dispositivo legal.” Cámara de Apelaciones Contencioso Administrativo y Tributario de
la Ciudad Autónoma de Buenos, Sala II, Expte N° 2538-0 “BBVA Banco Francés S.A.
c/ GCBA s/ otras causas con trámite directo nte la Cámara de Apelaciones”, del voto
de Dr. Eduardo A. Russo con adhesión de Dr. Esteban Centanaro y Dra. Nélida M.
Daniele 09/03/2010, sentencia N° 12, inédito.
La doctrina enuncia cuatro funciones del orden público para el derecho de
usuarios y consumidores: función garantía y consentimiento pleno y de igualdad de
oportunidades, en razón de la situación de desigualdad del consumidores; función de
coordinación, garantizando la licitud de lo pactado por las partes; función de dirección,
por el interés del Estado, en organizar sobre la base de la justicia distributiva esta área
de negocios y función de protección, por la que el orden público tiende a resguardar a
una de las partes contratantes considerada, la más débil y a mantener el equilibrio
interno del contrato haciendo a la justicia del contrato.1
Con la entrada en vigencia del Código Procesal de la Justicia en las
Relaciones de Consumo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (en adelante CPJRC),
dicho principio protectorio quedó plasmado en su art. 1 inc. 6.
En síntesis, toda vez que el caso que se ventila en autos queda encuadrado
en una relación de consumo entre el actor y la demandada, corresponderá la aplicación
de las normas previamente citadas.
1
Consumidores, Lorenzetti, Ricardo Luis, Santa Fe, Editorial Rubinzal-Culzoni 2da edición, 2009, p.45.
Tribunal de examinar y ponderar la prueba incorporada a la causa, de manera tal que la
aplicación de la regla citada en último término resulta operativa únicamente si el caudal
probatorio resultara insuficiente para formar la convicción del magistrado.
De las presentaciones realizadas por las partes, se desprende que no existe
controversia acerca de que la compra objeto del litigio se realizó efectivamente y que el
producto fue entregado.
A su vez, respalda estas circunstancias, la documental acompañada por el
actor en el escrito de inicio, de donde surge la factura de compra, y constancia de
entrega, las cuales también fueron aportadas por Wamaro.
En consecuencia, dada la concordancia entre las pruebas aportadas por las
partes, corresponde tener por ciertas las afirmaciones de la actora en cuanto a la compra
y la entrega realizada por el conjunto de colchón y sommier modelo Sealy Linen
140x190.
Ahora bien, resulta también probado, mediante la documentación aportada
por la actora que el sommier fue entregado con un desperfecto que se manifestó durante
el armado y que impide su uso (v. fotos, video y correo electrónico adjuntos al escrito de
inicio).
Se encuentra acreditado asimismo el reclamo efectuado el mismo día de la
entrega por el señor González Lon, que recibiera el número 2000339940.
Por otra parte, en atención a que la demandada debió aportar toda la docu-
mentación que obraba en su poder en relación con el reclamo realizado por el actor y
sólo acompañó la factura y el remito de entrega del producto, corresponde tener también
por acreditada la inacción de Wamaro frente al reclamo efectuado por correo electróni-
co.
2
CSJN, autos: “H.M.D.F. y otros c/ Arcos Dorados S.A. y otro s/ Ds y Ps.”, sentencia del día 23 de
diciembre de 2004, considerando 10
3
“El incumplimiento de la garantía legal y las cuestiones probatorias en las relaciones de consumo”
Autores: Arias, María Paula - Quaglia, Marcelo C. Publicado en: LA LEY 02/12/2019, 02/12/2019, Cita
Online: AR/DOC/3642/2019.
mayor. En caso de que la cosa deba trasladarse a fábrica o taller habilitado el
transporte será realizado por el responsable de la garantía, y serán a su cargo los
gastos de flete y seguros y cualquier otro que deba realizarse para la ejecución del
mismo.”
Por su parte, el artículo 13 dispone que “[s]on solidariamente responsables
del otorgamiento y cumplimiento de la garantía legal, los productores, importadores,
distribuidores y vendedores de las cosas comprendidas en el artículo 11”.
Finalmente, el artículo 17 prevé que [e]n los supuestos en que la reparación
efectuada no resulte satisfactoria por no reunir la cosa reparada, las condiciones
óptimas para cumplir con el uso al que está destinada, el consumidor puede:
a) Pedir la sustitución de la cosa adquirida por otra de idénticas
características. En tal caso el plazo de la garantía legal se computa a partir de la fecha
de la entrega de la nueva cosa;
b) Devolver la cosa en el estado en que se encuentre a cambio de recibir el
importe equivalente a las sumas pagadas, conforme el precio actual en plaza de la
cosa, al momento de abonarse dicha suma o parte proporcional, si hubiere efectuado
pagos parciales;
c) Obtener una quita proporcional del precio.
En todos los casos, la opción por parte del consumidor no impide la
reclamación de los eventuales daños y perjuicios que pudieren corresponder.”
En el caso que nos ocupa, conforme lo manifestado y probado en autos, se
efectuó la compraventa de un conjunto de colchón con sommier, el cual fue entregado a
la parte actora con un vicio de fabricación que se manifestó durante el armado y que
impidió su uso. Como consecuencia de ello, el accionante realizó el reclamo por la
obligación de garantía, pero la demandada guardó silencio.
2. Determinación de la pretensión
Establecido esto, cabe recordar que el actor solicitó -de manera indistinta- la
efectiva entrega de un nuevo colchón sommier -o uno de similares o mejores
condiciones- “o la suma dineraria actualizada, de conformidad al precio (valor) que
hoy en día tiene el producto en cuestión” Esto es, lo previsto por los incisos a) y b) del
artículo 17 de la LDC.
Respecto de esta indeterminación de la pretensión actora, considero que la
restitución del dinero resulta abarcativa de la sustitución del producto, toda vez que
nada impide que el actor adquiera a la firma demandada un nuevo conjunto de colchón
y sommier con el dinero restituido, si así lo desea. Por lo tanto, en lo que sigue, se
tratará la pretensión actora en los términos del inciso b, del artículo 17 de la LDC.
3. Incumplimiento de la garantía
Ahora bien, como ya se destacó, la demandada no aportó prueba que
desacredite lo manifestado por la actora respecto del incumplimiento del deber de
garantía, ni que la exima de la responsabilidad causada por el incumplimiento probado.
Su defensa se limitó a negar el daño, rechazar que le sea imputable y deslindar
responsabilidad en el fabricante.
Al respecto ha dicho la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial
“que del artículo 53 LDC resulta que el legislador ha impuesto sobre el proveedor que
resiste la pretensión de un consumidor dos cargas: primero, aportar al proceso todo
elemento de prueba que se encuentre a su alcance; y segundo, prestar toda la
colaboración necesaria para esclarecer el asunto (ver esta Sala “La Greca, Daniel
Ramón c. Auto Zero SA y otro s/ Ordinario”, 30/05/2019).
Aplicada esa norma al caso, forzoso es concluir que no era dable a las
demandadas mantenerse en la posición pasiva que ha exhibido en el pleito, ni era
posible que el mismo fuera resuelto a la luz del principio según el cual la carga de la
prueba recae sobre quien alega el hecho que invoca en sustento de su derecho (…).
Analizada la cuestión desde esta perspectiva, forzoso es concluir que mal
podían las demandadas limitarse a negar lo que había afirmado el actor (…).
Por lo pronto, reconocida la operación de compraventa, forzoso es tener
por cierto también que sobre ellas pesaba la obligación de garantía que debían al actor
por los vicios que experimentara el bien adquirido en los términos de los artículos 17 y
normas concordantes.”4.
Por otra parte, respecto del planteo de la demandada en el sentido de que no
es fabricante de los productos que comercializa y por lo tanto, tampoco responsable de
4
Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, sala C. “Bellotti, Daniel Aníbal c. Ansila S.A. y
otro s/ Ordinario” Sentencia del 28/08/2019. Publicado en: LA LEY 02/12/2019 , 3, Con nota de Arias,
María Paula y Quaglia, Marcelo C.; Cita Online: AR/JUR/28913/2019.
su garantía, cabe destacar que el artículo 13 de la LDC ya reseñado, dispone que“[s]on
solidariamente responsables del otorgamiento y cumplimiento de la garantía legal, los
productores, importadores, distribuidores y vendedores de las cosas comprendidas en el
artículo 11”
En este sentido tiene dicho la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil
que: “1- La responsabilidad por defectos de fabricación de la empresa proveedora (…)
debe encuadrarse en lo dispuesto por el art. 40 de la ley 24.240. Así́ , el vendedor que
contrata directamente con el consumidor responde por vicio o riesgo de la cosa,
basándose su responsabilidad en la obligación de garantía o seguridad que le impone a
aquel la carga de preservar al consumidor final del producto. 2- Su responsabilidad
frente al consumidor es sin atenuantes y sólo puede eximirse probando la culpa de la
víctima o el hecho de un tercero por el cual no deba responder, categoría esta última
dentro de la que no puede considerarse al fabricante o a cualquier otro que interviene
en la cadena de comercialización”5.
En virtud de lo hasta aquí señalado, no habiendo controversia en la
materialidad de los hechos que motivaron la demanda, sumado a las constancias
arrimadas al expediente, teniendo en cuenta la naturaleza objetiva de la responsabilidad
que pesa sobre los proveedores de bienes y servicios, y en atención de los principios
protectorios del derecho del consumidor, corresponde condenar a Wamaro a reintegrar
al actor el precio actual de plaza del producto adquirido o, de no ser posible, del de uno
de igual o mejor calidad y retirar el oportunamente entregado del lugar en el que se
encuentre (art. 17 b. LDC).
Despejado lo anterior, resta determinar ahora la procedencia de la reparación
pretendida y su cuantía.
4. Daño moral
El actor solicitó la reparación del daño moral sufrido por el incumplimiento
de la demandada.
Al respecto debe recordarse que la responsabilidad del proveedor de bienes
y servicios es objetiva (cfr. art. 40, LDC). Esto significa que el incumplimiento de las
obligaciones a su cargo conlleva necesariamente el deber de responder por los daños
5
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Capital Federal Sala L (CORTELEZZI.) “L.L., M.Y c/ MEDIC
S.A. y otros s/ Daños y Perjuicios”. Sentencia del 26 DE JUNIO DE 2008.
ocasionados a los consumidores o usuarios, destinatarios finales de los bienes o
servicios contratados, a menos que aquél demuestre que la causa del daño le ha sido
ajena.
La doctrina ha sido conteste en que, “la norma deja en claro expresamente
que tanto para el caso de la responsabilidad que resulte del vicio o riesgo de la cosa
cuanto para la resultante de la prestación del servicio, el deber de reparar tiene
naturaleza objetiva, al establecer que ‘sólo se liberará total o parcialmente quien
demuestre que la causa del daño le ha sido ajena’. Esto es, la prueba de la propia
diligencia resulta insuficiente para eximirse, debiendo llegar el sindicado como
responsable a acreditar la fractura del nexo causal” 6.
La jurisprudencia, por su parte, ha señalado que “es la violación del deber
de no dañar a otro lo que genera la obligación de reparar el menoscabo causado y tal
noción comprende todo perjuicio susceptible de apreciación pecuniaria que afecte en
forma cierta a otro en su persona, en su patrimonio y/o en sus derechos o facultades.
Dicha reparación no se logra si el resarcimiento -producto de utilización de facultades
discrecionales de los jueces- resulta en valores insignificantes en relación con la
entidad del daño resarcible”.7
Se ha dicho que el daño moral “se determina en función de la entidad que
asume la modificación disvaliosa del espíritu, en el desenvolvimiento de su capacidad
de entender, querer o sentir, y por la repercusión que tal minoración determina en el
modo de estar de la víctima, que resulta siempre anímicamente perjudicial. El dolor, la
pena, la angustia, la inseguridad, son elementos que permiten aquilatar la entidad
objetiva del daño moral padecido. Pero todo ello debe ser valorado prudencialmente
por el juez, tomando en cuenta las circunstancias objetivas del caso concreto”.8
La Corte Suprema ha definido al daño moral como un detrimento de índole
espiritual (fallos: 316:2894, 327:1738) que debe tenerse por configurado por la sola
producción del episodio dañoso, ya que se presume la inevitable lesión de los
sentimientos del demandante (fallos: 328:2546, 330:563). A lo que agrega que aun
6
Régimen Jurídico del consumidor comentado, Javier H. Wajntraub, 1ra edición revisada, 1ra
reimpresión, Santa Fe, Rubinzal – Culzoni, 2020, p. 246
7
(Fallos: 314:729, considerando 4°; 316:1949, considerando 4° y 335:2333; entre otros)” (CSJN, autos:
“Ontiveros, Stella Maris c/Prevención ART S.A. y otros s/ accidente, sentencia del día 10 de agosto, 2017).
8
CCAyT, Sala II, in re “Naccarato, Roberto Aníbal c/ GCBA s/ Impugnación de actos administrativos”,
sentencia del 2/7/2002
cuando el dolor no puede medirse o tasarse, ello no impide justipreciar la satisfacción
que procede para resarcir —dentro de lo humanamente posible— las angustias,
inquietudes, miedos, padecimientos y tristeza propios de la situación vivida por la parte
actora y que a los fines de la fijación del quantum, debe tenerse en cuenta el carácter
resarcitorio de este rubro, la índole del hecho generador de la responsabilidad y la
entidad del sufrimiento causado, que no tiene necesariamente que guardar relación con
el daño material, pues no se trata de un daño accesorio a éste (Fallos: 316:2894;
321:1117; 325:1156; 326:820 y 847; 330:563 y 332:2159).
De las constancias de autos surge que el accionante alega que “el daño
moral padecido está integrado por el sufrimiento motivado por los trastornos psíquicos
y el estrés, que como consecuencia del incumplimiento del contrato, sufri[ió] y sig[ue]
sufriendo” que lo “pone en una completa situación de incertidumbre, al ver que la
demandada no cumple con sus obligaciones si no [es] obligada por la justicia”.
En consecuencia, corresponde hacer lugar al reclamo por daño moral
articulado y condenar a Wamaro a resarcir al actor con la suma de pesos treinta mil ($
30.000).
5. Daño punitivo
La actora solicitó que se imponga a Wamaro la sanción prevista en el art.
52bis, de la Ley de Defensa del Consumidor.
Dicha norma establece que “[a]l proveedor que no cumpla sus obligaciones
legales o contractuales con el consumidor, a instancia del damnificado, el juez podrá
aplicar una multa civil a favor del consumidor, la que se graduará en función de la
gravedad del hecho y demás circunstancias del caso, independientemente de otras
indemnizaciones que correspondan.(…)”.
Se ha dicho que los daños punitivos “son sumas de dinero que los tribunales
mandan a pagar a la víctima de ciertos ilícitos, que se suman a las indemnizaciones por
daños realmente experimentados por el damnificado, que están destinados a punir
graves inconductas del demandado y a prevenir hechos similares en el futuro” .9
La jurisprudencia ha afirmado que “[n]o caben dudas respecto a que los
9
Pizarro, Ramón D., Cap. XIII, “Daños punitivos”, Derecho de Daños, libro en homenaje al Prof. Félix Trigo
Represas, 2ª parte, Kemelmajer de Carlucci, A. (dir.) Parellada, Carlos (coord.), La Rocca, Buenos Aires,
2000, ps. 291 y 292.
daños punitivos constituyen una de las expresiones más claras de la función preventiva
y sancionatoria aludida y sirven como instrumento desincentivador o de castigo de
inconductas varias”.10
Refiriéndose a esta cuestión la Cámara de Apelaciones del fuero ha
sostenido que “[r]esulta relevante el amplio alcance conferido por el legislador al daño
punitivo; en efecto, de los antecedentes parlamentarios se desprende que fue
caracterizado como una sanción de multa a favor del consumidor cuando haya sido
víctima de una conducta disvaliosa del proveedor. Tal conceptualización, plasmada en
el texto del artículo 52 bis, contrasta –en cuanto a su procedencia– con la doctrina que
afirma que los daños punitivos corresponden en casos excepcionales y que proceden
únicamente en casos de particular gravedad, que trasunten menosprecio por derechos
individuales o de incidencia colectiva, abuso de posición dominante y también en los
supuestos de ilícitos lucrativos (cfr. XXII Jornadas Nacionales de Derecho Civil y 5to.
Congreso Nacional de Derecho Civil. Universidad Nacional de Córdoba, 2009).” 11
La actitud adoptada por Wamaro en relación al reclamo efectuado
oportunamente por el actor, tanto como su conducta durante el presente proceso, hacen
presumir que el cumplimiento de la obligación de garantía en todos los casos, así como
la adopción de medidas que disminuyan o eviten la entrega de productos nuevos que no
se encuentren en condiciones optimas, resulta para la demandada más oneroso que
afrontar ocasionales sentencias por incumplimiento.
Es en esta circunstancia donde la cuantificación halla un parámetro objetivo
en el que fundarse siquiera de un modo aproximado y desde el cual establecer el monto
de la sanción, limitando la apreciación subjetiva del juzgador respecto del grado de
reproche adicional que merece el incumplimiento. La perspectiva de la función
preventiva del instituto circunscribe el importe de la multa a aquel que razonablemente
conduzca a que el incumplimiento deje de ser conveniente.
En este sentido se ha sostenido que “[a]nte determinadas situaciones
lesivas, la mera reparación del perjuicio puede resultar insuficiente para desmantelar
los efectos nocivos del ilícito, en particular, cuando quien daña a otro lo hace
deliberadamente con el propósito de obtener un rédito o beneficio, tal sería el caso de
10
Fallo, N.N. c. AMX Argentina (CLARO) SA s/ daños y perj. incump. contractual, Juzg. Civil y Comercial n°
3 de Tandil (JCivyComTandil)(Nro3), 07/02/2018, La Ley Online; TR LALEY AR/JUR/10/2018).
11
Sala I, autos: “Mizrahi, Daniel Fernando c/ Empresa Distribuidora Sur S.A. Edesur s/ otros procesos
especiales”, Exp. 36242/2015-0”, sentencia del día 10 de septiembre de 2019, voto del juez Balbín
los daños causados por productos elaborados, en los que al proveedor, fabricante o
distribuidor le resulte más barato pagar las indemnizaciones a los consumidores que
afrontar controles de calidad y/o cumplir acabadamente con una adecuada prestación
del servicio”12.
Así las cosas, la imposición de la multa bajo análisis debe alterar la ecuación
económica de la demandada y tornar desventajosos incumplimientos como los de autos,
incentivando, previsiblemente, la implementación de mecanismos o prácticas tendientes
a minimizar la entrega de productos defectuosos o asumir el costo de cumplir con la
garantía sin necesidad de ser judicialmente compelida a ello.
Con tal objetivo en miras, encuentro prudente imponer a Wamaro una
sanción en concepto de daño punitivo por el importe equivalente a tres veces el valor de
los productos adquiridos por el actor, cuyo incumplimiento de garantía motivó esta
demanda. Esto es, la suma de ciento cincuenta y dos mil seiscientos noventa y siete
pesos ($ 152.697)
6. Costas
Determinado lo anterior, corresponde pronunciarse, respecto a las costas del
proceso. Dado el modo como se resuelve, corresponde imponer costas a la vencida. (art.
65 CPJRC).
Por todo lo hasta aquí expuesto y de conformidad con las normas citadas,
RESUELVO:
1°) HACER LUGAR a la demanda promovida por Sr. Rubén Alejandro
González Lon, y consecuentemente, condenar a Wamaro SA a que en el plazo de tres (3)
días abone al actor el precio actual de venta del producto adquirido o, de no ser posible,
el de uno de igual o mejor calidad.
2º) ORDENAR a Wamaro SA que retire, a su cargo, el sommier y colchón
oportunamente vendido del lugar en el que se encuentre.
12
“Raspanti, Sebastián c/ AMX Argentina S.A. s/ Ordinarios - Otros - Recurso de apelación” Expte. Nº
1751961/36. Sentencia del 26 de Marzo de 2015. CAMARA 6TA de APELACIONES en lo CIVIL y
COMERCIAL de CORDOBA.
3°) CONDENAR a la demandada a que en el plazo de tres (3) días, abone al
actor la suma de pesos treinta mil ($ 30.000) en concepto de daño moral.
4°) CONDENAR a la demandada a que en el plazo de tres (3) días, abone al
actor la suma de pesos ciento cincuenta y dos mil seiscientos noventa y siete ($
152.697) en concepto de daño punitivo.
5°) IMPONER las costas del proceso a la vencida.
6°) DIFERIR la regulación de honorarios de los profesionales intervinientes,
incluyendo los de la conciliadora actuante ante la instancia prejudicial, hasta tanto se
encuentre firme la liquidación y los interesados denuncien su numero de CUIT y
situación ante la AFIP.
7°) ORDENAR la publicación de esta sentencia por medio del Sistema de
Difusión Judicial del Departamento de Información Judicial del Consejo de la
Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires, una vez que se encuentre firme (cfr. arts.
54bis, LDC; y 96, CPJRC).
Regístrese, notifíquese por Secretaría a las partes y al Fiscal en su
público despacho, y oportunamente, archívese.
SEC 1 RC JUZ 2|EXP:161070/2021-0 CUIJ J-01-00161070-4/2021-0|ACT 2268620/2021
Protocolo Nº 48/2021
Roberto Andres
Gallardo
JUEZ/A
SECRETARÍA N° 1 DE
LA OF. GESTIÓN JUD.
EN REL. CONSUMO -
JUZGADO 2