El documento describe varias técnicas para la colecta de insectos, incluyendo técnicas directas como el uso de redes para golpear plantas y capturar insectos voladores, y técnicas indirectas como trampas con y sin cebos para atraer diferentes tipos de insectos. Las técnicas de colecta dependen del objetivo del estudio e incluyen métodos para diferentes hábitats como suelo, plantas y dosel forestal.
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El documento describe varias técnicas para la colecta de insectos, incluyendo técnicas directas como el uso de redes para golpear plantas y capturar insectos voladores, y técnicas indirectas como trampas con y sin cebos para atraer diferentes tipos de insectos. Las técnicas de colecta dependen del objetivo del estudio e incluyen métodos para diferentes hábitats como suelo, plantas y dosel forestal.
El documento describe varias técnicas para la colecta de insectos, incluyendo técnicas directas como el uso de redes para golpear plantas y capturar insectos voladores, y técnicas indirectas como trampas con y sin cebos para atraer diferentes tipos de insectos. Las técnicas de colecta dependen del objetivo del estudio e incluyen métodos para diferentes hábitats como suelo, plantas y dosel forestal.
El documento describe varias técnicas para la colecta de insectos, incluyendo técnicas directas como el uso de redes para golpear plantas y capturar insectos voladores, y técnicas indirectas como trampas con y sin cebos para atraer diferentes tipos de insectos. Las técnicas de colecta dependen del objetivo del estudio e incluyen métodos para diferentes hábitats como suelo, plantas y dosel forestal.
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Técnicas de colecta
La colecta de insectos requiere aplicar una variedad amplia de técnicas debido
al gran número de especies y variedad de hábitos de vida que presentan. La mayoría de las técnicas utilizadas responden a objetivos específicos de cada tipo de estudio; sin embargo, pueden ser divididas de manera muy general en técnicas de colecta directas (activas) y técnicas de colecta indirectas (pasivas, Steyskal et al., 1986). Una segunda forma general de dividirlas, no sólo para los insectos, sino para los artrópodos en general, es por ambientes, teniendo colecta terrestre y acuática. COLECTA DIRECTA Es aquella en la que el colector busca de manera activa a los organismos en su ambiente, en los sitios donde éstos se distribuyen. Esta estrategia es utilizada ampliamente por la mayoría de los colectores, quienes se apoyan de herramientas e instrumentos que varían según el sustrato o sitio de búsqueda. Implica poseer cierta información biológica sobre los grupos que se desea colectar, principalmente su distribución geográfica, ocurrencia estacional y hábitos alimenticios. En la naturaleza, las plantas, cadáveres, hojarasca, suelo, musgo, hongos, nidos de vertebrados e invertebrados, etc., son sitios específicos donde pueden existir especies de insectos con diferentes grados de asociación a ellos. Las plantas a su vez pueden estar habitadas, y ser consumidas, en cada una de sus partes por organismos que se especializan en raíz, tallo, hojas, flores, frutos y semillas. Además, los diferentes recursos en la naturaleza presentan una sucesión en la fauna de insectos que los consumen. Todos estos elementos deben ser tomados en cuenta cuando se colecta de manera directa, junto con el objetivo del estudio. Para comentar la colecta directa mediante el uso de herramientas, se hará mención a los principales sustratos donde se pueden colectar insectos. Sin embargo, el método más simple es tomar a los insectos con los dedos y es el más común en muchos grupos que no son peligrosos para el ser humano (Steyskal et al., 1986). Hojarasca y suelo: se puede colectar de manera directa en hojarasca y suelo utilizando un cernidor (Fig. 1), el cual permite retener las partículas grandes y deja pasar partículas e insectos pequeños a la parte baja, donde pueden ser vistos y colectados con mayor facilidad, mientras que los organismos medianos y grandes quedan por encima de éste y expuestos. En esta técnica se usan comúnmente palas de jardinero (Fig. 2) para depositar el sustrato en el cernidor, también se utilizan aspiradores (Fig. 3) para colectar los ejemplares pequeños sin dañarlos. Es necesario colocar una muestra tan grande como sea posible encima del cernidor y proceder al cernido por varios minutos; se recomienda repetir la acción varias veces para obtener una mejor representación de ejemplares, ya que algunos grupos, como colémbolos y hormigas, son numerosos en este sitio, pero otros son muy escasos. También se pueden buscar ejemplares solo moviendo la hojarasca y el suelo con alguna pala, pero la observación y captura de los organismos pequeños resulta fortuita. Sobre plantas: la colecta directa en plantas es apoyada frecuentemente por una red de golpeo, en la cual caen insectos que están sujetos a las plantas, ya que muchos de ellos tienen la conducta de dejarse caer cuando se encuentran en peligro. Se procede a golpear la vegetación arbustiva en varias plantas (o las plantas bajo estudio) por periodos cortos de tiempo y se revisa la red, los insectos pequeños y de cuerpo blando pueden ser colectados con el aspirador (succionando) y luego depositarlos (soplando) en un frasco colector. También se usa cualquier superficie análoga a la red de golpeo, que sirva para retener y hacer evidente a los organismos que, al mover las plantas, caigan en esa superficie, tales como sábanas o paraguas invertidos (Fig. 4). Cuando se usa un tipo de “paraguas”, se apoya el golpeo de la vegetación con un palo o tubo de metal, dando mayor precisión en la planta y sitio específico del muestreo. Si es necesario el muestreo de plantas altas, se pueden tender mantas blancas (para hacer evidentes los organismos) en su base y proceder a mover lo más posible la planta. Las redes aéreas (Fig. 5) pueden ser útiles para la captura de insectos que se localizan en las partes altas de las plantas, como en flores y frutos de árboles (algunas tienen mango telescópico, que permite extenderlas considerablemente). También se utilizan frecuentemente para la captura de insectos de vuelo rápido, como mariposas, abejas, moscas, libélulas, neurópteros, etc. Es necesario practicar un tiempo con la red para aumentar la eficiencia de captura de estos insectos, la forma general es mover con la mayor velocidad posible la red hacia el insecto, ya sea que éste se localice posado en la vegetación, alimentándose de flores, frutos, etc., o en vuelo; inmediatamente se girar la red para evitar que salga. Hay variación en el tamaño de las redes aéreas que dependen del grupo de insecto volador que se desee colectar, generalmente las redes usadas para mariposas y libélulas son de un diámetro mayor, la bolsa de la red más profunda y el mango más largo; mientras que para mosquitos, abejas, avispas e insectos similares suelen ser más pequeñas. La fumigación del dosel de bosques (Fig. 7) es una técnica que ha proporcionado una alta cantidad de especies y ejemplares de muchos grupos, que difícilmente pueden ser colectados con otros métodos y que incluso ha permitido pronosticar un incremento importante en el número de especies de insectos existentes (Erwin, 1982; Wilson, 1992). Requiere una fumigadora especial (Fig. 7b), insecticida biodegradable en concentraciones conocidas y la colocación de superficies (Fig. 7a) debajo del dosel que será fumigado para la retención de los ejemplares. El aparato expulsa el insecticida en forma de nube que sube hacia el dosel de los árboles en un sitio seleccionado, después de varios minutos los insectos afectados comienzan a caer en las superficies colocadas previamente. COLECTA INDIRECTA Es aquella en la que se colectan organismos utilizando algún tipo de atrayente y que no implica búsqueda directa en los sustratos donde éstos habitan. Comúnmente este tipo de colecta utiliza trampas con distintos tipos de atrayentes e incluso existen trampas sin atrayente que se consideran como colecta indirecta porque no se buscan activamente a los organismos. El tipo y número de trampas, y el cebo a utilizar también dependen directamente de los objetivos de la investigación. Preservación de insectos La preservación consiste en mantener a los ejemplares colectados en las mejores condiciones posibles para su estudio. Los insectos pueden ser preservados en tres formas, en líquido, en preparaciones y en seco. Al igual que con las técnicas de colecta, la elección de cada uno de los métodos de preservación depende de los fines y posibilidades de cada investigación. Trampas sin atrayentes: las trampas de “pozo seco” o “de caída” (conocidas en inglés como “pit-fall traps”) (Fig. 14) son recipientes de capacidad entre medio y un litro que se colocan enterradas a nivel de suelo. Su utilidad consiste en retener cualquier organismo que, al desplazarse por el suelo, caiga dentro del recipiente sin tapa, o del recipiente con un embudo que evita la huída de los organismos y su depredación por vertebrados. Puede llevar alcohol etílico al 70%, etileno glicol o propileno glicol como líquidos conservadores, o puede ir sin conservador. Weeks y McIntyre (1997) observaron que al usar etileno glicol y propileno glicol como conservadores en estas trampas, se colectan más especies de insectos que con aquellas sin conservador o usando agua, lo que demuestra que los conservadores pueden ser atrayentes para algunos organismos y repelentes para otros. En cualquiera de las dos modalidades, con conservador o sin él, la revisión de la trampa debe ser en periodos de tiempo cortos, de horas a no más de dos o tres días, ya que se encuentra descubierta y el alcohol se evapora rápidamente, o se inunda con lluvia, provocando la descomposición de los organismos. Trampas con cebos: el nombre de las trampas está dado por el cebo que usan, las más importantes son las coprotrampas (cebadas con excremento), carpotrampas (con fruta) y necrotrampas (con carroña). La intención de cada una de ellas es atraer y capturar insectos afines a estos cebos, pero no todas las especies que recurren a ellos lo hacen para consumirlos, también pueden acudir especies que son depredadoras y algunas otras que llegan de manera accidental. Por esto, es importante distinguir las especies que se alimentan estrictamente de algún recurso, de aquellas que son afines; por ejemplo las especies coprófagas se alimentan de excremento y las especies coprófilas son afines al excremento. Trampa de luz (Fig. 21): esta trampa se utiliza en colectas nocturnas y sirve para atraer insectos voladores con fototropismo positivo. Una alta diversidad de insectos nocturnos es atraída a la luz, entre ellos varios de los más exóticos. No se conoce con certeza porqué muchos insectos nocturnos son atraídos a la luz, pero se ha postulado que muchos de ellos se orientan en su vuelo tomando como referencia algún punto luminoso en el cielo, que puede ser la luna o las estrellas más cercanas a la tierra. La orientación es similar a la que tienen las abejas de la miel utilizando la posición del sol. Tal vez por esta razón, es poco eficiente colectar en noches con luna, ya que muchos organismos se orientarán con ella en lugar de ser atraídos a la trampa. La luz de tipo mercurial o luz negra es la que atrae mejor a los organismos. La trampa de luz utiliza una variedad de herramientas y equipos, pero siempre con el mismo principio. Cuenta generalmente con un foco de luz negra que se conecta a una fuente de electricidad, el foco es colocado en la parte media o superior de una manta blanca extendida que actúa como reflector de la luz y es en ella donde se posan la mayoría de los organismos. También puede ser colocada una manta blanca en el suelo por debajo de la manta extendida, ya que en esta zona también se posan varios organismos. Embudo de Berlese (Fig. 22): esta técnica utiliza el fototropismo de los organismos y el calor para lograr que pasen de un sustrato determinado a un frasco colector colocado debajo del sistema, el cual es cerrado e incluye un foco en la parte superior, una malla donde se colocan las muestras, y en la parte baja el frasco colector. Los organismos con fototropismo positivo pueden bajar al frasco colector en el período de oscuridad al que se somete la muestra (3 o más días) y los organismos con fototropismo negativo lo pueden hacer en el período de luz, que normalmente tiene la misma duración que el primero. Este proceso de muestras específicas es usado para fauna de insectos del suelo y sustratos similares, donde abundan organismos de talla pequeña. La colecta inicia con la toma de muestras, que se puede hacer de manera sistemática en periodos de tiempo y cantidad de sustrato regulares. El muestreo sistemático es una diferencia importante respecto a la búsqueda directa con ayuda de cernidores.