Código Deontológico - CPCM 1
Código Deontológico - CPCM 1
Código Deontológico - CPCM 1
DEONTOLÓGICO
COLEGIO PROFESIONAL DE LA CRIMINOLOGÍA DE LA
COMUNIDAD DE MADRID
COMISIÓN DEONTOLÓGICA
OCTUBRE DE 2018
ÍNDICE 1
Preámbulo .................................................................................................................................................. 2
1
Código Deontológico del Colegio Profesional de Criminología de la Comunidad de la
Comunidad Madrid
PREÁMBULO
La deontología es la parte de la ética que trata sobre los deberes que rigen una actividad
profesional. Un código deontológico recoge el catálogo de normas que sirven como guía
para procurar la excelencia profesional y evitar la mala praxis.
Las normas deontológicas de los colegios o consejos profesionales son la base de la honradez
e integridad en el ejercicio de la profesión y su fin último es velar por la ética, la dignidad de
la profesión y el respeto debido a los profesionales y ciudadanos, por lo que constituyen un
marco de obligaciones de necesario cumplimiento por los colegiados y responde a la
potestad pública que la Ley devenga a favor de esta organización para ordenar la actividad
profesional.
Estas normas se ubican dentro del respeto de los derechos humanos fundamentales de los
individuos, los grupos y comunidades reconocidos en la Constitución española de 1978 y en
las distintas declaraciones y convenios desarrollados por la Comunidad Internacional y
ratificados por España. Además, estas normas están adaptadas a la realidad social,
incluyendo los usos de las tecnologías de la información, comunicación y nuevas
circunstancias legislativas del siglo XXI.
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El siguiente código deontológico ha sido elaborado en el seno de la Comisión Deontológica
del Colegio Profesional de Criminología de la Comunidad de la Comunidad Madrid (en
adelante CPCM) a instancia de la Junta de Gobierno de dicho colegio. Para ello, como
referentes, se han utilizado los textos desarrollados por otras instituciones dedicadas a la
investigación, práctica o promoción de la criminología, entre ellos: Código Deontológico del
Ilustre Colegio Profesional de Criminólogos del Principado de Asturias (ICPCPA), Código
deontológico de la Criminología en España, de la Sociedad Interuniversitaria de Estudiantes
de Criminología (SIEC), Código deontológico del Ilustre Colegio de Criminólogos de la
Comunitat Valenciana, Código Deontológico Sociedad Española de Investigación
Criminológica (SEIC).
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TÍTULO I. DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 1. Los derechos y deberes que se formulan en este código deontológico, como
resultado de la voluntad normativa que corresponde a ésta entidad de derecho público,
concierne a todos los colegiados en el Colegio Profesional de Criminología de la Comunidad
de la Comunidad Madrid en el ejercicio de su actividad profesional como criminólogo.
Artículo 3.
Artículo 5. El incumplimiento de alguna de las normas recogidas en este código supone incurrir
en falta disciplinaria recogida en los Estatutos del CPCM donde, de igual forma, concurre el
procedimiento sancionador oportuno.
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Artículo 6. El criminólogo rechazará cualquier clase de impedimento/s o traba/s a su
independencia profesional y al legítimo ejercicio de su profesión, dentro del marco de
derechos y deberes expuestos en este código.
Artículo 7. El criminólogo actuará conforme a los principios del Estado de derecho respetando
todos los derechos fundamentales, teniendo especial consideración la no vulneración de los
derechos a la intimidad, confidencialidad, uso responsable de la información y la no
discriminación.
Artículo 8. El criminólogo deberá ser objetivo en todos los casos, preservar la imparcialidad y
rechazar verse influenciado por factores internos o externos que condicionen la buena praxis.
Artículo 11. El criminólogo deberá mantener los conocimientos actualizados sobre la ciencia
criminológica en general y sobre su especialización en particular.
Artículo 13. El criminólogo rechazará prestar sus servicios cuando exista la incertidumbre de
que pueden ser mal utilizados o en contra de los intereses legítimos de las personas, grupos,
instituciones o comunidades, así como utilizados para la comisión de cualquier hecho
delictivo.
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Artículo 15. Se reconoce el derecho y el deber de participación como colegiado en las
distintas actividades y acciones que se impulsen desde el CPCM.
Artículo 17. Los informes deben recoger los datos del profesional que los emite; su titulación e
identificación como colegiado, así como el carácter actual o temporal al que se refieren y si
procede: el número de expediente y juzgado para el que se emite, y a quien va dirigido.
Artículo 18. Los informes deben contener, al menos, las siguientes partes: identificación del
solicitante del encargo, petición que se realiza, objeto ,cuestiones planteadas; especificando
lo que conste en la providencia del Juez o lo solicitado directamente por el cliente,
descripción del objeto, motivación de la solicitud y situación del objeto del informe,
antecedentes del hecho y documentación aportada, metodología utilizada, resultados de
las estrategias y análisis efectuados, integración de los resultados, conclusiones y limitaciones.
Artículo 19. El informe criminológico debe basarse en una teoría o técnica contrastable
empíricamente, la teoría o la técnica en la que se base debe haber sido publicada en revistas
de revisión por pares y se debe conocer la tasa de error de la metodología aplicada. Además,
el informe debe estar basado en una investigación con suficiente apoyo empírico, que el
método o técnica haya sido aplicado de forma correcta, de acuerdo con un protocolo
establecido.
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Capítulo 5. Relaciones del criminólogo como profesional libre.
Cuestiones éticas.
Artículo 22. Las relaciones del CPCM con sus colegiados se basarán en la corresponsabilidad,
el respeto, la buena fe y la lealtad mutua.
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o diferentes métodos, y se referirá con respeto a las escuelas, modelos y líneas de
investigación que gozan de credibilidad científica y reconocimiento profesional.
Artículo 24. El criminólogo mantendrá siempre el más absoluto respeto hacia sus compañeros,
evitando las críticas o alusiones personales en el ámbito de actuación profesional. Las
relaciones entre criminólogos deben regirse por los principios de profesionalidad,
coordinación, colaboración, respeto recíproco y confidencialidad; así como evitarán la
competencia ilícita y desleal de acuerdo con el ordenamiento jurídico.
Artículo 25. El criminólogo que pretenda ejercitar una acción civil, penal, laboral o
administrativa en nombre propio contra otro criminólogo colegiado, basado en hechos
relacionados con su actividad profesional, podrá comunicarlo previamente al Decano del
CPCM, por si pudiera considerar oportuno realizar una labor de mediación. Pudiendo ser
delegada esta circunstancia en otro miembro de la junta de gobierno o comisión si así queda
establecido.
Artículo 26. En caso de que el cliente decida acudir a otro criminólogo, el primero podrá
rechazar simultanear su intervención con una diferente, realizada por el otro profesional.
Artículo 27. El ejercicio de la criminología debe basarse en el derecho y deber del respeto
recíproco entre el criminólogo y otros profesionales, especialmente en relación a aquellos que
son más afines a su área de actividad.
Artículo 30. El criminólogo debe informar a su cliente del marco normativo en el que se va a
desarrollar la actividad profesional.
Artículo 31. Deberá informar y asesorar acerca del marco legal en el que su cliente se
encuentre en relación a la Administración de Justicia.
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Artículo 32. En cualquier caso, la actuación del profesional, cuando es a requerimiento de la
Administración de Justicia, velará por evitar la revictimización.
Artículo 33. El criminólogo estará capacitado para prestar sus servicios profesionales tanto a
particulares, como instituciones públicas y privadas, sin perjuicio de que su ejercicio en uno
de ellos no le excluya de colaborar con los otros.
Artículo 35. La actuación del criminólogo no será compatible con el apoyo directo o indirecto
a individuos, grupos, fuerzas políticas o estructuras de poder que atenten contra los seres
humanos por medio del terrorismo, tortura u otros medios violentos, dentro del deber ético a
la no cooperación.
Artículo 37. El profesional tiene el deber ineludible de informar adecuadamente sobre las
características esenciales de la relación establecida, los problemas derivados, los objetivos
propuestos y el método utilizado. En caso de tratar con menores de edad o incapacitados se
tratará, en la medida de lo posible, de recabar el consentimiento de los padres o tutores
legales, excepto en aquellos casos que deba prevalecer el superior interés del menor.
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Artículo 38. El criminólogo debe solicitar el consentimiento del cliente en caso de intervención
de terceras personas en el desarrollo de la actividad, tales como estudiantes de prácticas,
profesionales en formación, estudios o investigaciones, voluntariado, etc.
Artículo 41. El criminólogo sólo podrá ser eximido de guardar el secreto profesional mediante
el consentimiento expreso de su cliente. Así mismo velará porque sus eventuales
colaboradores se atengan igualmente a este secreto profesional.
Artículo 42. Los criminólogos cumplirán los siguientes deberes en relación con la información
confidencial:
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coloquios acerca de información sobre los usuarios en espacios públicos abiertos o faltos
de intimidad.
Artículo 43. Para que el profesional pueda estar exento de la obligación del secreto
profesional, deberá darse una situación excepcional que suponga un riesgo previsible e
inminente para el cliente, para el criminólogo o para terceros. El criminólogo no se encontraría
en situación de vulneración del secreto profesional en los siguientes supuestos:
1. Cuando fuera relevado del secreto profesional, por escrito u otro medio reproducible, por
la persona o personas físicas o jurídicas afectadas, su representante legal o sus herederos.
2. Cuando reciba orden de informar sobre cuestiones confidenciales por mandato legal o por
un órgano judicial. Si a pesar de ello tuviera dudas sobre los límites de la información
confidencial solicitada, podrá pedir asesoramiento a la Comisión Deontológica del CPCM y
plantearlo tanto de forma previa como en el juicio o expediente, para ser eximido de dicha
obligación por la autoridad judicial.
3. El usuario podrá denunciar al profesional, a falta de otras formas eficaces de defensa, por
la comisión de un ilícito penal o infracción del código deontológico. En el caso de que el
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criminólogo comparezca como testigo, el usuario podrá pedir el relevo conforme al punto
anterior.
4. Cuando los involucrados o terceras personas puedan resultar afectadas de forma injusta y
grave.
Artículo 44. En caso de duda de los principios y supuestos antes indicados para la vulneración
del secreto profesional, se atenderá jerárquicamente a los siguientes principios:
2. Principio de seguridad.
Artículo 46. La publicidad de los servicios ofertados por los criminólogos se hará especificando
el título que le acredita para el ejercicio profesional, y en su caso, la condición de colegiado.
Artículo 47. No se deben utilizar títulos ambiguos que puedan inducir a error o confusión. Sin
perjuicio de la responsabilidad penal que pueda suponer, constituye una grave violación de
la deontología profesional. Ya sean estos títulos publicitado por medio de anuncios, placas,
tarjetas de visita, programas, etc. así como la utilización de denominaciones o títulos, que aún
sin faltar de modo literal a la verdad, pueden inducir a error o a confusión, e igualmente
favorecer la credulidad del público sobre capacidades, atribuidas legalmente a la titulación
oficial de Graduado en criminología o Licenciado en criminología.
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Artículo 48. No se deben ofertar técnicas o procedimientos de dudosa eficacia o que no
hayan sido contrastados en la comunidad científica criminológica.
Artículo 51. El profesional que para el ejercicio profesional utilice un pseudónimo deberá
comunicarlo al CPCM para su correspondiente registro.
Artículo 52. El Criminólogo tiene libertad para pactar con sus clientes, institución o
patrocinador la cuantía de sus honorarios profesionales. El Criminólogo tiene derecho a
solicitar y percibir, previamente al inicio del asunto o durante su tramitación, provisiones de
fondos de honorarios y gastos, acorde con las previsiones del asunto y el importe estimado
de los honorarios definitivos. La falta de provisión de fondos solicitada, faculta al Criminólogo
a renunciar al asunto o interrumpir su realización, comunicándolo al cliente, institución o
patrocinador. El Criminólogo en ningún caso, percibirá remuneración alguna relacionada por
la derivación de clientes a otros profesionales, evitando de esta forma poder incurrir en un
delito de corrupción entre particulares según el artículo 286 bis del CP.
Es aconsejable la firma de una hoja de encargo entre el profesional y el cliente con el fin de
plasmar de manera fehaciente el alcance del servicio encargado, los deberes y derechos,
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de ambas partes, importe de los honorarios y su revisión, provisión de fondos, denuncia del
contrato y obligaciones de las partes en su conclusión. Siempre que se produzcan cambios
significativos, se deberían especificar estos por escrito.
Artículo 55.
1. Ningún criminólogo deberá declararse experto en áreas criminológicas en las que no esté
especialmente cualificado.
2. Los criminólogos deben evitar cualquier condición contractual que restrinja su libertad o
que condicione la obtención de unos resultados determinados.
3. Los criminólogos deben trabajar dentro de los límites jurídicos que permiten el derecho a la
intimidad y la protección de los datos de los sujetos de investigación. Debe recogerse, en la
medida de lo posible, el consentimiento informado de los sujetos de investigación. La
investigación debe informar del grado de anonimato y confidencialidad.
Las propuestas de modificación o ampliación del Código Deontológico deberán contar con
al menos un 10% de los colegiados, a excepción de si las mismas parten de la Junta de
Gobierno o la propia Comisión Deontológica, en cuyo caso deberán contar con mayoría
simple en el órgano proponente.
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Cualquier modificación entrará en vigor a partir de su aprobación por la Asamblea General
ordinario o extraordinaria. No tendrá carácter retroactivo para aquellos casos que se
encuentren en trámite en el momento de su entrada en vigor o aquellas conductas que en
el momento de su comisión no estuvieran afectadas por la modificación/es aprobadas, y
siempre que estas supongan un perjuicio para el afectado.
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