Argumento Ad Verecundiam - Wikipedia, La Enciclopedia Libre
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Argumento ad
verecundiam
Tipo de falacia
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Cum hoc ergo propter hoc • Conclusión irrelevante • Arenque rojo • Falacia de composición •
de división • del equívoco • del apostador • del hombre de paja • del alegato especial •
Los pitagóricos utilizaban este tipo de argumento para apoyar su conocimiento: si alguien les
preguntaba «por qué», respondían «el maestro lo ha dicho» (en latín, magister dixit) o porque
«él mismo lo ha dicho» (en latín, ipse dixit).
Ejemplo 1:
La raíz de 2 da como resultado un número irracional (no puede ser expresado como la
división de dos números enteros), pero no porque lo haya dicho Euclides, sino porque hay
una demostración matemática que prueba la irracionalidad de la raíz cuadrada de 2.
Nótese que, a pesar de que el argumento no es válido, la conclusión es cierta (que la raíz de
2 es un número irracional es verdadero). El error no está en la conclusión, sino en el
razonamiento lógico utilizado para llegar a ella. No se debe caer en el error de creer que si
algo se intenta demostrar por autoridad, entonces es falso.
Ejemplo 2:
B: «Que lo diga Newton no prueba que sea cierto, así que el cielo no es celeste».
En este caso, tanto A como B cometen una falacia. A realiza un argumentum ad verecundiam,
pero B comete un argumentum ad logicam (como ha detectado que A ha cometido una
falacia, no solo rechaza su conclusión, sino que además, acepta como verdadera la
conclusión opuesta por este motivo).
Ejemplo 3:
La evolución existe, pero no porque Darwin lo haya dicho, sino porque hay una demostración
científica que lo comprueba.
Aquí se observa qué se menciona un hecho verídico, más sin embargo, no se aportan
pruebas más que la teoría de Darwin (Se comete una falacia ya qué no porque Darwin lo haya
dicho es verdad)
Falacias similares
Falacias que se centran en la persona que lo dice para dar validez a sus conclusiones:[1]
Argumentum ad hominem donde se pretende demostrar que algo es falso porque quien lo
dice no tiene autoridad.
Argumentum ad baculum donde se pretende hacer algo verdadero usando la fuerza, porque
lo dice alguien que tiene autoridad y puede castigar si no se acepta el argumento.
Argumentum ad lazarum donde se pretende hacer algo verdadero porque quien lo dice es
pobre.
Argumentum ad crumenam donde se pretende hacer algo verdadero porque quien lo dice
es rico.
Magister dixit
Magister dixit es una locución latina, atribuida a los discípulos de Pitágoras y muy usada por
la escolástica durante la Edad Media,[2] que significa literalmente «el maestro lo dijo». La
idea subyacente detrás de este aforismo, es que todo conocimiento sólo puede proceder de
los maestros y de la enseñanza tradicional. Es, por lo tanto, un argumento de autoridad
además de un tópico literario.
En la Edad Media, el término solía referirse a Aristóteles. En un mundo donde se admitía que
el conocimiento venía inspirado por Dios, el corpus intelectual debía considerarse como
inamovible. Por tanto, contradecir a Aristóteles casi era contradecir a Dios.