El documento describe cómo la fe y la confianza en Dios pueden ayudar a las personas a mantener un equilibrio entre su salud física, mental y espiritual. Sostiene que creer en un ser superior como Dios puede ayudar a enfrentar los desafíos y problemas de la vida. Además, explica que acercarse a Dios a través de la oración, la lectura de la Biblia y el amor al prójimo puede traer soluciones a las dificultades y transformar la vida de las personas.
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El documento describe cómo la fe y la confianza en Dios pueden ayudar a las personas a mantener un equilibrio entre su salud física, mental y espiritual. Sostiene que creer en un ser superior como Dios puede ayudar a enfrentar los desafíos y problemas de la vida. Además, explica que acercarse a Dios a través de la oración, la lectura de la Biblia y el amor al prójimo puede traer soluciones a las dificultades y transformar la vida de las personas.
El documento describe cómo la fe y la confianza en Dios pueden ayudar a las personas a mantener un equilibrio entre su salud física, mental y espiritual. Sostiene que creer en un ser superior como Dios puede ayudar a enfrentar los desafíos y problemas de la vida. Además, explica que acercarse a Dios a través de la oración, la lectura de la Biblia y el amor al prójimo puede traer soluciones a las dificultades y transformar la vida de las personas.
El documento describe cómo la fe y la confianza en Dios pueden ayudar a las personas a mantener un equilibrio entre su salud física, mental y espiritual. Sostiene que creer en un ser superior como Dios puede ayudar a enfrentar los desafíos y problemas de la vida. Además, explica que acercarse a Dios a través de la oración, la lectura de la Biblia y el amor al prójimo puede traer soluciones a las dificultades y transformar la vida de las personas.
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Esperanza y confianza en Dios
El estado mental afecta directamente a la salud. Por ejemplo, una
persona depresiva y malhumorada estará más tiempo enferma que una que ve todas las cosas de una manera positiva. La mayoría de las dolencias físicas provienen de la mente. Los enfermos que desean ser curados, tienen más posibilidades que aquellos que ya perdieron toda esperanza. Es por esto que resulta necesario intentar mantener un equilibrio entre las dimensiones física, mental y espiritual. Una buena manera de conseguir esto es por medio de la fe en Dios, porque él puede ayudar a enfrentar los desafíos y problemas.
3.2.8 La confianza en Dios Todos necesitamos creer en un ser superior, en ese
“DIOS” que llegó al mundo sin alarde de nada, sin necesidad de morir en una cruz; sin embargo, lo hizo para darle a la humanidad, el ejemplo más importante y de mayor trascendencia: ejemplo de perdón, de sencillez, de misericordia, de su amor infinito por el hombre. Y es que Dios es amor, de allí que sea nuestra responsabilidad y deber abrir los oídos y el alma para escuchar su llamado cuando toca las puertas del corazón. [25]. No obstante, no solo se trata de la acción en sí misma de “abrirnos” a esta posibilidad, sino tener la disposición de escuchar ese llamado que parte desde el amor, con palabras suaves y sencillas, con silbidos, con la naturaleza, con el prójimo, especialmente, con los niños. [25]. Debemos entonces tener en nuestro poder la Sagrada Escritura, no solo como adorno en nuestras casas sino para leerla en familia, compartirla con invitados e interiorizar emensaje allí contenido. La biblia es el manual de convivencia de los cristianos, y todo lo que se menciona en ella trasciende a nuestras vidas cuando se aprende y se comprende la palabra. Jesús llego enviado por el Padre para escuchar nuestros ruegos y recompensarnos por nuestros actos. Nunca nos deja con las manos vacías. [25]. Él sana a los enfermos y consuela a los tristes. Su majestad es grande como infinita es su misericordia; tan solo con rememorar su decisión de degradarse así mismo para tomar nuestra naturaleza, hace evidente su amor inconmensurable hacia el hombre. Esa inmensidad de Jesús se materializa con sus sabias y precisas palabras para llegar a nuestro corazón; siempre está ahí para escuchar nuestros ruegos; no nos desampara jamás, pues somos sus hijos; él es el bálsamo sanador para nuestras heridas, es el único que transforma la vida de los seres humanos cuando nos acercamos a él. [25]. Cada día que amanece es una bendición de Dios. Tan solo abrir nuestros ojos y ver un nuevo día es la máxima expresión de su existencia, significa entonces, que debemos dar gracias, estar cerca, descubrirlo, conocerlo, amarlo; si estamos cerca de Dios todas nuestras dificultades tienen solución; no obstante, alejarse de él es labrar un camino con dificultades. Dios es el principio y el fin de todas las cosas. Su poder es tan inmenso que hasta el demonio quiso tentarlo y no pudo, por más situaciones maravillosas y fáciles que este le brindaba. Por eso es perenne acercarse a Dios, no ser indiferentes a su llamado, a su amor. Amemos entonces a nuestro prójimo, guardemos sus mandamientos, conozcamos y pongamos en práctica la Sagrada Escritura