ManeiroyCutrn 2014 Evaluacinygestindelriesgo
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ELISA: Estudo Lonxitudinal para unha Infancia Saudable (Longitudinal Study for a Healthy Childhood) View project
Risk and Needs Assessment in the Child Protection System (VRINEP) View project
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específicamente los que llevan a cabo las conductas desviadas. GARRIDO1 entiende
por “desviación” toda aquella conducta, idea o atributo que ofende o perturba a los
miembros de una sociedad; es por tanto un concepto relativo, que varía de un
contexto a otro. La conducta delictiva se considera una forma de desviación, ya que
se tipifica como tal y se prohíbe en las leyes penales de una sociedad. Este mismo
autor define al delincuente juvenil como “aquella persona que no posee la mayoría
de edad penal y que comete un hecho que está castigado por las leyes. La sociedad,
por este motivo, no le impone un castigo, sino una medida de reforma, ya que se
supone falto de la capacidad de discernimiento ante los modos de actuar legales e
ilegales. La infracción punible es cualquiera de las consideradas como delitos en el
caso de los adultos y, usualmente, también ciertas conductas o estados que
impliquen una vida irregular” 2. Por tanto, puede entenderse la conducta delictiva
como aquellos actos antisociales que ponen al actor en riesgo de convertirse en foco
de atención de los profesionales de la justicia penal y juvenil3.
Habitualmente se utilizan datos oficiales para justificar o hacer referencia a la
presencia de delincuencia en un contexto determinado. Sin embargo, este hecho
plantea un problema con respecto a la denominada “cifra negra” de la delincuencia,
es decir, aquellos delitos no conocidos por las autoridades y por tanto ausentes en
las estadísticas oficiales4. Las cifras oficiales sobre delincuencia sólo incluyen delitos
que son denunciados, suponiendo ello una grave limitación a la hora de estudiar el
fenómeno de la delincuencia. Algunos estudios sugieren que la magnitud de la cifra
negra es aproximadamente diez o veinte veces mayor que la reflejada en las
estadísticas oficiales5. Por tanto, si queremos conocer el impacto real del fenómeno
en la sociedad deberemos tener en consideración la magnitud total del problema,
así como determinadas características psicológicas y sociológicas de los jóvenes
implicados en conductas desviadas y de los contextos en los que éstas se llevan a
cabo.
Debido a estas razones, se ha planteado la necesidad de desarrollar e
incorporar en el campo de la investigación sobre delincuencia otros métodos
alternativos de recogida de información, que complementen las estadísticas oficiales
y faciliten la profundización en el conocimiento de las conductas delictivas de los
jóvenes. Este es precisamente el objetivo que se pretende alcanzar mediante la
utilización del método de autoinforme6. El método del autoinforme supone que la
información recabada hará referencia a la conducta “admitida” por los jóvenes a
través de preguntas directas sobre su propia conducta antisocial y las variables
contextuales que influyen en la misma. De este modo, se facilita la construcción de
una visión real acerca del fenómeno delictual juvenil. Además, la utilidad y
1
GARRIDO GENOVÉS, V. "Delincuencia juvenil. Orígenes, prevención y tratamiento".
Madrid: Alhambra, 1986.
2
GARRIDO GENOVÉS, op. cit., pp. 11
3
ANDREWS, D.A., y BONTA, J. "The psychology of criminal conduct". Newark, NJ:
LexisNexis. 2006.
4
BIRKBECK, C. "Tres enfoques necesarios para la criminología", Capítulo Criminológico, 32,
2004, 393-411.
5
RECHEA, C., BARBERET, R., MONTAÑÉS, J., y ARROYO, L. "La delincuencia juvenil en
España: Autoinforme de los jóvenes". Madrid: Ministerio de Justicia. 1995.
6
RECHEA, op. cit., pp. 8.
Lorena Maneiro y Olalla Cutrín Evaluación y gestión del riesgo 145
veracidad del método del autoinforme han sido comprobadas empíricamente, siendo
este sistema de recogida de datos avalado por la comunidad científica.
7
ANDRÉS-PUEYO, A., y REDONDO, S. "Predicción de la violencia: Entre la peligrosidad y la
valoración del riesgo de violencia", Papeles del Psicólogo, 28, 2007, 157-173.
8
ANDRÉS-PUEYO y REDONDO, op. cit., pp. 157-173.
9
ANDRÉS PUEYO, A., y ECHEBURÚA, E. "Valoración del riesgo de violencia: Instrumentos
disponibles e indicaciones de aplicación", Psicothema, 22, 2010, 403-409.
10
ANDRÉS-PUEYO y ECHEBURÚA, op. cit., pp. 403-409.
11
ANDRÉS-PUEYO y REDONO, op. cit., pp. 157-173.
146 OTROS ESTUDIOS JURÍDICOS Cadernos de Dereito Actual Nº 2 (2014)
absoluta”12. Por ende, por factor de riesgo se entendería toda aquella característica
(ya sea ésta personal, familiar, grupal, social…) cuya presencia aumenta la
probabilidad de que se produzca un determinado fenómeno. Es decir, en el caso que
nos ocupa, un factor de riesgo sería toda aquella variable que sitúa al joven, en
cierta medida, en una posición de vulnerabilidad hacia el desarrollo de conductas
antisociales o delictivas13 14.
Sin embargo, para entender el concepto de factor de riesgo se necesitan una
serie de matizaciones. En primer lugar, el factor de riesgo conlleva una concepción
probabilística, no determinista; esto es, la presencia de factores de riesgo no
implica necesariamente que el sujeto vaya a desarrollar la conducta problema, sino
que éste tendrá una mayor probabilidad de manifestarla en comparación con
individuos que no están bajo la influencia de dichos factores. En segundo lugar, los
factores de riesgo son descriptivos, es decir, dan cuenta de la relación existente
entre ciertas variables de riesgo y la conducta problema en un momento
determinado. No obstante, no se puede establecer en base a los mismos una
relación de causalidad de la conducta problema. Además, se ha sugerido que tales
factores interactúan y se influyen mutuamente15, por lo que ningún factor por sí
solo permite predecir adecuadamente la conducta problema. Por último, se ha
planteado que los factores de riesgo tienen efectos acumulativos16; ello implica que
la exposición continuada a un factor de riesgo incrementa la probabilidad de
desarrollar la conducta problema en mayor medida que si el sujeto solo se ve
expuesto al mismo en un momento puntual.
Se debe precisar, además, que los diferentes factores de riesgo tienen
distintos mecanismos de influencia sobre la conducta. Así, algunos factores ejercen
su influencia de manera directa sobre la conducta problema: el refuerzo positivo de
la conducta antisocial por parte de los iguales desviados, aumentará la probabilidad
de que el adolescente manifieste dicha conducta, quizás sin la necesidad de ningún
otro mecanismo intermedio. En otros casos, los factores inciden sobre la conducta
problema de un modo indirecto, mediando el efecto de otros factores. Por ejemplo,
las malas relaciones familiares pueden no incidir directamente sobre la conducta
antisocial, pero pueden dar lugar a que el joven pase más tiempo fuera del hogar,
incrementándose así la probabilidad de vinculación con amigos problemáticos;
siendo la integración en un grupo desviado el factor próximo o directo de la
conducta anti-normativa del adolescente. Por último, la influencia que ejercen los
factores de riesgo puede ser condicional, aumentando la vulnerabilidad del individuo
ante la exposición a otros factores; unas habilidades sociales deficientes podrían
facilitar el desarrollo de conductas antisociales, no debido a que induzcan dicho
comportamiento per se, sino porque unas inadecuadas habilidades sociales hacen al
sujeto más vulnerable ante la presión o influencia del grupo de iguales.
12
Ibidem, pp. 164.
13
ANDREWS Y BONTA, op. cit., pp. 47.
14
LUENGO, M. A., GÓMEZ-FRAGUELA, J. A., GARRA, A., ROMERO, E., y LENCE PEREIRO, M.
" La prevención del consumo de drogas y la conducta antisocial en la escuela: análisis y
evaluación de un programa". Madrid: Ministerio de Educación y Cultura, 1999.
15
BARRACA, J. y ARTOLA, T. "La inadaptación social desde un enfoque operativo",
EduPsykhé Revista de Psicología y Psicopedagogía, 5, 2006, 53-72.
16
LUENGO ET AL, op. cit.
Lorena Maneiro y Olalla Cutrín Evaluación y gestión del riesgo 147
17
ANDREWS y BONTA, op. cit., pp. 48.
18
HAWKINS, J. D., HERRENKOHL, T., FARRINGTON, D. P., BREWER, D., CATALANO, R. F., y
HARACHI, T. W. "A review of predictors of youth violence". En, Serious and violent juvenile
offenders: Risks factors and successful interventions, R. Loeber, y D. P. Farrington (Eds.),
1998, pp. 106-146.
19
ANDRÉS-PUEYO y REDONDO, op. cit., pp. 157-173.
20
ANDRÉS-PUEYO y ECHEBURÚA, op. cit., pp. 403-409.
21
Ibidem, pp. 403-409.
148 OTROS ESTUDIOS JURÍDICOS Cadernos de Dereito Actual Nº 2 (2014)
22
LUENGO, M. A., SOBRAL, J., GÓMEZ-FRAGUELA, J. A., VILLAR, P., MARZOA, J. A.,
CASTRO, E., y GONZÁLEZ, B. "Protocolo de avaliación de risco no sistema de menores e
mozos/as", Proyecto de investigación, Universidad de Santiago de Compostela, 2009.
23
Ibidem
Lorena Maneiro y Olalla Cutrín Evaluación y gestión del riesgo 149
24
BORUM, R., y VERHAAGEN, D. "Assessing and managing violence risk in juveniles". New
York, NY: Guilford Press, 2006.
25
LOEBER, R. "Development and risk factors of juvenile antisocial behavior and
delinquency",Clinical Psychology Review, 10, 1990, pp. 1-41.
26
LOEBER, R., y HAY, D. "Key issues in the development of aggression and violence from
childhood to early adulthood", Annual Review of Psychology, 48, 1997, pp. 371-410.
27
MOFFITT, T. E. "Adolescence-limited and life-course-persistent antisocial behavior: A
developmental taxonomy", Psychological Review, 100, 1993, pp. 674.
28
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29
MOFFIT, op. cit., pp. 674.
30
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150 OTROS ESTUDIOS JURÍDICOS Cadernos de Dereito Actual Nº 2 (2014)
32
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33
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34
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35
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Lorena Maneiro y Olalla Cutrín Evaluación y gestión del riesgo 151
39
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40
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41
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42
FARRINGTON, D. P., op. cit., pp. 177-190.
43
BOWLBY, J. "A secure base: Parent-child attachment and healthy human development"..
New York, NY, US: Basic Books, New York, NY, 1988.
44
HAWKINS ET AL, op. cit., pp. 106-146.
45
HAAS, H., FARRINGTON, D. P., KILLIAS, M., Y SATTAR, G. "The impact of different family
configurations on delinquency", British Journal of Criminology, 44, 2004, pp. 520-532.
46
KRISHNAKUMAR, A., Y BUEHLER, C. "Interparental conflict and parenting behaviors: A
meta‐analytic review", Family Relations, 49, 2000, pp. 25-44.
152 OTROS ESTUDIOS JURÍDICOS Cadernos de Dereito Actual Nº 2 (2014)
supervisión y el apoyo por parte de los cuidadores se relacionan con más problemas
de conducta, incluyendo violencia y delincuencia47.
3.3. Escuela
Otro de los grupos al que hacen alusión gran parte de las clasificaciones
internacionales sobre factores de riesgo es el referente al ámbito escolar en general
y al rendimiento académico en particular. A través del protocolo VRAI se obtiene
información acerca del nivel de escolarización de los jóvenes, su rendimiento medio
y si han repetido curso alguna vez. El bajo rendimiento escolar ha sido
frecuentemente relacionado con el desarrollo de conductas antisociales en la
adolescencia48. Diversos estudios han evidenciado una relación significativa negativa
entre el rendimiento académico y la aparición de conductas agresivas y violentas en
los jóvenes49. Asimismo, el bajo rendimiento escolar y logro académico se han
asociado con la presencia de conductas antisociales no violentas, como el consumo
de sustancias ilegales50.
No obstante, otro aspecto fuertemente relacionado con el desarrollo de
problemas de conducta es la falta de vinculación con la institución escolar. Este
factor se refiere al grado de absentismo escolar, así como la falta de interés y
motivación por los estudios. Los hallazgos contemplados en diversos estudios
evidencian una asociación significativa entre el déficit en la implicación con el
sistema educativo y el aumento de conductas antisociales y delictivas en la
adolescencia51.
3.4. Grupo de iguales
La influencia que el grupo de iguales desviados ejerce sobre la conducta de
los jóvenes es uno de los factores de riesgo más fuertemente relacionado con la
conducta antisocial juvenil52. El VRAI evalúa la presencia de conductas delictivas en
el círculo de amistades del joven y tiene en cuenta la cantidad de amigos que se
implican en actividades anti-normativas, así como la tipología antisocial que
caracteriza sus actividades y conductas.
Parece existir una mayor probabilidad de que los adolescentes que llevan a
cabo conductas violentas y delictivas formen parte de un grupo de iguales también
47
HOEVE, M., DUBAS, J. S., EICHELSHEIM, V. I., VAN DER LAAN, PETER H, SMEENK, W., Y
GERRIS, J. R. "The relationship between parenting and delinquency: A meta-analysis",
Journal of Abnormal Child Psychology, 37, 2009, pp. 749-775.
48
LIPSEY, M. W., Y DERZON, J. H. "Predictors of violent or serious delinquency in
adolescence and early adulthood: A synthesis of longitudinal research" En Serious and
violent juvenile offenders: Risks factors and successful interventions, R. Loeber y D. P.
Farrington (Eds.), Thousand Oaks, CA: Sage Publications, pp. 86-105.
49
HAWKINS ET AL, op. cit.
50
LATVALA, A., ROSE, R. J., PULKKINEN, L., DICK, D. M., KORHONEN, T., y KAPRIO, J.
"Drinking, smoking, and educational achievement: Cross-lagged associations from
adolescence to adulthood", Drug and Alcohol Dependence, 137, 2014, pp. 106-113.
51
HENRY, K. L., KNIGHT, K. E., y THORNBERRY, T. P. "School disengagement as a predictor
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adulthood", Journal of Youth and Adolescence, 41, 2012, pp. 156-166.
52
LIPSEY y DERZON, op. cit., pp. 86-105.
Lorena Maneiro y Olalla Cutrín Evaluación y gestión del riesgo 153
53
HENRY, D. B., TOLAN, P., y GORMAN-SMITH, D. "Longitudinal family and peer group
effects on violence and nonviolent delinquency", Journal of Clinical Child Psychology, 30,
2001, pp. 172-186.
54
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problem behaviors as a function of relative peer acceptance: To be liked is to be emulated",
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55
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56
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of aggressive behavior problems in children", Child Development, 74, 2003, pp. 374-393.
57
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and Psychopathology, 19, 2007, pp. 433-453.
154 OTROS ESTUDIOS JURÍDICOS Cadernos de Dereito Actual Nº 2 (2014)
58
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"Identifying direct protective factors for nonviolence", American Journal of Preventive
Medicine, 43, 2012, pp. 28-40.
59
KUBRIN, C. E., y STEWART, E. A. "Predicting who reoffends: The neglected role of
neighborhood context in recidivism studies", Criminology, 44, 2006, pp. 165-197.
60
ANDREWS y BONTA, op. cit., pp. 174.
61
BIHLAR MULD, B., JOKINEN, J., BÖLTE, S., y HIRVIKOSKI, T. "Attention
deficit/hyperactivity disorders with co-existing substance use disorder is characterized by
early antisocial behaviour and poor cognitive skills", BMC Psychiatry, 13, 2013, pp. 336-347.
62
COHEN, D., y STRAYER, J. "Empathy in conduct-disordered and comparison youth",
Developmental Psychology, 32, 1996, pp. 988.
63
JOLLIFFE, D., y FARRINGTON, D. P. "Empathy and offending: A systematic review and
meta-analysis", Aggression and Violent Behavior, 9, 2004, pp. 441-476.
64
VAN LANGEN, M. A. M., WISSINK, I. B., VAN VUGT, E. S., VAN DER STOUWE, T., y
STAMS, G. J. J. M. "The relation between empathy and offending: A meta-analysis",
Aggression and Violent Behavior, 19, 2014, pp. 179-189.
Lorena Maneiro y Olalla Cutrín Evaluación y gestión del riesgo 155
65
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66
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67
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68
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69
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the link between trauma, anger, and violence among male youth: Implications for social
work practice", Child & Adolescent Social Work Journal, 25, 2008, pp. 125-138.
156 OTROS ESTUDIOS JURÍDICOS Cadernos de Dereito Actual Nº 2 (2014)
situaciones estresantes sino la percepción que los menores tienen sobre ellas, la
que influirá en la aparición de futuros problemas de conducta. Asimismo, las
estrategias que el joven utiliza en el afrontamiento de las situaciones estresantes
pueden modular los efectos que éstas tendrán sobre su funcionamiento psicosocial.
SHEK Y TANG70 observaron que los jóvenes caracterizados por altos índices de
estrés percibido mostraron más signos de violencia en la adolescencia. Además,
aquellos que llevaron a cabo un estilo de afrontamiento desadaptativo-evitador
tuvieron significativamente más problemas de conducta71.
Por último, el VRAI incluye dentro de los factores individuales los problemas
de los jóvenes con el consumo de sustancias ilegales como factor de riesgo de
aparición de futuros problemas de conducta. Evalúa diferentes tipos de sustancias,
entre los que se encuentra el consumo de tabaco, alcohol, marihuana, cocaína,
opiáceos u otras drogas. Los hallazgos encontrados en diversos estudios muestran
al respecto que gran parte de los delincuentes violentos son consumidores de
sustancias72, y que los adolescentes delincuentes que son consumidores reinciden
en mayor medida que los no consumidores73.
3.7. Otros factores de riesgo relevantes
A través del protocolo se recoge información, por un lado, sobre la existencia
de incumplimiento de medidas o sentencias judiciales previas por parte de los
adolescentes. Asimismo, se obtiene información sobre la falta de colaboración de los
menores en intervenciones de tratamiento anteriores (tanto en régimen cerrado,
como en régimen ambulatorio o régimen abierto). Por colaboración con la
intervención se entiende la motivación por participar, el reconocimiento de los
riesgos, las expectativas de cambio o la adherencia al programa de tratamiento.
Ha sido encontrado que uno de los predictores más fuertes de reincidencia
grave y violenta en jóvenes delincuentes era la presencia de problemas de conducta
durante el tratamiento y las intervenciones a las que habían sido asignados74. El
meta-análisis de LANDENBERGER Y LIPSEY75 ha constatado que la existencia de de
intentos previos de tratamiento se relacionan significativamente con la reducción de
la reincidencia delictiva.
Otro de los factores incluidos en el protocolo es el que tiene que ver con la
falta de apoyo prosocial y de intereses en actividades de ocio y diversión. Se ha
70
SHEK, D. T. L., y TANG, V. "Violent behavior in chinese adolescents with an economic
disadvantage. Psychological, family and interpersonal correlates", International Journal of
Adolescent Medicine and Health, 15, 2003, pp. 219-233
71
COMPAS, B. E., CONNOR-SMITH, J. K., SALTZMAN, H., THOMSEN, A. H., y WADSWORTH,
M. E. "Coping with stress during childhood and adolescence: Problems, progress, and
potential in theory and research", Psychological Bulletin, 127, 2001, pp. 87-127
72
BOLES, S. M., y MIOTTO, K. "Substance abuse and violence: A review of the literature",
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73
STOOLMILLER, M., y BLECHMAN, E. A. "Substance use is a robust predictor of adolescent
recidivism", Criminal Justice and Behavior, 32, 2005, pp. 302-328.
74
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Criminal Behaviour and Mental Health, 20, 2010, pp. 23-28.
75
LANDENBERGER, N. A., y LIPSEY. M. W. "The positive effects of cognitive–behavioral
programs for offenders: A meta-analysis of factors associated with effective treatment",
Journal of Experimental Criminology, 1, 2005, pp. 451–476.
Lorena Maneiro y Olalla Cutrín Evaluación y gestión del riesgo 157
planteado que una falta de implicación en actividades prosociales lúdicas junto con
una implicación en actividades no productivas (e.g.: salidas nocturnas, asistencia
repetida a bares, pubs y discotecas) se relaciona significativamente con el desarrollo
de conductas desviadas, como el consumo de sustancias76. Asimismo, una carencia
de lazos afectivos con adultos prosociales favorece la presencia de este tipo de
conductas77.
3.8. Factores de protección
Los factores de protección son considerados como aquellas características de
las personas y de las circunstancias que les rodean que están asociadas con una
reducción del riesgo de implicación en actividades criminales o antisociales78. Los
factores de protección recogidos en el VRAI hacen referencia a la implicación
prosocial, apoyo social fuerte, compromiso escolar o laboral y características de
resiliencia de los menores.
Los lazos que el joven establece con contextos convencionales prosociales
son indispensables para inhibir la aparición o compensar la presencia de conductas
desviadas. Las relaciones interpersonales estables y positivas que el menor
mantiene tanto dentro como fuera del entorno familiar, favorecen la prevención de
la aparición de conductas desadaptativas en la adolescencia79. Por tanto, tanto el
apoyo familiar como el apoyo social son protectores de la conducta antisocial
siempre y cuando este apoyo sea positivo y estable. Asimismo, la vinculación
positiva con el trabajo y los compañeros de escuela se ha relacionado con una
menor implicación en conductas desviadas80.
Por último, dentro de los factores de protección destaca el concepto de
resiliencia. Este término se define como un patrón de adaptación positiva ante la
existencia de adversidades pasadas o presentes81, conformado por características
individuales y por características del entorno en el que vive el individuo82. Implica,
por tanto, un proceso de superación y afrontamiento adecuado de las dificultades
presentes en el entorno, así como una evitación de las trayectorias negativas
asociadas a actividades y conductas de riesgo. La evidencia empírica sugiere que los
menores más resilientes tendrán una probabilidad menor de implicarse en
76
MUÑOZ-RIVAS, M., y GRAÑA, J. L. "Influencia del grupo de iguales y satisfacción con la
ocupación del tiempo libre". En Factores de riesgo en psicopatología del desarrollo, L.
Ezpeleta (Ed.), Barcelona: Masson, pp. 389-409.
77
HAWKINS ET AL, op. cit., pp. 106-146.
78
ANDREWS y BONTA, op. cit., pp. 48.
79
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82
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children, S. Goldstein y R. B. Brooks (Eds.), New York, NY: Kluwer Academic/Plenum
Publishers, 2005, pp. 39-47.
158 OTROS ESTUDIOS JURÍDICOS Cadernos de Dereito Actual Nº 2 (2014)
5. Conclusión
El protocolo de Valoración del Riesgo en Adolescentes Infractores (VRAI) tiene
implicaciones relevantes dentro del campo de la prevención y la intervención social,
tales como la importancia en la elaboración e implementación de programas de
83
BARTOL, C. R. "Resilience and antisocial behavior". En Current perspectives in forensic
psychology and criminal justice, C. R. Bartol y A. M. Bartol (Eds.), Thousand Oaks, CA: Sage
Publications, 2006, pp. 79-92.
84
ANDREWS Y BONTA, op. cit., pp. 47.
Lorena Maneiro y Olalla Cutrín Evaluación y gestión del riesgo 159