Cuento
Cuento
Cuento
POBRE LOBO
—Pasa, nena, está abierto —le dijo cuando escuchó los golpes
en la puerta—. Y cerrá enseguida que hace un fresquete...
—¿Te parece?
Los comentarios de Caperucita siguieron.
—No me parece que hagan falta orejas así para escuchar bien.
La gente tiene orejas normales y escucha lo más bien. ¿Y por
qué tenés las uñas tan torcidas?
Caperucita seguía.
Lloraba.
Contenido:
- Filotea
- Las arvejas de Etelvina
- Fito y el pesado
- Hipos y cocos
- Con ustedes, Matías
- Pobre lobo
- La isla que flota