Contenido

Ser una mamá PAS (Persona Altamente Sensible) 3

Consecuencias de ser mamá PAS introvertida 3
¿Cómo equilibrar tu maternidad siendo altamente sensible e introvertida? 4
1. Acepta y honra tus características. 4
2. Tiempo libre a solas. 5
3. Reduce los estímulos y las actividades. Es esencial. 6
4. Busca y mantén la simplicidad. 6

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“La alta sensibilidad no es algo que una persona elige ser. No es algo que podamos
aumentar y reducir, o encender y apagar. La alta sensibilidad se encuentra en lo profundo
de la neurobiología de una persona.”
- Dra. Elaine N. Aron (quien acuñó el término Alta Sensibilidad).

Vivir con niños implica ruido, desorden, hacerse cargo de ellos, brindarles cuidado y
atención constante. Siempre necesitan de mamá, de distintas formas, a todas las edades.

Si tienes solo un hijo, le brindas mucho más de tu tiempo y atención, porque en casa no
tiene hermanos con quien convivir. Si tienes dos o más, además pones tu atención en su
relación de hermanos.

La vida con tus hijos es una fuente permanente de estímulos sensoriales y reacciones
emocionales para tí. Vives en constante alerta y sobreestimulación, desde el momento en
que te convertiste en mamá.

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Ser una mamá PAS (Persona Altamente Sensible)

Ser una PAS (Persona Altamente Sensible) intensifica tu vivencia de ser madre. Se potencia
la forma en que sientes lo positivo y en cómo puedes conectar profundamente con tus hijos,
pero por otro lado, los desafíos de la maternidad te resultan más difíciles por la forma en
que está cableado tu sistema nervioso.

Si además eres mamá PAS introvertida, tu agotamiento se acentúa principalmente por:

- tu necesidad aún mayor de tiempo a solas (necesitas y disfrutas los momentos de
soledad contigo)
- porque pedir ayuda te resulta difícil (te gusta ser autosuficiente y no sueles contar
tus problemas a otros),
- y porque en general te gusta socializar solo con una persona o un grupo muy
reducido, a la vez (las actividades que implican la socialización de tus hijos, incluso
te pueden causar ansiedad).

Consecuencias de ser mamá PAS introvertida

Por tu empatía “encendida” en todo momento y tu tendencia a darle vueltas a tus

pensamientos, sueles pensar en los asuntos de tus hijos incluso cuando no están contigo.

Desde cosas prácticas como su hora del baño, o cómo hacer para que coma más frutas,
hasta pensamientos-preocupaciones sobre cómo ayudarle a hacer amigos o cómo
prepararte para ayudarle a disminuir sus rabietas. Tu carga mental es real y agotadora.

También es mucho trabajo a nivel sensorial para tu sistema nervioso, por lo estimulantes
que son los niños por naturaleza. Aumentado si alguno de tus hijos es un NAS (Niño
Altamente Sensible), ya que te enfocas mucho más en ayudarle a él o ella por su alta
sensibilidad.

Si fuiste una niña con sentimientos profundos que no fueron apoyados de la manera
correcta y no te enseñaron a navegar en tu alta sensibilidad ni en tu introversión de forma
positiva, sentirás un impulso natural de priorizar las necesidades de tu hijo para que no
pase por lo que tu pasaste, relegando tus necesidades como mamá PAS introvertida.

Y cuando humanamente pierdes la calma, o cuando te tomas algún descanso lejos de tus
hijos, o cuando manejas mal una situación con ellos, tiendes a sentir culpa e incluso a
“reprenderte mentalmente” por haber fallado.

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Todo ésto te hace sentir abrumada. Por un lado inundada por tus propias emociones, sin
tener herramientas para manejarlas y por otro, enfocada en ayudar a tus hijos.

Además no lo expresas, te lo guardas. Te dices a tí misma que puedes resolverlo sola, pero
la verdad es que solo estás empujando tu agotamiento, paciencia y tolerancia
peligrosamente hasta tus límites.

Según la Dra. Elaine Aron, a las madres PAS, la maternidad “suele agotarlas, ponerlas
irritables o hacer que se sientan fuera de control en el corto plazo, y si no cuentan con
herramientas para gestionarla, pueden incluso entrar en depresión en el largo plazo por una
sobreexcitación sensorial crónica”.

¿Cómo equilibrar tu maternidad siendo altamente sensible e

introvertida?

Gestionar tu vida en equilibrio como mamá altamente sensible e introvertida tiene desafíos,
pero es posible. Con las herramientas y estrategias adecuadas puedes aprovechar al
máximo tus fortalezas y estar realmente presente para tus hijos y para tí misma.

Aquí, hasta esta parte, ya has visto tu contexto e identificado más claramente cómo influyen
las características de la alta sensibilidad y la introversión en tu rol de mamá.

Ahora se trata de que empieces a adoptar una mentalidad positiva y proactiva que te
empoderen y te hagan sentir segura para empezar a caminar hacia tu equilibrio. Estas
primeras acciones son esenciales para tu equilibrio como mamá PAS introvertida.

1. Acepta y honra tus características.

Ya sabes que eres una mamá con características únicas, que tienes necesidades
específicas y que tienes un hijo, o varios, con necesidades más complejas que los niños
que no son altamente sensibles ni introvertidos.

Acéptate como eres. Ser altamente sensible e introvertida es simplemente la forma en que
su cerebro está conectado. Es un rasgo innato con el que naciste. No dice nada sobre ti
más que el hecho de que sientes todas las cosas, todo el tiempo, profundamente.

Aunque a menudo te sientes abrumada y desconcertada por ser como eres (es difícil sentir
tanto todo el tiempo), también es un regalo que enriquece tu mundo diez veces cuando se
trata de criar a tus hijos y especialmente cuando tienes las herramientas para navegar por
tus emociones.
Como mamá PAS estás excepcionalmente en sintonía con las necesidades y los
deseos de tus hijos, sus desafíos y dolores, sus alegrías y emociones, y absolutamente
todo lo demás. Puedes crear lazos de conexión fuertes y significativos con ellos. Pero es
esencial que pongas atención primero en tí y tus necesidades para poder lograrlo.

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A partir de ahora empieza a observar qué funciona mejor para tí y qué no funciona. Por
ejemplo, qué cosas o situaciones te provocan agotamiento o son tus disparadores de
ansiedad. Averigua qué es lo que te ayuda a calmar y cuáles son las cosas más importantes
para ti. Determina tus límites y protégelos.

Comprende y acepta que necesitas hablar con las personas con quienes convives (tu
pareja, tus padres, etc.), para comunicarles tus necesidades y pedirles ayuda cuando lo
necesites. También decirle a tus hijos que mamá necesita tiempo libre algunas veces.

No te compares con otras mamás y cómo hacen las cosas, en especial no te compares con
lo que ves en redes sociales. Recuerda que perteneces a un porcentaje bajo de la población
de 15-20% y por tanto no puedes compararte. Actúas y funcionas de forma distinta a la gran
mayoría. Eres diferente y está bien serlo. Eres única y tienes el derecho a serlo.

Cuida también las actividades en las que participan como familia. En la agenda de tu familia
tiene que haber días en blanco, para relajarse en casa sin actividades planeadas. Será
beneficioso para tí y también para tus hijos.

Tal vez optes porque te entreguen tus compras en casa. Tal vez seas muy selectiva con las
invitaciones que aceptas. Tal vez decidas hablar con tu pareja para reducir tu jornada
laboral. Tal vez decidas llevar a tus hijos a la guardería algunas horas. En resumen, haz lo
que te honre para estar bien y a la vez te ayude a construir un vínculo sano contigo misma y
con tu familia.

2. Tiempo libre a solas.

No es un lujo, es tu necesidad vital. Tener tiempo a solas para tí es tan importante como
comer bien o dormir lo suficiente. Debido a tu profundidad de sentir y pensar, necesitas
darle a tu cerebro y sistema nervioso el tiempo de desconectarse para descansar y
recargarse. No sientas culpa por ello, no es egoísmo, sino todo lo contrario.

Necesitas tiempo de inactividad, pausas donde pares de hacer cosas. No postergues esas
pausas. Tómalas (o créalas) en medio de tu día.

Habla con tu pareja o tu madre o alguien que pueda quedarse con tus hijos si aún son muy
pequeños. O aprovecha alguna de sus siestas y tómate un tiempo para tí, no para hacer
pendientes de casa, sino PARA TÍ. Para que hagas algo que realmente te desconecte de tu
rol de mamá.

Una pausa solitaria por algunos minutos cada día, como una ducha larga, leer unas páginas
de un libro, escuchar música, hacer ejercicio, salir a caminar sola, o tomarte un té relajante
sentada en un sillón junto a la ventana. Define aquello que te ayude a recalibrarte y hazlo.

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Y también necesitas pausas más largas. Habla con tu pareja, con tu madre o con alguien
que pueda ayudarte a estar con tus hijos un par de horas entre semana o en fin de semana,
para que tú hagas algo que te guste a tí, sin tus hijos.

Al reponer tu energía y recalibrarte serás una mejor mamá, más feliz, más paciente y
presente. Tendrás la energía y la claridad para ser la mamá que eres.

3. Reduce los estímulos y las actividades. Es esencial.

Hay momentos en el día en que en tu casa tal vez todo se vuelva una locura. Puede ser por
una situación que se sale de control (con los niños pequeños es cosa cotidiana) o porque es
la hora en que todos en casa te hablan al mismo tiempo.

Después de haber resuelto esa situación, encuentra alguna forma de bajar los estímulos
para bajar tu nivel de estrés que subió debido a esa sobreestimulación o a ese conflicto que
acaba de pasar.

Esto podría significar tomar una pausa en otra habitación o salir sola (o con los niños) a
tomar aire fresco.

La sobreestimulación hace que tu cerebro se sobrecargue al enfrentarse a demasiada

información sensorial a la vez.

Para evitar sentirte abrumada manejando el horario diario de tu familia, en especial si tienes
una gran cantidad de opciones frente a tí, es muy útil usar rutinas. Te lo recomiendo mucho.

Las rutinas reducen la cantidad de decisiones que tienes que tomar cada día, que al final se
traduce en menor cantidad de estímulos también. Le quitas trabajo a tu cerebro.

Y reduce la cantidad de actividades, sobre todo las sociales, cuando sientas que tienes ya
una lista larga por hacer, en especial si son para encontrarte con personas que
genuinamente no deseas ver en ese momento y solo son actividades de “compromiso
social”.

4. Busca y mantén la simplicidad.

Limita la cantidad de actividades que realizan tus hijos, para no estar corriendo por todos
lados, todos los días. También de vez en cuando rechaza alguna invitación a participar de
eventos a los que te inviten, especialmente si te sientes agobiada por demasiadas
obligaciones.

Tienes todo el derecho de decir que no cuando sientas que no quieres hacer algo. Háblalo
con tu familia. Tal vez a veces podrán ir sin tí y tú quedarte a descansar.

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“Mantenlo simple” también se aplica a tu vida interior. Las personas introvertidas y
altamente sensibles tenemos una tendencia a pensar mucho y darle vueltas a los asuntos
internamente.

Por tanto, procura evitar el constante análisis de tu crianza y en especial la autocrítica, que
te desgastan emocionalmente. Estás haciendo un papel maravilloso como madre, haces lo
que te es posible y eso es suficiente y está bien.

Simplificar también implica que te preguntes qué es lo más importante en un momento

dado. Para mantener el enfoque y priorizar. No se puede participar de todo siempre.
Recuerda que como PAS te saturas más fácilmente.

Si te cuidas y eres amable contigo misma, podrás estar en mejores condiciones para estar
presente con tus hijos, sentirte bien y acercarte al equilibrio que buscas entre tu maternidad
y tú misma, tomando en cuenta tus rasgos de personalidad.

Pero si estás saturada por los estímulos, por una larga lista de actividades o por
autoexigencias basadas en ideales de las redes sociales, estarás saturada y cansada. No
disfrutarás ni darás lo mejor de tí.

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Ahora ya cuentas con la información para saber porque sientes tu maternidad como una
fuente de agotamiento continuo y también con herramientas básicas para empezar tu
camino hacia una maternidad en equilibrio con tus rasgos de personalidad como mamá PAS
introvertida. RECUERDA: es sano pedir ayuda cuando sientes que no puedes sola.

Por lo pronto ya tienes una ventaja inicial con todos los recursos que encuentras en mi blog
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tu objetivo.

Si te surgen dudas o preguntas sobre el contenido, me tienes a un mail de distancia.

Saludos! / Zulema

Si quieres bibliografía, te recomiendo ésta:

– ARON, Elaine. “El don de la sensibilidad: Las personas altamente sensibles”, 2006.
– ARON, Elaine. “El don de la sensibilidad en la crianza: Cómo cuidar a tus hijos cuando eres altamente sensible”, 2021.
– CAIN, Susan. “El poder de los introvertidos en un mundo incapaz de callarse”, 2012.

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